4 EL MUNDO CANTABRIA. DOMINGO 30 DE AGOSTO DE 2015 CANTABRIA i NAO VICTORIA EXPERIENCE EN SANTANDER La nao Victoria, más cerca de atracar en Santander a finales de octubre La Real Liga Naval abandera un proyecto para que la capital vuelva a acoger navíos de vela JAVIER FDEZ. RUBIO SANTANDER Lejos está la nao Victoria, réplica exacta de la nave en que Juan Sebastián Elcano concluyó su circunnavegación planetaria, de aquel bochorno de 1992 cuando con motivo de la botadura durante la Expo de Sevilla la nave tomó agua con el bordo y ahí se quedó, escorada. Más de dos décadas después, la nave está activa, muy activa. Ha circunnavegado el globo, como hizo la original en 1552, y actualmente se encuentra en Amsterdam dentro de un crucero que le ha llevado por diversos puertos de la fachada atlántica europea: Barcelona, A Coruña, Gijón Rochefor, Rostock, Bremerhaven, Honfleur, Burdeos... Un grupo de apasionados del mar, pertenecientes a la Real Liga Naval Española, ya ha iniciado los contactos para que la nave, en su crucero de vuelta, atraque en los muelles de Santander, entre cuatro días y una semana. Esta posibilidad no solo es factible sino que ha tenido muy buena acogida en las instituciones. Delegación del Gobierno, Universidad de Cantabria, Club Rotario Sardinero... ya han mostrado su interés en esta visita que tendría un coste de entre 10.000 y 15.000 euros, destinado a sufragar los gastos de estancia así como el mantenimiento de la nave que realiza la fundación que lleva su nombre. Para Luis de la Fuente, responsable en Cantabria de la Real Liga Naval, el interés por la presencia de la nao es doble: por un lado, de índole cultural, dado que es ocasión para que el ciudadano se reencuentre con sus historia, habitualmente escrita por otras naciones; y un segundo aspecto educativo, ya que se organizaría talleres y visitas destinados a escolares. De fraguar las gestiones, que se están llevando también con el Ayuntamiento de Santander, la nao que las naves tienen para el público, algo que en Santander se conoce muy bien dado que ha organizado varios festivales del mar (y suspendido el previsto con motivo del último Mundial de Vela), así como la visita de bajeles de palo alto y buques de diversas armadas, todos ellos saludados por el público que acudió en masa a visitarlos. Singularidad, representatividad, movilidad y versatilidad son los valores que la nao Victoria representa, una réplica que no destaca por sus grandes dimensiones (, 26 metros de eslora, 120 metros cuadrados de superficie sobre cubierta y 290 metros cuadrados de velamen) pero sí por su carácter histórico y la sorpresa que depara su sofisticación si se tiene en cuenta que responde a un modelo apenas salido de las tinieblas medievales. Fue construida y adaptada (en 2004) con los mismos materiales y técnicas de hace 500 años La escala de la nao en Santander,. aparte de dar continuidad al Euro- La nao está realizando ahora un tour europeo, la Nao Victoria Experience Fue construida y adaptada con materiales y técnicas de hace 500 años Diversas imágenes de la nao Victoria, históricas y en la actualidad. EL MUNDO Victoria cruzaría el abra del Sardinero a finales de octubre, aproximadamente. «Pretendemos con esta iniciativa contribuir a que Santander vuelva a ser referente del mundo naval español», comentó De la Fuente, al respecto. La nao Victoria, patrocinada por la Fundación que lleva el mismo nombre está acometiendo este año lo que denomina Nao Victoria Experience Tour, una gira promocional que recorre los puertos más importantes de Europa. La fundación hace valer el carácter de reclamo pean Tour, permitirá dar a conocer las técnicas vinculadas al mar de la época, aparte de difundir una figura apenas conocida en Cantabria, y es la de Juan de Sant Ander, un grumete, posiblemente escribano de Elcano, que consiguió sobrevivir a los tres años de singladura que condujeron a la primera circunnavegación del globo terráqueo. 500 años después, los actuales tripulantes cuentan a los visitantes cómo es la experience de navegar a vela en mares de todo el mundo y cómo los marinos descubridores escribieron la más brillante página de la historia marítima española. 