Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Rev. Logop. Fonoaud., vol. IV, n.º 1 (27-36), 1984. ESTABLECIMIENTO DE UN REPERTORIO MÍNIMO DE LENGUAJE PRODUCTIVO EN UNA NIÑA AUTISTA MUDA* Por F. Sansó Durán Diplomado en Psicología Clínica. Diplomado en Pedagogía Terapéutica. Licenciado en Filología Románica diferentes circunstancias y motivaciones, tanto personales como profesionales, a la hora de decidir el tema de nuestro trabajo. Pero, por encima de todas ellas, prevaleció nuestra convicción de que el lenguaje, dentro del proceso evolutivo de la persona, es un elemento decisivo porque integra el resto de procesos —cognitivos y afectivos—-que conforman la personalidad del individuo. «Es difícil ser una persona “normal” sin poseer algún tipo de lenguaje con el que poder influir y recibir la influencia de la sociedad en que se vive», afirma Lovaas (1966) en el prólogo de uno de sus libros. Y Luria (1966) señala «el papel decisivo del lenguaje en el desarrollo del comportamiento». Además, como subraya nuevamente Lovaas en el mismo libro, «si un psicólogo infantil ni siquiera puede enseñar a un niño a hablar, ¿qué puede hacer?». Por todas estas razones, y desde nuestra doble condición de enseñante y de psicólogo, nos decidimos por diseñar un experimento, dentro del campo de la patología del lenguaje, que nos permitiera validar un paradigma teórico y práctico para enseñar C ONCURRIERON * Este trabajo es el resumen de la Tesina que el autor leyó ante el Tribunal presidido por el Dr. González Monclús en la Escuela Profesional de Psicología Clínica de la Facultad de Medicina de Barcelona, en junio de 1982. a hablar a un sujeto que no poseyera ningún tipo de habla. Elegimos a una niña autista de 4 años que no hablaba, como sujeto del experimento. La condición de autista muda era necesaria porque, como veremos, el programa que queríamos ensayar era el de I. Lovaas, que había sido experimentado con eficacia con niños autistas en la Universidad de Los Ángeles, California. PRESUPUESTOS TEÓRICOS DEL TRABAJO Ya se sabe que cualquier orientación psicológica descansa sobre un conjunto de principios o leyes que configuran el fundamento doctrinal, epistemológico, del sistema. Sea cual fuere la orientación que uno adopte, deberá servirse de unos presupuestos teóricos determinados que condicionarán tanto la metodología como la técnica del trabajo. En nuestro caso, la orientación estaba fijada desde hacía años. Creemos que, globalmente, la teoría del aprendizaje y las técnicas del condicionamiento operante constituyen el cuerpo doctrinal con más base empírica y más eficacia terapéutica en trabajos con niños que sufren retraso severo del lenguaje. Ciñéndonos a los trastornos del habla, desde los primeros estudios de Watson en 1924 hasta hoy, el número de trabajos científicos destinados al análisis y modificación de la conducta verbal ha ido aumen- Correspondencia: Gabinete Luria de Psicología y Neurología. C/ Puigdorfila, 12 - Entlo. 1.ª. Tel. 22 20 27 (971), tardes. Palma de Mallorca. 27 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. ORIGINALES tando considerablemente. Skinner publicó su obra Verbal Behavior en 1957, obra sin duda fundamental en esta materia, y desde entonces han proliferado las publicaciones científicas sobre la conducta verbal en uno u otro sentido. Bien es verdad que el camino que abrió Skinner entonces ha sufrido en los últimos treinta años nuevas orientaciones. Podríamos señalar, siguiendo a F. Bas en un artículo reciente (1981), que, desde la década de los años 50 y 60, han destacado tres tendencias que resumirían otros tantos enfoques que hemos tenido en cuenta: a) El «análisis conductual aplicado» de orientación skinneriana, basado en los principios y procedimientos del condicionamiento operante, cuya publicación más importante es la revista «Journal of Aplied Behavior Analysis» (J.A.B.A.). b) La corriente conocida como «modelo neoconductista mediacional ER», desarrollado especialmente a través de Wolpe (1958) Eysenck (1960, 1964) y Rachman (1963), con apoyo histórico en Paulov, Guthrie, Hull, Mowrer, Miller, Dollard. c) La teoría del aprendizaje social», cuya figura más destacada es, sin duda, Bandura (1969), quien mantiene la tesis de que tanto la conducta desviada como la social es desarrollada y mantenida según tres sistemas de regulación: 1. Un primer sistema formado por el conjunto de pautas de respuesta que están bajo el control de estímulos externos (tesis del condicionamiento clásico). 