CAPITULO I LA DECLAMACIÓN COMO HERRAMIENTA

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CAPITULO I
LA DECLAMACIÓN COMO HERRAMIENTA EDUCATIVA
La Declamación empezó a ser una
necesidad para los pueblos, un
conducto seguro para darles la
ilustración y el verdadero termómetro
de la civilización.
Don Pedro O. Mate (1838).
El declamador es el educador que el siglo presente
necesita para estudiar los grandes valores del
espíritu. El declamador animado por tan nobles
ideales hará del escenario la cátedra redentora del
hombre del siglo XXI. Educar con arte es bella idea;
y acertado método para la actual humanidad,
indiferente al cultivo del espíritu.
Dra. Ana Lucía Jaramillo V. (1999).
Nuestro punto de partida para conocer y reflexionar acerca de la
declamación como herramienta pedagógica, será contestar a la pregunta del
cómo se ha abordado este arte en México, en Latinoamérica y en el mundo. Lo
que pretendemos en este capítulo, es aproximarnos con detalle a conocer lo que
hasta ahora se ha dicho sobre la declamación como medio didáctico; esto nos
servirá para reconocer y mostrar las miradas desde las que ha sido enfocado
nuestro objeto de investigación; dar cuenta, de igual manera, las presencias,
ausencias y los aspectos poco atendidos o analizados. Conocer la forma en que
ha sido organizada esta realidad, nos ayudará a re-estructurarla nuevamente,
considerando esta vez, lo hasta ahora ausente o inadvertido, otorgándole así un
nuevo sentido y organización, considerando siempre la relación que se le haya
otorgado por parte de las diversas fuentes con el tema de los valores, conforme
al objetivo general de esta investigación que permita recuperar a la declamación
como medio formativo.
Considerando lo antes dicho y con la finalidad de lograr el objetivo que nos
hemos propuesto, realizamos una búsqueda detallada de textos sobre
declamación. Para determinar los documentos que conformarían nuestro estudio,
hicimos uso de los siguientes criterios:
Š Trabajos que aborden principalmente la línea de la declamación. Cabe hacer
mención que no incluimos aquéllos que, teniendo como centro principal una
temática relacionada con la declamación, solo hacían mención de ella de
manera periférica.
Š Estudios realizados desde principios del siglo XIX hasta nuestros días (18352011), para considerar tanto lo histórico, lo artístico y el corazón de este
trabajo: lo práctico-educativo.
Š Incluimos textos no sólo de tipo fáctico sino también teóricos. Estos últimos
solo debían de cumplir con una característica: su temática debía girar en
torno a la declamación. Decidimos no incluir los trabajos que abordaran el
tema de los resultados de concursos en declamación, debido a que este
subtema no enfoca de manera detalladamente en nuestra problemática.
Los resultados que exponemos en este capítulo parten de un análisis
realizado a 40 documentos, correspondientes a un total de 25 autores.
Nuestra reflexión la hemos organizado a partir de tres grandes aristas; las
cuales de manera conjunta, lograran otorgar al lector una visión global e integral
sobre los estudios que se han realizado sobre declamación en el mundo. En la
primera de ellas analizaremos de manera general, los textos que se han
producidos sobre nuestro objeto de estudio; conoceremos sus condiciones de
producción, los ámbitos de investigación; los sujetos; las metodologías, métodos
y técnicas utilizadas en los diferentes estudios. La segunda arista, que conforma
nuestro trabajo, la hemos decidido dedicar a todas aquellas voces y miradas que
han configurado el campo de la declamación. Finalmente, el tercer apartado es
un espacio que nos servirá para detectar las distintas temáticas abordadas en los
estudios; mostraremos las problemáticas, las finalidades u objetivos, los
resultados y aportes de cada una de las investigaciones.
1. Un primer acercamiento cuantitativo al tema de la declamación.
Un primer re-conocimiento a los trabajos realizados sobre esta temática lo
podemos encontrar en el estado de conocimiento titulado: “El arte de la
declamación moderna” (Jaramillo, 1999), obra que constituyó su tesis doctoral en
la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación de la Universidad
Central del Ecuador.
La Doctora Ana Lucía Jaramillo hace análisis muy completo de lo que es
el arte a través del tiempo: cómo nació y cómo se clasifica, y por qué la
declamación entra en esta clasificación, además de su indisoluble relación con la
poética de todos los subgéneros.
Farfán (2008) en el ámbito de los valores profesionales y Jaramillo (1989
y 1999) en el área de la declamación, constituyen los pilares del centro para el
estado del arte de esta tesis doctoral y con el aporte de otros distinguidos
investigadores, pretendo mostrar, desde una nueva mirada y estructurar a partir
de una nueva organización, los saberes sobre los valores profesionales y el arte
del bien decir poético, mostrando las ausencias y los aspectos poco atendidos
hasta ahora.
Dar respuesta a la inquietud que nos planteamos al inicio del texto nos
obliga, primeramente a responder una serie de cuestionamientos que iremos
analizando en el transcurso del trabajo.
Comencemos por preguntarnos: ¿Qué tanto se ha escrito sobre
declamación, sobretodo como herramienta didáctica, en México y en el mundo,
desde principios del siglo XIX hasta nuestros días?, ¿Qué tipo de textos se
publican usualmente?
La distribución de los textos durante el lapso referido (1835 a 2011), nos
indica que no existe un índice constante en la producción de textos sobre
declamación; observemos que la década de los 90´s representó el periodo en el
que se publicaron más trabajos de investigación.
Si analizamos a detalle lo expuesto en la gráfica 1, podemos apreciar que
de 1989 a 1999 el total de trabajos (20) es igual a lo producido en todo el resto
del período estudiado; en definitiva, esta década es la más nutrida en lo que
respecta al tema de la declamación. En México, la Secretaría de Educación
Pública promovió de manera muy asidua los certámenes a nivel básico, así como
lo hicieron también organizaciones de nivel medio superior, durante la década
mencionada.
25
20
15
10
5
0
SIGLO XIX
1935‐1979
1989‐1999
2004‐2011
GRÁFICA 1
PRODUCCIÓN TOTAL DE TEXTOS SOBRE DECLAMACIÓN (1835-2011)
En lo que respecta al tipo de producción de nuestro tema de estudio
(Gráfica 2), encontramos una cantidad importante de: artículos, ponencias
capítulos y discursos o ponencias, representando el 68% de la producción; en
cambio,
los textos que implican un menor trabajo: libros, tesis y ensayos,
constituyen tan sólo el 32% del total.
ponencias
capítulos
artículos
tesis
ensayos
libros
0
5
10
15
20
25
GRÁFICA 2
PRODUCCIÓN TOTAL DE TEXTOS SOBRE DECLAMACIÓN (1835-2011)
Sin embargo, es interesante saber que del total de textos revisados, 35
pertenecen al nivel teórico (87.5%) y los escritos fundamentados a partir de una
investigación de campo o estudio empírico son únicamente 5 (12.5%).
Conociendo esto, nos damos cuenta de: 1) La necesidad de que se impulse la
investigación educativa, y principalmente de aquella que se encarga del estudio
sobre la declamación como recurso educativo; y 2) contrario a lo que sucede con
otras temáticas, el tema de la declamación requiere ser trabajado más desde el
nivel teórico-metodológico; es decir, procurar estudios sobre declamación como
recurso didáctico y sometidos a un método científico.
Los países que más trabajos reportan de nuestro objeto de estudio son
México y Ecuador con 9 cada uno, España con 8, Colombia con 5, Estados
Unidos con 4, Argentina 2 y Chile, Suiza y Turquía con 1 trabajo cada país, como
lo muestra la gráfica 3.
México
Ecuador
España
Colombia
E.U.A.
