APROXIMACIÓN A “CÓMO ESCUCHAR LA MÚSICA”1 De Aaron Copland Por Mª Carmen Coronado El magnífico libro que pretendo resumir es una obra escrita como resultado de un ciclo de 15 conferencias que el gran compositor norteamericano dio en la New School for Social Research de Nueva York entre 1936-37. Se trata de un libro que primeramente se publico en inglés en 1939 (What to Listen For in Music) y que posteriormente rescató en su versión castellana el Fondo de Cultura Económica en 1955. En la breve introducción, William Schumann nos anuncia el objetivo del libro: acercar al oyente lejano a escuchar la música de una manera consciente a través del aprendizaje y la experiencia. La idea sobre la que se basa Copland es que “cuanto más se conozca sobre la música, más grande será el goce de escucharla”. El interés viene generado por tratar la audición desde un punto de vista subjetivo y relacionado directamente con otros aspectos del ser humano como los sentimientos, el sentido estético así como la formación musical del propio oyente. En el primer capítulo, Preliminares, Copland plantea dos preguntas de partida sobre cualquier oyente: - ¿Oye todo lo que está pasando? - ¿Es sensible a ello? La respuesta a ambas preguntas vendrá condicionada por un “mínimo exigible”, la capacidad del oyente de reconocer una melodía, incluso después de oír otras diferentes, relacionando lo escuchado con lo que se ha oído previamente y con lo que se oirá inmediatamente después. Copland hace una analogía con la literatura, en la que la melodía se identifica con el argumento de la obra, pero cuyo punto de intersección en la que se separan es el hecho de la temporalidad –“…la música es un arte que existe en el tiempo.”2-, es decir, sus elementos son efímeros y sólo perduran unos segundos en la escucha para luego desaparecer. Por ello, la memoria auditiva, es la única capaz de mostrar en toda su dimensión el significado 11 2 Copland, Aaron (1994). Cómo escuchar la música.(2ª ed.) España: Fondo de Cultura Económica. Ibid. p. 25 1 de la obra musical, reconociendo aquéllos elementos que la definen en su conjunto y desarrollando la sensibilidad musical del oyente. II. CÓMO ESCUCHAMOS En su análisis del proceso auditivo, Copland distingue tres planos en la escucha musical: 1. Plano sensual, únicamente dedicado al disfrute de la música. No requiere un gran esfuerzo ya que se produce de una manera inconsciente y sensorial, pasando ésta a un plano completamente secundario. Desde el punto de vista de Copland, el abuso de este tipo de escucha aleja al oyente de la música, necesitando, más que una actitud contemplativa, una actitud más consciente. 2. Plano expresivo, el más discutido, puesto que habrá tantas interpretaciones del significado de una obra como oyentes participen de su escucha. Para Copland siempre hay un significado más allá de las notas, que es el verdadero significado de la pieza. No obstante, es tremendamente complicado precisar lo que quiere decir una pieza y no tiene por qué expresarse en palabras. “Quiere decir algo la música” Mi respuesta a eso será: “Sí” Y “¿Se puede expresar con palabras lo que dice la música” Mi respuesta a eso será: “No.” En eso está su dificultad.”3 3. Plano puramente musical, el objeto central del libro, cuya función es ser capaz de percibir la música a través de la identificación de los elementos más esenciales que la conforman: Ritmo, Melodía, Armonía y Timbre, organizados mediante Texturas en una Estructura musical que articulan Formas (binarias, ternarias, fugadas, sonata, libres). Para Copland, el equilibrio sería que los planos sensual y expresivo coincidieran con el puramente musical en la perfecta escucha musical, pero será el oyente en todo caso quien decida el grado de consciencia que utiliza, según la preparación previa a la escucha de la obra musical, lo que, a su vez, determinará el grado de disfrute y el significado y afección por ella. III. EL PROCESO CREADOR EN LA MÚSICA Copland distingue 4 clases distintas de compositores: a) El de inspiración espontánea, el más común, la música brota de ellos. Suelen trabajar las formas pequeñas, por lo que su producción musical es abundante. Como ejemplos toma a Franz Schubert y Hugo Wolff. b) El compositor constructivo, personalizado en la figura de Beethoven y en el que se encuadran la mayoría de los compositores. Parte de un idea musical que desarrolla hasta su perfección, trabaja de manera continuada y laboriosa y colecciona temas musicales. c) El compositor tradicional, parte de un patrón más que de un tema, el