CAPITULO I LA DECLAMACIÓN COMO HERRAMIENTA EDUCATIVA La Declamación empezó a ser una necesidad para los pueblos, un conducto seguro para darles la ilustración y el verdadero termómetro de la civilización. Don Pedro O. Mate (1838). El declamador es el educador que el siglo presente necesita para estudiar los grandes valores del espíritu. El declamador animado por tan nobles ideales hará del escenario la cátedra redentora del hombre del siglo XXI. Educar con arte es bella idea; y acertado método para la actual humanidad, indiferente al cultivo del espíritu. Dra. Ana Lucía Jaramillo V. (1999). Nuestro punto de partida para conocer y reflexionar acerca de la declamación como herramienta pedagógica, será contestar a la pregunta del cómo se ha abordado este arte en México, en Latinoamérica y en el mundo. Lo que pretendemos en este capítulo, es aproximarnos con detalle a conocer lo que hasta ahora se ha dicho sobre la declamación como medio didáctico; esto nos servirá para reconocer y mostrar las miradas desde las que ha sido enfocado nuestro objeto de investigación; dar cuenta, de igual manera, las presencias, ausencias y los aspectos poco atendidos o analizados. Conocer la forma en que ha sido organizada esta realidad, nos ayudará a re-estructurarla nuevamente, considerando esta vez, lo hasta ahora ausente o inadvertido, otorgándole así un nuevo sentido y organización, considerando siempre la relación que se le haya otorgado por parte de las diversas fuentes con el tema de los valores, conforme al objetivo general de esta investigación que permita recuperar a la declamación como medio formativo. Considerando lo antes dicho y con la finalidad de lograr el objetivo que nos hemos propuesto, realizamos una búsqueda detallada de textos sobre declamación. Para determinar los documentos que conformarían nuestro estudio, hicimos uso de los siguientes criterios: Trabajos que aborden principalmente la línea de la declamación. Cabe hacer mención que no incluimos aquéllos que, teniendo como centro principal una temática relacionada con la declamación, solo hacían mención de ella de manera periférica. Estudios realizados desde principios del siglo XIX hasta nuestros días (18352011), para considerar tanto lo histórico, lo artístico y el corazón de este trabajo: lo práctico-educativo. Incluimos textos no sólo de tipo fáctico sino también teóricos. Estos últimos solo debían de cumplir con una característica: su temática debía girar en torno a la declamación. Decidimos no incluir los trabajos que abordaran el tema de los resultados de concursos en declamación, debido a que este subtema no enfoca de manera detalladamente en nuestra problemática. Los resultados que exponemos en este capítulo parten de un análisis realizado a 40 documentos, correspondientes a un total de 25 autores. Nuestra reflexión la hemos organizado a partir de tres grandes aristas; las cuales de manera conjunta, lograran otorgar al lector una visión global e integral sobre los estudios que se han realizado sobre declamación en el mundo. En la primera de ellas analizaremos de manera general, los textos que se han producidos sobre nuestro objeto de estudio; conoceremos sus condiciones de producción, los ámbitos de investigación; los sujetos; las metodologías, métodos y técnicas utilizadas en los diferentes estudios. La segunda arista, que conforma nuestro trabajo, la hemos decidido dedicar a todas aquellas voces y miradas que han configurado el campo de la declamación. Finalmente, el tercer apartado es un espacio que nos servirá para detectar las distintas temáticas abordadas en los estudios; mostraremos las problemáticas, las finalidades u objetivos, los resultados y aportes de cada una de las investigaciones. 1. Un primer acercamiento cuantitativo al tema de la declamación. Un primer re-conocimiento a los trabajos realizados sobre esta temática lo podemos encontrar en el estado de conocimiento titulado: “El arte de la declamación moderna” (Jaramillo, 1999), obra que constituyó su tesis doctoral en la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación de la Universidad Central del Ecuador. La Doctora Ana Lucía Jaramillo hace análisis muy completo de lo que es el arte a través del tiempo: cómo nació y cómo se clasifica, y por qué la declamación entra en esta clasificación, además de su indisoluble relación con la poética de todos los subgéneros. Farfán (2008) en el ámbito de los valores profesionales y Jaramillo (1989 y 1999) en el área de la declamación, constituyen los pilares del centro para el estado del arte de esta tesis doctoral y con el aporte de otros distinguidos investigadores, pretendo mostrar, desde una nueva mirada y estructurar a partir de una nueva organización, los saberes sobre los valores profesionales y el arte del bien decir poético, mostrando las ausencias y los aspectos poco atendidos hasta ahora. Dar respuesta a la inquietud que nos planteamos al inicio del texto nos obliga, primeramente a responder una serie de cuestionamientos que iremos analizando en el transcurso del trabajo. Comencemos por preguntarnos: ¿Qué tanto se ha escrito sobre declamación, sobretodo como herramienta didáctica, en México y en el mundo, desde principios del siglo XIX hasta nuestros días?, ¿Qué tipo de textos se publican usualmente? La distribución de los textos durante el lapso referido (1835 a 2011), nos indica que no existe un índice constante en la producción de textos sobre declamación; observemos que la década de los 90´s representó el periodo en el que se publicaron más trabajos de investigación. Si analizamos a detalle lo expuesto en la gráfica 1, podemos apreciar que de 1989 a 1999 el total de trabajos (20) es igual a lo producido en todo el resto del período estudiado; en definitiva, esta década es la más nutrida en lo que respecta al tema de la declamación. En México, la Secretaría de Educación Pública promovió de manera muy asidua los certámenes a nivel básico, así como lo hicieron también organizaciones de nivel medio superior, durante la década mencionada. 25 20 15 10 5 0 SIGLO XIX 1935‐1979 1989‐1999 2004‐2011 GRÁFICA 1 PRODUCCIÓN TOTAL DE TEXTOS SOBRE DECLAMACIÓN (1835-2011) En lo que respecta al tipo de producción de nuestro tema de estudio (Gráfica 2), encontramos una cantidad importante de: artículos, ponencias capítulos y discursos o ponencias, representando el 68% de la producción; en cambio, los textos que implican un menor trabajo: libros, tesis y ensayos, constituyen tan sólo el 32% del total. ponencias capítulos artículos tesis ensayos libros 0 5 10 15 20 25 GRÁFICA 2 PRODUCCIÓN TOTAL DE TEXTOS SOBRE DECLAMACIÓN (1835-2011) Sin embargo, es interesante saber que del total de textos revisados, 35 pertenecen al nivel teórico (87.5%) y los escritos fundamentados a partir de una investigación de campo o estudio empírico son únicamente 5 (12.5%). Conociendo esto, nos damos cuenta de: 1) La necesidad de que se impulse la investigación educativa, y principalmente de aquella que se encarga del estudio sobre la declamación como recurso educativo; y 2) contrario a lo que sucede con otras temáticas, el tema de la declamación requiere ser trabajado más desde el nivel teórico-metodológico; es decir, procurar estudios sobre declamación como recurso didáctico y sometidos a un método científico. Los países que más trabajos reportan de nuestro objeto de estudio son México y Ecuador con 9 cada uno, España con 8, Colombia con 5, Estados Unidos con 4, Argentina 2 y Chile, Suiza y Turquía con 1 trabajo cada país, como lo muestra la gráfica 3. México Ecuador España Colombia E.U.A. Argentina Chile Suiza Turquía GRÁFICA 3 PAÍSES QUE REPORTAN TRABAJOS DEL TEMA DE LA DECLAMACIÓN Del total de instituciones en las que se reportaron investigaciones, 80% son públicas (32), mientras que el 10% corresponde a trabajos realizados en instituciones privadas (4) y el otro 10% no especifican el tipo de institución; obsérvese el cuadro 1. Cuadro 1: Tipos de instituciones en las que se realizaron investigaciones sobre declamación Públicas Privadas No especifican # de casos 32 4 4 No encontramos trabajo alguno en el que hayan intervenido 