Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Med Clin (Barc). 2011;137(3):111–112 www.elsevier.es/medicinaclinica Editorial Tratamiento de la hipertensión arterial en el paciente muy anciano Management of hypertension in the very old Manuel Gorostidi a,* y Alejandro de la Sierra b a b Servicio de Nefrologı´a, Hospital Universitario Central de Asturias, Oviedo, Asturias, España Servicio de Medicina Interna, Hospital Mútua Terrassa, Universidad de Barcelona, Terrasa, España I N F O R M A C I Ó N D E L A R T Í C U L O Historia del artı´culo: Recibido el 9 de enero de 2011 Aceptado el 11 de enero de 2011 On-line el 12 de marzo de 2011 La presión arterial (PA) elevada por encima de valores óptimos es la principal causa de muerte y discapacidad1. La PA sistólica aumenta a lo largo de la vida, lo que ocasiona un incremento de la prevalencia de hipertensión arterial (HTA) relacionado con la edad. Alrededor de un 45% de la población adulta española es hipertensa pero en mayores de 80 años esta cifra alcanza el 70%2. El riesgo de morbimortalidad cardiovascular y de mortalidad total relacionado con la PA se ha descrito para cualquier grupo de edad, pero la fuerza de esta asociación disminuye a medida que aumenta la edad. De esta forma, el riesgo de sufrir un ictus mortal de un paciente de 55 años con PA sistólica 180 mmHg es 16 veces más elevado que el de su coetáneo con PA óptima, mientras que esta diferencia de PA en el individuo de edad muy avanzada ( 80 años) conlleva un riesgo sólo 3 veces superior3. Sin embargo, el riesgo absoluto del paciente anciano es muy elevado debido al riesgo basal conferido por la edad3, por lo que resulta vital identificar aquellas situaciones en las que una intervención sobre la PA conlleve beneficio. Un gran número de ensayos clı́nicos con pacientes de edad avanzada con HTA sistodiastólica o sistólica aislada desmontaron aquella máxima que establecı́a que la PA sistólica normal era ‘‘la edad de uno más 100 mmHg’’ al demostrar que la intervención sobre la HTA del anciano es particularmente eficaz4. Sin embargo, las dudas en el caso del paciente de edad muy avanzada (a partir de los 80 años) se han perpetuado. Por un lado, en el metaanálisis del grupo INDANA (Individual Data Analysis of Antihypertensive Drug Interventions), aunque se describió una reducción de complicaciones cardiovasculares en los pacientes mayores de 80 años que recibieron tratamiento antihipertensivo, también se observó un incremento paralelo en el número de muertes5. Por otro lado, distintos estudios epidemiológicos sobre sujetos muy ancianos han Véase contenido relacionado en DOI: 10.1016/j.medcli.2010.11.029 * Autor para correspondencia. Correo electrónico: manuel.gorostidi@sespa.princast.es (M. Gorostidi). ido estableciendo que la relación entre la PA y la mortalidad presenta una forma de curva en J o de U6 y se ofrecen distintos valores umbral, como 156/84 mmHg en un análisis del grupo INDANA7 o 140/70 mmHg en el estudio de van Bemmel et al8, por debajo de los cuales aumentarı́a la mortalidad. Estos hallazgos pueden llevar, por un lado, a la reedición del concepto de que sea necesario cierto nivel elevado de PA para asegurar la perfusión orgánica a través de un árbol vascular estrechado por la esclerosis lo que podrı́a ocasionar nihilismo o inercia terapéuticos. Por otra parte, un descenso excesivo de las cifras de PA asociado con el tratamiento antihipertensivo podrı́a ser en parte responsable de la observación de un aumento de mortalidad relacionado con niveles más bajos de PA. En el presente número de Medicina Clı́nica, Badia et al9 aportan resultados de mortalidad en el seguimiento de 4 años de una cohorte de base poblacional de 323 individuos mayores de 80 años. Los autores describen que la mortalidad más elevada se observó en los grupos con PA sistólica más baja, < 130 mmHg, y más alta, > 180 mmHg, y que los sujetos con PA sistólica entre 130 y 160 mmHg fueron los que presentaron la menor mortalidad. Además, otras variables de interés práctico relacionadas de forma independiente con la mortalidad fueron la presencia de cardiopatı́a isquémica, la hipotensión ortostática y una capacidad funcional reducida. Los sujetos con menores cifras de PA estaban recibiendo el menor número de fármacos antihipertensivos. Estos últimos hechos ofrecen luz a la ya clásica discusión sobre si el riesgo en el paciente muy anciano está relacionado con la PA baja en sı́ o con el eventual descenso de PA ocasionado por un tratamiento antihipertensivo. En este sentido los datos de Badia et al9 concuerdan con los de estudios que establecen una interrelación entre una PA más baja, diversos marcadores de fragilidad vital (capacidad funcional disminuida, necesidad de cuidados para las actividades cotidianas, deterioro cognitivo o enfermedades concomitantes, entre otros) y la mortalidad6. Las incertidumbres sobre el manejo de la HTA en el paciente muy anciano se han ido expresando en sucesivas guı́as clı́nicas 0025-7753/$ – see front matter ß 2011 Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. doi:10.1016/j.medcli.2011.01.006 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. M. Gorostidi, A. de la Sierra / Med Clin (Barc). 