¿Qué es un problema?

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Gestor PNL
¿Qué es un problema?
Jessica Riveri
Sicóloga,
Trainer en PNL,
Especialista en Hipnosis y Sistemas Familiares.
Directora GESTOR PNL, Chile.
"El problema presentado pocas veces es el problema real, en tanto que la forma que tiene
la gente de encarar el problema presentado es la que crea el problema real”
Virginia Satir
Son varias las asociaciones que surgen en relación a esta pregunta: ¿Qué es un problema?
Cuando estamos en un problema significa que de una manera u otra existe un estado deseado
que no está satisfecho en la situación presente. Siempre la definición de un problema está en
función de un criterio o estándar de satisfacción. Estarás de acuerdo conmigo que no todas las
situaciones son problemas para toda la gente, en cierto sentido cuando defines una situación
como problema es porque ahí se expresa tu individualidad, tus criterios y límites personales de lo
que es apropiado, de lo que no. Para los que somos padres esto es muy ilustrativo cuando
nuestros hijos están en el colegio y comparten con otros niños: los "piercing" para algunos no son
un problema, para otras familias sí; quedarse fuera de casa, lo es para algunos, en tanto otros lo
estimulan.
La definición de un problema surge de un proceso que otorga un significado a un hecho
de realidad, mediado por nuestros estándares y deseos.
En tanto percibimos la realidad y la significamos como un problema, se estimulan patrones de
conducta, actuamos de alguna manera, mediado por los pensamientos, imágenes y asociaciones
que activa la realidad en concreto. Estamos ante un fracaso, ¿qué nos decimos a nosotros
mismos?
• "No valgo nada, soy un fracasado" y tiendo hacia al aislamiento y la desconexión.
• "Aún no encuentro la manera de lograr lo que deseo" y me oriento a buscar nuevas alternativas.
• "No hay error sólo retroalimentación" y pienso en cómo aprender del error y crear nuevas
alternativas de acción.
La realidad es una y lo que pienso, imagino y asocio “crea” una nueva realidad, que transforma la
situación en un problema o bien en una oportunidad. Si nos referimos al primer ejemplo, “no
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valgo nada…” nos estancamos en la situación sin salida. No hay movimiento hacia la solución,
sino que ahondamos en el espacio problema. Es como si jugásemos poker y nos entregan cinco
cartas, pudiendo ser ellas buenas o regulares, nuestro nivel de confianza es bajo, así que
apostamos poco o nos retiramos del juego. Y eso genera un círculo de creación de más
problemas.
Por ejemplo, tu hijo se pone un “piercing”, sabiendo que te opones, es un problema no sólo por lo
que implica en la jerarquía familiar y cuidado de la salud sino porque piensas además que podría
llegar a ser drogadicto, que es el inicio de su perdición y un estilo de vida irresponsable.
Entonces la intensidad emocional se acentúa, y dependiendo del manejo de ellas, será la
vivencia del espacio problema.
¿Y de dónde y cómo aprendemos a significar la realidad? Con certeza cuando vemos a un niño
recién nacido no podemos imaginar que todo ese cúmulo de significados que posee luego en su
adultez se derive de los genes, sino que ese bebé, en la medida que crece, fruto de sus
experiencias, fue creando guiones de interpretación.
Al respecto los traumas son hechos de aprendizajes muy profundos de guiones de significados
en relación con la vida.
Un trauma basta con que lo vivas una vez para que aprendas patrones complejos y determinante
de comportamientos. Son experiencias que nos enfrentan a nuestra vulnerabilidad, donde las
respuestas habituales ante amenazas se ven bloqueadas; no puedes huir ni ataca, entonces te
paralizas. La situación te estimula a la desconexión en tu experiencia vital.
En lo más extremo se crea una desconexión respecto de si mismo, total o parcialmente, como
amnesia, apatía, o una despersonalización total. Te desconectas de los demás tendiendo hacia
al aislamiento y en otra dimensión, puedes desconectarte de un sentido de vida, en tanto
cuestionas la presencia de una inteligencia mayor, que dependiendo del credo personal,
podemos llamar Dios.
En esto hay gradientes, de mayor o menor intensidad en la desconexión.
Y este espacio de “Yo, los Otros y Dios” define una matriz de vida, que filtra nuestra percepción
y significados de los hechos tal cual ocurren. En la medida que estamos unidos a nosotros
mismos integralmente, en conexión a los demás en un sentido de vida, somos un canal amplio de
vida. Aquí nuestra percepción se torna más presente y alerta, pudiendo hacer mayores
distinciones, con un menor rango de exclusiones y distorsiones derivadas de tu historia pasada, y
por ende, como todo sistema que tiene más distinciones disponemos de mayores alternativas de
elección.
En la medida que nos alejamos de allí, por ejemplo, dejando de atender a nuestras emociones, o
bien perdiendo la memoria y capacidad de análisis, dejando de sentir nuestro cuerpo,
centrándonos solo en la imaginación de futuros amenazantes, los significados se restringen a un
patrón determinado de comportamiento e interpretación. Es lo que solemos decir, cuando una
persona es muy emocional, racional y lógica, fría y distante o negativa.
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De igual manera se aplica si restringimos la conexión a los demás, a un par de personas, o a
veces sólo las mascotas o plantas. Vivimos en tal caso, la vida desde un sin sentido.
Desde las investigaciones de la PNL, la conexión consigo mismo, con apertura a los demás juega
un rol determinante en los patrones de excelencia. Lo que no implica decir que necesitemos ser
extrovertido o el centro de la fiesta. Sólo requerimos estar conectados a sí mismo y al mismo
tiempo, al sistema del cual somos parte. Estando en presencia, viendo y percibiendo en el
presente, sin filtro de imágenes, juicios y asociaciones derivadas de nuestros guiones de
interpretación pasados.
Vale revisar tu pasado, ¿existen situaciones que te han enfrentado a tu vulnerabilidad? Todos
hemos tenido vivencias de esa naturaleza, en menor o mayor intensidad. Es nuestro niño, joven
o adulto que necesita ser acogido, llevándole la vivencia certera que todo ha pasado, que la vida
ha seguido su curso y ¡Bien!, pues de alguna manera estás aquí leyendo este artículo, viviendo
más vida. Desde el presente, aquí y ahora, llévale a tu pasado aquellos recursos que tienes hoy,
una visión más amplia, una perspectiva mayor, sensaciones nuevas y diferentes, con un “Yo
pude”.
Muchas veces, esto marca una gran diferencia en el juego de poker asociado a los problemas, se
fortalece nuestra confianza en la vida, y podemos darle la bienvenida mediante un nuevo juego
de apuestas. “Venga Vida, Venga”.
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