Florecer

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Florecer
Las cuatro necesidades esenciales de cada líder
Derechos reservados © 2015
Por Sherry Surratt y MOPS Internacional
Todos los derechos están reservados. Este libro o alguna de sus partes no
pueden ser reproducidos o utilizados de ninguna manera sin un permiso
expresamente escrito del editor excepto para uso de citas breves en el resumen
de un libro o en la mesa de discusión de las reuniones de liderazgo MOPS.
Primera distribución 2015
MOPS Internacional
Atención de publicación: Liz Sagaser
2370 South Trenton Way
Denver, CO 80231
888.910.6677
lsagaser@mops.org
www.mops.org
Contenido
Acerca del autor
Introducción
1. Un Fundamento Que Trasciende
2. Inspiración de Líder
3. Margen de Vida
4. Apalancamiento de Líderes
Sección Bono:
¿Está tu Equipo Experimentando algún Conflicto?
Acerca del autor
Sherry es la Directora Ejecutiva –CEO- y Presidente de MOPS Internacional,
pero la verdad es que ella adora el chocolate y los zapatos espectaculares. Ella
vive en Denver con el amor de su vida Geoff y tiene dos hijos, una hermosa
nuera, dos preciosas nietas y un clóset muy desordenado.
¡Ella es la autora de Just Lead! (Liderazgo para mujeres), El hermoso desastre
(un estudio bíblico para mamás) y Mamá Valiente: Enfrentando y Superando los
Temores Reales de Mamá. Ella esconde dulces en su cartera y le encantan los abrazos, así que cuando la
veas pídele ambas cosas.
Sigue el blog de Sherry en sherrysurratt.com.
Introducción
Querida líder MOPS: ¡Tienes un lugar especial en mi corazón! No sólo eres una mujer y una mamá, si
no también eres alguien que cambia el mundo, haciendo del él un mejor lugar una
mamá a la vez. Compartes tu amor con otras mamás, inviertes en su experiencia
MOPS, haces que sea posible para ellas encontrar amigas y crecer en su fe.
Respondes muchas llamadas de teléfono y te encargas de muchos detalles. ¡Uf!
espero que en algún momento tengas la oportunidad de enfocarte en ti.
De eso se trata este libro. Es una oportunidad para que personalmente te diga
que te quiero y que lo que haces importa. Es tan importante que queríamos
escribir específicamente para ti. Tu crecimiento como líder y en tu área emocional
y espiritual es importante, esperamos que permitas que este libro sea una
herramienta personal que te inspire. ¿Qué pensarías si lo usáramos de un par de
maneras diferentes?
Primero, deseo que te tomes la oportunidad de leer las cuatro secciones, pensando
acerca de lo que Dios quiere decirte específicamente a través de cada una de ellas.
Él es quien te dio las habilidades específicas que tienes. La forma en la que sonríes,
tus habilidades de organización y esa habilidad especial que hace que las cosas
sucedan con un propósito. ¿Cómo Dios quiere hacerte crecer en estas áreas? ¿Qué
oportunidades tienes para que uses estas habilidades más allá de lo que lo estás
haciendo ahora? Estas son preguntas que espero que le hagas a Dios mientras lees.
Después me gustaría que encontrarás una amiga especial o mentora para
compartir tus respuestas de la sección de Sólo Para Ti, al final de cada capítulo.
Crecer en tu liderazgo raramente sucede de la nada. Necesitas hablar acerca dve
lo que estás leyendo e invitar a personas confiables que te escuchen y que les des
el permiso de hablarte acerca de tu liderazgo. Mantente abierta para hablar acerca
de las cosas difíciles. Comparte lo que está realmente en tu corazón. Invítalas a
que te digan acerca de lo que ellas ven en ti como líder y créeles cuando ellas te
mencionen tus fortalezas y afirmen tus talentos.
Y, para terminar, espero que te tomes la oportunidad de elegir al menos una
sección para leer junto a tu equipo de líderes MOPS. Toma el riesgo y deja que los
temas dirijan las conversaciones que tal vez no pasarían de otra manera. ¿Son estas
cosas de las cuales tú necesitas que tú equipo hable, pero no lo hace? Deja que
Dios las dirija con sus palabras. ¿Estás buscando una oportunidad para que en tu
equipo sean vulnerables unas con otras y realmente puedan orar juntas? Usa las
secciones Para Tu Equipo, las cuales te ayudarán a iniciar. Hemos incluido al final
una parte especial de ¿Tienen tensión? la cual te ayudará a reconocer y administrar
algunas de los conflictos que pasan en todos los equipos. Éste libro ha sido cubierto en oración para ti, cada una de sus páginas. Si este
libro te ayuda, y aún si no, me encantaría escuchar de ti. Tómate un minuto para
enviarme un correo y decirme cómo va el liderazgo de tu equipo. Tu liderazgo es
importante para MOPS -y recuerda que yo te quiero mucho-.
Sherry
ssurratt@mops.org
1. Un Fundamento Que Trasciende
Yo había sido Pastora del Ministerio Infantil durante cinco años cuando apenas
lo noté por primera vez. Amaba mi iglesia y las familias con las que trabajaba,
pero algo estaba mal. Me sentía como insensible. Sentía todas las emociones,
hacía todo lo que se suponía que debía hacer. Me presentaba a trabajar siempre
a tiempo, me presentaba a todas mis reuniones y trabajaba duro en todas las
cosas en las cuales sabía que debía estar trabajando. Pero en los momentos en
que era realmente honesta, las cosas que usualmente me emocionaban acerca
de mi trabajo, como enseñar historias bíblicas a los niños y ser capaz de orar
con ellos, no me daban la misma intensidad de gozo que me daban antes.
¿Estaba cansada? No. ¿Había estado trabajando demasiado duro? Mis horas de
trabajo no parecían ser más de lo que siempre habían sido. ¿Será que mi trabajo
me daba demasiadas cosas que hacer? Esta no parecía la respuesta. Tenía un
gran equipo que trabajaban bien juntos, y en quienes sabía que podía confiar.
No podía dejar de pensar que faltaba algo más. Me atormentaba en mi corazón
y cuando oraba algunas veces, en medio de la oración, me sentía sola. ¿Será
que Dios estaba ahí en verdad? Consideré renunciar a mi trabajo para tomarme
un tiempo, pero en mi corazón, sabía que eso no era lo que Dios me estaba
guiando a hacer. ¿Qué era lo que estaba pasando?
Primero confié en mi amiga Betsy, que es una de las personas más sabias que
conozco. Ella me hizo unas preguntas personales muy difíciles. ¿Qué sentía
cuando oraba? ¿Cuándo fue la última vez que sentí que Dios dictaba algo a
mi corazón? ¿Cuánto tiempo pasaba sentada en la presencia de Dios versus
llenar los oídos de Dios con mis palabras? No estaba segura de lo que ella
quería decir. ¿No se suponía que debía pasar tiempo hablando con Dios?
¿No era eso de lo que se trataba la oración? Betsy amorosamente me explicó
que la oración es realmente hablar con Dios, no sólo a Dios. No se trataba de
llenar los minutos con mi lista de lavandería de preocupaciones, aunque Dios
cuida mucho de lo que pesa en mi corazón. Era más acerca de permitirle a Él
que trabajara en mi vida, darle el espacio para proveer lo que Él sabía que yo
necesitaba, no sólo hacer lo que yo le pedía.
Suspiré. Sentí como que estaba fallando en la oración, lo que parecía tan
simple. Betsy sonrío y me llenó de unas palabras muy simples. “Deja de tratar.
Sólo debes ser. Acurrúcate en el regazo de Dios que te conoce mejor y déjalo
amarte”. Betsy siguió explicando que trabajar duro, aún en las cosas buenas,
puede quitar nuestros pensamientos y nuestros ojos de Dios y enfocarlos en lo
que estamos haciendo, Él quiere que pongamos nuestros ojos en Él. Esto puede
hacernos sentir separadas de su amor y aceptación incondicional. Nos puede
hacer sentir privadas de gozo y dejarnos entumecidas. Bingo. Esa era yo.
Pero, ¿qué es lo que quiere decir? ¿Se suponía que no debía trabajar duro? Betsy
siguió explicando que el trabajo duro, que puede ser trabajar como esposa,
como mamá, como voluntaria o como empleada requiere un fundamento en
el cual tú trabajo pueda florecer. Es un cimiento inamovible en que se apoya
profundamente un corazón que es verdaderamente amado y cuidado, que no
tiene temor a fallar y que se mantiene firme al enfrentar la crítica o la falta de
aprobación. Es un corazón que se levanta en el amor incondicional de Dios, de
manera simple y sencilla.
Por un momento me pregunté si Betsy había espiado detrás de la cortina de mi
corazón. Realmente me hacía pedazos cuando enfrentaba la crítica y temblaba
ante la primera señal de falla. Yo buscaba la aprobación de Dios a través
de hacer lo que Él esperaba de mí y de trabajar duro. Pero entre más duro
trabajaba, más lejos me sentía de Él. Sabía que Él había enviado a su hijo Jesús
a morir por mí y a la edad de siete años yo, lo había invitado a ser mi salvador,
pero, ¿será que alguna vez lo dejé que me amara?
Esto es lo que sé
El cimiento al que se refería Betsy lleva tiempo, pero no muchísimo trabajo.
He aprendido que mi naturaleza es tratar de hacer que las cosas sucedan a
través de la determinación, metas y enfoque, pero también estoy aprendiendo
que no puedo forzar una relación. Todavía hay maneras de seguir, pero estoy
aprendiendo a relajarme en la presencia de Dios y permitirle que dirija mi
camino. Chicas, esto es más difícil para mí de lo que podrían pensar. Aquí
hay algunas cosas que he estado haciendo para construir un fundamento
permanente de crecimiento espiritual en mi vida.
Estar quietas
Suena simple, ¿verdad? No es nada fácil para una parlanchina como yo. Me
gusta hablar. Me di cuenta que cuando estaba orando estaba haciendo toda la
plática. Esto es lo que sé: para ser una líder efectiva, necesitas oír a Dios, y
para poder oír a Dios tienes que escucharlo. Muchas veces yo me levantaba
en la mañana y le decía buenos días, Señor, y luego trataba de quedarme
quieta. En este momento es cuando empezaba mi mente a pensar en miles de
cosas. ¿Recogí mi ropa interior de la lavadora y la puse en la secadora? ¡Cielos
estoy pensando en mi ropa interior cuando se supone que estoy orando! Aquí es
cuando la palabra centrarnos se vuelve útil. Antes de sentarme tranquilamente,
pienso en una palabra o frase que describe quién es Dios. Dios es
misericordioso. Y cambiaba dependiendo de donde estaba mi corazón ese día y
tranquilamente re-direccionaba mis pensamientos al simplemente escucharme
decir esa frase, algunas veces en voz alta, otras veces en mis pensamientos.
Trataba de no avergonzarme a mí misma sino simplemente susurrar las
palabras y dejarlas que profundizaran en mí. Creo que Dios entiende. Él me
hizo. Él sabe que mi cerebro es un cerebro despistado.
Algunas veces durante el día, necesito de la sabiduría de Dios. Me estoy
entrenando a mí misma para pedirle a Dios que me hable, luego me siento
tranquilamente en mi escritorio y espero. Uso mi frase. Trato de no observar
mi correo electrónico. Si pasas por mi oficina, quizá pienses que estoy
durmiendo, pero te prometo que no estoy tomando una siesta. Dios honra
nuestro paciente silencio.
Es sorprendente lo que tu corazón escucha cuando está quieto. Dios susurra,
“me deleito en ti”, aun cuando yo dudo de mi propio valor. El trae a mi mente
las escrituras que me recuerdan que Él me ama a pesar de mis errores, y ni
siquiera espera perfección. El llena mi corazón con su presencia, -y me doy
cuenta que nunca estoy sola.
Usa la escritura como una espada
Algunas veces olvidas cosas. Yo tengo una amiga que dice que ella puede
olvidar cómo escribir la palabra gato, aun cuando tú le des la pista de la g y de
la o. Olvidar cosas es normal y usualmente no es peligroso, pero algunas veces
cuando olvidamos lo que Dios dice acerca de nosotras, es fácil creer cosas
dañinas que vienen de las bocas de otras personas. Esto hiere nuestro corazón
de líderes y hace sucumbir nuestro cimiento. La Biblia nos dice que podemos
tomar la escritura como una espada (Efesios 6:10-18) que corta a través del
desaliento y la depresión y cualquier otra cosa que Satanás quiera enviar en
nuestro camino. Yo no dudo en repetir versículos en voz alta a mí misma y
mirarme en el espejo en la mañana, o cuando estoy en el carro dirigiéndome
a alguna reunión. El poder que está detrás de la palabra de Dios me recuerda
lo que Dios dice que es verdad y duradero, no lo que veo delante de mis ojos o
cómo me siento en ese momento.