2011;137(3):111–112 112 hasta llegar a las ahora vigentes10,11. Las dudas del clı́nico probablemente se reflejen en la observación de que el fenómeno de la inercia terapéutica es muy frecuente en el paciente mayor de 80 años. En un análisis del proyecto PRESCAP (Presión arterial en la población española en los centros de Atención Primaria), Rodrı́guez-Roca et al12 han descrito que los médicos sólo modificaban el tratamiento en un 26,1% de los pacientes muy ancianos con mal control de la HTA. En 2008 se publicó el estudio HYVET13 (Hypertension in the very elderly trial), en el que 3.845 pacientes hipertensos de 80 o más años se aleatorizaron en 2 grupos para recibir tratamiento antihipertensivo farmacológico o placebo. En el grupo de tratamiento activo se observaron reducciones del 21% del riesgo de muerte, del 30% del riesgo de ictus y del 64% del riesgo de insuficiencia cardiaca. HYVET es uno de los estudios recientes que llevaron a la Sociedad Europea de Hipertensión a publicar en 2009 una revaluación de la guı́a previa en la que se reconoce la eficacia del tratamiento antihipertensivo en el paciente muy anciano si se aplica de forma individualizada cuando las condiciones de salud son buenas14. Se ha argumentado en numerosas ocasiones que el perfil del paciente incluido en el estudio HYVET no se corresponde con el del paciente mayor de 80 años atendido en la clı́nica cotidiana. Entonces, cómo identificar al anciano que se puede beneficiar del tratamiento antihipertensivo?, qué objetivo de PA debe considerarse en su manejo?, cómo identificar al paciente que puede estar en riesgo aumentado por un descenso excesivo de PA? La metodologı́a del HYVET ofrece una serie de claves, basadas en sencillas herramientas clı́nicas, para responder a estas cuestiones. En primer lugar, la inclusión requerı́a que las cifras de PA se mantuvieran elevadas en varias tomas en distintas ocasiones durante 2-3 meses con placebo y, antes de la aleatorización, se descartó hipotensión ortostática. Esta última maniobra resulta esencial en el tratamiento del paciente muy anciano. La prevalencia de hipotensión ortostática puede superar el 20% en la población hipertensa muy anciana, se relaciona con distintas enfermedades degenerativas o con afectación vascular o autonómica y constituye un marcador o factor de riesgo cardiorrenal y de deterioro cognitivo15–17. Por otra parte, la sucesión de medidas de PA probablemente vaya minimizando los casos con HTA clı́nica aislada o de ‘‘bata blanca’’. Esta situación es particularmente frecuente en el paciente muy anciano. En un análisis reciente del proyecto Cardiorisc se ha descrito que un 27,6% de los hipertensos muy ancianos con mal control clı́nico de la HTA presentaban cifras de PA ambulatoria normales18. En segundo lugar, en el estudio HYVET se descartaron casos con deterioro cognitivo y con necesidad de cuidados diarios de enfermerı́a. Todos estos criterios conllevaron probablemente la selección de pacientes muy ancianos con una baja prevalencia de enfermedad cardiovascular avanzada. En tercer lugar, en el tratamiento activo se utilizaron dosis iniciales bajas de los fármacos seleccionados, los periodos de titulación de dosis, de 3 meses, fueron más prolongados de lo habitual y el objetivo fue una PA < 150/80 mmHg. La PA inicial fue de 173/91 mmHg y las PA conseguidas en los grupos de tratamiento activo y placebo fueron de 143/78 y de 158/84 mmHg respectivamente. Basándose en éstos y en datos previos, es probable que el objetivo en el manejo del hipertenso muy anciano sea en la actualidad una PA < 150/90 mmHg14,19. Las principales áreas de incertidumbre en el tratamiento del hipertenso muy anciano son el abordaje de la HTA grado 1 y, sobre todo, el objetivo de PA en pacientes de edad muy avanzada con diabetes o enfermedad cardiovascular o renal establecida. La reciente revaluación de la Sociedad Europea de Hipertensión ha revisado de forma crı́tica el clásico objetivo de una PA < 130/ 80 mmHg para estos casos. A la luz de esta revisión y de datos de estudios como el de Badia et al9, parece prudente evitar cifras de PA < 130/80 mmHg en este perfil de paciente. En resumen, herramientas clı́nicas sencillas como la toma correcta y repetida de la PA, la medida de la PA ambulatoria, la detección sistemática de hipotensión ortostática y la evaluación del estado vital, ası́ como unos objetivos prudentes de PA, han de constituir las bases para el manejo del paciente hipertenso muy anciano. Bibliografı́a 1. Lopez AD, Mathers CD, Ezzati M, Jamison DT, Murray CJ. 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