nota prensa 50 ANIVERSARIO HOTEL CONDE DUQUE BILBAO

Anuncio
El Hotel Conde Duque cumple 50 años como
anfitrión de Bilbao

Es el único hotel de la ciudad que se ha mantenido en activo
durante 50 años ininterrumpidamente

Ha vivido en primera persona la evolución de Bilbao como
destino turístico
El Hotel Conde Duque de Bilbao cumple los cincuenta años de actividad hotelera como anfitrión
de Bilbao, siendo el establecimiento hotelero más antiguo de la ciudad que se ha mantenido en
activo de forma continuada durante cinco décadas.
El hotel cuenta con tres estrellas, 67 habitaciones de variado formato, el Restaurante Cafetería
Campo Volantín con terraza y salones configurables con capacidad para celebraciones y
actividades de hasta 130 personas. En total, cerca de 2,000 m2 de confortables instalaciones
para el disfrute de los visitantes de la ciudad y de los residentes, a los que va destinada una
amplia oferta gastronómica de sus fogones.
Ubicado en el Campo Volantín, junto a la ría de Bilbao, desde su enclave estratégico ha vivido
en primera persona la evolución de la ciudad, desde la supremacía industrial en los años 70, la
reconversión industrial de los 80, pasando por las graves inundaciones de la ciudad en 1983 que
le afectaron de lleno, hasta la radical transformación que seguiría a la inauguración del Museo
Guggenheim en 1997.
Desde su inauguración el 15 de julio de 1966 con categoría de 1º A, (la valoración que se utilizaba
en la época), este hotel de tres estrellas ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos
manteniéndose fiel a sus seña de identidad; la de un hotel independiente de las grandes
cadenas, con un trato cercano y un servicio marcadamente profesional. Las claves para
conseguirlo han sido la actualización de sus instalaciones, la gestión de la calidad y la
incorporación de las nuevas tecnologías. Son aspectos que resaltan en su trayectoria, ya que el
Conde Duque fue el primer hotel de Bilbao que obtuvo la certificación de calidad ISO 9000 en
1997, el primero en incorporar conexión de Internet con 2 megas de capacidad en el año 2000
y en contar con conexión Wi-Fi para todo el establecimiento el 2004.
Hoy en día estas claves siguen guiando su actividad, ya que las TICs están totalmente integradas
y la gestión de la calidad ha adquirido una nueva dimensión digital con las encuestas de
satisfacción. La profesionalidad de los servicios del hotel se testan con las opiniones de los
clientes, contando con calificaciones cercanas al sobresaliente en plataformas como
TripAdvisor, Booking.. con sus correspondientes certificados de excelencia.
Como resultado de todo ello el Hotel Conde Duque está teniendo una alta tasa de ocupación en
los últimos años, que se cifra en un 90% colgando en múltiples ocasiones el cartel de “completo”.
Gran parte de la evolución del Hotel Conde Duque la ha llevado adelante su actual Gerente,
Carmelo Kortabitarte, que dirige este establecimiento desde el año 1995. Entre sus apuestas de
futuro está el servicio integral para el turista, que incluye no solo la gestión de los servicios
hoteleros durante su estancia sino también la propuesta de paquetes de experiencias en la
ciudad. Como miembro corporativo del Museo Guggenheim desde el año 2009, la promoción
de la cultura y el artes está ligada a esta actividad turística.
Destaca también el impulso que le ha dado al Restaurante Campo Volantín, con una renovada
terraza y una nueva oferta gastronómica que lo está convirtiendo en un referente gastronómico
y de ocio en su zona, con la posibilidad de celebrar eventos en los salones. Tanto los salones
como el restaurante son piezas clave, del que provienen el 40% del negocio.
El ayer y el hoy del turismo en Bilbao
El 15 de Julio de 1966 se anunciaba en los periódicos de Bilbao la apertura del Hotel Conde
Duque en el Campo Volantín “…montado y decorado y vestido con arreglo al gusto clásico de
Bilbao...un lugar gratísimo, céntrico y tranquilo a la vez, junto a la ría y una zona residencial del
antiguo y actual prestigio de La Villa…”
Para hacernos una idea de la distancia que separa el ayer y el hoy de Bilbao como destino
turístico, a lo largo de todo el año 1967 pernoctaron en Bizkaia 137.481 personas, una cantidad
que prácticamente se supera cada mes. De aquellos visitantes de finales de los sesenta el 71,5%
eran españoles y el 28,5% procedían del extranjero y su estancia media era de 3 noches (datos
de la encuesta de ocupación hotelera de 1967 facilitada por el Instituto de Estudios Turísticos).
Hoy, según datos del Eustat del 2015, Bilbao recibe a 1.249.211,00 visitantes al año, con una
medida de pernoctaciones de 1,9 noches, de los que el 37% son extranjeros y el 63% estatales.
Por medio, el efecto “Guggenheim”, la explosión turística… y el cambio de cliente.
En las primeras décadas el visitante más frecuente era el de negocios; directivos de empresa con
un alto poder adquisitivo que se alojaban durante toda la semana en el hotel, de Lunes a Viernes.
En este tiempo, disfrutaba del negocio y del ocio de la ciudad, con un trato personal muy
estrecho con el equipo del hotel. Su vida en los salones del hotel era intensa y se entablaban
relaciones de amistad, ya que los huéspedes se reunían en la sala de la televisión.
También la evolución de los establecimientos hoteleros se materializa un recorrido a vista de
pájaro, por la historia del Conde Duque. El equipamiento que hoy nos parece más básico ha sido
toda una “conquista”. Cuando se inauguraba el hotel, no había televisión. Se pondría después
en los años 70 en el salón social, donde se veía colectivamente. Igualmente ocurriría con el
teléfono. En las primeras décadas la centralita del hotel, con 10 líneas externas, era el nexo entre
los huéspedes y sus empresas, sus familias, sus amigos... Luego el gran avance sería el telefax
que se incluirá en 1983, con la reinauguración del hotel después de las inundaciones. Saldría
anunciado en el periódico como gran novedad.
La compleja organización del personal en los hoteles del momento se plasmaba en un rígido
protocolo: El “botones” acompañaba al cliente hasta su habitación o salía a realizar los recados
de los clientes. Del equipaje se encargaba el “mozo”, de abrir la puerta de entrada “el Portero”,
y los “recepcionistas” hacían fila en posición de “firmes” mientras se registraba el cliente. La
variedad de uniformes destacaba este aspecto; el camarero usaba un uniforme para servir el
desayuno, otro al mediodía, diferenciado en el color de la chaqueta si era para la barra o para el
comedor, y otro por la noche. También en planta había el uniforme de mañana, que había que
cambiarse a las 5 de la tarde por otro. En recepción estaban diferenciados por las funciones:
recepción era pantalón de mil rayas y chaqueta negra, el conserje era el traje gris. El botones
era el clásico de muchos botones y el del portero era de almirante, con gorra de plato.
Además de participar en esta evolución y modernización, la historia del Hotel tiene un antes y
un después en las inundaciones de Bilbao, en Agosto de 1983, en las que sus instalaciones
quedaron completamente arrasadas por el agua y se tuvo que empezar “de cero”. A los pocos
meses, en octubre, el hotel se reinauguraba reanudando su actividad y su posterior desarrollo.
Descargar