2 ó más instituciones. En 34 de los países se habla español (85%) y en 6 (15%) algún otro idioma, aunque la edición de éstos últimos se presenta en inglés. Es claro saber por qué el 100% de los trabajos presentados sobre declamación son de metodología cualitativa, razón de más para presentar en esta tesis, una combinación con la orientación con parte cuantitativa. A pesar de que en los diferentes estudios existe una preocupación por explicitar el tipo de metodología empleada, no así en lo concerniente a la utilización o empleo de los métodos1; tan solo 35% de los estudios, hace referencia a este aspecto. Solo entendiendo al método como un elemento primordial que determina “el sentido y el alcance en todo proceso de investigación”2, apreciaremos la necesidad de recuperar este elemento en toda investigación, como en la declamación como recurso pedagógico, en nuestro caso. En términos generales, las técnicas e instrumentos que se priorizan son presentadas en el cuadro 2: la investigación documental (80%), curso taller (10%), grupos de discusión (7.5%) y cuestionario (2.5%). Cuadro 2: Técnicas e instrumentos empleados en las investigaciones sobre declamación Investigación documental Cuestionario Grupos de discusión Curso taller 1 # de casos 32 1 3 4 “El método supone la adopción de puntos de vista, principios e hipótesis sobre el fenómeno u objeto de estudio que hace referencia. En tanto que nivel intermedio o fundamental, el método contiene una visión global del fenómeno y de su posible construcción como objeto científico, a través de la explicitación de los puntos de vista o principios e hipótesis que se tiene sobre el mismo” (Pacheco, cit., por Espinosa y Montes, 1999: 147). 2 Idem. 2. Los actores y sus características generales En líneas anteriores nos enfocamos a mostrar, de manera general, la producción y el tipo de textos elaborados sobre declamación desde 1835 a la fecha (2011); los ámbitos de investigación (instituciones); los sujetos investigados; las metodologías, métodos y técnicas utilizadas en los diferentes estudios. Nos corresponde en este apartado, que hemos decidido dedicar a todas aquellas voces y miradas que han configurado el campo de la declamación; conocer las características generales de los autores de los documentos analizados. La producción de textos nos muestra el predominio de estudios individuales, 95% (38), frente a los colectivos con el 5% (2); con estos resultados observamos que, aunque no resulta una constante, las investigaciones colectivas sobre la temática declamatoria no es un campo consolidad de investigación, pues ello sería el caso de equipos dedicados al tema. Es interesante conocer que a diferencia de lo que sucede en otras áreas de investigación en que los avances y esfuerzos se deben principalmente al trabajo de las mujeres; en el campo de la declamación predominan las miradas que sobre él realizan los hombres (68%). En el cuadro 3 podemos observar las características generales de los autores de los trabajos aquí presentados, en donde los Mexicanos destacan con 9 trabajos. Cuadro 3: Características generales de los autores 3 Doctorado Grado 13 Investigadores Perfil 8 Mujeres 12 Educación 9 Mexicana 17 Pública Género Disciplina 6 Maestría 6 Docentes 10 Licenciatura 6 No espec. 6 No especifica 17 Hombres 8 Escuela arte 3 otras 2 No espec. Nacionalidad 16 Extranjera Tipo 4 Privada 4 No especifica En lo que respecta a los autores que lideran la investigación sobre declamación, destacando el lado educativo, nos dimos a la tarea de realizar una sistematización de las principales referencias que se manejan en cada uno de los documentos; es importante hacer notar que de los tres autores mayormente citados, una es ecuatoriana, otro mexicano y otro colombiano; en ese orden son Lucía Jaramillo, Bruno Pablos y Hugo Cuevas–Mohr. Analicemos qué postula cada uno de estos importantes autores del ámbito declamatorio. La Doctora Jaramillo es la autora que más investigación reporta sobre declamación, desde las tres perspectivas aquí estudiadas, como son la histórica, la artística y la pedagógica, ya que analiza tanto la escuela clásica como la moderna de la expresión declamatoria, nos presenta un tratado de declamación muy completo y revisa los atributos que debe tener el declamador diserto y en El arte de la declamación moderna (1999), nos presenta la técnica y aborda a la declamación como medio didáctico. Pablos (2007, 2008 y 2009) se enfoca a la cuestión pragmática del arte del bien decir, dejando fuera lo histórico, pero aportando toda su experiencia artística y -lo más relevante de este autor- es su insistencia en postular a la declamación como medio formativo. Hugo Cuevas-Mohr (1989), hace un estudio muy profundo acerca del aspecto estético en el arte de la declamación, pero su aporte más significativo se enfoca en las nuevas tendencias de la poesía oral (2011). Los tres autores están de acuerdo en la tendencia de la declamación hacia la naturalidad y en la debida armonía entre énfasis natural al expresar el poema. A pesar de lo anterior, se observa que existe una dispersión significativa en lo que respecta al uso de referentes para la construcción de los marcos teóricos y conceptuales que fundamente las investigaciones para abordar el tema de la declamación como herramienta pedagógica. 3. Temáticas en torno a la declamación. La revisión y el análisis de los diferentes documentos recopilados, nos permitió sistematizar los trabajos en tres líneas temáticas: Histórica, Artística y Pedagógica. a) Declamación desde la perspectiva histórica. Localizamos un total de 13 trabajos que abordan el tema de la declamación desde los horizontes de la historia. Entre los principales objetivos o finalidades que persiguen estos estudios tenemos los siguientes: ∗ Resaltar acerca de las culturas precursoras de este arte y la importancia que ha tenido en los diversos pueblos que la han cultivado, así como su influencia en otras áreas (Mate, 1938;); ∗ Identificar el proceso de las empresas artísticas desde el siglo XIX hasta principios del XX (Pelaes, 1935); ∗ Conocer las diferencias didácticas entre oratoria y declamación y a los grandes exponentes de la escuela moderna de la declamación, como artistas (Cuevas, 1989). ∗ Enfatizar que la declamación ha sido considerada como un arte al interpretar a otro arte como es la poesía, y su gran misión histórica por cumplir como intérprete del pensamiento humano, en la defensa de los grandes valores del espíritu (Jaramillo, 1999); ∗ Resaltar el por qué la declamación ha sido considerada como el arte de la verdad; pero la verdad sentida y reflejada de la manera más bella y poética. Concepto un tanto revolucionario para enrumbar a la declamación por un nuevo camino, el de la naturalidad (Romea, 1945); ∗ Destacar cómo Música y poesía están íntimamente ligadas, y que en ambas el arte de inspirarse y provocar euforia de una vivencia pasada sucede, con naturalidad y fidelidad, primero para cristalizar el propósito que todo poema encierra; segundo, para obsesionar por la belleza de la voz, de la acción y el gesto (Pena, 1954); ∗ Referir cómo históricamente se dio el nombre de recitación a la lectura pública de cualquier escrito, ya sea de carácter social, político, económico, jurídico, etc. y que durante el imperio Romano , por recitación se entendía la lectura o la declamación que los poetas y los oradores hacían de sus obras en reuniones de amigos; costumbre que subsistió hasta el fin de dicho imperio (Fagot, 1935); ∗ Describir históricamente el arte clásico y el moderno y situar a la clásica escuela de declamación en el arte apolíneo, argumentando que para comprender el por qué de un estilo, es preciso estudiar a cada escuela de arte con su tiempo (Jaramillo, 1989); ∗ Revisar el escrutinio de los eruditos contemporáneos y los maestros de la composición, quienes piden ejercitar dos rasgos de la expresión romana para la búsqueda de la verdad, como son el caso de la naturaleza contextual de la declamación e insiste en que se explore con la oratoria (Mendelson, 1994). ∗ Examinar el debate de los retóricos romanos sobre la