2. Un segundo conjunto de respuestas bajo el control del refuerzo externo (tesis del condicionamiento operante). 3. El tercer sistema regulador y el más importante se da a través de los procesos mediacionales cognitivos. De todos modos, como trabajos concretos dentro del campo de la conducta verbal, nos parecen aportaciones especialmente valiosas los trabajos de Sapon (1966, 1972); de Buddenhagen (1971) con niños mongólicos mudos; de Goldiamond (1965) con tartamudos; de Lovaas (1966) con niños psicóticos. La ecolalia ha sido tratada por Risley y Wolf (1968) y 28 la adquisición de ciertas estructuras gramaticales por otros autores: Guess, Sailor, Rutherford y Baer (1968) trabajaron con la pluralización; Baer y Guess (1971), en un estudio que ilustra la utilidad de los procedimientos de reforzamiento diferencial en el entrenamiento del habla, enseñaron a tres niños retrasados los conceptos de «grande-mayor» y «pequeño-mínimo» y demostraron cómo el niño generalizaba luego su comprensión a nuevos estímulos sin más entrenamiento; Schumaker y Sherman (1970) utilizaron procedimientos de imitación y reforzamiento para enseñar a tres niños retrasados a usar verbos en pasado y en presente; Hart y Risley (1968) establecieron el uso de adjetivos calificativos en el habla espontánea de niños de preescolar desventajados culturalmente; Risley, Reynolds y Hart (1970) presentaron procedimientos y datos que demuestran que es factible construir y ampliar la estructura de las oraciones de niños desventajados empleando reforzamiento diferencial y técnicas de instigación. En todos ellos, de lejos o de cerca, está la presencia de Skinner, su influencia. Porque, como señala Bayés (1977),, «si la postura skinneriana careciera de base, como pretende Chomsky, ¿hubieran podido tener éxito... Sapon (1966) con su niño retardado, Buddenhagen (1971) con sus mongólicos, o Goldiamond (1965) con sus tartamudos?». De los autores y de las obras citadas hemos extraído los conceptos y técnicas fundamentales para nuestro trabajo. En especial, el concepto de conducta verbal entendida como una operante, los diversos tipos de conducta verbal («mand», «tact») y el análisis y modificación de la conducta verbal. Finalmente, hay que citar aún algunos otros libros que hemos utilizado porque los consideramos textos excelentes en la línea que comentamos: el libro de Fred S. Keller y de W. N. Schoenfeld (1975), el de S. W. Bijou y D. M. Baer (1969), el de Skinner (1970), el de Ribes Iñesta (1972) y el de Reynolds (1968). Y entre los «prácticos», el de D. L. Whaley y R. W. Malott (1978), el de A. M. Graziano (1977), los de B. A. Ashen y E. G. Poser y, muy especialmente, el de M. A. Kozloff (1980) para la elaboración del programa educativo, y el de I. Lovaas (1977) para el programa que hemos utilizado. Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. DESCRIPCIÓN DEL EXPERIMENTO Objetivo fundamental El trabajo experimental tenía como objetivo fundamental el establecimiento de un repertorio mínimo de lenguaje funcional en una niña autista de 4 años, muda y no imitativa. Se pretendía demostrar, como principal hipótesis, la influencia que la imitación vocálica y el lenguaje comprensivo ejercen sobre el desarrollo del lenguaje productivo. También se quería validar el nivel de rendimiento del Programa de Lovaas en sus primeros pasos. El programa de Lovaas Ya dijimos que la elección de este programa como variable independiente de nuestro trabajo obedecía al hecho de que, desde 1966, tal programa se había mostrado eficaz para el establecimiento de lenguaje en niños autistas. Las veintiséis sesiones iniciales del caso de Billy, el más «famoso» de los sujetos tratados por Lovaas, han servido de paradigma para explicar cómo adquiere las primeras palabras un niño retrasado profundo y además han demostrado que la imitación es básica para la adquisición del lenguaje. El trabajo de Lovaas debe su importancia a la fase primera y en concreto a sus cuatro primeros pasos: 1. Se refuerzan todas las vocalizaciones del niño hasta lograr que éste emita una respuesta vocal cada cinco segundos aproximadamente. 2. Se intenta colocar cualquier vocalización bajo el control del terapeuta. 