ACTUALIZACIÓN EN ECOCARDIOGRAFÍA Rodríguez Vázquez del Rey, MM. Perin, F. Unidad de Cardiología Infantil. Servicio de Pediatría. Hospital Universitario Virgen de las Nieves. Granada. Introducción: Desde el comienzo de la ecocardiografía en los años 1980, hasta la situación que hay en la actualidad ha habido innumerables cambios, fundamentalmente debido a las mejoras tecnológicas, y a la experiencia y conocimiento acumulados, que han hecho que la ecocardiografía fetal pase de ser una simple herramienta diagnóstica a ser un área completa que permite además del diagnóstico, afinar la información sobre el pronóstico y perfeccionar el manejo de los casos diagnosticados, incluso a veces seleccionando pacientes y dirigiendo el tratamiento intrauterino. Áreas de progreso en ecocardiografía fetal: En cuanto a la metodología de estudio cardiaco: Se comenzó con el plano de 4 cámaras pero rápidamente se observó una tasa de detección de cardiopatías era muy baja, pues se escapaban las anomalías conotruncales1, de forma que se han ido añadiendo planos progresivamente hasta llegar en la actualidad a los 5 planos de Yagel que constituyen el “estudio básico extendido” recomendado en las guías de práctica clínica internacionales actuales2,3,4. Además se van sumando cada vez más planos, como son los sagitales de aorta, ductus y cavas. En cuanto a las indicaciones del estudio: Las indicaciones también han cambiado en el tiempo. En un principio, debido a los recursos que supone, sólo se hacía a grupos de riesgo bien definidos y conocidos por todos. Población de alto riesgo Factor fetal Factor materno Hallazgos ecográficos Anomalias extracardiacas Historia familiar / cardiopatía congénita Anomalias cromosómicas Diabetes Estudio no diagnóstico Embarazo múltiple Anticuerpos autoinmunes Arritmia fetal Teratógenos (litio, anticonvulsivantes, infecciones víricas) Otros marcadores: foco hiperecogénico, fémur corto, intestino hiperecogénico, CIR simétrico, ductus venoso reverso, regurgitación tricúspide materna de Traslucencia nucal > p99, imagen sospechosa 4 cámaras El problema es que aunque la ecocardiografía en manos expertas tiene una elevadísima potencia diagnóstica5, la mayoría de las gestaciones no llegan a esas manos expertas. En esta población de riesgo se dan sólo el 20% de las cardiopatías, ya que el 80% de las cardiopatías ocurre en la población de bajo riesgo. Para intentar mejorar las tasas de detección, se han ido incluyendo nuevos grupos de riesgo6 en los que se recomienda un ecocardiograma fetal avanzado: -traslucencia nucal aumentada> p997,8; -flujo anómalo en ductus venoso 9 en pacientes con TN aumentada > p95 (nos permite bajar el límite de TN del 99 al 95), de forma que sin aumentar exageradamente la población a estudiar se mejora el rendimiento del estudio; -regurgitación tricúspide9 en la semana 11-12 (si velocidad mínima de 0,8 m/s y al menos ocupa la mitad de la sístole) se asocia con alta incidencia de cromosomopatía y cardiopatía, por lo que se recomienda un estudio avanzado. En cuanto al momento del estudio: Tradicionalmente se ha reconocido la ventana ideal para el estudio cardiológico entre las 20 y 22 semanas de gestación (con sonda curvilínea de mayor calidad de imagen, o con sonda sectorial que dispone de doppler continuo). La realidad es que con la calidad de los equipos que existen actualmente se puede realizar una ecografía con una definición suficiente a partir de la semana 16, en la mayoría de las gestantes, sobre todo si no tienen sobrepeso. Sin embargo, hoy en día, gracias a los avances técnicos, es posible estidiar el corazón más precozmente, entre la semana 11 y 14, que es cuando se recomienda realizar la ecocardiografía precoz en pacientes de alto riesgo, siendo conscientes de que en esta ecografía se alcanza a ver el cuatro cámaras y el cruce de vasos, incluso el plano de los arcos, lo que nos permite descartar la patología más grave10. Pero la calidad de imagen no es lo suficientemente buena como para descartar problemas menos severos o que evolucionan a lo largo del embarazo, por lo que esta ecocardiografía no sustituye a la de la semana 20, y siempre habrá que hacer un seguimiento. Este diagnóstico precoz permite ganar tiempo para hacer otros estudios, vigilar la evolución de la cardiopatía, plantear tratamientos intrauterinos en edades más precoces que harán que sean más efectivos, o si se decide la interrupción del embarazo, esta se hará en estadio más precoz, por lo que supondrá menor riesgo para la madre. Es posible hacerla con sonda vaginal, que da mejor calidad de imagen, pero los planos estarán limitados por la posición fetal. La otra es vía abdominal, con sondas lineales de alta frecuencia11 que dan una imagen suficiente para lo que se pretende. La resolución es algo peor pero la