ermita santa maría de piedraescrita

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ERMITA SANTA MARÍA DE PIEDRAESCRITA
La ermita de Nuestra Señora de Piedraescrita está considerada como uno de los edificios
más emblemáticos del llamado Valle de Gévalo. El valle se encuentra ubicado en La
Jara, una de las comarcas de la provincia de Toledo que, por su aislamiento, ha hecho
posible la mejor conservación tanto de sus entornos naturales como su patrimonio
artístico. La extensión del Valle de Gévalo, comprende el término municipal de Robledo
del Mazo con sus cuatro anejos, entre los cuales se sitúa Piedraescrita.
A pesar de ser considerada como ermita (capilla o iglesia de pequeñas dimensiones
alejada de poblaciones, donde el culto no se realiza de forma frecuente y está dedicada a
una Virgen o Santo) es realmente una iglesia parroquial ( lugares donde un grupo de
fieles constituyen el culto de forma permanente) y esto lo sabemos por documentación
que se encontró en el propio templo y lo acredita.
De sus orígenes poco sabemos, es prácticamente desconocido y en la actualidad estaría
pendiente de poder realizar un estudio en profundidad para atribuirle una época y estilo
arquitectónico.
Si podemos observar la sencillez en su ejecución, con el empleo de piedras del lugar,
lajas, pizarra, yeso, cal y barro. En el exterior el empleo de piedra y ladrillo junto con
unos gruesos muros.
En su interior lo que si podemos confirmar es la presencia de pinturas románicas, más
concretamente un pantocrátor aparecido no hace muchos años de forma fortuita en el
ábside del templo, este ábside rematado con unos arcos ciegos en el exterior.
ÁBSIDE
Respecto a la planta, esta se encuentra inscrita en un rectángulo del que sobresale el
ábside y los brazos del transepto que presentan elementos comunes del tipo basilical y
cruciforme, aunque carece de cimborrio. Otro dato de interés es que el arco del ábside
de esta se estrecha en su parte inferior (algo similar a lo que hacían los visigodos). La
contradicción a esto es que en época visigoda las paredes de los templos se construían
con piedras bien aparejadas y colocadas sin mortero y este no es el caso.
Otro dato de interés y del cual se tienen noticias ya desde el siglo XVII es la presencia
de una pila bautismal, la cual no estaría bien documentada, no sabemos si pertenecía a
un templo anterior en el mismo lugar o procedía de otro. Como he citado si sabemos de
su presencia por un documento fechado el 23 de abril de 1689 por D. Andrés Fernández
Escamilla (vicario y visitador de la Villa de Talavera), donde hace mención a la pila
bautismal describiendo el lugar que ocupaba en el templo y de la tapa y cerradura que
tenía, hoy desaparecidas. La pila está realizada en piedra de arenisca, en un principio
estaba constituida por tres cuerpos (copa, fuste y basa), hoy distinguimos cuatro ya que
durante la Guerra Civil Española se produjo una rotura en el fuste al intentar arrancarla
para su posterior venta consiguiendo tan solo su rotura, lo que si desapareció fue la
tapadera de hierro forjado de la que tan solo quedan las huellas de los engarces.
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Lo que sí sabemos es que la iglesia es la más antigua del valle, de escasos 250 metros
cuadrados con tres naves separada por pilastras, con restos de policromía y un ábside en
forma de herradura separada de las naves a su vez por un arco levemente toral. La
cubierta es a dos aguas en todo el edificio excepto el ábside que es a tres aguas en el
exterior.
menci
Hay que hacer una mención a la cerámica que recubre el templo, lo que nos ha quedado
de ella, ya que se cree que probablemente todo el templo estuviera cubierto por entero
con estas cerámicas, de las cuales nos han llegados muestras en el cabecero y en algunos
de sus muros. Nos encontramos con escenas de diversos temas: Santos, pasajes bíblicos
en torno a la vida de Jesús y María y el más interesante de todos ellos un Juicio Final de
excelente calidad.
Esta cerámica fue realiza para el templo en el último tercio del siglo XVI y principios
del XVII. Están constituidos por una serie de paneles laterales y frontales. La técnica
utiliza es la de azulejo plano policromado. La autoría no está bien documentada,
ninguno de los paneles está firmado por lo que su atribución no es fácil, sabemos por el
paralelismo con otras obras similares que los artífices pudieran ser obra de Juan Floris
(1565) o Juan Fernández (1570). Lo único que se ha encontrado es dos azulejos a modo
de autorretrato con gorra de origen flamenco denominada “ toque”.
Si sabemos de la existencia de un documento en el cual se encarga a Juan Fernández la
confección de azulejos para la Basílica del Prado en Talavera, junto con los de
Piedraescrita y El Escorial.
A juicio personal lo más relevante del templo es la pintura descubierta al tirar un
antiguo muro que servía de camarín para la virgen, a modo de deambulatorio. En el
intradós del arco que da acceso al ábside nos encontramos con pinturas al fresco con
motivos de edificaciones barrocas y cintas con inscripciones latinas, este tipo de
decoración también la tiene el cuarto de esfera que da entrada a la capilla donde nos
encontramos con el pantocrátor.