Sofonías 3:17 es uno de mis favoritos, amo la parte que dice, Él se deleita
en mí y callará de amor. Él se regocija sobre mí con cánticos. Sí, Él lo hace. Y
recordarme a mí misma que Dios se deleita en mí construye el fundamento que
necesito como líder.
Esto es lo que sé: los líderes tienen que rodearse con la verdad de Dios para
callar el ruido del mundo. Si no lo haces, puedes encontrarte a ti misma
perdida, forcejeando en un mundo que rápidamente puede abrumar.
Apóyate en amigas sabias
Si nos quedamos con nuestros propios elementos, nosotras nos podemos
convencer a nosotras mismas de cosas que no tienen sentido o que no
son sabias. Si nos quedamos sólo con nuestra propia manera de pensar,
podemos inconscientemente tomar un curso equivocado y encontrarnos
a nosotras mismas en un camino hacia abajo, el cual no intentábamos
transitar. Verdaderamente creo que Dios entiende esto y nos provee ayuda
disfrazada de amigas y mentoras. No pierdas tu tiempo castigándote a ti misma
si no tienes una relación formal con una mentora. Estas relaciones toman
tiempo y energía y tal vez haya temporadas en tu vida en las que no puedes
reunirte con alguien de una manera regular. No dejes que esto te detenga para
obtener el consejo sabio que necesitas. Busca en tu grupo MOPS o en tu iglesia.
¿Hay alguna mujer en cuyo juicio confías, o quien tiene unos dones dados por
Dios y sabiduría que tú admiras? Invítala a un café y a conversar. Cuando yo
conocí a Betsy, inocentemente le conté cómo me estaba sintiendo y la invité
a que conversáramos. Compartí las emociones que estaban dando vueltas en
mi corazón, y no pretendí entender lo que significaban. Hablé honestamente
y no me reprimí. Ella me habló, no me predicó o me juzgó, y yo escuché. Esto
empezó en mí un camino de crecimiento espiritual y me ayudó a ver cómo
había perdido el rumbo.
Esto es lo que yo sé: Como líderes necesitamos esto de vez en cuando, y no
utilizar a las grandes personas que Dios coloca en nuestro camino no tiene
sentido. Pero requiere ser intencionales. Tenemos que levantar nuestros ojos
y encontrar a alguien que tenga una estrecha relación con Dios y alguien que
pueda ser honesta y abierta. Entonces debemos tomar el valor y preguntar.
Allison, una líder MOPS y mamá de tres, ha encontrado el poder en la oración
diaria. Lee su historia para aprender cómo ella prioriza la oración en medio de su
vida muy ocupada.
Orar sin cesar
Por Alison Edgar, mamá de tres y coordinadora del grupo MOPS en la iglesia
Bautista de Topeka, Kansas.
Como mamá de tres niños de menos de cinco años, no he dormido bien
durante toda la noche durante los últimos cinco años. A pesar de lo cansada
que a veces me siento o aún debido a ello, realmente he estado convencida de la
frase “orar sin cesar”.
Hay unos cuantos pocos tiempos durante mi vida en los cuales me puedo
sentar tranquilamente y orar, y tener comunión con Dios sin el ruido del
mundo interrumpiendo. Pero Dios puso estos hermosos hacedores de ruido
en mi mundo por un periodo breve de tiempo, y yo he decidido que puedo
encontrar algunos cuantos momentos para hablar con Dios. El señor y yo
hemos tenido muchas conversaciones a mitad de la noche cuando los bebés
finalmente regresan a dormir, pero esta mamá queda despierta. También he
tenido mucho tiempo en el carro con el Señor. Algunas veces es ruidoso y
muestra a mis hijos cómo podemos agradecerle cada día. Por ejemplo todos
le damos gracias por un hermoso día soleado durante la mitad del invierno.
También permito que lágrimas silenciosas fluyan sobre mis mejillas, y alejen
mis miedos y mis inseguridades y las lleven al Señor mientras manejo a la
tienda o al lugar de juegos.
El señor me escucha en medio de un caos, y por eso estoy agradecida. Dios
nos escucha justo donde estamos si estamos abiertas a Él. Yo lo encuentro en
medio de mi caos loco y Él me da la fuerza.
Seamos sinceras.
Es tiempo de que pienses acerca de lo que Dios puede estar hablándole a tu
corazón de líder. Tómate unos minutos y cuestiónate las preguntas 1-3, luego
pasa tiempo con tu equipo de liderazgo discutiendo las preguntas 4-6. Si te
sientes cómoda con tu equipo de liderazgo, comparte tus respuestas personales
de la sección Para Ti.
Para ti
1. ¿Paso tiempo concentrada esperando en Dios, dándole el espacio para
que me hable? Si es así, ¿cuáles son algunas de las impresiones que Él
me ha susurrado y me ha compartido? Escríbelas en un diario, añade tus
pensamientos acerca de lo que piensas que significan en tu vida.
Si no paso tiempo esperando en Dios y escuchándolo, ¿por qué no? ¿Es
falta de tiempo, o algo más? Sé honesta contigo misma acerca del por qué.
¿Es realmente falta de tiempo o qué más? ¿Cómo puedo empezar mañana a
incorporar esto en mi vida? Tal vez sólo por 10 minutos cada semana.
2. ¿Utilizo las escrituras en mi vida como Dios habla en Efesios 6:10-18? Si es
así, ¿qué escritura se han convertido en mis versículos ancla? y ¿por qué? ¿Qué
quiere Dios que recuerde a través de estos versos? ¿Descanso en estas palabras,
creyendo que fueron escritas sólo para mí?
Si no, ¿qué me está deteniendo? ¿Creo que en verdad son para mí? Necesito
ayuda para encontrar esos versos que puedan hablar la verdad a mi vida. Puedo
empezar mañana sólo con un verso especial.
3. ¿He utilizado completamente a la gente que Dios ha puesto en mi mundo?
Si es así, ¿quiénes son? ¿Tengo al menos una persona con la que puedo hablar
cuando necesito ayuda? ¿Tengo a alguien a quien considero una mentora,
alguien que me motiva a ser yo misma y a no pretender ser algo que no soy?
¿Cómo la utilizo?
Si no, ¿cómo puedo encontrar a alguien? ¿Hay alguien en mi grupo MOPS o en
mi iglesia a quien puedo considerar?
Para tu equipo de liderazgo
¿En tu equipo de liderazgo oran juntas con regularidad? ¿Todas en el equipo se
sienten libres de orar por el grupo y el resto del equipo? Habla acerca de cómo
sientes que la oración como equipo ayuda a tu liderazgo.
¿Hay alguien en tu equipo que te ha bendecido a través de la oración?
Comparte con las demás cómo esto te ha ayudado.
¿Utiliza tu equipo de liderazgo la escritura para fortalecer su liderazgo? ¿Tiene
tu equipo de liderazgo un verso que reclaman como el verso del equipo?
Hablen acerca de este verso juntas, y si no tienen uno, consideren elegirlo.
¿Se dan permiso unas a otras de hablar palabras de aliento en sus vidas?
Si alguien en tu equipo te ha motivado, cuéntales lo mucho que esto ha
significado para ti.
¿Qué Preferirías?
Para conocer más acerca de ti misma y tu estilo de desarrollo espiritual,
contesta lo siguiente y considera los pasos de acción.
Preferirías…
A: orar sola.
B: orar con un grupo de amigas.
C: escribir un diario con tus oraciones.
D: no orar (no estoy cómoda, y ¡no sé qué decir!)
Si elegiste A: esto no quiere decir que seas antisocial o que no necesites a
otras. Jesús tenía que alejarse de la gente para hablar con Dios solo también.
Disfruta tu tiempo a solas con Dios, permite que sus palabras profundicen en
tu corazón. Cuando estés cómoda, considera una persona con la que puedas
compartir lo que Dios te está diciendo. Mateo 18:20 dice, “donde dos o tres más
se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”.
Si elegiste B: tú probablemente te sientes cómoda orando en voz alta, incluso
disfrutas orar en voz alta por otros. Usa tu tiempo de oración con otras
personas para motivarlas, háblales bendiciones de Dios sobre sus vidas. Si
todavía no has considerado pasar tiempo con Dios sola también invítalo a Él a
que te hable y siéntate tranquilamente a escuchar.
Si elegiste C: probablemente te guste escribir y pasar tu tiempo en actividades
creativas. Agradécele a Dios por este regalo y deja que sus palabras de
creatividad fluyan de tu corazón a tus manos. Las oraciones escritas son
recuerdos hermosos de nuestros pensamientos y expresiones hacia Dios. Éstas
no tienen que ser compartidas con nadie, pero cada cierto tiempo tómate
la oportunidad de recordar estas oraciones que te muestran las cosas que
has hablado con Dios y la forma en la que Él te ha contestado. Si te sientes
inclinada a hacerlo, considera compartir una oración con alguien con quien
sientas que puede beneficiarse de leerla.
Si elegiste D: ¡No te sientas avergonzada ni apenada! Estás siendo honesta
acerca de cómo te sientes, y esto requiere valor. Cuando te sientas cómoda,
encuentra una persona en tu equipo de liderazgo que sabes que no te va
a juzgar ni malinterpretar, y habla con ella acerca de esto. Todas tenemos
momentos cuando no queremos o no sabemos qué decir en oración. Dios
entiende, y no debes ser una experta en oración para empezar a practicar. Una
conversación con Dios puede ser tan natural como una conversación con una
amiga.
Preferirías...
A: memorizar un versículo favorito de la Biblia.
B: escribir un versículo favorito de la Biblia, para que lo puedas leer cuando
lo necesites.
C: ni memorizar ni escribir, ¡No tengo tiempo!
Si elegiste A: probablemente tienes una buena memoria, y memorizar es fácil
para ti. Dale gracias a Dios por este don, y piensa en formas que tú tal vez
amablemente puedes compartir como esto te ha ayudado como líder para
motivar a otras.
Si elegiste B: tal vez no tengas tiempo para memorizar los versos, o tal vez
sea frustrante para ti. Está bien. Escribe tu versículo favorito y ponlo en un
lugar donde lo veas frecuentemente o en los lugares donde más lo necesitas.
(Mi amiga coloca versículos motivacionales en la puerta del refrigerador para
recordarse que ella no necesita comer cada vez que se siente estresada) puede
ser la ayuda que necesitas. Si tú te sientes inclinada a memorizar versículos,
pídele a una amiga que te ayude.
Si elegiste C: eres honesta y verdadera. Piensa acerca de empezar en lo
pequeño con sólo un versículo que puedas subrayar en tu Biblia, escribir en tu
computadora portátil o en la pantalla de tu teléfono. El punto es recordarte a ti
misma lo que dice Dios. Hay muchas maneras de hacerlo. ¡Se creativa!
2. Inspiración de Líder
Yo soy lo contrario de un enano verde. Mi hogar es el lugar en donde las
plantas de la casa se secan y se marchitan. Mi oficina es un verdadero
cementerio de todas las cosas exuberantes y verdes. Cuando alguien me da
una hermosa planta con flores, me estremezco y casi puedo oír los gritos de
las flores por nacer”, ¡Oh! por favor, ¡oh! por favor, ¡no me dejes con ella! Ella se
olvidará de hidratarme, y ella nunca ha oído hablar de abonos para plantas. ¡Soy
demasiado joven para morir!
Pensamientos imaginarios… pero si fueran reales, las pobres plantas tendrían
razón. Empiezo con buenas intenciones. Sé que a una planta se necesita
cuidarla a diario, sobre todo en un clima seco como Denver, Colorado.
Cuidadosamente coloco la maceta de mi amiga cerca de una ventana soleada
donde seguro la veré todos los días y yo empiezo con un plan... Me voy asegurar
de darle agua cada mañana mientras esté bebiendo mi café. Esto dura unos
tres días. Después, las hojas se ven crujientes y los tallos comienzan a decaer.
El follaje es depresivo y la próxima vez que miro en dirección a la planta, el
decaimiento se ha convertido en desesperación y el hospicio de plantas tiene
que ser llamado.
Es lo mismo con nuestro liderazgo. Se necesita cuidarlo a diario, no importa
en qué clima se viva. Tú puedes tener buenas intenciones hasta que las
vacas vuelvan a casa (¿Dónde salen esas vacas, de todos modos?). Pero esas
intenciones no significan nada hasta que tomes acción. Me recuerdo como
una líder joven en mi primer año siendo Asistente del Director en una escuela
primaria urbana - me estaba ahogando en la incompetencia. Me sentí incierta
e insegura, mal preparada para tomar decisiones importantes. Yo estaba
intimidada por los profesores de más edad a quienes yo tenía la tarea de dirigir,
que tenían algunos años más que yo, también tenían más experiencia, más
sabiduría, más de todo -o al menos eso me pareció. Mi primera reunión de
Distrito con el resto de los administradores fue un desastre. Me senté apartada
y no dije una sola palabra. Tomé notas y traté de parecer inteligente, pero yo
estaba segura de que todos en la sala estaba pensando, ¿qué está haciendo ella
aquí? ¡ELLA no sabe lo que está haciendo! Si ellos habrían dicho esto en voz
alta, habrían tenido razón. Yo no sabía lo que estaba haciendo, y lo triste era,
que yo no estaba haciendo nada al respecto.