Argentina
Chile
Suiza
Turquía
GRÁFICA 3
PAÍSES QUE REPORTAN TRABAJOS DEL TEMA DE LA DECLAMACIÓN
Del total de instituciones en las que se reportaron investigaciones, 80%
son públicas (32), mientras que el 10% corresponde a trabajos realizados en
instituciones privadas (4) y el otro 10% no especifican el tipo de institución;
obsérvese el cuadro 1.
Cuadro 1: Tipos de instituciones en las que se realizaron
investigaciones sobre declamación
Públicas
Privadas
No especifican
# de casos
32
4
4
No encontramos trabajo alguno en el que hayan intervenido 2 ó más
instituciones. En 34 de los países se habla español (85%) y en 6 (15%) algún
otro idioma, aunque la edición de éstos últimos se presenta en inglés.
Es claro saber por qué el 100% de los trabajos presentados sobre
declamación son de metodología cualitativa, razón de más para presentar en
esta tesis, una combinación con la orientación con parte cuantitativa.
A pesar de que en los diferentes estudios existe una preocupación por
explicitar el tipo de metodología empleada, no así en lo concerniente a la
utilización o empleo de los métodos1; tan solo 35% de los estudios, hace
referencia a este aspecto.
Solo entendiendo al método como un elemento primordial que determina
“el sentido y el alcance en todo proceso de investigación”2, apreciaremos la
necesidad de recuperar este elemento en toda investigación, como en la
declamación como recurso pedagógico, en nuestro caso.
En términos generales, las técnicas e instrumentos que se priorizan son
presentadas en el cuadro 2: la investigación documental (80%), curso taller
(10%), grupos de discusión (7.5%) y cuestionario (2.5%).
Cuadro 2: Técnicas e instrumentos empleados en las
investigaciones sobre declamación
Investigación documental
Cuestionario
Grupos de discusión
Curso taller
1
# de casos
32
1
3
4
“El método supone la adopción de puntos de vista, principios e hipótesis sobre el fenómeno u
objeto de estudio que hace referencia. En tanto que nivel intermedio o fundamental, el método
contiene una visión global del fenómeno y de su posible construcción como objeto científico, a
través de la explicitación de los puntos de vista o principios e hipótesis que se tiene sobre el
mismo” (Pacheco, cit., por Espinosa y Montes, 1999: 147).
2 Idem.
2. Los actores y sus características generales
En líneas anteriores nos enfocamos a mostrar, de manera general, la
producción y el tipo de textos elaborados sobre declamación desde 1835 a la
fecha
(2011);
los
ámbitos
de
investigación
(instituciones); los
sujetos
investigados; las metodologías, métodos y técnicas utilizadas en los diferentes
estudios. Nos corresponde en este apartado, que hemos decidido dedicar a
todas aquellas voces y miradas que han configurado el campo de la
declamación; conocer las características generales de los autores de los
documentos analizados.
La producción de textos nos muestra el predominio de estudios
individuales, 95% (38), frente a los colectivos con el 5% (2); con estos resultados
observamos que, aunque no resulta una constante, las investigaciones colectivas
sobre la temática declamatoria no es un campo consolidad de investigación,
pues ello sería el caso de equipos dedicados al tema.
Es interesante conocer que a diferencia de lo que sucede en otras áreas
de investigación en que los avances y esfuerzos se deben principalmente al
trabajo de las mujeres; en el campo de la declamación predominan las miradas
que sobre él realizan los hombres (68%).
En el cuadro 3 podemos observar las características generales de los
autores de los trabajos aquí presentados, en donde los Mexicanos destacan con
9 trabajos.
Cuadro 3: Características generales de los autores
3 Doctorado
Grado
13 Investigadores Perfil
8 Mujeres
12 Educación
9 Mexicana
17 Pública
Género
Disciplina
6 Maestría
6 Docentes
10 Licenciatura
6 No espec.
6 No especifica
17 Hombres
8 Escuela arte
3 otras
2 No espec.
Nacionalidad 16 Extranjera
Tipo
4 Privada
4 No especifica
En lo que respecta a los autores que lideran la investigación sobre
declamación, destacando el lado educativo, nos dimos a la tarea de realizar una
sistematización de las principales referencias que se manejan en cada uno de los
documentos; es importante hacer notar que de los tres autores mayormente
citados, una es ecuatoriana, otro mexicano y otro colombiano; en ese orden son
Lucía Jaramillo, Bruno Pablos y Hugo Cuevas–Mohr. Analicemos qué postula
cada uno de estos importantes autores del ámbito declamatorio.
La Doctora Jaramillo es la autora que más investigación reporta sobre
declamación, desde las tres perspectivas aquí estudiadas, como son la histórica,
la artística y la pedagógica, ya que analiza tanto la escuela clásica como la
moderna de la expresión declamatoria, nos presenta un tratado de declamación
muy completo y revisa los atributos que debe tener el declamador diserto y en El
arte de la declamación moderna (1999), nos presenta la técnica y aborda a la
declamación como medio didáctico.
Pablos (2007, 2008 y 2009) se enfoca a la cuestión pragmática del arte del
bien decir, dejando fuera lo histórico, pero aportando toda su experiencia artística
y -lo más relevante de este autor- es su insistencia en postular a la declamación
como medio formativo.
Hugo Cuevas-Mohr (1989), hace un estudio muy profundo acerca del
aspecto estético en el arte de la declamación, pero su aporte más significativo se
enfoca en las nuevas tendencias de la poesía oral (2011). Los tres autores están
de acuerdo en la tendencia de la declamación hacia la naturalidad y en la debida
armonía entre énfasis natural al expresar el poema.
A pesar de lo anterior, se observa que existe una dispersión significativa
en lo que respecta al uso de referentes para la construcción de los marcos
teóricos y conceptuales que fundamente las investigaciones para abordar el tema
de la declamación como herramienta pedagógica.
3. Temáticas en torno a la declamación.
La revisión y el análisis de los diferentes documentos recopilados, nos
permitió sistematizar los trabajos en tres líneas temáticas: Histórica, Artística y
Pedagógica.
a) Declamación desde la perspectiva histórica.
Localizamos un total de 13 trabajos que abordan el tema de la
declamación desde los horizontes de la historia. Entre los principales objetivos o
finalidades que persiguen estos estudios tenemos los siguientes:
∗ Resaltar acerca de las culturas precursoras de este arte y la importancia que
ha tenido en los diversos pueblos que la han cultivado, así como su influencia
en otras áreas (Mate, 1938;);
∗ Identificar el proceso de las empresas artísticas desde el siglo XIX hasta
principios del XX (Pelaes, 1935);
∗ Conocer las diferencias didácticas entre oratoria y declamación y a los
grandes exponentes de la escuela moderna de la declamación, como artistas
(Cuevas, 1989).
∗ Enfatizar que la declamación ha sido considerada como un arte al interpretar
a otro arte como es la poesía, y su gran misión histórica por cumplir como
intérprete del pensamiento humano, en la defensa de los grandes valores del
espíritu (Jaramillo, 1999);
∗ Resaltar el por qué la declamación ha sido considerada como el arte de la
verdad; pero la verdad sentida y reflejada de la manera más bella y poética.
Concepto un tanto revolucionario para enrumbar a la declamación por un
nuevo camino, el de la naturalidad (Romea, 1945);
∗
Destacar cómo Música y poesía están íntimamente ligadas, y que en ambas
el arte de inspirarse y provocar euforia de una vivencia pasada sucede, con
naturalidad y fidelidad, primero para cristalizar el propósito que todo poema
encierra; segundo, para obsesionar por la belleza de la voz, de la acción y el
gesto (Pena, 1954);
∗
Referir cómo históricamente se dio el nombre de recitación a la lectura
pública de cualquier escrito, ya sea de carácter social, político, económico,
jurídico, etc. y que durante el imperio Romano , por recitación se entendía la
lectura o la declamación que los poetas y los oradores hacían de sus obras
en reuniones de amigos; costumbre que subsistió hasta el fin de dicho
imperio (Fagot, 1935);
∗
Describir históricamente el arte clásico y el moderno y situar a la clásica
escuela de declamación en el arte apolíneo, argumentando que para
comprender el por qué de un estilo, es preciso estudiar a cada escuela de
arte con su tiempo (Jaramillo, 1989);
∗
Revisar el escrutinio de los eruditos contemporáneos y los maestros de la
composición, quienes piden ejercitar dos rasgos de la expresión romana para
la búsqueda de la verdad, como son el caso de la naturaleza contextual de la
declamación e insiste en que se explore con la oratoria (Mendelson, 1994).