declamación, como método de estudio y evaluar los temas contemporáneos tomándolos como estudio de caso, con el fin de estimular las habilidades para resolver problemas (Mendelson, 1989). ∗ Destacar las nuevas tendencias de la poesía oral, al buscar el momento en que se comenzó a dar el rechazo de los patrones declamatorios de principios y mediados del siglo XX, hasta la evolución que guarda hoy la declamación de principios del siglo XXI (Cuevas, 2011). Los estudios orientados a conocer sobre la declamación en el marco histórico, mostraron a todas luces la gran importancia que ha significado este arte -y que lo es- (Jaramillo, 1999) para la cultura de los pueblos que la han promovido y su gran relación con el teatro (Pelaes, 1835), para erigirse como un gran pilar formativo pedagógico, desde sus inicios. Se destaca la tendencia hacia la naturalidad y la búsqueda de la verdad, en relación o sin ella, con la oratoria y todas las formas de elocución, así como la indudable relación con la música, pues es innegable la musicalidad en el poema y la poética en la música (Romea, 1945; Pena, 1954 ). Es en la primera mitad del siglo XIX donde se ubica el surgimiento de los estudios sobre declamación como medio didáctico en México y el mundo. El interés por “estudiar a la declamación como fenómeno humano, social y educacional” (Mate, 1838) respondió, entre otros factores, al cambio que en lo social sufrió Europa en esa época, y con ello el teatro. Lo anterior propició la necesidad de re-definir el papel de la escuela de artes como un espacio de formación integral que diera respuesta a las necesidades sociales. Mate (1838), menciona en su discurso leído en el Liceo Filarmónico de Barcelona, como primer antecedente para el estudio de la declamación -independientemente de nuestra perspectiva histórica, artística o pedagógicaque por largos años este arte no tuvo otra patria que Egipto, quienes representaban sus misterios (especie de farsas sagradas) que hacían para celebrar y ensalzar la bondad de sus Dioses; hasta que las guerras la sacaron del país que había nacido y la transportaron a Grecia. Después hace un breve resumen de los progresos del arte y de las causas que, enfatiza: contribuyeron a mantenerla en la abyección y miseria, en la que por espacio de tantos siglos fue sumergida. El Profesor Mate (1838) destaca que los griegos la empezaron a mirar de distinto modo y los sabios y filósofos de aquella nación se dedicaron al estudio del arte escénica, perfeccionándola poco a poco y dándole otra dirección. Así permaneció hasta que recibió un nuevo ser con la aparición de la tragedia Griega inventada por el famoso Tespis. En lo pragmático, destaca que no basta tener grandes talentos para escribir, sino que es necesario que el orador sepa conmover a su auditorio, por la pureza y energía del decir y por las inflecciones de su voz y por los otros resortes que están al arbitrio del que ha estudiado el arte con detención. Menciona después la época bélica en la que Grecia se inmiscuye, al decir que: la ignominia dominaba entonces el mundo y las artes huyen siempre del suelo donde aquella impera. Aquí se refiere al período de los sesenta años posteriores al 146 a.C., cuando Roma administró Grecia. En lo histórico, asegura que el teatro y la declamación -en su forma artística y de manera muy unida- empezaron a florecer en el siglo XVI en España, pero la declamación empezó durante el siglo XI, utilizándose exclusivamente para las festividades eclesiásticas y que en 1566 nace en Madrid el fénix de los ingenios, el inmortal Lope de Vega, quien influye en el renacimiento del teatro español y con ello la declamación, que es la consecuencia precisa de los adelantos de aquel. Por 1570 nacen Pedro Navarro, el toledano y Cosme de Oviedo, excelsos declamadores. Culmina diciendo que el estudio detenido de la lengua castellana es la llave de la perfección en la carrera declamatoria, proponiendo al mismo tiempo, la aplicación y constancia en el estudio, pues sin estos dos factores -asegura- es imposible alcanzar nada digno en el arte declamatorio ni en el del teatro. Como se puede apreciar, el campo temático en torno a la declamación es antiguo (Jaramillo, 1999) y lo es aún más el del teatro. En referencia a la histórica polémica entre los conceptos declamación y recitación, Fagot (1935) dice que la historia ha dado el nombre de recitación a la lectura pública de cualquier escrito, ya sea de carácter social, político, económico, jurídico, etc. y que durante el imperio Romano, se le denominaba así a la lectura o la declamación que los poetas y los oradores hacían de sus obras en reuniones de amigos; costumbre que subsistió hasta el fin de dicho imperio. Los principales representantes de la declamación moderna, de finales del siglo XX, son presentados por Cuevas-Mohr (1989), destacando a Bertha Síngerman y subrayando que muchos declamadores brillan en las academias, pero luego desaparecen; su brillantez -dice- es momentánea; enfatiza que un artista no necesita únicamente de aptitudes, sino que lo fundamental es una vocación armada de una voluntad férrea. Afirma que es digna de mención Carmina Benguría, declamadora cubana que califica con un estilo de interpretación sobrio y espontáneo, donde la sencillez y la naturalidad son manifiestas. Jaramillo (1991), nos presenta la evolución que la declamación ha vivido desde el siglo XV en España y propone que la declamación tuvo su origen de la oratoria y reflexiona desde cuándo se constituyó en arte independiente del canto y del arte escénico para denominarse propiamente hasta nuestros días: declamación. Asevera que música y poesía nacieron y se desarrollaron juntas y culmina hablando de la enorme importancia que la declamación tuvo desde antiquísimos tiempos y refiere a Brutus, después de su asesinato a César, ante el embravecido pueblo romano; a Moisés ante el Faraón; a Abigail ante David; todo -afirma- fue triunfo del arte de saber decir. La escuela clásica de declamación es presentada por Jaramillo (1989) y argumenta que para comprender el por qué de un estilo, es preciso estudiar a cada escuela de arte con su tiempo y termina reconociendo que el cultivo de la declamación dentro de los pueblos de Grecia y Roma fue de capital importancia, ya que su enseñanza vino desarrollándose desde remotos tiempos, dentro de las disciplinas de arte escénico y oratoria, hasta llegar a constituirse en un arte independiente con caracteres peculiares y finalidad propias. Cuevas (1989) nos da su aporte histórico, al decir que la estética existe como ciencia, dentro de los dominios de la filosofía desde 1750, cuando Wolfiano Baumgarten publicó su “Aesthetica”. Señala además que sin fundamentos científicos y filosóficos todo arte es fruto del empirismo; un verdadero artista -asevera- no debe desconocer los preliminares conceptos de esteticismo. Enfatiza que en la educación artística del declamador, la estética es uno de los elementos más importantes, sobre todo si se le estudia despojada de metafísicas idealidades, esto es, como ciencia positiva, dentro de la realidad de la vida y con carácter eminentemente práctico. Remata enfatizando que el declamador es el artista llamado a levantar las altas cualidades del espíritu; su labor es vasta: despertar en el hombre nobles ideas, elevar los sentimientos, resaltar los valores del espíritu, robustecer el sentimiento artístico, corregir defectos del lenguaje y destacar la belleza del espíritu. Esta aseveración nos permite “jalar” hacia lo educativo, para realizar investigaciones como la presentada en esta tesis y mostrar a la declamación como una herramienta poderosa para promover los valores humanos. El debate de los retóricos romanos sobre la declamación, como método de estudio, es evaluado por Mendelson (1989), al evaluar los temas contemporáneos, tomándolos como estudio de caso, con el fin de estimular las habilidades para resolver problemas, su habilidad para imitar las circunstancias reales de negocios, así como la redacción técnica, enfatizando en la persona y su audiencia, y revisando el énfasis del maestro. Sostiene que el escrutinio