Mi Superintendente de Distrito vino a verme un par de días más tarde. El me
preguntó cómo iba todo - y me di cuenta por la forma en que me preguntó que
él ya sabía. Él gentilmente me hizo algunas preguntas. ¿A quién iba yo a pedirle
ayuda? ¿Le habré dicho a mi director que me sentía como si me estuviera
ahogando? Continuó preguntándome, ¿quién era mi mentor? ¿Qué libros
estaba leyendo? Recuerdo estar deseando que él dejara de hacer más preguntas,
porque yo no estaba haciendo ninguna de esas cosas. Luego dijo palabras que
nunca olvidaré: “Sherry, tú puedes guiar sola, o puedes guiar bien”.
He pensado en sus palabras muchas veces a lo largo de los años. Sus palabras
estaban llenas de sabiduría, y me indicaban que tenía una opción. Sherry,
puedes convertirte en un gran líder, con la ayuda de los demás, o puedes optar
por quedarte justo donde estás. Estas palabras no sólo indicaron una elección,
sino también una responsabilidad. Podría esperar ayuda por venir, o podría
ir detrás de ella yo misma. Sus palabras me llevaron a otra hermosa verdad
del liderazgo: Yo soy la única responsable de mi propio crecimiento en el
liderazgo. Todo depende de mí que yo sea grande, y me da a elegir cuánto y en
qué medida. Nadie más va a asumir esa responsabilidad por mí. Las palabras
de mi superintendente dolieron un poco, pero estoy muy agradecida. Estas
me llevaron a pensar no sólo en la gente en quienes necesitaba apoyarme para
ayuda, sino también en todos los demás recursos de liderazgo que estaban por
ahí.
¿Quién Te Está Ayudando?
La palabra líder es una que lanzamos alrededor con abandono, y que puede
evocar todo tipo de sentimientos. Para aquellas de ustedes que han tenido una
mentora amiga especial en su vida, él o ella probablemente les hace sentirse
apoyada y amada, con una cálida sensación de gratitud por dentro. Para otras,
tal vez la experiencia de tutoría no fue la mejor, o que ha sido difícil incluso
encontrar a alguien que esté dispuesto a invertir en ti - puede ser una palabra
dolorosa. Esto es lo que he encontrado: un mentor no tiene que ser alguien
que pasa mucho tiempo contigo en un café y una conversación cálida. Puede
ser cualquier persona de quien aprendas, tal vez un autor o alguien que tú
mires desde lejos. Nancy Ortberg, autora de “Soltando el Poder de las Bandas
Elásticas y en Busca de Dios” ha sido uno de esos para mí. Sólo hemos charlado
largo y tendido una vez, pero he leído sus libros, escuchado sus seminarios web
y audios digitales, y he aplicado su sabiduría a mi vida de liderazgo muchas
veces. Nancy es la persona que me enseñó que el liderazgo es una fuerza que
está en curso, no algo en ser conquistado. El liderazgo es tratar con personas,
que vienen en todo tipo de formas y tamaños, y tú tienes que aprender a
adaptar tu liderazgo para ajustarte a esto. Comprender estas verdades es un
proceso. Se necesita tiempo, paciencia y la voluntad de ser estirado, lo cual
puede ser doloroso y estimulante. Si le preguntaras a Nancy acerca de estas
conversaciones podría decir, ¿Sherry? ¿Quién? Dudo que ella recuerde nuestra
única conversación, y ella seguramente no se consideraría a sí misma mi
mentor personal. Pero sus palabras y sabiduría han sido poderosas en mi vida.
Esto puede funcionar en tu vida de liderazgo también; encuentra a alguien
cuyo liderazgo admiras. Si es posible, pide sólo una conversación donde tú
puedas agarrar su cerebro. Si no, tomar notas sobre lo que hacen o dicen, de
sus libros o audios digitales o conversaciones. Si tú no tienes uno(a) amigo(a)
consejero(a) especial en tu vida, que se reúne contigo con regularidad, no te
desanimes. Recuerda: tú eres responsable de tu crecimiento en el liderazgo y nada te detiene, excepto tú misma.
¿Qué Estás Haciendo Con Lo Que Aprendes?
Me doy cuenta cuando a mi nieta Mollie no le gusta un alimento en particular.
Ella se lo pone en la boca durante un minuto, hace buches con éste y luego
una mirada determinada viene sobre su dulce rostro y ¡fuera! viene el lío
masticado en su bandeja de la silla alta (¡tan asqueroso!). La expresión de su
rostro siempre me hace reír. Buen intento Mimi, pero eso fue desagradable.
Mollie preferiría mucho más comer ositos de goma y trozos de queso para
cada comida pero su madre tiene otras ideas. La verdad es que, no importa
cuán nutritiva sea la comida, que no hace ningún bien a menos que realmente
la digiera. Podemos servir todo tipo de alimentos nutritivos en un tazón de
princesa. Podemos darles con la cuchara en la boca con todo tipo de juegos
lindos de avión, pero no hemos logrado nada a menos que realmente entre en
su estómago. Es lo mismo con nuestro liderazgo. Podemos ir a conferencias,
podemos leer libros y asistir a seminarios en línea, pero nuestra asistencia por
sí sola no cambiará nuestro liderazgo. Así que aquí está la gran pregunta: ¿Qué
es lo que haces con lo que aprendes? ¿Capturas las ideas o llevas un diario
de notas donde puedes volver a éste y realmente darle un poco de espacio de
tu cerebro? ¿Hablas de ello con otros líderes para ver cómo se aplica a ti y tu
situación? ¿Eres quien averigua las maneras que puedes utilizarlo en tu vida
y luego pides a alguien que te conoce bien que te mantenga confiable? Estás
pensando, “¡Despacio hermana, eso es un montón de trabajo!” Tienes razón,
si lo es. Así que a comenzar con una forma de ingerir lo que aprendes. Cuando
tu lees o escuchas algo que piensas que podría ser significativo a tu liderazgo,
comienza con la pregunta: “¿Qué podría significar esto para mi liderazgo, y
cómo podría cambiar mi comportamiento mañana?” Entonces debes hablarlo
con alguien. El punto es no sólo escuchar nueva información, sino realmente
hacer algo con lo que te ayuda a crecer.
¿Cómo Puedes Decir Si Estás Creciendo?
¿Te has preguntado qué se siente al estar en el otro lado de tu liderazgo? Con
esto quiero decir: ¿Cuál es la experiencia para las personas que conduces?
¿Qué se siente sentarse en la mesa contigo en una conversación? Es una gran
pregunta que puede ser incómoda para preguntar, pero no vamos a saber la
respuesta hasta que cuestionemos esta vital pregunta. Averigüé con algunas
personas esta pregunta el otro día y para mi desgracia, el aire se puso un
poco incómodo. Ellas dudaron. Me di cuenta de que estaban sopesando su
respuesta antes de que saliera de sus labios. Les animé a ser sinceras. ¿Fue
útil mi liderazgo? ¿Estaba alentando o desalentando? ¿Estaba clara en mis
expectativas, o puedo crear incertidumbre?
Esto es lo que he aprendido - y no es siempre divertido: Tengo puntos ciegos
como líder; hay cosas que no puedo ver por mi liderazgo y necesito a otros
decírmelo. No puedo crecer como líder a menos que yo deje a otras personas
hablarme honestamente. Además he aprendido: Que tengo que tener realmente
mi corazón dispuesto a escuchar la respuesta, así que no me voy a poner a la
defensiva. ¡Pero eso no es lo que quise decir! ¡Pero yo escuché tu opinión! Si
mi corazón no está listo, puede salir lastimado, y puedo sentir una tremenda
necesidad de mostrarles a los demás lo equivocados que están. Esto no sólo es
inútil para mí y la otra persona - me bloquea para mi crecimiento.
He aprendido que una de las mejores maneras de ver si estoy creciendo es
establecer primero en qué área(s) necesito crecer para preguntar a quienes
experimentan mi liderazgo cómo necesito crecer. Esto puede ser incómodo.
Esto puede darle un par de golpes a tu inseguridad. Durante unos minutos
incomodos, es posible que te arrepientas haber preguntado. Pero luego viene
la parte hermosa - si realmente vas a escuchar. Tú puedes aprender de esta
pregunta difícil, aplicar lo que aprendes, y luego ser un mejor líder.
¡Seamos Realistas!
Así que vamos a trabajar, y vamos a comenzar haciendo reflexiones más
profundas. Hazte las siguientes preguntas cuando tengas unos minutos para
considerarlas realmente; sé honesta y recuerda el objetivo. No permitas que
te desanime, pero toma responsabilidad por tu liderazgo y está dispuesta a
crecer. Considera el uso de las preguntas “Para Tu Equipo De Liderazgo”
como puntos de discusión, recordando establecer un tono de seguridad, amor
y aceptación en primer lugar. Recuerda – la finalidad de estas preguntas es
para ayudarte a ti y a tu equipo a crecer, no para hacer un punto o herir los
sentimientos de nadie.
Para Ti
• ¿A quién tengo en mi vida que me ayuda a crecer? Esta es una gran
pregunta que necesita un nombre para la respuesta. Recuerda, podría ser
alguien con quien estudias y de quien aprendes, aunque no necesariamente
pasas mucho tiempo con ésta. Si tú no puedes nombrar a cualquier persona
de quien aprendes actualmente, este es un gran punto de acción. Comienza
con un libro o un seminario o conferencia e identifica a la persona detrás
de esa sabiduría. ¿Estos tienen otros recursos de donde se puede aprender?
Si esto no te atrae, mira a tu alrededor. ¿Hay alguien en tu grupo MOPS o
equipo de liderazgo o de tu iglesia de quien te gustaría aprender?
Tú no sabrás cuál es la respuesta de los demás hasta que les preguntes.
• ¿Cómo puedo utilizar lo que aprendo? ¿Mantengo notas de mi aprendizaje
y luego regreso a estas para averiguar cómo podría usarlas? Una buena
manera de comprobar tú misma aquí es preguntar, ¿cuándo fue la última vez
que realmente cambié mi comportamiento o tomé acción con base en algo
que aprendí?
• ¿A quién invito a hablar de mi liderazgo? ¿Me pregunto preguntas críticas
sobre áreas que no podría haber tomado en cuenta? ¿Qué hago con la
información que aprendo? ¿Si esto ha sido doloroso en el pasado, hay una
mejor manera de preparar mi corazón para ello?
Una Sugerencia de Sherry: Cuando sé que podría oír algo que va a lastimar
mis sentimientos o despertar mi inseguridad, baño mi corazón y pensamientos
con las sagradas escrituras para estar lista (véase el capítulo anterior sobre el
uso de la escritura como una espada). Yo me recuerdo a mí misma de que Dios
se complace conmigo no importa lo que piensen los demás (Sofonías 3:17), y
que su amor por mí no termina simplemente porque no soy perfecta (Romanos
8: 37-39).
Para Tu Equipo de Liderazgo
• Como equipo, ¿nos invitamos mutuamente a hablar honestamente entre sí
como líderes? ¿Hay elefantes en la habitación de que no hablamos? ¿Por qué
pasa esto?
• ¿Tomamos la oportunidad de crecer juntas como mujeres líderes, no sólo
en nuestras responsabilidades en MOPS? ¿Cómo hacemos esto? Si no lo
hacemos, ¿cuál sería la manera en que podríamos empezar?
• ¿Nos desafiamos mutuamente para crecer? ¿Compartimos nuestro liderazgo
con las demás para que puedan tener oportunidades prácticas para crecer? Si
no lo hacemos, ¿por qué pensamos que pasa esto?
• ¿Cómo sabemos si estamos creciendo en nuestro liderazgo en equipo?
¿Sentimos que nuestro impacto en las mamás de nuestro grupo es cada vez
mayor debido a nuestro liderazgo? ¿Por qué o por qué no?
Denae, una Mentora MOPS y madre de dos hijos, descubrió algo más que
amistad en MOPS. Ella descubrió su propio potencial como líder, así como
el potencial de ayudar a otros líderes a florecer. Lee su historia inspiradora y
considera el potencial maravilloso que tú y tus colegas líderes poseen.
Potencial
Por Denae Matherly,
Mentora MOPS y madre de dos con sede en Sioux Falls, Dakota del Sur
Hace siete años, por pura desesperación, entré en una habitación llena de
mujeres desconocidas y me senté en una mesa con mamás que nunca había
conocido antes. Yo estaba en un lugar solitario con dos bebés menores de dos
años, sin amigos con bebés, y un marido que trabajaba de 10 a 14 horas al día.
