EL LIBRO DE LOS ROMANOS – Julio 3/2016 ¿QUIÉN PUEDE CUESTIONAR A DIOS? - CHRISTIAN J. RODRIGUEZ C. ROMANOS 11: 33-36 ¿Quién puede cuestionar a Dios? Si decimos que no en palabras, la verdad es que sí lo cuestionamos diariamente con nuestro pecado. La única manera de saber si cuestionamos o no a Dios es conociendo a Dios. Conocemos a Dios por medio de las Escrituras. Nuestra adoración es la culminación de lo que hemos aprendido de Dios; nuestra teología es proporcional a nuestra adoración. Si conocemos lo suficiente a Dios, le adoraremos. Muchos cristianos "adoran" a un Dios pequeño y cuestionable. Pero Dios entrega a aquellos que no lo reconocen a su propia ignorancia (Rom.1:28-33). Pablo es un ejemplo de adorador por medio de una doxología. Una doxología es un recurso literario que pretende exaltar a alguien por medio de lenguaje poético. Aquí, en Romanos 11:33-36 podemos ver una doxología hecha por Pablo. Comenzando por un asombro indudable "Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y ciencia de Dios". Se trata de una afirmación por medio de tres palabras: insondable, inescrutable y profundidad. Esto quiere decir que Dios no es medible, no puede ser rastreado ni escrutado. Luego de esta afirmación vienen los cuestionamientos: ¿quién entiende la mente del Señor? ¿Quién es su consejero? Intente aconsejar a una persona sabia, tal vez al rey Salomón… Ahora intente aconsejar a Dios… ¿Porque entonces al pecar tratamos de aconsejar a Dios? Decimos confiar en Dios, pero no podemos dejar de pedir préstamos al banco. Le decimos a Dios que, por estar trabajando no tenemos el tiempo suficiente para enseñar la Biblia a nuestra familia. ¿Quién le ha dado a Dios primero como para que Dios le tenga que dar? Francamente es ridículo imaginar que podemos darle algo a Dios o que podemos ofrecerle nuestro consejo, o darle regalos de manera que "Él quede en deuda con nosotros". Después de meditar en ello, no queda duda que vivimos por Él y para Él. Todas las cosas son de Él y para Él. Gracias a Dios que la Biblia no se trata de nosotros, sino acerca de Dios.