5 EL MUNDO CANTABRIA. DOMINGO 30 DE AGOSTO DE 2015 NAO VICTORIA EXPERIENCE EN SANTANDER Uno de los supervivientes era de Cueto El marinero desembarcó en Salúcar en 1522 junto a otros del País Vasco y Andalucía J. F. R. SANTANDER Desde la edad escolar los niños saben de las andanzas del dueto Magallanes y Elcano y de las privaciones de tan atroz singladura que, a la par que marcó un hito histórico de la navegación (no se volvió a circunnavegar el globo hasta 60 años después), se convirtieron en un referente patriótico que reflejaba la determinación del carácter del español. Pero lo que pocos saben es que uno de los 18 marineros que desembarcaron con Juan Sebastián Elcano a bordo de la nao Victoria en Sanlúcar de Barrameda era cántabro, más concretamente de Santander, más concretamente de Cueto. Ello ilustra asimismo cómo Cantabria, décadas después del descubrimiento de América, en el que tuvo un especial protagonismo en hombres y naves, seguía teniendo un gran ascendiente en la armada del emperador. No obstante, 1522 era ya otro tiempo y en el libro de la tripulación predominan los hombres procedentes de Andalucía y el País Vasco. Juan de Sant Ander se embarcó como grumete y desembarcó más de tres años después convertido en un hombre. No obstante, parece que fue bastante más que grumete. Hijo de Gonzalo de Boo y Catalina del Río, se sospecha que sabía escribir y leer, lo que conllevaba una educación en algún centro religioso. De su mano, se presume también, salió la carta que Elcano remitió al emperador dándole la buena nueva. El emperador no solo dio rápida respuesta, sino que mandó a buscar al puñado de marineros que se hubo de dejar en tierra, en Cabo Verde, por enfermedad. Las aventuras de Juan de Sant Ander darían para escribir un libro, y lo hubiera tenido si no fuera un simple grumete sin apellido de rancio abolengo. i CANTABRIA Relato apócrifo de Juan de Sant Ander* Carta de uno de los grumetes de Elcano... escrita por Nuria Betanzos NURIA BETANZOS SANTANDER «Aquí estoy, intentando aclarar un poco lo realmente ocurrido en este viaje, largo, largo... Yo había nacido para cura y como sabía de letras y de números, pasé de la noche a la mañana, después de una tremenda borrachera del capitán, a ser el encargado de contar al rey nuestro viaje. No me apetecía mucho, después de haber ascendido de grumete a vigía y tener que soportar los malos modales de todos... El viaje fue más o menos así: Salimos en cinco Naos y hemos perdido cuatro, con lo que las cuentas están muy mal. Por el camino cascó Magallanes (mi opinión personal es que no estaba para estos trotes, además de ser muy manducón y peleón, que así le fue como le fue...). Cascaron otros muchos pero como no eran de alto rango no se les dio tanto bombo, aunque a mi parecer la muerte del cocinero fue y seguirá siendo tan importante o más que la del difunto Capitán. ¡Cómo se echa en falta sus apaños haciéndonos calandracas con la salazón...! Es cuando se redujo la tripulación y para ahorrar costes nos apiñamos en una sola nave allá, en las islas de Maluco. Eran Mariuco, pero como en un principio lo escribieron mal, se quedó así, Maluco. Por aquella zona fuimos recalando de isla en isla, recogiendo hierbajos y plantucas, hasta abarrotar la nao. Tardamos cinco meses en regresar y por suerte que llegamos y hemos podido comer, que sin cocinero, el trigo y demás restos nos hacia sentir cual ratones, de los cuales hacía tiempo que nos los habíamos comido casi todos también. En fin, para que quede claro: hemos dao la vuelta al «globo» que parece ser realmente redondo. Hemos perdido a muchos amigos y hemos conocido el Mundo. Yo, personalmente, creo que me voy a meter en el convento del que no debí salir. Volveré al norte y descansaré a ser posible en «La Liébana», lejos del mar, que de ese me cansé bastante. Por cierto: olvidé mencionar al otro jefe, El Cano, que se hizo cargo del cotarro cuando cascó Magallanes, y con ayuda de los vascos, ¡que menudos son!, nos liaron a todos para terminar esta empresa, en la «Victoria» ¡Viva Elcano y todos los demás!». (*) Juan de Sant Ander, como figura en muchos sitios, era nacido en Cueto, Santander, hijo de Gonzalo de Boo y Catalina del Río. No consta en principio que tuviera muchos conocimientos de escritura ni de otras cosas. Se embarcó como grumete y fue uno de los pocos que regresaron con Elcano: diecisiete a Sevilla, más trece que quedaron en Cabo Verde y que regresaron a España semanas más tarde. Técnicamente, la vuelta al mundo la remataron treinta y un marinos, no dieciocho como se dice. Este escrito se refiere a la carta que el día de llegada a Sanlúcar, 6 de septiembre de 1522, escribió Juan Sebastián Elcano al emperador, a Valladolid, dando cuentas del viaje, y que fue contestada por Carlos V «a uña de caballo» el 13 de septiembre de 1522.