de los eruditos contemporáneos y los maestros de la composición, deben ejercitar dos rasgos de la expresión romana para la búsqueda de la verdad, como son el caso de la naturaleza contextual de la declamación, e insiste en que se explore con la oratoria, las posiciones encontradas que rodean a un argumento. Nos recuerda cómo se enseñaba la oratoria y la declamación en las antiguas Grecia y Roma, cuyos pueblos dejaron para la posteridad, nombres de célebres oradores. Al hablar sobre las nuevas tendencias de la poesía oral, Cuevas-Mohr (2011) se pregunta en qué momento se comenzó a dar el rechazo de los patrones declamatorios de principios y mediados del siglo XX y concuerda con Pablos (2008) en que el proceso de cambio del estilo declamatorio hacia un estilo más natural que lleve el sentimiento profundo hacia una expresión desprovista de exageradas modulaciones de voz, de teatrales -casi operáticos manejos de la voz- es un proceso que tomará tiempo, sobretodo en instituciones educativas, mientras los maestros cambian sus patrones de enseñanza de este arte. Estos resultados nos hacen apuntar nuestra atención hacia las instituciones de educación y preguntarnos sobre el tipo de formación que se está brindando a los futuros profesionistas, será acaso que, ¿realmente estamos hablando de una formación integral, si dejamos fuera lo que la historia nos dice acerca de la imperiosa necesidad de que nuestros educandos dominen la expresión del discurso? b) La declamación artística. Los trabajos de investigación que conjugan lo artístico del arte declamatorio, corresponden a un total de diez estudios empíricos que responden a las siguientes intencionalidades: ∗ Conocer las cualidades de la expresión oral y la relación tan estrecha que guardan la oratoria y la declamación, así como diversos ejercicios prácticos que los eruditos del arte de la elocución proponen para desarrollar sus expresiones (Pablos, 2007; Guerra, 1984). ∗ Analizar cómo en la poesía en su valor intrínseco como arte, encontramos que ella es el compendio de todas las artes: construye como la arquitectura, pone formas como la escultura, pinta y matiza como la pintura y vibra como la música a través de las palabras que son armonía, que son ritmo; es subjetiva y objetiva (Arias, 1951); ∗ Estudiar las cualidades del buen declamador y los beneficios que el artista declamador goza al expresar adecuadamente su poema; lo anterior desde el punto de vista de tres de los autores de nuestro estado del conocimiento en declamación (Jaramillo, 1989). ∗ Resaltar el estudio de la fonética en relación con el arte declamatorio, en lo que a los signos mímico y fonético se refiere (Yuste, 1990). ∗ Estudiar la poética al servicio de la declamación al definir al género literario como la reunión de piezas por la finalidad, por el orden de ideas que domina en ellas o por la forma técnica de construcción y luego presentar su clasificación (Sánchez, 1993). ∗ Conocer los géneros literarios frente al arte dramático y estudiar cómo la literatura de nuestros tiempos intenta el resumen integral del género único y quiénes son los precursores de este sintetismo literario (Tusón, 1993). Pablos (2007) y Guerra (1984) nos describen las cualidades de la expresión oral y resaltan los objetivos primordiales de la declamación (transmitir los sentimientos del poeta) y de la oratoria (convencer) y destacan a la elocuencia como conjunción de ambas formas de expresión oral. Tanto Oropeza (1979) como Pablos (2009) explican lo válido del esfuerzo para aprender a declamar y refieren que lo primero que debe hacerse al iniciar la práctica declamatoria es leer con claridad hasta lograr la impostación de la voz. El primer autor nos previene sobre los defectos comunes que deben suprimirse al declamar y nos muestra los principios sobre declamación coral, mientras que el segundo describe el ejercicio de la interpretación, así como la expresión y el temperamento adecuados durante una disertación. Arias (1951) destaca el valor intrínseco de la poesía como arte, al encontrar que ella es el compendio de todas las artes y apuntala muy bien al expresar que la declamación afecta en forma externa a nuestra sensibilidad, ya que por medio de la voz, la acción y el gesto, ilumina a la mente y toca el corazón, al pintar, modelar y construir en nuestra imaginación. Culmina sentenciando que la palabra declamación debe enseñar la idea de un natural modo de producir belleza hablando con espontaneidad. Refiere que la difícil facilidad de la sencillez es una conquista del arte moderno de la declamación y que es difícil llegar a la naturalidad que debe caracterizar a un arte que ha llegado a su clímax de perfección. Loprete (1989) sentencia que algo que debe caracterizar a la declamación moderna es la naturalidad, pues dice que es la base de la estética, siempre que se complete con el principio de la idealización, debida a la actividad libre, creadora y original del artista, y se manifieste principalmente en la belleza de la forma. Subraya que el declamador moderno va al fondo del poema, a su esencia; ejemplifica diciendo que un solo silencio, una sola mueca, un solo gesto, un solo acento bien marcado, una mirada, le bastarán, muchas veces, para expresar lo que dijeran diez palabras, para levantar la idea principal que el poema encierra. Conviene con Pablos (2009) que la mímica debe ser certera y precisa, como el brochazo que el moderno pintor da en su lienzo para representar una idea; como la forma que el escultor da a la masa para simbolizar una imagen; como la sencillez elegante, la sobriedad elocuente que el arquitecto imprime en su obra. Al hablarnos de la fonética como base para la recitación, Yuste (1990) aclara que la palabra fonética viene del griego “fonetiké”, que significa el conjunto de sonidos de un idioma y que los filólogos la han definido como la ciencia de los fenómenos articulados que constituyen el lenguaje. Subraya al signo fonético cuando se produce de una manera rítmica y está constituido por el sonido sucesivo en la forma del tiempo. Destaca que en el arte de la declamación intervienen dos signos: el fonético y el mímico, por lo cual, este arte toca, especialmente a dos sentidos estéticos: la vista y el oído. Hace una explicación muy sencilla de cómo se produce el signo fonético y nos define igualmente lo que son la sílaba, la palabra y el acento (en todos sus tipos, incluyendo el nacional, el emocional y el rítmico). Termina explicando a la fonética aplicada a la recitación y dice que es de capital importancia para el buen recitador, ya que como hacedor de belleza y fiel intérprete de los sentimientos y propósitos del poeta, debe conocer el porqué de tal o cual construcción gramatical, de tal o cual disposición de sonidos, de tal o cual empleo de palabras, para no defraudar las ideas ni la intención con las que el autor escribió su obra; ni en su forma ni en su contenido. Explica que hay poemas esencialmente musicales, cuya belleza reside en la forma, por lo que para su interpretación, debemos conocer los recursos de la fonética. Culmina citando a Rufino J. Cuervo, quien explica que los accidentes fonéticos que determinan los elementos de la frase son la intensidad y la sonoridad y que por la sonoridad distinguimos las sílabas y que por la intensidad distinguimos las palabras. Es innegable la estrecha relación entre la ciencia médica (foniatría) y la expresión artística; pero desde luego que con lo pedagógico se funden en un vértice de elocución que se desborda hacia la más bella de las expresiones, como lo es la poética. Sánchez (1993) nos presenta a la poética al servicio de la declamación y nos dice que la poesía comprende: lírica, épica y dramática; la retórica y didáctica: la oratoria, novela, historia, ensayo, crítica, periodismo, epístola y didáctica. Nos hace una explicación muy completa acerca de los poemas según su género literario y favorece su opinión a la prosa sobre el verso, diciendo que en ella podemos encontrar muchas veces más poesía, ya que en ella, sin las vallas opresoras de la métrica y de la rima, el pensamiento tiene mayor libertad de expresión