Activistas /// José Luis Fernández Iglesias 30 cermi.es El periódico de la discapacidad Pisando Nacho Tremiño Gómez / Un hombre con suerte El accidente me cambió la vida para bien N ació en Valladolid en 1966. Es hijo de joyeros y tiene cinco hermanos. Cursó hasta la EGB en el colegio de los jesuitas San José de Valladolid. Después estudió interno BUP y COU en el San Estanislao de Kostka de Madrid, “por ser gamberro y aquí me reformé, hasta tal punto que saqué nota en selectividad”. Empezó Derecho en el CEU, también en Madrid, un año después volvió a Valladolid y, en tercero de carrera, fue cuando tuvo el accidente de tráfico, un día de invierno con las carreteras cubiertas de hielo y nieve, que le produjo una lesión medular baja (D12). Corría el año 1991, nuestro protagonista tenía 23 años, y el accidente le obligó a dejar los estudios y a ver la vida de otra manera. ”El accidente me cambio la vida para bien. Me cambio mi escala de valores, y eso es una ventaja. A mí la discapacidad me ha enseñado muchísimo, y sobre todo he conocido a gente muy interesante que no hubiera conocido en otras circunstancias. La vida me ha tratado muy bien. Al final he tenido mucho suerte”, afirma rotundo. Posteriormente continuaría con los estudios, pero ya a distancia, y está a punto de terminar la carrera. “Volví a estudiar porque en 2003 me mandaron hacer en el trabajo un MBA, y en el Instituto de Empresa me costó entrar al no ser licenciado, pero me aceptaron porque pude demostrar que llevaba cuatro años gestionando grandes empresas por facturación y número de trabajadores. Después de terminar el MBA, retomé Derecho donde lo había dejado”. Antes de esto, y justamente después del accidente, se volcó en su rehabilitación y en el deporte, y después de estar unos meses en el Hospital de Parapléjicos de Toledo, se fue a Inglaterra, a un hospital cerca de Londres, también de lesionados medulares. “Fue una experiencia humana muy interesante, pues coincidió con la primera guerra del Golfo en 1991, y conocí a muchos militares de distintas nacionalidades. Fue todo muy gratificante”. Después vuelve a Valladolid, trabaja vendiendo joyería, y se vuelca en la rehabilitación, “dije que no me casaba hasta que no me pusiera de pie”. Y lo consiguió, y se casó, en 1995, con la mujer que había sido su novia desde antes del accidente. No tiene más que halagos y buenas palabras cuando habla de ella y de su hija, Paloma, que tiene siete años. También, en esta época, se relaciona con otras personas con lesión medular y crea Aspaym Castilla y León en 1992, generando en los primeros años una gran cantidad de actividades e infraestructuras. En 1998, Fundación ONCE le encarga desde Madrid montar la delegación de Fundosa Social Consulting en Valladolid. En 1999 se presenta, y sale elegido, en las listas del PP para el Ayuntamiento de su ciudad, donde ejercerá como concejal de Acción Social durante dos años, antes de volver a Madrid, en el año 2000, como Consejero Delegado del Grupo de Empresas de Accesibilidad de Fundación ONCE. Entidad a la que pasa a trabajar directamente, en 2002, desempeñando diversos puestos de responsabilidad, hasta llegar al día de hoy que es Direc- FEBRERO 2009 tor Corporativo de Fundosa Grupo. Además de su trabajo, en la actualidad está en el Comité Ejecutivo del PP en Castilla y León y en la Comisión Nacional de Discapacidad de este partido en su sede de la calle Génova de Madrid. Y todo esto lo compagina con diversos cargos a nivel nacional e internacional dentro del movimiento asociativo de las personas con discapacidad, como CERMI, Predif, Aspaym, etc. Sin duda es un hombre al que le gusta trabajar con y para las personas con discapacidad. Se nota que nuestro protagonista está a gusto consigo mismo. Nacho es un hombre trabajador, afable, positivo y apasionado de la vida, de su trabajo, de su familia… A lo largo de la entrevista nombra en varias ocasiones la suerte que ha tenido con sus padres y hermanos, con su accidente, con sus compañeros de trabajo, con la gente de Aspaym de Valladolid, con la empresa donde trabaja, y, sobre todo con su mujer y con su hija. fuerte IRENE RANZ Es presidenta de la Fundación Aprender, organización de familias de niños disléxicos que han diseñado un proyecto de escuela para estos alumnos y piden un espacio en el que instalar un centro específico. El objetivo es enseñar a estos menores disléxicos, entre un 10 y un 15 por ciento de la población, a aprender independientemente de la lectura y la escritura, justamente la vía que tienen bloqueada. Según sus asociaciones representativas, una tercera parte del fracaso escolar se debe a que no se atienden suficientemente las necesidades de este grupo. La metodología del centro que tiene ideado esta fundación, de Infantil a Bachillerato y con dos clases por curso, pretende paliar las deficiencias de atención a estos menores, centrándose en el método Decroly, que parte de temas propuestos por los propios niños. VIRGINIA FELIPE Vive en Villacañas (Toledo), tiene 27 años y el cuerpo de una niña de nueve. Tiene una atrofia muscular espinal (AME tipo 2), que es una rara enfermedad degenerativa que la dejó casi inmovilizada cuando sólo era un bebé. Virginia es noticia porque ha tenido recientemente su segundo hijo, Gregorio David. Nuestra protagonista es de los pocos casos de pacientes con atrofia muscular, en la severidad que ella la tiene, que ha podido tener hijos. La única en España. Su primera hija, Sofía, tiene cuatro años. Los médicos le desaconsejaron que se quedara embarazada debido a una severa escoliosis, pero ella contesta que, “el embarazo para mí era un riesgo, pero vivir ya lo es”. Cuando se quedó encinta pesaba 28 kilos. El día antes de ingresar en el hospital para tener a Gregorio 33. ANTOINE RIGOT Es francés y tiene 47 años. Su vida ha sido el circo. Concretamente se empezó a subir a un cable de acero con 17 años. Pero un día, en 1999, una caída acabó con 20 años de equilibrios y le ocasionó una lesión medular que le dificulta la movilidad. El circo se le volvió del revés. Ahora ayuda a otros a mantenerse sobre el alambre. Con la compañía Les Colporteurs (www.lescolporteurs.com) puso en escena en 2006 un espectáculo con retazos autobiográficos, Le fil sous la neige (El hilo bajo la nieve). Alguna vez pensó “se acabó. Lo dejo todo”. “Pero llegué a la conclusión”, dice, “de que mi vida no sería la misma sin el circo. No tengo otro modo de expresión”.