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SHARP, JAMES (1618-1679)
Wenceslao Calvo (04-01-2014)
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James Sharp, arzobispo de St. Andrews, nació en el castillo de Banff, a 64 kilómetros al noroeste de Aberdeen,
Escocia, el 4 de mayo de 1618 y murió asesinado en Magus Muir, cerca de St. Andrews (a 50 kilómetros al
nordeste de Edimburgo) el 3 de mayo de 1679.
Era hijo de William Sharp, agente comisionado del conde de Findlater, y de Isabel Lesley, hija de Lesley de
Kininvy, pariente del conde de Rothes. El abuelo de Sharp, David Sharp, nacido en Perthshire, había sido
ridiculizado como 'un flautista' (Life of Mr. James Sharpe, impreso en 1719), pero si tocó la gaita (lo cual era
considerado pecado por los covenanters estrictos), no era su profesión, pues fue un comerciante próspero en
Aberdeen, tomando como esposa a una dama de buena familia, la de los Haliburtons de Pitcur. Al ser destinado
a la carrera eclesiástica, Sharp ingresó en King College, Aberdeen, donde obtuvo su maestría en filosofía y
letras en 1637. Se dice que fue expulsado del colegio en 1638 por negarse a asumir el pacto; en cualquier caso,
se marchó a Oxford, donde, según su biógrafo, Thomas Stephen, habría recibido la ordenación episcopal, si una
seria enfermedad no hubiera hecho aconsejable que regresara a Escocia. Poco después de su regreso fue, por
recomendación de Alexander Henderson, nombrado profesor de filosofía en la universidad de St. Andrews y en
1648 fue presentado por el conde de Crawford a la iglesia de Crail, donde fue admitido el 27 de enero de 16489. En 1650 fue elegido por el consejo de la ciudad para ser uno de los ministros de Edimburgo, pero su traslado
fue rechazado por el presbiterio, y, aunque respaldado por la asamblea general, de que la que era miembro ese
año, la invasión bajo Cromwell le impidió aceptar el llamamiento.
La propuesta de trasladar a Sharp a Edimburgo evidencia que ya era considerado uno de los dirigentes de la
Iglesia de Escocia. Ante la división de dicha Iglesia en 'resolucionarios' y 'protestatarios', se adhirió a los
primeros, es decir, el ala más liberal y leal, que apoyaban la propuesta o resolución de que quienes habían
desertado de la causa de los covenanters deberían, bajo arrepentimiento profundo, ser admitidos para defender
al país de Cromwell. De esta facción que, aunque firmemente prebisteriana, tenía muchos simpatizantes con el
episcopado, Sharp se convirtió en cabeza dirigente.
En 1651 Sharp fue capturado por las fuerzas de Cromwell mientras asistía a una reunión de los Estados en
Alyth, Forfarshire, el 28 de agosto, siendo llevado a Londres. Permaneció encarcelado en la Torre hasta el 10 de
abril de 1652, cuando fue puesto en libertad bajo promesa de no salir de la ciudad y ser de 'buena conducta',
permitiéndosele el 17 de junio volver a Escocia a condición de someterse al general Deane. En ausencia de éste,
por otra orden de 1 de julio, se entregó al gobernador del castillo de Edimburgo. Cuándo alcanzó la plena
libertad no consta, pero en 1657 fue enviado por los 'resolucionarios' a Londres para defender su causa ante
James Sharp, por Sir Peter Lely
Cromwell. Burnet afirma que la idea de enviarle (o escogerle) surgió a consecuencia de 'tener cierta familiaridad
con los ministros presbiterianos, a los que Cromwell estaba entonces cortejando mucho.' Su misión fracasó, pero
se dice que impresionó tanto a Cromwell por su capacidad, que señaló 'que el caballero según el modo escocés
debería ser llamado Sharp de esa especie.'
Cuando Monck comenzó a planear la Restauración en 1659, consideró la influencia política de Sharp,
llamándole desde Coldstream en su viaje hacia el sur; Sharp respondió inmediatamente a su invitación y al
llegar preparó la declaración en nombre de Monck, que fue leída al día siguiente ante al ejército, siendo
distribuida después por todo el país y haciendo que la mitad de las fuerzas de Lambert se pasaran a Monck. Al
partir con el general inglés, Sharp parece que regresó a Edimburgo para consultar con los dirigentes de la
Iglesia. Para el gobierno de Cromwell ninguna facción de la Iglesia de Escocia se había nunca reconciliado.