cual domina y lleva a su máximo apogeo dentro de la corriente estética de su época. Aquí cita a Palestrina y a J.S. Bach. d) El compositor explorador, opuestos al tipo anterior, cuya actitud es la experimentación de nuevas sonoridades, armonías y principios formales y aportar nuevas soluciones. De este tipo hay compositores de todas las épocas y estilos: Gesualdo, Mussorgsky, Berlioz, Debussy y Varèse. Pero centrándonos en la figura del teórico compositor, una vez trabajados, ampliados o acortados los distintos temas, sus enlaces y el desarrollo completo de la idea inicial, la tarea más difícil es la de dar continuidad y fluidez a la pieza en sí, hacer coherente la “gran línea” y que quede perfectamente dibujada desde su inicio hasta su fin. 3 Ibid. p. 29. 2 IV. LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA. EL RITMO Sin duda, el elemento de expresión más antiguo que se conoce, existente por sí mismo, al margen de la escritura. En su evolución encontró una mayor uniformidad derivando en dos grandes grupos, según la acentuación de sus elementos, 2/4 y 3/4. Esta clasificación llegó a paralizar el desarrollo histórico del ritmo, derivando a una profundización del aspecto armónico. La diferenciación entre unidad métrica (acentuación del ritmo) y ritmo fue el detonante para la continuación de su desarrollo, acogiendo la utilización de compases compuestos como el 5/4. A partir de este momento la evolución rítmica llegó a tal complejidad que se hizo necesario escribir distintos tipos de métrica por compás. El nuevo concepto de la polirritmia, en el que se combinaban dos o más ritmos independientes, amplió sobremanera las posibilidades rítmicas (Stravinsky, Bartok, Milhaud). En este apartado tendrían especial importancia los estilos posteriores como el jazz, swing,… LA MELODÍA Es el segundo en importancia después del ritmo, asociada a la emoción intelectual. Sin embargo es complicado concretar el valor de una buena melodía con respecto a una mala melodía. El compositor hace una selección intuitiva de las ideas musicales, casi de forma espontánea. Para conocer los principios de la construcción de una buena melodía es necesario hacer una análisis histórico-formal de las buenas melodías ya conocidas. Algunas de las características que Copland extrae: Debe tener proporciones satisfactorias: en general debe ser larga y fluida, con altibajos, momento culminante y fin. Buscará una relación interválica atractiva, evitando la repetición innecesaria Desarrollo de un ritmo fluido coherente Búsqueda de una repuesta emocional del oyente como premisa fundamental Por tanto, al margen de la calidad de la melodía, es vital para el oyente identificar la melodía de la pieza y entender su función dentro de la composición, aderezada con material secundario que no debe hacer flaquear el recuerdo de esa melodía. Serán pues, la experiencia y la escucha de muchas melodías, las que nos harán más o menos capaces de diferenciar una bella melodía. LA ARMONÍA Es el más artificioso y consiste en el estudio de los acordes y sus relaciones mutuas. Es más tardía que el ritmo y la melodía -no la conocemos antes del s. IX-. Comenzó con una serie de cuartas y quintas, por encima o por debajo de una melodía (Discanto); más tarde se introdujeron las terceras y sextas (“Faux-bourdon“) y que constituirían la base de todos los desarrollos armónicos posteriores. La armonía siempre ha estado en constante evolución y cada época ha tenido sus exploradores: Monteverdi y Gesualdo (s. XVII), Mussorgsky, Wagner. Después Wagner se establece una línea de demarcación en la que ya no se trataba de ampliar un viejo sistema sino de crear algo completamente nuevo: Debussy, Schoenberg y Stravinsky. EL TIMBRE Es la cualidad del sonido producido por un agente sonoro. Según Copland: “El Timbre en musica es análogo al color en pintura”4. Esto es una facultad innata que hay que entrenar tanto el músico como el compositor y el oyente, de modo que podamos reconocer con el oído las diferencia cualitativas de los sonidos. 