Página 1 Terapia fibrinolítica en pacientes hemodinamicamente estables, con disfunción del ventrículo derecho. Aunque la frecuencia de mortalidad de la embolia aguda de pulmón (EP) es baja, el riesgo de algunos pacientes es altoi. Por lo tanto, la estrategia óptima de tratamiento debe basarse en la estratificación del riesgoii. En el manejo de la EP masiva con colapso hemodinámico, dado su alto riesgo, no existe controversia clínica. Estos pacientes tienen indicación de terapia fibrinolìtica salvo contraindicaciones específicasiii,iv. También está claro que los pacientes con EP que presentan presión arterial y frecuencia cardíaca normal, con función normal del ventrículo derecho (VD) tendrán excelente pronóstico solamente con tratamiento anticoagulante con heparina de bajo peso molecular o fondaparinux sódico como puente a la anticoagulación oralv. A pesar de que la anticoagulación es la terapéutica estándar de la enfermedad tromboembólica venosa (ETV) porque previene la propagación del coágulo y permite que la actividad fibrinolítica endógena disuelva los coágulos existentes, un proceso que típicamente ocurre en semanas o meses, no es infrecuente la resolución incompleta con la organización del trombo-émbolo y la obliteración del sistema vascular venoso profundo o del lecho vascular pulmonarvi. El debate se focaliza en los pacientes con EP submasivo, hemodinamicamente estables, que presentan dilatación e hipoquinesia del VD, en los que la terapia fibrinolítica no tiene indicación universal. Como el 30-50% de los pacientes con EP presentan evidencia ecocardiográfica de disfunción del VD, la indicación de terapia fibrinolítica a todos ellos tendría importante en la práctica clínica3. Los pacientes con EP y disfunción VD moderada o severa no están realmente hemodinamicamente estables. Su curso clínico es variable ya que la dilatación e hipoquinesia del VD puede resolverse con la terapia de sostén o evolucionar hacia el colapso hemodinámico con alto requerimiento de drogas vasopresoras, ventilación mecánica, resucitación cardiopulmonar y muerte, en las próximas 48 hsvii. El pronóstico promedio de estos pacientes es grave, en comparación con aquellos que presentan normal tamaño y función del VD. La presencia de disfunción del VD es un signo de alarma de amenaza vital que señala la necesidad de incrementar los recursos terapéuticos. La terapia fibrinolítica, mediante la disolución activa del trombo-émbolo, ofrece ventajas potenciales sobre la anticoagulación. Al producir lisis más rápida del coágulo, la fibrinolisis puede resultar en más rápida reperfusión pulmonar, recuperación de las alteraciones hemodinámicas, del intercambio gaseoso, y de la función del VD en pacientes con EP. La fibrinolisis puede también eliminar el trombo venoso, la fuente de la EP, con reducción del riesgo de recurrencia. Además, la resolución más rápida y completa del coágulo puede prevenir el desarrollo de obstrucción vascular crónica y de hipertensión pulmonar tromboembólica. A través de estos mecanismos, la terapia fibrinolítica ofrece el potencial de reducir la morbilidad y la mortalidad de la EP. También la fibrinolisis ofrece beneficios similares en el tratamiento de la trombosis venosa profunda, al mejorar rápidamente la permeabilidad venosas, con menor riesgo de embolización y desarrollo de síndrome post-trombótico6. Página 2 Así, los argumentos para el tratamiento fibrinolítico en este grupo de pacientes son los siguientes: 1)la disfunción del VD es un fuerte factor pronóstico en los pacientes con EP aguda, 2)la capacidad de los agentes fibrinolíticos para mejorar la reperfusión pulmonar y por ende la función del VD se traduciría en beneficio clínico, y 3)los resultados de algunos estudios han sugerido efecto beneficioso de la terapia fibrinolítica en los pacientes con EP aguda y disfunción del VD. Sin embargo, la evidencia actual no sostiene en forma concluyente estas consideraciones 3. La tríada pronóstica de la EP incluye: 1)la evaluación clínica del paciente (taquicardia, taquipnea, signos de hipertensión pulmonar, etc.), 2)los bio-marcadores cardíacos (troponina y péptidos