In Palma, 2005 - Santiago Picatoste

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Fotografía de Xisco B
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SANTIAGO PICATOSTE
Naturaleza en persona
por
Iván
Terrasa
Capas de información y pintura hasta llegar a un orden en el que la Naturaleza del hombre y su obra se
hermanan bajo la batuta de Brahms. Billete del caos al equilibrio perfecto. Este es el viaje que emprende cada
tarde Santiago Picatoste (Palma, 19-IX-1971) desde su estudio en la calle Colón de Madrid hacia las galerías
y colecciones más importantes de media Europa. En el Estudio Rojo del Centro Cultural de Andratx, donde ha
trabajado este verano, Picatoste abre su mundo de flores baudelerianas al Universo en el que cada mañana se
siente
otra
vez
nacer.
Desde hace tres años vives en Madrid. ¿De qué modo ha influido cambiar de ciudad en tu trabajo?
Lo fundamental ha sido la llegada del color a mi obra. Mallorca, donde llevaba treinta años, se me había hecho
muy cómoda. Al salir he roto el huevo. Madrid es hostil, hay otra vibración en sus esquinas. Eso puede nutrir o
destruir
la
obra.
En
mi
caso,
la
nutre.
¿Qué
papel
crees
que
juegas
en
el
actual
negocio
del
arte?
Sé que el arte es un negocio y que hay negocio en el arte, pero eso no me interesa demasiado. A mí lo que me
importa
es
que
mi
obra
vaya
saliendo
del
estudio.
Cuando nos conocimos en Madrid, hace tres años, dijiste que el artista bohemio de la calle había
muerto.
¿Qué
tipo
de
artista
eres
tú?
Estoy a caballo entre la pasión por los grabados de Goya y los dibujos de Picasso, y la adoración por el dripping
de Pollock, o Motherwell. Pero sobre todo me veo como una persona del siglo veintiuno, como un artista
dinámico.
Que
ya
ha
alcanzado
su
voz
propia,
una
voz
“picatostiana”…
Ese ícono es fruto de la coherencia en la línea de trabajo acompañada del ansia por seguir evolucionando. Es
como tener el cimiento de la casa y cambiar constantemente la decoración. Dinamismo y, sobre todo,
contraste, algo fundamental en mi obra: contraste de matices, texturas, opacidades, luz. “No importa lo que
hagas, sino como lo representes”, a partir de ahí he podido entender muchas formas de interpretar la plástica.
Mis cuadros son la constante metamorfosis de mi propia naturaleza, que concibo como a un personaje.
¿Cómo
es
la
relación
con
tu
galerista,
Xavier
Fiol?
Tenemos una gran compenetración y la suerte de ser amigos. Trabajo cómodo con él porque sé que va a
apreciar lo que le muestro. Para mí eso es fundamental. Además me está moviendo por ferias y galerías muy
importantes
de
España
y
Europa,
algo
que
le
agradezco
mucho.
¿Te
inquieta
llegar
a
acomodarte
con
tu
obra?
Dejar Mallorca, moverme, me ha venido bien. Planeo iniciar pronto una aventura en Nueva York porque sé que
le sentará muy bien a mi pintura. Me veo en Manhattan creando obras muy impactantes.
¿Dónde
sientes
que
estás
hoy?
Me siento en comunión directa con mi obra, existe un pasillo directo en el que ella está en un extremo y yo en
el otro, una especie de feedback sin muebles de por medio, por el que podemos pasear y hablar los dos sin
ningún
obstáculo.
¿Sin
sentir
soledad?
Pintar es para mí como desayunar, me da igual que haya una o veinte personas. Prefiero que nadie me vea
porque no me interesa que la gente sepa cómo pinto. Eso sí: necesito escuchar música. Sólo cuando estoy
apunto
de
terminar
el
cuadro,
o
pongo
música
clásica
o
quito
la
música.
¿Y
cuándo
sabes
que
el
cuadro
está
terminado?
No lo sé, sólo sé cuándo está apunto de terminar. Entonces mi cabeza necesita estar dos días sin que nadie me
moleste, y lo acabo en una hora. Me pongo a Verdi o a Brahms, me separo del lienzo a una distancia apropiada,
me imagino como un visitante más en un museo. Y ahí es cuando el cuadro me revela todo lo que ha pasado:
qué le sobra, qué le falta, por dónde va. Así sucede.
NÚMERO 4
IP_4 OTOÑO 2005
PALMA Y SU LUZ
CAFÉ Y CLUBES CON ESTILO
CALLE SAN MIGUEL
SANTIAGO PICATOSTE
BANYALBUFAR
SON MUNTANER Y SON VIDA
NUMEROS PUBLICADOS
IP_14 PRIMAVERA 2008
LA LENGUA DE AURORA
LOS ÚLTIMOS DE SU ESPECIE
LOS J.A.S.P. MALLORQUINES
¿DE VERDAD SOMOS SERVICIALES?
ESPELEOLOGÍA
ASÍ SE
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