4 Ibid. p. 84 3 Dos objetivos principales que el oyente debe exigirse: a) aguzar so conciencia de los distintos instrumentos y sus característica sonoras; b) comprender los propósitos expresivos del compositor en su combinación tímbrica instrumental de la pieza. El compositor debe tener claro el color del tema elegido, ya que dependiendo de ello tendrá un significado expresivo distinto, así como entender las limitaciones de los propios instrumentos y sus dificultades de ejecución, conjugándolo todo con su propia creatividad. Copland divide los timbres en dos grandes grupos: 1. Timbres Simples Generalmente son los instrumentos de la orquesta sinfónica: a) Cuerda: violín, viola, violonchelo y contrabajo b) Maderas: flauta, oboe, clarinete y fagot (y los derivados de ellos) c) Metales: corno (trompa), trompeta, trombón, tuba d) Percusión: gran variedad de instrumentos de afinación no definida, a excepción de los timbales-. Se utilizan para intensificar los efectos rítmicos, realzar la dinámica del climax o para añadir color a los demás instrumentos. 2. Timbres Mixtos Se trata de combinaciones instrumentales que el uso constante hizo familiares. Se citan las formaciones más comunes: a) trío con piano (violín, violonchelo y piano) b) quinteto de viento (flauta, oboe, clarinete, fagot y corno) c) cuarteto de cuerdas d) orquesta sinfónica V. LA TEXTURA MUSICAL En la escucha musical pueden distinguirse tres clases distintas de texturas: 1. Música monofónica, la más simple: una sola línea melódica sin acompañamiento –músicas hindú, china, canto gregoriano…-. Actualmente, es frecuente encontrar pasajes de música monofónica en el transcurso de una obra, incluso en la música instrumental a solo (flauta, violonchelo..) 2. Música homofónica, de uso constante: una línea melódica principal y un acompañamiento de acordes –invento de los primeros compositores de ópera-. Solía desarrollarse de manera contrapuntística: cada voz del acorde se forma a partir de notas de la sucesión lógica de los mismos. 3. Música polifónica, la textura más compleja: varias voces que se mueven independientes entre sí hilvanando una armonía de forma vertical. La dificultad radica en ser capaz de escuchar las voces de manera individual sin perder la idea global de la obra. En la polifonía más reciente, la independencia de las voces ha desembocado en un contrapunto lineal o disonante 5 que recrea una armonía menos convencional [Ej. Das Marienleben, de P. Hindemith] VI. LA ESTRUCTURA MUSICAL Se trata de la “organización coherente del material utilizado por el artista”. 6 Sin embargo, el carácter fluido y abstracto del material musical hacen muy compleja la función estructural para el compositor. El análisis de la estructura formal de obras maestras pone de relieve la poca similitud que guardan con respecto a las normas 5 6 Ibid. p. 111 Ibid. p. 114 4 establecidas. Por lo que puede decirse que la forma de una pieza es el crecimiento gradual de algo vivo que se irá desenvolviendo a partir de cualquier premisa escogida por el compositor: “la forma de toda auténtica pieza es algo único” 7 , y vendrá determinada por el contenido. La dificultad del compositor estriba en encontrar un equilibrio entre la dependencia e independencia de las formas musicales históricas –allegro de sonata, variación, passacaglia, fuga…-, ampliamente probadas y consolidadas, que parten como estímulo imaginativo para el compositor pero que deben amoldarse a su vez a la justificación psicológica del material escogido por éste, haciendo pues un uso particular y personal del molde formal. Imprescindible: la gran línea que unifique todo el conjunto y le aporte una dirección inevitable a la pieza así como una sensación de satisfacción al oyente por la coherencia psicológica de las ideas musicales utilizadas. Diferencias estructurales Existen dos maneras de considerar la estructura musical: 1. La forma en relación con la pieza considerada como un todo (movimientos completos de una sinfonía, sonata o concierto) 2. La forma en relación con las diferentes partes menores de la pieza (todas juntas conforman un movimiento completo) Principios estructurales Para lograr la sensación de equilibrio formal, la música se basa en el principio de la repetición así como su contrario, la no-repetición. Así, dividimos 5 categorías: 1. Repetición exacta 2. Repetición por secciones o simétrica: Binaria; Ternaria; Rondó; Disposición libre de las partes 3. Repetición por variación: Basso ostinato; Passacaglia; Chacona; Tema con variaciones 4. Repetición por tratamiento fugado: Fuga; Concerto Grosso; Preludio coral; Motetes y madrigales. 