Source: Instituto del Templo Edicion por G.Corpus El Día de las Primicias, otro nombre para Shavuot, se caracterizaba por la ofrenda de los nuevos frutos de estación recolectados de toda la tierra de Israel, como un gesto de profunda gratitud al Altísimo por toda la abundancia con que bendijo a Su pueblo – tanto en lo material como en lo espiritual. "Cuando una persona baja a su campo y ve (por primera vez) un higo maduro o un racimo de uvas maduras, o una granada madura, él ata una cinta de hierba de caña alrededor de estos y dice, 'Estas son las primicias...’". (Bikurim 1:1) En previsión al próximo Shavuot, las familias empezaban a recolectar las primicias que ellos ya habían marcado anteriormente con la cinta de hierba de caña Reuniéndose en la aldea junto al Líder de la Asamblea local, que los dirigirá, los peregrinos duermen al aire libre, (para cuidarse de no quedar ritualmente impuros), y al otro día partir por la mañana rumbo a Jerusalem Cargados con primicias, hombres y animales avanzan a Jerusalem y el Templo Después de un viaje de varios días de duración, (incluso semanas), los peregrinos finalmente divisan Jerusalem a lo lejos. Los peregrinos llevaban sus primicias en cestas sobre sus cabezas. Se ofrecían veintiséis animales sobre el altar del Templo en el festival de Shavuot. Estas ofrendas incluían palomas, corderos, y bueyes. Los padres traían a sus niños con ellos al Templo, cumpliendo con el mandamiento bíblico: ”Tres veces al año todos tus varones deberán aparecer ante El Eterno” (Deut. 16:16) Siete cestas especiales se empleaban para presentar las primicias. Las frutas se arreglaban en orden ascendente de acuerdo a su nivel de importancia: la cesta inferior contenía cebada. A continuación había una con trigo, luego con aceitunas, dátiles, granadas, y por ultimo los higos. Se colocaban una paloma en la cima. Trayendo sus primicias al patio del Templo era la manera en que los peregrinos expresaban agradecimiento a Di-s - la fuente de toda bendición "Un arameo trató de destruir a mi antepasado..." (Deut. 26:5). Así declaraba el peregrino, parándose delante del sacerdote, mientras sostenía su cesta de primicias sobre el hombro. El peregrino entonces colocaría su cesta sobre el altar, como esta escrito: “Y las colocarás ante El Eterno, tu Dios” (Deut. 26:10). Luego el sacerdote tomaría la cesta y la sacudiría como ha sido encomendado Antes de abandonar el Patio del Templo, el peregrino se postraba delante de Di-s. Dos barras de panes leudados eran ofrecidas en Shavuot, como ofrenda comunal. El trigo era frotado primero por los sacerdotes antes de ser molido... Luego se aplastaba y golpeaba el grano a mano El trigo se molía hasta quedar una harina muy fina, se cernía y tamizaba doce veces. Se producían dos-décimos de un efá, cada décimo para una barra de pan. Los dos panes se amasaban y horneaban separadamente. Tenían forma rectangular, midiendo siete puños de largo por cuatro de ancho. Los panes eran diseñados de tal manera que pareciera que hay un cuerno sobresaliente en cada una de las cuatro esquinas. Los sacerdotes llevaban los dos panes y las otras ofrendas al altar. Los leviim (levitas) los acompañaban con melodías de trompetas y flautas Ahora comienza la ceremonia que incluye mecer suavemente los panes y la oveja (viva). El sacerdote se paraba en el lado oriental del altar para realizar la ceremonia. Luego que se sacrificaba la oveja, el sacerdote mecía la ofrenda una vez más. Luego los sacerdotes se reunían en la Cámara de la Chimenea, para comer de los dos panes de Shavuot y las ofrendas de paz. Estas ofrendas sólo podían ser ingeridas por los sacerdotes. Con esto concluía el extraordinario servicio divino correspondiente a la fiesta de Shavuot.