ABC O.J.D.: 137791 E.G.M.: 543000 Tarifa: 24156 € Área: 910 cm2 - 100% VIERNES, 7 DE FEBRERO DE 2014 Fecha: 07/02/2014 Sección: CULTURA Páginas: 49 CULTURA 49 abc.es/cultura Erotismo Relaciones lésbicas o encuentros de clientes con prostitutas componen gran parte de los fragmentos, hasta ahora inéditos, de «Historia de una fotografía», la parte de «La colmena» que Cela decidió no presentar a la censura. Ese texto sí estaba incluido en el manuscrito, ahora presentado, que Cela envió al hispanista Noël Salomon para que estudiara el efecto de la censura en la literatura. Tachaduras «Creo que tacharán algo, pero lo aprobarán», dijo Camilo José Cela cuando presentó «La colmena» por primera vez a la censura franquista en enero de 1946. La novela fue prohibida por el régimen y no vio la luz en España hasta 1951. El manuscrito ahora descubierto contiene numerosos fragmentos tachados en rojo por los censores y varias páginas tienen el sello de la oficina de la censura. La Biblioteca Nacional presenta un manuscrito inédito de la obra cumbre de Camilo José Cela La colmena Autocensurada por el Nobel y rematada por el franquismo INÉS MARTÍN RODRIGO MADRID E l 7 de enero de 1946 Camilo José Cela (1916-2002) presentó «La colmena» a la censura franquista. Según las palabras del escritor, se trataba de una «versión ni dulcificada ni agriada» que, finalmente, fue prohibida porque «atacaba al dogma y a la moral» y tenía «escaso valor literario». Al poco tiempo, la novela vio la luz en la Argentina de Perón (donde también tuvo sus más y sus menos con los censores) y no llegaría a España hasta 1951, año en el que Manuel Fraga, por entonces ministro del Interior, autorizó la primera edición de «La colmena». Más de medio siglo después de la publicación de la novela, ha aparecido un manuscrito inédito que contiene pasajes censurados y otros, de alto contenido erótico, que Camilo José Cela no lle- gó a presentar nunca a los censores. El manuscrito ha sido donado a la Biblioteca Nacional por Annie Salomon, hija del hispanista francés Noël Salomon. Según contó ayer en la presentación de la obra, Annie encontró el manuscrito hace muy poco, al vaciar los cajones de un viejo mueble de una casa de campo. Enseguida se dio cuenta de lo que era y, consciente de su valor como «patrimonio cultural español», quiso devolvérselo a la Biblioteca Nacional, para lo que viajó a Madrid en mayo de 2013. Una vez recibido, la institución que dirige Ana Santos puso el manuscrito en manos de Adolfo Sotelo, catedrático de Historia de la Literatura Española de la Universidad de Barcelona y experto en la obra de Cela (está trabajando en una biografía del escritor que pronto verá la luz). Sotelo fue el encargado de valorar la importancia del hallazgo buceando en el origen del manuscrito, que Camilo José Cela, en el rodaje de «La colmena», de Mario Camus probablemente el escritor hizo llegar a Salomon en 1952. «Desde el año 1945 Camilo José Cela emprendió una consistente batalla para que el texto viese la luz. Seguramente, envió este manuscrito a Salomon para que pudiera estudiar el impacto de la censura en el texto literario». Un impacto que puede verse en el manuscrito presentado ayer, que contiene numerosos fragmentos tachados en rojo por los censores y ho- Prostitutas y lesbianas El hallazgo más importante es un fragmento, de alto contenido erótico, que Cela no presentó a la censura jas con el sello de la oficina de la censura, contra la que Camilo José Cela aseguró librar una batalla en la que perdió «todas las batallas, salvo la última». Una batalla que, vista con retrospectiva, puede resultar contradictoria, ya que el propio autor trabajó como censor entre 1943 y 1944 en la oficina de Censura de Revistas para conseguir algo de dinero. Según él, su actividad se limitaba a «algunas hojas volanderas, periodiquillos sin importancia que no necesitaban ni siquiera ser censurados». Volviendo a «La colmena», el manuscrito presentado ayer consta de más de un centenar de hojas, diez de ellas numeradas por la Biblioteca Nacional en números romanos y 172 numeradas en arábigo y alterna textos mecanografiados (algunos con correcciones del autor) y escritos a mano. «El manuscrito es heterogéneo, incompleto y fragmentario», aseguró Sotelo. Algunos capítulos de la obra original, como el primero, no aparecen en el manuscrito ahora descubierto. Otros (el cuarto, el quinto y el sexto) están casi completos y contienen pasajes de doble versión e incluso hay fragmentos que suponen «otra versión» de partes conocidas de la novela. Pero el hallazgo más importante es el fragmento «Historia de una fotografía», cuya primera versión (hay cuatro) contiene pasajes de alto contenido sexual (hay un encuentro lésbico y otro de una prostituta con un cliente) que nunca vieron la luz y no se presentaron a la censura. Esos pasajes se incluirán, como apéndice, en una nueva edición de «La colmena» para la que ya ha dado su autorización la viuda del escritor, Marina Castaño, presente ayer en la Biblioteca Nacional. «Me parecería una idea extraordinaria porque sería algo así como sacar una obra inédita», remató Castaño, quien manifestó su deseo de que esa nueva edición vea la luz en 2016, año del centenario de Camilo José Cela.