AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. QUEJOSO: **********. MINISTRA PONENTE: OLGA SÁNCHEZ CORDERO DE GARCÍA VILLEGAS. SECRETARIO: FRANCISCO OCTAVIO ESCUDERO CONTRERAS. México, Distrito Federal. Acuerdo de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al día tres de septiembre de dos mil catorce. V I S T O S; y R E S U L T A N D O: 1. PRIMERO. Por escrito presentado el catorce de octubre de dos mil trece, ante la Oficialía de Partes del Sexto Tribunal Unitario en Materia Penal del Primer Circuito, **********, por conducto de su abogado, **********, demandó el amparo y protección de la Justicia Federal en contra de las autoridades y por el acto que a continuación se indican1: AUTORIDADES RESPONSABLES: Como Ordenadoras: Sexto Tribunal Unitario en Materia Penal del Primer Circuito en el Distrito Federal. Juez Tercero de Distrito de Procesos Penales Federales en el Distrito Federal. Como Ejecutoras: 1 Fojas 3 a 4 del cuaderno de amparo. AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. Director del Reclusorio Preventivo Varonil Norte, dependiente del Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social de la Secretaría de Gobernación. Director General de Ejecución de Sanciones, dependiente del Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social de la Secretaría de Gobernación. ACTO RECLAMADO: La orden y ejecución de la sentencia definitiva de treinta de agosto de dos mil trece, dictada en el toca número **********. 2. SEGUNDO. El quejoso señaló como garantías violadas, las contenidas en los artículos 1º, 14, 16, 17, 20, 21, 22, 23 y 133 constitucionales, narró los antecedentes del caso y expresó los conceptos de violación que estimó pertinentes2. 3. TERCERO. Por auto de veintiuno de octubre de dos mil trece, el Presidente del Octavo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, al que correspondió conocer del asunto, tras precisar que al Juez Tercero de Distrito de Procesos Penales Federales en el Distrito Federal, se le tendría como autoridad responsable ejecutora, admitió la demanda de garantías y ordenó su registro como amparo **********3. 4. CUARTO. Por escrito presentado en la Oficina de Correspondencia Común de los Tribunales Colegiados en Materia Penal del Primer Circuito, el cinco de noviembre de dos mil trece, 2 3 Ibídem. Fojas 4 a 35. Ibídem. Fojas 46 a 47 vuelta. 2 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. **********, por su propio derecho y en representación de su menor hijo, en la calidad de parte tercero interesada, interpuso juicio de amparo adhesivo4, el cual, por auto de siete de noviembre de dos mil trece, se tuvo por presentado5. 5. Seguidos los trámites de ley correspondientes, el veintitrés de enero de dos mil catorce, se dictó sentencia en el sentido de negar el amparo al quejoso, y con respecto a la tercera interesada, dejar sin materia el juicio de amparo adhesivo6. 6. QUINTO. Inconforme con la anterior resolución, por escrito presentado el catorce de febrero de dos mil catorce, ante el Tribunal Colegiado del conocimiento, el quejoso interpuso recurso de revisión7, mismo que, por oficio número 1430 de veinticuatro de febrero de dos mil catorce, se remitió, junto con los autos relativos, a esta Suprema Corte de Justicia de la Nación8. 7. SEXTO. Por su parte, por escrito presentado el veinticuatro de febrero de dos mil catorce, ante el Tribunal Colegiado del conocimiento, la parte tercero interesada, **********, por su propio derecho y en representación de su menor hijo, interpuso recurso de revisión adhesivo9, el cual, por oficio número 1533 de veintiséis de febrero de dos mil catorce, se remitió, junto con los autos relativos, a esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, para que resuelva lo conducente10. 4 Ibídem. Fojas 89 a 94. Ibídem. Fojas 95 y vuelta. 6 Ibídem. Fojas 138 a 286 y vuelta. 7 Fojas 3 a 30 y vuelta del toca de la revisión. 8 Ibídem. Fojas 2. 9 Ibídem. Fojas 32 a 37. 10 Ibídem. Fojas 31. 5 3 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. 8. SÉPTIMO. Por auto de tres de marzo de dos mil catorce, el Presidente de este Alto Tribunal admitió tanto el recurso de revisión, como la revisión adhesiva, con reserva del estudio de importancia y trascendencia que en el momento procesal oportuno se realice; ordenó requerir al Órgano Colegiado y a la autoridad responsable para que remitan los autos necesarios para resolver el asunto; notificar al Procurador General de la República por conducto del Agente del Ministerio Público Federal adscrito a este Alto Tribunal; así como remitir el asunto a la Primera Sala por corresponder la materia del mismo a la especialidad de ésta11. 9. OCTAVO. Por auto de doce de marzo de dos mil catorce, el Presidente de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación tuvo por recibidos los autos, se avocó al conocimiento del asunto, y ordenó su envío a la Ponencia de la Ministra Olga Sánchez Cordero de García Villegas para la elaboración del proyecto correspondiente12. C O N S I D E R A N D O: 10. PRIMERO. Competencia. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es competente para conocer y resolver el presente recurso de revisión de conformidad con los artículos 107 fracción IX de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 81, fracción II y 83, de la Ley de Amparo en vigor; y, 21, fracción III, inciso a), de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación; así como en los puntos 11 12 Ibídem. Fojas 57 a 59. Ibídem. Fojas 61. 4 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. primero y tercero del Acuerdo General 5/2013, emitido por el Pleno de este Alto Tribunal el trece de mayo de dos mil trece y publicado en el Diario Oficial de la Federación el veintiuno del mismo mes y año, ya que el recurso fue interpuesto en contra de una sentencia pronunciada en un amparo directo penal por un Tribunal Colegiado de Circuito y su resolución no requiere la intervención del Tribunal Pleno. 11. SEGUNDO. Oportunidad. El presente recurso de revisión fue interpuesto en tiempo de conformidad con lo dispuesto por el artículo 86 de la Ley de Amparo, al apreciarse de las constancias existentes, que la sentencia recurrida fue dictada el veintitrés de enero de dos mil catorce13, misma que fue notificada personalmente al quejoso, el treinta de enero del mismo año14, por lo que surtió efectos el día hábil siguiente, que fue el viernes treinta y uno de enero de dos mil catorce. 12. En consecuencia, el término de diez días señalado en el artículo de mérito, transcurrió a partir del lunes tres al lunes diecisiete de febrero de dos mil catorce, excluyéndose los días uno, dos, ocho, nueve, quince y dieciséis de febrero del año en cita, por ser sábados y domingos, así como el día cinco del mismo mes y año, por ser inhábil; todos en términos del artículo 19 de la Ley de Amparo. 13. En esas condiciones, al haber sido presentado el recurso de revisión ante el Tribunal Colegiado del conocimiento, el catorce de febrero de dos mil catorce, según consta del sello fechador 13 14 Fojas 138 del cuaderno de amparo. Ibídem. Fojas 296. 5 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. que obra a fojas cuatro del toca de revisión, resulta incuestionable que fue interpuesto dentro del término legal previsto en el artículo 86 de la Ley de Amparo. 14. TERCERO. Procedencia. En primer lugar, se debe analizar si el presente asunto reúne los requisitos de importancia y trascendencia a que hace alusión el artículo 107, fracción IX, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como el punto Primero del Acuerdo General Plenario 5/1999, que aparece publicado en el Diario Oficial de la Federación de veintidós de junio de dicho año, para verificar si es o no procedente el recurso de revisión que nos ocupa. 15. Como una cuestión previa, conviene destacar que el recurso de revisión, en el juicio de amparo directo, se encuentra regulado en los artículos 107, fracción IX, de la Constitución Federal, 81, fracción II y 83, de la Ley de Amparo; 21, fracción III, inciso a), de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación; así como en los puntos primero y tercero del Acuerdo General 5/2013, emitido por el Pleno de este Alto Tribunal el trece de mayo de dos mil trece y publicado en el Diario Oficial de la Federación el veintiuno de mayo de dos mil trece, disposiciones que son del tenor siguiente: “Artículo 107.- Las controversias de que habla el artículo 103 de esta Constitución, con excepción de aquellas en materia electoral, se sujetarán a los procedimientos que determine la ley reglamentaria, de acuerdo con las bases siguientes: (…) IX.- En materia de amparo directo procede el recurso de revisión en contra de las sentencias que resuelvan 6 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. sobre la constitucionalidad de normas generales, establezcan la interpretación directa de un precepto de esta Constitución u omitan decidir sobre tales cuestiones cuando hubieren sido planteadas, siempre que fijen un criterio de importancia y trascendencia, según lo disponga la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en cumplimiento de los acuerdos generales del Pleno. La materia del recurso se limitará a la decisión de las cuestiones propiamente constitucionales, sin poder comprender otras…”. “Artículo 81. Procede el recurso de revisión: (…) II. En amparo directo, en contra de las sentencias que resuelvan sobre la constitucionalidad de normas generales que establezcan la interpretación directa de un precepto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos o de los derechos humanos establecidos en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, u omitan decidir sobre tales cuestiones cuando hubieren sido planteadas, siempre que fijen un criterio de importancia y trascendencia, según lo disponga la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en cumplimiento de acuerdos generales del pleno. La materia del recurso se limitará a la decisión de las cuestiones propiamente constitucionales, sin poder comprender otras…” “Artículo 83. Es competente la Suprema Corte de Justicia de la Nación para conocer del recurso de revisión contra las sentencias dictadas en la audiencia constitucional, cuando habiéndose impugnado normas generales por estimarlas inconstitucionales, o cuando en la sentencia se establezca la interpretación directa de un precepto de la Constitución y subsista en el recurso el problema de constitucionalidad.” “Artículo 21.- Corresponde conocer a las Salas: (…) III.- Del recurso de revisión contra sentencias que en amparo directo pronuncien los tribunales colegiados de circuito: a) Cuando habiéndose impugnado la constitucionalidad de un reglamento federal expedido por el Presidente de la República, o de reglamentos 7 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. expedidos por el gobernador de un Estado o por el Jefe del Distrito Federal, o en los conceptos de violación se haya planteado la interpretación directa de un precepto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en estas materias, se haya decidido o se omita decidir sobre la misma inconstitucionalidad o interpretación constitucional.” 16. Los referidos puntos del Acuerdo Plenario 5/2013, a la letra dicen: “PRIMERO. Las Salas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ejercerán la competencia que les otorga el artículo 21 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, de la manera siguiente: La Primera Sala conocerá de las materias civil y penal, y La Segunda Sala conocerá de las materias administrativa y del trabajo.” “TERCERO. Las Salas resolverán los asuntos de su competencia originaria y los de la competencia del Pleno que no se ubiquen en los supuestos señalados en el Punto precedente, siempre y cuando unos y otros no deban ser remitidos a los Tribunales Colegiados de Circuito.” 17. De la lectura de los preceptos transcritos, se desprende que las resoluciones en juicios de amparo directo, que emitan los Tribunales Colegiados de Circuito, no admiten ningún recurso. 18. Sin embargo, se establecen excepciones, a saber: a) Cuando subsista en el recurso de revisión el problema de constitucionalidad de leyes. 8 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. b) Cuando en la sentencia impugnada se establezca la interpretación directa de un precepto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. c) Cuando el Tribunal Colegiado de Circuito, omita pronunciarse en cualquiera de las materias precisadas en los anteriores incisos, no obstante de que en los conceptos de violación se planteó la inconstitucionalidad de una ley o la interpretación directa de un precepto de la Constitución. d) Que el problema de constitucionalidad entrañe la fijación de un criterio jurídico de importancia y trascendencia. 19. Como puede observarse, el recurso de revisión, en tratándose del juicio de amparo directo, se constituye como un medio de impugnación que únicamente será procedente en los casos señalados con antelación; es decir, de manera excepcional. 20. En tal virtud, la procedencia del recurso de revisión en el juicio de amparo directo requiere, en principio, que en la demanda de amparo se hubiere impugnado la constitucionalidad de una ley, de un tratado internacional o de un reglamento, o se hubiere planteado en los conceptos de violación la interpretación directa de un precepto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; que al dictar la sentencia el Tribunal Colegiado de Circuito correspondiente haya decidido sobre la constitucionalidad de la ley, tratado internacional o reglamento impugnado; o bien, establecido la interpretación directa de un precepto de la Constitución Federal u omitido el estudio y decisión de estas 9 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. cuestiones, y que sea de importancia y trascendencia el planteamiento cuestionado. 21. Sirven de apoyo a lo anterior, las jurisprudencias que a continuación se transcriben: Novena Época Instancia: Segunda Sala Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo: III, febrero de 1996 Tesis: 2a./J. 3/96 Página: 218 “REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO, REQUISITOS DE SU PROCEDENCIA. La interpretación armónica de lo dispuesto en los artículos 107, fracción IX de la Constitución Federal; 83, fracción V de la Ley de Amparo; 10, fracción III, y 21, fracción III, inciso a) de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, permite determinar que para la procedencia del recurso de revisión contra las resoluciones pronunciadas en amparo directo por los Tribunales Colegiados de Circuito, se requiere que en la demanda de amparo se hubiere impugnado la constitucionalidad de una ley, de un tratado internacional o de un reglamento, o se hubiere planteado en los conceptos de violación la interpretación directa de un precepto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; que al dictar sentencia el Tribunal Colegiado de Circuito correspondiente, haya decidido sobre la constitucionalidad de la ley, tratado internacional o reglamento impugnado; o bien, establecido la interpretación directa de un precepto de la Constitución Federal, u omitido el estudio y decisión de estas cuestiones.” Octava Época Instancia: Cuarta Sala Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación Tomo: 81, septiembre de 1994 Tesis: 4a./J. 39/94 Página: 24 10 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. “REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO CONTRA SENTENCIAS DE TRIBUNALES COLEGIADOS DE CIRCUITO, PROCEDENCIA DEL RECURSO DE. Para que proceda el recurso de revisión contra las resoluciones pronunciadas en amparo directo por los Tribunales Colegiados de Circuito, se requiere que en ellos se decida sobre la constitucionalidad de una ley, de un tratado internacional o de un reglamento, o bien que se establezca la interpretación directa de un precepto de la constitución. La finalidad que se persigue al establecer la procedencia del recurso de revisión en las hipótesis señaladas, consiste en que sea la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quien, como intérprete definitivo de la Ley Fundamental, en última instancia determine si una norma secundaria se ajusta o no al texto de aquélla, o bien, fije el alcance y sentido jurídico de determinada disposición de rango constitucional.” 22. Una vez precisado lo anterior, debe señalarse que el recurso de mérito sí cumple con los requisitos antes aludidos, en virtud de que de la lectura de las consideraciones del Tribunal Colegiado; se aprecia que se realizó un estudio sobre la inconstitucionalidad del artículo 209 bis del Código Penal Federal, a la luz de los principios de progresividad, legalidad y proporcionalidad de la pena a que se refieren, respectivamente, los artículos 1º, 14, 18 y 22 de la Constitución Federal. 