Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, A. C. Boletín 22, San Cristóbal de Las Casas, 18 de agosto de 2006 Muerte de Jesús Hernández Pérez en el interior del Centro de Readaptación Social No. 14, El Amate. Este Centro de Derechos Humanos recibió la denuncia de la muerte violenta de quien en vida llevara el nombre de Jesús Hernández Pérez, indígena tsotsil, ocurrida a las 20:50 horas del 22 de julio de 2006, en el interior del Centro de Readaptación Social (CERESO) No. 14, El Amate, en Cintalapa, en donde se encontraba recluido. La denuncia fue hecha por la Sra. Elena López Pérez, esposa de Jesús Hernández, según su testimonio “el día 23 de julio del presente año, eran las 7:30 horas, recibió mi hermano Andrés López una recado de teléfono en donde le dijeron que Jesús murió, lo encontraron muerto en la celda de la cárcel y se necesita que te vayas a verlo urgente” . Elena acompañada de un familiar se trasladaron al CERESO para obtener más información, al llegar a las 13:30 horas, fueron atendidas por el subdirector quien le dijo: “…tu esposo murió de muerte natural, le hizo mal la comida que comió… y me enseño una foto, que así lo encontraron en la celda…”. Debido a la insistencia de Elena para ver el cuerpo de su esposo, fue trasladada a la ciudad de Cintalapa, al llegar a una oficina presumiblemente del Ministerio Público, le preguntaron por sus datos generales pero no le mostraron el cadáver. Nuevamente insistió en ver el cuerpo por lo que fue trasladada al Servicio Médico Forense (SEMEFO), haciéndola firmar documentos, de los cuales desconoce su contenido; únicamente le dicen “que la causa de la muerte se debió a un paro cardiaco.” Ya ante el cadáver, Elena vio que tenía un moretón por la boca y “rasguños” en la cara. Entonces reclamó a los presentes diciéndoles: “que no digan que fue muerte natural, si se ve claramente que fue golpeado”. Las personas que le estaban enseñando el cuerpo, se burlaron de ella. Las últimas veces que Elena vio a Jesús con vida fue los días 15 y 16 de julio de 2006, cuando lo visitó en El Amate. El día 15, Elena le llevó comida y Jesús se mostró alegre por la visita de su esposa y sus 3 hijas menores. El día 16, cuando se despiden, Jesús acompaña a Elena hasta la reja de salida. Mientras estaban juntos Jesús comentó con Elena que al interior del CERESO habían problemas, pero que estaba tranquilo y no se mostraba asustado por algo que pudiera pasarle porque él no estaba metido en problemas con nadie. Elena comenta además que en la visita del día 15, vio que Jesús tenía dinero en su cartera, producto de la venta de bolsas que él tejía y que con ello, iba a comprar más material. Cuando a Elena le entregaron las pertenencias de su difunto esposo no se encontraba la cartera. Aproximadamente a las 17:30 horas del día 23, les entregaron el cuerpo y media hora después, salieron de Cintalapa para trasladar el cadáver hasta el lugar en donde sería inhumado. Elena fue a Cintalapa el día 7 de agosto, para recoger las copias de la necropsia y del acta de defunción, pero no se las querían entregar, solamente accedieron ante su insistencia. Según información proporcionada vía teléfono por otro familiar que se encuentra recluido en el CERESO, Elena narra que fue obligado a juntar la ropa y, que al sacar una bolsa debajo de la cama asignada a Jesús, encuentra ropa manchada con sangre. Es entonces que Elena presume que no fue muerte natural sino que fue golpeado o algo le provocó que se lastimara. Según la necropsia de ley elaborada por el médico forense en turno, mediante oficio número: 436/SMF/FGE/2006, con fecha 23 de julio del presente año, describe de manera general que el cuerpo es encontrado en las siguientes condiciones: “Que presenta equimosis (moretón) de 5 centímetros de diámetro que se localiza en labio superior del lado derecho con herida de 2 centímetros de largo, que fue suturado por 4 puntos simples. Se localiza también presencia de otra equimosis (moretón) de 2x1 cm. de diámetro, localizado en labio inferior del lado derecho. Presenta también raspón de medio centímetro en el nudillo de la mano derecha. La conclusión del informe de necropsia de ley determina que: “…la causa de la muerte de la persona del sexo MASCULINO, que en vida respondiera al nombre de JESUS HERNÁNDEZ PEREZ, obedece a: CONGESTION VICERAL GENERALIZADA DE ETIOLOGÍA A DETERMINAR. y que en medicina forense se clasifica de MORTAL.” Llama la atención que en el acta de defunción entregada a la viuda donde se define la causa de la muerte, se señala que fue un tipo de defunsión violenta. A pesar de que ya se inició la averiguación previa con el número 000086/CE5/2006, ante el Fiscal del Ministerio Público en Cintalapa, Chiapas, las autoridades ordenaron inhumar el cadáver. El haber ordenado la inhumación del cuerpo de Jesús Hernández sin determinar la causa de su muerte contradice al Protocolo de Minnesota, el cual impone a los Estados parte, la obligación de realizar una investigación exhaustiva de las muertes de personas bajo custodia del Estado. El Centro de Derechos Humanos ha tenido conocimiento y ha denunciado con anterioridad el clima de agresiones en el interior del CERESO 14, ya que varios reclusos han manifestado que son agredidos de manera verbal y física por otros internos con anuencia de las autoridades penitenciarias. Este Centro considera que dadas las circunstancias en que se dio el fallecimiento del Señor Jesús Hernández Pérez, quien se encontraba bajo custodia del Estado presume una muerte sospechosa. Por lo que exige a las autoridades competentes lo siguiente: . Se investigue de manera exhaustiva la causa de la muerte de C. Jesús Hernández Pérez, debido a que falleció estando dentro del CERESO bajo custodia del Estado. . Se inicie investigación contra los funcionarios de Centro de Readaptación Social No. 14, El Amate, para deslindar responsabilidades, ya que es su obligación garantizar la integridad y seguridad física de los internos.