14.4 La Segunda República: el bienio Radical-Cedista. La Revolución de 1934. Las elecciones de 1936 y el Frente Popular. 1. 2. Bienio Radical-Cedista (1933-1936), o bienio derechista. o Razones del giro electoral. o Gobierno de Lerroux: la “política rectificadora”. o La Revolución de octubre de 1934: la CEDA, el Estado Catalán y la Revolución de Asturias. o 1935: escándalo del Estraperlo y crisis definitiva del Gobierno. o Formación del Frente Popular y división de la derecha. Las elecciones de febrero de 1936 y El gobierno del Frente Popular. o Elecciones de Febrero de 1936. o Gobierno del Frente Popular o El golpe militar del 18 de julio de 1936. Cartel publicitario de la CEDA 1. BIENIO DERECHISTA O RADICAL-CEDISTA (1933-1936) RAZONES DEL GIRO ELECTORAL En las elecciones generales de noviembre de 1933 obtuvieron mayoría parlamentaria los partidos de derecha y la derrota de los republicanos de izquierda y de los socialistas. Con ello se inicia lo que se conoce como Bienio Radical-Cedista. Este periodo se extiende hasta febrero de 1936, cuando unas nuevas elecciones dieron el triunfo al Frente Popular. Entre las razones del giro electoral de 1933, podemos destacar que la izquierda se presentó desunida, mientras la derecha estaba aglutinada en torno al Partido Radical de ALEJANDRO LERROUX y a la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), fundada pocos meses atrás por JOSÉ MARÍA GIL ROBLES. Por el desgaste del Gobierno, provocado por sus propios errores y por la conflictividad social. También se ha conjeturado con que el voto femenino pudo haber favorecido ese giro electoral, ya que las mujeres estaban bastante influidas por el clero, abiertamente opuesto al gobierno de la izquierda. Por último, hay que subrayar la elevada abstención en las zonas de predominio obrero, a causa de la petición expresa de la CNT. GOBIERNO DE LERROUX Y LA POLÍTICA RECTIFICADORA Los partidos que aprobaron la Constitución de 1931 dejaban el poder. El Parlamento experimento un gran cambio, muy fragmentada (20 partidos políticos) y polarizado. El presidente de la República, NICETO ALCALÁ ZAMORA encargó la formación de un nuevo gobierno a Alejandro Lerroux (partido Radical), aunque la CEDA tenía mayor número de escaños. Los anarquistas, que habían hecho campaña por la abstención, llamaron a la insurrección armada, que se extendió principalmente por Aragón, La Rioja y numerosos pueblos del sur. El movimiento fracasó, pero dejo cerca de un centenar de muertos. Los dirigentes fueron a prisión. De inmediato, el gobierno radical comenzó una “política rectificadora”, consistente en la paralización de las reformas emprendidas durante el bienio anterior, por presión de la CEDA. Este giro conservador provocó fuertes tensiones entre ellos y frecuentes crisis ministeriales. En materia religiosa y educativa, se permitió que siguieran abiertos los centros educativos vinculados a la Iglesia y se aprobó una ley para pagar un sueldo a los sacerdotes; se paralizó el proceso de secularización de la enseñanza, los programas constructivos escolares y la enseñanza mixta. La reforma agraria quedó paralizada, se devolvieron algunas tierras a sus anteriores propietarios y se derogó la Ley de Términos Municipales de Largo Caballero, se comenzó a pagar de nuevo salarios de miseria. La reforma militar quedó también detenida y se concedió la amnistía a los condenados por el golpe de Estado (agosto 1932) del general SANJURJO. También se bloquearon los Estatutos de autonomía, las relaciones con el gobierno catalán empeoraron progresivamente y se detuvo la tramitación del Estatuto de Autonomía vasco. RADICALIZACIÓN POLÍTICA Durante 1934 las posiciones se decantaron y el país se polarizó definitivamente entre “las derechas” y las “izquierdas”. En la derecha, Las Juventudes de Acción Popular de la CEDA, actuaban en manifestaciones violentas contra las organizaciones obreras. Los falangistas, fusionados con las JONS de Ledesma, actuaban con violencia en la Universidad y en las calles. La izquierda republicana se reconstruyó a lo largo de 1934, en torno a Azaña. El movimiento obrero se radicalizó, el PSOE se hizo con el control de la UGT; el PCE abandonó el enfrentamiento con el PSOE y empezaron a colaborar para crear un frente antifascista. La CNT se vió al margen El clima de agitación social, la división interna de los radicales, los enfrentamientos con catalanes y vascos, la radicalización del PSOE y la presión de la CEDA provocaron la crisis del Gobierno. En mayo de 1934 formó gobierno el también radical Ricardo Semper, pero en octubre regresó Lerroux al frente de un gobierno que incluía tres ministros de la CEDA. La izquierda interpretó la presencia de éstos como un triunfo del fascismo REVOLUCIÓN DE OCTUBRE DE 1934 El PSOE convocó una huelga general revolucionaria en las principales ciudades para el día 5 de octubre. La deficiente organización y la ausencia de los anarquistas determinaron la escasa repercusión de esta huelga en la mayor parte de España, pero se dieron dos excepciones notables: Cataluña y Asturias. En Barcelona, LLUIS COMPANYS proclamó el “Estado Catalán dentro de la República Federal Española” el 6 de octubre. Sin embargo, intervino el ejército y todos los miembros del gobierno catalán fueron encarcelados. El Estatuto de Autonomía fue suspendido. La Generalitat encarcelada en octubre de 1934 En Asturias, se produjo una insurrección armada que desembocó en una revolución socialista: gobierno popular, control de la producción por parte de los