23. CUARTO. Consideraciones del Tribunal Colegiado. Las consideraciones en que se apoyó el Tribunal Colegiado, en lo conducente, son las siguientes: “…Precisado lo anterior, el quejoso solicita se realice un estudio sobre el principio de progresividad, toda vez que fue objeto de diversas violaciones a sus derechos humanos, los cuales se encuentran reconocidos en los tratados internacionales y la Constitución Política de los Estados Unidos 11 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. Mexicanos. --- Luego, expone que en alcance al principio de progresividad debe aplicarse e interpretarse la normatividad constitucional y reglamentaria en el presente caso en el marco de los artículos 2 y 4 de la Observación General número 31 de Comité de Derechos Humanos de la ONU; preámbulo y artículos 11 y 28, de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH), 2 y 3, del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC); 2, del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP); 1 y 2, del Protocolo de San Salvador, así como las siguientes tesis y criterios: 1 y 2, del Protocolo Adicional a la Convención Americana Sobre Derechos Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales ‘Protocolo de San Salvador’. --- Sostiene que los derechos humanos se encuentran reconocidos en los tratados internacionales y en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en el artículo 1º el cual establece que los derechos humanos y la constitución tendrán el mismo rango y deberán ser tomados en consideración anteponiendo cualquier otro ordenamiento, aspecto que se sitúa en concordancia con la obligación interpretativa impuesta a las autoridades en términos del dicho artículo; que ni el juez de la causa ni el tribunal unitario responsable respetaron ni aplicaron a su favor los principios rectores pro persona o pro homine, trata digno, presunción de inocencia, defensa adecuada, igualdad procesal y otros que le asisten y le son inherentes, los cuales debieron ser aplicados a su favor. --- Lo anterior es infundado. --- En efecto, de manera preliminar es pertinente precisar que, de conformidad con lo previsto en el artículo 1, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, cuya reforma se publicó en el Diario Oficial de la Federación el diez de junio de dos mil once, en vigor a partir del once siguiente, conforme al párrafo tercero, corresponde a este tribunal colegiado, en el ámbito de su competencia, promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos, acorde con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. --- En cuyas condiciones, en atención al principio Pro homine, conforme al cual, y en términos del segundo párrafo del dispositivo constitucional citado, los ordinales 1 y 2, de la Declaración Universal de 12 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. Derechos Humanos; 1 y 2, de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, se debe favorecer en todo tiempo a las personas la protección más amplia; este órgano de control constitucional procede al estudio y análisis de la sentencia que constituye el acto reclamado a la luz de los derechos fundamentales que reconoce la Carta Magna para la protección de los derechos humanos y en los tratados e instrumentos internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, entre los que se encuentran los referidos con antelación; por tanto, de estimar la existencia de una violación a los aludidos derechos humanos, se procederá a proveer lo conducente para reparar la misma, en los términos que la ley establezca para ello; las normas relativas a derechos humanos se interpretarán de conformidad con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y tratados internacionales de la materia, favoreciendo en todo tiempo a las personas la protección más amplia. --- En ese orden de ideas, el Poder Judicial al ejercer un control de convencionalidad ex officio en materia de derechos humanos, deberá realizar los siguientes pasos: --- a) Interpretación conforme en sentido amplio, lo que significa que los jueces del país -al igual que todas las demás autoridades del Estado Mexicano-, deben interpretar el orden jurídico a la luz y conforme a los derechos humanos reconocidos en la Constitución y en los referidos tratados internacionales en los cuales el Estado Mexicano sea parte, favoreciendo en todo tiempo a las personas con la protección más amplia. --- b) Interpretación conforme en sentido estricto, lo que significa que cuando hay varias interpretaciones jurídicamente válidas, los jueces deben, partiendo de la presunción de constitucionalidad de las leyes, preferir aquélla que hace a la ley acorde a los derechos humanos reconocidos en la Constitución y en los tratados internacionales en los que el Estado Mexicano sea parte, para evitar incidir o vulnerar el contenido esencial de estos derechos; y, --- c) Inaplicación de la ley cuando las alternativas anteriores no son posibles. Lo anterior no afecta o rompe con la lógica de los principios de división de poderes y de federalismo, sino que fortalece el papel de los jueces al ser el último recurso para asegurar la primacía y aplicación efectiva de los derechos humanos reconocidos en la 13 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. Constitución y en los tratados internacionales de los cuales el Estado Mexicano es parte. --- Al respecto, se cita por su aplicación la tesis aislada aprobada por el Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación con el número LXIX/2011, en sesión privada celebrada el veintiocho de noviembre de dos mil once, correspondiente a la Novena Época, del rubro: --‘PASOS A SEGUIR EN EL CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD Y CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO EN MATERIA DE DERECHOS HUMANOS. La posibilidad de inaplicación de leyes por los jueces del país, en ningún momento supone la eliminación o el desconocimiento de la presunción de constitucionalidad de ellas, sino que, precisamente, parte de esta presunción al permitir hacer el contraste previo a su aplicación. En ese orden de ideas, el Poder Judicial al ejercer un control de convencionalidad ex officio en materia de derechos humanos, deberá realizar los siguientes pasos: a) Interpretación conforme en sentido amplio, lo que significa que los jueces del país –al igual que todas las demás autoridades del Estado Mexicano-, deben interpretar el orden jurídico a la luz y conforme a los derechos humanos reconocidos en la Constitución y en los tratados internacionales en los cuales el Estado Mexicano sea parte, favoreciendo en todo tiempo a las personas con la protección más amplia; b) Interpretación conforme en sentido estricto, lo que significa que cuando hay varias interpretaciones jurídicamente válidas, los jueces deben, partiendo de la presunción de constitucionalidad de las leyes, preferir aquélla que hace a la ley acorde a los derechos humanos reconocidos en la Constitución y en los tratados internacionales en los que el Estado Mexicano sea parte, para evitar incidir o vulnerar el contenido esencial de estos derechos; y, c) Inaplicación de la ley cuando las alternativas anteriores no son posibles. Lo anterior no afecta o rompe con la lógica de los principios de división de poderes y de federalismo, sino que fortalece el papel de los jueces al ser el último recurso para asegurar la primacía y aplicación efectiva de los derechos humanos establecidos en la Constitución y en los tratados internacionales de los cuales el Estado Mexicano es parte’. --- También resultan ilustrativas, por analogía, las tesis aisladas que este órgano colegiado comparte, del Cuarto 14 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. Tribunal Colegiado en Materia Administrativa de este circuito, que respectivamente pueden consultarse, la primera con el registro 179233, Novena Época, instancia: Tribunales Colegiados de Circuito, fuente. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta XXI, febrero de 2005, página 1744, tesis I. 4º. A 464 A, administrativa que dice: --- ‘PRINCIPIO PRO HOMINE. SU APLICACIÓN ES OBLIGATORIA. El principio pro homine que implica que la interpretación jurídica siempre debe buscar el mayor beneficio para el hombre, es decir, que debe acudirse a la norma más amplia o a la interpretación extensiva cuando se trata de derechos protegidos y, por el contrario a la norma o a la interpretación más restringida, cuando se trata de establecer límites a su ejercicio, se contempla en los artículos 29 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y 5 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, publicados en el Diario Oficial de la Federación el siete y el veinte de mayo de mil novecientos ochenta y uno, respectivamente. Ahora bien, como dichos tratados forman parte de la Ley Suprema de la Unión, conforme al artículo 133 constitucional, es claro que el citado principio debe aplicarse en forma obligatoria.’ --- Y la segunda del registro número 180294, que puede localizarse en la Novena Época, instancia: Tribunales Colegiados de Circuito, fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta XX, octubre de 2004, página 2385, tesis 4°.A441A, tesis aislada, materia (s): administrativa, que dice: --- ‘PRINCIPIO PRO HOMINE. SU APLICACIÓN. El principio pro homine, incorporado en múltiples tratados internacionales, es un criterio hermenéutico que coincide con el rasgo fundamental de los derechos humanos, por virtud del cual debe estarse siempre a favor del hombre e implica que debe acudirse a la norma más amplia o a la interpretación extensiva cuando se trata de derechos protegidos y, por el contrario, a la norma o a la interpretación más restringida, cuando se trata de establecer límites a su ejercicio’. --- Ahora bien, se estima conveniente apuntar que la garantía de exacta aplicación de la ley, contenida en el párrafo tercero, del artículo 14 constitucional, se refiere a que el gobernado debe tener pleno conocimiento de cuando su conducta (acción u omisión) daña un bien jurídico protegido por el sistema penal y, por tanto, que puede ubicarse en la 15 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. hipótesis de un tipo penal, con la consecuente sanción a que se hará acreedor, por ello es de suma importancia que el legislador establezca con exactitud la conducta que estima dañina, ya que en caso contrario, no solo en el gobernado, sino en las propias autoridades encargadas de aplicar la norma penal, se crearía la incertidumbre en cuanto al encuadramiento de la conducta que realiza el sujeto activo en la descripción establecida en la ley. --- Respecto del principio de legalidad en materia penal, es conveniente precisar que éste no solo obliga al legislador a declarar que un hecho es delictuoso, sino también a describir con claridad y precisión el hecho o la conducta que se considera delictivo; esta descripción, no es otra cosa que el tipo penal, el cual debe estar claramente formulado. --- Por esta razón, el legislador al describir los tipos penales, debe evitar el uso de conceptos indeterminados e imprecisos que generen un estado de incertidumbre jurídica en el gobernado y una actuación arbitraria del intérprete de la norma, a efecto de no atentar contra el principio de legalidad en materia penal, previsto en el citado artículo 14, párrafo tercero, constitucional. --- De conformidad con la disposición constitucional mencionada, se establecen como garantías específicas, por una parte, que no podrá considerarse delictuoso un hecho sino por expresa declaración de la ley –nullum crimen sine lege- y por la otra, que para todo delito, la ley debe señalar con precisión la pena correspondiente, ya que dicho precepto prohíbe aplicar una sanción sino existe disposición legal alguna que expresamente la imponga por la comisión de un hecho determinado que esté considerado como delito. --- Esto es, el artículo 14, párrafo tercero, constitucional consigna como garantía de exacta aplicación de la ley en materia penal, la prohibición de imponer penas que no estén establecidas por una ley exactamente aplicable al delito de que se trate, prohibición que recoge el principio de derecho penal que se enuncia como nulla poena sine lege. --- Al respecto, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha señalado que el alcance de la garantía de exacta aplicación de la ley en materia penal, tutelada por el artículo 14 constitucional, no se limita a constreñir a la autoridad jurisdiccional a que se abstenga de imponer, por simple analogía o por mayoría de razón, pena alguna que no esté decretada 16 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. por una ley exactamente aplicable al hecho delictivo de que se trata, sino que obliga al legislador a emitir normas claras en las que se precise la consecuencia jurídica en la comisión de un ilícito a fin de evitar un estado de incertidumbre jurídica al gobernado y una actuación arbitraria del juzgador. --- De ahí deriva, que el principio de legalidad en materia penal, tenga como razón de ser, el permitir la defensa de los particulares que en un momento determinado se coloquen en los supuestos de un tipo penal, entendido éste, como la descripción que se hace en la ley de una conducta que se considera delictuosa. --- Se sostiene lo anterior, porque de no describirse exactamente la conducta reprochable en el tipo penal, se corre el riesgo de que se sancione a los gobernados por aquellas, que en concepto del órgano jurisdiccional se ubicaran en el tipo penal y, si bien esto no significa que el creador de la norma tenga que describir con sus más mínimos detalles las conductas que deben ser sancionadas penalmente, porque ello supondría una exasperación del principio de legalidad, pues llevado hasta sus extremos desembocaría en un casuismo abrumador, lo cierto es, que el legislador debe velar por establecer una imagen lo suficientemente abstracta como para poder englobar en ella todos los comportamientos de características esencialmente comunes que atenten contra un bien jurídico relevante para la sociedad; pues de no existir una descripción legal exactamente aplicable a la conducta humana de que se trata habrá una ausencia de tipo. --- En ese sentido, las figuras típicas son las que determinan los hechos punibles, razón por la que en las descripciones del injusto que acotan y recogen, el legislador debe armonizar la seguridad jurídica y la tutela de los intereses vitales que hacen posible la justicia y la paz social, para lo cual puede integrar aquellas con elementos externos, subjetivos y normativos inherentes a las conductas antijurídicas; que de realizarse fundan los juicios de reproche sobre sus autores y la imposición de penas, previa y especialmente establecidas, por tanto, el tipo penal es un instrumento legal necesario, que es de naturaleza predominantemente descriptiva, cuya función es la individualización de conductas penalmente sancionables. --- Sirve de apoyo a lo anterior, la jurisprudencia 1a./J. 10/2006, emitida por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la 17 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. Nación, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXIII, marzo de dos mil seis, página 84, del tenor: --‘EXACTA APLICACIÓN DE LA LEY PENAL. LA GARANTÍA, CONTENIDA EN EL TERCER PÁRRAFO DEL ARTÍCULO 14 DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL, TAMBIÉN OBLIGA AL LEGISLADOR. El significado y alcance de dicha garantía constitucional no se limita a constreñir a la autoridad jurisdiccional a que se abstenga de imponer por simple analogía o por mayoría de razón, pena alguna que no esté decretada por una ley exactamente aplicable al hecho delictivo de que se trata, sino que también obliga a la autoridad legislativa a emitir normas claras en las que se precise la conducta reprochable y la consecuencia jurídica por la comisión de un ilícito, a fin de que la pena se aplique con estricta objetividad y justicia; que no se desvíe ese fin con una actuación arbitraria del juzgador, ni se cause un estado de incertidumbre jurídica al gobernado a quien se le aplique la norma, con el desconocimiento de la conducta que constituya el delito, así como de la duración mínima y máxima de la sanción, por falta de disposición expresa.’. --Precisado lo anterior, debe decirse que es inexacto que el artículo 209 bis, del Código Penal Federal, sea violatorio del artículo 1 constitucional. --- El numeral impugnado establece: --- ‘Se aplicará de nueve a dieciocho años de prisión y de setecientos cincuenta a dos mil doscientos cincuenta días multa, a quien se aproveche de la confianza, subordinación o superioridad que tiene sobre un menor de dieciocho años, derivada de su parentesco en cualquier grado, tutela, curatela, guarda o custodia, relación docente, religiosa, laboral, médica, cultural, doméstica o de cualquier índole y ejecute, obligue, induzca o convenza a ejecutar cualquier acto sexual, con o sin su consentimiento. --- La misma pena se aplicará a quien cometa la conducta descrita del párrafo anterior, en contra de la persona que no tenga la capacidad de comprender el significado del hecho o para resistirlo. Si el agente hace uso de violencia física, las penas se aumentaran en una mitad más. --- El autor del delito podrá ser sujeto a tratamiento médico integral el tiempo que se requiera, mismo que no podrá exceder el tiempo que dure la pena de prisión impuesta. --Además de las anteriores penas, el autor del delito 18 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. perderá, en su caso, la patria potestad, la tutela, la curatela, la adopción, el derecho de alimentos y el derecho que pudiera tener respecto de los bienes de la víctima, en términos de la legislación civil. --- Cuando el delito fuere cometido por un servidor público o un profesionista en ejercicio de sus funciones o con motivo de ellas, además de la pena de prisión antes señalada, será inhabilitado, destituido o suspendido, de su empleo público o profesión por un término igual a la pena impuesta’. --- En efecto, adverso a lo que afirma el quejoso, el precepto legal supra transcrito no es inconstitucional, dado que no constituye una pena excesiva. --- Ello es así, pues de la interpretación armónica de los artículos 18 y 22 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se advierte que la pena de prisión es una medida aflictiva para el delincuente, pero necesaria para la coexistencia pacífica y armónica de los miembros de la sociedad, la cual tiene el carácter de preventiva, pues con ella se pretende inhibir la proliferación de conductas antisociales, al tiempo que restablece el orden jurídico que se ve perturbado por la comisión de delitos. --Asimismo, no debe perderse de vista que la pena forma parte de la defensa social y debe responder proporcionalmente a la gravedad del ilícito cometido, independientemente de que su finalidad sea también la readaptación del delincuente sobre la base del trabajo, la capacitación sobre el mismo y la educación para que pueda convivir dentro de su comunidad. --- En congruencia con lo anterior, es válido concluir que las penas privativas de la libertad no son inusitadas o trascendentales, en atención a su temporalidad, dado que lo que proscribe el indicado artículo 22 constitucional es el contenido mismo de la pena, esto es que se convierta en una práctica inhumana, como en forma ejemplificativa lo destaca el propio precepto al prohibir las penas de mutilación y de infamia, los azotes, los palos y el tormento de cualquier especie, así como que sea trascendental, es decir, que tal sanción afecte a la familia del delincuente. --- Por tanto, de haber sido la intención del constituyente establecer un límite en la duración de las penas privativas de la libertad así lo hubiera asentado; sin embargo, dejó al legislador ordinario la facultad de determinar cuáles son las conductas delictivas y la penalidad que debe corresponderle a cada una de ellas. --- Aunado a lo 19 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. anterior, no debe soslayarse que el calificativo ‘excesiva’, a que alude el precepto constitucional invocado en el párrafo precedente, está circunscrito a la multa y no cabe aceptar, por extensión que también incluya a la pena de prisión, pues debe entenderse que en este supuesto, aquél no se refiere a la duración propia de la privación de la libertad, sino a que no sea acorde con la gravedad de la conducta delictiva, esto es que la sanción exceda desproporcionalmente al hecho delictivo, en correlación con el riesgo social y la necesidad de preservar el orden jurídico. --- En esas condiciones, si por pena inusitada debe entenderse aquella que ha sido abolida por inhumana, cruel, infamante y excesiva, o porque no corresponde a los fines que persigue la penalidad; entonces, no puede estimarse que el artículo 209 bis del Código Penal Federal, al establecer que se impondrá a quien cometa el delito de pederastia, prisión de nueve a dieciocho años de prisión y de setecientos cincuenta a dos mil doscientos cincuenta días multa, contravenga los artículos 1, 18 y 22 constitucionales, o bien los tratados que en materia de derechos Humanos haya suscrito nuestro país, pues la aplicación de tales penas sólo es aplicable a quien resulte plenamente responsable de la comisión de tal ilícito, y tampoco se trata de una pena excesiva, pues el aludido precepto prevé un parámetro sancionador, lo cual presupone que el juzgador deberá realizar la individualización de la pena con lo que se busca que su imposición obedezca o esté en relación directa con la gravedad y naturaleza del delito, así como la necesidad de tomar en cuenta el aspecto subjetivo del delincuente, es decir su culpabilidad. --- Máxime que con dicha pena lo que se pretende es que no se obstaculice la acción investigadora y de administración de justicia del Estado, inhibiendo a otros sujetos de la comisión de ese delito con una pena ejemplar, por lo que su finalidad consiste en hacer recapacitar a los infractores con la gravedad del