y allana la discusión, advirtiendo al declamador que dispone de las dos mencionadas formas literarias, siempre que éstas tengan calidad poética. Nos explica la poesía épica al describir sus atributos como el carácter nacional, la verosimilitud, lo maravilloso, la unidad, la variedad y la amenidad. También nos presenta la división de la épica en: epopeya, el poema épico, el canto épico, los poemas épicos menores y otras divisiones como la épica religiosa, la heroica, la burlesca, la naturalista o descriptiva y la filosófica social. Cierra diciendo que el declamador épico debe ser varonil en su voz, en su gesto, en su acción, varonil en su temperamento y en su presencia; de figura sencilla pero con gracia estética, de voz imponente pero modulada y convincente, de movimientos sobrios, pero elegantes y precisos. Al presentar a los géneros literarios frente al arte dramático, Arias (1951) asevera que el género épico no puede prescindir del lírico. Dice que si el poeta canta los sucesos guerreros de un pueblo es porque siente una emoción íntima, sin la cual el poeta no comprendería su obra, pero también explica que lo lírico puede tomar proporción de lo épico, cuando el poeta canta su pena, pero esa pena es colectiva para todo un pueblo y todos hacen suyos esos versos. Afirma que la literatura de nuestros tiempos intenta el resumen integral del género único y que los precursores de este sintetismo literario son Marcel Proust, francés y James Joyce, irlandés, ellos combaten el desarrollo retórico, artificioso, simétrico del escritor clásico. Finaliza explicando los géneros compuestos, a partir de los épico, lírico y dramático, citando a Julio Gálvez, como son la poesía didáctica, dentro de la cual tenemos el poema didascálico, epistolar, satírico, fabulista, apologista, parabólico y el descriptivo y de manera muy especial cita a la poesía bucólica, del término griego que significa lugar de los bueyes, de los vaqueros o de los pastores y que se dedica a la descripción del paisaje campestre y a presentar, en cuadros de apropiada sencillez, las costumbres y los amores pastoriles. A esta poesía costumbrista se le ha considerado como un género compuesto, ya que en ella hay narración y lirismo y en las conversaciones de los personajes se patentiza la manera de la dramática. c) La declamación pedagógica. Los estudios agrupados en este apartado corresponden a investigaciones que tienen como finalidad mostrar a la declamación como herramienta pedagógica; aspecto capital en la metodología de esta tesis doctoral, por lo que este es el apartado más importante. Encontramos trabajos realizados por escritores de obras teatrales, panelistas, actores, amantes del arte declamatorio y, por supuesto, educadores. Buena parte de los escritos hacen uso de fuentes primarias y la mayoría son de corte documental. Todos tienen como característica común: el empleo de la metodología cualitativa; se aplica poco el cuestionario y la entrevista. Es pertinente aclarar que la mayoría de estos trabajos no corresponden propiamente a un ejercicio de investigación, sino a experiencia, opinión y gran entusiasmo por el arte declamatorio, de parte de estos autores. Los objetivos que se proponen los autores de estas diecisiete investigaciones son los siguientes: ∗ Que los participantes conozcan la poesía infantil y las diferentes formas poéticas que se adecuan a los intereses del niño para que aprenda a declamar y expresar la belleza durante el periodo de la niñez (Agudelo, 2005; Pablos, 2009). ∗ Que los declamadores con experiencia mediana y avanzados, se adentren en declamaciones más complejas y busquen la moraleja (valores) que la pieza poética encierra (Pablos, 2008). ∗ Enfatizar que la lectura en voz alta es el ejercicio mejor y más básico para mejorar en cualquier forma de elocución, como oratoria, declamación, narrativa, habla cotidiana (Castro, 2007). ∗ Reflexionar que si la poesía no reencarna valores del momento, si no compagina con el sentimiento del hombre del presente, no podrá llegar a feliz término, por más brillante que fuese la declamación del poema (Jaramillo, 1989). ∗ Exponer estudios sobre la educación respiratoria y de la importancia del aparato de fonación para el declamador, la clasificación de las voces y del envidiable atributo del decidor de versos: la memoria; lo anterior como prácticas herramientas del pedagogo instructor de declamación (Cuevas et.all, 1989). ∗ Hacer un análisis muy profundo de los aspectos de preparación científica y adiestramiento en la declamación, al presentar los conocimientos de gramática castellana, conocimientos preliminares de música y canto, psicología e historia del arte escénico (Jaramillo, 1989). ∗ Determinar los puntos de vista de futuros maestros del curso de Actividades Sociales Aplicadas, que se propone en el programa previo de alguna lengua extranjera en la enseñanza de la literatura (Sarac, 2011; Steiner, 1967). ∗ Reflexionar sobre la postura de la declamación en la pedagogía, y el por qué algunos docentes consideran que memorizar un discurso es considerado un retroceso para los pedagogos modernos (Hansot, 2004). ∗ Estudiar la naturaleza especial de la retórica y la composición, al llevar a los maestros a teorizar, practicar y aplicar teoría en sus propias aulas; aprender de historias de la retórica, con el fin de extraer de ellas y de la composición, para entender la teoría y la práctica de la conceptualización Aristotélica (Enos, 1993). ∗ Explicar cómo debe ser la educación contemporánea y la necesidad de apertura de talleres para el aprendizaje de artes y oficios, como la declamación y la oratoria, que deben tener imperativo dominante (Del Río, 1991). ∗ Mostrar cómo debe ser la enseñanza de la declamación en la escuela, como base para saber hablar con corrección, con propiedad, con soltura, con lógica, con elegancia, en complemento de toda persona culta, así como formar clubes de declamación en los centros escolares (Ortiz, 1990; Jaramillo, 1985). ∗ Conocer la metodología más adecuada para la enseñanza de la declamación y las características del instructor de declamación (Opropeza, 1999; Abascal, 1984). Analicemos el grado en que estos objetivos fueron alcanzados y su importancia en el estudio que refiere esta tesis, además de las apreciaciones que podamos hacer al respecto. La profesora Colombiana Lulieth Johana Agudelo Parra (2005), ha preparado y dirigido un interesante Taller pedagógico de poesía para niños, con el objetivo de que los participantes conozcan la poesía infantil y las diferentes formas poéticas que se adecuan a los intereses del niño para que aprenda a declamar y expresar la belleza durante el periodo de la niñez. El trabajo resulta muy interesante, ya que durante el desarrollo, el niño aprende el proceso técnico que hace de la poesía la forma literaria más útil para la expresión y la belleza en la etapa del preescolar al aprender y declamar pequeños versos, trabalenguas y poemas infantiles. De igual modo la poesía será orientada hacia el juego; este hace que el niño, aun en el hogar, se inicie con mucho más interés a las primeras lecciones escolares como aprender el nombre de las cosas o realizar ejercicios gráficos. Se da lectura clara a los diferentes poemas, versos y trabalenguas para que cada niño los interprete y den a conocer lo que han entendido de cada uno. Pablos (2009) presenta en La declamación completa, un puntual análisis de lo que es y lo que no es la declamación, subrayando que el ejercicio declamatorio implica el gesto y la perfecta armonía entre énfasis y naturalidad al expresar el poema, todo matizado con el perfecto dominio de las tres cualidades básicas de la voz: volumen, dicción y modulación; repasa los aspectos básicos de este arte y enfatiza que para su práctica lo primero son la relajación y la respiración, subraya la importancia de seleccionar bien el poema a declamar y nos habla sobre el ambiente de los concursos y de los métodos que existen para calificar el mérito declamatorio. En El que declama, Pablos (2008) escudriña el aspecto mímico y gestual y analiza el tipo de declamación más difícil de