“NOS ESTÁN DIFAMANDO”: CELESTE ATAYDE Hija de los

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Miércoles 18 de Junio de 2014
nACIONAL E X P R E S O
13A
“NOS ESTÁN DIFAMANDO”: CELESTE ATAYDE
Circo Atayde reprueba
¿Y qué va a suceder si mañana llegan con la policía a exigirles que se
deshagan de sus animales?
Si no los podemos usar en los espectáculos, el costo de tenerlos sin generar un ingreso es muy elevado, tanto
tigres, elefantes; es muy elevado. La
H
ija de los fundadores acusa intereses políticos y comerciales con disposición que prohíbe el uso de animales en el DF
“
Si algo mi
papá toda la vida
nos ha enseñado
es que al animal
hay que tenerle
bastante respeto”.
Celeste Atayde Canestrelli, miembro
de la dinastía Atayde
Reforma/EXPRESO
Celeste Atayde manifestó que la ley del DF tendrá un efecto negativo sobre los circos y el espectáculo.
125
AÑOS DE HISTORIA TIENE
Reforma/EXPRESO
Agencia Reforma
CIUDAD DE MÉXICO.- Integrante de la familia de mayor tradición en
el circo en México, Celeste Atayde
asegura que si a ellos los patrocinara
Televisa, serían intocables.
“¿Crueldad evidente?”, expresa
Celeste Atayde Canestrelli, espigada, rubia, cándida. Sus ojos esmeralda parecen enrojecer. No habla
con rabia ni alza la voz. Simplemente
destila una profunda tristeza.
“Sí es una impotencia muy grande; nos están difamando, nos están
poniendo como asesinos. No estamos matando a nadie, no nos metemos con nadie. Somos un sector muy
sano y, de hecho, nuestro producto
es familiar. Entonces: ¿por qué tanta
agresividad contra nosotros?”, dice
sin aspavientos, marcando con sus
ojos la pesadumbre.
“Sí me da tristeza, me enoja, me
siento impotente. Sí, todo eso sí lo
siento”.
Celeste nació en el Circo Atayde,
centenario, popular, esencialmente
mexicano. Hija de una de las leyendas de este Circo, Alberto Atayde,
domador y presentador, y de Celeste
Canestrelli, desde la niñez comenzó a entenderse con los animales,
principalmente con las elefantas y
los caballos.
“Yo empecé mi carrera con el
acto de los elefantes. Mi papá es domador y presentador. Hoy en día ya
no se le dice domador, se le dice entrenador de elefantes y de caballos.
Y él fue el que nos enseñó a tener
ese acercamiento con los elefantes.
Prácticamente, desde los 13, 14 años
convivo con los animales, animales
que al día de hoy siguen estando con
nosotros y con los que se sigue teniendo un constante acercamiento.
“Si algo mi papá toda la vida nos
ha enseñado es que al animal hay
que tenerle bastante respeto. Este
respeto implica que tienes que tener
un cuidado al acercarte. El animal
siempre va a responder de acuerdo
a cómo tú te acerques a él. Si tú te
acercas a él con violencia, de acuerdo
con su instinto natural va a responder con violencia. Si tú te acercas
de una manera amistosa, cariñosa,
creando esa confianza, el animal va
a responder de la misma manera.
“Yo respeto mucho a los animales con los que trabajo, porque si no
hay ese respeto, él tampoco te va a
respetar a ti. Debe haber una comunicación mutua todo el tiempo para
que se cree ese vínculo y que en la
pista puedan ver lo que el animal
puede llevar a cabo”, explica.
Egresada de Administración de
Empresas, y durante una década
funcionaria en la Secretaría de Hacienda federal, Celeste combinó los
estudios con el circo. Era la envidia
en las escuelas donde estuvo porque
podía presumir que en su casa tenía
llamas, tigres, elefantes, caballos.
Hoy es la directora de Mercadotecnia del Atayde. Experta en artes escénicas, bailarina profesional, con la
sonrisa dibujada como si estuviera
en la función, apenas habla de la prohibición del uso de animales en los
circos y cambia el semblante. Hace
esfuerzos por contenerse.