castigo, siendo éste el medio de readaptación del reo y el fin que persigue la función punitiva del Estado. --- Además, ha de considerarse que el principio de proporcionalidad contemplado expresamente en el artículo 22 constitucional no sólo impone al juez el deber de individualizar la pena teniendo en cuenta las circunstancias concretas de cada caso, también constituye un mandato dirigido al 20 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. legislador que implica la obligación de verificar que existe una adecuación entre la gravedad del delito y la de la pena. --- Para hacer este análisis hay que partir de que la relación entre delito y pena es de carácter convencional, así la cláusula de proporcionalidad de las sanciones penales no puede significar simplemente que sea inconstitucional una pena cuando ésta es mayor a la de un delito que protege un bien jurídico del mismo valor o incluso de mayor importancia. --- Por otro lado, la exigencia de proporcionalidad no implica que el sistema de penas previsto en los códigos penales atienda exclusivamente a la importancia del bien jurídico protegido, la intensidad del ataque a ese bien o al grado de responsabilidad subjetiva del agente. --- La gravedad de la conducta incriminada y la sanción también están determinadas por la incidencia del delito o la afectación a la sociedad que éste genera, siempre y cuando haya elementos para pensar que el legislador ha tomado en cuenta esta situación al establecer la pena. --- Lo anterior, significa que para enjuiciar la proporcionalidad de una pena a la luz del artículo 22 constitucional puede ser necesario atender a razones de oportunidad condicionadas por la política criminal del legislador. --- Lo expuesto, permite determinar la constitucionalidad de la norma impugnada, y si bien es cierto en dicho artículo se señala una sanción privativa de libertad mayor a la prevista en el artículo 176 del Código Penal para el Distrito Federal y en el numeral 260 del Código Penal Federal, adversamente a lo que aduce el disconforme, ello no significa que por esa circunstancia se contravenga el principio de progresividad que persigue, esencialmente la aplicación preferente de aquel ordenamiento que contemple un mayor beneficio al gobernado respecto de sus derechos humanos. --Se afirma lo anterior, pues en el caso no se advierte que exista un ordenamiento que contemple mayor beneficio al gobernado respecto de sus derechos humanos, especialmente en los tratados internacionales, acorde a con los fines de justicia, equidad y solidaridad social perseguidos por el constituyente a partir de la reforma al artículo 1 constitucional. --- También sostiene el quejoso que éste tribunal colegiado realice un estudio sobre el principio de progresividad. --- Sobre el particular debe decirse que el tercer párrafo del artículo del artículo 1º 21 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. (sic) constitucional, dispone entre otras cuestiones, que todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad, este último constituye el compromiso de los Estados para adoptar providencias, tanto a nivel interno como mediante la cooperación internacional, especialmente económica y técnica, para lograr progresivamente la plena efectividad de los derechos que se derivan de las normas económicas, sociales y sobre educación, ciencia y cultura, principio que no puede entenderse en el sentido de que los gobiernos no tengan la obligación inmediata de empeñarse por lograr la realización íntegra de tales derechos, sino en la posibilidad de ir avanzando gradual y constantemente hacía su más competa realización, en función de sus recursos materiales; así, este principio exige que a medida que mejora el nivel de desarrollo de un estado, mejor el nivel de compromiso de garantizar los derechos económicos, sociales y culturales…”15 24. QUINTO. Agravios. En sus agravios, el ahora recurrente expresó lo siguiente: 25. Que la sentencia que negó el amparo es violatoria de los derechos humanos, porque el Órgano Colegiado parcial y aisladamente comenta y transcribe definiciones y principios generales de los derechos humanos que establece el artículo 1º Constitucional, pero carecen de motivación y conexión lógica jurídica y causal entre los conceptos de violación hechos valer por el quejoso. 26. Que el Órgano Colegiado desatendió y omitió los argumentos y evidencias hechas valer por el recurrente en sus 15 Ibídem. Fojas 222 vuelta a 230 vuelta. 22 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. conceptos de violación, así como se equivocó al aplicar e interpretar los preceptos constitucionales para el caso en concreto, volviendo ineficaz el juicio de garantías como mecanismo de control constitucional y protector de los derechos humanos y de la legalidad constitucional. 27. Que al calificar los agravios de inoperantes e inatendibles, el Órgano Colegiado violó los fines del juicio de amparo directo penal y de la legalidad constitucional en materia de derechos humanos, seguridad jurídica y debido proceso, conforme a lo previsto en los artículos 1º, 14, 20, 103 y 107 Constitucionales, puesto que en su estudio, omitió hacer un análisis completo, congruente y exhaustivo de los conceptos de violación. 28. Que fue subjetivo e incorrecto que el Órgano Colegiado únicamente hubiera “apreciado” y “observado” que en los actos reclamados instruidos en contra del recurrente, se habían respetado los derechos humanos del mismo, sin que de la sentencia recurrida se pueda advertir que éste hubiese llevado a cabo un estudio completo de los conceptos de violación hechos valer por el recurrente, a la luz del expediente de la causa penal de origen, y de la legalidad constitucional. 29. Que el Órgano Colegiado no había considerado de manera completa los lineamientos del artículo 1º Constitucional, en torno a los principios de “universalidad”, “interdependencia”, “indivisibilidad” y “progresividad” aplicados al caso concreto, ni los conceptos de violación hechos valer por el recurrente, los datos y pruebas que obraron en la causa penal, valorando de manera 23 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. indebida las pruebas ofrecidas por las partes, en particular, las aportadas por el Ministerio Público, las cuales habían sido notoriamente insuficiente para demostrar el cuerpo del delito de pederastia, y la plena responsabilidad penal del acusado, desvirtuando la presunción penal que por derecho constitucional asistía a su favor. 30. Que si bien la valoración correcta de la prueba era en principio una facultad exclusiva de los tribunales ordinarios, existían ocasiones en que los jueces y tribunales de amparo debían examinar la actividad probatoria desarrollada en el proceso ante el tribunal ordinario, para determinar si había existido debido proceso, y si las pruebas aportadas hubieren tenido el valor jurídico necesario para contrarrestar la presunción de inocencia, siendo este un punto de previo y especial pronunciamiento. 31. Que el Órgano Colegiado consideró de manera indebida, que la declaración del joven afectado tenía “eficacia probatoria indiciaria”, habiendo ignorado el argumento hecho valer por el recurrente en su demanda, con respecto a las contradicciones e inconsistencias que había expuesto que se advertían de la declaración de la víctima, mismas que transcribe de nueva cuenta en su escrito de expresión de agravios. 32. Que conforme a la nueva constitucionalidad en materia de derechos humanos, era menester que el recurrente señalara la trascendencia de los actos reclamados, mismo con lo que el recurrente si había cumplido, sin que el Órgano Colegiado lo 24 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. hubiere hecho también, pues insiste en que desatendió los argumentos del recurrente. 33. Que el Órgano Colegiado también desatendió los argumentos del recurrente, en el sentido de que se habían violado sus derechos al debido proceso, la equidad procesal, y la objetividad e imparcialidad, al haber separado en Salas diferentes al joven y al acusado en la audiencia de quince de octubre de dos mil doce, justificando dicha medida en razón del interés superior del menor; en consecuencia, habiéndole negado el derecho a realizar preguntas a la víctima, encaminadas a conocer la sucesión de actos por los que supuestamente se había llevado a cabo el acto de abuso sexual, con fundamento en que la violación al debido proceso no había sido oportunamente planteado en la demanda de amparo. 34. Que el Órgano Colegiado dejó de considerar los derechos humanos y garantías judiciales de seguridad jurídica del recurrente, al haber hecho una indebida valoración de las pruebas, en particular las periciales, dejando de aplicar e interpretar correctamente la legalidad constitucional. 35. Que el Órgano Colegiado de igual manera había incurrido en tal omisión, al haber meramente reproducido las consideraciones de la responsable, sin haberse allegado de datos directamente del expediente, de acuerdo a los argumentos y pruebas expuestos por el recurrente. 25 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. 36. Que de acuerdo a la reforma constitucional en materia de derechos humanos, el juzgador tiene la obligación de retomar y abstraer la ley, interpretarla y aplicarla de manera congruente con cada caso en concreto, considerando siempre ante todo, el reconocimiento y promoción de los derecho humanos, y dejando de lado la simple noción de “legalidad” basada en el “Estado de derecho” y las “garantías individuales” de corte liberal. 37. Que el actual sistema de legalidad constitucional, basado en derechos humanos, presentaba un esquema normativo que inclusive superaba los simples conceptos de “justicia” y “ley”, toda vez que de acuerdo con el mismo, la impartición de justicia se hace de manera universal, progresiva, indivisible e integral, considerando las necesidades y circunstancias biológico-sociales de la persona humana. 38. Que el presente recurso era un asunto de importancia y trascendencia, toda vez que se refería a la aplicación a casos concretos, del artículo 1º Constitucional en materia de protección a los derechos humanos, en torno a los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad, progresividad y legalidad suprema de tratados, en casos de delitos sexuales relacionados con menores y personas de la tercera edad en estado de vulnerabilidad; para determinar, por ejemplo, si en el caso el entrenador, es o no funcionario público, y si dicha circunstancia colma por sí misma la competencia jurisdiccional del caso, el elemento de la confianza entre el menor y el adulto mayor, y la naturaleza federal administrativa de una institución de derecho privado local. 26 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. 39. Que es notoriamente ilegal que al ahora recurrente, se le hubiere considerado como servidor público, en base a una prueba precaria, siendo esta la tarjeta de acceso al deportivo en que el recurrente laboraba, misma que éste había objetado oportunamente; por lo que era injusto que le fuera condenado en base al puro dicho del joven supuestamente víctima del delito en cuestión, mismo que no se encontraba corroborado con diversos medios de prueba, pues el Órgano Colegiado tenía la obligación de dilucidar la contradicción que en el caso existía entre el dicho del menor de edad supuestamente ofendido, y la negativa del acusado, un adulto con más de sesenta y tres años de edad. 40. Que la presunción de inocencia es un derecho humano fundamental en la legalidad constitucional, que se ejerce y materializa a favor de la persona procesada en una causa penal, cuando el juzgador, de previo y especial pronunciamiento, fija sus límites y alcances en el juicio en lo particular y concreto, en razón de pruebas que existen concatenadas unas con otras de manera lógica y legal para ver si benefician o perjudican al imputado, antes de resolver si éste es o no penalmente responsable del delito que se le atribuye, pues de no ser así, se estaría prejuzgando al acusado y violando sus derechos humanos. 41. Que de acuerdo al principio de presunción de inocencia, el acusado no tiene la carga de probar su inocencia, pues el sistema constitucional y el orden jurídico internacional de manera inherente a sus derechos humanos, le reconocía a priori su inocencia, y obligaba expresamente a que sea el Ministerio Público a quién toque probar los elementos del delito, siendo así 27 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. injusto que el Órgano Colegiado supliese la deficiencia del ministerio público federal; mismo que como en el caso había acontecido, durante la instrucción, la actividad y promoción procesal del ministerio público federal había sido nula, cuando era precisamente a ésta última, a la que correspondía perfeccionar las pruebas que obraron en la causa penal, para acreditar el supuesto carácter de servidor público que se le atribuyó al quejoso. 42. Que con fundamento en una interpretación a contrario sensu del artículo 14 constitucional, en relación a los principios generales de los derechos humanos y a su previsión en tratados internacionales suscritos y ratificados por México; las leyes decretadas y publicadas en materia penal, cuando favorecieran al reo y al debido proceso, debían aplicarse a solicitud del imputado o su defensor, aun cuando su entrada en vigor estuviere prevista para una fecha futura determinada; ya que, aún y cuando no había entrado en vigor el sistema de juicios orales, la reforma se debía de aplicar de manera retroactiva en beneficio del reo, para que sea juzgado por una autoridad competente, imparcial y que respetare los derechos humanos. 43. Que aún y cuando en el orden jurídico mexicano, no haya entrado en vigor el nuevo sistema acusatorio penal, se debían de aplicar los principios conducentes del mismo, de presunción de inocencia, debido proceso, publicidad y contradicción, en beneficio del reo. 28 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. 44. Que era violatorio de las garantías judiciales de seguridad jurídica y debido proceso que le asisten al imputado, el que para condenarle o agravar el delito por el que el recurrente había sido acusado y consignado ante el Ministerio Público, se hubiese considerado al activo como servidor público sin haberlo acreditado fehacientemente, habiendo dejado de atender y considerar la normatividad y lógica jurídica de la indivisibilidad e interdependencia entre el derecho administrativo y el laboral. 45. Que era incorrecto que el Comité Olímpico Mexicano sea asimilable a una empresa o institución pública, y que por tanto, quiénes laboraren o asistieren a dicho centro, fuesen considerados servidores públicos sin acreditarlo fehacientemente, pues ello vulneraba el derecho a la presunción de inocencia, seguridad jurídica y debido proceso; máxime que, en el caso, no resultaba aplicable el artículo 212 del Código Penal Federal, que prevé lo que se debía entender por servidor o funcionario público. 46. Que el delito de pederastia previsto en el artículo 209 bis del Código Penal Federal era inconstitucional, al carecer de los elementos normativos y subjetivos que lo diferencien del abuso sexual previsto en la legislación federal y de las entidades, en razón del perfil conductual del activo, estableciendo dicho tipo penal, una pena excesiva y desproporcional, en relación a otros delitos similares relacionados con el abuso sexual. 47. Que de acuerdo a lo expuesto inicialmente en la demanda de amparo, el artículo 209 bis del Código Penal Federal, establecía un marco de sanción desproporcional de nueve a 29 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. dieciocho años de prisión, más la mitad en caso de que se acreditare violencia física o moral, constituyendo así una pena excesiva frente a otros tipos penales de delitos graves; y cuando la definición y elementos normativos y subjetivos que componen el tipo penal, eran similares a los de abuso sexual agravado, sin prever la necesidad normativa del perfil psicológico conductual del agente activo. 48. Que el artículo 209 bis del Código Penal Federal no describía o tipificaba de manera correcta el delito de pederastia, de acuerdo a una conducta que describiera un perfil psicológico del sujeto activo pederasta, conforme a factores jurídicos, psicológicos y sociales que identificaren una verdadera conducta pedófila, que la diferenciara del abuso sexual simple o agravado, mediante pruebas y métodos de investigación especializada en patrones de conducta, exámenes médicos y psicológicos, así como, en patrones reiterados de conducta; cuestión sobre la que el Tribunal Colegiado había omitido pronunciarse. 49. Que el abuso sexual estaba tipificado en el artículo 176 del Código Penal del Distrito Federal, estableciendo un marco de sanción de pena privativa de libertad de uno a seis años de prisión, más las dos terceras partes si se acreditaba la agravante prevista en el artículo 178 fracción III, relativo al aprovecharse de la subordinación o IV, que aprovechase la confianza en él depositada. Asimismo, el artículo 260 del Código Penal Federal establecía una pena de seis a diez años de prisión, al que cometiera abuso sexual, y de seis a trece años, si el delito era contra un menor de quince años. 30 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. 50. Que el Órgano Colegiado declaró infundado el concepto de violación relativo a la inconstitucionalidad del referido artículo 209 bis, sin haber establecido un examen y valoración que mostrare las diferencias de la pederastia con el delito de abuso sexual y abuso sexual agravado u otros delitos de tipo sexual, ni tampoco había motivado el aspecto de la “confianza”, que acompañaba al tipo como elemento normativo de carácter subjetivo, en el cual no bastaba afirmar que había confianza del pasivo hacia el activo, sino que había que demostrarlo. 51. Asimismo, que el Órgano Colegiado tampoco había abordado lo referente a la definición de pederastia y el perfil de pederasta, exponiendo los factores y elementos para la existencia del delito y su consumación, en tratándose de la norma general aprobada por el legislador, para darle una interpretación y aplicación correcta, que evitare el abuso y la confusión en el señalamiento que la propia víctima hace del abusador. 52. Por su parte, en el escrito de expresión de agravios de la revisión adhesiva, la parte tercera interesada, expresó lo siguiente: 53. Que es infundado lo que alegó el recurrente en la revisión principal, con respecto a que la sentencia combatida es violatoria de los derechos humanos, seguridad jurídica y debido proceso, ya que el Tribunal Colegiado había realizado un análisis completo, congruente y exhaustivo de los conceptos de violación expresados por el quejoso, pues en todo momento le habían sido respetadas sus garantías y derechos humanos consagrados en la 31 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. Constitución Federal y los Tratados Internacionales de los que México formaba parte, habiendo las autoridades que participaron en la indagatoria y el proceso, dentro de su ámbito de competencias, respetado, protegido y garantizado los derechos humanos del sentenciado, de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. 