Carlos II continuó siendo considerado por toda Escocia el único soberano legal, estimándose a Cromwell como
un usurpador inglés. Monck estaba deseoso de conseguir la confianza de los dirigentes eclesiásticos, aunque
sabía que anhelaban propósitos que nunca serían realizados. Era necesario contemporizar, encomendándole esa
delicada y moralmente dudosa tarea a Sharp, quien desde el principio fue perfectamente consciente de la parte
que le tocaba desempeñar. Era demasiado perspicaz para dejarse engañar por Monck, demasiado poco fanático o
visionario para fomentar algún apego al covenantismo y demasiado ambicioso para permitir que una
oportunidad tal pasara inútilmente. Que Monck está seguro de su hombre se desprende de una carta de Sir John
Greenville al lord canciller, 4 de mayo de 1660, en la que Greenville por recomendación de Monck, pide al lord
canciller que conceda crédito a Sharp 'porque ve en él un hombre honesto y uno de los que pueden ser útiles a su
majestad en varias formas, tanto aquí como en Escocia, especialmente moderando los asuntos de la Iglesia
escocesa y de la nuestra, al ser una persona muy moderada en sus opiniones y que tiene buena reputación con
los ministros de ambos reinos, a quien debe alguna protección por razones que te expondré en nuestro
encuentro' (Clarendon State Papers, iii. 741). Antes de que la carta fuera escrita, Sharp había estado durante
algún tiempo en Londres, pues en enero de 1660 había sido enviado con cinco ministros de Edimburgo para
presentar las ideas de los 'resolucionarios'. El 4 de mayo fue enviado por Monck para entrevistarse con Carlos
en Breda, siendo además recomendado por el conde de Glencairn como hombre enteramente episcopal en sus
ideas y la persona idónea en quien podía confiar para darle información correcta sobre la Iglesia y el Estado en
Escocia.
Según Burnet, cuya actitud es muy hostil y despreciativa, Sharp 'no tuvo escrúpulos en protestar solemnemente,
por palabra y por carta, ni en apelar a Dios de su sinceridad al actuar a favor del presbiterio, tanto en oraciones y
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de mejor sus
en otras ocasiones, uniendo a ello muchas imprecaciones espantosas
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History
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planes, y efectuar también el propósito del rey, Sharp indujo a éste a que confirmara por escrito las 'resoluciones
públicas' y también 'el gobierno presbiteriano establecido por la ley.' Mientras la carta intentaba aliviar la
ansiedad de la Iglesia de Escocia, estaba calculada indirectamente para pavimentar el camino para introducir el
episcopado, ya que por la confirmación de las 'resoluciones' proponía resucitar en forma aguda la antigua batalla
entre las dos facciones, impidiendo la posibilidad de su acción común. Al mismo tiempo, la carta, como Sharp
explicaba a los nobles episcopales, no obligaba al rey a nada, 'pues la confirmación del gobierno presbiteriano,
tal como estaba establecido por ley, le podía obligar nada más mientras ese ordenamiento legal estuviera en
vigor.'
Durante considerable tiempo Sharp continuó actuando ostensiblemente como representante de los
'resolucionarios', mientras que la principal tarea encomendada por el rey era la de aquietar las sospechas
presbiterianas. De ese modo, cuando, por el acta que declaraba ilegal todas las alianzas con cualquier otra
nación sin autoridad del rey, la alianza y pacto hechos con Inglaterra en 1643 quedó puesta a un lado sin
vigencia para el futuro, Sharp le explicó, a quienes él profesaba representar, que para los presbiterianos
someterse tranquilamente al acta era la mejor manera de obtener sus fines, ya que disiparía los celos que, a
causa del pacto, el rey podía abrigar hacia ellos. Mediante hábiles maniobras logró impedir que cualquier
representación fuera hecha al rey en favor de la preservación del presbiterianismo y mientras que aseguraba al
rey que sólo de los 'protestatarios' podía esperar una seria oposición al episcopado, al ser el conjunto de los
'resolucionarios' afectuosos o auténticos episcopales, posteriormente se excusó de traicionar su confianza porque
ningún esfuerzo suyo habría impedido la introducción del episcopado, lo cual era verdad, siendo también verdad
que ocasionalmente en sus cartas soltaba insinuaciones en cuanto a la preferencia del rey, hechas con la idea de
mostrar la necesidad de actuar con prudencia e indulgencia. Sin duda Sharp, como muchos otros que cambiaron
en su tiempo al episcopado, nunca fue un celoso presbiteriano. Puede ser que meramente se sometiera y esperara
una oportunidad para cambiar de bando. En cualquier caso, creyendo que estaba sentenciado, resolvió hacer lo
mejor que podía bajo el nuevo régime y actuando bajo la máxima de que todo es conveniente en política
eclesiástica, parece que no tuvo escrúpulos en desempeñar un papel que tenía dos caras. El importante servicio
que prestó a Monck y al rey, y no menos su habilidad diplomática y su fuerte personalidad, le distinguió para
una alta promoción. Mientras era nombrado capellán del rey en Escocia, con un salario de 200 libras anuales, el
16 de enero de 1661 fue nombrado profesor de teología en St. Mary College, St. Andrews. Tras el naciente
parlamento de 1661, por el que se estableció el episcopado, fue designado arzobispo de St. Andrews y el 15 de
diciembre él y otros tres obispos escoceses fueron solemnemente consagrados en Westminster. En mayo de
1662 otros diez obispos fueron consagrados, quedando completado el marco del nuevo sistema eclesiástico.
