La construcción de la igualdad en libertad: reflexión desde el socialismo democrático 1. Nuestro punto de partida 2. El Nuevo Espacio se define, ideológicamente, como partido socialista democrático. Como tal, forma parte de un movimiento que identifica a la libertad, la igualdad y la solidaridad como sus valores y finalidades sustanciales. 3. Asumimos un compromiso de lucha a favor de los postergados y desfavorecidos. Aspiramos a construir la igualdad respetando las libertades individuales y los derechos democráticos, rechazando la tentación de utilizar cualquier atajo para imponernos a la voluntad de quienes son destinatarios de nuestro esfuerzo. 4. Para nosotros no hay libertad sin justicia, ni justicia sin libertad. La justicia exige que todas las desigualdades sociales o físicas sean compensadas, para que todos los seres humanos cuenten con las mismas oportunidades de realizar sus capacidades y desarrollar sus proyectos de vida. 5. La igualdad y la libertad personal, garantizadas por el pleno respeto de los derechos humanos, son indivisibles. No admitimos que pueda gozarse de libertad individual en medio de la desigualdad y la insolidaridad. Nos creemos que se pueda alcanzar la igualdad y la solidaridad sacrificando la libertad. 6. La construcción de la igualdad no será la consecuencia de una irrupción o de un acto de ruptura que sustituya un orden social por otro. Tampoco es inexorable, no surgirá del desarrollo de fuerzas o de contradicción alguna. 7. Nada advendrá si no se construye, nada se desarrollará en términos sociales sin que subjetivamente la voluntad y la acción individual forjen la fuerza y el movimiento colectivo que lo genere. 8. La sociedad justa, integrada, democrática y participativa a que aspiramos surgirá, como todo cambio social auténtico, de un proceso de acumulación histórica gradual, mediante sucesivas aproximaciones, que irán avanzando de acuerdo a la profundidad de las reformas que aspiramos a protagonizar desde el gobierno de un estado de derecho, gobierno al que se accede o que se abandona, en una democracia pluralista, de acuerdo a la voluntad popular expresada en elecciones libres y periódicas. 9. Nuestra acción como partido se enmarca en el Frente Amplio 1 10. Nuestro proyecto político supone impulsar desde el estado y desde la sociedad reformas estructurales, graduales y progresivas, que permitan el desarrollo económico, la distribución cada vez más equitativa de la riqueza, la igualdad de oportunidades y el pleno desarrollo social y cultural de todos los integrantes de la comunidad nacional. 11. Como proyecto político de izquierda, en el Uruguay solo tiene horizonte de realización en y a través del Frente Amplio. Nuestras señas particulares de identidad como socialistas democráticos se ubican naturalmente en la identidad general y en el espacio político al que pertenecen, el Frente Amplio, como movimiento democrático y plural, expresión de la unidad en la diversidad, en la búsqueda de caminos para abrir paso a una sociedad más democrática, más igualitaria, más solidaria y más libre. 12. Trabajamos y contribuimos con nuestro mejor esfuerzo al crecimiento de la convocatoria, el arraigo y la inserción cada vez más profundas del Frente en todo el entramado social, en el marco de nuestro compromiso unitario y solidario con todas las fuerzas frenteamplistas. 13. Nuestras relaciones internacionales 14. Como partido de izquierda, el Nuevo Espacio mantiene, a través del Frente Amplio o en forma directa, relaciones fraternales, de intercambio de información y de cooperación política con partidos y organizaciones del ámbito regional y latinoamericano. 15. Su principal inserción en la escena internacional se realiza a través de la Internacional Socialista, que el Nuevo Espacio integra desde 1994 y que hoy agrupa a 161 partidos políticos y organizaciones socialistas, socialdemócratas y laboristas de todos los continentes, coordinados en la lucha por la justicia social, la dignidad humana y la democracia. El Partido Socialista y el Nuevo Espacio son las organizaciones uruguayas que integran la Internacional. 