natriuréticos cerebrales -BNP-)viii, y 3)la dilatación o hipoquinesia del VD observada en tests de imágenes (ecocardiogramaix, tomografía computada de torax -TACx-) o deducida a partir de nuevas anormalidades en el ECGxi. ¿ Es la disfunción del VD un factor pronóstico independiente en pacientes con EP ?xii. Fuera de un contexto de investigación clínica, la presencia y grado de la disfunción del VD se evalúa cualitativamente, no cuantitativamente. Aunque la disfunción del VD se correlaciona con la obstrucción del lecho vascular pulmonar asociada a la EP, también puede reflejar otras situaciones, por ej corazón pulmonar crónico, o insuficiencia cardíaca, y así ser en realidad más representativa de la severidad de la enfermedad subyacente que de la EPxiii. También debe señalarse que la mayoría de los pacientes con disfunción del VD, mejoran espontáneamente con recuperación de la función del VD en semanas luego de la EP, igual que en el caso de la isquemia del VD durante un infarto de miocardio de cara inferiorxiv. La variedad de los principales criterios de disfunción del VD empleados en la literatura (Tabla 1) hace más difícil analizar su significado pronóstico 3. Tabla 1. Criterios de disfunción del VD empleados en la literatura en EP aguda Página 3 Parámetro evaluado Ecocardiograma - Diámetro VD - Motilidad parietal VD - Diámetro de VCI - PAP Cateterismo derecho Criterio - Diámetro de Fin de Diástole (DFD)de VD >30 mm. DFDVD / DFDVI >0.6 – 1 - Motilidad septal paradójica; Hipoquinesia pared libre VD - Pérdida del colapso inspiratorio de VCI - Velocidad de regurgitación tricuspídea >2.5 m/s en ausencia de colapso inspiratorio de VCI; o regurgitación tricuspidea >2.8 m/s - Tiempo de aceleración pulmonar <90 ms; Gradiente AD-VD >30 mmHg. PAP >20 mmHg y PCP <18 mmHg o en rango normal - PAP Electrocardiograma - Bloqueo completo o incompleto de Rama Derecha, onda S en derivación DI y onda Q en derivación DIII. - Ondas T invertidas en v1,v2 y v3. Aproximadamente la mitad de los pacientes con disfunción moderada o severa del VD presentan contraindicaciones para la fibrinólisis, por ejemplo cirugía mayor reciente, sangrado activo, “stroke” previo, o edad avanzada. Estos individuos de alto riesgo, especialmente aquellos con disfunción severa del VD pueden tener indicación de embolectomía quirúrgica o por catéter. Otra opción es colocar un filtro en la vena cava inferior (permanente o transitorio) para prevenir la recurrencia de la embolia de pulmón. La estabilidad hemodinámica es multifactorial y no puede ser determinada simplemente por la evaluación de la presión arterial sistémica y de la frecuencia cardíaca. A menudo, la caída de la presión arterial sistólica es el último parámetro que se deteriora porque los pacientes con EP responden con vasoconstricción y aumento de la resistencia vascular sistémica. Con la hipoxia y la alteración del intercambio gaseoso, la sangre venosa ingresa a la circulación sistémica apareciendo cortocircuitos de derecha a izquierdaxv. A medida que aumenta el estrés parietal del VD, puede desarrollarse isquemia cardíaca con liberación de troponina, y el estiramiento miocárdico puede llevar a la liberación de BNP y de pro-BNP8. La hipoxia también aumenta la resistencia vascular pulmonar, con aumento secundario de la disfunción del VD y progresión de la dilatación e hipoquinesia del VD e hipertensión pulmonar tromboembólica. El VD severamente dilatado e hipoquinético es una fuente adicional de formación de trombos, aún en presencia de adecuada anticoagulación. ¿ Se trasladan en beneficio clínico los beneficios hemodinámicos de la terapia fibrinolítica ?. El agrandamiento y la disfunción del VD identifican a un grupo de pacientes de alto riesgo, aunque no está demostrado que la terapia fibrinolítica mejore su evolución7. La mayoría de los estudios realizados en los últimos 30 años han demostrado convincentemente la capacidad de los agentes fibrinolíticos para disolver el émbolo pulmonar y mejorar la perfusión y los parámetros hemodinámicos3. Goldhaber y colsxvi mostraron en 1993 que el alteplase mejora la función del VD más rápido que la Página 4 