∗
Examinar el debate de los retóricos romanos sobre la declamación, como
método de estudio y evaluar los temas contemporáneos tomándolos como
estudio de caso, con el fin de estimular las habilidades para resolver
problemas (Mendelson, 1989).
∗
Destacar las nuevas tendencias de la poesía oral, al buscar el momento en
que se comenzó a dar el rechazo de los patrones declamatorios de principios
y mediados del siglo XX, hasta la evolución que guarda hoy la declamación
de principios del siglo XXI (Cuevas, 2011).
Los estudios orientados a conocer sobre la declamación en el marco
histórico, mostraron a todas luces la gran importancia que ha significado este
arte -y que lo es- (Jaramillo, 1999) para la cultura de los pueblos que la han
promovido y su gran relación con el teatro (Pelaes, 1835), para erigirse como un
gran pilar formativo pedagógico, desde sus inicios. Se destaca la tendencia hacia
la naturalidad y la búsqueda de la verdad, en relación o sin ella, con la oratoria y
todas las formas de elocución, así como la indudable relación con la música,
pues es innegable la musicalidad en el poema y la poética en la música (Romea,
1945; Pena, 1954 ).
Es en la primera mitad del siglo XIX donde se ubica el surgimiento de los
estudios sobre declamación como medio didáctico en México y el mundo. El
interés
por “estudiar a la declamación como fenómeno humano, social y
educacional” (Mate, 1838) respondió, entre otros factores, al cambio que en lo
social sufrió Europa en esa época, y con ello el teatro. Lo anterior propició la
necesidad de re-definir el papel de la escuela de artes como un espacio de
formación integral que diera respuesta a las necesidades sociales.
Mate (1838), menciona en su discurso leído en el Liceo Filarmónico de
Barcelona, como primer antecedente para el estudio de la declamación
-independientemente de nuestra perspectiva histórica, artística o pedagógicaque por largos años este arte no tuvo otra patria que Egipto, quienes
representaban sus misterios (especie de farsas sagradas) que hacían para
celebrar y ensalzar la bondad de sus Dioses; hasta que las guerras la sacaron
del país que había nacido y la transportaron a Grecia. Después hace un breve
resumen de los progresos del arte y de las causas que, enfatiza: contribuyeron a
mantenerla en la abyección y miseria, en la que por espacio de tantos siglos fue
sumergida.
El Profesor Mate (1838) destaca que los griegos la empezaron a mirar de
distinto modo y los sabios y filósofos de aquella nación se dedicaron al estudio
del arte escénica, perfeccionándola poco a poco y dándole otra dirección. Así
permaneció hasta que recibió un nuevo ser con la aparición de la tragedia Griega
inventada por el famoso Tespis.
En lo pragmático, destaca que no basta tener grandes talentos para
escribir, sino que es necesario que el orador sepa conmover a su auditorio, por la
pureza y energía del decir y por las inflecciones de su voz y por los otros resortes
que están al arbitrio del que ha estudiado el arte con detención.
Menciona después la época bélica en la que Grecia se inmiscuye, al decir
que: la ignominia dominaba entonces el mundo y las artes huyen siempre del
suelo donde aquella impera. Aquí se refiere al período de los sesenta años
posteriores al 146 a.C., cuando Roma administró Grecia.
En lo histórico, asegura que el teatro y la declamación -en su forma
artística y de manera muy unida- empezaron a florecer en el siglo XVI en
España, pero la declamación empezó durante el siglo XI, utilizándose
exclusivamente para las festividades eclesiásticas y que en 1566 nace en Madrid
el fénix de los ingenios, el inmortal Lope de Vega, quien influye en el
renacimiento del teatro español y con ello la declamación, que es la
consecuencia precisa de los adelantos de aquel. Por 1570 nacen Pedro Navarro,
el toledano y Cosme de Oviedo, excelsos declamadores.
Culmina diciendo que el estudio detenido de la lengua castellana es la
llave de la perfección en la carrera declamatoria, proponiendo al mismo tiempo,
la aplicación y constancia en el estudio, pues sin estos dos factores -asegura- es
imposible alcanzar nada digno en el arte declamatorio ni en el del teatro. Como
se puede apreciar, el campo temático en torno a la declamación es antiguo
(Jaramillo, 1999) y lo es aún más el del teatro.
En referencia a la histórica polémica entre los conceptos declamación y
recitación, Fagot (1935) dice que la historia ha dado el nombre de recitación a la
lectura pública de cualquier escrito, ya sea de carácter social, político,
económico, jurídico, etc. y que durante el imperio Romano, se le denominaba así
a la lectura o la declamación que los poetas y los oradores hacían de sus obras
en reuniones de amigos; costumbre que subsistió hasta el fin de dicho imperio.
Los principales representantes de la declamación moderna, de finales del
siglo XX, son presentados por Cuevas-Mohr (1989), destacando a Bertha
Síngerman y subrayando que muchos declamadores brillan en las academias,
pero luego desaparecen; su brillantez -dice- es momentánea; enfatiza que un
artista no necesita únicamente de aptitudes, sino que lo fundamental es una
vocación armada de una voluntad férrea. Afirma que es digna de mención
Carmina Benguría, declamadora cubana que califica con un estilo de
interpretación sobrio y espontáneo, donde la sencillez y la naturalidad son
manifiestas.
Jaramillo (1991), nos presenta la evolución que la declamación ha vivido
desde el siglo XV en España y propone que la declamación tuvo su origen de la
oratoria y reflexiona desde cuándo se constituyó en arte independiente del canto
y del arte escénico para denominarse propiamente hasta nuestros días:
declamación. Asevera que música y poesía nacieron y se desarrollaron juntas y
culmina hablando de la enorme importancia que la declamación tuvo desde
antiquísimos tiempos y refiere a Brutus, después de su asesinato a César, ante
el embravecido pueblo romano; a Moisés ante el Faraón; a Abigail ante David;
todo -afirma- fue triunfo del arte de saber decir.
La escuela clásica de declamación es presentada por Jaramillo (1989) y
argumenta que para comprender el por qué de un estilo, es preciso estudiar a
cada escuela de arte con su tiempo y termina reconociendo que el cultivo de la
declamación dentro de los pueblos de Grecia y Roma fue de capital importancia,
ya que su enseñanza vino desarrollándose desde remotos tiempos, dentro de las
disciplinas de arte escénico y oratoria, hasta llegar a constituirse en un arte
independiente con caracteres peculiares y finalidad propias.
Cuevas (1989) nos da su aporte histórico, al decir que la estética existe
como ciencia, dentro de los dominios de la filosofía desde 1750, cuando Wolfiano
Baumgarten publicó su “Aesthetica”. Señala además que sin fundamentos
científicos y filosóficos todo arte es fruto del empirismo; un verdadero artista
-asevera- no debe desconocer los preliminares conceptos de esteticismo.
Enfatiza que en la educación artística del declamador, la estética es uno de los
elementos más importantes, sobre todo si se le estudia despojada de metafísicas
idealidades, esto es, como ciencia positiva, dentro de la realidad de la vida y con
carácter eminentemente práctico.