3. Se establece un control imitativo tal que el sujeto emita una respuesta verbal parecida o idéntica a la que acaba de emitir el E. 4. Se consigue la generalización de la imitación, introduciendo sonidos nuevos. Luego el programa continúa con objetivos más complejos: rotulado de acontecimientos discretos, relaciones entre objetos y acontecimientos y otros términos abstractos, la conversación, dar y buscar información, destrezas gramaticales, recuerdo, espontaneidad, contar historias. El principio básico de entrenamiento es el aprendizaje discriminativo, una parte de la teoría del aprendizaje que indica cómo la conducta pasa a ser controlada por estímulos, sean de origen externo o interno. Para comprender el proceso de construcción de una discriminación es conveniente la consulta de trabajos como los de Terrace (1975), o de libros como los de Keller, Bijou o Reynolds ya citados. Para el establecimiento de la conducta, las técnicas usadas por Lovaas son las de modelamiento (shaping), la imitación, el encadenamiento. Y en este sentido son imprescindibles los conceptos de estímulo discriminativo, estímulo de entrenamiento, estímulo instigador, instigación, desvanecimiento de la instigación (fading). También es necesario tener muy en cuenta el concepto de conducta prerrequisita o repertorios de conductas previas e imprescindibles a otros repertorios más complejos dentro del mismo campo de habilidades. En este sentido, vale la pena seguir las orientaciones de Kozloff, especialmente rellenar el cuestionario TEC a través de observaciones sistemáticas del comportamiento del sujeto, tal como propone este autor. En nuestro caso, el TEC nos demostró que, antes de empezar con el programa de imitación verbal —que era nuestro punto real de partida—- era necesario el establecimiento del Campo de Habilidades de Imitación Motora que prescribe Kozloff y que incluye la imitación de modelos motores gruesos, finos y posiciones de la boca. (La TEZ es una Tabla de Evaluación de Conductas.) El sujeto Ya hemos indicado que se trata de una niña de 4 años, diagnosticada desde los 3 de «Autismo (Kanner)» por dos Servicios Clínicos especializados, en Palma y en Barcelona, segunda hija de una familia de bajo nivel sociocultural. En nuestras observaciones, anotamos los siguientes rasgos de1 comportamiento: 29 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. ORIGINALES - deficiencia grave del lenguaje - déficit sensorial aparente severo aislamiento afectivo elevada tasa de conductas autoestimulatorias autodestructiva mínimas conductas sociales y hábitos de autonomía, además de los rasgos del lenguaje descritos en Kanner (1946) y Rivière (1981). d) Cuando se supone que el paso está aprendido, se pasa a un test final (TF), exacto al TI, y si se cumple el criterio se da el paso por sabido. Criterio Aunque existen algunas variaciones a lo largo del programa, el criterio estándar es del 90 por 100 de respuestas correctas, habiendo presentado dos veces cada ítem. Materiales Las sesiones se desarrollaron en una salita de 2 por 3 m, desprovista de estimulación accesoria que pudiera interferir con las tareas a realizar. Una mesa en el centro sujeta al suelo, dos sillas, un taburete sobre el que se ponen materiales, diversos didácticos en forma de objetos y cartulinas con dibujos. La habitación está provista de un espejo de una sola cara; de un micrófono pendiente del techo sobre el centro de la mesa, a 85 cm, en línea vertical, de la superficie de la misma, que transmite la información oral que se produce durante la sesión a la salita de observación al otro lado del espejo. En la sala de observación hay un amplificador y una platina-cassette para escuchar y grabar la conversación de cada sesión. El refuerzo se proporciona siempre directamente por el E. en forma de comida, atención, halagos, contactos, elogios. El E. viste sistemáticamente una bata color claro beige con grandes bolsillos a cada lado donde guarda posibles reforzadores para la niña. Control experimental Hemos usado un control de Línea de Base Concurrente (Ribes Iñesta, 1976), que nos permite valorar si los cambios producidos en las dependientes se deben a las manipulaciones que efectuamos en la variable independiente, sin necesidad de usar reversión de las condiciones experimentales. Como control concurrente hemos elegido el subtest del WPPSI «Block Design», que