16. Muchos de esos partidos han ejercido y ejercen funciones de gobierno en los países que han alcanzado los más altos niveles de igualdad en la distribución de la riqueza, mediante la aplicación de políticas fiscales justas, unidas a eficientes políticas públicas de educación, salud, empleo y seguridad social, que han garantizado la igualdad de oportunidades para todos, en sociedades prósperas y libres, con plena vigencia de los derechos humanos y las instituciones democráticas. 2 17. La crisis económica internacional y el socialismo democrático 18. Desde 2008, el mundo vive una profunda crisis, que tuvo su origen en los Estados Unidos y cuya causa principal puede atribuirse a la desregulación de los mercados financieros, impuesta en los países centrales a partir de las políticas conservadoras impulsadas por los gobiernos de Reagan y Thatcher. 19. La crisis, comenzada en el sector financiero, se ha extendido luego a la economía y afecta a un gran número de países desarrollados, con efectos que comienzan a extenderse a las economías del resto del mundo. 20. En la situación política creada por esta crisis, algunos gobiernos socialistas o socialdemócratas han sufrido derrotas electorales. A partir de este hecho, arrecian, desde diversos ángulos, planteos que se apresuran a decretar la decadencia terminal de la propuesta socialista democrática como vía para alcanzar sociedades igualitarias y económicamente prósperas. 21. Rechazamos frontalmente ese tipo de razonamientos. Están fuertemente equivocados los partidos conservadores al cuestionar la política socialista democrática que ha construido los llamados Estados de Bienestar, con el máximo nivel de protección de los derechos sociales y las libertades individuales. Fue la utopía conservadora de los mercados libres que supuestamente se autorregularían la que apartó a los estados de los países centrales de la necesaria tarea de supervisión y control de los mercados financieros, permitiendo especulaciones desenfrenadas como la de las hipotecas “sub prime”, causa original del estallido de la crisis en Estados Unidos. 22. La supresión de todos los mecanismos de protección social y de garantía de la igualdad es hoy el objetivo final de la derecha a escala internacional. Lo que se pretende es hacer retroceder nuestras sociedades a las penosas realidades del siglo XIX, argumentando que los logros sociales obtenidos hace décadas son ahora imposibles de financiar y en ellos radica la causa de la crisis. 23. Pero la verdad es que muchos de los países hoy afectados por la crisis tenían presupuestos equilibrados y bajos porcentajes de deuda pública en relación a su PBI, antes del estallido de la crisis financiera, precisamente en los Estados Unidos, donde los niveles de protección social son mucho más bajos, por decir lo menos, que en los países donde gobierna o ha gobernado el socialismo democrático. 3 24. Desde otro ángulo, el juicio sobre el supuesto fracaso del socialismo democrático, parece a veces arraigar en el deseo de equiparar la situación actual con la desaparición del llamado socialismo real. Si luego de siete décadas ese sistema político y económico implosionó, se afirma que algo parecido estaría ocurriendo ahora con el socialismo democrático, lo cual paradójicamente podría incluso llevar a intentar la rehabilitación de los dogmas que históricamente condujeron a la creación y funcionamiento de aquel sistema. 25. Sin embargo, hoy como ayer sigue estando muy claro que por el camino de la estatización de todos los medios de producción, de la planificación centralizada de la economía y del régimen político de partido único, nunca se ha podido alcanzar la meta de sociedades libres, prósperas e igualitarias. 26. También en otros momentos históricos hubo quienes diagnosticaron el fracaso del socialismo democrático. Sin embargo, hoy los Estados de Bienestar construidos por los socialistas democráticos se mantienen plenamente vigentes en diversos países, no por coincidencia aquellos donde se da también la distribución más equitativa de la riqueza. 