Remata enfatizando que el declamador es el artista llamado a levantar las
altas cualidades del espíritu; su labor es vasta: despertar en el hombre nobles
ideas, elevar los sentimientos, resaltar los valores del espíritu, robustecer el
sentimiento artístico, corregir defectos del lenguaje y destacar la belleza del
espíritu. Esta aseveración nos permite “jalar” hacia lo educativo, para realizar
investigaciones como la presentada en esta tesis y mostrar a la declamación
como una herramienta poderosa para promover los valores humanos.
El debate de los retóricos romanos sobre la declamación, como método de
estudio,
es
evaluado
por
Mendelson
(1989),
al
evaluar
los
temas
contemporáneos, tomándolos como estudio de caso, con el fin de estimular las
habilidades para resolver problemas, su habilidad para imitar las circunstancias
reales de negocios, así como la redacción técnica, enfatizando en la persona y
su audiencia, y revisando el énfasis del maestro. Sostiene que el escrutinio de
los eruditos contemporáneos y los maestros de la composición, deben ejercitar
dos rasgos de la expresión romana para la búsqueda de la verdad, como son el
caso de la naturaleza contextual de la declamación, e insiste en que se explore
con la oratoria, las posiciones encontradas que rodean a un argumento. Nos
recuerda cómo se enseñaba la oratoria y la declamación en las antiguas Grecia
y Roma, cuyos pueblos dejaron para la posteridad, nombres de célebres
oradores.
Al hablar sobre las nuevas tendencias de la poesía oral, Cuevas-Mohr
(2011) se pregunta en qué momento se comenzó a dar el rechazo de los
patrones declamatorios de principios y mediados del siglo XX y concuerda con
Pablos (2008) en que el proceso de cambio del estilo declamatorio hacia un
estilo más natural que lleve el sentimiento profundo hacia una expresión
desprovista de exageradas modulaciones de voz, de teatrales -casi operáticos
manejos de la voz- es un proceso que tomará tiempo, sobretodo en instituciones
educativas, mientras los maestros cambian sus patrones de enseñanza de este
arte.
Estos resultados nos hacen apuntar nuestra atención hacia las
instituciones de educación y preguntarnos sobre el tipo de formación que se está
brindando a los futuros profesionistas, será acaso que, ¿realmente estamos
hablando de una formación integral, si dejamos fuera lo que la historia nos dice
acerca de la imperiosa necesidad de que nuestros educandos dominen la
expresión del discurso?
b) La declamación artística.
Los trabajos de investigación que conjugan lo artístico del arte
declamatorio, corresponden a un total de diez estudios empíricos que responden
a las siguientes intencionalidades:
∗ Conocer las cualidades de la expresión oral y la relación tan estrecha que
guardan la oratoria y la declamación, así como diversos ejercicios prácticos
que los eruditos del arte de la elocución proponen para desarrollar sus
expresiones (Pablos, 2007; Guerra, 1984).
∗ Analizar cómo en la poesía en su valor intrínseco como arte, encontramos
que ella es el compendio de todas las artes: construye como la arquitectura,
pone formas como la escultura, pinta y matiza como la pintura y vibra como la
música a través de las palabras que son armonía, que son ritmo; es subjetiva
y objetiva (Arias, 1951);
∗ Estudiar las cualidades del buen declamador y los beneficios que el artista
declamador goza al expresar adecuadamente su poema; lo anterior desde el
punto de vista de tres de los autores de nuestro estado del conocimiento en
declamación (Jaramillo, 1989).
∗ Resaltar el estudio de la fonética en relación con el arte declamatorio, en lo
que a los signos mímico y fonético se refiere (Yuste, 1990).
∗ Estudiar la poética al servicio de la declamación al definir al género literario
como la reunión de piezas por la finalidad, por el orden de ideas que domina
en ellas o por la forma técnica de construcción y luego presentar su
clasificación (Sánchez, 1993).
∗ Conocer los géneros literarios frente al arte dramático y estudiar cómo la
literatura de nuestros tiempos intenta el resumen integral del género único y
quiénes son los precursores de este sintetismo literario (Tusón, 1993).
Pablos (2007) y Guerra (1984) nos describen las cualidades de la
expresión oral y resaltan los objetivos primordiales de la declamación (transmitir
los sentimientos del poeta) y de la oratoria (convencer) y destacan a la
elocuencia como conjunción de ambas formas de expresión oral.
Tanto Oropeza (1979) como Pablos (2009) explican lo válido del esfuerzo
para aprender a declamar y refieren que lo primero que debe hacerse al iniciar la
práctica declamatoria es leer con claridad hasta lograr la impostación de la voz.
El primer autor nos previene sobre los defectos comunes que deben suprimirse al
declamar y nos muestra los principios sobre declamación coral, mientras que el
segundo describe el ejercicio de la interpretación, así como la expresión y el
temperamento adecuados durante una disertación.
Arias (1951) destaca el valor intrínseco de la poesía como arte, al
encontrar que ella es el compendio de todas las artes y apuntala muy bien al
expresar que la declamación afecta en forma externa a nuestra sensibilidad, ya
que por medio de la voz, la acción y el gesto, ilumina a la mente y toca el
corazón, al pintar, modelar y construir en nuestra imaginación.
Culmina sentenciando que la palabra declamación debe enseñar la idea
de un natural modo de producir belleza hablando con espontaneidad. Refiere que
la difícil facilidad de la sencillez es una conquista del arte moderno de la
declamación y que es difícil llegar a la naturalidad que debe caracterizar a un
arte que ha llegado a su clímax de perfección.
Loprete (1989) sentencia que algo que debe caracterizar a la declamación
moderna es la naturalidad, pues dice que es la base de la estética, siempre que
se complete con el principio de la idealización, debida a la actividad libre,
creadora y original del artista, y se manifieste principalmente en la belleza de la
forma. Subraya que el declamador moderno va al fondo del poema, a su esencia;
ejemplifica diciendo que un solo silencio, una sola mueca, un solo gesto, un solo
acento bien marcado, una mirada, le bastarán, muchas veces, para expresar lo
que dijeran diez palabras, para levantar la idea principal que el poema encierra.
Conviene con Pablos (2009) que la mímica debe ser certera y precisa, como el
brochazo que el moderno pintor da en su lienzo para representar una idea; como
la forma que el escultor da a la masa para simbolizar una imagen; como la
sencillez elegante, la sobriedad elocuente que el arquitecto imprime en su obra.
Al hablarnos de la fonética como base para la recitación, Yuste (1990)
aclara que la palabra fonética viene del griego “fonetiké”, que significa el conjunto
de sonidos de un idioma y que los filólogos la han definido como la ciencia de los
fenómenos articulados que constituyen el lenguaje. Subraya al signo fonético
cuando se produce de una manera rítmica y está constituido por el sonido
sucesivo en la forma del tiempo. Destaca que en el arte de la declamación
intervienen dos signos: el fonético y el mímico, por lo cual, este arte toca,
especialmente a dos sentidos estéticos: la vista y el oído. Hace una explicación
muy sencilla de cómo se produce el signo fonético y nos define igualmente lo que
son la sílaba, la palabra y el acento (en todos sus tipos, incluyendo el nacional, el
emocional y el rítmico).
Termina explicando a la fonética aplicada a la recitación y dice que es de
capital importancia para el buen recitador, ya que como hacedor de belleza y fiel
intérprete de los sentimientos y propósitos del poeta, debe conocer el porqué de
tal o cual construcción gramatical, de tal o cual disposición de sonidos, de tal o
cual empleo de palabras, para no defraudar las ideas ni la intención con las que
el autor escribió su obra; ni en su forma ni en su contenido. Explica que hay
poemas esencialmente musicales, cuya belleza reside en la forma, por lo que
para su interpretación, debemos conocer los recursos de la fonética.
Culmina citando a Rufino J. Cuervo, quien explica que los accidentes
fonéticos que determinan los elementos de la frase son la intensidad y la
sonoridad y que por la sonoridad distinguimos las sílabas y que por la intensidad
distinguimos las palabras.