Mi bebé raramente dormía más de 40 minutos a la vez, y mi niño se despertaba
casi todos los días a las 5:00am. Mi mamá vivía a seis horas de distancia, mis
amigos estaban en el trabajo y no me sentía preparada para tomar las mejores
decisiones que debía como esposa/mujer/madre.
No puedo decirte de lo que trató ni una sola reunión durante ese primer año
de MOPS, pero sí me recuerdo yo llorando en el sofá una mañana a las 4:45am.
Había por fin logrado dormir a mi bebé más pequeño cuando mi niño mayor
se despertó. Oré: “Querido Dios, sólo déjame llegar al viernes. Si puedo llegar a
MOPS, entonces podré hacerla esta semana”.
Mi marido y yo habíamos dicho que nunca tendríamos hijos biológicos, así que
eso era lo que habíamos planeado. Decidimos adoptar después de cinco años.
Imagina nuestra sorpresa cuando, un poco más de un año, nos enteramos de
que estaba embarazada. Acababa de empezar un nuevo trabajo y me dejaron
ir rápidamente porque estaba embarazada. Yo no estaba protegida por la Ley
de Ausencia Familiar y Médica porque no tenía ni un año laborando. Me sentí
obligada a quedarme en casa. Yo no sabía cómo iba a sobrevivir. Mi marido
se enteró de MOPS por alguien en el trabajo, y encontró un grupo para que
yo le echara un vistazo. Pasé dos años asistiendo a ese grupo MOPS, y al final
del segundo año, una líder MOPS me llamó para preguntarme si me gustaría
considerar la posición de Hospitalidad durante las actividades. Vieron algo en
mí que no estaba segura de que pudiera poseerlo de nuevo: La capacidad para
ser un líder.
Mi esperanza se renovó. Si alguien podía creer en mí, entonces yo podría
empezar a creer también. Un año después de eso, alguien se me acercó para
iniciar un nuevo grupo MOPS en mi iglesia. Fue increíblemente difícil,
pero Dios proveyó un increíble grupo de mujeres que estaban dispuestas a
desarrollar su potencial de liderazgo juntas. Después de dos años y medio, Dios
me dio un codazo para salirme del liderazgo y hacer espacio para que otras
crecieran como líderes.
Poco después, se me pidió ser una Entrenadora MOPS para 20 grupos en
mi área. Dios ha estado desarrollando mi potencial de liderazgo en muchas
áreas - todo porque alguien estuvo dispuesta a asumir un riesgo con mi auto
desorden. Y todo porque dije: “Sí”. Estoy muy agradecida por el momento de
humilde desesperación que me llevó a entrar en una habitación de mujeres
desconocidas y sentarme en una mesa de madres que nunca había visto antes.
Estoy agradecida de que mi grupo MOPS creó en mí, y aún más agradecida
de que Dios nunca se da por vencido en nuestro hermoso potencial - aun en
medio de nuestras luchas personales.
¿Cómo Te Va?
Utiliza la siguiente evaluación para ayudarte a identificar áreas en las que te
gustaría crecer. Recuerda que no hay respuestas correctas o incorrectas, o
una puntuación buena o mala. Esto es simplemente para ayudarte a aprender
acerca de ti misma como una líder. Otra forma de utilizar esta evaluación
es considerar compartirla con alguien de tu confianza para hablar sobre tus
respuestas.
Date una puntuación de 1-5; donde 1 = Realmente necesito trabajar en esto
y 5 = ¡Estoy haciéndolo muy bien!
• Aprovecho cada oportunidad para leer y/o escuchar los recursos que dan
ayuda práctica y consejos de liderazgo. Puntuación: _________
• Pregunto regularmente a los demás lo que se siente al experimentar mi
liderazgo y compartir cómo podría ser mejor. Puntuación: __________
• Cuando alguien comparte algo sobre mí como una líder, que puede ser una
crítica o criticismo, lo uso para pensar en cómo puedo corregir o mejorar.
Puntuación: _________
• He aplicado algo de lo que he aprendido en un libro, conferencia, discusión
o podcast para ayudarme a crecer en los últimos 6 meses. Puntuación:
_________
• Cuando mis sentimientos son lastimados o me siento insegura sobre mi
liderazgo, ¿hablo con Dios al respecto? Puntuación: ________
• Le he pedido a alguien supervisarme para hacerme responsable a usar algo
que he aprendido para ayudarme a ser una mejor líder en los últimos 6
meses. Puntuación: _______
Después de responder a las preguntas anteriores, considera elegir una sola área
en la que te gustaría mejorar. Pregúntate a ti misma: ¿Cómo podría mejorar en
esta área? ¿Quién me puede ayudar? Toma unos minutos para celebrar un área
donde te sientes que ya has hecho una mejora o un área donde tú te sientes que
lo estás haciendo realmente bien. Si te sientes cómoda, piensa en compartir tus
respuestas con tu equipo de liderazgo y los utilizan como puntos de discusión.
Imagina esto
Imagina el día que llegues al cielo. Todo a tu alrededor es una belleza
increíble más allá de cualquier cosa que hayas experimentado, y tu corazón
está abrumado con la idea de que pronto se dará la oportunidad de ver a
Jesús cara a cara y sentarse a sus pies. Mientras tú estás caminando por un
camino hermoso, ves una familia caminando hacia ti. A medida que la familia
se acerca, tú reconoces el rostro de la mujer y ella te regala una gran sonrisa.
Ella toma tu mano y dice estas palabras: “Sólo quiero darte las gracias. Tú me
invitaste a tu grupo MOPS, y yo admiraba tu liderazgo. Tú me hiciste sentir
bienvenida y te saliste de tu camino para asegurarte de que yo sintiera que
pertenecía y me encantó. No olvidaré nunca el día en que oraste por mí en
nuestra mesa. Ese fue el día que di mi corazón a Dios. Fueron tus palabras y tu
aliento que me ayudó a tener el coraje de hacerlo. Compartí eso con toda mi
familia, y ahora estamos todos aquí. ¡Gracias!”
No tengo ni idea de lo que será el cielo, y no puedo dar fe de la exactitud
teológica de la imagen que pinté arriba, pero de esto sí estoy segura: tu
liderazgo importa. Tus palabras, tus oraciones, tus abrazos, y tu sonrisa de
bienvenida - hacen una diferencia. Debido a que las mujeres se introducen
en el amor y el perdón de Dios. Esta es la razón por qué los principios de tu
liderazgo y crecimiento es de gran importancia. Crecer como líder requiere
esfuerzo y paciencia y, a veces, nos podemos preguntar si vale la pena.
Permítanme asegurarles - vale la pena cada momento.
Líderes, abarquen todas las posibilidades que tienen para crecer. Aprovecha
cada oportunidad para mejorar. El liderazgo es influencia, y con cada paso que
el crecimiento toma, se obtiene mayor influencia en los demás.
En el Anaquel de Sherry
La siguiente lista de libros sobre liderazgo son los favoritos de Sherry, sin
ningún orden en particular:
En Busca del Gran y Santo Liderazgo
de Mike Bonem
Las Cinco Disfunciones de un Equipo
de Patrick Lencioni (¡Me encanta todo lo que él escribe!)
Liberar el Poder de las Bandas Elásticas; Lecciones de Liderazgo No Lineal
de Nancy Ortberg
5 Fundamentos de Liderazgo para Mujeres
de Linda Clark
Desarrolla el Líder que Hay Dentro
de Ti de John C. Maxwell
Despegado: Cómo Tomar Decisiones Sabias en Medio de Emociones Crudas
de Lysa TerKeurst
Liderazgo Espiritual
de Henry y Richard Blackaby
3. Margen de Vida
Un día regresé del trabajo a casa exhausta y mentalmente cansada. No solo
estaba cansada físicamente; estaba cansada de tomar decisiones, cansada
de pensar, cansada de escuchar problemas, sencillamente cansada. En lo
profundo, el cansancio se sentía como algo tan grande que una siesta no podría
componerlo.
En cuanto entré a casa, mi dulce esposo me preguntó: “¿Qué quieres hacer
para cenar?” Podía sentir cómo la irritación aumentaba desde mis pies que se
tensionaron hasta la línea de cabello en mi frente. “¡Puedes comer un pedazo
de chicle para la cena que no me importa! ¡No voy a tomar una Decisión Más
El Día De Hoy!” Por suerte pude detenerme antes de que esas feas palabras
salieran de mi boca atropellando mi mente, pero no pude borrar el feo gesto de
mi cara que delataba mis pensamientos. Pobre Geoff. No estaba demandando
que yo cocinara algo en ese momento. Ni siquiera estaba sugiriendo que yo
cocinara. Solo estaba preguntándose si yo tenía alguna idea al respecto.
Ese era el problema. Sentía como que mi mente había sido drenada de
pensamientos. Sentía que si tenía que tomar una decisión más, iba a salir
corriendo de la habitación como una mujer que estaba ardiendo en llamas. No
estoy siendo razonable. Me estoy volviendo loca. Algo está mal conmigo. Estos
eran los pensamientos que inundaban mi mente.
Viendo en retrospectiva hacia aquel día, yo estaba siendo irrazonable, pero
no me estaba volviendo loca. Simplemente había perdido todo sentido de
margen en mi vida. Había perdido el sentido de mi misma. ¿Te has sentido
alguna vez de esta manera? Tu día está lleno de todas las cosas usuales, pero
cuando te detienes y te preguntas, “¿cómo llegué hasta aquí? A este lugar en el
que estoy locamente ocupada, en dónde me siento entumecida, y todos los días
parecieran haberse mezclado y son como burbuja gigante”. Si esta descripción
te suena familiar, no estás sola. Las investigaciones nos dicen que esta
sensación abrumadora y como de estar perdida en este mundo de locura, de a
veces sentir como que no logras recuperar la respiración, está en aumento. Es
más que solamente tener una agenda llena, es tener una agenda tan loca y llena
que las cosas que te dan vida y te ayudan a sentirte TU misma, no solamente
están siendo dejadas a un lado, sino están siendo eliminadas por completo.
Apuesto que puedes relacionarte con esto. Eres una mujer ocupada, con una
familia a la que debes cuidar y una casa donde la ropa sucia conspira y se
multiplica solita cuando nadie la está viendo. Terminas la cena y al fin logras
limpiar todo el relajo cuando una de tus personitas entra y decide que no
puede vivir por un minuto más sin un plato de cereal. Y empiezan a salir los
mismos platos que acabas de lavar, y la leche regada en la mesa que acabas de
limpiar. Tu pequeño comilón de cereal te recuerda que mañana es tu turno
para recoger a todos los niños del entreno de fútbol. Y mientras tanto, tú estás
pensando, “¿mañana hay entreno de fútbol?” Justo en ese momento, el niño de
cuatro años de edad entra caminando con una cajita de jugo, y ha logrado dejar
un rastro del líquido pegajoso que va desde la sala familiar hasta la cocina,
y de reojo logras ver una nota en el calendario que está pegada al lado de la
refrigeradora: ¡Tus Suegros Van A Venir A Cenar Mañana! Y de repente tienes
el pensamiento fugaz de que tu cabeza podría explotar.
Así es la vida, ¿no es así? Y encima de todo, has asumido algunas
responsabilidades como líder de MOPS. Todas estas son cosas buenas, cosas
que valen la pena, cosas que tú amas. Pero aun, suman más.
Esta Es Mi Vida Así Que, ¿Qué Puedo Hacer?
Esta es una excelente pregunta. Seguro tu vida podría ser mucho más simple
si no tuvieras que recoger lo que los niños dejan tirado, un esposo y un perro
que bota una libra de pelo cada vez que se mueve. Tendrías más espacio si no
tuvieras que hacer trabajo de voluntaria y todos los compromisos en la iglesia, y
padres de familias a quienes tienes que cuidar, y los miles de asuntos que jalan
de aquí hacia allá. Pero estas son las cosas que hacen la bella y desordenada tela
que hacen que la vida valga la pena vivirla. No creo que ninguna de nosotras
quiera eliminar estas cosas de su plato, pero ¿no sería maravilloso si nuestro
plato tan lleno no se sintiera tan pesado?
Me encantó leer Addicted to Busy (Adicto a estar Ocupado) escrito por mi
amigo Brady Boyd, pastor de la Nueva Vida en Colorado Springs, CO. El
comparte abiertamente cómo se dio cuenta que había vivido una vida llena
de ocupaciones por tan largo tiempo, que ha tenido que romper el hábito de
estar ocupado a cada momento. Ha enfrentado momentos muy incómodos
cuando ha tenido que darse a sí mismo permiso de descansar, de tener lo que
él llama “un día de cabecera”. Su familia planea días en su agenda semanal en
los que intencionalmente trabajan en hacer nada. Se quedan en casa. No se
quitan sus piyamas. Dicen no a invitaciones fuera de casa. Toman un respiro
colectivo como familia, se ponen cómodos en una casa desordenada y lo más
importante, se relajan. Para ayudar con la ansiedad que viene a veces de no
hacer nada, con todas las cosas a nuestro alrededor que necesitan ser hechas,
él toma una decisión: escoge la paz. Él se pregunta a sí mismo a propósito,
“¿qué haría una persona que está en paz? ¿Qué pensaría? ¿Cómo se sentirían su
mente, su cuerpo y su espíritu?” Firmemente se dice a sí mismo: “Escojo eso.
