Los Aliados Ganan la Guerra Con los Estados Unidos finalmente entrados en la guerra, el equilibrio, se parecía, estaba a punto de volcar en favor de los aliados. Antes de que sucediera, sin embargo, acontecimientos en Rusia dieron a Alemania una victoria en el frente oriental. Rusia Se Retira de la Guerra En marzo de 1917, disturbios civiles en Rusia--debido en parte a escasezes de alimentos y el combustible relacionadas con la guerra--había traído el gobierno del zar al punto del colapso. Zar Nicolás II abdicó su trono el 15 de marzo. En su lugar un gobierno provisional fue establecido. El nuevo gobierno se comprometió a continuar luchando en la guerra. Sin embargo, en 1917, casi 5.5 millones de soldados rusos resultaron heridos, muertos, o prisioneros de guerra. El ejército ruso cansado de la guerra ya se negó a luchar. Ocho meses más tarde, una segunda revolución agitó Rusia. En noviembre 1917, líder comunista Vladimir Ilyich Lenin tomó el poder. Lenin insistió en terminar la participación de su país en la guerra. Uno de sus primeros actos fue ofrecer a Alemania una tregua. En marzo de 1918, Alemania y Rusia firmaron el Tratado de Brest-Litovsk, que terminó la guerra entre ellos. El Tratado fue extremadamente pesado sobre Rusia. Requiría al gobierno ruso a entregar tierras a Alemania que ahora incluyen a Finlandia, Polonia, Ucrania, Estonia, Letonia y Lituania. Aunque el tratado se convirtió en no válido después de la guerra, estas naciones todavía ganaron su independencia. Fracaso de Ofensiva Final El retiro de Rusia de la guerra permitió a Alemania a enviar casi todas sus fuerzas al frente occidental. En marzo de 1918, los alemanes montaron un masivo ataque final contra los aliados en Francia. Más de 6,000 cañones alemanes abrieron la ofensiva con el ataque de altilería más grande de toda la guerra. Al igual que en las primeras semanas de la guerra, las fuerzas alemanas machacaron todo en su camino. Por finales de mayo de 1918, los alemanes hubieron alcanzado una posición por el río Marne. París estaba dentro de 40 millas de distancia. Victoria parecía al alcance. Por este tiempo, sin embargo, el ejército alemán había debilitado. El esfuerzo para llegar al Marne había agotado a los hombres y suministros por igual. Deteccionando esta debilidad, los aliados--con la ayuda de casi 140.000 tropas americanas--lanzó un contraataque. Mariscal Ferdinand Foch, comandante francés de las fuerzas aliadas, utilizó los estadounidenses para llenar los huecos en sus filas. Los soldados estadounidenses fueron inexpertos pero valientes y con ganas para luchar. Una enfermera británica, Vera Brittain, recordó más tarde su alegría al ver los refuerzos estadounidenses: Una Voz del Pasado Ellos estaban pivotando rápidamente hacia Camiers y aunque la vista de soldados marchando ahora era demasiado familiar para no despertar la curiosidad, un inusual calidad de vigor audaz en su zancada rápida me hizo mirar con interés perplejo. Parecían más grandes que hombres ordinarios; sus cifras altas y rectas en vivo contraste con los ejércitos subdimensionados de reclutas pálidos a la que nos habíamos acostumbrado…Entonces escuché un emocionado exclamation de un grupo de hermanas detrás de mí. ¡ Mira! ¡ Mira! Aquí son los americanos!" Vera Brittain, Testamento de la Juventud En julio de 1918, los aliados y los alemanes se enfrentaron en la segunda batalla del Marne. Al frente del ataque aliado hubieron algunos 350 tanques que retumbaron lentamente adelante, rompiendo a través de las líneas alemanas. Con la llegada de mas que 2 millones tropas estadounidenses, las fuerzas aliadas comenzaron a avanzar constantemente hacía Alemania. Las potencias centrales comenzaron a desmoronarse. Primero los búlgaros y luego los turcos del Imperio Otomano se rindieron. En octubre, una revolución en el Imperio Austrohúngaro trajo al imperio a su fin. En Alemania, soldados se amotinaron, y el público encendió al Kaiser. En 9 de noviembre de 1918, Kaiser Wilhelm II fue forzado a dejar el cargo. Alemania se declaró una república. Un representante del nuevo gobierno alemán se reunió con Mariscal Foch. En un coche de ferrocarril en un bosque cerca de París, los dos firmaron un annisticio, o un acuerdo para detener la lucha. El 11 de noviembre, la Gran Guerra llegó a su fin. Después de cuatro años de sacrificio y destrucción, había llegado el momento de forjar una paz establecimiento. Líderes de las naciones victoriosas se reunieron fuera de París para los acuerdos de la paz. Mientras que estos líderes habieron venido con grandes esperanzas, el acuerdo de paz creó muchos sentimientos amargos y traicionados.