Baj0 el sol de Sicilia Quizá fueron las vistas sobre el mar Tirreno, la luminosidad o la tranquilidad de esta vivienda, de las islas Eolias, lo que cautivó a sus propietarios, que se enfrascaron en una ardua tarea de recuperación. Y no se arrepienten Fotos y texto: Sergio Ghetti / Living Inside 86 87 E sta casa es la historia de dos hermanos y su pasión por una isla: Filicudi, en el mar Tirreno. Todo comenzó hace algún tiempo, cuando Massimo, que estaba de viaje, telefoneó por sorpresa a su hermana Manuela, en Roma, para comunicarle que había descubierto la casa ideal para las vacaciones. Ubicada en la segunda por tamaño de las siete islas que componen el archipiélago siciliano de las Eolias, la vivienda era la materialización de sus sueños de infancia, y decidieron comprarla. Sus más de cien años de destartalada historia no fueron un obstáculo. GALERÍA DE ACCESO (páginas anteriores). Una pérgola de caña y espléndidas buganvillas reciben con una explosión de color y aroma al visitante en esta vivienda siciliana, con fachada pintada en el típico color siena. ENTRADA. La amplia cristalera en arco aloja la puerta de acceso de la galería al salón. En el suelo una alfombra de tonos rosados pone la nota de exquisitez a la entrada. Salón (a la izquierda y en la página de la derecha). Entre las inmaculadas paredes encaladas destaca el amplio sofá de obra que continúa en el salón anexo. Las butacas francesas son de herencia y fueron restauradas por la propietaria. En el suelo, esteras de fibra de coco. La mesa procede de Costa Rica y las lámparas de Animalier, en Roma. 88 La mezcla de estructuras de obra y muebles sencillos con butacas y ventanas francesas crean una atmósfera refinada y relajada a parte iguales 89 Los bissuoli, tradicionales bancos de obra entre columnas en los porches, el color siena y las buganvillas dotan a la casa del inconfundible estilo siciliano En la época en que la adquirieron y se iniciaron los trabajos de restauración, tan sólo hacía un par de años que había llegado la luz eléctrica a la zona y una sola vía asfaltada comunicaba la aldea de Pecorini, donde se ubica la propiedad, con el núcleo principal de Filicudi, abajo en el puerto. No era tarea fácil bajar a hacer la compra y luego, cargado, subir por el camino que llevaba de la calle principal a la casa. Tampoco lo fue transportar los materiales y suministros empleados en la rehabilitación de la vivienda. Pero el tesón de los propietarios venció estos impedimentos y un año después la casa recuperó su esplendor. GALERía SICILIANA. Las bancadas de obra al pie de las columnas que sujetan el porche son elementos típicos de la arquitectura siciliana y se denominan bissuoli. Al atardecer, estos asientos son el lugar preferido de los propietarios para conversar acompañados por las luces ocultas en la estructura de madera del porche. MIRADOR. Una cama balinesa, vestida con linos de colores que armonizan con el azul del mar y el rosa de las flores, permite disfrutar de las estupendas vistas de la casa. TERRAZA. Los dormitorios cuentan con salida directa al jardín con vistas. Para sacarle el máximo partido a este último se han dispuesto grandes camas balinesas que invitan a descansar bajo el manto protector de las buganvillas. 90 91 El estudio de arquitectura de Sandro Petti, en Roma, realizó la reforma y diseñó las nuevas divisiones de la vivienda, renovó las terrazas y galerías, las estructuras y todas las instalaciones de agua y electricidad. Massimo es un ejecutivo sin relación alguna con el sector de la construcción, sin embargo su hermana, que es restauradora, está más familiarizada. Especialista en arquitectura renacentista, Manuela ha recuperado iglesias y esculturas en el ejercicio de su profesión. Quizás por este motivo afrontó la reforma de su casa en las Eolias como un apasionante reto. Para superarlo con éxito contó con la ayuda y el buen hacer COCINA INTERIOR. Realizada de obra y con espacios para alojar los electrodomésticos, la cocina cuenta con una pequeña zona de office. En la imagen de la derecha, la zona de trabajo, revestida con azulejos en azul y amarillo, es una reproducción fidedigna de los motivos típicos de las islas Eolias. Los platos decorativos son también antiguos. La lámpara de cristal verde procede de Animalier, en Roma. COCINA EXTERIOR. En la cocina al aire libre se encastraron grandes boles de cerámica que se utilizan como fregaderos. Una solución tradicional en la zona. 92 Los azulejos son una reproducción fidedigna de los que se empleaban tradicionalmente en las islas Eolias 93 de Nicolo Recchi, propietario de Animalier, un conocido anticuario romano. En su establecimiento escogió el sofá y la cama de la habitación azul y alguna de las lámparas de bronce diseminadas por estratégicos rincones de la vivienda, desde las de los baños hasta las que cuelgan del techo del vestíbulo, pasando por la luminaria de opalina verde de la cocina. En este espacio se ha recreado el estilo de las tradicionales cocinas sicilianas, con platos antiguos sobre la campana de obra y azulejos azul y amarillo, típicos de Filicudi. 94 En la casa se encuentran numerosas piezas de mobiliario realizadas a mano en Costa Rica, adquiridas en un viaje a Centroamérica, y otras también artesanales obra de Massimo Pirro, diseñador que realizó los armarios y cómodas de los dormitorios. dormitorio. Decorado con muebles de sencilla presencia como el armario, obra del escultor Massimo Pirro, cuenta con los elementos imprescindibles. ACCESO DESDE LA GALERÍA. Los dormitorios se plantearon como apartamentos independientes. A la entrada se ubica la zona propiamente de descanso y en el piso superior, al que se accede por una escalera de madera, se encuentra el estudio. ESCALERA. En el hueco de la escalera hay un baúl diseñado por Massimo Pirro. El suelo de los dormitorios es de resina con pigmento. El salón es el espacio más afrancesado, aunque los textiles le ponen el inconfundible acento italiano. Allí llaman la atención dos butacas francesas del siglo xix herencia de la vivienda materna, tapizadas con estampados de 95 pequeñas rosas, que se restauraron para ocupar un lugar privilegiado en la estancia. El amplio sofá de obra que les da la réplica forma parte de la intervención realizada en la vivienda. Las esteras de coco enmarcan la zona de estar y el pequeño saloncito anexo. Los espacios al aire libre son la joya de la vivienda. En la galería de acceso a la casa unas alfombras de estampado clásico aportan una nota de exquisitez, mientras que en el jardín, repleto de buganvillas, dos camas balinesas invitan a tomar 96 el sol, leer o conversar plácidamente cuando no se contemplan las impresionantes vistas del mar, las islas de Lipari y Salina y, en los días claros, la costa de Sicilia, e incluso el Etna. DORMITORIO. La cama y el sofá se adquirieron en la tienda de antigüedades Animalier, en Roma. El armario sin puertas es una creación de Massimo Pirro, mientras que el espectacular tapiz bordado colgado en la pared se adquirió en la India. baño. En armonía con toda la casa, el baño presenta paredes encaladas y soluciones tradicionales como el lavamanos de cerámica, realizado con un gran bol estampado. El duro periodo de obras en el que se enfrascaron Massimo y Manuela ha dejado paso a una vivienda agradable y cómoda que les permite pasar largas temporadas en su paraíso soñado con sus respectivas familias. n VER GUÍA DE TIENDAS 97