interpretar como lo es la chusca; nos dibuja los diversos formatos para calificar y habla muy a detalle sobre “la expresión” en el arte declamatorio. En las dos obras anteriores señaladas, el autor culmina con sendas antologías poéticas, de obras muy bien escogidas para su declamación, desde la pedagogía, ya que inicia con poemas sencillos (kínder y primaria) y van creciendo en complejidad hasta presentar piezas cuyo contenido requiere de gran experiencia para su expresión. Castro (2007), en su libro La intuición de leer, la intención de narrar, enfatiza que la lectura en voz alta es el ejercicio mejor y más básico para mejorar en cualquier forma de elocución (oratoria, declamación, narrativa, habla cotidiana); justifica diciendo que nuestro lenguaje natural es el lenguaje oral, pero que la mayoría de los textos literarios actuales no están escritos para ser narrados o leídos en voz alta. Resalta que al producir un enunciado oral comprometemos nuestro cuerpo, y también participan en ello el entorno y nuestros interlocutores. A fin de cuentas -continúa- lo que tratamos de encontrar es el valor que las palabras llevan oculto en su silencio para que brote con todo su esplendor a través de su expresión completa. Castro critica a los profesores que enseñan oratoria, declamación, narración oral, etcétera, al no advertir un gran potencial en la mayoría de los alumnos, ya que estos mentores se concentran sólo en pupilos con cualidades muy notorias en el arte de la palabra bien dicha y que se empecinan en un objetivo: ganar los concursos. Al hablarnos de La escuela moderna de declamación, Jaramillo (1989) comienza preguntándose cómo el arte de la declamación lograría identificarse totalmente con la época y reconoce que la solución no es fácil, considerando que el poeta debe ser ante todo un hombre de carne y hueso, que con sus versos vierta el sentimiento de su pueblo, el folklore de su medio, los intereses y anhelos de la colectividad o los ingredientes de la individualidad humana. Atina al decir que el éxito del declamador moderno depende en gran parte de la selección poética. Asevera que el estudio del poema identificado con el tiempo actual es factor decisivo en el triunfo del buen declamador y que si la poesía no reencarna valores del momento, si no compagina con el sentimiento del hombre del presente, no podrá llegar a feliz término. Dice que es preciso que el declamador moderno tenga siempre en cuenta que el hombre del siglo XXI está influenciado por ideas de una filosofía existencialista, por conceptos filosóficos pragmatistas y positivistas; que cansado de los lugares comunes de todas las artes, proclama y pide a gritos la innovación. Asegura que el declamador moderno debe proyectar su arte con perspectiva filosófica, con fundamentos psicológicos y científicos, en pro de un arte identificado con el tiempo que vive. Asegura que nada es más acertado que enseñar ética y estética a través de un arte, en este siglo de materialidad en que vivimos y que llamada está la declamación a restaurar los altos valores del espíritu: verdad, justicia, moral, heroicidad, patriotismo, confraternidad, bondad. Algunos miembros de la asociación colombiana verso a verso, encabezados por Hugo Cuevas (1989) nos presentan los atributos que deben caracterizar al declamador y que deben difundir los instructores del arte de la expresión oral poética. Aseveran que son tres los dotes principales del verdadero declamador: la voz, la memoria y el sentimiento, sin quedar a la zaga las siguientes cualidades: clara inteligencia, agradable presencia física, gran don de gentes, espíritu democrático, temperamento artístico, vocación y aptitud, intuición psicológica y otras más que, en una u otra forma, tienen que ver con el arte. Con lo anterior, el declamador posee las cualidades del pedagogo que siembra el valor en el educando de una manera vivencial; lo impacta, lo impregna con su bien decir. Ellos hacen un estudio muy profundo acerca de la voz, arguyendo que ésta constituye el único instrumento por medio del cual el declamador interpreta los pensamientos y mediante el cual mantiene la unión espiritual entre él y el auditorio. Dicen que el declamador necesita saber de su constitución y funcionamiento, así como del cuidado que este aparato requiere para su buena conservación, como también de la calidad de la voz por el sonido, los elementos de esta y su clasificación. Exponen un estudio muy concienzudo sobre la educación respiratoria y acerca de la importancia del aparato de fonación para el declamador, la clasificación de las voces y del envidiable atributo del decidor de versos: la memoria. Jaramillo (1989) nos hace un análisis muy profundo de los aspectos de preparación científica y adiestramiento en la declamación en su libro La técnica en el arte de la declamación, resaltando los conocimientos de gramática castellana, conocimientos preliminares de música y canto, psicología, historia del arte escénico, los titanes de la poesía universal, el arte a través del tiempo y panorama de la literatura patria; y en la parte de adiestramiento: los sentidos estéticos, la mímica, la voz y la forma de cómo estudiar un poema. Dice de la vista y del oído que son los dos sentidos, puertas del sentimiento estético y analiza cada uno de los elementos humanos utilizados en la mímica, primordial aspecto declamatorio, como son: las manos, los ojos, los brazos, la cabeza, el semblante, las cejas, el tronco y las piernas; de la voz, principal arma del declamador, revisa el volumen, la flexibilidad, la modulación, la claridad, musicalidad, naturalidad, destreza, armonía imitativa y timbre. Termina ofreciendo algunas anotaciones para la técnica, como son el vestuario y responde a las preguntas más usuales sobre el estudio del poema desde el punto de vista declamatorio, como son las relativas al autor del poema, a qué género pertenece la pieza poética, cuál es el objetivo del poema, la conveniencia para tal o cual tipo de auditorio y los artificios a emplear para exponer con claridad las ideas y dar belleza a la interpretación. Sin duda, el vértice de todo este conocimiento es que el mensaje poético adquiera el fraguado de lo pedagógico, al plasmar la enseñanza que el vate plasmó en su obra, y que el profesor -mensajero poético- lleva hasta el educando en su proceso de enseñanza. En un trabajo realizado en la primavera del curso 2007-2008 para determinar los puntos de vista de los futuros maestros del curso de Actividades Sociales Aplicadas, que se propone en el programa previo de la lengua turca y enseñanza de la literatura, para lo cual se utilizó un método de investigación cualitativa, Sarac (2011) reporta los resultados en su Proposal of "Applied Social Activities" Module for Undergraduate Program of Turkish Language and Literature Teachers. Participaron también los estudiantes de Educación Secundaria del décimo período académico en la Universidad de Marmara. El análisis de datos de la encuesta, cuyas principales categorías son perspectiva personal y profesional, se llevó a cabo mediante el análisis de inducción, que es un método de análisis de contenido. Los datos obtenidos fueron interpretados a través de estudios afines a la propuesta presentada. Como resultado de la evaluación, los futuros maestros expresaron que el aumento en la destreza de expresión oral, como oratoria y declamación, había desarrollado a la comunidad; su ansiedad social había disminuido, sus habilidades de cooperación y solidaridad se había desarrollado y habían adquirido una mayor confianza en sí mismos y su propia creatividad había surgido, habían aprendido las situaciones que podían reunirse en las fases de la organización, habían adquirido experiencia en su carrera, habían conseguido ahorrar material profesional y habían encontrado la oportunidad de aplicar los conocimientos teóricos. Los resultados de este trabajo fueron ofrecidos a los futuros profesores de literatura en el pre-período de servicio. En Hearing Voices: Rhetoric, Imitation, and Civic Competence, Hansot (2004) opina que la oratoria ha desaparecido y es prácticamente un anacronismo; del