posibilidad de cambiar de plano la hace más útil. Mejoras técnicas: El estudio intraútero puede ser tan preciso como el diagnóstico postnatal hoy en día, con la limitación de que es difícil valorar la severidad de las cardiopatías, debido a la circulación fetal en paralelo que desparecerá tras el nacimiento. Ahora es posible diagnosticar incluso cardiopatías leves que no tienen el mal pronóstico atribuido siempre a la cardiopatía fetal. A principio de los 80 se comenzó con el estudio con el modo M, ya casi no utilizado. Hoy en dia el modo 2D sigue siendo la base del estudio del corazón fetal en la práctica clínica diaria, y gracias a las mejoras que ha ido incorporando, ha mejorado la calidad de los estudios. Así, la posibilidad del cine-loop para ver más despacio lo que ocurre a tanta velocidad, el zoom de buena calidad para poder ver con nitidez estructuras tan pequeñas, o las diferentes mejoras técnicas como son los nuevos transductores, el uso del segundo armónico, forma de emisión de ultrasonidos en diferentes ángulos y mejoras en el software para reducir el “grano”, hacen que se pueda obtener imágenes de gran calidad. También ha mejorado la visualización de los vasos del feto de tan pequeño tamaño, gracias a modos doppler con mejor definición (el power doppler, sin dirección) y el dynamic-flow (power doppler con dirección). Otros métodos como el B-flow obvian las limitaciones del doppler en cuanto a ángulo de insonación y definen nítidamente las estructuras vasculares. La última incorporación es la ecografía tridimensional, en el que el corazón fetal, debido a su pequeño tamaño y a su alta velocidad de movimiento, junto con la posición fetal variable y no controlable, plantea un reto. Se ha solventado con la función STIC que permite al ecografista la adquisición de un volumen tridimensional virtual del corazón fetal mientras está latiendo. Este volumen digital queda archivado digitalmente y permite trabajar posteriormente sobre él para obtener diferentes planos. Esto es muy laborioso y se intenta solventar con la automatización (VCAD: diagnostico de volumen asistido por ordenador), que genera de forma automatizada los diferentes planos del corazón fetal. Sería un magnífico medio de screening y la detección de cardiopatias aumentaría enormemente, pues todo el que no obtuviese los planos estándar sería derivado para ecocardiografía avanzada. Desgraciadamente aún no se ha conseguido resultados satisfactorios12 generalizados con este sistema. Además permite construir imágenes tridimensionales, gracias al volume rendering, con distintas modalidades y podemos obtener planos que no son accesibles con eco 2D, como son la vista del plano coronal de las válvulas AV o vista de los septos, interventricular e interauricular, donde identificamos el foramen oval. A pesar de las ventajas mencionadas13 de disponer de un ciclo cardiaco completo digitalizado, que puede ser utilizado en telemedicina, así como en la docencia y para facilitar la información a los padres, presenta una serie de limitaciones (limitación de la calidad de imagen por posición fetal o arritmias, costes en equipos, en formación, en tiempo dedicado al estudio del volumen…) que han supuesto que no se haya implantado a pesar de su disponibilidad desde hace unos 10 años. Función cardiaca fetal: El estudio de las lesiones que evolucionan a insuficiencia cardiaca ha llevado a una mejor comprensión de la función cardiaca fetal14,15. Y ahora este conocimiento se aplica no sólo a fetos con cardiopatía, sino que hay un interés creciente por saber cómo funciona el corazón de fetos afectados por otras patologías, con el fin de encontrar algún dato que prediga el resultado con fiabilidad, o encontrar el momento de indicar ciertas técnicas o tratamientos. Hoy existen algunos datos fiables y validados en el feto, como son datos basados en el modo M, desde la antigua fracción de eyección por fórmula de Teichholz, al más moderno movimiento longitudinal del anillo tricúspide (TÀPSE)16, para los que ya hay publicados valores normales. Con el doppler se estima el índice de función miocárdica o índice Tei, muy consistente en el síndrome de transfusión feto-fetal (STFF), o el estudio de los patrones de flujo de las venas precordiales17 (vena hepática, vena cava inferior, ductus venoso y vena umbilical) En la actualidad se dispone no sólo de datos objetivos sobre la función cardiaca, sino que también se conoce como ocurre la secuencia de hechos que se produce cuando falla el corazón. Se trata de detectar la repercusión cardiovascular en los estadios más tempranos posibles, para poder realizar alguna acción que modifique el pronóstico antes de que sea ya demasiado tarde. Cuando en un feto presenta una disfunción sistólica evidente con una disminución en la fracción de