f. scott fitzgerald, historias de pat hobby: una visión

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F. SCOTT FITZGERALD, HISTORIAS DE PAT HOBBY: UNA VISIÓN IRÓNICA DE LA DERROTA
Martes, 05 de Junio de 2012 10:08
F. SCOTT FITZGERALD, HISTORIAS DE PAT HOBBY: UNA VISIÓN IRÓNICA DE LA
DERROTA
Cuando los últimos rayos de sol desaparecen por el horizonte dorado de Hollywood, Pat Hobby
por fin encuentra una cama vacía en los solitarios decorados del estudio cinematográfico para
el que trabaja por 250 ó 350 $ a la semana. Esta metáfora tan irónica de la derrota, es sólo una
muestra más de la tragedia salpicada con grandes gotas de sarcasmo que se esconde tras las
líneas de estos diecisiete relatos breves, que F. Scott Fitzgerald escribió casi al final de su vida,
si exceptuamos su gran novela inconclusa El último magnate. Aquí, el álter ego del escritor,
aparece desprovisto del glamour que le acompañaba en los años veinte, y que como una
maleta olvidada en el trastero, permanece varado delante de sí mismo y del paso del tiempo,
con la única misión de seguir acumulando polvo. En el fondo, este conjunto de historias no son
sino la triste mueca del resultado final de una época de diversión prolongada, que como pasa
siempre, acabó como un mal sueño. La realidad una vez más, se muestra obstinada a la hora
de administrar justicia con todos aquellos que malgastaron su talento hasta no dejar ni rastro
de él. Con todo, estas Historias de Pat Hobby tienen el aliciente de encontrar una estructura
bien formada; la construcción de unos personajes en unas pocas líneas o pinceladas, y sobre
todo, porque nos muestran la cara oculta de la gran fábrica de sueños, que en esta ocasión, va
mucho más allá de la industria cinematográfica para situar su punto de mira sobre aquellos que
de verdad componen las historias que algún día nos harán llorar o reír. Ahí es donde Fitzgerald
da un estoconazo en todo lo alto, porque esa fina ironía convenientemente administrada con un
poco de buen humor, nos entra hasta lo más profundo de las entrañas sin apenas darnos
cuenta. Esa labor de cirujano que se asesina a sí mismo, Fitzgerald la ejecuta sin compasión, y
no le importa retratarse en un decorado desprovisto de candilejas para llevarnos de la mano
por el día a día de un fracasado, porque en el fondo, Fitzgerald parece decirnos bien a las
claras en estos relatos, que no hay mayor fracaso para un escritor que convertirse en un
guionista de cine a sueldo, cuya misión ya no es crear historias sino revisarlas y acotarlas con
diálogos que enganchen. En ese escenario por el que sólo pasean los olvidados, es por donde
Pat Hobby recorre los estudios cinematográficos buscándose la vida, ora pidiendo trabajo al
productor Jack Berners, ora dándole un sablazo al corredor de apuestas Louie, sin olvidar el
pasarse por la peluquería o detenerse ante el limpiabotas por si cae algo. Rasgos que de una u
otra forma, retratan el carácter y el rechazo en el que se ve inmerso el protagonista, que
aunque ha perdido agudeza a la hora de crear historias, todavía tiene un pronunciado sentido
de buscavidas, del que el destino en el último minuto, siempre acaba apiadándose. La idea de
Fitzgerald de que a los cuarenta y nueve años ya se le ha escapado la vida, hoy en día nos
puede resultar cuando menos grotesca, pero quizá no lo sea tanto si recordamos que él fue un
joven alto y guapo, que alcanzó el éxito desde el principio. Ese reflejo mal digerido de quien
consigue aquello que anhela tan pronto y de una forma tan arrolladora, le pesó al escritor
durante toda su vida, pero visto el resultado final, parece que no hizo lo suficiente para
impedirlo. Aunque la verdadera visión irónica de la derrota a la que asistimos, es la pérdida del
talento de este gran escritor; pues lo dejó huir en pequeñas batallas en forma de relatos con los
que se ganaba la vida. Si su empeño hubiese sido mayor a la hora de enfrentarse con la
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F. SCOTT FITZGERALD, HISTORIAS DE PAT HOBBY: UNA VISIÓN IRÓNICA DE LA DERROTA
Martes, 05 de Junio de 2012 10:08
escritura de verdad, de su mente hubiesen salido muchas y grandes novelas como El último
magnate, donde recrea su fascinación por el mundo del cine y en la que se encontraba
trabajando cuando le sorprendió la muerte.
Reseña de Ángel Silvelo Gabriel.
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