heparina sola. Como la falla cardíaca derecha es la causa usual de muerte debida a EP, su mejoría por los agentes fibrinolíticos debería reflejarse en cambios en la mortalidad. Desafortunadamente, la literatura contiene muchos ejemplos de mejoría de un marcador pronóstico por un tratamiento dado que no se traslada en beneficio clínicoxvii. En el estudio de Hamel y colsxviii, los pacientes tratados con fibrinolíticos presentaron mejor evolución en la gamagrafia pulmonar a la semana del tratamiento, que los que recibieron sólo heparina, pero la frecuencia de mortalidad fue mayor en el grupo tratado con fibrinolìticos. Debido al sesgo inherente al diseño de este estudio no se delinearon conclusiones definitivas. ¿ Cuál es el beneficio demostrado con los agentes fibrinolíticos en la EP aguda con disfunción del VD ? En la Tabla 2 se describen los regímenes fibrinolíticos disponibles para el tratamiento de la ETEV. La estreptoquinasa, uroquinasa y el activador tisular del plasminógeno fueron aprobados por la FDA para el tratamiento de la EP6. Tabla 2 Regímenes fibrinolíticos empleados en el tratamiento del tromboembolismo venoso Droga Régimen Estreptoquinasa - 250.000 U en 30 min seguido por 100.000 U/hs en 24 hs. - 250.000 U en 30 min seguido por 100.000 U/hs en 12 hs. - 1.500.000 U en 1-2 hs. - 4.400 U/kg. en 10 min seguido de 4.400 U/kg/hs en 24 hs. Uroquinasa - 4.400 U/kg. en 10 min seguido de 4.400 U/kg/hs en 12 hs. - 1.000.000 U en 10 min seguido de 2.000.000 U en 110 min. - 100 mg en 2 hs. Rt-PA - 2 inyecciones de 10 U c/u, separadas una de otra por 30 min. Retaplase - inyección en bolo en 5 segundos Tenecteplase En 1995, Jerjes Sánchez y colsxix reportaron los resultados del primer estudio randomizado (n=8) que mostró ventaja en la sobrevida con la terapia fibrinolítica en la EP. En el estudio de Grifoni y cols, que analizó la evolución a corto plazo de la EP con presión arterial normal y disfunción ecocardiográfica del VD, el valor predictivo positivo de la disfunción del VD para mortalidad fue 5%xx. Ribeiro y cols, a su vez reportaron que el 100% de la mortalidad intrahospitalaria ocurrió en pacientes con disfunción del VDxxi. En el reciente análisisxxii del mayor registro prospectivo de EP aguda (ICOPER)xxiii, se duplicó el riesgo de mortalidad en los pacientes con presión arterial sistémica normal e hipoquinesia del VD detectada con ecocardiograma. El agrandamiento del VD en la TAC también predice mayor mortalidad en pacientes con EP aguda10. En el estudio de Goldhaber y cols7 que definió el agrandamiento del VD por una relación VD:VI >0.9 en la TAC, la mortalidad a 30 días Página 5 fue 15.6% en pacientes con agrandamiento del VD, vs 7.7% en aquellos sin agrandamiento del VD. El estudio clínico MAP-PET-3xxiv comparó la terapia fibrinolítica vs anticoagulación en 256 pacientes con EP, disfunción del VD y presión arterial sanguínea normal. Aunque la mortalidad intrahospitalaria fue similar en ambos grupos, la necesidad de progresar en la escala de tratamiento fue mayor en el grupo que recibió sólo heparina que en el grupo que recibió heparina más alteplase (24.6% vs. 10.2%, p=0.004). La fibrinolisis conlleva el riesgo de hemorragia intracraneal fatal o con severa discapacidad residual. La frecuencia de sangrado asociado a la fibrinolisis es mayor en los pacientes con EP que con IAM, posiblemente porque su edad es mayor y porque presentan más condiciones médicas co-mórbidas. En el ICOPER23, la frecuencia de hemorragia intracraneal fue 3.0%. La indicación del tratamiento fibrinolítico en la EP se basa en consideraciones fisiopatológicas. Mientras que la anticoagulación sola simplemente previene la recurrencia de la EP, la fibrinolisis remueve algunos de los trombos, con disminución de la post-carga del VD, reversión de su dilatación, y menor liberación de factores humorales adversos como serotonina, trombina, e histamina7. A partir del conocimiento global de la EP aguda, de la fibrinólisis, y de los estudios y registros clínicos, se sugiere que la terapéutica fibrinolítica sea considerada en los pacientes hemodinamicamente estables pero con disfunción del VD7. El