27. Es cierto que en otros casos los sistemas de protección social atraviesan dificultades o han pasado a ser administrados, con aplicación de grandes restricciones, por partidos de derecha, en virtud de resultados electorales adversos. Pero ello no ocurre porque el socialismo democrático esté en crisis. En realidad lo que está en crisis es la sociedad entera. Una crisis que desde la economía se ha extendido a la política, a la cultura, a las familias, a los modos de vida y a la percepción del futuro. 28. En situaciones como ésta, son generalmente los partidos de gobierno quienes pierden las elecciones y quienes están en la oposición los que las ganan. Así funcionan y es bueno que funcionen las instituciones democráticas, asegurando una posible alternancia pacífica y regular en el poder, según la legítima expresión de la voluntad popular soberana. 29. Por último, y más importante para nosotros, la desvalorización y la crítica del proyecto socialista democrático aparecen en el seno de movimientos de masas, de características espontaneístas y asamblearias (los “indignados”) que han germinado en diferentes países a medida que la crisis económica y social se prolonga y profundiza. 30. En estos movimientos es notorio un rechazo general y una enorme desconfianza hacia la política y en especial hacia los partidos, incluyendo los 4 partidos socialistas democráticos, a los que una crítica generalizada, superficial e injusta, amalgama con los verdaderos responsables de la crisis para presentarlos, sin distinciones, como integrantes de una “clase política” privilegiada, gestora y beneficiaria de privilegios, distante de los ciudadanos, a quienes ya no representa, para ser solo funcional a los grandes intereses económicos. 31. Este tipo de movimientos, en su mayor parte compuesto por jóvenes, que son los principales afectados por una crisis que los ha dejado sin futuro, se manifiesta institucionalmente por la abstención electoral y alberga en su seno concepciones muy diversas. Entre ellos es posible observar desde posturas que se canalizan en propuestas perfectamente asumibles, como la reforma de las leyes electorales para permitir una representación más auténtica y proporcional de la opinión ciudadana o la introducción de mecanismos referendarios de democracia directa, hasta grupos claramente antisistema, que aprovechan la movilización para deslegitimar las instituciones democráticas y promover la violencia supuestamente revolucionaria. 32. La experiencia vivida durante la crisis argentina de 2001-2002 demuestra las limitaciones de este tipo de movimientos y su difícil, por no decir imposible, transformación en nuevas organizaciones políticas, capaces de influir de forma duradera en la vida institucional del país. No obstante, el hecho de que existan, las causas por las que han surgido y sobre todo el estado de ánimo masivo que expresan, deben causar honda preocupación. 33. No hay libertad, justicia e igualdad posibles, sin democracia. Y no hay democracia sin partidos políticos. Es por eso que la vigencia y legitimidad de las instituciones democráticas depende de que los partidos políticos sean capaces de representar cabalmente la opinión de la ciudadanía. 34. El socialismo democrático enfrenta grandes desafíos. 35. La situación actual pone a los partidos socialistas democráticos ante grandes desafíos. Tanto si se los considera desde el punto de vista global, como desde el punto de vista nacional, los problemas políticos y económicos se acumulan y delinean un horizonte complejo. En realidad, es de esos problemas inaplazables que debemos ocuparnos. No creemos posible ni útil profetizar o elucubrar sobre el futuro del mundo ni adelantarnos a extender una vez más partidas de defunción a un sistema económico que ha demostrado extraordinaria capacidad de adaptación a realidades siempre cambiantes. 5 36. Creemos en la necesidad de un estado que asegure la provisión igualitaria de bienes y servicios públicos, así como que preste eficientes servicios sociales. Creemos que solo los monopolios naturales son admisibles y que en ese caso deben estar en manos del estado a través de empresas públicas eficientes. Nuestra visión no niega el papel esencial del mercado en la asignación de recursos y cree que el sector privado tiene un papel esencial a cumplir en el desarrollo económico del país, un sector privado que también está integrado por empresas de la economía social (cooperativas, empresas autogestionadas, etc.) que aspiramos a promover y expandir, sobre la base de la eficiencia y la sostenibilidad de los proyectos productivos. 