mismo modo, la declamación ha perdido su lugar predominante en la pedagogía, pues memorizar un discurso es considerado un retroceso para los pedagogos modernos, una reliquia de un siglo anterior. En una época de pluralismo reinante, memorizar y recitar un discurso es a menudo desestimado como un proceso solamente mecánico. Como esta práctica se ha desvanecido, también lo ha hecho el concepto, ampliamente aceptado por los retóricos del siglo XIX en América, acerca de que esta capacitación es esencial para adquirir competencia ciudadana y una alfabetización emocional. Nuestros discursos de cualquier tipo -sin exceptuar el pedagógico- están hechos de anécdotas, de historias, del estado del arte, etcétera; al expresarnos precisamos recurrir a ese bagaje de discursos formales e informales que hemos conocido y expresado en nuestra vida: frases célebres, dichos populares, etcétera; los cuales sirven como punta de partida para acrecentar el estado del conocimiento en cualquier área, por lo que la práctica de la memorización y expresión del discurso es muy útil, en el proceso de la enseñanza y el aprendizaje. Este estudio reconsidera el valor de la formación retórica tradicional en el siglo XIX y a muy corto plazo, busca quienes comulguen con esta forma pedagógica de enseñanza. Citando las palabras de Camic, el autor afirma que "... los contemporáneos profesionales de la enseñanza deben tratar de comprender las ideas del pasado en sus propios términos, ya que éstos son los únicos con los que se accede a una arraigada manera de comprender sus perspectivas, y que realmente nos puedan revelar significado a nosotros." Recordemos que este fue el gran recurso de los Romanos y los Griegos, como recurso educativo. Este tipo de prácticas, cuyo valor se ha ido debilitando con el tiempo, deben sobrevivir y es un desafío hacerlas nuestras, para aumentar las posibilidades de acceso al conocimiento, en el presente, sobre todo al tratarse de competencias cívicas. En una colección de 11 ensayos en honor a Winifred Bryan Horner, por su esfuerzo sostenido para establecer que la naturaleza especial de la retórica y la composición, que lleva a los maestros a teorizar, practicar y aplicar teoría en sus propias aulas, Enos (1993) insta en su Learning from the Histories of Rhetoric, a los que se encuentran en el campo de la expresión oral, para aprender de historias de la retórica, con el fin de extraer de ellas y de la composición, para entender la teoría y la práctica de la conceptualización Aristotélica. Steiner (1967) analiza en su artículo Sprachunterricht auf der Mittelstufe (Language Instruction in Grades 4-6), los métodos para enseñar la poesía y la composición de habla alemana de primaria, a los estudiantes en Suiza. Dice que un método eficaz para el tratamiento de la poesía es la expresión; los niños practican la actuación, la declamación, la pantomima, la narración mientras aprenden el poema. Otro método es la expresión coral, pero con roles asignados individualmente, lo que permite al profesor observar las habilidades de los estudiantes en el uso de la palabra expresada con fluidez, la entonación y el ritmo. Ambos métodos permiten a los mentores ceder la parte activa a los alumnos. Una técnica útil para la composición es la de contar historias acerca de imágenes que ven los niños. Los niños aprenden con eficacia al describir los eventos y acciones en su presentación. Posteriormente, ellos adquirirán la habilidad de escribir de manera más coherente. En la asignación de una tarea de composición, el maestro no debe dar un título de una sola palabra, ya que esto es demasiado vago y poco inspirador. Preferible es dar el "eje temático" y una serie de sub-temas o frases sugerentes agrupados bajo un título general. Este dispositivo estimula la imaginación de los estudiantes, ya que los ayuda a que no se desvíen de su tema en la presentación, y promueve la fluidez. Ejemplos concretos de todos los métodos anteriores son presentados en este trabajo. En La educación contemporánea, Del Río (1991) nos hace una explicación muy adecuada de lo que debe ser esta educación e inicia diciendo que nuestra realidad educativa exige la apertura de talleres para el aprendizaje de artes y oficios. Dentro de las artes, son la declamación y la oratoria, las que deben tener el imperativo dominante. Dice que aprender a hablar, pero a hablar bien es un arte, muy necesario en nuestro medio. Hace referencia a la necesidad que se vuelve más notoria en tiempo de elecciones presidenciales, en que cunden los oradores políticos por todas partes. Asevera, para terminar, que es conveniente al tratar sobre metodología del arte de la declamación, presentar nuestra realidad educativa para que surja el afán de transformación, y en el propósito de nuestro estudio sobre este arte, el afán de la creación de clubes en cada colegio, para la enseñanza de la declamación. Ortiz (1990) enfatiza que lo primero es comprender la realidad de la educación formal, sus causas y las vallas que pudieran obstaculizar su evolución, para con ello tener el índice para emprender en una transformación educativa que se ajuste a nuestro medio social y a nuestras posibilidades económicas. Asevera que el proporcionar al alumno el mayor número de posibilidades para que ponga en relieve sus aptitudes y su vocación, artística, científica, manual, etc., es un deber de la actual educación. En esta realidad, está la enseñanza de actividades artísticas, que deben emplearse en nuestro medio social, como son la oratoria y la declamación. Resalta que el saber hablar con corrección, con propiedad, son soltura, con lógica, con elegancia, es el complemento de toda persona culta y propone la creación formal, por parte de autoridades educativas, de clubes de declamación, ya que considera que su funcionamiento resulta muy ventajoso, tanto para los alumnos que deseen mejorar su expresión oral, como para los que tienen verdadera vocación y aptitudes para este arte. Finalmente propone que los alumnos, de acuerdo a sus aptitudes y disposiciones naturales, deberán ser clasificados en grupos, tales como declamadores épicos, líricos y dramáticos. Sin dejar de atender, desde luego, los especiales casos de alumnos que manifiesten iguales aptitudes para la interpretación de todos los géneros literarios, los cuales deberán integrar un cuarto grupo: “declamadores de la poesía universal”. Oropesa (1999) Inicia explicando el concepto de metodología desde lo etimológico, como el tratado de los caminos para llegar a la consecución de un fin propuesto, para explicarnos la metodología para la enseñanza de la declamación y también nos enseña qué procedimientos debemos emplear para alcanzar más fácilmente determinado fin. Al referirse al método, aclara que estudiar un poema no significa memorizarlo, sino adentrarse en sus concepciones poéticas, es profundizar sus metáforas, es interpretar los sentimientos del poeta, es analizar los detalles para sacar una conclusión, para deducir el objetivo del poema, el propósito del autor. Al estudiar un poema, este método lo estamos poniendo en práctica, porque del análisis sereno y concienzudo de los detalles llegamos a concluir cuál es el objetivo capital que encierra el fondo del poema, para adecuar la voz y la mímica que piden la esencia de la obra y la feliz realización artística. El procedimiento es la forma o medio para andar dentro del método y el analíticosintético es el más adecuado en este caso, ya que del estudio analítico de las partes llegamos a concluir la forma de interpretación del poema: “comprensión de los detalles en la síntesis de las generalidades más vastas”. El autor insiste en que la forma interrogativa-expositiva es la más adecuada para lograr la intervención de todos los alumnos. El profesor, en la pedagogía moderna, es tan solamente un guía. En lo que al horario respecta, propone 2 hora semanales, ya que los órganos vocales necesitan reposo para el adiestramiento de las modulaciones de la voz; la fatiga obstaculiza la interpretación. En lo que al programa de enseñanza se refiere, pide cuidar mucho el escoger poemas adecuados para