Voy a pensar y actuar y respirar como una persona que está en paz”. Se obliga a
sí mismo a calmarse, relajarse y caminar en una ruta más pacífica.
Andy Stanley, Pastor de la Iglesia “North Point Church” en Atlanta, GA, dice
que practica la palabra “No”. Como un pastor de alto perfil en una mega
iglesia, tiene gente que quiere cosas de él constantemente, y casi siempre él dice
no. Él sabe que la gente no entiende por qué. A veces lastima sus sentimientos,
y otras veces se enojan. Pero él también sabe que se debe mantener haciendo
las cosas que solamente él puede hacer. Él predica, dirige a su equipo ejecutivo,
los entrena en un millar de cosas que necesitan hacerse en la iglesia y luego
se detiene. Dice que la clave es reducir tu enfoque. Enfócate en las cosas que
nadie más puede hacer y deja que otros hagan el resto.
Suena maravilloso, ¿no es así? Pero, ¿quién le dará de comer a los niños,
recogerá los calcetines sucios y preparará la cena? En esta temporada, éstas
pueden ser las cosas que solamente tú puedes hacer. Este es tu momento para
brillar con estas cosas, y está bien decirle No a las distracciones que te alejan
de enfocarte en las cosas que solamente “tú puedes hacer”. Cuando atacas las
cosas que no son glamorosas o muy divertidas, para mí es de mucha ayuda
recordarme a mí misma que al hacerlas, estoy haciendo que las cosas sean
mejores. Si yo no llevara a cabo estas actividades que no son divertidas, no
serían hechas -- Y mi vida sería peor. Estoy haciendo una diferencia y eso
importa, aun cuando nadie se dé cuenta y aunque la diferencia que yo hago
en un día particular sea que todos tengan ropa interior limpia. ¿Glamorosa?
No exactamente. ¿Reconocido durante la temporada de premios? Nop.
¿Absolutamente necesario? ¡Puedes apostarlo!
Craig Groeschel, Pastor de la Iglesia “Life Church” en Oklahoma City, OK.,
habla del concepto de que Menos, es Más. Para crear un ritmo de vida factible,
debemos utilizar nuestras fortalezas. Esto no solamente significa hacer lo que
amas y las cosas en las que eres buena. Significa encontrar las cosas que están
llenas de propósito para que tú las hagas, las cosas que no se harían si tú no las
haces. Él dice que es una tendencia natural querer hacerlo todo, pero esta es la
vía más rápida hacia la frustración y a sentirte abrumada.
En tu grupo MOPS siempre habrá más cosas que necesitan hacerse, ¿no es así?
Es por ello que tienes un equipo. Esto te da la oportunidad de enfocarte en
tu especialidad, ya sea Hospitalidad o Finanzas o Tutoría. Define tu carril de
experiencia y pasión y corre en ese carril. Practica decir No a todo lo demás,
y vuélvete muy buena en ello. Esto te forzará a hacer que tu equipo de liderazgo
crezca y sea más grande. ¡Fantástico! Compartir el liderazgo es algo que las
grandes líderes hacen, y lo hacen tan seguido como pueden. Dos principios de
liderazgo clave que están en juego aquí son: 1. A menor cantidad de cosas que
haces, la mayor cantidad de cosas que logras, y 2. A menor cantidad de cosas
que haces, la mayor cantidad de cosas que permites que otras personas logren.
¿Qué Es Eso A Lo Que Llaman Margen?
Isaías 55 es un hermoso capítulo de invitación, algunas veces se le llama La
Invitación a los Sedientos y principia con las palabras: Todos los sedientos
venid a las aguas. Trata de recordar algún momento en el que estabas realmente
sedienta, en el que no podías pensar en nada más. ¿Recuerdas cómo te sentías
cuando diste el primer trago de agua fría? ¡No hay nada mejor! A veces tragas
tan duro que te causa dolor, pero oh -- ¡es tan rico! Me gusta pensar de este
capítulo como que Dios nos está atrayendo hacia una vida donde seremos
satisfechas, donde la sed que nos impulsa a querer florecer es completamente
saciada. Nos enfoca en tres conceptos, notar la bondad, abrazar el descanso, y
celebrar extravagantemente. Creo que estos tres conceptos son una hermosa
imagen del margen de liderazgo.
Notar la bondad. ¿Cuántas veces te has apresurado durante un tiempo
de comida y no has saboreado lo delicioso de la comida en tu plato? Me
encuentro a mí misma haciendo esto todo el tiempo. Dios creó la cosecha más
extravagante para que nosotros disfrutemos: los melocotones frescos en el
verano que literalmente explotan jugosamente en tu boca, la dulzura de una
pera entre una ensalada de espinaca, el profundo sabor de un chocolate dulce
que envuelve un cremoso caramelo. Pero, ¿qué hago? Inhalo estos alimentos
como una mujer loca, apenas notando su sabor o textura, muchas veces
comiéndolos a la carrera mientras voy de camino a mi próxima actividad. ¿Por
qué lo hago? Algunas veces es el estar ocupada lo que me impulsa, y eso ni
siquiera hace sentido. Algunas veces permito que mis pensamientos estén en
otro lugar, en alguna otra tarea. Yo puedo escoger traer mi mente a un estado
de presencia, y estar presente en lo que estoy haciendo en ese mismo momento.
Yo puedo detenerme y notar lo que estoy comiendo mientras lo mastico,
declararlo bueno y tomarme el tiempo de sentir su bondad. Yo puedo disfrutar.
Piénsalo: ¿Cómo notas la bondad en tu vida?
Así es con nuestras vidas. Construir margen en nuestras vidas puede ser tan
simple como detenernos lo suficiente para notar lo que está justo enfrente de
nosotras y permitirnos disfrutarlo. Soy muy buena para notar las cosas que no
me gustan, o que podrían estar mejores. Pero, ¿qué tan seguido me detengo
y digo esto es bueno, esto es precioso, esto es refrescante?” Dios me dice que
haga esto (Filipenses 4:8), y sé que esto construye un corazón agradecido, pero
realmente nunca pienso mucho en el hecho de que construye un corazón que
está en paz y descansado al mismo tiempo. En Isaías 55 Dios nos atrae con sus
palabras. Inclinad vuestro oído y venid a mí, escuchad y vivirá vuestra alma.
Debemos ser intencionales para escuchar. Tenemos que bajar la velocidad
y aquietarnos. Tenemos que notar. Dios nos ha dado tantas cosas buenas:
nuestros hijos, nuestro hogar, nuestra iglesia, nuestros amigos, nuestro grupo
MOPS, oportunidades de liderazgo, aún ese sofá viejito que queremos cambiar.
Es cómodo y guarda tantos recuerdos de nuestra familia acurrucada en sus
cojines usados. Eso es bueno. Eso es precioso.
Abrazar el descanso. ¿Es posible descansar aun cuando éstas ocupada? Yo
creo que sí. Brady Boyd con su ejercicio de escoger la paz nos dice que se
encuentra realmente en el cómo, más que en el qué o cuánto hacemos. Estoy
aprendiendo que no sólo necesito darle a mi cuerpo el descanso que necesita,
pero que también tengo que ponerle atención a mi corazón y a mi mente.
¿Me regaño a mí misma por todo lo que no estoy haciendo, o por cómo
necesito hacerlo mejor? ¿Me hablo a mí misma en maneras que me dejan
exhausta? ¡No debería haber dicho eso! ¡Realmente me equivoqué! ¡Siempre tomo
decisiones estúpidas! Necesito abrazar el descanso físico (Días de Cabecera)
pero también necesito abrazar los días de ¡Descanso del Alma! Isaías 55:2
dice: ¿Por qué gastáis dinero en lo que no es pan, y vuestro salario en lo que no
sacia? Y el capítulo continúa diciendo, porque mis pensamientos no son vuestros
pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, declara el Señor. Dios me llama
a mi (y a ti) a renovar y refrescar nuestras mentes al igual que nuestros cuerpos,
con sus pensamientos y con sus caminos; Él nos pide que no gastemos nuestra
energía en lo que no es bueno. Permítete momentos para estar en silencio y
para apagar tu cerebro. Tómate dos minutos para respirar profundo y escuchar
tu respiración entrando y saliendo. Deja que los pensamientos de Dios te
saturen. Eres preciosa. Eres mi hija. Eres amada.
Piénsalo: ¿Cómo abrazas el descanso?
Celebra extravagantemente. La palabra extravagante puede hacerte pensar en
extravagancia excesiva. Pero este capítulo anima a los hijos de Israel a celebrar
la libertad y la esclavitud, es un llamado a celebrar con todo el corazón, sin
retener nada. Dios nos ha dado esta misma libertad como sus hijas. Tenemos
la oportunidad de escoger. Tenemos la oportunidad de liderar. Tenemos la
oportunidad de hacer un alto y notar y descansar. ¿Por qué no celebrar con
todo nuestro corazón? Cuando verdaderamente nos permitimos sentir la
celebración, inunda todos nuestros sentidos con gozo. Amo las palabras de
Isaías 52:12, Porque con alegría saldréis, y con paz seréis conducidos; los montes
y las colinas exclamarán con gritos de júbilo delante de vosotros, y todos los
árboles del campo batirán palmas. ¡Eso es celebración sin restricciones! Nada
construye más el descanso y el espacio en el alma de tu liderazgo y respira vida
sobre ti misma más que la oportunidad de ser tú misma y divertirte. ¿Qué es
lo que amas hacer que no has hecho en un largo tiempo? ¿Cuándo fue la última
vez que te permitiste hacer algo sin sentido y aún tonto sólo por la diversión de
hacerlo? ¿Cuándo te reíste a carcajadas sobre algo ridículo y te permitiste sentir
gozo profundo? Si ha pasado mucho tiempo desde la última vez en que hiciste
alguna de estas cosas, ¡Ya es hora!
Piénsalo: ¿Cómo y cuándo celebras?
¿Será Esto Posible?
¿Será que algunas de estas cosas te parecen como un sueño que tendrás que
posponer hasta que tus hijos crezcan, o como muchas de nosotras decimos,
para cuando baje la velocidad? No te engañes a ti misma. Tus temporadas
definitivamente cambiarán, pero en cada una de ellas siempre habrá
ocupaciones. Recientemente le pregunté a algunas mamás jóvenes amigas
mías cómo construyen espacio y margen en sus vidas ocupadas:
Janae, madre de tres, dice que los domingos por la mañana son realmente
estresantes al tratar de que todos salgan de la casa. Ella le preguntó a su
esposo si él podría ayudarla a tener un espacio para poder respirar y así poder
llegar a la iglesia en un estado en el que pudiera realmente disfrutarlo. Ella
se levanta y se arregla. Luego empieza el proceso de arreglar a todos sacando
la ropa de las niñas, y poniendo el cereal sobre la mesa. Luego va y se sienta
en el carro a esperar a todos. A veces se sienta callada con sus ojos cerrados.
Solamente se sienta. Otras veces pone música y obliga a su mente a relajarse.
Otras veces habla con Dios. Dice que usualmente eso le da ¡unos 25 minutos de
tiempo ininterrumpido! Su esposo ayuda a no permitir que nadie corra hacia el
garaje a quejarse, a protestar o a llorar (incluyéndolo a él).
Stephanie, madre de un bebé de seis meses, intercambia “tiempo de mamá”
con una amiga que vive cerca. Ella y su amiga se turnan una semana cada una
para cuidar al bebé de la otra sin costo durante 90 minutos, dándole a la otra
mamá tiempo para estar sola y recargarse. Stephanie dice que algunas veces
regresa a casa y toma una siesta. Otras veces va a Starbucks y toma una taza de
café sin preocuparse por pequeños dedos que tratan de agarrar su taza. En lo
que no utiliza ese tiempo es en hacer mandados o limpiar la casa. Ella lo utiliza
en ella misma.
Morgan, madre soltera de uno, dice que raramente tiene tiempo para
divertirse. Trabajar, hacer súper, lavar ropa y preparar la cena es todo lo que
puede manejar. Dice que puede sentir cómo se forman las arrugas en su frente
y cómo la tensión de sus hombros le empieza a causar dolor de espalda. Habló
con su hermana de esto, y ella le ofreció llegar los sábados temprano por la
mañana, para que Morgan pudiera salir a hacer lo que ella quisiera. Ella ama
estar al aire libre, algunas veces corre, otras veces sólo se sienta en el parque. El
salir la reconecta con ese sentimiento de diversión que tanto anhela. También
utiliza este tiempo para tomar café con amigas, sólo para poder reír con otro
adulto.
