Informe: la aparición del Diario Olé Por Matías Mor Roig En el desarrollo del periodismo deportivo en nuestro país, la actividad radial ocupó un espacio preponderante, porque fue el medio que se utilizó para la difusión masiva de acontecimientos a lo largo de la historia, desde aquellas viejas transmisiones de partidos de fútbol de antaño hasta las recordadas peleas de Carlos Monzón. En la actualidad la radio sigue dedicando, y hasta direccionando el crecimiento de la actividad del periodismo deportivo. Así como TyC Sports marcó un antes y un después en la expansión televisiva en la Argentina, hubo a comienzos de la década del 90 un enorme crecimiento del deporte en los medios gráficos del país. La revistas semanales (El Gráfico, Goles, Sólo Fútbol) se vieron sensiblemente atacadas por la realidad del día a día de cada periódico nacional o local. Se ampliaron la cantidad de páginas para la difusión de diversas actividades, teniendo al fútbol como eje central de difusión. Lo que las revistas informaban los martes o lunes por la noche ya era viejo y había salido en por lo menos una decena de diarios. Suplementos especiales comenzaron a acaparar la atención de los lectores, pero no ya como una cuestión estrictamente vinculada con los fines de semana, cuando se desarrollaba casi la totalidad de los acontecimientos. En este contexto, el Grupo Clarín, que ya editaba entre otras cosas el diario del mismo nombre, puso en marcha el 23 de mayo de 1996 el diario deportivo Olé. Aquella primera tapa del número 1 tuvo como título principal “River tuvo más aguante”, por el triunfo de ese equipo en el partido de Copa Libertadores ante San Lorenzo. Nunca modificó su formato tabloide, pero sí a lo largo de estos años varió sus estrategias de mercado. Apuntó a una revista sabatina como Mística, de buenos contenidos, que tuvo éxito en la aceptación de los lectores, pero no en la evaluación de los costos de la misma. “Pasó algo curioso y hasta novedoso con Mística, porque nació la revista como consecuencia de que el diario no tenía más espacio para publicidades. Entonces se habló con las empresas para la creación de esta revista en la que se podían volcar estas publicidades. Después sí cambió el panorama y como en otras oportunidades se dio un achique (de gastos)”, comenta Carlos Fanjul, periodista platense que fue el primer corresponsal de Olé en la ciudad y estuvo desde la aparición del diario. Captó al público del ascenso con un suplemento especial, y lo mismo hizo con los “fierreros” y en algunas oportunidades con los amantes del rugby, el tenis o el básquet, según lo marcara la actualidad de cada uno de los deportes. Hasta implementó tapas especiales para las principales ciudades del país, y hubo experimentos, como el de Córdoba, en los que se hacía un suplemento para venta en la provincia con contenidos puramente locales. Como en tantas otras cuestiones, las pruebas tienen un plazo para la evaluación, y ante un resultado negativo el recurso es la desaparición, el reemplazo o el achicamiento. La crisis económica del 2001 llevó a transformaciones de toda índole. El director periodístico del diario, Mariano Hamilton, se fue de Olé, y la idea fue modificar también sus contenidos. Esa división, casi perfecta, para que el espacio para todos los clubes sea equitativo, quedó de lado. Entonces, Boca y River desplazaron a páginas en las que se vertían comentarios varios de los demás clubes. Dijo Fanjul: “Recuerdo que teníamos una cabeza por día de cada equipo. O al menos La Plata se llevaba una página. Después cambió el panorama y pasamos a tener 15 líneas o 25, salvo que el tema realmente requiera un desarrollo mayor”. “Siempre digo que el proyecto ese de hacer un suple especial de La Plata no funcionó porque se hizo un estudio de mercado, que indicaba que con los dos diarios de la ciudad (El Día y Hoy) y sus suplementos, ya la gente estaba completa de información, y no iba a apuntar a Olé como una opción”, concluye el periodista, que en 2003 dejó de pertenecer al nombrado medio. También se modificó el despliegue para las otras disciplinas, y lo que se denominaba polideportivo pasó a ocupar una cuarta parte del diario, tal como se lo puede observar hoy en día. Cambio de rumbo Marcelo Nogueira, editor de Olé, que estuvo en los albores del diario, reconoce que hubo un cambio en la idea original que se tenía antes de salir a la calle. “Cuando se comenzó a planificar el diario, se pensó en un deportivo, con otras informaciones, para competir con los demás que daban otras informaciones y deportes. Ese proyecto hasta tuvo forma, y tenía que ver con unas páginas para información general, política y algo más. Pero cuando salió Olé se decidió apuntar específicamente a lo deportivo y dejar de lado las otras cuestiones”. ¿Por qué se había pensado en una estructura editorial de deportes y algo más? La ecuación que se hacía era estrictamente económica. La