la edad y el nivel académico del estudiante y los conocimientos fundamentales sobre técnica del arte, sobre poética y fonética son indispensables en el programa del curso de declamación. Abascal (1984) refiere que un profesor de declamación debe ser, además de pedagogo, un artista, pero un artista técnico, en el cabal significado que este término encierra: conocedor práctico del asunto por un lado, y por otro de todo cuanto el arte de la declamación en su aspecto teórico comprende. Subraya el aspecto de la sinceridad consigo mismo para reconocer su capacidad artística y no atribuirse a enseñar más de lo que sus aptitudes le dan, y sinceridad con sus alumnos para reconocer en ellos sus valores artísticos, para no defraudarlos, enseñándoles, por ejemplo, con estilo lírico a interpretar poemas de carácter épico. Destaca ciertos preceptos pedagógicos del instructor, como crear en clase un ambiente favorable para el estudio, un ambiente de complacencia, satisfacción y confianza. Nunca infundir temor en sus alumnos, con demasiado rigor. Dice que hacer actuar al alumno más apto sin dejar de hacerlo con todos es una medida antipedagógica; más bien estimularlos y corregir los defectos haciendo críticas constructivas; respetar la personalidad de cada alumno y tomarlo cono el eje de la educación. Punto primordial: el profesor de declamación jamás debe constituirse en modelo de sus alumnos, aunque tenga la convicción de que realmente lo es. Debe tomar en cuenta que el verdadero artista no es el que se dedica a copiar al modelo, sino el que tiene la capacidad de crear, de innovar y poner algo propio de su ingenio. El profesor de declamación debe dar la oportunidad para que sus alumnos actúen libremente y pongan de manifiesto sus especiales dotes características. Al explicar los formales de una clase de declamación, Ortiz (1991) la divide en tres partes: Motivación, Presentación y Elaboración. La primera tiene por objeto crear un ambiente de confianza, a fin de despertar el interés en los alumnos por el aprendizaje; puede versar sobre una conversación o lectura de algún hecho histórico que tenga referencia con el poema a estudiarse. La segunda parte es para repartir el poema o que lo vean todos en proyección, para que después el maestro lo recite y los alumnos anotan los términos nuevos, con apoyo del profesor y/o del diccionario. En la elaboración se estudia la pieza poética, respondiendo a las siguientes interrogantes: ¿ Qué clase de poema es ? (épico, lírico, dramático, bucólico) y dentro de este género, ¿ es jocoso, elegíaco u onomatopéyico ?; ¿ se trata de un poema descriptivo, narrativo, dramatizado o monologado ?; ¿ a quiénes y a cuántos personajes debo representar en este poema ?; ¿ qué objetivo quiere alcanzar el poeta con esta pieza ?; ¿ cuáles son los pensamientos principales y cuáles los secundarios ?; ¿ qué pausas debo destruir, prolongar, aumentar o acortar ?; ¿ qué sinalefas debo destruir ?; ¿ cómo debo comportarme durante la declamación ?; ¿ qué artificios debo omitir a fin de no dispersar la atención del público ?. Después de aprenderse la pieza poética en plenitud, el alumno la declama y el profesor pule los detalles, siempre respetando las características del estudiante y, de manera global, explica las correcciones particulares y las generales, es decir, las que sirven en toda declamación. En lo concerniente al ámbito de investigación, tenemos trabajos realizados a nivel institucional (Tusón, 1993; Arias, 1951; Sarac, 2011; Yuste, 1990; Steiner, 1967; Cuevas, 1989; Agudelo, 2005; Del Río, 1991; Mendelson, 1989; Fagot, 1935; Enos, 1993), nacional (Pelaés, 1835; Pablos, 2007; Abascal, 1984; Oropeza, 1979; Loprete, 1989), e internacional (Jaramillo, 1985; Guerra, 1984; Cuevas et.all, 1993; Hansot, 2004 ). En relación con las perspectivas disciplinarias, buena parte de los trabajos se centran en el análisis de la declamación como herramienta pedagógica y en íntima relación con la estética (Cuevas et.all, 1993; Jaramillo, 1989; Arias, 1951), así como en las cualidades que debe dominar el declamador para su beneficio artístico y personal (Jaramillo, 1989; Pablos, 2009) y la declamación desde el arte (Romea, 1945; Mate 1838). A la perspectiva didáctica técnica se refirieron Ortiz (1991), Abascal (1984), Oropeza (1979) y Cuevas (2011). Para cerrar este apartado podríamos decir que buena parte de los trabajos se centran en la enseñanza técnica de la declamación, pero también hay un buen número de los que complementan la educación integral del individuo, enfatizando en su locución. Caben destacar los trabajos de Agudelo (2005), que es el que más se acerca al objetivo de la tesis presente, aunque se enfoca en niños y este trabajo doctoral se refiere a valores profesionales en la educación superior y los de Pablos (2008 y 2009), en los que se prepara la plataforma para dar sentido al arte declamatorio y concretar la interiorización de valores con el estudio y práctica de la expresión del discurso poético, así como el de Castro (2007) que se alinea perfectamente con los autores antes mencionados, cuando resalta el objeto de encontrar el valor que las palabras llevan oculto. En este tenor, Jaramillo (1989) enmarca este objeto de estudio al sentenciar que si la poesía no reencarna valores del momento, si no compagina con el sentimiento del hombre del presente, no podrá fraguar en forma práctica los sueños humanos, y al destacar la enseñanza de la ética y la estética a través de un arte -el “declamatorio educativo”, en nuestro caso- en este siglo de materialidad en que vivimos, por lo que con la declamación podemos restaurar los altos valores del espíritu. Una investigación muy acorde al objetivo pragmático de esta tesis doctoral, fue la de Sarac (2011) en Turquía, al hablarnos de que en los resultados de su trabajo, el aumento en la destreza de expresión oral, como oratoria y declamación, trajeron considerables beneficios en los involucrados. En este capítulo analizamos un acercamiento cuantitativo al tema de la declamación, enfatizando en la perspectiva pedagógica, así como las características generales de los autores de los trabajos estudiados. Dividimos las temáticas en los enfoques histórico, artístico y de la educación y encontramos que se hacen distinguidos esfuerzos por hacer de la declamación un recurso didáctico importante, pero con la debilidad de que los textos fueron realizados de manera aislada y sin mucha fundamentación, más bien basados en experiencia personal de los autores, denotando generalmente un gran apego por este arte de la palabra bella; razón de más para llevar a cabo la presente investigación. En general, los trabajos aquí mencionados que refieren investigaciones de campo, aportan importantes datos para los investigadores del campo educativo de la elocución y en específico de la expresión del discurso poético, al alcanzar sus objetivos planteados; los trabajos documentales también apoyan de manera importante al estado del conocimiento del área y nos permiten apreciar un vasto campo para la investigación del arte de la declamación como recurso didáctico. Lo anterior nos anima a distinguir a este arte como pilar de oro, en el área de las herramientas pedagógicas. BIBLIOGRAFÍA Arias, A. (1951). Estética, crítica de arte literario. España. Abascal, Dolores (1984). El profesor de declamación. Barcelona: Textos de Didáctica de la lengua y de la literatura. España. Agudelo, L. (2005). Taller pedagógico de poesía infantil. Colombia. Castro, R. (2007). La intuición de leer, la intención de narrar. Paidós. Argentina. Cuevas, H. (1993). Lo estético en la declamación. www.declamando.com. Colombia. Cuevas, H. (1989). Principales representantes de la escuela moderna de declamación. www.declamando.com. Colombia. Cuevas, H. (2011). Nuevas tendencias de la poesía oral. www.declamando.com. Colombia. Del Río, M. (1991). La educación contemporánea (artes y oficios). Ecuador. Enos, T. (1993). Learning from the Histories of Rhetoric: Essays in Honor of Winifred Bryan Horner. www.eric.com. Estados Unidos. Fagot, P. (1935). 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