es un test de carácter manipulativo. Criterios de inteligibilidad Los criterios establecidos para que una respuesta verbal del sujeto sea calificada de inteligible son: - que cualquier miembro que forma parte del am- biente del niño la comprenda en contexto, - que se diferencie de cualquier otra vocalización, - que mantenga la constancia para designar un mismo objeto, persona o acción. Procedimiento Registro a) b) c) 30 En cada paso se aplica un test inicial (TI) para determinar la línea de base (LDB). Se fija un criterio de bondad para cada paso. Si el sujeto cumple el criterio establecido, se da el paso por sabido; en caso contrario, se pasa a la etapa de implantación en la que se enseña el paso al sujeto. El propio E. registra en la hoja correspondiente el contenido de cada sesión. Una vez por semana, otros dos observadores-psicólogos registran simultáneamente la sesión correspondiente, mientras observan a través del espejo unidireccional y con la ayuda del sonido que les llega a través del micrófono. Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. TABLA I. — Imitación vocálica El sujeto debe imitar las siguientes palabras: Este mismo día de registro simultáneo se contrastan los tres registros y se establece la fiabilidad de observación. Antes se transcribe la grabación del cassette. DISEÑO EXPERIMENTAL El experimento se ha desarrollado en dos fases, A y B. La fase A corresponde al establecimiento de la imitación vocálica mediante la aplicación del Programa 1 de Lovaas. La fase B corresponde al establecimiento de lenguaje receptivo y productivo mediante la aplicación del Programa 2 de Lovaas. Cada fase consta de tres etapas: - etapa de LDB-1 - etapa de implantación del repertorio correspondiente - etapa de LDB-2. Fase A: Establecimiento de imitación vocálica 1. Se toman las LDB (LDB-A-1) de a) Imitación vocálica de las palabras de la tabla I. TABLA III. — Lenguaje productivo no equivalente a la imitación y no enseñado directamente El sujeto debe responder a la pregunta «¿Qué es esto?» b) Lenguaje productivo equivalente a la imitación. Véase tabla II. c) Lenguaje productivo no equivalente a la imitación. d) Lenguaje productivo equivalente a la imitación en ambiente familiar. e) Conducta control concurrente (subtest manipulativo del WPPSI «Block Design»). 2. Operación experimental: Establecimiento de imitación vocálica (Programa 1 de Lovaas). (Tabla I.) Criterio: 50 por 100. 3. Se toman las LDB (LDB-A-2) de los mismos pasos que en la etapa de la LDB-A-1. Fase B: Establecimiento de lenguaje productivo 1. Etapa de la LDB-B-1: Se toma como punto de partida el nivel basal del sujeto en la ultima etapa anterior, LDB-A-2. 2. Operación experimental: Establecimiento de lenguaje productivo. (Programa 2 de Lovaas.) (Tabla II.) 3. Etapa de la LDB-B-2: Se vuelven a tomar las LDB de las etapas anteriores excepto en el paso correspondiente a la tabla I. TABLA II. — Lenguaje productivo equivalente a la imitación El sujeto debe responder a la pregunta «¿Qué es esto?» TABLA IV. — LDB-A-1 Personas mamá tata del cuerpo nariz boca pelo Criterio: 90 por 100. Alimentos Juguetes nata danone agua pito mesa piano — Imitación vocálica: 0/12. Promedio: 0 % — Lenguaje productivo equivalente: 0/12. Promedio: 0 % — Lenguaje productivo no equivalente: 0/12. Promedio 0 % — Lenguaje productivo equivalente en ambiente familiar: 0/12. Promedio: 0 % — Control concurrente: Promedio: 5 % 31 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. ORIGINALES SIGNIFICACIÓN ESTADÍSTICA DE LOS RESULTADOS CONCLUSIONES 1.º Los resultados son: Aplicando la prueba exacta de Fisher (Doménech, 1981) para datos apareados en tablas de contingencia 2 × 2 hemos obtenido los siguientes resultados: LDB.A-1 LDB-A-2 / 1. Imitación vocal . . . Significativo estadísticamente P = 0,004 Prueba unilateral 2. Lenguaje productivo equivalente . . . . . . Significativo estadísticamente P = 0,031 Prueba unilateral 3. Lenguaje productivo no equivalente . . . . No significativo estadísticamente P = 0,2 50 Prueba unilateral 4. Lenguaje productivo equivalente en ambiente familiar . . . . Significativo estadísticamente P = 0,031 Prueba unilateral | LDB-B-1 / LDB-B-2 1. Lenguaje productivo equivalente . . . . . Significativo estadísticamente P = 0,01 6 Prueba unilateral 2. Lenguaje productivo no equivalente . . . . No significativo