Documento 623975

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Fuera de Ruta
La Noche de San Juan
María del Valle Borrero Silva*
La fiesta de San Juan esta íntimamente ligada al solsticio de verano, es la noche más
corta del año. La celebración del solsticio de verano es tan antigua como la humanidad,
en un principio se creía que el sol no volvería a su esplendor, pues después de esta fecha
los días son más cortos. Por esta razón fogatas y ritos de fuego de todas clases se
iniciaban en la víspera del verano, para simbolizar el poder del sol.
Ni que decir tiene que esta fiesta solsticial tiene un origen pagano, es muy anterior a la
religión católica o mahometana. Uno de los antecedentes que podemos tener presentes
para explicar esta fiesta son las celebraciones celtas del Beltaine “fuego bello”, era un
festival anual en honor al dios Belenos, en donde se encendían hogueras que eran
coronadas por los más arriesgados. Otra de las raíces de tan singular noche hay que
buscarlas en las fiestas griegas dedicadas al dios Apolo, que se celebraban en el solsticio
de verano encendiendo grandes hogueras de carácter purificador. Los romanos, por su
parte, dedicaron a la diosa de la guerra Minerva unas fiestas con fuegos y tenían la
costumbre de saltar tres veces a través de las llamas. Como se ve el cristianismo fue
experto en reciclar viejos cultos paganos.
¿Por qué San Juan Bautista?
La cristianización de la fiesta pagana del solsticio de verano recayó en la celebración del
nacimiento de San Juan. San Lucas narra en su evangelio que María, en los días
siguientes a su anunciación, fue a visitar a su prima Isabel cuando ésta se hallaba en el
sexto mes de embarazo. Por lo tanto se fijó la solemnidad del Bautista en el octavo mes
de las candelas de junio, seis meses antes del nacimiento de Jesús, es decir el 24 de
junio. Desde entonces se señaló esta noche del 23 al 24 de junio como la noche de San
Juan, cercana al solsticio de verano y que heredó una serie de prácticas, ritos,
tradiciones y costumbres que se extendieron por toda Europa y por muchos pueblos de
Hispanoamérica. Un dato curioso es que de los santos la iglesia cristiana lo que recuerda
es el día de su muerte, en el caso de San Juan se hace una excepción y le conmemora el
día de su nacimiento. De aquí que esta noche tomara un cariz de sagrado y santa, pero
tambien festivo y sin perder su aura mágica.
El fuego
En esta noche los rituales giran alrededor del sol, el fuego y el agua, las hogueras que se
encienden esta noche preservan de todo el mal durante un año, las cenizas, dice la
tradición, curan las enfermedades de la piel, esta noche todo es posible, es la noche que
esconde la magia de los tiempos, se quema lo antiguo y se pasa a una nueva etapa, son
ritos vinculados con la purificación, la fecundidad, la solicitud de bonanzas y el
alejamiento de males.
El agua
Muchas y variadas son las costumbres, celebraciones y rituales de esta noche tan
señalada, y como mencioné además del fuego en esta noche un elemento imprescindible
es el agua. Los celtas e Iberos nos legaron que en esta noche las aguas de las fuentes se
volvían aguas curativas, de ahí la creencia de que todas las aguas que se toman en la
noche de San Juan son beneficiosas, hecho muy relacionado con el bautista.
Noche de San Juan como diría Shakespeare es el sueño de una noche de verano, noche
de fiesta en casi toda España y en Hispanoamérica.
*Profesora-investigadora del Programa Historia Regional de El Colegio de Sonora,
mvalle@colson.edu.mx
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