Los Pecados de Eva Benjamín Amo © 2013. Benjamín Amo www.benjaminamo.com © 2013. Editorial Nemira www.editorialnemira.com Todos los derechos reservados. Lista de “Pecados” COPA DE PALABRAS CON SABOR A VINO CITA EN EL GINECÓLOGO JUEVES EN EL AUTOBÚS MI MASAJISTA EL HABITO NO HACE A LA MONJA CHICA MALA "POSESIÓN" EN MARRUECOS MOMENTOS CAPRICHO "MENÚ" PARA 7 DÍAS LA FARAONA ARCILLA PRIMER DÍA DE VERANO RE-­‐START LA PROVINCIANA QUERIDO DIARIO NACIDA PARA ESTO Primero tomaremos algo juntos… 5 Copa de palabras Mi timidez dejó paso a una mirada atrevida. Ojos picaros. Brindamos, por nosotros. Después me acariciaste el pelo. Dulce Mojé mis labios con el vino. Sentir Te atreviste, me besaste. Cálido Volvió nuestra timidez. Caricias Reímos juntos. Cómplices Me abrazas. Latidos Hablas en mi oído: TE D E S E O Y yo a ti. Era el comienzo de nuestra historia. 6 Con sabor a vino Me di cuenta Ella me miró Parecía joven Ojos oscuros Como la noche Larga melena Mirada intensa Mirada lasciva, llena de vicio Yo estaba dispuesto a lo que fuera Ella no dejaba de observar. Con descaro Decidí no cortarme ni un ápice, como ella Le sonreí , y envié una “señal” telepática Sin lugar a dudas aquella chica la recibió Me devolvió la sonrisa, e inició el camino Se aproximaba con lentitud, mostrándose Piel canela, labios carnosos, ojos brillantes Esperaba tras mi copa de vino. Expectación Dicen que el vino facilita el “acercamiento” Doy fe de ello. Siempre en su justa medida Se planta ante mi. A poca distancia. Sonríe Sus ojos fijos en los míos en todo momento Puedo casi sentir su respiración. Es preciosa Iba a hablar, a reaccionar. No me dio tiempo Me besó. Labios cálidos, deseo. Sabor a vino No pienso. Ella creo que tampoco. Me dejo Fue intenso y fugaz. Se fue tal y como llego Fue solo un beso. Uno para recordar siempre Sensaciones. Un beso con sabor al mejor vino. 7 8 Los siguientes relatos son de alto contenido sexual, su lectura puede provocar excitación, palpitaciones y deseo. Justo lo que yo quería. El autor 9 Cita en el ginecólogo La relación con mi ginecólogo siempre había sido un poco especial, pues desde el principio me había dado cuenta que le gustaba y atraía como mujer, si bien nunca me había insinuado nada al respecto, pero eso es algo que las mujeres notamos enseguida en los hombres. Hacía dos meses que me habían operado de la matriz y me tocaba revisión con el ginecólogo para ver cómo seguía la evolución de la misma. A mi él, mi ginecólogo, me parecía un hombre interesante y tenía para mi, como le sucede a todas las mujeres, pienso, el atractivo de su timidez y ello con independencia de la relación de toda mujer con su doctor, de por si especial al ser un hombre que conoce todas nuestras intimidades, ante el cual nos desnudamos periódicamente sometiéndonos a una exploración que es la más íntima de todas. Alguna vez había tenido la fantasía de hacer el amor con él, en alguna de las periódicas visitas que le hacía. En aquella ocasión al llamarle para la cita, diciéndole que me venía bien que fuera cuanto antes y a ser posible ese mismo día, me dio cita para última hora de la mañana. Al llegar a la consulta sólo estaba otra mujer delante mío, por lo que supuse que yo era la última de aquella mañana. Mientras esperaba a que llegara mi turno se me ocurrió una idea para hacer que él venciera su timidez. Al cabo de un rato de estar sola esperando, pues la mujer que estaba antes que yo ya hacía rato que había entrado, llegó la enfermera y me indicó que podía pasar. Entré en el despacho y como siempre él se levantó de su mesa y se acercó a saludarme, dándome un beso en la mejilla, a continuación se volvió a sentar en el sillón detrás de la mesa y yo en el de delante y comenzamos con lo típico, preguntándome cómo estaba, si sentía alguna molestia, etc., una vez hubimos terminado con los preliminares, le dije: - José, además de la visita por la operación, quería consultarte otra cosa. - Tú dirás. - Pues verás, yo soy una mujer sexualmente muy activa, me encanta el sexo y los juegos sexuales, mi marido y yo formamos una pareja muy liberal en ese aspecto y practicamos toda serie de juegos, incluidos los intercambios de pareja, además, ambos nos hemos dado libertad para practicar sexo con otros y ambos lo hacemos regularmente. Mi pregunta es si este ritmo, esta promiscuidad que te comento me puede perjudicar en algún sentido, teniendo en cuenta la operación que me has hecho. 11 Se levantó del sillón de detrás de la mesa y mientras se acercaba a mi y se sentaba en el otro sillón que estaba al lado del mío, me contestó: - No especialmente, quiero decir, que por la operación en sí no tienes más riesgo que el que tienes sin la operación, es decir, el practicar sexo con desconocidos tiene de por sí un riesgo, que no es distinto con la operación que sin ella. En fin lo que me dices tiene de por si un riesgo, que supongo que conoces, en lo referente a enfermedades de transmisión sexual. Al decir que eres muy promiscua ¿qué quieres decir exactamente? 12