37. Los dos gobiernos progresistas han llevado adelante un cambio sustancial en la situación económica y social de nuestro país. Desde cualquier punto de vista que se adopte, el Uruguay es hoy un país mucho más justo, más igualitario, más próspero y económicamente más desarrollado que aquel a cuyo gobierno llegó el Frente Amplio en marzo de 2005. Las políticas sociales y económicas de los gobiernos progresistas han mejorado el nivel de vida, la distribución de la riqueza, abatido la pobreza, prácticamente eliminado la indigencia y llevado los índices de inversión y empleo a niveles desconocidos desde hace muchas décadas. Hemos demostrado que, contrariamente a lo afirmado por la derecha, es posible crecer y al mismo tiempo distribuir. 38. Sin embargo, rechazando toda autocomplacencia, sabemos que todavía resta mucho por hacer para construir el país que queremos. Y sabemos que para enfrentar los desafíos políticos del futuro no será suficiente con recordar lo hecho, sino que deberemos proponer a la sociedad nuevos objetivos y nuevas metas de progreso, que sean alcanzables y cumplibles. 39. En esa dirección es importante que reflexionemos tanto sobre la economía como sobre la política. La crisis económica internacional, que no parece en vías de atenuarse, planteará al país un entorno distinto y probablemente más desafiante que aquel en que nos hemos movido hasta ahora. En ese contexto, los problemas de competitividad que ya hoy están planteados deberán ser enfocados y resueltos si se desea mantener el crecimiento y la creación de empleo. El desarrollo de las infraestructuras, la reforma del estado, las mejoras en la formación, el fomento de la innovación, asuntos que ya están en el orden del día, reclamarán planes, metas y plazos, si queremos que el crecimiento económico siga garantizando el bienestar de 6 los uruguayos y generando los recursos genuinos necesarios para continuar implementando políticas sociales generadoras de igualdad de oportunidades. 40. Como socialistas democráticos no tenemos ninguna dificultad para afirmar la necesidad de que se asegure el mantenimiento de los equilibrios macroeconómicos, que se tenga bajo control la inflación y el déficit público y que el régimen fiscal continúe siendo previsible. Consideramos que son condiciones necesarias para que continúe el proceso de crecimiento económico, sostenible y respetuoso del medio ambiente, del que depende el empleo y el bienestar de los uruguayos y para que obtengamos nuevos avances en la reducción de las desigualdades. 41. Desde el punto de vista político, estamos convencidos de que el futuro nos planteará problemas igualmente complejos. El primero de ellos y tal vez el más importante es el fenómeno ya aludido, de desafección por la política. Debemos admitir que, sin llegar a los niveles a que se plantea en otros países, también estamos afectados por este fenómeno, de manera creciente. El interés por la política ha disminuido y el retraimiento en la militancia, especialmente entre los jóvenes, es notorio. Parece aumentar el descreimiento en cuanto a que por medio de la política puedan alcanzarse soluciones a problemas que preocupan a los ciudadanos. Se extiende la idea de que muchas veces quienes actuamos en política lo hacemos movidos por el deseo de beneficiar intereses personales o de grupo. 42. Como socialistas democráticos asumimos la responsabilidad de trabajar para superar el descrédito y la desconfianza hacia la política, haciendo especial foco en la juventud. En medio de la revolución de las comunicaciones y de las redes sociales necesitamos otras formas de hacer política. Formas que admitan una participación más abierta y flexible, porque necesitamos el contacto con todos los que apoyan nuestros puntos de vista y comparten nuestros valores, aunque no estén dispuestos a sacrificar su tiempo en la militancia dentro de un partido. Incluso debemos aceptar que la misión política de éste, en la sociedad actual, debe realizarse en estrecho contacto con todas las manifestaciones de la vida comunitaria. Necesitamos acercarnos a las organizaciones no gubernamentales, a las organizaciones vecinales, a los centros culturales, a las cooperativas, en general a todo lo que se denomina tercer sector y que canaliza útilmente una gran parte de la actividad social. No para adoctrinarlos, sino para escucharlos, aprender y cooperar en todo lo posible en iniciativas que suman al progreso económico, social y cultural, admitiendo que los ciudadanos son los verdaderos motores del cambio. 