“Hablo por Celeste, no por el
Circo Atayde: tengo una impotencia
muy grande de querer defender algo
y no me dan ni siquiera la oportunidad. ¿A qué me refiero?, queremos
que nos atienda la Cámara de Diputados, queremos que nos atienda el
Jefe de Gobierno, queremos que nos
oigan y vean esta otra realidad que
sí es verdad, que sí existe... pero no
la quieren ver”, dice, ataviada con
una blusa guinda, pantalón oscuro,
zapatos de tacón guindas; instalada
en la oficina del circo que se ubica
sobre la Calzada de Tlalpan, donde
predominan caras de preocupación.
La gente de circo extrañamente
puede expresar rencor, tristeza; no
hay manera. Comparecen todos los
días, a todas horas, en funciones de
mañana, tarde y noche, sin posibilidad de cometer un yerro. Un descuido es fatal. Son perfeccionistas, detallistas, exactos, disciplinados, pero
sobre todo suelen ser gente buena.
Celeste Atayde salió a la calle a
manifestarse hace unos días. Nunca
lo había hecho en su vida. Lo suyo era
actuar, divertir, entretener, sorprender. Ahora marchó con compañeros
de función para pedir, solamente,
derecho de audiencia, tras la intempestiva aprobación de la ley que prohíbe usar animales en las funciones
circenses.
Integrante de la familia de mayor tradición en el circo en México, Celeste Atayde asegura que si a ellos los patrocinara Televisa, serían intocables.
pregunta es a dónde los voy a llevar.
Son inversiones multimillonarias.
Quién me va a pagar por esa inversión que ya hice. O qué voy a hacer
con ellos ahora. Si yo los mando a un
zoológico, seguramente van a morir
muy rápido de tristeza, de depresión.
Y habrá que ver qué zoológico tiene
la capacidad de aceptarlos. Entonces, pues, es una preocupación muy
grave, van a estar destinados a morir.
Incluso, al arrancarlos de su hábitat
natural, que es el circo, los van a meter en universo absolutamente desconocido. No es congruente nada.
La ley expresa muy explícitamente
que se prohíben los animales en los
circos por una evidente crueldad.
¿Cómo?, ¿evidente crueldad? A nosotros nunca nos ha gustado señalar
hacia afuera, somos muy respetuosos de las otras actividades que utilizan animales. Es más, nos apoyamos
en ciertos casos, unos a otros. Pero
cuando nos dicen que hay una evidente crueldad, ¿qué más evidente
crueldad que los toros? ¿Por qué no
están tocando la evidente crueldad?
Es otra cuestión, de manejo de intereses, nos queda claro.
¿Y si a ustedes los patrocinara un
empresario, un gran medio, una
televisora?
Si nos patrocinara Televisa seríamos intocables, ¿no? Por ejemplo,
nos quieren comparar mucho con
Soleil. Sí, Cirque du Soleil es un gran
circo, pero ¿qué creen? Soleil tiene Cavalia. Eso es lo que la gente de
afuera no conoce, pero nosotros que
estamos en el ambiente lo sabemos
perfectamente.
¿Cavalia?
Cavalia es un espectáculo de caballos de Cirque du Soleil. Diferentes
razas de caballos. Unos son de alta
escuela. Alta escuela es que va mon-
tado uno y lo va dirigiendo desde
arriba. Hay otros que son caballos
en libertad, que tú estás en la pista
y los tienes girando alrededor. Hay
otros que son de acrobacia. Ese es el
espectáculo de Cavalia.
Que ustedes hacen también.
Lo hacemos también. El circo nació
con caballos, precisamente con actos
de acrobacia sobre el lomo del caballo, por eso, el caballo es el signo de
identidad del circo clásico. Un militar inglés se dio cuenta que si ponía
a girar a su caballo alrededor de un
círculo, él podía permanecer parado
debido a la fuerza centrífuga. Entonces, ahí empezó a hacer él acrobacias
en el caballo porque se dio cuenta
que se podía hacer. Y se vino a América. Ahí empezó exactamente el
circo clásico. Ese es un espectáculo
que lo tiene Soleil, pero Soleil no lo
va a decir a los cuatro vientos porque su bandera inicial de toda la vida
fue “soy el primer circo que no usa
animales”. Pero se dio cuenta que
hay un mercado muy grande que le
gusta los animales y, bueno, pues
hago Cavalia, y eran llenos, llenos
en Santa Fe. Entonces, hay un doble
discurso. Hay falta de información y
hay un desconocimiento, yo no sé si
provocado, con toda la intención, yo
no sé. Pero si nos ponemos a investigar de fondo, yo nunca diría Soleil
porque Soleil sí tiene espectáculo,
pero ¿quién lo trae?