5. Repetición por desarrollo: Sonata (forma de primer tiempo). VII. LAS FORMAS FUNDAMENTALES 1. FORMA POR SECCIONES Forma binaria [A-B]: muy utilizada en los siglos XVII-XVIII. Ambas partes están relacionadas entre sí y se equilibran mutuamente. La parte B suele ser un desarrollo de algunas frases de la parte A –hecho que tendrá su momento cumbre posteriormente-. El fuerte carácter cadencial al final de cada parte, las hace fácilmente reconocible. [Ej.: Suites para clavicémbalo de Couperin (1668-1733) y Scarlatti (1685-1757)] Forma Ternaria [A-B-A]: la parte B suele ser un “trío” y funciona de forma independiente a A, por lo general dos minuetos. La tercera parte, si era una repetición exacta de A, no se escribía y se indicaba “da capo” después de B. [Ej.: minuetos de Haydn y Mozart]. Con Beethoven, esta forma evolucionó de un minueto a un scherzo, el carácter es más brusco y caprichoso y las partes contrastadas funcionaban de forma más distante pero unidas por elementos rítmicos o melódicos comunes. Rondó [A-B-A-C-A-D-A]: el tema principal (A) reaparece siempre después de cada digresión, que aportan contraste y equilibrio. Suele ser el último 7 Ibid. p. 115 5 tiempo de sonata, ligero, animado y parecido a una canción. Su cualidad más destacada en su evolución es la sensación de fluidez musical. Forma libre por secciones: cualquier combinación de distintas partes relacionadas con sentido musical. 2. LA VARIACIÓN Basso ostinato: es una frase breve –en el acompañamiento o en la melodía- que se repite insistentemente en el bajo mientras las voces superiores siguen su curso normal. Recurso muy utilizado a principios del s. XX. [Ej. Pastoral para piano Op. 46 nº 5 de Sibelius8] Passacaglia: basada en el principio del basso ostinato pero de una manera melódica, admitiendo un tratamiento variado. Su origen se remite a una danza lenta española en 3/4. El bajo inicia la exposición del tema sin acompañamiento en estado puro y así lo repetirá en las primeras variaciones para su total asimilación por el oyente, mientras la parte superior inicia suavemente el avance. Posteriormente, el bajo aparecerá variado para, finalmente, participar en la fuga final habitual. [Ej.: Passacaglia en do menor para órgano de J.S. Bach] Chacona: muy similar con la Passacaglia –danza lenta en 3/4-, aunque con la diferencia de que el bajo se oye desde el principio con armonías acompañantes. Así, el bajo no tiene la relevancia que en la Passacaglia ya que el acompañamiento armónico también es objeto de variación. [Ej.: Buxtehude] Tema con variaciones: la forma más importante en lo referente a variaciones de un tema, que puede ser original del compositor o retomado de otras fuentes. Se trata de un tema sencillo y de carácter franco para su rápida identificación antes de escuchar sus variantes. En su evolución fue adquiriendo una mayor complejidad pero logrando mantener la unidad formal. Hay 5 tipos de variación: Armónica, Rítmica, Melódica, Contrapuntística y una combinación de las anteriores. 3. LA FORMA FUGADA Fuga: se trata de la imitación más o menos complejo de un fragmento melódico, el sujeto, generalmente corto, que se irá repitiendo en las distintas voces, conformando la exposición. Todo sujeto suele tener su contrasujeto, normalmente expuesto después del sujeto. Sigue una sección libre a modo de puente, el episodio, que alterna con enunciados del sujeto, variados éstos en cada aparición. El grueso de la fuga tiene un gran complejidad modulatoria que concluye con la reaparición del sujeto inicial y la vuelta a la tonalidad principal. [Ej. Clave bien temperado de J.S. Bach] Concierto Grosso: originado a mediados del S. XVII por la confrontación entre dos grupos instrumentales, uno pequeño y variado en instrumentos – “concertino” - y otro grande - “tutti”-. Suele tener 3 o 4 movimientos y posteriormente derivará en el concierto para solista y orquesta. [Ej.: 6 Conciertos de Brandemburgo de J.S. Bach] Preludio Coral: originado en las melodías corales de los tiempos de Lutero. Los recursos más habituales en su tratamiento: a) melodía intacta y mayor complejidad armónica del acompañamiento b) bordar adornos sobre el tema y c) fuga sobre la melodía del coral Motetes y madrigales: no considerada como una forma musical en sí, pero se desataca por su carácter contrapuntístico. Los motetes tiene letra sacra y 8 Sibelius, Jean: From the Land of a Thousand Lakes “Sibeliana”, 10 piezas para piano, Boston Music Company, 1911, (pp. 10-11). 