Es innegable la estrecha relación entre la ciencia médica (foniatría) y la
expresión artística; pero desde luego que con lo pedagógico se funden en un
vértice de elocución que se desborda hacia la más bella de las expresiones,
como lo es la poética.
Sánchez (1993) nos presenta a la poética al servicio de la declamación y
nos dice que la poesía comprende: lírica, épica y dramática; la retórica y
didáctica: la
oratoria, novela, historia, ensayo, crítica, periodismo, epístola y
didáctica. Nos hace una explicación muy completa acerca de los poemas según
su género literario y favorece su opinión a la prosa sobre el verso, diciendo que
en ella podemos encontrar muchas veces más poesía, ya que en ella, sin las
vallas opresoras de la métrica y de la rima, el pensamiento tiene mayor libertad
de expresión y allana la discusión, advirtiendo al declamador que dispone de las
dos mencionadas formas literarias, siempre que éstas tengan calidad poética.
Nos explica la poesía épica al describir sus atributos como el carácter
nacional, la verosimilitud, lo maravilloso, la unidad, la variedad y la amenidad.
También nos presenta la división de la épica en: epopeya, el poema épico, el
canto épico, los poemas épicos menores y otras divisiones como la épica
religiosa, la heroica, la burlesca, la naturalista o descriptiva y la filosófica social.
Cierra diciendo que el declamador épico debe ser varonil en su voz, en su
gesto, en su acción, varonil en su temperamento y en su presencia; de figura
sencilla pero con gracia estética, de voz imponente pero modulada y
convincente, de movimientos sobrios, pero elegantes y precisos.
Al presentar a los géneros literarios frente al arte dramático, Arias (1951)
asevera que el género épico no puede prescindir del lírico. Dice que si el poeta
canta los sucesos guerreros de un pueblo es porque siente una emoción íntima,
sin la cual el poeta no comprendería su obra, pero también explica que lo lírico
puede tomar proporción de lo épico, cuando el poeta canta su pena, pero esa
pena es colectiva para todo un pueblo y todos hacen suyos esos versos. Afirma
que la literatura de nuestros tiempos intenta el resumen integral del género único
y que los precursores de este sintetismo literario son Marcel Proust, francés y
James Joyce, irlandés, ellos combaten el desarrollo retórico, artificioso, simétrico
del escritor clásico.
Finaliza explicando los géneros compuestos, a partir de los épico, lírico y
dramático, citando a Julio Gálvez, como son la poesía didáctica, dentro de la cual
tenemos el poema didascálico, epistolar, satírico, fabulista, apologista, parabólico
y el descriptivo y de manera muy especial cita a la poesía bucólica, del término
griego que significa lugar de los bueyes, de los vaqueros o de los pastores y que
se dedica a la descripción del paisaje campestre y a presentar, en cuadros de
apropiada sencillez, las costumbres y los amores pastoriles. A esta poesía
costumbrista se le ha considerado como un género compuesto, ya que en ella
hay narración y lirismo y en las conversaciones de los personajes se patentiza la
manera de la dramática.
c) La declamación pedagógica.
Los estudios agrupados en este apartado corresponden a investigaciones
que tienen como finalidad mostrar a la declamación como herramienta
pedagógica; aspecto capital en la metodología de esta tesis doctoral, por lo que
este es el apartado más importante.
Encontramos trabajos realizados por
escritores de obras teatrales, panelistas, actores, amantes del arte declamatorio
y, por supuesto, educadores. Buena parte de los escritos hacen uso de fuentes
primarias y la mayoría son de corte documental. Todos tienen como
característica común: el empleo de la metodología cualitativa; se aplica poco el
cuestionario y la entrevista.
Es pertinente aclarar que la mayoría de estos trabajos no corresponden
propiamente a un ejercicio de investigación, sino a experiencia, opinión y gran
entusiasmo por el arte declamatorio, de parte de estos autores.
Los objetivos que se proponen los autores de estas diecisiete
investigaciones son los siguientes:
∗ Que los participantes conozcan la poesía infantil y las diferentes formas
poéticas que se adecuan a los intereses del niño para que
aprenda a
declamar y expresar la belleza durante el periodo de la niñez (Agudelo, 2005;
Pablos, 2009).
∗
Que los declamadores con experiencia mediana y avanzados, se adentren
en declamaciones más complejas y busquen la moraleja (valores) que la
pieza poética encierra (Pablos, 2008).
∗
Enfatizar que la lectura en voz alta es el ejercicio mejor y más básico para
mejorar en cualquier forma de elocución, como oratoria, declamación,
narrativa, habla cotidiana (Castro, 2007).
∗
Reflexionar que si la poesía no reencarna valores del momento, si no
compagina con el sentimiento del hombre del presente, no podrá llegar a feliz
término, por más brillante que fuese la declamación del poema (Jaramillo,
1989).
∗
Exponer estudios sobre la educación respiratoria y de la importancia del
aparato de fonación para el declamador, la clasificación de las voces y del
envidiable atributo del decidor de versos: la memoria; lo anterior como
prácticas herramientas del pedagogo instructor de declamación (Cuevas
et.all, 1989).
∗
Hacer un análisis muy profundo de los aspectos de preparación científica y
adiestramiento en la declamación, al presentar los conocimientos de
gramática castellana, conocimientos preliminares de música y canto,
psicología e historia del arte escénico (Jaramillo, 1989).
∗
Determinar los puntos de vista de futuros maestros del curso de Actividades
Sociales Aplicadas, que se propone en el programa previo de alguna lengua
extranjera en la enseñanza de la literatura (Sarac, 2011; Steiner, 1967).
∗
Reflexionar sobre la postura de la declamación en la pedagogía, y el por qué
algunos docentes consideran que memorizar un discurso es considerado un
retroceso para los pedagogos modernos (Hansot, 2004).
∗
Estudiar la naturaleza especial de la retórica y la composición, al llevar a los
maestros a teorizar, practicar y aplicar teoría en sus propias aulas; aprender
de historias de la retórica, con el fin de extraer de ellas y de la composición,
para entender la teoría y la práctica de la conceptualización Aristotélica
(Enos, 1993).
∗
Explicar cómo debe ser la educación contemporánea y la necesidad de
apertura de talleres para el aprendizaje de artes y oficios, como la
declamación y la oratoria, que deben tener imperativo dominante (Del Río,
1991).
∗
Mostrar cómo debe ser la enseñanza de la declamación en la escuela, como
base para saber hablar con corrección, con propiedad, con soltura, con
lógica, con elegancia, en complemento de toda persona culta, así como
formar clubes de declamación en los centros escolares (Ortiz, 1990;
Jaramillo, 1985).
∗
Conocer la metodología más adecuada para la enseñanza de la declamación
y las características del instructor de declamación (Opropeza, 1999; Abascal,
1984).
Analicemos el grado en que estos objetivos fueron alcanzados y su
importancia en el estudio que refiere esta tesis, además de las apreciaciones que
podamos hacer al respecto.
La profesora Colombiana Lulieth Johana Agudelo Parra (2005), ha
preparado y dirigido un interesante Taller pedagógico de poesía para niños, con
el objetivo de que los participantes conozcan la poesía infantil y las diferentes
formas poéticas que se adecuan a los intereses del niño para que aprenda a
declamar y expresar la belleza durante el periodo de la niñez.
El trabajo resulta muy interesante, ya que durante el desarrollo, el niño
aprende el proceso técnico que hace de la poesía la forma literaria más útil para
la expresión y la belleza en la etapa del preescolar al aprender y declamar
pequeños versos, trabalenguas y poemas infantiles.
De igual modo la poesía será orientada hacia el juego; este hace que el
niño, aun en el hogar, se inicie con mucho más interés a las primeras lecciones
escolares como aprender el nombre de las cosas o realizar ejercicios gráficos. Se
da lectura clara a los diferentes poemas, versos y trabalenguas para que cada
niño los interprete y den a conocer lo que han entendido de cada uno.
