Operadores de Sala de Control Casi medio centenar de ingenieros, unos veinte extremeños, son los encargados de «vigilar» desde la sala de control el correcto funcionamiento de la Central Nuclear de Almaraz (CNA), un puesto al que se accede después de algo más de tres años de intensa formación para conseguir la licencia de operador que otorga el Consejo de Seguridad Nuclear. La alta cualificación es básica para poder controlar el funcionamiento del reactor desde la sala de control, velar por la seguridad del conjunto de la instalación y garantizar la legalidad de los procesos de producción de energía, según explicó el supervisor de CNA, Rafael Cruz Paredes. Los ingenieros son seleccionados previamente por la central en colaboración con una empresa especializada, que realiza las pruebas psicológicas y detecta quiénes son los aspirantes idóneos de acuerdo al perfil necesario para desarrollar este trabajo. Los que superen el proceso de selección comenzarán una formación intensa sobre conocimientos de física de reactores, neutrónica, legislación, protección radiológica y funcionamiento de los sistemas de la central nuclear, sobre los que el Consejo examinará exigiendo una nota superior a 80 sobre 100 en las pruebas realizadas. Además de haber superado con éxito los exámenes teóricos, que tienen lugar durante varios meses, el CSN exigirá que los aspirantes hayan realizado trabajos de operador de manera efectiva durante gran parte del tiempo de esos tres años de formación para, posteriormente, evaluar su experiencia profesional. Superados estos requisitos, el Consejo otorga las licencias, que serán renovadas cada tres años si el personal demuestra que continúa en condiciones de asumir las responsabilidades que le corresponden. Tras ocho o diez años de experiencia profesional, se considera que el operador está en condiciones de pasar a una categoría superior, la de supervisor de la sala de control, y tiene que dejar su actividad laboral durante algo más de un año para realizar los cursos que el CSN determina para otorgar dicha licencia. Superadas las pruebas pertinentes, el ya supervisor volverá a la central para trabajar como tal, debiendo renovar también esta licencia cada tres años. Simulación en Madrid Para la formación de estas personas, el Consejo cuenta con un simulador en Madrid que funciona exactamente igual que la planta de la central nuclear y se utiliza para evaluar el conocimiento profundo que tienen sobre los equipos y sus respuestas ante situaciones inesperadas. En situaciones reales, los operadores trabajan por turnos. Existen siete equipos de operación que cubren las 24 horas del día durante todo el año. Todos los equipos están formados por un jefe de turno con licencia de supervisor, común para las dos unidades de la central, y, un supervisor, un operador de reactor y un operador de turbina por cada unidad. Según Cruz Paredes, el índice de éxito de los ingenieros que se preparan y afrontan las pruebas del CSN es «altísimo», entorno al 95 por ciento de los aspirantes, dado que la formación es «muy intensa». Alto compromiso Para el supervisor, estos trabajadores de la central no son 'superhéroes', pero sí es cierto que tienen un nivel académico bastante elevado y adquieren un grado de compromiso mayor con la sociedad que cualquier otro empleado, dado que tiene que garantizar la seguridad, legalidad y regularidad del funcionamiento del reactor nuclear. Asimismo, Cruz Paredes destacó que es un puesto que ofrece estabilidad laboral y un reconocimiento económico importante en relación a la media del mercado, algo que deben conocer bien los titulados en Ingeniería, ya que, en la última convocatoria, CNA ofertó 8 nuevas plazas de operadores, para las que se manejaron unos 600 currículos. Esta cifra demuestra lo atractivo que resulta para los ingenieros ingresar en el CNA. En cuanto al debate actual sobre la energía nuclear, señaló que le parece «un poco absurdo», dado que el país tiene unas necesidades energéticas determinadas que hay que satisfacer con las fuentes de energía existentes. Fuente: HOY (9 abril 2007)