¡SE HA PERDIDO MI BOLA DE CRISTAL! BUSCANDO LA ORGANIZACIÓN CREADORA DE CONOCIMIENTO PROSPECTIVO Winston H. Elphick D. Magíster Educación PUC Director Ejecutivo Otic-Alianza Vicepresidente FIE - Fundación Iglesia Educa Cuando vemos que tantos opinan tanto de educación, preocupa que los educadores lo hacemos tan poco… más bien esperamos que otros decidan y normen el futuro educativo del país. No pocos suspiran por épocas pasadas en que algunos tenían una gran bola de cristal que les permitía ver y esperar un futuro que llegaba casi por arte de magia … ¿Qué bolas de cristal ha tenido la educación en sus manos? ¿Cuáles añora en estos tiempos de cambios? En este artículo lo invitamos a reflexionar sobre el poder perdido de las bolas de cristal y su relación con la gestión del conocimiento. ¡Tanta bola de cristal dando vuelta! Hubo tiempos en que cada educador tenía el camino claro en su rol educativo y cuándo tenía dudas, iba pacientemente a buscar su bola de cristal preferida para preguntar por los nuevos pasos que tendría que dar. ¿Qué bolas de cristal usamos, o hemos usado en educación? Uff!, son tantas y tan variadas. Hay algunas bolas formales, como la voz del Ministerio, que algunos creen que nos debe orientar en cada paso y en cada decisión de nuestros movimientos. Están las bolas demagógicas y poco serias que pronostican futuros o muy factibles o muy duros e imposibles, dependiendo de sus intereses pronostican que viviremos el cielo o el infierno. Otros se acercan a bolas poderosas, los políticos, por ejemplo, que se convierten en jueces y expertos educativos, muchas veces sin serlo, pero allí están buscando bola en mano a audiencias que les escuchen. También existen bolas de cristal tras los mostradores, economistas, industriales, empresarios que desean profetizar futuribles educativos, teniendo en una mano su bola de cristal y en la otra su chequera e intereses. Existen bolas de cristal mentirosas, que creen una cosa y muestran otra; existen las cibernéticas, que se ayudan de estadísticas y efectos computacionales, para mostrarnos algo que muchas veces, simplemente conocemos por el simple sentido común. Hay otras bolas de cristal que son ingenuas, ilusas (no soñadoras) que imaginan los cambios educativos sin ningún planeamiento, sin ningún diseño prediseñado, creen que basta la buena voluntad para vislumbrar nuevos futuros educativos. Atención Señores de la bola perdida ... ¿Quién se ha llevado su bola de cristal? Es la pregunta que con espanto se hacen muchos ejecutivos de empresas y directivos de colegios, ante la pérdida de propuestas orientadoras de su gestión y de miradas futurísticas. Algunos ratones hace tiempo que han perdido su queso, otros, como los adivinos organizacionales han perdido sus “bolas de cristal”. ¿Cuántas veces no se ha caricaturizado a la adivina con una bola de cristal en su mano, como la figura de quien nos da pistas para alcanzar aquellos cambios que anhelamos? ¿Cuántas organizaciones han buscado esa “bola” de cristal que les mostrara lo que será en el futuro su organización? Las bolas de cristal, los hombres y mujeres poderosos, los gurús y sus estrategias transformacionales han desaparecido, no nos queda más que aceptar que el futuro o lo seguimos esperando para ver “como viene”, o nos decidimos a “hacer que venga” como nosotros deseamos que venga. Este es un cambio radical de paradigma organizacional: podemos ser animadores de la gestión del conocimiento y el talento en forma prospectiva, de tal forma que NO esperemos “ver” el futuro que “nos llegará” (lo que es una idea pasiva, como la “bola de cristal”) sino que podamos LOGRAR lo que queremos SER en el futuro, de acuerdo a una decisión estratégica de la organización, asumida en el presente. Esta nueva visión requiere de una conducción directiva que asuma la capacitación y desarrollo del personal no a partir de una “bola de cristal” con ideas foráneas de nuevas teorías y profetismos o por inercia, sino de acuerdo con las demandas de los nuevos escenarios que esperamos construir desde el trabajo en equipos prospectivos en la organización. Decimos que una organización hace gestión del conocimiento, cuando logra instalar procesos para acopiar, relevar y sistematizar la propia experiencia y el conocimiento, para luego transferir, compartir y re utilizar el conocimiento y la experiencia de sus trabajadores, de modo que el saber se transforme en un recurso disponible y en un activo, un patrimonio, un capital acumulable de la organización. Esto justifica una inversión programada en capacitación para formar personas que junto son lograr saber, logran saber-hacer y que prospectivamente son capaces de transferir sus nuevos aprendizajes hacia la construcción de la historia futura de la institución. Los nuevos saberes provocan nuevos futuros, ellos logran hacer realidad los sueños de una sociedad mas humanizada… y un sueño es siempre una demanda al tiempo que viene, un grito para traer ya, aquello que la tierra espera, que las personas esperan. Señor de bola perdida, escuche, no desespere. Es muy bueno haber perdido la bola de cristal y sus falsas estrategias y soluciones. Esto nos exige a nosotros buscar nuevas soluciones para construir mejores realidades para la educación y la organización en general. La mejor forma para saber como viene el futuro es estudiar y diseñar como deseamos que el futuro venga para la escuela que esperamos… el futuro no es pasividad y espera, es construcción HOY de nuestros mejores sueños ¿y si nuestros sueños educativos se han desgastado o no los tenemos? ¡No hay bola cristal que responda! Lo invito a compartir opiniones o si quiere leer más sobre este y otros temas: http://winstonelphick.blogspot.com/ Este es el primer artículo de tres: ¡SE HA PERDIDO MI BOLA DE CRISTAL! BUSCANDO LA ORGANIZACIÓN CREADORA DE CONOCIMIENTO PROSPECTIVO EL SINDROME CRASH EN LA ESCUELA (O DE COMO CAEN LAS BOLAS DE CRISTAL) ¿DE QUE BOLA ME HABLAN? EDUCADORES CREANDO CONOCIMIENTO PROSPECTIVO.