6 los madrigales profanas y se cantan sin acompañamiento. Ambos son formas vocales del Renacimiento y tienen maestros ejemplares: Palestrina, Orlando de Lasso, Tomás Luís de Victoria, Byrd, Gibbons… 4. LA FORMA SONATA Su actual vigencia reside en su lógica y su adaptabilidad a la imaginación creadora de todo compositor. El uso del término sonata abarca varios tipos de piezas: sinfonías, cuarteto de cuerdas, concierto solista con orquesta. En su análisis habrá que tener en cuenta: a) la sonata como un todo: obra de 3 o 4 movimientos, contrastados en el tempo. -Primero: Allegro de sonata (analizado más adelante) -Segundo: Lento, el cual puede contener variaciones, un rondó o una forma tripartita. -Tercero: Minuetto o Scherzo con forma A-B-A. Puede intercambiarse con el Segundo movimiento. -Cuarto: Finale, forma de rondó extenso o de Allegro de sonata. b) la sonata como forma: referido al primer movimiento de una obra musical como Allegro de sonata, reducible fácilmente en una fórmula tripartita: - Exposición: A [a-b-c]; a (tónica) / b (dominante) / c (tónica). -Desarrollo: B [a-b-c]: sección “libre” que amplía el medio tonal y añade tonalidades extrañas - Reexposición: C [a-b-c-]: todos los temas están en la tonalidad de la tónica. 5. LAS FORMAS LIBRES Son aquéllas formas que no se amoldan a ningún patrón establecido pero que guardan una coherencia significativa. Dos tipos de composición que ejemplifican estas formas: - El preludio: escritos en su mayoría para piano y de carácter muy diverso – desde el más simple hasta los más complejos y virtuosísticos-, que junto a las fantasías, elegía, impromptus, caprichos, etc, comprenden una amplia tipología. Bach es un maestro en este tipo de composiciones y Debussy reactivó el interés por el preludio en el s. XX con sus 24 Preludios para piano, modificando los moldes estructurales en cada uno de ellos, lo que evidentemente complica su escucha para el oyente. - El poema sinfónico: surge en el s. XIX y utiliza la música como medio para describir ideas extramusicales de forma más exacta, bien de una manera imitativa, bien de una forma menos literal y más poética, pero con la música como elemento expresivo fundamental. Liszt es considerado su creador y solía añadir una explicación previa, impresa en la partitura. VIII. LA ÓPERA Y EL DRAMA MUSICAL La ópera es un drama cantado pero no de forma continuada. Se divide en piezas musicales dispuestas y contrastadas con regularidad. Su trama es sencilla e incluye algunas partes de recitativo, las cuales narran el argumento. En la ópera confluyen todos los medios musicales de expresión, como la orquesta sinfónica, la voz solista, el conjunto vocal y el coro, entre otras muchas. El carácter de la música puede ser serio, ligero, o ambas cosas a la vez, así como contener música sinfónica o “absoluta” de carácter programático además de ballet, pantomima y drama. La historia de la ópera comienza en 1600 y el primer compositor de este género fue Claudio Montenverdi (1567-1643). Sus óperas están compuestas en su mayor parte de recitativos con algunos interludios orquestales, aunque su interés reside en el 7 carácter y la profundidad emotiva. Posteriormente, la ópera se desarrollaría entre combinaciones de recitativos y arias. En el s. XVII la gran figura sería Alessandro Scarlatti (1660-1725) cuyo modelo resta importancia al argumento, centrando todo el interés en el cantante y la parte vocal, lo que desembocó en una línea expresiva superficial y llena de artificios virtuosísticos de lucimiento. Con Gluck (1714-1787) llegaría la gran reforma racional de la ópera, quien puso la música al servicio del texto literario y la idea dramática. Mozart aportó el finale operístico, en el que todos los personajes cantan al mismo tiempo cosas distintas, terminando con un gran y definitivo fortissimo. Richard Wagner (1813-1883), al igual que Gluck, trató de racionalizar la ópera, considerándola una forma que aúna las artes, por lo que la llamó drama musical. Éste se diferenciaría de la ópera en dos aspectos: a) los actos que lo componen están sostenidos por una música ininterrumpida de unidad perfecta; b) introducción de un fragmento o frase musical –leitmotive-, relacionado con un personaje durante toda la representación, lo que aportaba mayor cohesión de los elementos. Aunque el mayor logro fue el papel que dio a la orquesta, aplicando sus dotes de sinfonista al drama musical. Después de Wagner, ya no se alcanzaron logros significativos hasta Mussorgsky (Boris Godunov) y Debussy (Pelléas et Mélisande), así como Alban Berg (Wozzeck) y Darius Milhaud (Cristóbal Colón). IX. LA MÚSICA CONTEMPORÁNEA Es este breve capítulo Copland hace una reflexión sobre la difícil aceptación de la música moderna entre los oyentes. Insiste en el acercamiento desde el conocimiento y la curiosidad, teniendo en cuenta que la música contemporánea engloba clases distintas de experiencia musical, de diferentes grados de complejidad. Es imprescindible poder diferenciar a los compositores, apreciando su objetivo expresivo, para