“Yo les aseguro que, en el día del Juicio, Tiro y Sidón serán tratadas menos rigurosamente que ustedes” Mt 11, 20-24 Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant LECTIO DIVINA Mirar al mundo con los ojos de Dios y amar lo que vemos con el corazón de Dios, alejarnos paulatinamente de nuestros propios esquemas y abrirnos a lo que Dios nos quiere decir. “¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! “¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si los milagros realizados entre ustedes se hubieran hecho en Tiro y en Sidón, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose cilicio y cubriéndose con ceniza. Se queja Nuestro Señor Jesucristo contra esas ciudades que eran tan suyas porque no recibieron su Palabra, ciudades que vieron sus milagros, donde habitaba gente religiosa como los fariseos que trataron de despeñarlo, donde hasta sus coterráneos se preguntaban de donde le había salido tanta sabiduría a un hijo de un carpintero. Tristeza para el Señor, comprobar como las gentes de su tierra no aceptaba su invitación a oír las Buenas Noticias del Reino. ¿Nos da tristeza que en nuestras ciudades no haya vida cristiana?, ¿Es vida cristiana ver gente necesitada y no ser solidario?, ¿Qué estoy haciendo al respecto? Tiro y Sidón serán tratadas menos rigurosamente Yo les aseguro que, en el día del Juicio, Tiro y Sidón serán tratadas menos rigurosamente que ustedes. Y tú, Cafarnaum, ¿acaso crees que serás elevada hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno. En el pasado, Tiro y Sidón habían sido ciudades maldecidas por los profetas y ahora el Señor las pone como ejemplo diciendo a que pesar de esto, estas ciudades se habría convertido si hubiesen disfrutado de su Palabra y sus milagros. Y aún más, Jesús les dice que si los milagros realizados en Cafarnaum se hubiesen realizados en Sodoma, ciudad muy perversa, esa ciudad aún existiría. El Señor esta comentado el resultado de la misión, ahora nos toca reflexionar sobre la misión que llevamos a cabo si es o no eficiente y porque. Será tratada menos rigurosamente que tú Yo les aseguro que, en el día del Juicio, la tierra de Sodoma será tratada menos rigurosamente que tú”. Esto es un gran contrasentido y al mismo tiempo una advertencia que nos hace el Señor. Estamos invitados hoy por Jesús, a descubrir nuestra actitud ante el evangelio. ¿Cuántos años hace que oímos las Palabras de Señor y aún no logramos convertirnos?, ¿Por qué no se evangeliza el corazón de nuestra ciudades?, ¿Qué cuota de responsabilidad me cabe que cada vez vaya menos gente a la Iglesia?, ¿Por qué soy permisivo con las actitudes de vida que se riñen contra las enseñanzas de Jesús? Hay muchas preguntas que hacerse, ¿Amo de verdad a Dios?, ¿Siente mi corazón que ama a Dios?, ¿Utilizo el nombre de Dios para las cosas frívolas?, ¿Santifico el día del Señor?, ¿Me reconcilio con mis hermanos durante la Misa?, ¿Doy tiempo a mis padres y atiendo sus necesidades?, ¿Promuevo y acepto el aborto?, ¿Conduzco irresponsablemente?, ¿Soy fiel a mi esposo o esposa?, ¿ He engañado para mi beneficio?, ¿Busco que otros opinen mal de mis hermanos?, ¿Permito o promuevo a otros a cometer pecados?, ¿Le deseo mal a otros?, ¿Me alabo a mismo para hacer valer vistosamente mis buenas obras?. ¿Le he negado a un hermano algo que me sobra?, ¿Me domina la pasión en las discusiones y me indigno sin razón?, ¿Me aflige si otro tiene un puesto que yo deseo?, ¿No me agrada sentirme obligado cooperar con mis hermanos?, ¿Soy inconsistente en el bien y desisto rápidamente de mis obligaciones? Examinemos nuestra conciencia en oración ante Dios, escuchando su voz en nuestro corazón, y veamos si tenemos estas quejas del Señor en nosotros y que estamos dispuestos hacer para nos ser tratados tan rigurosamente y/o que hacemos para un cambio de actitud. Bendiciones Pedro Sergio Antonio Donoso Brant