Pablos (2009) presenta en La declamación completa, un puntual análisis
de lo que es y lo que no es la declamación, subrayando que el ejercicio
declamatorio implica el gesto y la perfecta armonía entre énfasis y naturalidad al
expresar el poema, todo matizado con el perfecto dominio de las tres cualidades
básicas de la voz: volumen, dicción y modulación; repasa los aspectos básicos
de este arte y enfatiza que para su práctica lo primero son la relajación y la
respiración, subraya la importancia de seleccionar bien el poema a declamar y
nos habla sobre el ambiente de los concursos y de los métodos que existen para
calificar el mérito declamatorio.
En El que declama, Pablos (2008) escudriña el aspecto mímico y gestual y
analiza el tipo de declamación más difícil de interpretar como lo es la chusca; nos
dibuja los diversos formatos para calificar y habla muy a detalle sobre “la
expresión” en el arte declamatorio. En las dos obras anteriores señaladas, el
autor culmina con sendas antologías poéticas, de obras muy bien escogidas para
su declamación, desde la pedagogía, ya que inicia con poemas sencillos (kínder
y primaria) y van creciendo en complejidad hasta presentar piezas cuyo
contenido requiere de gran experiencia para su expresión.
Castro (2007), en su libro La intuición de leer, la intención de narrar,
enfatiza que la lectura en voz alta es el ejercicio mejor y más básico para mejorar
en cualquier forma de elocución (oratoria, declamación, narrativa, habla
cotidiana); justifica diciendo que nuestro lenguaje natural es el lenguaje oral, pero
que la mayoría de los textos literarios actuales no están escritos para ser
narrados o leídos en voz alta. Resalta que al producir un enunciado oral
comprometemos nuestro cuerpo, y también participan en ello el entorno y
nuestros interlocutores. A fin de cuentas -continúa- lo que tratamos de encontrar
es el valor que las palabras llevan oculto en su silencio para que brote con todo
su esplendor a través de su expresión completa.
Castro critica a los profesores que enseñan oratoria, declamación,
narración oral, etcétera, al no advertir un gran potencial en la mayoría de los
alumnos, ya que estos mentores se concentran sólo en pupilos con cualidades
muy notorias en el arte de la palabra bien dicha y que se empecinan en un
objetivo: ganar los concursos.
Al hablarnos de La escuela moderna de declamación, Jaramillo (1989)
comienza preguntándose cómo el arte de la declamación lograría identificarse
totalmente con la época y reconoce que la solución no es fácil, considerando que
el poeta debe ser ante todo un hombre de carne y hueso, que con sus versos
vierta el sentimiento de su pueblo, el folklore de su medio, los intereses y anhelos
de la colectividad o los ingredientes de la individualidad humana.
Atina al decir que el éxito del declamador moderno depende en gran parte
de la selección poética. Asevera que el estudio del poema identificado con el
tiempo actual es factor decisivo en el triunfo del buen declamador y que si la
poesía no reencarna valores del momento, si no compagina con el sentimiento
del hombre del presente, no podrá llegar a feliz término. Dice que es preciso que
el declamador moderno tenga siempre en cuenta que el hombre del siglo XXI
está influenciado por ideas de una filosofía existencialista, por conceptos
filosóficos pragmatistas y positivistas; que cansado de los lugares comunes de
todas las artes, proclama y pide a gritos la innovación.
Asegura que el declamador moderno debe proyectar su arte con
perspectiva filosófica, con fundamentos psicológicos y científicos, en pro de un
arte identificado con el tiempo que vive. Asegura que nada es más acertado que
enseñar ética y estética a través de un arte, en este siglo de materialidad en que
vivimos y que llamada está la declamación a restaurar los altos valores del
espíritu: verdad, justicia, moral, heroicidad, patriotismo, confraternidad, bondad.
Algunos miembros de la asociación colombiana verso a verso,
encabezados por Hugo Cuevas (1989) nos presentan los atributos que deben
caracterizar al declamador y que deben difundir los instructores del arte de la
expresión oral poética. Aseveran que son tres los dotes principales del verdadero
declamador: la voz, la memoria y el sentimiento, sin quedar a la zaga las
siguientes cualidades: clara inteligencia, agradable presencia física, gran don de
gentes, espíritu democrático, temperamento artístico, vocación y aptitud, intuición
psicológica y otras más que, en una u otra forma, tienen que ver con el arte. Con
lo anterior, el declamador posee las cualidades del pedagogo que siembra el
valor en el educando de una manera vivencial; lo impacta, lo impregna con su
bien decir.
Ellos hacen un estudio muy profundo acerca de la voz, arguyendo que
ésta constituye el único instrumento por medio del cual el declamador interpreta
los pensamientos y mediante el cual mantiene la unión espiritual entre él y el
auditorio. Dicen que el declamador necesita saber de su constitución y
funcionamiento, así como del cuidado que este aparato requiere para su buena
conservación, como también de la calidad de la voz por el sonido, los elementos
de esta y su clasificación. Exponen un estudio muy concienzudo sobre la
educación respiratoria y acerca de la importancia del aparato de fonación para el
declamador, la clasificación de las voces y del envidiable atributo del decidor de
versos: la memoria.
Jaramillo (1989) nos hace un análisis muy profundo de los aspectos de
preparación científica y adiestramiento en la declamación en su libro La técnica
en el arte de la declamación, resaltando los conocimientos de gramática
castellana, conocimientos preliminares de música y canto, psicología, historia del
arte escénico, los titanes de la poesía universal, el arte a través del tiempo y
panorama de la literatura patria; y en la parte de adiestramiento: los sentidos
estéticos, la mímica, la voz y la forma de cómo estudiar un poema.
Dice de la vista y del oído que son los dos sentidos, puertas del
sentimiento estético y analiza cada uno de los elementos humanos utilizados en
la mímica, primordial aspecto declamatorio, como son: las manos, los ojos, los
brazos, la cabeza, el semblante, las cejas, el tronco y las piernas; de la voz,
principal arma del declamador, revisa el volumen, la flexibilidad, la modulación, la
claridad, musicalidad, naturalidad, destreza, armonía imitativa y timbre.
Termina ofreciendo algunas anotaciones para la técnica, como son el
vestuario y responde a las preguntas más usuales sobre el estudio del poema
desde el punto de vista declamatorio, como son las relativas al autor del poema,
a qué género pertenece la pieza poética, cuál es el objetivo del poema, la
conveniencia para tal o cual tipo de auditorio y los artificios a emplear para
exponer con claridad las ideas y dar belleza a la interpretación.
Sin duda, el vértice de todo este conocimiento es que el mensaje poético
adquiera el fraguado de lo pedagógico, al plasmar la enseñanza que el vate
plasmó en su obra, y que el profesor -mensajero poético- lleva hasta el educando
en su proceso de enseñanza.
En un trabajo realizado en la primavera del curso 2007-2008 para
determinar los puntos de vista de los futuros maestros del curso de Actividades
Sociales Aplicadas, que se propone en el programa previo de la lengua turca y
enseñanza de la literatura, para lo cual se utilizó un método de investigación
cualitativa, Sarac (2011) reporta los resultados en su Proposal of "Applied Social
Activities" Module for Undergraduate Program of Turkish Language and Literature
Teachers. Participaron también los estudiantes de Educación Secundaria del
décimo período académico en la Universidad de Marmara. El análisis de datos
de la encuesta, cuyas principales categorías son perspectiva personal y
profesional, se llevó a cabo mediante el análisis de inducción, que es un método
de análisis de contenido. Los datos obtenidos fueron interpretados a través de
estudios afines a la propuesta presentada.
