el ojo vago - Descrito Ediciones

Anuncio
el ojo vago
cada vez que le
mostraba a mi padre
las notas
del colegio,
me decía que
era un vago.
lo mismo gritaba
mi entrenador:
«¡eres un vago!»,
después de cada
derrota en
la cancha.
mi madre lo repetía
hasta tres veces
cuando tropezaba
con el desorden
de mi habitación:
«¡eres un vago,
un vago, un vago!».
Así que a nadie le extrañó
que el oftalmólogo
me diagnosticase
ambliopía.
es decir, que tenía
un ojo vago.
Descargar