Tal vez estas ideas no te parezcan atractivas, pero me encanta la creatividad
que cada una de estas mamás tienen para obtener lo que necesitan, margen y
tiempo para sentir y pensar y disfrutar. Esto es importante para ti como mujer y
madre, y es de crítica importancia para tu liderazgo. El liderazgo trata de servir
y dar, pero no lo puedes hacer cuando sientes que no te queda nada.
Sara, líder de MOPS y madre de dos, ha aprendido cómo darle prioridad al
tiempo de conversación libre de distracciones con Dios. Lee su historia para
aprender cómo es que ella logra que funcione.
Registrándose con Dios Primero
Por Sara Brunsvold
Madre de 2 y Coordinadora Asistente y Líder de Publicidad en la iglesia “Nall
Avenue Baptist Church” en Prairie Village, KS.
Uno de los mejores consejos que he recibido es “Regístrate con Dios primero
antes de registrarte con el mundo”. Y aunque es aplicable en cuanto a la toma
de decisiones, este consejo habla específicamente de las rutinas matutinas.
Soy una chica de agenda. Si algo está agendado, es algo hecho -- ¿Puedo
obtener un amén? Antes de escuchar este consejo de registrarse había
tratado de agendar mi tiempo de silencio diario, antes de acostarme, antes
de levantarme en la mañana, durante mi hora de almuerzo -- pero todos
terminaban igual: me distraía -- muchas veces, me quedaba dormida.
Luego de escuchar este consejo, se me ocurrió que vestirme de primero no
cuenta como “registrarme con el mundo”.
Ahora, me levanto por lo menos una hora antes que mis hijas, me visto y
me arreglo, y luego me retiro hacia mi refugio en casa, con mi Biblia. Para
el momento en el que me acomodo en mi lugar favorito del sofá, me he
movido tanto que eso previene que me pueda quedar dormida, y estoy lo
suficientemente preparada para el día, como para evitar los pensamientos que
me podrían distraer, por ejemplo, “mis dientes se sienten sucios”.
También protejo mi tiempo con Dios de las siguientes maneras:
• No se permiten pantallas. Hasta el momento en que despierto a mis hijas,
evito la televisión, la computadora y el teléfono.
• El desayuno espera. El ayuno ayuda a enfocar mi mente, aunque el café, té y
agua están permitidos.
• El tiempo de lectura puede ser disminuido si es necesario, pero No el de
oración. La oración es mi cordón umbilical con Dios.
• Oro por lo menos 15 minutos en voz alta. Hablar me mantiene enfocada y
se siente como una conversación.
• Si alguna de mis chiquitas se despierta temprano, puede acurrucarse
conmigo mientras oro. Esto no sucede con frecuencia, pero es bueno tener
un plan.
Este tiempo se ha convertido en más que un “registro”. Éste es el tiempo
alrededor del cual agendo mi día, no es algo que agendo alrededor de mi día.
Cuando mi día se vuelve caótico y desordenado, anhelo este tiempo con Dios
aún más para el día de mañana.
¿Cómo Te Va?
Responde las siguientes preguntas, y luego considera compartirlas con tu
equipo de liderazgo.
• Si yo tuviera un día entero para hacer cualquier cosa que quisiera, haría
_________________________________________________________
¿Qué es lo que me impide hacerlo?
• ¿Cómo describiría la cantidad de margen (tiempo para pensar, descansar y
divertirme) que tengo en este momento?
• Suficiente
• No del todo suficiente, me gustaría tener un poco de tiempo para mí.
• ¡Necesito más!
• Estoy desesperada por tener, aunque sea un poco de tiempo.
• Escoge una:
• Tengo una idea que me gustaría probar para construir margen en mi vida.
• ¡No tengo ni una idea y me gustaría algo de ayuda!
• Me encantaría compartir algunas de mis ideas con otras mamás
• En una escala de 1 a 10, en la que el uno es “no muy bien” y 10 es “de
maravilla”. ¿Cómo me calificaría en el área de “Margen de Vida”? ¿Cuáles son
las razones de mi calificación? Si mi calificación no es la que deseo, ¿qué voy
a hacer al respecto?
Para Tu Equipo De Liderazgo
Invita a tu equipo a que compartan sus respuestas a las preguntas anteriores y/o
discutan las siguientes preguntas juntas:
• ¿Cómo nos apoyamos las unas a las otras como equipo, para construir
margen en nuestro liderazgo y en nuestras propias vidas? ¿Necesitamos
crecer en esta área? ¿Qué podemos hacer?
• ¿Nos permitimos las unas a las otras decir “no” a nuevas oportunidades?
¿Cómo nos sentimos cada una de nosotras acerca de nuestra carga de trabajo
en este equipo?
• ¿Hay algunas ideas que nos gustaría proponer para ayudarnos mutuamente a
crecer en desarrollar Margen de Vida?
4. Apalancamiento de Líderes
Las Líderes hacen las cosas mejor. Tuve la oportunidad de ver esto en acción
cuando fui lo suficientemente afortunada de trabajar para el Pastor Mac. Mac
era un líder que no sólo hacía que las cosas se hicieran mejor porque creaba
recursos grandiosos para los líderes de la iglesia, sino que además los inspiraba
para que ellos mismos fueran mejores. Mac amaba a la gente. Él amaba crear
oportunidades para que esa gente fuera líder y tuviera éxito en ello. Después
de una conversación con Mac, las personas no podían esperar para empezar. Él
tomó sus propias habilidades de liderazgo y las usó para inspirar a todo aquel
que tenía contacto con él. No me tomó mucho tiempo para darme cuenta de
que Mac apalancaba su liderazgo para hacer que el mundo a su alrededor fuera
mejor. Yo quería ser esa clase de líder.
Pero, ¿cómo lo hacía él? Algunas de las cosas que pude observar eran
intangibles, como las diferencias que vi en cómo él hacía sentir a las personas
acerca de sí mismas cuando terminaban un entrenamiento o una conversación
con él. Las personas tenían más confianza. Ellas empezaron a ver el importante
papel que su carácter personal jugaba en su liderazgo. Ellas estaban lo
suficientemente inspiradas para pensar largo y tendido acerca de cuánto
amaban a la gente y cómo era imposible ser líder de otras personas hasta que
las amaras profundamente. Él le enseñaba a la gente que a través del liderazgo,
se puede inspirar a otros a tomar el siguiente paso hacia Cristo.
Me gustaría pensar que yo soy verdaderamente buena en estas cosas, pero sé
muy bien que todavía tengo un largo camino que recorrer. Tengo la tendencia
de ver el trabajo que se necesita para lograr que las cosas se hagan y pasar
por alto a las personas que invierten su corazón y su alma cada día y que
están trabajando muy duro. Yo tiendo a ver las cosas que necesitan mejorarse
y dejar pasar las oportunidades de celebrar las cosas que otras personas ya
hicieron bien. Siempre estoy tan tentada a lanzarme y empezar de inmediato,
y olvido parar y preguntar: “¿Cómo estás hoy?” y luego esperar la respuesta.
Empiezo cada lunes con buenas intenciones, pero para la mitad de la semana
me detengo y pienso: “¡Ay no! Aquí estoy otra vez, enfocándome solamente
en lo que es necesario hacer”. El liderazgo no se trata de hacer cosas. Se trata de
personas.
El liderazgo no se define por un solo momento –es una jornada. Es un camino
de mejorar constantemente, un camino donde todavía estoy caminando y que
pienso que nunca alcanzaré el final de este camino en este lado del cielo. Es un
camino lleno de descubrimientos y crecimiento, y me encantaría invitarte a
que lo camines conmigo. Me encantaría compartir contigo algunas cosas que
estoy tratando de poner en práctica en mi propia vida de liderazgo, cosas que
algunos días las hago bien y que otros días… las hago terrible. Pero está bien.
Estoy creciendo.
Entrega tu liderazgo
Esto es difícil para mí. Hay algunos axiomas pasados de moda de liderazgo
que afirman que éste consiste en tener autoridad y estar al mando, y para
ser sincera, algo de esto tiene sentido. Alguien tiene que estar a cargo,
¿cierto? Estoy dándome cuenta que el liderazgo es más acerca de inspirar
y empoderar a otros que ser quien tiene la última palabra. Pensemos en el
proceso de construir una casa. ¿No te sentirías más segura comprando una
casa construida por un equipo de constructores y no por una sola persona
golpeando un martillo? ¿Y si esa persona es muy buena en plomería pero no
sabe absolutamente nada de electricidad? ¿Y qué pasaría si esa persona se
cae de una escalera, se quiebra una pierna y no puede presentarse a trabajar
durante un mes completo? Se necesita un equipo para construir una buena
casa, con especialistas que son expertos en áreas específicas. Se necesita de un
maestro de obras que supervise el proceso pero no que lo haga todo. El maestro
de obras sabe que se construye la mejor casa cuando el constructor de techos
se concentra en las vigas y las tejas y deja el trabajo de las tuberías al plomero.
Este mismo principio se aplica a tu liderazgo. En las áreas en las que alguien
sabe más, debes estar dispuesta a decir, “tú decides”. Debes empoderar a otras
en tu equipo para crecer y aprender cuando entregas tu liderazgo. No esperes
poder hacerlo todo o incluso saber más. Invita a otras a que se involucren –no
sólo a que se hagan las cosas, sino a que ayuden a dirigir.
Es aquí donde el concepto del Liderazgo MOPS es grandioso. Nosotras
creemos en el principio de: Ninguna Líder Está Sola. ¿Por qué? Porque un
equipo completo de mujeres apasionadas y talentosas construye un mejor
grupo MOPS que una o dos líderes que lo hacen todo. ¿Te pone nerviosa ceder
el poder de decisión a alguien más en tu equipo? Es riesgoso. ¿Qué pasa si
toman la decisión equivocada? ¿Y si toman la decisión correcta pero no logran
perseverar? Hay una infinidad de posibilidades, pero no podrás saber de lo
que otra persona es capaz de hacer o qué tan grande es tu influencia a menos
que confíes en alguien más. Alguien podría estar pensando que, “le encantaría
ceder algo de su liderazgo, pero que ¡nadie más lo quiere!” Esta es una trampa
en la que muchas de nosotras caemos. No te permitas creer que no hay nadie a
tu alrededor que quiera pensar en grande. Ayuda a otras líderes a descubrirse
a ellas mismas compartiéndoles tu visión, no la tarea que tiene que ser hecha.
Piensa en invitarlas con las palabras: “Tú eres mejor que yo en eso, ¿qué piensas
que deberíamos hacer? ¿Podrías ayudarnos a hacer lo mejor que se puede? No
se trata de deshacerte de las tareas que no quieres hacer y pasarlas a alguien
más. Se trata de darles la libertad de hacerlas aun cuando a ti te encantaría
hacerlas, porque reconoces que ellas lo podrían hacer mejor.
Piensa en esto: ¿Te estás retrayendo por aferrarte muy fuertemente a tu
liderazgo, o por no pensar de una manera más visionaria? ¿Tus palabras
inspiran a otras para alcanzar algo más grande y mejor o sólo te estás
enfocando en que se hagan las cosas?
Liderar Es Amar
Esto toma tiempo. Y también energía. Y además un corazón auténtico. Esta
es la parte del liderazgo que dice: “Me importas más que lo que me importa
lo que haces” y es tener presente que las personas no recordarán lo que dijiste,
sino que recordarán cómo las hiciste sentir. Soy tan mala en esto que tengo
un recordatorio escrito en la pared de mi oficina justo arriba de la pantalla
de mi computadora. Es el lugar donde puedo olvidar levantarme e ir a amar
a las personas que trabajan a mi lado. Las personas quieren ser notadas. Yo
quiero ser notada. Pero, ¿acaso no es más fácil bajar la cabeza y hacer las
cosas y esperar que todos los demás hagan lo mismo? Claro que es más fácil,
pero eso no es liderazgo. Estoy aprendiendo (¡Trato lo mejor que puedo cada
día!) a parar y ver a mi equipo. Ellas tienen familias. Tienen preocupaciones
y cosas que pesan mucho sobre sus corazones. También tienen cosas que
les entusiasma. Si voy a ser su líder, tengo que saber de eso. Y no sólo saber,
sino interesarme. Tengo que tomarme el tiempo para hablar acerca de cosas
aparte del trabajo y hacerles sentir seguras y atendidas de manera que puedan
hablarme acerca de lo que hay en sus corazones. ¿Alguna vez has tenido
una reunión con tu equipo que se convirtió en un espacio para que alguien
compartiera una profunda preocupación y que eso consumiera todo el tiempo
que tenían para trabajar? Yo sí. Algunas veces esto es muy difícil para mí.