54. Que el sentenciado había sido privado de su libertad previo juicio seguido ante un juzgado previamente establecido, en que se habían respetado todas las formalidades esenciales del procedimiento, conforme al Código Federal de Procedimientos Penales, y en que se le impuso la pena prevista en el artículo 209 bis del Código Penal Federal, sanción que posteriormente se confirmó en la apelación, y su responsabilidad había sido determinada por sentencia emitida por el juez de la causa; en la indagatoria y en la instrucción, había sido informado por el Ministerio Público y por el Juez, de los hechos que se le imputaban y los derechos que le asistían; su defensa había ofrecido los testigos y demás pruebas que había estimado pertinentes, mismas que habían sido desahogadas en los términos señalados en la ley, habiéndosele facilitado todos los datos que había solicitado y que constaron en el proceso. 55. Que los juzgadores de primera y segunda instancia habían fundado y motivado sus resoluciones, y con los elementos de prueba, habiendo corroborado la imputación, habiendo valorado las constancias procesales existentes, para tener por demostrados los elementos del delito de pederastia, así como la plena responsabilidad del recurrente, en la comisión del mismo; la 32 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. que se había acreditado con la declaración rendida por el menor hijo de la recurrente adhesiva, y la propia de ésta última, así como, con diversos medios convictivos como las periciales en psicología, la inspección judicial del teléfono celular y la hoja que contenía la información de mensajes de texto, objeto de la inspección. 56. Que en el caso, se trataba de un delito denominado de oculta realización, por lo que cobraba especial relevancia la declaración rendida por el menor hijo de la recurrente adhesiva; aunado a que el recurrente en la revisión principal, no había ofrecido pruebas que lograran desvirtuar los hechos que se le imputaron, y en las testimoniales se observaban serias contradicciones en que habían incurrido los deponentes, por lo que era evidente que se había tratado de maniobras evasivas. 57. Con respecto al agravio del recurrente, en torno a que se habían violado las garantías de debido proceso y seguridad jurídica, expresa que los mismos resultaban inadmisibles, toda vez que las autoridades resolutoras, al emitir las resoluciones que combatía el impetrante de garantías, habían cumplido con los dispuesto en los artículos 14 y 16 constitucionales, habiéndose apegados a los códigos sustantivos y adjetivos para acreditar los elementos del delito de pederastia, así como la plena responsabilidad del recurrente en su comisión, habiéndose justipreciado de manera correcta los elementos de prueba que corroboraban dicha imputación. 33 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. 58. Con respecto a lo alegado en torno a la presunción de inocencia, si bien le correspondía al Ministerio Público comprobar los elementos del delito y la responsabilidad penal del procesado, ello había ocurrido en el proceso penal instruido contra el recurrente y como correctamente lo había determinado la autoridad resolutora, no se habían violado en perjuicio del recurrente las citadas garantías contenidas en los artículos 14 y 16 constitucionales. 59. Que contrario a lo que alega el recurrente, en cuanto a que el Comité Olímpico Mexicano debía ser asimilado a una institución pública, y que por tanto, quienes laboraren ahí debían ser considerados servidores públicos, dicha determinación era correcta, y el Tribunal Colegiado la había emitido fundada y motivadamente, ya que dicha organización es asimilada a empresas de participación estatal mayoritaria, por lo que debía ser considerado como servidor público, y por ende, el conocimiento de los hechos criminosos, de competencia federal. 60. Que la pena impuesta al recurrente era injusta y desproporcionada, pues violaba el artículo 20, apartado C, fracción IV, de la Constitución Federal, así como el artículo 7, fracción II de la Ley General de Victimas, debido a que los juzgadores de primera y segunda instancia desconocieron el derecho a la justicia, y a la emisión de una sentencia justa, así como a la reparación integral a través de recursos y procedimientos accesibles, apropiados, suficientes, rápidos y eficaces, vulnerando el principio de la tutela judicial efectiva a favor de las víctimas, a que se refería el artículo 25 de la 34 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. Convención Americana sobre Derechos Humanos, así como lo dispuesto en los artículos 14, tercer párrafo; 18, segundo párrafo; 20, apartado A, fracción I y 22, primer párrafo, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. 61. Que en el caso, los juzgadores de primera y segunda instancia habían omitido considerar la magnitud del delito cometido, pues en el caso concreto, se debió haber considerado la minoría de edad de la víctima y la afectación psicológica que se le había ocasionado con la comisión del delito. 62. Que la determinación judicial de la pena, tenía por función identificar y decidir la calidad de intensidad de las consecuencias jurídicas que correspondían aplicar al autor de un delito, a través de un procedimiento técnico y valorativo de individualización de sanción penal contemplada en el párrafo primero del artículo 209 bis del Código Penal Federal, y para ello debían de tomarse en cuenta las circunstancias que envolvieran la antijuricidad del hecho, conocido como el mayor o menor grado de reproche que se pudiere formular al autor de dicha conducta, y con ello ponderar el alcance cualitativo y cuantitativo de la pena que habría de imponerse a su autor, que en el caso concreto debió de haber sido mayor a la “ubicada en un primer grado abajo del punto equidistante entre la mínima y la media”. 63. En consecuencia, que al haberle impuesto la pena que se determinó para el recurrente, la autoridad responsable había dejado de observar lo dispuesto en los artículos 51 y 52 del Código Penal Federal, así como fundar y motivar adecuadamente 35 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. el grado de reproche imputado al sentenciado, el cual alega que debió de haber sido dentro de un parámetro mayor al de una culpabilidad mínima, toda vez que el ilícito se había cometido en contra de un menor de edad, en un lugar en que se sentía seguro, siendo este el de entrenamiento, causándole un terrible daño; por lo que, al no haber cumplido con las normas que regían la individualización de la pena y el principio de exacta aplicación de la ley, la cuantificación de la pena había resultado ser incongruente con el grado de reproche del sentenciado, al no haberse atendido a la gravedad del acto cometido, transgrediendo el derecho fundamental de seguridad jurídica, previsto en el artículo 16 constitucional. 64. SEXTO. Estudio de Fondo. Los agravios propuestos por el recurrente, son inoperantes en parte y en otra infundados. 65. Aduce que el Tribunal Colegiado parcial y aisladamente comentó y transcribió definiciones y principios generales de los derechos humanos que establece el artículo 1º Constitucional, sin exponer una motivación y conexión lógica jurídica y causal; omitió los argumentos y evidencias hechas valer por el recurrente en sus conceptos de violación, así como se equivocó al aplicar e interpretar los preceptos constitucionales para el caso en concreto; violó los fines del juicio de amparo directo penal y de la legalidad constitucional en materia de derechos humanos, seguridad jurídica y debido proceso, conforme a lo previsto en los artículos 1º, 14, 20, 103 y 107 Constitucionales, al calificar de inoperantes e inatendibles los agravios; únicamente observó y apreció de manera subjetiva e incorrecta, que en los actos 36 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. reclamados instruidos en contra del recurrente, se habían respetado sus derechos humanos; omitió examinar la actividad probatoria desarrollada en el proceso ante el tribunal ordinario, para determinar si había existido debido proceso, y si las pruebas aportadas habían tenido el valor jurídico necesario para contrarrestar la presunción de inocencia; consideró de manera indebida, que la declaración del joven afectado tenía “eficacia probatoria indiciaria”, sin tomar en cuenta el argumento del ahora recurrente, con respecto a las contradicciones e inconsistencias que alegó advertir de la declaración de la víctima; omitió señalar la trascendencia de sus argumentos; desatendió los argumentos del recurrente, en torno a que se habían violado sus derechos al debido proceso, la equidad procesal, y la objetividad e imparcialidad, al haber separado en salas diferentes al joven y al acusado, en la audiencia de quince de octubre de dos mil doce; meramente reprodujo las consideraciones de la responsable, sin haberse allegado de datos directamente del expediente; y, estimó correcto que el Comité Olímpico Mexicano sea asimilable a una empresa o institución pública, y por ende, a efecto de agravar la condena en contra del recurrente, lo consideró como servidor público, sin haberlo acreditado fehacientemente, violando sus garantías judiciales de seguridad jurídica y debido proceso. 66. Ahora bien, los agravios sintetizados no serán materia de análisis de esta Primera Sala, toda vez que se relacionan con cuestiones relativas a si era o no servidor público por asimilar al Comité Olímpico Mexicano a una empresa o institución pública, así como a la valoración por parte de la autoridad responsable, de las pruebas vertidas en el juicio, es decir, de mera legalidad, cuya 37 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. competencia no corresponde analizar a esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, por no estar relacionados con cuestiones de constitucionalidad, por ello, es inatendible su agravio. 67. Por otro lado, aduce el recurrente que el Órgano Colegiado consideró de manera incorrecta los lineamientos del artículo 1º Constitucional, en torno a los principios de “universalidad”, “interdependencia”, “indivisibilidad” y “progresividad” aplicados al caso concreto, habiendo valorado de manera indebida las pruebas ofrecidas por las partes; que de acuerdo al principio de presunción de inocencia, el Ministerio Público se encontraba expresamente obligado a probar los elementos del delito, y por ende acreditar el supuesto carácter de servidor público que se le atribuyó al ahora recurrente; que la presunción de inocencia es un derecho humano fundamental en la legalidad constitucional, que se ejerce y materializa a favor de la persona procesada en una causa penal, cuando el juzgador, de previo y especial pronunciamiento, fija sus límites y alcances en el juicio en lo particular y concreto, en razón de pruebas que existen concatenadas unas con otras de manera lógica y legal para ver si benefician o perjudican al imputado, antes de resolver si éste es o no penalmente responsable del delito que se le atribuye; que de acuerdo a la reforma constitucional en materia de derechos humanos, el juzgador tenía la obligación de retomar y abstraer la ley, interpretarla y aplicarla de manera congruente con cada caso en concreto, considerando siempre ante todo, el reconocimiento y promoción de los derechos humanos, y dejando de lado la simple noción de “legalidad” basada en el “Estado de derecho” y las “garantías individuales” de corte liberal; que el actual sistema de 38 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. legalidad constitucional, basado en derechos humanos, presentaba un esquema normativo que superaba los simples conceptos de “justicia” y “ley”, toda vez que de acuerdo con el mismo, la impartición de justicia se hace de manera universal, progresiva, indivisible e integral, considerando las necesidades y circunstancias biológico-sociales de la persona humana; que el presente recurso era un asunto de importancia y trascendencia, toda vez que se refería a la aplicación a casos concretos, del artículo 1º Constitucional en materia de protección a los derechos humanos, en casos de delitos sexuales relacionados con menores y personas de la tercera edad en estado de vulnerabilidad; y, que de la interpretación a contrario sensu del artículo 14 constitucional, se debió de haber determinado que las leyes decretadas y publicadas en materia penal, aún y cuando no hubieren entrado en vigor, se debían de aplicar de manera retroactiva en beneficio del reo, cuando le favorecieran y al debido proceso, aplicando así los derechos de presunción de inocencia, debido proceso, publicidad y contradicción. 68. Los agravios en cita se refieren, de igual manera, a aspectos en torno a los que no compete a esta Primera Sala pronunciarse, pues aún y cuando el ahora recurrente hace determinadas precisiones en torno al artículo 1º de la Constitución Federal, alegando una indebida aplicación de los principios pro persona, de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad ahí contenidos, en relación con el principio de presunción de inocencia imperante planteamientos son en todo meramente proceso afirmaciones penal; dichos que formula respecto a la reforma constitucional en materia de derechos 39 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. humanos, publicada en el Diario Oficial de la Federación el pasado once de junio de dos mil once, a la luz de la indebida valoración de las pruebas por parte de la responsable, que le sirvieron de sustento para acreditar la responsabilidad del recurrente en el delito que se le imputó; es decir, cuestiones de mera legalidad, y no de constitucionalidad, como el ahora recurrente pretende exponer, de ahí que no serán materia de estudio en el presente recurso. 69. Al respecto, resulta aplicable la jurisprudencia 1a./J. 56/2007 de esta Primera Sala, publicada en la página setecientos treinta, Tomo XXV, mayo de dos mil siete, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, que a la letra señala: “REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. SON INOPERANTES LOS AGRAVIOS QUE ADUZCAN CUESTIONES DE MERA LEGALIDAD. Conforme a los artículos 107, fracción IX, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y 83, fracción V, de la Ley de Amparo, relativos al recurso de revisión en amparo directo, es competencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en esta instancia el estudio de cuestiones propiamente constitucionales. Por tanto, si se plantean tanto agravios sobre constitucionalidad de normas generales o de interpretación directa de preceptos de la Constitución, como argumentos de mera legalidad, éstos deben desestimarse por inoperantes.” 70. Planteamiento de Constitucionalidad. Ahora bien, el recurrente aduce que el artículo 209 bis del Código Penal Federal, que regula el delito de la pederastia, es inconstitucional toda vez que establece un marco de sanción desproporcional de nueve a dieciocho años de prisión, más la mitad en caso de que se 40 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. acreditare violencia física o moral, constituyendo así una pena excesiva frente a otros tipos penales de delitos graves, cuando la definición y elementos normativos y subjetivos que componen el tipo penal, eran similares a los de abuso sexual agravado; así como, que el abuso sexual estaba tipificado en el artículo 176 del Código Penal del Distrito Federal, estableciendo un marco de sanción de pena privativa de libertad de uno a seis años de prisión, más las dos terceras partes si se acreditaba la agravante prevista en el artículo 178 fracción III, relativo al aprovecharse de la subordinación o IV, a que se fuese a aprovechar la confianza en él depositada; y, que el artículo 260 del Código Penal Federal establecía una pena de seis a diez años de prisión, al que cometiera abuso sexual, y de seis a trece años, si el delito era contra un menor de quince años. 71. Que el Órgano Colegiado declaró infundado el concepto de violación relativo a la inconstitucionalidad del referido artículo 209 bis, sin haber: a. Establecido un examen y valoración que mostrare las diferencias de la pederastia con el delito de abuso sexual y abuso sexual agravado u otros delitos de tipo sexual; b. Motivado el aspecto de la “confianza” como elemento normativo de carácter subjetivo del tipo penal; c. Ni abordado lo referente a la definición de pederastia y el perfil de pederasta, exponiendo los factores y 41 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. elementos para la existencia del delito y su consumación, en tratándose de la norma general aprobada por el legislador, para darle una interpretación y aplicación correcta, que evitare el abuso y la confusión en el señalamiento que la propia víctima hace del abusador. 72. Al respecto, esta Primera Sala estima infundados los agravios anteriormente sintetizados, toda vez que la conclusión alcanzada por el Octavo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito con respecto al precepto tildado de inconstitucional fue correcta, como a continuación se explica. 73. En efecto, en sus conceptos de violación, en lo conducente, el entonces quejoso planteó que era inconstitucional el tipo penal de pederastia, previsto en el artículo 209 bis, del Código Penal Federal, el cual establecía un marco de sanción desproporcional de entre nueve y dieciocho años de pena privativa de libertad, más la mitad en caso de que se acreditare violencia física o moral, lo cual constituye una pena excesiva, frente a otros tipos penales de delitos graves, ya que la definición y elementos normativos y subjetivos que componían el tipo penal, eran similares a los de abuso sexual agravado. 74. Asimismo, refirió que el delito de abuso sexual que se encuentra tipificado en el artículo 176, del Código Penal del Distrito Federal, establecía un marco de sanción de pena privativa de libertad de uno a seis años de prisión; más las dos terceras partes, si se acreditaba la agravante prevista en el artículo 178, 42 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. fracción III, relativo al aprovecharse de la subordinación o la fracción IV, referente a que aproveche la confianza en él depositada; que el artículo 260, del Código Penal Federal establece una pena de seis a diez años de prisión al que comete abuso sexual y seis a trece años, si el delito es contra un menor de quince años. 75. Por su parte, el Órgano Colegiado dio respuesta a los referidos conceptos de violación, pues determinó inexacto lo expresado en cuanto a que el artículo 209 bis, del Código Penal Federal, sea violatorio de la Constitución, dado que la pena que preveía para el delito de pederastia, no constituía una pena excesiva. 76. Ello al advertir de la interpretación armónica de los artículos 18 y 22 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que la pena de prisión es una medida aflictiva para el delincuente, pero necesaria para la coexistencia pacífica y armónica de los miembros de la sociedad, la cual tenía el carácter de preventiva, pues con ella se pretendía inhibir la proliferación de conductas antisociales, al tiempo que restableciera el orden jurídico que se veía perturbado por la comisión de delitos. 77. Asimismo, precisando que la pena formaba parte de la defensa social y debía responder proporcionalmente a la gravedad del ilícito cometido, independientemente de que su finalidad fuese también la readaptación del delincuente sobre la base del trabajo, la capacitación sobre el mismo y la educación para que pueda convivir dentro de su comunidad. 43 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. 