gente no tendría para comprar dos diarios, como pasa en Europa con muchos casos en los que al diario de tirada nacional le suman el diario deportivo. Entonces, querían brindar los dos tipos de informaciones, con un costo único. Fue sólo un proyecto inicial que nunca se cristalizó. Si de estrategias de mercado o cambio de rumbos se trata, hubo un acontecimiento que marcó un quiebre. Cuando el diario lanzó la campaña del “Sexto Grande” tenía un argumento central y que no específicamente tenía que ver con la cantidad de hinchas que apoyarían a uno u otro equipo. Olé buscó a través de esta encuesta, instalar que su mercado sería el de los equipos denominados grandes, y específicamente de Capital Federal. Cuenta, a modo de anécdota, Carlos Fanjul que “antes de empezar la encuesta ya nos habían dicho que iba a ser Huracán el sexto grande, porque el diario tenía buena venta en la zona de Constitución, Parque Patricios, Once, y que era necesario apuntar a esa zona. El estudio daba que si salía Central era una complicación con el mercado rosarino, si era Colón con el de Santa Fe y así también se pensó con La Plata, con Córdoba y con otros lugares”. Fue a partir de ese momento que el diario tomó el formato de contenidos de hoy, y hasta muchos enfatizan que el show se puso por delante de lo periodístico. En el historial del diario no se puede dejar de mencionar que durante el Mundial de 1998 en Francia, Olé se imprimió y se vendió en los kioscos de diarios y revistas de ese país. Fue una prueba que no se repitió en Corea-Japón 2002, por la crisis económica del momento, y que estuvo en estudio para Alemania 2006, pero finalmente quedó sin efecto. El mundo marcaba el camino En Europa, los diarios deportivos forman parte de la vida de los españoles, los italianos y los franceses, por nombrar solo algunas nacionalidades, desde hace décadas. Marca, el diario de mayor venta en España, es el exponente más claro de ello, con una tirada que supera el 1.500.000 ejemplares. Nació en San Sebastián en 1938, pero no como formato diario. Sí lo hizo día a día desde 1942, pero con edición y armado desde Madrid, donde en la actualidad tiene su redacción principal. Una economía diferente a la de los países de Latinoamérica llevó a que Marca sea el diario de cabecera de los españoles, que en muchos casos acompaña a El País, El Mundo o ABC. Estas publicaciones tienen deportes, pero no como eje principal de sus informaciones. El mercado permitió que desde 1967 irrumpa As, también desde la capital española y con un nivel de penetración muy importante, aunque inferior al de Marca. Y no podía quedar al margen la pujante Barcelona que desde hace tres décadas cuenta con El Mundo Deportivo y con Sport, que por centrarse en la información local como la más importante (fundamentalmente cuestiones del Barcelona FC), relegaron a los madrileños Marca y As. La regionalización y la presencia de poderosos equipos de fútbol llevó a que cada comunidad tenga su propia publicación deportiva: Equipo en Aragón, El deportivo en Galicia, entre otros ejemplos. El ejemplo español se puede trasladar a cada uno de los países de Europa, y uno de los emblemas es la Gazzetta Dello Sports, en Italia. Fue la fusión en 1896 de las revistas Ciclista y La Tripleta, por eso ocupa grandes espacios todo lo relacionado con el Giro de Italia (desde 1909), prueba ciclista de suma importancia y difusión en el país. La particularidad de la Gazzetta Dello Sports es su color rosa, que tiene su debida explicación. Se quiso diferenciar este medio exclusivamente deportivo, de los demás diarios italianos que no lo eran. Por eso se destaca siempre en los lugares de venta, como si se tratase de un cartel luminoso que direcciona la atención. Es el diario italiano más vendido en el país. El caso de referencia francés es el diario deportivo L’Equipe, que fue posterior a los nombrados en España e Italia. Sus competidores nunca pudieron ingresar en el mercado, y el intento del Sport duró apenas un lapso corto, porque fundió cuando L’Equipe le agregó color a sus páginas en 1987. Últimamente se sumaron otras publicaciones deportivas francesas como 10 Sports y Ajourd’ hui Sports, pero de menor venta y relevancia. Se podría repasar cada caso de cada país europeo que tiene al menos un diario deportivo. Lo mismo ocurrió años más tarde en el continente americano. Y tal como pasó con Olé en Argentina, se podría nombrar en Perú los casos de Libero y El Bocón; en México La afición, Ovaciones y Estadio; en Colombia el Diario Deportivo; La Gazeta Esportiva de San Pablo en Brasil, y muchos más. Sin lugar a dudas, el deporte pedía un lugar dentro del mercado gráfico, y cada uno de los ejemplos nombrados avalaron ese requerimiento. Será parte de otro capítulo el crecimiento enorme que se enfatizó a través de la web y de los portales de dedicación exclusiva a la actividad, los acontecimientos deportivos y sus disciplinas.