estadísticamente P = 0,125 Prueba unilateral 3. Lenguaje productivo equivalente en ambiente familiar . . . . Significativo estadísticamente P = 0,016 Prueba unilateral 32 | En la fase de establecimiento de imitación vocálica a) Durante el establecimiento inicial de los LDB-A-1, el sujeto da un 0 por100 de respuestas correctas en el paso de Imitación vocálica, Lenguaje productivo equivalente, Lenguaje productivo no equivalente, Lenguaje productivo equivalente en ambiente familiar. b) Después del establecimiento de la Imitación vocálica de doce palabras, las LDB-A-2 varían positivamente de la siguiente manera: - Imitación vocálica = 66 % - Lenguaje productivo equivalente = 42 %. - Lenguaje productivo no equivalente = 42 %. - Lenguaje productivo equivalente en familia = 42 % - Control concurrente = 5 %. c) El nivel estadístico de significación (Prueba de Fisher) confirma que la implantación de la imitación vocálica ha producido un aumento significativo del repertorio verbal productivo de la niña y una generalización de la imitación verbal en el ambiente familiar. En cambio, no es significativo el aumento producido en lenguaje productivo no equivalente. La geTABLA V. LDB-A-2 — Imitación vocálica: 8/12. Promedio: 66 % — Lenguaje productivo equivalente: 5/12. Promedio: 42 % — Lenguaje productivo no equivalente: 2/12. Promedio: 17 % — Lenguaje productivo equivalente en ambiente familiar: 5/12. Promedio: 42 % — Control concurrente: Promedio: 5 % LDB-B-2 — Lenguaje productivo equivalente: 11/2. Promedio: 92 % — Lenguaje productivo no equivalente: 5/12. Promedio: 42 % — Lenguaje productivo equivalente en ambiente familiar: 11/12. Promedio: 92 % — Control concurrente: 7 % Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. TABLA VI. - Cuadro general de resultados, expresados en tantos por ciento de respuestas correctas LDB-R-1 Establecimiento LDB-A-2 imitación vocálica Imitación vocálica 0% Lenguaje productivo equivalente 0% 42 % 92 % Lenguaje productivo no equivalente 0% 17 % 42 % Lenguaje productivo equivalente en ambiente familiar 0% 42 % 9% Control concurrente 5% 5% 7% Fase A 66 % I _ neralización de la imitación verbal no se ha producido de manera significativa en otro conjunto de estímulos verbales distintos topográfica y semánticamente. d) El aumento registrado en la conducta manipulativa elegida como control concurrente es nulo después de la implantación de imitación vocálica. e) El número de sesiones para esta fase A ha sido de 96. Durante la fase de establecimiento de lenguaje productivo a) Las LDB-A-2 (final del paso anterior) varían positivamente de la siguiente forma: - Lenguaje productivo equivalente: 92 %. - Lenguaje productivo no equivalente: 42 %. - Lenguaje equivalente en familia: 92 %. - Conducta control concurrente: 7 %. b) Los cambios habidos en cada tipo de conducta son significativos estadísticamente, excepto en lenguaje productivo no enseñado (no equivalente), a pesar del aumento positivo registrado: del 17 al 42 %. c) El control experimental concurrente no sufre variación. d) El número de sesiones para esta fase B ha sido de 40. e) El total de tiempo empleado para las dos fases del experimento ha sido de nueve meses lectivos. f) Apenas ha habido tiempo de seguimiento. Del final del proceso al momento de redacción del trabajo ha transcurrido un mes y medio. Es interesante señalar, no obstante, que tanto los padres (en dos entrevistas) como la maestra (en cuatro ocasiones) nos informan que la niña «habla más» y «presta más atención». La madre expone que su hija dice a menudo «mamá», «papá» y «tata» cuando se dirige a ellos y los coge por el brazo; y que en dos ocasiones dijo claramente «agua» cuando tenía sed. 2.º Los resultados anteriores confirman en gran medida la hipótesis inicial de que la imitación y la comprensión verbales son prerrequisitos básicos para la adquisición de lenguaje productivo. Evidentemente, donde se produce un cambio mayor es en los ítems topográficamente iguales a los imitados. La confirmación positiva de tal hipótesis coincide con las de otros estudios experimentales similares, la mayoría de los cuales han sido citados a lo largo del escrito. Interesa ahora solamente citar tres de estas coincidencias: Lovaas (1966), Risley y Wolf (1967) y C. Basil y M.ª José del Río (1981). 3.