Puedo sentir que hasta me pica la piel. Bueno, está bien… ¡Pero tenemos que
hablar de quién se hará cargo de dirigir ese proyecto! Necesitamos empezar
cuanto antes. No hay tiempo que perder. Ay no, nos quedan solamente 15 minutos
y ¡No hemos logrado nada! Pero esa manera de pensar es errónea. Estamos
logrando cosas grandes. Cuando siento esa ansiedad dentro de mí, me siento
tan agradecida que Dios no siente de esa manera. Él es paciente. Él escucha.
Él espera por mí y acaricia mi corazón. No puedo dejar de pensar “Esto es lo
que Él quiere desarrollar en mi liderazgo”. Me convierto en una mejor líder
cuando puedo pasar de ver el proyecto a ver a la persona.
Piensa en esto: Si le pidieras a la gente responder estas preguntas, qué
contestarían: ¿Crees que me importas más tú que el trabajo que tú haces? ¿Te
hago sentir que eres valiosa por lo que eres más que por lo que puedes lograr?
¿Sientes que te conozco?
Estar Dispuesta A Equivocarte
¡Es mucho más divertido estar en lo correcto! Algunas veces estoy convencida
de que estoy en lo correcto, y como líder, puedo invertir (o desperdiciar)
mucho tiempo convenciendo a los demás de que estoy en lo correcto.
Recientemente escuché a Andy Stanley decir que, en un conflicto, el mayor
don de liderazgo es ser capaz de reconocer lo equivocado de tu opinión y
lo correcto que puede estar la persona con la que tienes una discusión. Esto
significa que tengo que ser capaz de admitir que mi manera no siempre es la
mejor manera. Y más importante aún, tengo que ser capaz de ver que algunas
veces estoy totalmente equivocada. Uno de los mejores movimientos que
puedo hacer como líder es poder darme por vencida con una idea que me
encanta y apoyar la idea de alguien más que no me fascina en realidad pero que
es lo mejor para mi equipo. En este sentido, lo cierto es que muchas veces, yo
no soy la más lista de todas las personas que estamos en la habitación. Es muy
tentador querer ser la que tiene las mejores ideas, pero esto no es liderazgo.
El liderazgo no demanda que yo tenga todas las respuestas. El liderazgo
es inspirar para que las mejores ideas salgan a la superficie, incluso cuando
no sean mías, y empoderar a la mejor gente para que lleven a cabo esas ideas
aun cuando no sea yo quien lo haga. Esto suena muy bonito y ordenado en
blanco y negro, pero creo que es una de las partes más difíciles de ser una
líder. Nuestras emociones están atadas a nuestras ideas. Son personales. Duele
cuando alguien señala por qué mi idea no va a funcionar. A veces siento como
si fueran ataques personales.
Esos son los momentos que definen a un líder, y determinan la profundidad
de tu apalancamiento. Estoy tratando de aprender a dar un paso atrás respirar
profundo y plantearme algunas preguntas a mí misma. ¿Estoy involucrando
a mi orgullo en todo esto? ¿Estoy tomando esto de manera personal? ¿Estoy
apoyando la mejor idea o estoy apoyando mi propia idea? Logro más por el
apalancamiento de mi liderazgo (mi habilidad de impactar a otros) cuando
puedo apoyar honestamente a la mejor idea –especialmente cuando la mejor
idea fue aportada por alguien más.
Piensa en esto: ¿Cuál es tu reacción inmediata cuando alguien no está de
acuerdo contigo? ¿Te tomas un minuto para considerar las opiniones de los
demás o simplemente te anticipas a formular tu defensa? ¿Qué puedes hacer
para recordarte a ti misma que debes detenerte y tomar el control de tus
emociones antes de responder?
Sé Un Eterno Aprendiz
Hablamos de aprender de ti misma en el Capítulo 2, “¿cómo saber si estás
creciendo?” pero me gustaría profundizar en esto un poco más. Hay tres
palabras a las que verdaderamente trato de poner atención: escuchar, aprender
y crecer. Una excelente manera de descubrir dónde necesitas crecer como líder
es haciendo preguntas específicas. Recientemente escuché a otro líder decir
que suele preguntar a su equipo: “¿Cómo es estar del otro lado de mí?” A lo
que se refería, era que nos preguntemos: “¿Qué se siente ser liderada por mí?”
Él le pidió a su equipo que le dijeran con libertad cómo era él en las reuniones,
y cómo les hacía sentir cuando los motivaba o corregía. Si puedes lograr que
las personas con las que trabajas sean honestas contigo, esto puede ser uno
de los mejores regalos para tu liderazgo. ¡Pero cuidado, porque esto puede ser
verdaderamente incómodo! Hace poco tiempo tuve una experiencia en la que
mi equipo me retroalimentó honestamente y aquí anoto lo que aprendí: No
siempre escucho bien. Puedo ser un poco obstinada y estar muy enamorada
de mis propias ideas. Algunas sentían que no las conocía del todo. Me quedé
atónita. No me veía de esta manera, pero, ¿acaso no es esa la definición
del “punto ciego”? Tú no puedes saber lo que no sabes. Me tomó algunas
semanas, pero al final estaba agradecida porque me hablaron honestamente. Yo
necesitaba saber esto acerca de mí misma. Tenía que mejorar en amar más a mi
equipo y en escuchar con atención.
Una vez que logras “escuchar”, es tiempo de “aprender”. Escuchar para
retroalimentar tu liderazgo no es útil a menos que hagas algo al respecto. Yo
tuve que aprender de la retroalimentación que recibí, y entonces hacer algo
para mejorar. Hablé de lo que aprendí con una mentora y redacté una lista de
las cosas que quería mejorar. Luego empecé a trabajar en esa lista. Hay otra
cosa que tuve que hacer: Tuve que tragarme mi inseguridad y mi reacción
inmediata para evitar que mis sentimientos heridos me formularan excusas.
Fue muy tentador decirme a mí misma, “lo que sucede es que están celosas y
son maliciosas”, o “de cualquier manera no me interesa su opinión”. Pero nada
de esto me ayudaría a crecer como líder –y ninguna de estas ideas son ciertas.
Fue doloroso, pero escogí encontrar la honestidad en sus comentarios y darles
cabida para poder crecer. Ir a seminarios, escuchar los seminarios en línea
y leer libros sobre liderazgo puede ayudarte enormemente a aprender, pero
pienso que una de las mejores maneras para realmente crecer es ser una eterna
estudiante de ti misma. Necesitas invitar a otros a entrar para que te ayuden a
entender lo que estás estudiando.
Piensa en esto: ¿Cuándo fue la última vez que le pregunté a alguien cómo estoy
desempeñándome como líder? ¿Qué aprendí de lo que me dijeron? ¿Tomé
acciones para aplicar lo que aprendí? Si en ese momento no saqué provecho del
conocimiento que obtuve, ¿qué puedo hacer con esa información ahora?
Heather, una Líder MOPS y madre de tres, era una Coordinadora MOPS muy
dedicada cuando tuvo que enfrentar el desafío de decidir si debía continuar
o renunciar. Lee más para conocer lo que Heather descubrió acerca de ella
misma y su habilidad para liderar, y soltar.
Dejar ir…
Por Heather Riggleman,
Madre de tres y Reclutadora Voluntaria MOPS. Radicada en Kearney, NE
“La grandeza del poder de un hombre es la medida de su rendición” William
Booth
Raras veces encontrarás una historia de liderazgo y de dejar ir en la misma
frase. Muy a menudo percibimos el dejar ir como una señal de debilidad,
cuando en realidad, puede ser la más grande de las fortalezas. Esta es una
lección que aprendí como Coordinadora de mi grupo MOPS, y es una forma
de arte en la que me estoy perfeccionando. Dos años en la coordinación, sentí
como si hubieran jalado la alfombra debajo de mis pies en mi hogar. En menos
de seis meses, mi hija fue diagnosticada con autismo, mi hijo tenía síndrome
de déficit de atención y estaba inesperadamente embarazada de mi cuarto
bebé. La ansiedad era el agua en la que me zambullía diariamente mientras
hacía malabarismo con las terapias, consejerías, terapias ocupacionales y de
comportamiento de mis hijos y las reuniones de MOPS.
Me preguntaba si mi bebé tendría autismo o le diagnosticarían cualquier otro
padecimiento y estaba demasiado temerosa para tener esperanza cuando
de pronto la tragedia nos golpeó. Tuve una pérdida y me sometieron a una
cirugía de emergencia. En lugar de tomarme un tiempo, me puse una máscara
de equilibrio y perfección, mientras que por dentro simplemente quería
derrumbarme. A pesar de eso, no pude. Debía decidir sobre nuevas posiciones
de liderazgo, planear el retiro de verano y cumplir con todas las citas de terapia
para mis hijos. Era el momento de dejarlo ir, pero no sabía cómo.
Luego, me senté con el pastor y entré en shock cuando él me dijo “Vas a
tomarte un descanso sabático de MOPS por 40 días”. Yo sabía desde el
momento que dijo esas palabras que debía soltar a mi grupo y verlo volar solo.
En lugar de abandonar a mi grupo sin líder en los momentos de más trabajo,
tuve que soltarlo. Renuncié para que ellas pudieran planificar. Desde afuera
observaba cómo se organizaron y emprendieron la tarea de seleccionar nuevo
liderazgo. Algunas de sus decisiones me quitaron el aliento, otras decisiones
eran cuestionables para mí.
El tema es este –una líder opera mejor cuando entiende su habilidad de
influenciar más que controlar una situación. Una líder es una persona que en
lugar de brillar con luz propia, ilumina con el potencial de otros. El hacernos a
un lado despierta en otras personas valentía, deseo de colaboración y habilidad
para innovar. Soltar es lo opuesto a darse por vencido; en lugar de eso, una
líder que sabe cómo dejar ir algo entrega la estafeta (o una tarea particular de
liderazgo) para permitir que otras personas prosperen.
Seamos relistas
¿Te sientes cómoda siendo honesta contigo misma en cómo te estás
desempeñando en las diferentes áreas para desarrollar tu apalancamiento de
liderazgo?
Date una calificación en las siguientes áreas.
1 = Necesito crecer.
3= Lo estoy haciendo bien, pero puedo mejorar.
5= ¡Lo estoy haciendo excelentemente bien!
1.¿Cómo te va con ceder tu liderazgo? 1 3 5
¿Es esto un desafío para ti? ¿Por qué si o por qué no?
2.¿Cómo te va en conocer y amar a las personas que lideras? 1 3 5
¿Hay alguna forma específica en que te gustaría crecer en esta área?
3.¿Cómo te va con apoyar las ideas de otros y con admitir que estás
equivocada? 1 3 5
¿Conoces a alguien que sea muy buena en esto? ¿Qué es lo que notas en esa
persona?
4.¿Cómo te va aprendiendo a conocerte a ti misma como líder? 1 3 5
¿Con quién podrías hablar esta semana acerca de cómo te estás
desempeñando como líder?
5.¿Hay alguien con quien te sentirías cómoda para que conteste las preguntas
anteriores acerca de tu liderazgo?
Para Tu Equipo
Discutan las siguientes preguntas como equipo:
• ¿Cómo nos va como equipo en compartir nuestro liderazgo? ¿Nos aferramos
a nuestras áreas o las compartimos abiertamente? ¿Por qué creemos que es
así?
• ¿Somos abiertas o nos sentimos lo suficientemente cómodas entre nosotras?
¿Nos ponemos a la defensiva cuando alguna mamá nos desafía o está en
desacuerdo con nuestras actividades o ideas?
• ¿Nos amamos profundamente las unas a las otras? ¿Cada miembro del grupo
se siente conocida y amada por el equipo? ¿Hay alguna área específica en la
que nos gustaría mejorar?
¡Felicitaciones! Has completado Florecer: Los Cuatro Puntos Esenciales que
Cada Líder Necesita (por lo menos una porción). Toma esta oportunidad
para escribir tus pensamientos y los pasos para actuar, piensa con quién
podrías hablar acerca de lo que has aprendido de ti misma como mujer/
madre/líder.
Sección Bono:
¿Está tu Equipo Experimentando algún Conflicto?
Cuando reúnes un grupo de mamás inteligentes y brillantes en torno a un
objetivo en común, la cuestión de, “¿podría haber conflicto?” difícilmente
hay que preguntarlo, ¿verdad? Apuesto que las mujeres en tu equipo tienen
pensamientos y opiniones, que más que probable los comparten libremente.
¿Alguna vez has tenido una reunión en la que había que decidir cosas, pero
que terminaste discutiendo sobre las diferentes opciones? Si bien esto puede
ser frustrante, puede que no sea del todo malo. Algunas de las dinámicas que
tu grupo experimenta podrían ser una tensión a manejar versus un problema
a resolver, y es útil saber con cuál estás tratando. Una vez escuché a un orador
de liderazgo diciendo: “El liderazgo tiene que ver con el manejo de la tensión”.