Como resultado de la evaluación, los futuros maestros expresaron que el
aumento en la destreza de expresión oral, como oratoria y declamación, había
desarrollado a la comunidad; su ansiedad social había disminuido, sus
habilidades de cooperación y solidaridad se había desarrollado y habían
adquirido una mayor confianza en sí mismos y su propia creatividad había
surgido, habían aprendido las situaciones que podían reunirse en las fases de la
organización, habían adquirido experiencia en su carrera, habían conseguido
ahorrar material profesional y habían encontrado la oportunidad de aplicar los
conocimientos teóricos. Los resultados de este trabajo fueron ofrecidos a los
futuros profesores de literatura en el pre-período de servicio.
En Hearing Voices: Rhetoric, Imitation, and Civic Competence, Hansot
(2004) opina que la oratoria ha desaparecido y es prácticamente un
anacronismo;
del mismo modo, la declamación ha perdido su lugar
predominante en la pedagogía, pues memorizar un discurso es considerado un
retroceso para los pedagogos modernos, una reliquia de un siglo anterior.
En una época de pluralismo reinante, memorizar y recitar un discurso es a
menudo desestimado como un proceso solamente mecánico. Como esta práctica
se ha desvanecido, también lo ha hecho el concepto, ampliamente aceptado por
los retóricos del siglo XIX en América, acerca de que esta capacitación es
esencial para adquirir competencia ciudadana y una alfabetización emocional.
Nuestros discursos de cualquier tipo -sin exceptuar el pedagógico- están hechos
de anécdotas, de historias, del estado del arte, etcétera; al expresarnos
precisamos recurrir a ese bagaje de discursos formales e informales que hemos
conocido y expresado en nuestra vida: frases célebres, dichos populares,
etcétera; los cuales sirven como punta de partida para acrecentar el estado del
conocimiento en cualquier área, por lo que la práctica de la memorización y
expresión del discurso es muy útil, en el proceso de la enseñanza y el
aprendizaje.
Este estudio reconsidera el valor de la formación retórica tradicional en el
siglo XIX y a muy corto plazo, busca quienes comulguen con esta forma
pedagógica de enseñanza. Citando las palabras de Camic, el autor afirma que
"... los contemporáneos profesionales de la enseñanza deben tratar de
comprender las ideas del pasado en sus propios términos, ya que éstos son los
únicos con los que se accede a una arraigada manera de comprender sus
perspectivas, y que realmente nos puedan revelar significado a nosotros."
Recordemos que este fue el gran recurso de los Romanos y los Griegos, como
recurso educativo.
Este tipo de prácticas, cuyo valor se ha ido debilitando con el tiempo,
deben sobrevivir y es un desafío hacerlas nuestras, para aumentar las
posibilidades de acceso al conocimiento, en el presente, sobre todo al tratarse de
competencias cívicas.
En una colección de 11 ensayos en honor a Winifred Bryan Horner, por
su esfuerzo sostenido para establecer que la naturaleza especial de la retórica y
la composición, que lleva a los maestros a teorizar, practicar y aplicar teoría en
sus propias aulas, Enos (1993) insta en su Learning from the Histories of
Rhetoric, a los que se encuentran en el campo de la expresión oral, para
aprender de historias de la retórica, con el fin de extraer de ellas y de la
composición, para entender la teoría y la práctica de la conceptualización
Aristotélica.
Steiner (1967) analiza en su artículo Sprachunterricht auf der Mittelstufe
(Language Instruction in Grades 4-6), los métodos para enseñar la poesía y la
composición de habla alemana de primaria, a los estudiantes en Suiza. Dice que
un método eficaz para el tratamiento de la poesía es la expresión; los niños
practican la actuación, la declamación, la pantomima, la narración mientras
aprenden el poema.
Otro
método
es
la
expresión
coral,
pero
con
roles
asignados
individualmente, lo que permite al profesor observar las habilidades de los
estudiantes en el uso de la palabra expresada con fluidez, la entonación y el
ritmo. Ambos métodos permiten a los mentores ceder la parte activa a los
alumnos. Una técnica útil para la composición es la de contar historias acerca de
imágenes que ven los niños. Los niños aprenden con eficacia al describir los
eventos y acciones en su presentación. Posteriormente,
ellos adquirirán la
habilidad de escribir de manera más coherente.
En la asignación de una tarea de composición, el maestro no debe dar un
título de una sola palabra, ya que esto es demasiado vago y poco inspirador.
Preferible es dar el "eje temático" y una serie de sub-temas o frases sugerentes
agrupados bajo un título general. Este dispositivo estimula la imaginación de los
estudiantes, ya que los ayuda a que no se desvíen de su tema en la
presentación, y promueve la fluidez. Ejemplos concretos de todos los métodos
anteriores son presentados en este trabajo.
En La educación contemporánea, Del Río (1991) nos hace una explicación
muy adecuada de lo que debe ser esta educación e inicia diciendo que nuestra
realidad educativa exige la apertura de talleres para el aprendizaje de artes y
oficios. Dentro de las artes, son la declamación y la oratoria, las que deben tener
el imperativo dominante. Dice que aprender a hablar, pero a hablar bien es un
arte, muy necesario en nuestro medio. Hace referencia a la necesidad que se
vuelve más notoria en tiempo de elecciones presidenciales, en que cunden los
oradores políticos por todas partes.
Asevera, para terminar, que es conveniente al tratar sobre metodología del
arte de la declamación, presentar nuestra realidad educativa para que surja el
afán de transformación, y en el propósito de nuestro estudio sobre este arte, el
afán de la creación de clubes en cada colegio, para la enseñanza de la
declamación.
Ortiz (1990) enfatiza que lo primero es comprender la realidad de la
educación formal, sus causas y las vallas que pudieran obstaculizar su evolución,
para con ello tener el índice para emprender en una transformación educativa
que se ajuste a nuestro medio social y a nuestras posibilidades económicas.
Asevera que el proporcionar al alumno el mayor número de posibilidades para
que ponga en relieve sus aptitudes y su vocación, artística, científica, manual,
etc., es un deber de la actual educación. En esta realidad, está la enseñanza de
actividades artísticas, que deben emplearse en nuestro medio social, como son
la oratoria y la declamación.
Resalta que el saber hablar con corrección, con propiedad, son soltura,
con lógica, con elegancia, es el complemento de toda persona culta y propone la
creación formal, por parte de autoridades educativas, de clubes de declamación,
ya que considera que su funcionamiento resulta muy ventajoso, tanto para los
alumnos que deseen mejorar su expresión oral, como para los que tienen
verdadera vocación y aptitudes para este arte.
Finalmente propone que los alumnos, de acuerdo a sus aptitudes y
disposiciones naturales, deberán ser clasificados en grupos, tales como
declamadores épicos, líricos y dramáticos. Sin dejar de atender, desde luego, los
especiales casos de alumnos que manifiesten iguales aptitudes para la
interpretación de todos los géneros literarios, los cuales deberán integrar un
cuarto grupo: “declamadores de la poesía universal”.
Oropesa (1999) Inicia explicando el concepto de metodología desde lo
etimológico, como el tratado de los caminos para llegar a la consecución de un
fin propuesto, para explicarnos la metodología para la enseñanza de la
declamación y también nos enseña qué procedimientos debemos emplear para
alcanzar más fácilmente determinado fin. Al referirse al método, aclara que
estudiar un poema no significa memorizarlo, sino adentrarse en sus
concepciones poéticas, es profundizar sus metáforas, es interpretar los
sentimientos del poeta, es analizar los detalles para sacar una conclusión, para
deducir el objetivo del poema, el propósito del autor.
Al estudiar un poema, este método lo estamos poniendo en práctica,
porque del análisis sereno y concienzudo de los detalles llegamos a concluir cuál
es el objetivo capital que encierra el fondo del poema, para adecuar la voz y la
mímica que piden la esencia de la obra y la feliz realización artística. El
procedimiento es la forma o medio para andar dentro del método y el analíticosintético es el más adecuado en este caso, ya que del estudio analítico de las
partes llegamos a concluir la forma de interpretación del poema: “comprensión de
los detalles en la síntesis de las generalidades más vastas”.