lo cual es necesario abandonar toda expectativa preconcebida y disfrutar de esa nueva escucha, distinta a todo lo anteriormente conocido. El nuevo idioma musical lleva implícito un “lado experimental y controversible”9, que lo hace más interesante si cabe. El objetivo de esta música, lejos de mecer al oyente ensimismado, busca reactivarlo y conmoverlo hasta casi la extenuación. Pero, en todo caso, es el oyente quien decide romper la barrera de la no familiaridad, necesitando la participación activa de la expresión musical de su época. La clave: la escucha repetida de las obras para su comprensión. X. LA MÚSICA DE PELÍCULAS Se trata de una nueva forma de música dramática, en conexión con la ópera, el ballet, la música incidental para el teatro. Es una forma reciente de exploración, por lo que suscita más preguntas que respuestas, especialmente las relacionadas con la influencia de la acción dramática con respecto a la música. El grado de orientación auditiva es el que determinará el disfrute que permita la asimilación del acompañamiento musical como parte integral de la impresión combinada de la película. En la composición de música para cine debieran intervenir varios factores previos a la composición de la misma, además de considerar las funciones de la música con respecto a la obra cinematográfica: - Debe conocerse la película, de modo que pueda componerse una música más adecuada a las distintas acciones escénicas, excepto en los casos en 9 Ibid. p. 227 8 - que se requiera una interpretación musical de la pieza concreta dentro de la propia escena. Determinar cuánta música es necesaria y el lugar en que se introducirá en una primera proyección de la película (“spotting”). Así, la partitura musical consistirá en secuencias separadas que se ajustarán en tiempo a la escena concreta. Funciones de la música en la pantalla: 1. Crea una atmósfera más conveniente de tiempo y lugar, escogiendo estilos musicales específicos para argumentos determinados. 2. Subrayar refinamiento psicológicos: los pensamientos no expresados de un personaje o las repercusiones no vistas de una situación. La música, a través de sus elementos rítmicos, melódicos, armónicos…, puede incidir en la emoción del espectador. 3. Servir como fondo neutro, de manera que mantenga el interés de una escena pero manteniéndose en segundo plano. 4. Dar un sentido de continuidad, buscando, siempre en segundo plano, dar coherencia y unidad al desarrollo de las escenas. 5. Sostener la estructura teatral de una escena y redondearla con un sentido de finalidad, como por ejemplo en los finales, reforzados por pasajes climáticos unificados con el material anteriormente expuesto. Existen muchas otras disciplinas que intervienen en el proceso de determinar la música para el filme, como el cortador –detalla la acción física de la secuencias-, quien ayudará al compositor a sincronizar los pasajes de la partitura con la acción. Esta especialización del compositor tiene algunas limitaciones, como la invención melódica, supeditada siempre a un papel secundario, por lo que se requiere un control importante de la orquestación. El momento de la grabación de la banda sonora es un momento único, debido a la interpretación en estado puro de toda la música creada. Posteriormente se mezclará con los diálogos y la dinámica se verá fuertemente afectada en perjuicio de la parte musical. XI. DEL COMPOSITOR AL INTÉRPRETE Y DE ÉSTE AL OYENTE Para que el hecho musical adquiera significado absoluto tienen que participar estos tres elementos: el compositor, el intérprete y el oyente, cada uno con una función determinada. El compositor nos muestra su propia expresión interior, reflejo a su vez de su contexto más cercano, y que marcará el estilo que se refleja en la obra. El intérprete es el artífice de la dimensión práctica de la idea originaria del compositor, adoptando una importancia relevante en cuanto a la opinión que se tenga de éste y de su “mensaje”. En la reinterpretación que el intérprete hace de la obra introduce su propia visión, por lo que es importante distinguir lo que cada parte aporta al hecho musical. El oyente es el elemento que completa todo el proceso y cuya responsabilidad recae en una entrega consciente y plena de la música que escuchan, ampliando y desarrollando el propio gusto y abandonando los prejuicios. “La música sólo puede estar viva realmente si hay auditores que estén realmente vivos”10 10 Ibid. p. 249 9 BIBLIOGRAFÍA Copland, Aaron (1994). Cómo escuchar la música.(2ª ed.) España: Fondo de Cultura Económica. 10