La familia Atayde es muy unida.
No obligan a todos sus integrantes
a ser cirqueros. Por el contrario,
les exigen que cursen profesiones.
Pero las generaciones viven bajo el
encanto. La familia tiene una gran
sede de encuentro. Una gran casa
al sur de la ciudad con un enorme
jardín y cuartos donde viven en las
temporadas que pasan en el Distrito
Federal. Cuartos que parecen came-
rinos y grandes salas para la reunión.
La Casa Grande, le dicen. Ahí también, alguna vez han hablado de esta
prohibición.
Los padres, los abuelos, los grandes
del Atayde ¿qué dicen?
Están muy preocupados precisamente por esto. Hay una inversión
muy grande en animales. Yo creo
que una persona en su sano juicio no
va a gastar millones de pesos en especies así, pues para matarlos. Mejor
no gastamos.
¿Millones de pesos?
Millones de pesos en especies de
elefantes, caballos, llamas, o sea, hay
una inversión muy fuerte. Al empresario le conviene mantener esa
inversión lo más que se pueda, y en
ese interés de mantenerla va a tener
que tratar a los animales súper bien
para que te duren muchísimo. De
hecho, duran más en el circo que en
su hábitat natural por las mismas
condiciones naturales a las que están expuestos. En África, año con
año, mueren miles de animales en el
recorrido de norte a sur, sur a norte,
para conseguir agua por la sequía.
El periodo de vida de un animal,
cuando está en su hábitat natural,
es menos que cuando están aquí,
porque aquí tienen alimento, agua,
ejercicio diario.
La Asamblea Legislativa votó en
la semana, en una sesión de periodo
extraordinario, una reforma a la Ley
para la Celebración de Espectáculos
Públicos en el Distrito Federal que
prohíbe la utilización de animales
silvestres, marinos y domésticos en
los circos. A la vez restringe el uso de
animales para actividades promocionales, premios en sorteos, juegos,
concursos, rifas o loterías. Las penas
son multas de 800 mil pesos.
Días antes de que se aprobara, fue
inaugurado un hermoso y gran acuario patrocinado por Carlos Slim. La
Asamblea capitalina no prohibió las
corridas de toros ni tampoco cerró
el Mercado de Sonora, donde se venden animales sin ningún control. A
prisa, sin gran debate, borró a mano
alzada la esencia de los circos.
La escuela de circo mexicana es
de las más preciada a nivel mundial.
Tanto, que el Circo Atayde incluso
tiene un acuerdo con Conaculta para
defender y hacer perdurar el arte
circense.
Los asambleístas promotores de
la prohibición no se acercaron a los
cirqueros. Celeste Atayde alega que
ni idea tienen los políticos de cómo
se cuida a un animal en un circo.
Al elefante diariamente se le saca
a tener ejercicio, se le saca para ser
bañado, se le alimenta dos veces al
día con pastura de la mejor calidad,
se le da agua potable; el entrenador
y el cuidador de los animales están
permanentemente con el animal.
No viven ahí, a ladito del animal,
pero sí tienen sus campers a lado
del zoológico donde se encuentran
los animales, de manera que están
al pendiente las 24 horas. Requieren
atención más estricta casi que unos
niños. Semarnat y Profepa se encargan de constatar el cuidado de ellos
mediante visitas regulares... somos
vigilados permanentemente.
Las elefantes desayunan, según
refiere su entrenadora, cuatro pacas
de pastura y otras cuatro en la cena. Se les baña y se les cuida con un
aceite vegetal. Les liman las uñas, es
decir les hacen pedicure. Cada tres
meses se desparasitan.
Víctima del óxido
Mamá, mamá, ¿los frijoles tienen hierro?
Sí, hijo, ¿por qué?
¡Con razón mis calzones están todos
oxidados!
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