En ese momento pensé que esto se quedaba un poco corto. El liderazgo es una
búsqueda visionaria, y el manejar tensión no suena muy visionario para mí.
Pero me he dado cuenta de la sabiduría de estas palabras. El liderazgo tiene
que ver con las personas. Vienen en todas las formas, tamaños, temperamentos
y personalidades - y tienden a tener sentimientos fuertes hacia todo tipo de
cosas. Muchas veces sentirán todo lo contrario a alguien acerca del mismo
problema. Esto trae tensión, y si bien puede sentirse incómodo estar en medio
de ella, es saludable tener tensión en tu equipo.
Imagina a una amiga que está sosteniendo una banda elástica en la mano.
Ahora imagínala colocando esa banda elástica en el dedo índice de una
mano mientras la estira hacia atrás a todo lo que da con la otra mano. ¡Está
apuntando justo a tu cara, apenas a unas pocas pulgadas de distancia! ¿Eso te
pone nerviosa? No es más que un ejercicio imaginario, pero sólo de pensar en
lo doloroso que sería el golpe me da comezón en todo el cuerpo. La tensión es
poderosa.
Ahora imagina a esa misma amiga recogiendo el cabello largo de tu hija en una
cola de caballo y utilizando la misma banda elástica para sujetarlo firmemente,
y los hermosos mechones de cabello de tu hija cayendo como en una hermosa
cascada por su espalda. Eso crea un sentimiento muy diferente, ¿no? Es la
misma banda elástica, utilizando el mismo poder de tensión, pero con un
propósito diferente.
Piensa en tu equipo de liderazgo. ¿Todas siempre piensan exactamente lo
mismo acerca de todos los temas de los que hablaste? Si todo el mundo está de
pie y respirando, la respuesta es de ¡ninguna manera! Esto es algo bueno. La
perspectiva única y el estilo individual de cada uno para abordar una tarea o
problema, mezclado con su personalidad y opinión, es lo que trae diversidad
a tu equipo. Junto con esa diversidad viene la tensión que realmente necesitas
para considerar todas las opciones y tomar las mejores decisiones. Esta es la
tensión que recoge diversas hebras de pensamientos en conjunto, unificadas
hacia un enfoque común al igual que una banda elástica sujetando una cola
de caballo. Pero no siempre se siente así, ¿verdad? Si eres como yo, la primera
cosa que estás tentada a hacer cuando la tensión o la disensión surgen es de
detenerla. ¿No podemos simplemente estar de acuerdo y llevarnos bien?
Andy Stanley, Pastor de la Iglesia North Point tiene una perspectiva diferente.
Él dice que definitivamente hay problemas que resolver, pero los problemas
difieren de las tensiones. Andy dice que es útil distinguir la diferencia entre
las cosas que sólo necesitan una solución, y las cuestiones que deben ser
manejadas.
Piensa en algunos de los conflictos que aparecen en tu grupo y luego piensa en
estas tres preguntas:
¿Hay conflicto en torno a un problema que sigue surgiendo?
Por ejemplo, en tu grupo MOPS, ¿tienen discusiones recurrentes sobre cuán
espiritual son sus reuniones de grupo versus la cantidad de tiempo que dedican
a abordar temas prácticos para mamás? Este es un tema importante que tal vez
no pueda ser resuelto por completo, y que podría ser una señal de que se trata
de una tensión, no de un problema. Esto significa que necesitas hablar de ello
otra vez. Y otra vez. Es una cuestión fundamental que cada vez que reaparece te
recuerda que debes asegurarte que tus acciones están alineadas con tu misión,
y la razón por la que existe tu grupo. Es natural querer resolver esto de una vez
por todas, pero es un tema tan importante que merece tu continua atención.
Es importante reconocerlo como una área de tensión, e incluso poner un poco
de lenguaje común en torno a ella. Volveremos a este tema en particular en un
minuto, pero por ahora, vamos a considerar la siguiente pregunta.
Si tienes un tema dividido, ¿hay defensoras maduras en ambos lados?
Siempre ha tenido un gran poder para mí el reconocer que la persona o
personas que están en desacuerdo conmigo no son malas o irracionales.
Cuando me detengo y las considero a ellas, en lugar de sólo a su opinión,
puedo verlas por lo que son: personas inteligentes con opiniones valiosas
que son diferentes a las mías. Puedo aprender de ellas, incluso si no estoy
de acuerdo. Y con nuevos ojos puedo ver su fuerte emoción como lo que es:
sentimientos fuertes acerca el tema, no acerca de mí. Eso da claridad para parar
y preguntar: “¿Por qué tienen sentimientos tan fuertes acerca de esto?, y ¿qué
puedo aprender de eso?”
En el conflicto, ¿cuál es mi papel como líder?
Esta es una gran pregunta para reflexionar. ¿Es mi papel el ganar esta discusión
y hacer que todos estén de acuerdo conmigo? o ¿Es mi papel el ayudar a que
surjan los mejores pensamientos e ideas, incluso si no son los míos? Andy
Stanley sugiere que el papel de un líder es aprovechar la tensión, no aplastarla.
Aprovecharla significa alentar a tu equipo a compartir lo que está en su
corazón, en un entorno de apertura y seguridad, y no cerrarse o callarse y luego
ir a quejarse con las demás después de que la reunión ha terminado.
Hmm, estoy pensando en la señorita Susy Q., que siempre tiene una opinión y
la afirma con una fuerte emoción. Cuando ella comienza a entusiasmarse por
algo, casi se puede sentir la temperatura de la habitación subiendo y empiezas
a ver a los demás que se cierran y retroceden, como si pensaran esto no vale la
pena. ¿A qué te dedicas? Si eres la Coordinadora de Grupo o quien conduce la
reunión, eso apunta directamente a la última pregunta, ¿cuál es tu papel en esto?
Como líder tienes la responsabilidad de no dejar que ninguna opinión única
gobierne el día. Invita a las más calladas en la sala para hablar sobre el asunto
preguntando suavemente, “Carrie, nos encantaría escuchar lo que piensas”.
Afirma las ideas de todos (y recuerda que afirmar no siempre significa estar
de acuerdo) y recordarles a menudo que la discusión significa que no todas
estarán de acuerdo, y esto nos hace mejores. Permite que cada una sepa que los
sentimientos fuertes están bien mediante el reconocerlos. Susy, veo que tienes
sentimientos fuertes acerca de eso. ¿Puedes dar algunas de las razones detrás de
esto para ayudarnos a entender por qué te sientes de esta manera? Esto afirma a
Susy y le da el espacio para expresarse, pero también le deja saber que no todo
el mundo en la sala puede sentirse de la misma manera. Anima a Susy a ver por
qué otras pueden no sentir lo mismo, y al mismo tiempo dale pausas al grupo
para ver si ella está trayendo otros puntos en los que las demás no habían
pensado.
Si se trata de un “tema intenso” en torno a una tensión recurrente, empieza
a desarrollar el lenguaje común que utilizas a menudo. Por ejemplo, esto es
algo que es importante en nuestro grupo, y estamos empezando a ver que es una
tensión, no un problema. La tensión es buena (piensa en la banda elástica como
sujetador de la cola de caballo) y vamos a usarla para asegurarnos de invertir el
tiempo y la oración que se merece en nuestra discusión. Esto permite que todas
se relajen y no sientan que tienen que llegar a una solución inmediata. También
les permite saber a todas que ese tema es importante y que no vas a huir de él.
¿Tu grupo siente tensión sobre la cantidad de tiempo que pasas hablando de
Dios versus el tiempo que pasas en ayudar a las mujeres a que se conecten
entre sí o en hablar de temas prácticos para mamás? ¡Bien! Este es un aspecto
crítico de tu grupo MOPS. Invierte algún tiempo en el por qué. ¿Por qué sale
esto una y otra vez? ¿Cuáles son los problemas reales? ¿Estamos abordándolos
o simplemente esperando que se resuelvan por sí solos? Este podría ser un
buen momento para invitar a uno de tus pastores a entrar y hablar con ustedes.
Hagan preguntas honestas. Piensen en su estrategia (¿Le han puesto palabras a
eso?). Pregunta qué piensa tu pastor mientras hablas sobre tu deseo de no sólo
traer a las madres del barrio que no asisten a la iglesia, sino también darle a
las mamás que son creyentes un lugar para crecer en su caminar de fe. Invierte
tiempo orando juntas y desafía a tu equipo a pasar tiempo orando acerca de
esto a solas. Reúnanse de nuevo y hablen un poco más. Recuérdale a tu grupo
que esta es una buena tensión que probablemente nunca esté perfectamente
resuelta. Tu tiempo y atención probablemente serán llevados a volver aquí una
y otra vez y puedes tener discusiones alimentadas de emociones. Aprovecha
esto para ayudar a que tu grupo sea aún mejor.
Esto es de lo que me he dado cuenta: Las mujeres están hermosa y
maravillosamente formadas. Somos pensadoras brillantes que traemos tanto
el pensamiento racional como la emoción a la mesa, y tenemos que celebrar
ambas. Pero seamos realistas. A veces es difícil direccionar. En mi Equipo de
Liderazgo Senior (compuesto por cinco mujeres y un hombre) tenemos una
hermosa recopilación de pensadores analíticos y de alta emoción. Somos un
equipo que ora con pasión y expresamos alegría libremente sobre las historias
que compartimos de las madres que reciben a Cristo. Nos entristecemos
profundamente cuando oímos hablar de una familia que pasa por una crisis
o que pierden un bebé. Se discuten temas MOPS con opiniones fuertes, y
tenemos luchas a través de preguntas grandes y pequeñas. A veces, al final del
día tenemos que llegar a la conclusión de que estamos de acuerdo en no estar
de acuerdo. Entonces – nos seguimos queriendo uno al otro. Nuestro viaje
de liderazgo juntos no es siempre fácil; aquí hay algunas cosas prácticas que
practicamos para recordarnos a nosotros mismos que somos un equipo de
seres humanos que tratan de hacerlo lo mejor posible.
Oramos. Empezamos cada reunión con oración, y a veces cuando no podemos
encontrar una solución o nos vemos enfrascados en medio de una tensión, nos
detenemos y oramos justo en el medio de la discusión. Sabemos que MOPS
pertenece a Dios – no a nosotros. Queremos que su opinión y su método
prevalezca, no el nuestro.
Oramos por cada uno. Hubo temporadas de tensión, donde empezamos la
reunión tomándonos de las manos y llamando a cada uno por su nombre
en oración. Damos vuelta a la habitación y cada uno ora por la persona a su
derecha (o izquierda). A veces lo mejor que puedes hacer con tu irritación es
orar por la persona con la que estás más irritada. En voz alta.
Reímos. Pasamos tiempo compartiendo sobre nuestra vida fuera de MOPS
y, a veces la vida es simplemente divertida. Hablamos de las cosas tontas que
hacemos. Una de nuestro equipo compartió cómo ella envió a su hija a la
escuela en su pijama para un día de pijamas sólo para darse cuenta que no era
el día de pijamas. Todos cometemos errores tontos, y nos ayuda mucho para
mostrarnos unos a otros nuestro lado humano y dejar de tomarnos tan en serio
a nosotros mismos.
Celebramos. Hay tantas cosas buenas por las cuales estar agradecidos,
y una de ellas es cada uno de nosotras. Celebramos una a la otra en su
cumpleaños al tomar un minuto para ir alrededor de la mesa y compartir lo
que más apreciamos de la persona del cumpleaños. Creemos que las palabras
alentadoras nos ayudan a hacer nuestro mejor esfuerzo, y compartimos esas
palabras sin restricciones.
Elegimos confiar. Seguimos puntos de enseñanza de Andy Stanley en su video
Confianza vs. Sospecha eligiendo confiar y eligiendo ser digno de confianza.
Vamos directamente hacia la persona con quien tenemos algún problema
(con nadie más). Vamos en defensa de cada una cuando una de nosotras se
siente atacada. Si no vamos a cumplir con el compromiso, lo hablamos y lo
admitimos antes de fallarle a alguien. Nos hemos dado mutuamente permiso
para sacar a alguna si fallamos en cualquiera de estos puntos. Queremos que
nuestro equipo se base en la confianza, no en la sospecha que conduce al
resentimiento u otros duros sentimientos.
¿Qué hay de tu equipo? ¿Hay conflicto? Si es así, ¡felicitaciones! ¡Eres parte de
un equipo perfectamente normal! No permitas que las tensiones o desacuerdos
te desalienten y te hagan renunciar al liderazgo. Persevera. Pídale a Dios
sabiduría. Haz tu mejor esfuerzo con algunas de las ideas anteriores y luego
prueba algunas propias. Al final del día, confía a Dios tu liderazgo. Él es quien
te puso en ésta oportunidad, así que confía en que Él te ha equipado a la
perfección.
De una líder a otra, Tú estás haciendo algo que realmente importa. ¡Continua!
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