Family Workshop ¡Mi hijo no quiere ir al colegio! El proceso de adaptación Lic. Lourdes Fernández La adaptación es un período de transición, un momento que pasa e implica ciertos cambios. La adaptación es un proceso, diferente en cada niño. Los padres participan con un rol importantísimo en la adaptación de sus hijos, pues preparan, informan, y transmiten sentimientos que influyen en el niño. A la edad de 3 a 3 años y medio, los niños cuentan con ciertos recursos como para sobrellevar los cambios; sin embargo, cada niño los asimilará de diferente manera. En el niño, la capacidad de adaptarse a situaciones nuevas es superior en comparación al adulto. Esta cualidad le permite aprender ya que no cuenta con un bagaje cultural previo que lo predisponga. ¿Qué implica los primeros días de clases? El ingreso a la escuela supone un gran cambio en la vida del niño, antes básicamente se movía dentro del ambiente familiar. La adaptación escolar puede generar ansiedades y temores. Esto no sólo implica desconcierto por parte del niño, sino de los padres, quienes experimentan la ansiedad de la separación, y la incertidumbre por el bienestar del pequeño. Los cambios que experimenta el niño al entrar al entorno escolar son grandes. El entorno, el espacio físico, las personas y las relaciones que se establecen son diferentes. Dentro de la familia el niño tiene un rol concreto y el estilo de comunicación es conocido para él; en cambio al entrar a la escuela la dinámica cambia. Conoce más niños de su edad, se relaciona con nuevos adultos, la disposición de las cosas cambia y su espacio físico es otro. Poder sobrellevar este cambio implica un gran paso para su autonomía y socialización. ¿Qué factores pueden interferir en este momento? Cambio repentino de horarios. Nacimiento de un hermanito. Cambio de cuidadora. Cambio de casa. La adaptación escolar también puede suponer la aparición de conductas que suponen rechazo, pues no todos los niños ni sus familias, reaccionan de la misma manera al cambio. Dentro de las conductas que pueden presentar los niños se encuentran diversas manifestaciones, como: Alteraciones del sueño, la alimentación, vómitos, etc. Ansiedad, sensación de abandono, miedo, celos de sus hermanos menores por permanecer en casa, comportamiento agresivo. Llanto que puede presentarse como única manifestación, o estar acompañado de distintos comportamientos, como negarse a que los padres los atiendan. Hay niños que no lloran, pero que participan resignadamente en las actividades, y al llegar a su hogar, se comportan de manera demandante, piden asistencia en los momentos de rutina. Aislamiento frente a otros niños y/o maestras. Aferrarse a un objeto que traen de casa, aún cuando participen de las actividades. Ser puntuales al llegar al colegio. Así tendrán mayor tiempo para jugar, conocer mejor su salón y a las personas que hay en él. Ser puntual en el recojo. Ello le dará confianza y evitará que se sienta inseguro. Si se presenta un imprevisto llamar al colegio. Informar al niño quién lo recogerá en la salida. De preferencia, que sea la misma persona la encargada de recoger al niño del centro. Todas estas manifestaciones son esperadas a esta edad. De la serenidad y la comprensión de los padres de este momento que viven sus niños dependerá el éxito de la adaptación. Es necesario que los padres apoyen al niño en esta etapa, le muestren su comprensión y afecto, respetando sus tiempos, reforzando su esfuerzo y alentando sus logros. Por otro lado, las ansias porque todo esto pase pronto y los temores propios serán percibidos por el niño y generará en él inseguridad. Tips para una mejor adaptación Anticiparles del momento que van a vivir. Comentarles experiencias, dramatizar con títeres o contar un cuento pequeño servirá para que el niño vaya anticipando cómo será este inicio de sus clases. Permitirle que venga con un objeto tranquilizador (peluche o juguete) que lo acompañará en este momento de cambio. Traer algo para compartir en el aula, un libro, un juego, algo que preparó en casa y que le cree expectativa de llegar al aula y mostrárselo a su miss y a sus amigos. Brindarle mayor atención cuando vuelve a casa: hacerle preguntas sobre su día, mostrarle que la rutina no es tan diferente en casa, y que sigue ocupando su lugar en la familia. Por la mañana, procurar que el niño se despierte con tiempo para su higiene y desayuno. Así evitará las prisas y ansiedades. Cuando el niño falta al colegio por algunos días ya sea por viaje, enfermedad o un fin de semana largo, convendrá recordarle los buenos momentos que ha vivido en el colegio. Todo cambio en el comportamiento del niño, en la dinámica de la familia, o duda debe hablarse con la profesora. En este momento es importante la comunicación que se inicia entre padres y tutora para conocer cómo se está dando la adaptación del niño.