eyección o en el gasto cardiaco, está ya en el último estadio de la insuficiencia cardiaca. Ésta debe detectarse antes de dicha fase, y es en la fase diastólica18 cuando se puede detectar, ya que se altera más precozmente, con una secuencia conocida de parámetros. Existe una gran cantidad de trabajos de investigación en la actualidad, que serán sin duda aplicados pronto en la práctica clínica diaria. Las nuevas tecnologías para función cardiaca también se están investigando en la vida fetal. El STIC resulta muy prometedor por la posiblidad de medir volumenes de manera fiable. Otros como el strain o stain rate, medidos por doppler tisular o speckle tracking, que precisan de un procesamiento off-line y necesitan recoger los eventos temporales relacionándolos con un ECG, que no posible de conseguir en el feto, están en fase de investigación, con resultados muchas veces contradictorios, y que no sabemos cuánto darán de sí en un futuro. Conclusión: En la actualidad la ecocardiografía es nuestros ojos con el que observar a nuestro paciente, el feto, y gracias a ella es posible definir grupos de riesgo que pueden ser candidatos a distintos tratamientos, y nos sirve de guía en los procedimientos intervencionistas. Además no sólo se limita a fetos con cardiopatía, sino que es útil en otros fetos con otras patologías como pueden ser el STFF, o el CIR, y describir cómo su situación afecta a su sistema cardiovascular, intentando definir grupos de riesgo, para seleccionar candidatos para posibles tratamientos, que en definitiva el fin de la medicina: tratar enfermos. 1 Tometzki AJ, Suda K, Kohl T, Kovalchin JP, Silverman NH (1999) Accuracy of prenatal echocardiographic diagnosis and prognosis of fetuses with conotruncal anomalies. J Am Coll Cardiol 33: 1696-1701. 2 Lee W, Allan L, Carvalho J, et al. ISUOG consensus statement: what constitutes a fetal echocardiogram? Ultrasound Obstet Gynecol 2008; 32:239–242. 3 Rychik J, Ayres N, Cuneo B, et al. American Society of Echocardiography guidelines and standards for performance of the fetal echocardiogram. J Am Soc Echocardiogr 2004; 17:803–810. 4 American Institute of Ultrasound in Medicine. AIUM practice guideline for the performance of fetal echocardiography. J Ultrasound Med 2011; 30:127–136. 5 Gottliebson WM, Border WL, Franklin CM, Meyer RA, Michelfelder EC (2006) Accuracy of fetal echocardiography: A cardiac segment specific analysis. Ultrasound Obstetr Gynecol 28: 15-21. 6 Changing indications for fetal echocardiography in a university center population. Prenat Diagn 24: 781-786. 7 Hyett J, Perdu M, Sharland G, Snijders R, Nicolaides KH (1999) Using fetal nuchal translucency to screen for major congenital cardiac defects at 10-14 weeks of gestation: population based cohort study. BMJ 318: 81-85. 8 Simpson LL, Malone FD, Bianchi DW, Ball RH, Nyberg DA, et al. (2007) Nuchal translucency and the risk of congenital heart disease. Obstetr Gynecol 109:376-383. 9 Votino C, Cos T, Strizek B, Dessy H, Jani JC. First trimester fetal echocardiography: where are we now? Minerva Ginecol. 2012 Oct;64(5):375-86. 10 Huhta JC, Paul JJ (2010) Doppler in fetal heart failure. Venous Dopplers and heart failure. Clinical Obstetr Gynecol 53: 915-929. 11 Persico N, Moratalla J, Lombardi CM, Zidere V, Allan L, et al. (2011) Fetal echocardiography at 11-13 weeks by transabdominal high-frequency ultrasound. Ultrasound Obstet Gynecol 37: 296-301. 12 Cohen L, Mangers K, Grobman WA, Gotteiner N, Julien S, Dungan J, Fonseca L, Platt LD.Three-dimensional fast acquisition with sonographically based volume computer-aided analysis for imaging of the fetal heart at 18 to 22 weeks' gestation. J Ultrasound Med. 2010 May;29(5):751-7. 13 Yagel S, Cohen SM, Rosenak D, Messing B, Lipschuetz M, et al. (2011) Added value of three-/four-dimensional ultrasound in offline analysis and diagnosis of congenital heart disease. Ultrasound Obstet Gynecol 37: 432-437. 14 Godfrey ME, Messing B, Cohen SM, Valsky DV, Yagel S (2011) Functional assessment of the fetal heart: a review. Ultrasound Obstet Gynecol 39: 131144. 15 Rychik J (2004) Fetal cardiovascular physiology. Pediatr Cardiol 25: 201-209. 16 Messing B, Gilbo'a Y, Lipschuetz M, Valsky DV, Cohen SM, Yagel S. Fetal Tricuspid Annular Plane Systolic Excursion (F-TAPSE): Evaluation of fetal right heart systolic function with conventional M-mode and STIC Mmode. Ultrasound Obstet Gynecol. 2013 Jan 3. doi: 10.1002 17 Huhta JC, Paul JJ (2010) Doppler in fetal heart failure. Venous Dopplers and heart failure. Clinical Obstetr Gynecol 53: 915-929. 18 Nii M, Roman KS, Kingdom J, Redington AN, Jaeggi ET (2006) Assessment of the evolution of normal fetal diastolic function during mid and late gestation by spectral Doppler tissue echocardiography. J Am Soc Echocardiogr 19: 14311437.