trabajadores, organización militar, arresto y juicio sumarísimo a los enemigos políticos, etc. El hecho de que se produjera en el mismo mes que la Revolución Bolchevique de 1917 le confería, además, un alto contenido simbólico. Entre el 5 y 18 de octubre los mineros controlaron Gijón, Avilés y toda la cuenca minera. En Oviedo se dio una auténtica guerra civil. Pero el Gobierno de la República reaccionó rápidamente y envió a la Legión al mando del general Francisco FRANCO. La represión fue brutal y produjo más de 1300 muertos. El Gobierno ordenó también la detención de los principales dirigentes izquierdistas. En el conjunto de España unas 30000 personas pasaron por prisión, entre ellos Companys, Azaña (que no había participado en la revolución) y los principales dirigentes socialistas. Las penas de muerte que se impusieron fueron conmutadas, pero el odio entre derecha e izquierda era ya irreconciliable. EL ESCÁNDALO DEL ESTRAPERLO Y CRISIS DEFINITIVA DEL GOBIERNO En 1935, Lerroux tuvo que acceder a formar de nuevo gobierno con una mayoría de ministros de la CEDA, en el que Gil Robles entró como ministro de Guerra. Desde este momento el partido Radical se sometió a las exigencias de la CEDA y se aceleró la rectificación de las reformas republicanas. La crisis definitiva llegó en octubre de 1935 con el ESCÁNDALO DEL ESTRAPERLO y el asunto Nombela, que salpicó a Lerroux. Alcalá Zamora encargó formar gobierno a Manuel PORTELA VALLADARES, pero ante la imposibilidad de gobernar sin apoyos, disolvió las Cortes y convocó nuevas elecciones para el 16 de febrero de 1936. FORMACIÓN DEL FRENTE POPULAR Los partidos de izquierda constituyeron una gran coalición electoral que se denominó FRENTE POPULAR. Incluía a republicanos de izquierda, socialistas, comunistas, trotskistas y nacionalistas catalanes y gallegos. Reivindicaban las reformas del primer bienio y la amnistía para los encarcelados tras los sucesos de octubre de 1934. Los anarquistas no participaron, pero finalmente pidieron el voto para esta coalición. La derecha solo llegó a acuerdos de coalición en algunas provincias. La CEDA estaba debilitada; el Partido Radical, en franca descomposición; los monárquicos de RENOVACIÓN ESPAÑOLA tampoco tenían grandes expectativas; FALANGE ESPAÑOLA, fundada por José Antonio Primo de Rivera, era un grupo minoritario. Portela Valladares fundó un Partido de Centro que tampoco arrastraba a las multitudes. 2. LAS ELECCIONES DE 1936 Y EL GOBIERNO DEL FRENTE POPULAR ELECCIONES DE FEBRERO DE 1936 Las elecciones tuvieron lugar el 16 de febrero de 1936. Como ocurrió en 1933, la diferencia en número de votos no fue abrumadora, pero para los escaños sí. El Frente Popular obtuvo 263, frente a 133 de los partidos de derechas y 77 del centro e independientes. La coalición de derechas la formaron el Bloque Nacional monárquico y la CEDA, pero que en muchas circunscripciones se presentaron divididos, Falange se mantuvo fuera de la coalición. AZAÑA formó un nuevo gobierno con republicanos de izquierda, ya que los socialistas y comunistas prefirieron limitarse a dar apoyo parlamentario. GOBIERNO DEL FRENTE POPULAR El Gobierno del Frente Popular decretó una amplia amnistía, restableció el Estatuto Catalán y envió lejos de Madrid a los generales sospechosos. La reanudación de la reforma agraria se vio desbordada por los hechos: en muchos casos los campesinos ocuparon las tierras por su cuenta y el Gobierno se vio obligado a ratificar los hechos consumados. En abril se constituyeron las nuevas Cortes y la primera medida que aprobaron fue la destitución de Alcalá Zamora como presidente de la República. En su lugar, eligieron a Manuel AZAÑA. La jefatura del gobierno fue asumida por Santiago CASARES QUIROGA, un político débil y poco representativo, en vez de Indalecio Prieto, miembro del PSOE. La violencia política, alimentada desde la derecha y desde la izquierda, se agravó notablemente: las juventudes socialistas y comunistas se unificaron y se organizaron militarmente; los anarquistas redoblaron sus acciones violentas; los pistoleros falangistas se enfrentaban a ellos en las calles. En las Cortes, José Calvo Sotelo sustituyó a Gil Robles como líder efectivo de la oposición; el cruce de acusaciones y amenazas con el Gobierno se hizo habitual. Dentro del Frente Popular las fisuras se fueron agrandando. En el PSOE se agudizaron las diferencias entre LARGO CABALLERO, partidario de la revolución y de la alianza con los comunistas, y el ala moderada de INDALECIO PRIETO. Desde el advenimiento de la República los líderes de la derecha habían mantenido contacto con los mandos militares más afines a sus ideas. A esas alturas de 1936 habían llegado a la conclusión de que solo un golpe militar podía evitar una inminente revolución socialista. Tras un primer intento en abril, tomó el mando de la conspiración el general Mola. El golpe se precipitó con el secuestro y ASESINATO DE CALVO SOTELO el 13 de julio, líder del BLOQUE NACIONAL, llevado a cabo por oficiales de la Guardia de Asalto en represalia por la muerte el día anterior del teniente izquierdista JOSÉ CASTILLO. Al parecer, este hecho acabó por decidir a Franco, hasta entonces dubitativo, a participar en la sublevación. En la tarde del 17 de julio se produjo la rebelión en Marruecos y el 18 y 19 se extendió por varios puntos de la Península, pero fracasó en Madrid, Barcelona y otros muchos lugares; de esa forma dio comienzo la Guerra Civil. José María Gil Robles José Calvo Sotelo José Antonio Primo de Rivera y Sáenz de Heredia