7 43. En ese esfuerzo por superar el desinterés o la desconfianza de los ciudadanos hacia la política, para que vuelvan a ella y recuperen su preocupación por el interés público, superando el encierro de una actitud individualista, los socialistas democráticos ponemos especial énfasis en la transparencia de la actividad partidaria y política. 44. Siempre será poco lo que hagamos para que la ciudadanía conozca cómo funcionan los partidos y cómo se gestiona el estado. En nuestro país, ninguna administración ha sido más transparente ni ha facilitando más la información pública sobre todos los actos del estado que la de los gobiernos frenteamplistas. Pero no debemos cerrar los ojos a las sistemáticas campañas de desinformación en que está empeñada la derecha y al impacto que pueden causar en una opinión pública muchas veces poco informada. Ellos se empeñan en erosionar la credibilidad ganada por el Frente en sus cuatro décadas de historia. Transparencia total y comunicación constante con la opinión pública, deben ser nuestras armas para enfrentar a la derecha, que recurre a cualquier medio, incluyendo la mentira y el escándalo sistemáticos, en su obsesión por el retorno al poder. 45. El futuro nos planteará también problemas nuevos, derivados de los cambios ocurridos en nuestra sociedad. Todo indica que el fenómeno de la volatilidad electoral, que se ha expresado ya en el voto en blanco en las últimas elecciones municipales, ha llegado para quedarse. Sería un error considerar que hay votos cautivos, en particular si se considera que dada la forma en que se distribuyen las adhesiones políticas en nuestro electorado, desplazamientos relativamente pequeños pueden definir resultados. 46. Por otra parte, sería ingenuo pensar que todo el electorado progresista, compuesto por ciudadanos integrantes de variados grupos sociales, valora de la misma manera las políticas sociales aplicadas y los cambios en el sistema fiscal que aportaron parte de los recursos aplicados para llevar adelante esas políticas. Por algo los partidos de la derecha han comenzado ya a lanzar propuestas fiscales irresponsables e incumplibles, que se dirigen claramente a seducir a una parte del electorado frenteamplista. 47. Los socialistas democráticos tendremos mucho que decir en este campo, analizando y dialogando con las nuevas sensibilidades políticas que pueden haber surgido en ciertos sectores que tradicionalmente forman parte del campo progresista. El ejemplo de los países que han logrado alcanzar, bajo gobiernos socialistas democráticos, los más altos niveles de vida y la mejor distribución de la riqueza, países que se financian con sistemas fiscales justos, 8 nos ayudará a dejar en evidencia el lazo indestructible que une el bienestar y las oportunidades de que gocen las grandes mayorías con la seguridad y la felicidad de todos los habitantes de este país. 48. Sigamos construyendo la igualdad en libertad. 49. Estamos orgullosos del camino recorrido por los gobiernos frenteamplistas desde el 1 de marzo del 2005. Y estamos convencidos de que el destino de las próximas generaciones de uruguayos depende de la continuidad del avance por ese camino que nos ha permitido realizar los cambios progresistas que han transformado tan positivamente la realidad del país, en un marco de absoluto respeto a la institucionalidad democrática y a los derechos humanos. 50. Asegurar esa continuidad es hoy nuestro principal objetivo. Para ello los militantes nuevoespacistas comprometemos la integridad de nuestros esfuerzos, siempre fieles a nuestro ideal socialista democrático, que nos enseña que no hay libertad sin justicia social ni justicia social sin libertad. 9