Leighton, el manso y piadoso obispo de Dunblane, le dijo a Burnet que había hecho una propuesta a Sharp para
unir a episcopales y presbiterianos, según el plan del arzobispo Ussher, quedando 'maravillado cuando observó
que Sharp no tenía ningún plan ni parecía dispuesto a hablar de ello.' De hecho, en lugar de eso, comenzó a
preparar el camino para la extinción del presbiterianismo, al publicar una proclama prohibiendo a los clérigos
convocar un presbiterio u otra judicatura hasta que los obispos resolvieran un método de procedimiento.
Habiendo ido a Londres en 1664 para quejarse por la falta de vigor y espíritu en la administración, regresó,
investido con 'el título y nombramiento de primado de Escocia', siéndole asignado también el primer puesto en
el consejo privado. Sin duda estaba convencido, rectamente, de que el plan propuesto por el afable Leighton no
podía ser más que un sueño. Era imposible en Escocia que episcopales y presbiterianos caminaran juntos en
unidad y el episcopado nunca estaría asegurado mientras el presbiterio fuera siquiera tolerado. De ahí que,
parcialmente por la determinación de desempeñar los deberes de su oficio, parcialmente por el conocimiento de
que así podría afirmarse en el poder y en el favor del rey y parcialmente por un sincero desdén hacia el peculiar
fanatismo de la Iglesia de Escocia, no dudó en imponer severamente la aniquilación de los principios
presbiterianos.
Tal celo extremista en alguien que no había sido meramente un dirigente prominente en la Iglesia de Escocia,
sino que, habiéndosele confiado la misión especial de representar las ideas presbiterianas al rey, fue el principal
traidor a las mismas, suscitó entre los covenanters la oposición y el odio contra él. El 9 de julio de 1668 cayó
muerto por un disparo en High Street, Edimburgo, realizado por James Mitchell, quien, tras escapar durante
varios años, fue ejecutado en 1678. Esta ejecución intensificó la antipatía hacia Sharp, provocando en los
covenanters actos de resistencia que desembocaron en represalias. El 3 de mayo de 1679 un grupo de
hacendados y agricultores se había congregado en Magus Muir, entre St. Andrews y Cupar, con la esperanza de
capturar o matar a Carmichael, magistrado sustituto de Fifeshire, principal responsable de la persecución de los
covenanters en el condado, cuando apareció el carruaje del arzobispo. Influenciados en parte por la convicción
de que Dios quería librarlos de su mano y por la consideración que sería más eficaz quitar de en medio al
principal que al subordinado, pero principalmente movidos por una abrumadora pasión de odio, resolvieron
matar al arzobispo. David Hackston, hacendado de Rathillet, estaba al mando del grupo; pero al tener una causa
privada contra el arzobispo, determinó apartarse, asumiendo el mando Balfour de Burleigh. Se publicaron dos
relatos separados del asesinato, considerablemente diferentes en los detalles, siendo uno suplido probablemente
por la hija de Sharp, que estaba con él en el carruaje, y el otro por los covenanters;pero ambos concuerdan en
los hechos sustanciales, esto es, que fue disparado mientras estaba sentado al lado de su hija Isabella en el
carruaje; que, al ver que no estaba muerto, los asesinos, creyendo que estaba a prueba de balas, le obligaron a
salir del carruaje y se abalanzaron sobre él hasta darle con sus espadas el golpe definitivo. La huida de sus
asesinos al oeste de Escocia y la insurrección que siguió forman el tema de Old Mortality de Scott, donde los
principales hechos históricos se reflejan. Sharp fue enterrado en la iglesia de St. Andrews, donde se erigió un
elaborado monumento de mármol en su memoria, con una larga inscripción.
Asesinato del arzobispo James Sharp. Escuela inglesa
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