beneficio del tratamiento fibrinolítico se extiende hasta 14 días luego del inicio de los síntomas6. Deben ser excluidos de esta indicación terapéutica los pacientes con riesgo desproporcionadamente alto de sangrado mayor, en quienes, si se plantea la necesidad de avanzar más allá del tratamiento anticoagulante, debe considerarse la embolectomía quirúrgicaxxv o por catéterxxvi. Las recomendaciones para la terapia fibrinolítica en pacientes con ETEV han sido obstaculizadas por la ausencia de un estudio clínico de adecuadas dimensiones y suficiente poder estadístico para evaluar el beneficio sobre mortalidadxxvii. A partir de la ausencia de un estudio clínico con resultados concluyentes sobre la indicación de la fibrinolisis en pacientes hemodinamicamente estables, se consideran de valor los resultados de un meta-análisis que incluyó este controvertido subgrupo de pacientes con EPxxviii, el cual mostró con la terapia fibrinolítica, una reducción no significativa de 1/3 del punto final combinado EP recurrente y muerte, pero con incremento en las complicaciones de sangrado mayor. Estos resultados aportan evidencia que sostiene la indicación de fibrinolisis en la EP masiva, con indicación selectiva en pacientes de alto riesgo hemodinamicamente estables. En base a lo desarrollado previamente, podemos concluir con Altman y colsxxix. que no hay evidencia que sustente el uso sistemático de fibrinolíticos en la EP, con probable disminución del riesgo de EP recurrente y muerte en el subgrupo de pacientes con inestabilidad hemodinámica. Página 6 Para resolver esta importante controversia clínica, se esperan los resultados de un estudio clínico de grandes dimensiones (n=1100)xxx en pacientes con EP, presión arterial sistémica conservada, incremento de los niveles de bio-marcadores cardíacos y disfunción del VD, que serán randomizados para recibir “fibrinolisis más anticoagulación” vs “sólo anticoagulación”. El futuro de la terapia fibrinolítica en la EP aguda. La ausencia de un beneficio probado de la fibrinólìsis en pacientes hemodinamicamente estables con EP, no descarta la posibilidad de la terapia fibrinolitica en estos pacientes. El futuro de la investigación debe focalizarse en la mejor definición de los subgrupos que se beneficien probablemente con este tratamiento. La fibrinolisis tiene sentido en los pacientes con EP masiva por su alta mortalidad. Sobre la base de 3 meta-análisis 28,xxxi,xxxii, con el uso de fibrinolíticos puede esperarse una reducción del 40% en el riesgo relativo de muerte de la EP, aunque esta diferencia no alcanzó significación estadística. Aceptando esta hipótesis, un subgrupo de pacientes con mortalidad intrahospitalaria del 10% presentaría un 4% de reducción absoluta de la frecuencia de mortalidad. Este beneficio superaría a la frecuencia de hemorragia intracraneal del 2-3% habitualmente referida23,xxxiii,xxxiv. La estratificación del riesgo podría basarse en criterios ecocardiográficos adecuadamente definidos o sobre marcadores bioquímicos, por ejemplo los péptidos natruréticos cerebrales y los niveles de troponina8. Así podría desarrollarse un índice pronóstico para definir a los pacientes que se beneficiarían con la terapia fibrinolítica. Luego de la definición de este grupo de alto riesgo, el beneficio de la fibrinolisis en esta población debería demostrarse en un estudio clínico de grandes dimensiones que considere mortalidad como punto final. Si la EP ocurre en aproximadamente en 600.000 pacientes por año en USA, y la disfunción del VD afecta al 40% de estos pacientes, como lo refiere la literaturaxxxv, no tendría que ser difícil reclutar a los pacientes para este estudio. Bibliografía i Kasper W,. Konstantinides S, Geibel A, et al. Management strategies and determinats of outcome acute major pulmonary embolism: results of a multicenter registry. J Am Coll Cardiol 1997; 30; 1165-1171. ii Goldhaber SZ, Elliot CG. Acute pulmonary embolism: Risk stratification, treatment, and prevention. Circulation 2003; 108: 2834-2838. iii Buller HR, Agnelli G, Hull RD, Hyers TM, Prins MH, Raskob GE. 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