78. De ahí, el Órgano Colegiado determinó que las penas privativas de la libertad no eran inusitadas o trascendentales, en atención a su temporalidad, dado que lo que proscribía el indicado artículo 22 constitucional era el contenido mismo de la pena, esto es que se convirtiera en una práctica inhumana, como el propio precepto lo destacaba en forma ejemplificativa, al prohibir las penas de mutilación y de infamia, los azotes, los palos y el tormento de cualquier especie, así como, que tal sanción afectare a la familia del delincuente. 79. Por tanto, concluyó que de haber sido la intención del constituyente establecer un límite en la duración de las penas privativas de la libertad, así lo hubiera asentado; sin embargo, precisa que se reserva al legislador ordinario la facultad de determinar cuáles son las conductas delictivas y la penalidad que debía corresponderle a cada una de ellas. 80. Aunado a lo anterior, señaló que el calificativo "excesiva”, estaba circunscrito a la multa y no cabía aceptar por extensión que también incluyera a la pena de prisión, pues debía entenderse que en ese supuesto, aquél no se refería a la duración propia de la privación de la libertad, sino a que no fuese acorde con la gravedad de la conducta delictiva, esto es que la sanción excediera desproporcionalmente al hecho delictivo, en correlación con el riesgo social y la necesidad de preservar el orden jurídico. 81. Asimismo, que por pena inusitada debía entenderse aquella que hubiese sido abolida por inhumana, cruel, infamante y excesiva, o porque no correspondiese a los fines que perseguía la 44 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. penalidad; en consecuencia, que no se podía estimar que el artículo 209 bis del Código Penal Federal, al establecer que se impondrá a quien cometa el delito de pederastia, prisión de nueve a dieciocho años de prisión y de setecientos cincuenta a dos mil doscientos cincuenta días multa, contravenía los artículos 1, 18 y 22 constitucionales, o bien los tratados que en materia de Derechos Humanos hubiere suscrito nuestro país, pues la aplicación de tales penas sólo era aplicable a quien resultare plenamente responsable de la comisión de tal ilícito, las que tampoco resultaban ser una pena excesiva, puesto que el referido precepto preveía un parámetro sancionador, lo cual presuponía que el juzgador debiera realizar la individualización de la pena con lo que se buscaba que su imposición obedeciera o estuviera en relación directa con la gravedad y naturaleza del delito, así como la necesidad de que se tomara en cuenta el aspecto subjetivo del delincuente, es decir su culpabilidad. 82. Máxime que con dicha pena lo que se pretendía es que no se obstaculizare la acción investigadora y de administración de justicia del Estado, inhibiendo a otros sujetos de la comisión de ese delito con una pena ejemplar, por lo que su finalidad consistía en hacer recapacitar a los infractores con la gravedad del castigo, siendo ese el medio de readaptación del reo y el fin que perseguía la función punitiva del Estado; aunado a que el principio de proporcionalidad contemplado expresamente en el artículo 22 constitucional no sólo imponía al juez el deber de individualizar la pena teniendo en cuenta las circunstancias concretas de cada caso, sino constituía un mandato dirigido al legislador que 45 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. implicaba la obligación de verificar que existiera una adecuación entre la gravedad del delito y la de la pena. 83. Se estima que, contrario a lo alegado por el recurrente, las conclusiones alcanzadas por el Órgano Colegiado fueron correctas, como se explica a continuación. 84. En el caso, se estima conveniente apuntar que la garantía de exacta aplicación de la ley, contenida en el párrafo tercero, del artículo 14 constitucional, se refiere a que el gobernado debe tener pleno conocimiento de cuando su conducta (acción u omisión) daña un bien jurídico protegido por el sistema penal y, por tanto, que puede ubicarse en la hipótesis de un tipo penal, con la consecuente sanción a que se hará acreedor, por ello es de suma importancia que el legislador establezca con exactitud la conducta que estima dañina, ya que en caso contrario, no sólo en el gobernado, sino en las propias autoridades encargadas de aplicar la norma penal, se crearía la incertidumbre en cuanto al encuadramiento de la conducta que realiza el sujeto activo en la descripción establecida en la ley. 85. Respecto del principio de legalidad en materia penal, es conveniente precisar que éste no solo obliga al legislador a declarar que un hecho es delictuoso, sino también a describir con claridad y precisión el hecho o la conducta que se considera delictivo; esta descripción, no es otra cosa que el tipo penal, el cual debe estar claramente formulado. 46 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. 86. Por esta razón, el legislador al describir los tipos penales, debe evitar el uso de conceptos indeterminados e imprecisos que generen un estado de incertidumbre jurídica en el gobernado y una actuación arbitraria del intérprete de la norma, a efecto de no atentar contra el principio de legalidad en materia penal, previsto en el citado artículo 14, párrafo tercero, constitucional. 87. De conformidad con la disposición constitucional mencionada, se establecen como garantías específicas, por una parte, que no podrá considerarse delictuoso un hecho sino por expresa declaración de la ley –nullum crimen sine lege- y por la otra, que para todo delito, la ley debe señalar con precisión la pena correspondiente, ya que dicho precepto prohíbe aplicar una sanción sino existe disposición legal alguna que expresamente la imponga por la comisión de un hecho determinado que esté considerado como delito. 88. Esto es, el artículo 14, párrafo tercero, constitucional consigna como garantía de exacta aplicación de la ley en materia penal, la prohibición de imponer penas que no estén establecidas por una ley exactamente aplicable al delito de que se trate, prohibición que recoge el principio de derecho penal que se enuncia como nulla poena sine lege. 89. Al respecto, esta Primera Sala ha señalado que el alcance de la garantía de exacta aplicación de la ley en materia penal, tutelada por el artículo 14 constitucional, no se limita a constreñir a la autoridad jurisdiccional a que se abstenga de imponer, por simple analogía o por mayoría de razón, pena alguna que no esté 47 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. decretada por una ley exactamente aplicable al hecho delictivo de que se trata, sino que obliga al legislador a emitir normas claras en las que se precise la consecuencia jurídica en la comisión de un ilícito a fin de evitar un estado de incertidumbre jurídica al gobernado y una actuación arbitraria del juzgador. 90. De ahí deriva, que el principio de legalidad en materia penal, tenga como razón de ser, el permitir la defensa de los particulares que en un momento determinado se coloquen en los supuestos de un tipo penal, entendido éste, como la descripción que se hace en la ley de una conducta que se considera delictuosa. 91. Se sostiene lo anterior, porque de no describirse exactamente la conducta reprochable en el tipo penal, se corre el riesgo de que se sancione a los gobernados por aquéllas, que en concepto del órgano jurisdiccional se ubicaran en el tipo penal y, si bien esto no significa que el creador de la norma tenga que describir con sus más mínimos detalles las conductas que deben ser sancionadas penalmente, porque ello supondría una exasperación del principio de legalidad, pues llevado hasta sus extremos desembocaría en un casuismo abrumador, lo cierto es, que el legislador debe velar por establecer una imagen lo suficientemente abstracta como para poder englobar en ella todos los comportamientos de características esencialmente comunes que atenten contra un bien jurídico relevante para la sociedad; pues de no existir una descripción legal exactamente aplicable a la conducta humana de que se trata habrá una ausencia de tipo. 48 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. 92. En ese sentido, las figuras típicas son las que determinan los hechos punibles, razón por la que en las descripciones del injusto que acotan y recogen, el legislador debe armonizar la seguridad jurídica y la tutela de los intereses vitales que hacen posible la justicia y la paz social, para lo cual puede integrar aquellas con elementos externos, subjetivos y normativos inherentes a las conductas antijurídicas; que de realizarse, fundan los juicios de reproche sobre sus autores y la imposición de penas, previa y especialmente establecidas, por tanto, el tipo penal es un instrumento legal necesario, que es de naturaleza predominantemente descriptiva, cuya función es la individualización de conductas penalmente sancionables. 93. Sirve de apoyo a lo anterior, la jurisprudencia 1a./J. 10/2006, emitida por esta Primera Sala, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXIII, marzo de dos mil seis, página ochenta y cuatro, cuyo rubro y texto es el siguiente: “EXACTA APLICACIÓN DE LA LEY PENAL. LA GARANTÍA, CONTENIDA EN EL TERCER PÁRRAFO DEL ARTÍCULO 14 DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL, TAMBIÉN OBLIGA AL LEGISLADOR. El significado y alcance de dicha garantía constitucional no se limita a constreñir a la autoridad jurisdiccional a que se abstenga de imponer por simple analogía o por mayoría de razón, pena alguna que no esté decretada por una ley exactamente aplicable al hecho delictivo de que se trata, sino que también obliga a la autoridad legislativa a emitir normas claras en las que se precise la conducta reprochable y la consecuencia jurídica por la comisión de un ilícito, a fin de que la pena se aplique con estricta objetividad y justicia; que no se desvíe ese fin con una actuación arbitraria del juzgador, ni se cause un estado de incertidumbre jurídica al 49 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. gobernado a quien se le aplique la norma, con el desconocimiento de la conducta que constituya el delito, así como de la duración mínima y máxima de la sanción, por falta de disposición expresa.” 94. Precisado lo anterior, debe decirse que es inexacto que el artículo 209 bis, del Código Penal Federal, prevea una pena excesiva y desproporcional para el delito de pederastia. 95. El numeral impugnado establece: “Artículo 209 bis.-Se aplicará de nueve a dieciocho años de prisión y de setecientos cincuenta a dos mil doscientos cincuenta días multa, a quien se aproveche de la confianza, subordinación o superioridad que tiene sobre un menor de dieciocho años, derivada de su parentesco en cualquier grado, tutela, curatela, guarda o custodia, relación docente, religiosa, laboral, médica, cultural, doméstica o de cualquier índole y ejecute, obligue, induzca o convenza a ejecutar cualquier acto sexual, con o sin su consentimiento. La misma pena se aplicará a quien cometa la conducta descrita del párrafo anterior, en contra de la persona que no tenga la capacidad de comprender el significado del hecho o para resistirlo. Si el agente hace uso de violencia física, las penas se aumentaran en una mitad más. El autor del delito podrá ser sujeto a tratamiento médico integral el tiempo que se requiera, mismo que no podrá exceder el tiempo que dure la pena de prisión impuesta. Además de las anteriores penas, el autor del delito perderá, en su caso, la patria potestad, la tutela, la curatela, la adopción, el derecho de alimentos y el derecho que pudiera tener respecto de los bienes de la víctima, en términos de la legislación civil. 50 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. Cuando el delito fuere cometido por un servidor público o un profesionista en ejercicio de sus funciones o con motivo de ellas, además de la pena de prisión antes señalada, será inhabilitado, destituido o suspendido, de su empleo público o profesión por un término igual a la pena impuesta”. 96. En efecto, adverso a lo que afirma el ahora recurrente, el precepto legal anteriormente transcrito no es inconstitucional, dado que no prevé una pena excesiva, como a continuación se explica. 97. A efecto de dar respuesta a lo anterior, se considera conveniente señalar que la pena: a) es un acto coercitivo, esto es, un acto de fuerza efectiva o latente; b) es un acto privativo (de la libertad personal, de la propiedad, por ejemplo); c) debe estar prevista en una ley y ser impuesta por autoridad competente; d) es una reacción del Estado ante una determinada conducta humana considerada como dañina de bienes que la sociedad, a través de la Constitución o de la ley, considera valiosos; e) presupone y debe ser impuesta con relación a la culpabilidad del sujeto; f) debe perseguir, simultáneamente, fines retributivos (se establece en función de la gravedad del delito), de prevención especial (se organiza a partir de la necesidad de resocializar al sujeto) y de prevención general (busca generar un clima de confianza jurídica en la comunidad). 98. Asimismo, es de puntualizarse que el legislador tiene un amplio margen de libertad configuradora para crear o suprimir figuras delictivas, introducir clasificaciones entre ellas, establecer modalidades punitivas, graduar las penas aplicables, fijar la clase 51 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. y magnitud de éstas con arreglo a criterios de agravación o atenuación de los comportamientos penalizados; todo ello de acuerdo con la apreciación, análisis y ponderación que efectúe acerca de los fenómenos de la vida social y del mayor o menor daño que ciertos comportamientos puedan estar causando o lleguen a causar en el conglomerado social. 99. En tal sentido, el legislador penal está facultado para emitir leyes que inciden en los derechos fundamentales de los gobernados (libertad personal, derecho a la propiedad, por ejemplo), estableciendo penas para salvaguardar diversos bienes ─también constitucionales─ que la sociedad considera valiosos (vida, salud, integridad física, etc.). 100. Sin embargo, esas facultades inferidas al legislador no son ilimitadas, pues la legislación penal no está exenta de control constitucional, tal como se establece en la jurisprudencia P./J. 130/2007, sustentada por el Pleno este Alto Tribunal, del tenor siguiente: “GARANTÍAS INDIVIDUALES. EL DESARROLLO DE SUS LÍMITES Y LA REGULACIÓN DE SUS POSIBLES CONFLICTOS POR PARTE DEL LEGISLADOR DEBE RESPETAR LOS PRINCIPIOS DE RAZONABILIDAD Y PROPORCIONALIDAD JURÍDICA. De los criterios emitidos por la Suprema Corte de Justicia de la Nación se advierte que el cumplimiento de los principios de razonabilidad y proporcionalidad implica que al fijar el alcance de una garantía individual por parte del legislador debe: a) perseguir una finalidad constitucionalmente legítima; b) ser adecuada, idónea, apta y susceptible de alcanzar el fin perseguido; c) ser necesaria, es decir, suficiente para lograr dicha 52 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. finalidad, de tal forma que no implique una carga desmedida, excesiva o injustificada para el gobernado; y, d) estar justificada en razones constitucionales. Lo anterior conforme al principio de legalidad, de acuerdo con el cual el legislador no puede actuar en exceso de poder ni arbitrariamente en perjuicio de los gobernados.” 101. Así, de conformidad con el principio de legalidad constitucional, el legislador penal debe actuar de forma medida y no excesiva, al momento de regular las relaciones en ese ámbito, porque su posición como poder constituido dentro del Estado constitucional le impide actuar de forma arbitraria y en exceso de poder. 102. En este aspecto, esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha precisado que el legislador en materia penal tiene un amplio margen de libertad para diseñar el rumbo de la política criminal; es decir, para elegir los bienes jurídicamente tutelados, las conductas típicas antijurídicas y las sanciones penales, de acuerdo a las necesidades sociales del momento histórico respectivo; sin embargo, al configurar las leyes penales, debe respetar el contenido de diversos principios constitucionales, dentro de los cuales se encuentra el de proporcionalidad y razonabilidad jurídica, a fin de que la aplicación de las penas no sea infamante, cruel, excesiva, inusitada, trascendental o contraria a la dignidad del ser humano. 103. Por esa razón, el juez constitucional, al examinar la validez de las leyes penales, debe analizar que exista proporción y razonabilidad suficiente entre la cuantía de la pena y la gravedad 53 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. del delito cometido, para lo cual debe considerar el daño al bien jurídico protegido, la posibilidad para que sea individualizada entre un mínimo y un máximo, el grado de reprochabilidad atribuible al sujeto activo, la idoneidad del tipo y de la cuantía de la pena para alcanzar la prevención del delito, así como la viabilidad de lograr, mediante su aplicación, la resocialización del sentenciado. 104. En la fase de creación de tipos penales, el principio de proporcionalidad de las penas requiere que la clase y cuantía de la sanción prevista por el legislador, esto es, el marco penal abstracto, guarde relación con la gravedad de la conducta tipificada como delito. Este último extremo se calcula en función de la importancia del bien jurídico protegido por la norma, así como del grado en que éste resulta lesionado o puesto en peligro por la conducta descrita en el tipo penal. Ambos criterios se conjugan para determinar la entidad del daño causado por la acción que se incrimina, aun cuando su consideración es necesaria para satisfacer las exigencias del principio de lesividad; pero además, en virtud del principio de culpabilidad, es preciso que el legislador distinga entre conductas dolosas e imprudentes para efectos de determinar la mayor o menor gravedad del delito y, por ende, establecer un marco penal distinto en uno y otro caso, reflejando así el diferente valor de acción que merece aquello que el sujeto ha querido y aquello que sin quererlo, ha podido evitar. 105. La decisión de imponer pena en un caso concreto, siempre requiere resolver el conflicto entre las razones en contra, 54 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. suministradas por los derechos fundamentales que se ven afectados por la aplicación de la sanción, y las razones a favor de dicha intervención, representadas en los fines legítimos que con ella se pretende alcanzar. 106. Así, el legislador penal está sujeto al marco de los derechos humanos reconocidos en la Constitución y los tratados internacionales suscritos y ratificados por el Estado Mexicano, por lo que, al formular la cuantía de las penas, debe atender a diversos principios constitucionales, dentro de los cuales se encuentra el de proporcionalidad, previsto en el artículo 22 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el cual dispone: “Artículo 22. Quedan prohibidas las penas de muerte, de mutilación, de infamia, la marca, los azotes, los palos, el tormento de cualquier especie, la multa excesiva, la confiscación de bienes y cualesquiera otras penas inusitadas y trascendentales. Toda pena deberá ser proporcional al delito que sancione y al bien jurídico afectado…”. 