El autor insiste en que la forma interrogativa-expositiva es la más
adecuada para lograr la intervención de todos los alumnos. El profesor, en la
pedagogía moderna, es tan solamente un guía. En lo que al horario respecta,
propone 2 hora semanales, ya que los órganos vocales necesitan reposo para el
adiestramiento de las modulaciones de la voz; la fatiga obstaculiza la
interpretación. En lo que al programa de enseñanza se refiere, pide cuidar mucho
el escoger poemas adecuados para la edad y el nivel académico del estudiante y
los conocimientos fundamentales sobre técnica del arte, sobre poética y fonética
son indispensables en el programa del curso de declamación.
Abascal (1984) refiere que un profesor de declamación debe ser, además
de pedagogo, un artista, pero un artista técnico, en el cabal significado que este
término encierra: conocedor práctico del asunto por un lado, y por otro de todo
cuanto el arte de la declamación en su aspecto teórico comprende. Subraya el
aspecto de la sinceridad consigo mismo para reconocer su capacidad artística y
no atribuirse a enseñar más de lo que sus aptitudes le dan, y sinceridad con sus
alumnos para reconocer en ellos sus valores artísticos, para no defraudarlos,
enseñándoles, por ejemplo, con estilo lírico a interpretar poemas de carácter
épico.
Destaca ciertos preceptos pedagógicos del instructor, como crear en clase
un ambiente favorable para el estudio, un ambiente de complacencia,
satisfacción y confianza. Nunca infundir temor en sus alumnos, con demasiado
rigor. Dice que hacer actuar al alumno más apto sin dejar de hacerlo con todos
es una medida antipedagógica; más bien estimularlos y corregir los defectos
haciendo críticas constructivas; respetar la personalidad de cada alumno y
tomarlo cono el eje de la educación.
Punto primordial: el profesor de declamación jamás debe constituirse en
modelo de sus alumnos, aunque tenga la convicción de que realmente lo es.
Debe tomar en cuenta que el verdadero artista no es el que se dedica a copiar al
modelo, sino el que tiene la capacidad de crear, de innovar y poner algo propio
de su ingenio. El profesor de declamación debe dar la oportunidad para que sus
alumnos actúen libremente y pongan de manifiesto sus especiales dotes
características.
Al explicar los formales de una clase de declamación, Ortiz (1991) la
divide en tres partes: Motivación, Presentación y Elaboración. La primera tiene
por objeto crear un ambiente de confianza, a fin de despertar el interés en los
alumnos por el aprendizaje; puede versar sobre una conversación o lectura de
algún hecho histórico que tenga referencia con el poema a estudiarse. La
segunda parte es para repartir el poema o que lo vean todos en proyección, para
que después el maestro lo recite y los alumnos anotan los términos nuevos, con
apoyo del profesor y/o del diccionario.
En la elaboración se estudia la pieza poética, respondiendo a las
siguientes interrogantes: ¿ Qué clase de poema es ? (épico, lírico, dramático,
bucólico) y dentro de este género, ¿ es jocoso, elegíaco u onomatopéyico ?;
¿ se trata de un poema descriptivo, narrativo, dramatizado o monologado ?; ¿ a
quiénes y a cuántos personajes debo representar en este poema ?; ¿ qué
objetivo quiere alcanzar el poeta con esta pieza ?; ¿ cuáles son los
pensamientos principales y cuáles los secundarios ?; ¿ qué pausas debo
destruir, prolongar, aumentar o acortar ?; ¿ qué sinalefas debo destruir ?; ¿ cómo
debo comportarme durante la declamación ?; ¿ qué artificios debo omitir a fin de
no dispersar la atención del público ?.
Después de aprenderse la pieza poética en plenitud, el alumno la declama
y el profesor pule los detalles, siempre respetando las características del
estudiante y, de manera global, explica las correcciones particulares y las
generales, es decir, las que sirven en toda declamación.
En lo concerniente al ámbito de investigación, tenemos trabajos realizados
a nivel institucional (Tusón, 1993; Arias, 1951; Sarac, 2011; Yuste, 1990; Steiner,
1967; Cuevas, 1989; Agudelo, 2005; Del Río, 1991; Mendelson, 1989; Fagot,
1935; Enos, 1993), nacional (Pelaés, 1835; Pablos, 2007; Abascal, 1984;
Oropeza, 1979; Loprete, 1989), e internacional (Jaramillo, 1985; Guerra, 1984;
Cuevas et.all, 1993; Hansot, 2004 ).
En relación con las perspectivas disciplinarias, buena parte de los trabajos
se centran en el análisis de la declamación como herramienta pedagógica y en
íntima relación con la estética (Cuevas et.all, 1993; Jaramillo, 1989; Arias, 1951),
así como en las cualidades que debe dominar el declamador para su beneficio
artístico y personal (Jaramillo, 1989; Pablos, 2009) y la declamación desde el
arte (Romea, 1945; Mate 1838). A la perspectiva didáctica técnica se refirieron
Ortiz (1991), Abascal (1984), Oropeza (1979) y Cuevas (2011).
Para cerrar este apartado podríamos decir que buena parte de los trabajos
se centran en la enseñanza técnica de la declamación, pero también hay un
buen número de los que complementan la educación integral del individuo,
enfatizando en su locución.
Caben destacar los trabajos de Agudelo (2005), que es el que más se
acerca al objetivo de la tesis presente, aunque se enfoca en niños y este trabajo
doctoral se refiere a valores profesionales en la educación superior y los de
Pablos (2008 y 2009), en los que se prepara la plataforma para dar sentido al
arte declamatorio y concretar la interiorización de valores con el estudio y
práctica de la expresión del discurso poético, así como el de Castro (2007) que
se alinea perfectamente con los autores antes mencionados, cuando resalta el
objeto de encontrar el valor que las palabras llevan oculto. En este tenor,
Jaramillo (1989) enmarca este objeto de estudio al sentenciar que si la poesía no
reencarna valores del momento, si no compagina con el sentimiento del hombre
del presente, no podrá fraguar en forma práctica los sueños humanos, y al
destacar la enseñanza de la ética y la estética a través de un arte -el
“declamatorio educativo”, en nuestro caso- en este siglo de materialidad en que
vivimos, por lo que con la declamación podemos restaurar los altos valores del
espíritu.
Una investigación muy acorde al objetivo pragmático de esta tesis
doctoral, fue la de Sarac (2011) en Turquía, al hablarnos de que en los
resultados de su trabajo, el aumento en la destreza de expresión oral, como
oratoria y declamación, trajeron considerables beneficios en los involucrados.
En este capítulo analizamos un acercamiento cuantitativo al tema de la
declamación, enfatizando en la perspectiva pedagógica, así como las
características generales de los autores de los trabajos estudiados. Dividimos las
temáticas en los enfoques histórico, artístico y de la educación y encontramos
que se hacen distinguidos esfuerzos por hacer de la declamación un recurso
didáctico importante, pero con la debilidad de que los textos fueron realizados de
manera aislada y sin mucha fundamentación, más bien basados en experiencia
personal de los autores, denotando generalmente un gran apego por este arte de
la palabra bella; razón de más para llevar a cabo la presente investigación.
En general, los trabajos aquí mencionados que refieren investigaciones de
campo, aportan importantes datos para los investigadores del campo educativo
de la elocución y en específico de la expresión del discurso poético, al alcanzar
sus objetivos planteados; los trabajos documentales también apoyan de manera
importante al estado del conocimiento del área y nos permiten apreciar un vasto
campo para la investigación del arte de la declamación como recurso didáctico.
Lo anterior nos anima a distinguir a este arte como pilar de oro, en el área de las
herramientas pedagógicas.
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