Pinturas barrocas del intradós
Tenemos constancia de un documento fechado en 1689 de una visita pastoral en el cual
nos da información precisa de cómo era el templo, de las partes que hoy en día ya no
tiene como fueron los nártex. Existía un archivo más completo que recogía todo tipo de
documentos sobre las posesiones, cuentas de fábrica, los cuales muchos de ellos
desaparecieron no se sabe bien cómo y otros durante la guerra civil del 36.
En una de las vigas del techo, está grabada la fecha 1768 lo que no sabemos si fue fecha
de ampliación del templo, modificación o intervención en la misma ya que otra
documentación al respecto no nos ha llegado.
Fue declaro Bien de interés cultural por el decreto 32/1992 de 19 de febrero en la
categoría de monumento y en dicho expediente se asigna a su vez un área de protección
en torno al templo.
LA ICONOGRAFÍA DEL TEMPLO. PANTOCRÁTOR ROMÁNICO
Los lugares más habituales para exhibir a los pantocrátor en los interiores de las iglesias
es pintados en las bóvedas de horno de los ábsides, al igual que ocurre en este caso.
Suelen estar enmarcados en una mandarla con los cuatro figuras de tetramorfos
(alegorías de los cuatro evangelistas). El pantocrátor de Piedraescrita se adapta
perfectamente a estas características, incluida la técnica de pintura al fresco.
Este pantocrátor es una figura plana, alargada y sin perspectiva, donde los ojos y manos
de anatomía desproporcionada, con el cuerpo cubierto con una túnica ceñida a la cintura
y la mano derecha bendiciendo (forma occidental). De colores intensos y brillantes y el
negro perfilando la figura.
La existencia de estas pinturas aceptablemente conservadas no son muy numerosas, si
es verdad que están saliendo a la luz poco a poco tras retirar retablos y demás muebles
que se han ido colocando en siglos posteriores y eliminar las capas de revoco y
encalados que se realizaban a los templos sobre todo en épocas de epidemias, como
probablemente habrá sido este el caso.
Debe de ser tomado con mucha cautela la corriente de pintura románica que sigue este
pantocrátor, bien a la corriente bizantina, bien a la mozárabe, quizá esta sería una de las
cuestiones que habría que poner en debate y quizá este sea el medió más idóneo para
empezar.
Lo que sí sabemos es que el arzobispo Gonzalo Pérez, el cual ordenó su construcción, al
menos la que hoy conocemos, en el año 1182, donó a la Orden de San Juan o de Malta
la antigua mezquita de Bad-al-Maedúm, conocida por nosotros como Cristo de la Luz
( Toledo), a cuyo edificio primitivo añadieron un ábside mudéjar en el que figura un
Pantocrátor. Ante esta coincidencia pudiera ser que existiera relación entre la
decoración románica de ambos lugares, junto con unos frescos similares que se
encuentran en la parroquia de San Román (Toledo).
Pantocrátor Cristo
de la Luz
Fresco de San Román
Fresco Piedraescrita
Es este Cristo Redentor (pantocrátor), majestuoso en perfecta simetría, barbado, con los
brazos abiertos, en su mano izquierda sostiene el globo terráqueo y a ambos lados se
encuentran la luna (con cara de mujer) y el sol rodeado de estrellas. Rodeando a este
nos encontramos con el tetramorfo, alados y con el halo de santidad, por desgracia no
muy bien conservados.
ESTADO DE CONSERVACIÓN
Se sabe por visitas eclesiásticas como el templo ha tenido diversas reformas y
restauraciones para subsanar los desperfectos que el paso del tiempo ha ido causando en
el mismo.
Actualmente tanto las pinturas como cerámicas se encuentran en un estado de
conservación poco aceptable, siendo los del interior del ábside los peores debido en su
mayoría a la humedad.
A su vez gran cantidad de azulejos, incluso paños completos no se encuentran en su
ubicación primitiva, ya que durante la Guerra Civil del 36 fueron quitados y guardados
por los habitantes del pueblo para evitar su destrucción. Será posteriormente en su
nueva colocación cuando en muchas ocasiones no casaban o incluso muchos de ellos se
usaban para rellenar huecos vacios de otros paneles y otros perdidos para siempre.
Cerámicas que no corresponden al panel.
Falta de azulejos
Con este trabajo lo que he pretendido es poner en conocimiento de todo aquel que le
pueda servir, cómo a lo largo de nuestra geografía se encuentran edificios que
posiblemente en su época tuvieran una importancia relevante y cómo hoy, bien sea por
la falta de documentación, bibliografía, estudio en general de los mismos junto con la
falta de recursos para su conservación se encuentran a la espera de devolverles el
esplendor e importancia que pudieran tener en su tiempo, sumando a esto la información
tan valiosa que pueden albergar sus muros para ofrecer a la Historia en el sentido más
amplio de la palabra.
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