º Los datos indican, pues, que una vez que se ha aprendido una respuesta, aun por imitación, es más sencillo que pase a depender de controles ambientales. 4.º En resumen, los resultados de la Fase A parecen indicar que enseñar a un sujeto con retraso grave de lenguaje a imitar un número reducido de palabras tiene como consecuencia: a) que una parte importante de estas palabras pasan «espontáneamente» a ser usadas en un contexto; b) que se incorporan al repertorio productivo algunas otras palabras nuevas, no enseñadas por imitación, aunque el aumento no sea, en nuestro caso, significativo; c) que una parte importante de las palabras aprendidas por imitación pasan a ser usadas en contexto en el ambiente natural del sujeto. 33 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. ORIGINALES En la Fase B, los resultados parecen indicar que al adquirir un repertorio mínimo de lenguaje productivo se produce una notable generalización a otras respuestas de la misma clase que no han sido enseñadas directamente, lo cual quiere decir que la enseñanza por procedimientos sistemáticos de un número reducido de palabras funcionales a un niño deficiente comporta no sólo una enseñanza mecánica de tales palabras, sino la posibilidad hacia una expansión natural del lenguaje, favorecida y mantenida por el ambiente natural del niño. 5.º Finalmente, quedan confirmadas de forma muy positiva dos subhipótesis: - La eficacia del Programa de Lovaas, en especial de los cuatro pasos que configuran la Imitación vocálica, ya que quedan —como el mismo autor reconoce— muchos aspectos por revisar y conocer en discriminación de estímulos y en procedimientos de instigación. - La aplicación sistemática de los principios del condicionamiento operante resultan claramente eficaces para el establecimiento del lenguaje en sujetos deficientes graves. DISCUSIÓN Un trabajo de este estilo, por muy positivos que sean los resultados finales, siempre deja pendientes muchas más dudas de las que uno pudiera tener antes de iniciarlo. Ya dijimos en otro momento que el método, sistema o programa de un autor —en este caso, el método de I. Lovaas— es una técnica «paquete» que incluye un sinfín de elementos tan entremezclados que resulta casi imposible analizar a nivel de funcionalidad. El experimentador que en las circunstancias de trabajo profesional de nuestro país intenta poner a prueba su tenacidad en un experimento psicológico sufre, a lo largo de la experiencia, otro cúmulo de sensaciones éxtero- e interoceptivas igualmente inanalizables. Pierde la fe y la esperanza cuando le faltan medios y ayudas morales y técnicas; y la recobra a menudo cuando observa que el sujeto con el que se trabaja avanza, aprende. 34 Y esta sensación gozosa es el refuerzo que mantiene la conducta de seguir, y, probablemente, influye decisivamente a la vez —por transferencia— en el niño. Sea por lo que fuere, quedan claros dos tipos de hechos: 1.º que el programa o la técnica terapéutica ha funcionado; 2.º que no se sabe exactamente por qué. ¿Qué variables del procedimiento, del diseño, habrán sido las más relevantes a la hora de modificar el comportamiento verbal del sujeto? En nuestro caso, quisiéramos pasar a comentar sólo tres de los muchos aspectos que consideramos relevantes y que, con toda probabilidad, no habremos logrado exponer con la claridad deseada a lo largo de nuestra exposición. El primero de ellos se refiere a los refuerzos. En una situación de enseñanza con sujetos deficientes graves, la selección de reforzadores es el primer condicionante que consideramos indiscutible. Si el experimentador se lanza al experimento, a la aplicación del programa, antes de haber asegurado que los reforzadores que va a emplear no son fuertemente eficaces, casi con toda probabilidad tiene asegurado el fracaso. Veamos un caso. Sabíamos por los padres de la niña que le gustaban extraordinariamente dos tipos de comida: los plátanos y las galletas María. Secundariamente, la leche y las patatas fritas. Sin haber obtenido información suficiente a través de nuestras propias observaciones en el periodo de línea de base, confiamos en lo que nos habían ofrecido los padres e iniciamos un primer paso en Programa de imitación motora. La niña no tan sólo no aprendió, sino que cada vez estaba más «distraída» hasta que aumentaron las rabietas y las conductas disruptivas autoestimulatorias. Decidimos parar el programa, analizar los hechos y seguir más tarde. Creímos que el factor clave del fracaso era el tipo de refuerzo usado —no suficientemente eficaz— y la hora de la sesión. A partir de entonces decidimos cambiar la circunstancia: la sesión se haría a la hora del desayuno y utilizaríamos danone como refuerzo primario. Los resultados fueron muy positivos desde un principio. Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Creemos que la anécdota es suficientemente ilustrativa de lo que pretendíamos señalar. El segundo aspecto se refiere al procedimiento que se usa. Es importante asegurar que el sujeto dé con fiabilidad cada uno de los pasos que constituyen una secuencia determinada. Si el terapeuta no actúa con rigor, se producen regresiones en la línea del aprendizaje que deberían haberse evitado. Esta exigencia de sincronización entre las actuaciones del experimentador (presentación de estimulos) y la conducta del sujeto (emisión de las respuestas adecuadas) se hace evidente a lo largo de todo el programa, de manera muy especial en la etapa inicial de cada nuevo paso de la secuencia; como si el sujeto no «perdonara» ni los descuidos ni las prisas (los fallos, diríamos) del terapeuta. Este hecho constata nuevamente la hipótesis de que el niño deficiente aprende si quien le enseña es capaz de estructurar cada unidad de aprendizaje en una secuencia lógica progresiva de pequeños paros sucesivos, engarzando los estímulos, las respuestas y los reforzamientos con gran rigor dentro de la estructura interna de cada movimiento. Si se logra este objetivo, el sujeto avanza; si no, su actuación se desorganiza de modo muy explícito en un espacio de tiempo muy corto; bastan unos minutos —dentro de una sesión— para que el niño pase de un estado de actuación positiva a otro de descontrol absoluto. Este «perder el control» es el aviso indicador de las irregularidades en la actuación del terapeuta; como cuando en el funcionamiento de un mecanismo se enciende una señal luminosa e intermitente que alerta sobre algún tipo de deficiencia o irregularidad funcional. Estas razones confirman, a nuestro juicio, que los tres procedimientos fundamentales para el establecimiento de lenguaje en un sujeto no verbal son la instigación y el moldeamiento de la conducta junto con la retirada progresiva de los soportes. Si se logra una rigurosa aplicación de los mismos, se consigue llevar al sujeto hasta la conducta terminal que se ha planteado como objetivo. Finalmente, para no alargar esta discusión, queremos subrayar la importancia que tiene eliminar desde un principio la conducta inadaptada del sujeto (todos los deficientes las presentan), si se quiere avan- zar con cierto ritmo. En nuestro caso, las rabietas que la niña aportaba como conducta indeseable fueron el primer objetivo concreto de nuestra actuación. Ya hemos señalado la eficacia del uso del «time-out», tal como lo aplican Risley y Wolf. Dentro de las deficiencias técnicas de este estudio —dejamos aparte las formales y las coyunturales (falta de tiempo, estructuración del escrito, incoherencias formales, etc.)—, creemos que la más notoria es la falta de tiempo de seguimiento del caso en el ambiente escolar y familiar. Sólo podemos reconocerla e iniciarlo a partir de ahora. Algún día dispondremos probablemente de datos suficientes en este sentido. RESUMEN Se revisan diferentes programas de trabajo de lenguaje en niños autistas para después explicar la aplicación sistemática de uno de ellos. Por ultimo, el autor aborda los principales aspectos conductuales que deben tenerse en cuenta. BIBLIOGRAFÍA ASHEN B. A., POSER E. G.: Modificación de conducta en la infancia. Fontanella, Barcelona, 1977, 4 vols. BANDURA A.: Principles of behavior modification. N. York, Holt, Rinehart and Winston, Nueva York, 1969. BAER D. M., GUESS D.: «Receptive training of adjectival inflections in mental retardates». Journal of Applied Behavior Analysis, 1971, 4, 129-139. BAS F.: «Las terapias cognitivo-conductuales: una revisión». Estudios de Psicología, 1981, 7, 91-114. BASIL C., DEL RÍO M.ª J.: «La influencia de la imitación y la comprensión en la adquisición del lenguaje en niños deficientes: dos experimentos basados en un diseño de líneas de base múltiple y control concurrente». Estudios de Psicología, 1981, 516, pp. 100 y sigs. 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