107. Como puede advertirse del dispositivo constitucional antes transcrito, en su parte in fine consagra el principio de proporcionalidad de las penas, cuya aplicación cobra especial interés en la materia criminal, pero que ha sido aplicado extensivamente a otros campos del orden jurídico que por su naturaleza, conllevan también el ejercicio del ius puniendi. 108. La inclusión literal del postulado de proporcionalidad en el mencionado dispositivo constitucional, al ser un verdadero 55 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. imperativo para toda sociedad democrática, se dio mediante la reforma integral al sistema penal mexicano que fue publicada en el Diario Oficial de la Federación el dieciocho de junio de dos mil ocho. 109. De dicho proceso de reforma constitucional se logra extraer que en la respectiva exposición de motivos formulada por la Cámara de Origen, la cual fue la de Diputados, de veintinueve de septiembre de dos mil seis, se señaló lo siguiente: “…Lo que se pretende con la reforma del sistema de justicia es dar soluciones de calidad a los gobernados. Principios de ‘lesividad’ y ‘mínima intervención’ Para garantizar un sistema penal democrático es preciso no sólo construir sus alcances sino, también, definir los límites de intervención que un Estado social y democrático debe ofrecer a sus gobernados. En este sentido, coincidimos con la propuesta de la Red que, en materia sustantiva penal, agrega en un párrafo tercero a los principios fundamentales del ius puniendo, como el de ‘proporcionalidad’ y ‘lesividad’. (…) El principio de proporcionalidad supone que el legislador deberá tomar en cuenta la magnitud del bien jurídico afectado por una conducta delictiva al momento de determinar qué sanción se le debe aplicar; para ello se deberá atender, entre otros elementos, al resto del sistema de sanciones, de modo que a una conducta que dañe un bien jurídico de menor importancia no se le aplique una sanción que supera a la que se le aplica a una conducta que sanciona un bien jurídico de mayor importancia. La proporcionalidad exige también que el legislador elija la sanción más benigna posible de entre todas aquellas que tengan la misma eficacia para el objetivo que se propone alcanzar, de tal modo que el sacrificio que se realice del derecho de libertad del que disfrutan todos los habitantes del país sea el mínimo indispensable. 56 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. El principio de lesividad consiste en que el legislador debe sancionar penalmente sólo aquellas conductas que en verdad dañen bienes jurídicos relevantes, ya sean de titularidad individual o colectiva. Con ello se subraya el carácter del derecho penal como última ratio, como recurso extremo del Estado para sancionar a personas que realicen conductas antijurídicas.” 110. Conforme a lo anterior, el ánimo del Constituyente permanente al reformar el artículo 22 de la Constitución General de la Republica, incluyendo el principio de proporcionalidad, fue que el legislador al momento de establecer las sanciones penales respectivas, tome en consideración la magnitud del bien jurídico afectado por una conducta delictiva al momento de determinar qué pena se le debe aplicar; para ello ha de atender, al resto del sistema de sanciones, para que éste no sea discorde a la importancia de los bienes jurídicos tutelados, sancionándose la vulneración de un bien de menor importancia con una pena mayor de la que correspondería por atentar contra un bien jurídico protegido de mayor entidad, o viceversa. 111. Además, exige también que el legislador elija la sanción más benigna posible de entre el conjunto de las eficaces para lograr el fin que persigue tipificar tal conducta de forma que encuentre una justificación el limitar la libertad de las personas, siendo ésta la medida última o extrema. 112. De acuerdo con el artículo 22 de la Constitución General de la República —como lo señaló anteriormente esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación al resolver el juicio de amparo directo en revisión 181/2001— “toda pena deberá ser proporcional al delito que sancione y al bien jurídico afectado”. 57 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. Este derecho fundamental recoge lo que en la doctrina penal se denomina la concepción estricta del principio de proporcionalidad en materia penal. El contenido de este derecho consiste en la exigencia de una adecuación entre la gravedad de la pena y la gravedad del delito. 113. Asimismo, cabe señalar que esta Suprema Corte se ha encargado de analizar en otras ocasiones la constitucionalidad de penas establecidas por el legislador, a la luz del principio de proporcionalidad contemplado en el artículo 22 constitucional. En este sentido, se ha sostenido que “la gravedad de la pena debe ser proporcional a la del hecho antijurídico y del grado de afectación al bien jurídico protegido; de manera que las penas más graves deben dirigirse a los tipos penales que protegen los bienes jurídicos más importantes.” 114. En este sentido, el derecho fundamental a una pena proporcional constituye un mandato dirigido tanto al legislador como al juzgador. El primero cumple con ese mandato, al establecer en la ley penal la clase y la cuantía de la sanción atendiendo a la gravedad de la conducta tipificada como delito. 115. Así, la proporcionalidad en abstracto de la pena se determina atendiendo a varios factores: la importancia del bien jurídico protegido, la gravedad del ataque a ese bien, el ámbito de responsabilidad subjetiva, etc. Por su parte, el juez penal es el encargado de determinar la proporcionalidad en concreto de la pena. El legislador debe proporcionar un marco penal abstracto que permita al juzgador individualizar la pena, teniendo en cuenta 58 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. las circunstancias concretas de cada caso, tales como: la lesión o puesta en peligro del bien, la intervención del agente para causar la lesión o crear el riesgo, así como otros factores sociales o individuales que sirvan para establecer la menor exigibilidad de la conducta. 116. En este caso, el recurrente se duele de la desproporción del delito de pederastia, previsto y sancionado en el artículo 209 bis del Código Penal Federal, con una pena privativa de la libertad de nueve a dieciocho años de prisión, más la mitad en caso de que se acredite violencia física o moral. 117. Para dar contestación a este argumento hay que partir de la siguiente premisa: la relación entre la pena y el delito es una relación convencional. Esto quiere decir que depende de aspectos contingentes que no están dados de antemano. Así, la relación entre delito y pena no sólo atiende a cuestiones éticas o valorativas propias de cada sociedad y momento histórico, sino también a consideraciones de oportunidad. En este sentido, la exigencia de proporcionalidad no implica que el sistema de penas previsto en los códigos penales atienda exclusivamente a la importancia del bien jurídico protegido, la gravedad del ataque a ese bien o al grado de responsabilidad subjetiva del agente. 118. Al analizar el alcance de la garantía de proporcionalidad de las penas prevista en el artículo 22 constitucional, esta Suprema Corte, se reitera, ha sostenido en varios precedentes que “el legislador en materia penal tiene amplia libertad para diseñar el rumbo de la política criminal, es decir, para elegir los 59 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. bienes jurídicamente tutelados, las conductas típicas antijurídicas y las sanciones penales, de acuerdo con las necesidades sociales del momento histórico respectivo”. 119. Así, este Alto Tribunal entiende que la escala de penas determinada en los códigos penales establece una jerarquía de castigos no sólo en función de la importancia de los distintos bienes jurídicos protegidos y de las afectaciones a éstos, sino también atendiendo a consideraciones de política criminal. 120. En esta línea, es legítimo desde el punto de vista constitucional que esa política criminal tenga como objetivo disminuir la incidencia delictiva a partir del aumento de las penas. Así, el incremento en la comisión de ciertos delitos justifica que el legislador instrumente una respuesta penal de mayor intensidad que se traduzca también en un aumento de las penas. Por tanto, para evaluar la proporcionalidad de una pena también debe tenerse en cuenta si el legislador ha considerado, al momento de determinar su cuantía, que se trata de un delito cuya alta incidencia lo lleva a enderezar una intervención penal que se traduzca en una pena mayor. 121. Esto significa que tanto la gravedad de la conducta incriminada como la cuantía de la pena no sólo está determinada por el bien jurídico tutelado, la afectación a éste o el grado de responsabilidad subjetiva del agente, sino también por la incidencia del delito o la afectación a la sociedad que éste genera, siempre y cuando haya elementos para pensar que el legislador ha tomado en cuenta esta situación al establecer la pena. Al 60 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. respecto, este Alto Tribunal ha puesto de manifiesto la conveniencia de que el legislador exprese las razones que lo llevan a determinar una pena para un delito como un elemento especialmente relevante para evaluar la constitucionalidad de una intervención penal. Con todo, esto no debe llevarnos al extremo de sostener que la ausencia de una justificación legislativa expresa comporte la inconstitucionalidad de la pena. 122. Como puede observarse, esta Primera Sala cuenta con un criterio base para evaluar la proporcionalidad de la pena privativa de libertad que establece el artículo 209 Bis del Código Penal Federal. La enunciación de dicho criterio es sencilla: toda pena debe ser proporcional a la gravedad del hecho antijurídico y al grado de afectación del bien jurídico protegido. 123. Si bien el criterio es fácilmente identificable, existen claras dificultades para apreciar cuándo se está frente a una sanción que no guarda correspondencia con la gravedad de la conducta. Se trata de una materia en la que, sin duda, la libertad de configuración legislativa juega el papel principal, por lo que el escrutinio del juzgador debe ser siempre moderado; es decir, su escrutinio sólo puede tener impacto en aquellos casos en los que, siendo nítida la desproporción, no sea posible detectar una justificación específica proporcionada por el legislador al establecer la pena sometida a análisis. 124. La técnica legislativa común en la redacción de tipos penales y sanciones muchas veces no distingue todas las diferentes escalas de gravedad con las que una misma conducta 61 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. hipotética admite ser cometida. Por ejemplo, la conducta genérica “a quien se aproveche de la confianza, subordinación o superioridad que tiene sobre un menor de dieciocho años, derivada de su parentesco en cualquier grado, tutela, curatela, guarda o custodia, relación docente, religiosa, laboral, médica, cultural, doméstica o de cualquier índole y ejecute, obligue, induzca o convenza a ejecutar cualquier acto sexual, con o sin su consentimiento”, admite diferentes formas de comisión determinadas por factores cuantitativos y cualitativos. Su redacción en abstracto está precisamente pensada para abarcar muchos posibles supuestos fácticos; algunos de ellos menos graves que otros en razón del daño provocado al bien jurídico tutelado. Dado que el legislador no puede prever todos los posibles supuestos que la norma penal es capaz de abarcar, se encuentra obligado a establecer rangos de penalidad mínimos y máximos; mismos que el juez, al ocuparse de casos concretos, puede individualizar de modo tal que la sanción resulte proporcional al hecho realmente cometido. 125. Puesto en otros términos, el supuesto hipotético establecido en las normas penales (la conducta prohibida) suele estar redactado de modo tan abstracto que hechos de distinta gravedad pueden actualizar su descripción. Los rangos de penalidad precisamente obedecen a la necesidad de dar un margen al juzgador para ponderar los elementos concretos de las causas que conoce. De este modo, puede aplicar la penalidad mínima en los casos menos graves y, a la inversa, aplicar la máxima cuando la gravedad del caso lo amerite. 62 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. 126. Esta Primera Sala considera que la obra del legislador en el artículo impugnado, se realizó dentro del ámbito de sus facultades con base en la conducta prohibida relevante que configura la infracción creada y con el especial propósito de salvaguardar a la sociedad de la proliferación de un delito que la impacta de manera considerable. 127. Ahora bien, en la exposición de motivos de la reforma legal que consolidó con la modificación del Código Penal Federal, publicada diecinueve de agosto de dos mil diez, se señaló: “…Es indudable que en México, debemos establecer las condiciones para que prevalezca el respeto por los derechos humanos de todos los integrantes de la sociedad, particularmente de las niñas, niños y adolescentes, quienes constituyen un gran sector de la población vulnerable. Actualmente, en nuestro marco legal, resulta de gran relevancia lo señalado en el artículo 4o. de nuestra Carta Magna que, en lo conducente, dice: Los niños y las niñas tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su desarrollo integral. Los ascendientes, tutores y custodios tienen el deber de preservar estos derechos. El Estado proveerá lo necesario para propiciar el respeto a la dignidad de la niñez y el ejercicio pleno de sus derechos. El Estado otorgara facilidades a los particulares para que coadyuven al cumplimiento de los derechos de la niñez. En el ámbito internacional, la Convención de los Derechos del Niño, suscrita por nuestro país en septiembre de 1989 y ratificada por el Senado el 19 de junio de 1990, señala diversas garantías efectivas que debemos incorporar en nuestra legislación: 63 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. Artículo 19 1. Los Estados partes adoptarán todas las medidas legislativas, administrativas, sociales y educativas apropiadas para proteger al niño contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual, mientras el niño se encuentre bajo la custodia de los padres, de un representante legal o de cualquier otra persona que lo tenga a su cargo. 2. Esas medidas de protección deberían comprender, según corresponda, procedimientos eficaces para el establecimiento de programas sociales con objeto de proporcionar la asistencia necesaria al niño y a quienes cuidan de él, así como para otras formas de prevención y para la identificación, notificación, remisión a una institución, investigación, tratamiento y observación ulterior de los casos antes descritos de malos tratos al niño y, según corresponda, la intervención judicial. La Cumbre Mundial en favor de la Infancia, de la cual México formó parte activa, asumió un compromiso vinculante para brindar un futuro mejor a todas y todos los infantes. Es por ello que resulta necesario reconocer el principio fundamental del interés superior del niño o la niña, entendido como el ‘conjunto de acciones y procesos tendientes a garantizar (a la infancia) un desarrollo integral y una vida digna, así como las condiciones materiales y afectivas que les permitan vivir plenamente y alcanzar el máximo de bienestar posible’. Esto es, ‘los niños tienen derecho a que antes de tomar una medida respecto de ellos, se adopten aquellas que promuevan y protejan sus derechos y no las que los conculquen’. En consecuencia, la Red para por los Derechos de la Infancia considera como acciones urgentes ayudar a que las interpretaciones jurídicas reconozcan el carácter integral de los derechos del niño y la niña. Obligar a que las políticas públicas den prioridad a los derechos de la niñez. 64 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. Permitir que los derechos de la niñez prevalezcan sobre otros intereses, sobre todo si entran en conflicto con aquellos. Orientar a que tanto los padres como el Estado en general, en sus funciones que les son relativas, tengan como objeto ‘la protección y desarrollo de la autonomía del niño en el ejercicio de sus derechos y que sus facultades se encuentran limitadas, justamente, por esta función u objetivo’. Luego entonces, tenemos que, de manera general, en aras al principio de interés superior de la infancia, debemos considerar que toda persona o institución que tenga a su cuidado a un menor, independientemente del motivo de ello, deberá ser sujeto de supervisión y vigilancia por parte del Estado, como órgano protector del estado de derecho y aún más, del interés a favor de la infancia. Por su parte, en la Opinión Consultiva OC-17/2002 del 28 de agosto de 2002 emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, refiere que: ‘la expresión 'interés superior del niño' implica que el desarrollo de éste y el ejercicio pleno de sus derechos deben ser considerados como criterios rectores para la elaboración de normas y la aplicación de éstas en todos los órdenes relativos a la vida del niño.’ De lo antes mencionado, debemos considerar que el interés superior del infante, también ‘se funde en los principios de la democracia, la igualdad, la no discriminación, la paz y la justicia social y la universalidad, indivisibilidad, interdependencia e interrelación de todos los derechos humanos, incluido el derecho al desarrollo’, mismo que debe abarcar todos los ámbitos de su vida. A pesar de los esfuerzos realizados, nuestro marco normativo resulta desigual e insuficiente, en virtud de que sigue sin respetarse la dignidad e integridad de las niñas, niños y adolescentes mexicanos. Esto es, el Estado mexicano no ha podido otorgar una protección y bienestar a nuestros infantes. Lamentablemente, hemos visto como han aumentado considerablemente los casos de niñas, niños y adolescentes que han sido 65 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. abusados o violados sexualmente por adultos, extendiéndose preocupantemente en zonas de alta marginación de los estados del interior de la República. De manera paralela, la corrupción, pornografía, prostitución y turismo sexual cometidos en contra de menores de edad en todo el mundo. En México han aumentado considerablemente, además de los ilícitos antes señalados, los casos de abusos en los cuales el adulto abusa de su condición o de su profesión: padres con sus hijos o hijas, educadores con sus alumnos, entrenadores deportivos con sus jóvenes pupilos. Es por ello, que la participación e intervención de los tres ámbitos de gobierno debe realizarse de manera inmediata, ya que lamentablemente en la mayoría de estos casos, se encuentra involucrada la delincuencia organizada, además de que la gravedad de los hechos, demuestra que existen intereses locales creados alrededor de las personas involucradas. Luego entonces, el interés del Estado para mejorar las condiciones de vida de la infancia en nuestro país, debe ser armónico y congruente, dejando de lado el interés individual para preservar el colectivo. Lo que evidentemente no supone una falta de respeto a la confidencialidad que caracteriza el ámbito penal, sino que debe atenderse a las condiciones y circunstancias específicas para cada caso. Para René Jiménez Ornelas, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) el problema se agrava cuando las políticas públicas y sociales son ineficaces, sumado a la ineficiencia de las autoridades. Y pero aún, cuando existen vacíos jurídicos o legislaciones locales que consideran a los delitos cometidos en contra de infantes, así como de personas que no tienen la capacidad para comprender el significado del hecho o no tienen capacidad para resistirlo, como no graves. Ante esto, es indispensable incorporar en nuestra legislación el delito de pederastia, cuya denominación proviene del griego país o paidós ‘niño’ o ‘muchacho’ y erastés ‘amante’, siendo interpretado como la preferencia sexual de un adulto por púberes o adolescentes. Es importante señalar que la pederastia 66 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. se considera erróneamente como sinónimo de paidofilia; sin embargo, a pesar de que etimológicamente significan lo mismo (ya que ambas se basan en paidós ‘niño’ o ‘adolescente’), la pederastia como se ha mencionado, refiere al abuso sexual cometido contra un infante prepúber por un adulto. En la actualidad, estos términos se han diferenciado, en virtud de que un pederasta comete delitos sexuales en contra de un menor y un paidófilo o pedófilo, únicamente siente atracción por los infantes, sin que lleguen a cometer delito alguno. Estas diferencias, también se aprecian en el Diccionario de uso del español de María Moliner, en cuya obra define el término pedofilia como una «perversión» del adulto que se ‘siente atraído por niños’, mientras que en la pederastia, la práctica es elemento indispensable. De igual manera, Manuel Seco, Olimpia Andrés y Gabino Ramos, en su Diccionario del español actual, definen la pedofilia como una «atracción», y a la pederastia la conceptualizan como la «relación homosexual de un hombre con niños». Asimismo, es necesario también establecer la diferencia entre la pederastia con las parafilias, las cuales desde el punto de vista de la psiquiatría y del psicoanálisis, se han considerado como ‘desviaciones’. En las parafilias, se involucra a prepúberes o personas que se resisten a la propuesta sexual o a conductas sexuales que no son convencionales. Para mayor claridad, el pederasta posee la libertad de tomar, sin ninguna cortapisa, la decisión para realizar el acto delictivo y no sólo quedarse con la preferencia sexual hacia un menor. Por tanto, mantenemos la diferencia entre la tendencia sexual (pedofilia) y la práctica abusiva y delictiva (pederastia), ya que hablamos de dos esferas distintas: por una parte, la esfera de la psicología y de la medicina, con sus diferencias en razón de que para algunos la pedofilia es sólo un trastorno erótico sexual; y por otra, cuando la conducta trastoca el ámbito del derecho. 67 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. La Organización Mundial de la Salud clasifica a la pederastia como un síndrome o conjunto de síntomas, no como una enfermedad: ‘En psiquiatría no se habla de enfermedad, sino de trastorno, que se puede manifestar por pensamiento, sentimiento o conducta. Hay 16 trastornos psiquiátricos y son síndromes, no enfermedades. Si un adulto consuma un acto de abuso sexual contra un menor, comete un delito desde el punto de vista legal y penal’. Por lo que necesariamente, se deben separar estás dos realidades cuya diferencia debe quedar plasmada en nuestro marco normativo. Debemos reconocer que uno de los grandes problemas que se presentan para que la ciudadanía tenga acceso real a la justicia, versa precisamente en la mala interpretación que de la realidad, hacen los juzgadores respecto de los hechos delictivos. Es común que en los casos de pederastia, se confunda el tipo penal, beneficiando a las y los pederastas con castigos de sanciones mínimas e incluso, les permiten conmutar la pena con días multas. Cada uno de casos de pederastias, pero todos tienen en común el abuso del poder que detentan los agresores, desnudando a sus víctimas, acariciándolos y efectúan actos de sexo oral, anal o vaginal, ya sea en forma activa o pasiva. De una manera u otra, la afectación que realizan es sumamente lacerante para el normal desarrollo psicoemocional y físico de niñas, niños y adolescentes. Sumado a lo anterior, debido a las condiciones socioculturales que prevalecen en nuestra sociedad, las personas adultas gozan de un grado alto de confianza, supuesta responsabilidad y de acuerdo a su profesión u oficio, una calidad moral plena. Las y los pederastas colman a las niñas y niños de atenciones, con el fin de ganarse su ‘complicidad’ y confianza, así como también la de la familia y su comunidad. Es por ello que, frecuentemente los pederastas victimizan a niños y niñas de su familia, los maestros a sus alumnos (especialmente a los infantes que se encuentran en internados), los clérigos a los infantes que se encuentran en su iglesia o templo, por mencionar algunos casos. Las y los pederastas 68 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. amenazan a sus víctimas con la finalidad de que callen o de manera patológica, les hacen creer que también ellos son culpables, o que nadie les creerá si lo comentan. Por lo tanto, el delito de pederastia, conlleva el poder intrínseco de una persona por encima de la voluntad de la víctima. El desarrollo de la sexualidad debe ser un proceso informado y acorde a la edad del infante o adolescente, por lo que al ser ésta despertada de manera alevosa y ventajosamente, se generan sentimientos de culpa, ansiedad y probables trastornos sexuales que se presentaran de forma permanente e inmutable durante su vida adulta, ocasionando daños psicoemocionales severos, de salud mental, física y emocional de la víctima. Es por ello que resulta adecuado y necesario considerar los daños causados por los pederastas, los cuales son equiparables a los crímenes contra la humanidad, toda vez que, refiere el abogado José Bonilla, defensor de víctimas de pederastia en Oaxaca, Distrito Federal y Estado de México, son actos inhumanos que causan graves sufrimientos o atentan contra la salud mental o física e integridad de quien los sufre; o bien, al igual que los crímenes de lesa humanidad, se ofende, agravia y lastima a la humanidad en su conjunto. Es indispensable precisar que la pederastia no es un problema de salud psicológica como lo han alegado para lograr la exclusión de responsabilidad. Ante esto, debemos reiterar y diferenciar el delito de pederastia con las parafilias, las cuales desde el punto de vista de la psiquiatría y del psicoanálisis, son consideradas como ‘desviaciones’. Cabe aclarar que estas compulsiones a veces implican la posibilidad de que el parafílico cometa actos delictivos, cuando su parafilia es asocial. Pero el pederasta, espiará, tocará o abusará del infante o bien, les hablará sobre sexualidad de manera impropia para su edad, ya que recordemos que desde temprana edad. Por lo tanto, en el ámbito del derecho, específicamente del penal, este trastorno no se refiere a un problema médico, en virtud de que el adulto que violenta a un infante con motivo de esta perturbación sexual, merece ser sancionado con severidad en virtud del perjuicio al 69 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. sano desarrollo del menor así como a su libertad sexual. Cuando los pederastas han sido denunciados, argumentan excusas acerca de las razones por las que abusaron de los infantes, justificando que sus acciones por tener ‘valor educativo’, ‘formativo’ o que las caricias-casuales, no eran realizadas con malicia. Asimismo, se escudan con el argumento en el que, como ocurre en los casos de violencia hacia las mujeres, la víctima es responsable, ya que el niño es ‘sexualmente provocativo’. En ocasiones, se ha pretendido sancionar a quienes cometen este ilícito con una castración, sin embargo, ésta de ninguna manera inhibe la posibilidad de que, los individuos puedan realizar actos sexuales. Sanjuana Martínez, citando en su libro Manto púrpura a Stephen J. Rossetti, especialista en curar la pederastia y autor de Slayer of the Soul: Child Sexual Abuse and the Catholic Church (Asesino del alma: abuso sexual de niños y la Iglesia Católica), señala que las terapias a base de Biblia, Freud y fármacos no parece ser suficientes para acabar con la pederastia, porque las clínicas ofrecen además un tratamiento a base de depoprovera, un fármaco que disminuye el apetito sexual y somete a los pacientes a una ‘castración física y mental’ pero momentánea. Es por ello que resultan indispensables los tratamientos psicológicos, para que las y los pederastas reconozcan que las conductas delictivas que realizan en perjuicio de niñas, niños y adolescentes, derivan en responsabilidades que deben ser sancionadas severamente. La doctora Victoria Trabazo, del Centro de Psiquiatría y Psicología Clínica y Jurídica de España, puntualiza que ‘los pederastas no sufren una enfermedad mental, sino «una perversión», y buscan relaciones con menores porque se sienten «poderosos» y «disfrutan con las situaciones de abuso y superioridad».’ Considera que estas personas, no sienten culpa ni reconocen el sufrimiento y daño que ejercen y provocan, ya que justifican sus actos con argumentos en contra de sus víctimas. Es importante señalar que la doctora Trabazo, ha determinado que cuando la pederastia se 70 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. encuentra unida a otra psicopatía, como pasa en la mayoría de los casos, estos sujetos se vuelven peligrosos. Por lo tanto, sugiere que a los pederastas que ya han cumplido con su condena, por conducto de los mecanismos necesarios y el marco normativo correspondiente, se les debe someter ‘a un estricto control tutelado por un juez.’ A la anterior propuesta, se adhiere el psicólogo y primer defensor del Menor en España, Javier Urrua, quien aboga seriamente por una reforma normativa para asegurar que el pedófilo o en su caso, el pederasta ‘no tenga la oportunidad de volver a reincidir’. Para Urrua, los pederastas no son enfermos mentales, ya que son personas perversas que buscan excusas y son capaces de mentir sobre los abusos de infantes. María Tomé, psiquiatra en el Hospital Maudsley de Londres refiere al periódico El Mundo que: ‘.la pedofilia no es una enfermedad mental. Se elige ser pederasta, algunos ofrecen una imagen respetable y, a veces, trabajan en altos puestos profesionales que les facilitan el acceso a sus víctimas. Incluso pueden estar disgustados por sus sentimientos y sentirse culpables de sus acciones (aunque la gran mayoría no lo están) y, sin embargo, eligen hacerlo. Son expertos en identificar víctimas y justificar sus acciones. Argumentan que los niños son activos sexualmente, que gozan de la relación especial. Pero la frontera entre el adulto y el niño es traspasada con la instigación, elección y responsabilidad del adulto. Esta es la raíz del crimen...’ Este criterio es compartido por la psicóloga Laura Antunes, profesionista que refiere que ‘a los sacerdotes pederastas los mandan a casas de retiro para someterlos a tratamientos médicos. Empero, no se curan, es una compulsión. Ninguna compulsión se cura, se controla pero no se arregla. Es un defecto de los neurotransmisores. A la fecha no se ha descubierto una medicina para controlar la compulsión. Estos curas tienen que abusar del poder. Como ellos no pueden actuar de una forma tradicional, entonces tienen que amedrentar. Ejercer el miedo sobre la 71 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. víctima es lo que a ello los estimula y los hace disfrutar.’ De lo anterior, resulta obligatoria una vigilancia penitenciaria, un localizador personal y la imposición de seguir una terapia psicológica o farmacológica controlada por el juzgador. Y para Arturo Canalda González, Defensor del Menor en la Comunidad de Madrid, considera que la modificación de la ley no es la única tarea que se tiene que realizar, ya que se debe obligar a que se cumplan íntegramente las penas y sanciones; por ello, refiere que: ‘los pederastas deben ser apartados de la sociedad’ porque ‘no se rehabilitan» y reinciden una y otra vez’, y por eso es imprescindible que, tras cumplir la pena, ‘tengan un seguimiento psiquiátrico, policial y judicial constante’. Con lo anterior, coincide José Sanmartín, Director del Centro Reina Sofía para el estudio de la violencia, quien afirma que la policía debería estar siempre ojo avizor» sobre los acusados de pederastia, toda vez que presentan una tasa altísima de reincidencia. México no puede excluirse del anterior contexto porque en nuestro país, existen cifras que demuestran que las y los pederastas, cometen este delito contra más de una víctima y en forma reiterada. Lo anterior, es más grave aun cuando se los transfiere de un lugar a otro, ya sea iglesia, plantel educativo o cualquier otro espacio en donde se relacionen con infantes, lo que posibilita en gran medida que cometa actos de pederastia en contra de cualquier infante que tenga contacto con él. Para la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual por Sacerdotes (SNAP, por sus siglas en inglés), los casos de abuso sexual a menores de edad, se han presentado en lugares donde infantes y adolescentes se encuentran en contacto con personas que se encuentran bajo su cuidado o que están en trato frecuente con ellos. Esto ha ocasionado una alta posibilidad de que en parroquias, seminarios, orfanatos, hospitales, organizaciones de trabajo social, albergues, centros de tratamiento diverso, instituciones filantrópicas que atienden a población vulnerable o cualquier otro espacio de actividades similares, se cometa el delito de pederastia. 72 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. Es muy común que los pederastas, se ganen la confianza de los familiares, tutores e incluso de la comunidad en general, lo que evidentemente facilita en la mayoría de los casos la comisión de estos hechos. Lo anterior, provoca que en muchos casos, la víctima no haya recibido atención inmediata de manera integral, incluso por parte de la familia de la víctima, esto debido al respeto que la o el pederasta generó tanto en la comunidad y en la familia, como consecuencia de la manipulación o el temor que ejercen en la comunidad. SNAP ha identificado que los casos de abuso sexual a menores de edad, se han presentado en lugares donde niños y adolescentes estaban en contacto con religiosos, de la misma manera que sucede en otro tipo de organizaciones que tienen la responsabilidad de su cuidado o que están en contacto frecuente con los mismos. En igual sentido, Católicas por el Derecho a Decidir, refieren que las lagunas en las leyes y la impunidad es, lo que afecta de manera particularmente grave a los derechos humanos de sus miembros, y en particular de las y los niñas, niños y adolescentes, ya que la confianza que los ministros de la iglesia generan entre los laicos facilitó en la mayoría de las ocasiones el obrar del abusador en cualquier espacio en el que tenga contacto con niñas, niños y adolescentes. En muchos casos, la víctima no recibió atención inmediata, incluso por parte de su familia debido al respeto que ésta le tenía al implicado, o por temor e ignorancia. Es necesario, refiere SNAP, que a los sentenciados se les someta a tratamientos y evaluaciones psicoterapéuticas y también, se les suspendan sus actividades pastorales, laborales o de cualquiera otra índole, en donde se relacionan con infantes; esto tiene como fin evitar la reincidencia o por lo menos, que el contacto que tengan con infantes, sea nulo. Por tal razón, debido a la afectación causada, se debe obligar y condenar al pederasta para que pague la terapia a las víctimas y se les someta a un tratamiento integral y permanente. Las víctimas de pederastia padecen el síndrome de estrés postraumático, razón por la que es 73 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. indispensable que reciban terapias constantes, porque en caso de no contar con dicho tratamiento, realizarán comportamientos que son destructivos para sí mismos y otros, como el abuso de sustancias, agresividad y compulsividad. Estas reacciones les permitirá vivir pero en condiciones de autodefensa, con el fin de sobrevivir a dolorosas emociones y recuerdos de su trauma. Refiere SNAP que, en general, ‘las víctimas de abuso sexual desarrollan trastornos clínicamente significativos, tales como las toxicomanías sexuales o disfunciones, trastornos depresivos mayores, trastornos disociativos, trastornos relacionados con sustancias, trastornos de la conducta alimentaria y trastornos de la ansiedad.’ Por lo que si no se les brinda asistencia profesional inmediata, la victima frecuentemente desarrollará el trastorno antes referido. Además de que, si se les deja sin tratamiento, las personas pueden experimentar alteraciones en su vida social y profesional. Asimismo, en el ámbito internacional, dada la gravedad de los hechos ilícitos cometidos en contra de infantes y adolescentes, se ha determinado al declarante obligatorio,13 como la persona que es requerida por la ley para informar de los abusos cometidos contra menores, bajo circunstancias específicas y son designados por mandato de la ley, de conformidad con sus actividades en razón de que mantienen contacto con infantes. En tal razón, podemos mencionar a una serie de personas, a saber: 1. ‘Los maestros, ayudantes de maestros o profesores, personal administrativo o cualquier otro empleado de escuela pública o privada. 2. Administradores, empleados de campamentos, centros deportivos, de convivencia, centros comunitarios, de organizaciones juveniles, ya sean públicos o privados. 3. Empleados de instituciones que se dedican al cuidado de infantes, ya sea de manera permanente o temporal orfanatos, centros de tratamiento en sus distintas modalidades, albergues, por mencionar 74 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. algunos. En general de todas aquellas personas que se dediquen a asistencia social de infantes y adolescentes. 4. Personal médico o de cualquier otra profesión que tenga estrecha relación con infantes, ya sea de instituciones públicas o privadas. 5. Personas dedicadas a las industrias comerciales que trabajan con infantes, ya sea a través de fotografías, videos o cine. 6. Miembros del clero, que incluye a sacerdotes, ministros, rabinos, facultativos religiosos, funcionarios o administrativos de iglesias, templos o de cualquier otra denominación u organización de distinto concepción religiosa.’ A los pederastas, no les importan las consecuencias de sus actos, por ello es necesario proteger a las niñas y niños, incluso a sus familias en virtud de que no sólo los contagian de infecciones de transmisión sexual, sino que también del virus de inmunodeficiencia humana/síndrome de inmunodeficiencia adquirida. En este mismo orden, también resulta importante resaltar que en los hechos denunciados, se ha apreciado el silencio cómplice de autoridades federales, estatales y municipales, incluyendo a las educativas, así como a altos jerarcas e integrantes de la Iglesia Católica o de cualquier otra religión que encubren a los responsables de estos delitos. Cabe mencionar que si bien la comunidad llega a encubrir a los responsables, ha sido también como víctimas de la manipulación del autor del delito; o bien, por las personas y con los que han logrado establecer redes de poder o corrupción que los protegen. Sin embargo, esto no implica una exclusión de responsabilidad, en virtud de que conlleva toda una serie de engaños, artificios o cualquier otro tipo de manipulación con el fin de hacer creer que, quien comete el delito es una persona correcta e intachable, incapaz de ocasionar algún daño, por mínimo que este sea. Esto nos lleva a considerar que el poder que detenta una persona sobre el infante implica un poder 75 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. intrínseco por encima de cualquier otro, toda vez que se supone es la persona en quien se puede confiar o en quien se deposita la formación de valores o principios para un adecuado crecimiento personal o familiar. El pederasta realiza en sus actos una voluntad de poder, porque el individuo suele demostrarse a sí mismo, que tiene mayor poder o superioridad sobre su víctima, tan es así que amenaza, intimida, chantajea e incluso, puede llegar a extorsionar, haciendo uso y abuso de su poder en perjuicio de la sociedad. El ámbito religioso no es la excepción, ya que de acuerdo a los reportes de SNAP e investigaciones realizadas por Sanjuana Martínez, se tiene conocimiento del encubrimiento a los pederastas, trasladándolos de un lugar a otro, sin ningún tipo de responsabilidad y menos aún, sin que se repare el daño causado a la víctima y que lógicamente, permanecerá y se arraigará aún más, si no se le atiende de manera integral. La sanción que se aplica a estos sacerdotes que cometen este delito, además de la incardinación, es la suspensión o reclusión en ‘centros de rehabilitación’ para que previo periodo, sin valoración de estudio criminal alguno, regresen a la práctica del sacerdocio u otras funciones, en las que probablemente tengan contacto con infantes. Gracias a este ámbito de impunidad, es muy recurrente que al presentarse cambios en los templos, centros laborales o escolares, sedes o planteles, por mencionar algunos espacios, el pederasta continúa con sus conductas delictivas, lo que posibilita que dañe a más víctimas. Por lo tanto, debemos diferenciar cuando la persona que lo apoya o auxilia, a sabiendas de la comisión del delito de pederastia, es un encubridor y por ende, comete el delito de encubrimiento, por delitos cometidos en el pasado. Y por otro lado, quien le permite al pederasta vivir en la impunidad, se convierte en responsable del delito de pederastia, toda vez que le da la oportunidad de continuar cometiendo delitos. Por lo tanto, la persona que favorece o alegue desconocer dicha conducta delictiva deberá ser sancionando en aras del principio de que ‘el desconocimiento de la ley, no exime de su cumplimiento’. 76 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. Es por ello que en el Código de Derecho Canónico se establece, en relación con los abusos sexuales cometidos por un sacerdote, lo siguiente: Canon 1395 § 2: El clérigo que cometa de otro modo un delito contra el sexto mandamiento del Decálogo, cuando este delito haya sido cometido con violencias o amenazas, o públicamente o con un menor que no haya cumplido dieciséis años de edad, debe ser castigado con penas justas, sin excluir la expulsión del estado clerical cuando el caso lo requiera. Con lo anterior, se les excluye de responsabilidad penal y civil, por lo que en consecuencia, estas acciones se traducen en actos de impunidad reiterativos, toda vez que continúan reincidiendo en éstas prácticas sexuales sin ninguna restricción. Ante esto, no podemos soslayar una realidad lamentable que implica reconocer la reacción que han tenido las instituciones o autoridades encubridoras y cómplices de pederastas, restando importancia a las acusaciones de las víctimas y peor aún, culpándolos. Cabe destacar que desafortunadamente en Latinoamérica, la Iglesia Católica sigue encubriendo a sacerdotes pederastas, haciendo patente la falta de interés por los derechos y el futuro de la víctima, superponiendo al delincuente, principalmente si nos referimos a una infancia doblemente vulnerada. Luego entonces, la ley civil queda supeditada a la canónica, ya que al conceder impunidad a las y los delincuentes, encubriéndolos y no denunciándolos, a las autoridades locales llegando al extremo de no acatar las medidas precautorias que se dictan tales como: tratamientos terapéuticos y transferencias, generando incluso complicidad de las autoridades competentes. Los procedimientos judiciales adicionalmente, se encuentran plagados de irregularidades que benefician a los pederastas, eludiendo el debido proceso de acuerdo a las leyes civiles. Es pertinente aclarar que los pagos extrajudiciales que se han realizado a las víctimas de abuso infantil por parte de los clérigos infractores e incluso por parte de 77 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. sus superiores, en los Estados Unidos de Norteamérica, han tenido como fin comprar silencios, conciencias y por lo tanto, deben ser sancionados no sólo como responsables del delito de pederastia, sino también por el delito de encubridores en razón de que con sus omisiones, se perjudica no sólo el sano desarrollo de las y los infantes sino que también eliminan el interés superior del infante. Es indispensable que si hay una acusación de abuso, no sólo hay que atender a las víctimas y tomar medidas inmediatas para evitar daños a otros infantes, sino reportarlo inmediatamente a las autoridades correspondientes. Por otra parte, es importante destacar la necesidad urgente para que todas las instancias investigadoras de delitos de los Estados y del Distrito Federal, realicen acciones y comunicaciones inmediatas para que, cuando se tengan identificados a los probables responsables de los delitos cometidos en contra de menores de dieciocho años, o que no tengan la capacidad para comprender el significado del hecho o no tengan la capacidad de resistirlo, éstas instituciones ofrezcan asistencia y colaboración plena para su detención. Recordemos que lo mandado en el artículo 4o. constitucional, obliga a que todas las instituciones del Estado, dentro del marco de sus facultades, deben respetar los derechos de los infantes, asegurar su bienestar y prestar la asistencia debida para que los padres, las familias, los tutores y demás personas encargadas del cuidado de niñas, niños y adolescentes garanticen que estos puedan crecer y desarrollarse en un entorno seguro, estable, en ambientes sanos, de amor y comprensión en correspondencia a la diversidad cultural y social que prevalece en nuestro país, pero que en todo momento debe ser encaminado a priorizar el interés superior de la infancia. Esto permitirá que de manera paralela, se fomente y fortalezca la capacidad que tienen para protegerse a sí mismos, para que de manera conjunta accedan a una gama de servicios e información que les permita desarrollarse, protegerse y participar de manera activa en el ejercicio de sus derechos humanos y libertades 78 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. fundamentales, siendo protegidos de todas las formas de violencia, maltrato y/o discriminación. Dada la muy probable reincidencia de sentenciados por el delito de pederastia, e incluso por los demás delitos sexuales en contra de niñas, niños y adolescentes, es fundamental que en el Sistema Nacional de Seguridad Pública, en cumplimiento pleno al principio de interés superior de la infancia, cuente con un registro de todas aquellas personas que hayan sido condenadas por el delito de pederastia y por ende, la autoridad los tenga identificados plenamente. Lo anterior para que la sociedad en general, se encuentre protegida ante estos delitos y de manera simultánea, se ponga fin a la impunidad. Por lo que contar con un registro, obliga a conocer los nombres de pederastas, ya que la protección del infante y del vulnerable debe ser prioridad. Para efecto de lo anterior, dicho registro deberá ser altamente protegido y estar bajo el cuidado de las autoridades competentes del Sistema antes mencionado. Para el periodista Jorge Ramos Ávalos, debe prohibirse ‘.a los sacerdotes culpables de violación y maltrato sexual infantil el tener contacto con los feligreses en parroquias, escuelas, hospitales y asilos de ancianos. Pero esos sacerdotes no pierden su título dentro de la iglesia.. la iglesia católica sigue resguardando a criminales y eso es inaceptable para muchos, particularmente las víctimas de esos abusos.’ Asimismo, este comunicador destaca que la manera en que se trata a los sacerdotes por parte de la iglesia a la cual pertenecen ‘es un doble crimen: del que lo hace y del que lo oculta. la iglesia católica, como institución, parece haberse puesto de lado de los criminales en lugar de defender a las víctimas.’ Por su parte, el psiquiatra regiomontano Víctor Manuel Piñeyro señala que el tratamiento aplicado a los pederastas es ‘muy inefectivo’, ya que la mayoría de estos delincuentes vuelven a reincidir. El uso de fármacos hormonales que eliminan el efecto de la testosterona y contribuyen a disminuir el apetito sexual y la impulsividad. ‘Tampoco ofrece resultados positivos’. Entonces, ¿cuál es la solución para que estas personas no vuelvan a dañar a menores? 79 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. ‘Básicamente arrestarlos, tipificarlos y cuando salen al cumplir la pena, seguir bajo control por el Estado, gracias a la utilización de pulseras electrónicas para determinar en todo momento su paradero. Se les debe estar monitoreando. No hay otra forma de controlar a estas personas y su conducta anormal compulsiva. Ellos no pueden dejar de hacerlo, a pesar de que tengan conciencia de que están procediendo mal’. Para conceder protección provisional a las víctimas, resulta indispensable en aras de la salvaguarda no sólo a sus derechos, sino a la sociedad en general, debe la autoridad judicial y administrativa correspondiente, considerar el retiro definitivo del o la pederasta. Como sociedad, debemos aspirar a que la sotana, la actividad religiosa de cualquier índole, la profesión o simplemente el estatus de la persona, no genere impunidad que además lacere cada vez más el Estado de derecho, la equidad y justicia. Ante esto todas las personas que violentan a niñas, niños y adolescentes deben ser privados de su libertad por un periodo proporcional al daño causado a la víctima. En términos de prescripción, es importante destacar que estudios científicos en criminalística, demuestran fehacientemente que el tipo de afectaciones que sufre la víctima del delito de pederastia, duren permanentemente hasta su adultez, cuando llega a comprender lo que ha sucedido así como las consecuencias que en su esfera emocional y de salud ha sufrido. Al respecto, Érick Barragán, director de SNAP México, ha manifestado que deben extenderse o quitarse ‘.términos de prescripciones para ciertas ofensas contra menores, ya que menores pueden ser físicamente o emocionalmente incapaces de reconocer y denunciar alguna ofensa contra ellos (victimarios) dentro del periodo de tiempo prescrito. Por ejemplo, los niños que son víctimas del abuso físico o sexual tanto pueden ser traumatizados por el trato injusto que ellos reprimen la memoria de la ofensa hasta que años después de que el término de prescripciones ha expirado. En otros casos, los niños pueden residir con 80 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. sus abusadores físicos o sexuales y así pueden ser intimidados también archivar un reclamo hasta que ellos vivan aparte de los abusadores’. En la mayoría de los casos, las víctimas no saben que estas acciones son ilícitas además de que carecen de información o capacidad necesaria para acudir por sus propios medios a lugares donde pueden denunciar estos hechos o bien, no pueden solicitar ayuda o protección de manera directa e inmediata. En tal virtud, dada la gravedad de los delitos que afectan el sano desarrollo de la personalidad, resulta indispensable considerar que un infante no puede ejercer sus derechos por situaciones que lo afectaron durante esta etapa de niñez y con la intención firme de que dichos delitos no queden impunes, los delitos en contra de niñas, niños y adolescentes deben ser imprescriptibles, de tal forma que el adulto pueda emprender acciones legales contra el agresor que le dañó en su infancia. Si bien es cierto, nuestro marco legal contempla figuras jurídicas por las cuales se pueden ejercer derechos a favor de los infantes, estas resultan insuficientes y más aun tratándose de delitos que laceran la integridad de niñas, niños y adolescentes. Por lo tanto, es necesario reiterar que se deben denunciar los delitos que se cometan en perjuicio de la población infantil, opere en casos de corrupción, pornografía, lenocinio, trata, abusos de carácter sexual, promoción o facilitación de la prostitución, así como de la producción y comercialización de material pornográfico y su mercado, ya que todos estos ilícitos cometidos en perjuicio de personas menores de dieciocho años de edad o de quienes no tienen la capacidad para comprender el significado del hecho o que no tienen la capacidad de resistirlo, violentan de manera flagrante sus derechos. Por las razones expuestas, los delitos antes enunciados deben ser imprescriptibles, en virtud de que las víctimas de estos ilícitos no son personas consientes, sin libertad y capacidad para dimensionar sus efectos sobre su personalidad y en general, en su vida. 81 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. No menos importante resulta la necesidad de plantear, ante esta problemática, el trabajo preventivo que debe realizarse con las y los estudiantes, desde los primeros años de edad escolar, para que conozcan e identifiquen de qué manera se pueden cometer actos delictivos en su contra. Irvin Waller, especialista en justicia penal, prevención del delito y protección a las víctimas, señala que: ‘.Gran parte de la vida de niños y adolescentes pasa en la escuela’ Pero no sólo debe ser para las y los educandos, sino también debe realizarse con padres, tutores, empleados, integrantes de expresiones religiosas y toda persona que tenga contacto con infantes, a fin de que puedan identificar las señales de la comisión de delitos como los de corrupción, pornografía, lenocinio, trata, abusos de carácter sexual, promoción o facilitación de la prostitución, así como de la producción y comercialización de material pornográfico, para que no sea cometido en escuelas, iglesias o en cualquier otro sitio. En este contexto, la Declaración de Milán, adoptada por la Asamblea General de Naciones Unidas en su Resolución 40/34 del 29 de Noviembre de 1985, relativa a los ‘Principios fundamentales de justicia para las víctimas de delitos y abuso de poder’, resulta de suma relevancia considerar algunos planteamientos que se citan en dicho instrumento y que México, al ser Estado miembro de Naciones Unidas desde 1945, debe considerar en el tema que nos ocupa. De dicha declaración conviene destacar: ‘A. Las víctimas de delitos 1. Se entenderá por ‘víctimas’ las personas que, individual o colectivamente, hayan sufrido daños, inclusive lesiones físicas o mentales, sufrimiento emocional, pérdida financiera o menoscabo sustancial de los derechos fundamentales, como consecuencia de acciones u omisiones que violen la legislación penal vigente en los Estados Miembros, incluida la que proscribe el abuso de poder. 2. Podrá considerarse ‘víctima’ a una persona, con arreglo a la presente Declaración, independientemente de que se identifique, aprehenda, enjuicie o condene al 82 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. perpetrador e independientemente de la relación familiar entre el perpetrador y la víctima. En la expresión ‘víctima’ se incluye además, en su caso, a los familiares o personas a cargo que tengan relación inmediata con la víctima directa y a las personas que hayan sufrido daños al intervenir para asistir a la víctima en peligro o para prevenir la victimización. Acceso a la justicia y trato justo 1. Las víctimas serán tratadas con compasión y respeto por su dignidad. Tendrán derecho al acceso a los mecanismos de la justicia y a una pronta reparación del daño que hayan sufrido, según lo dispuesto en la legislación nacional. 2. Se establecerá y reforzarán, cuando sea necesario, mecanismos judiciales y administrativos que permitan a las víctimas obtener reparación mediante procedimientos oficiales u oficiosos que sean expeditos, justos, poco costosos y accesibles. Se informará a las víctimas de sus derechos para obtener reparación mediante esos mecanismos. 3. Se facilitará la adecuación de los procedimientos judiciales y administrativos a las necesidades de las víctimas:.. d) Adoptando medidas para minimizar las molestias causadas a las víctimas, proteger su intimidad, en caso necesario, y garantizar su seguridad, así como la de sus familiares y la de los testigos en su favor, contra todo acto de intimidación y represalia; e) Evitando demoras innecesarias en la resolución de las causas y en la ejecución de los mandamientos o decretos que concedan indemnizaciones a las víctimas. Resarcimiento 1. Los delincuentes o los terceros responsables de su conducta resarcirán equitativamente, cuando proceda, a las víctimas, sus familiares o las personas a su cargo. Ese resarcimiento comprenderá la devolución de los bienes o el pago por los daños o pérdidas 83 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. sufridos, el reembolso de los gastos realizados como consecuencia de la victimización, la prestación de servicios y la restitución de derechos. 2. Los gobiernos revisarán sus prácticas, reglamentaciones y leyes de modo que se considere el resarcimiento como una sentencia posible en los casos penales, además de otras sanciones penales. 3. Cuando funcionarios públicos u otros agentes que actúen a título oficial o cuasi oficial hayan violado la legislación penal nacional, las víctimas serán resarcidas por el Estado cuyos funcionarios o agentes hayan sido responsables de los daños causados. En los casos en que ya no exista el gobierno bajo cuya autoridad se produjo la acción u omisión victimizadora, el Estado o gobierno sucesor deberá proveer al resarcimiento de las víctimas. Indemnización 1. Cuando no sea suficiente la indemnización procedente del delincuente o de otras fuentes, los Estados procurarán indemnizar financieramente: a) A las víctimas de delitos que hayan sufrido importantes lesiones corporales o menoscabo de su salud física o mental como consecuencia de delitos graves; b) A la familia, en particular a las personas a cargo, de las víctimas que hayan muerto o hayan quedado física o mentalmente incapacitadas como consecuencia de la victimización. 2. Se fomentará el establecimiento, el reforzamiento y la ampliación de fondos nacionales para indemnizar a las víctimas. Cuando proceda, también podrán establecerse otros fondos con ese propósito, incluidos los casos en los que el Estado de nacionalidad de la víctima no esté en condiciones de indemnizarla por el daño sufrido. Asistencia 84 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. 1. Las víctimas recibirán la asistencia material, médica, psicológica y social que sea necesaria,. 2. Se informará a las víctimas de la disponibilidad de servicios sanitarios y sociales y demás asistencia pertinente, y se facilitará su acceso a ellos. 3. Se proporcionará al personal de policía, de justicia, de salud, de servicios sociales y demás personal interesado capacitación que lo haga receptivo a las necesidades de las víctimas y directrices que garanticen una ayuda apropiada y rápida.. B. Las víctimas del abuso de poder 1. Se entenderá por ‘víctimas’ las personas que, individual o colectivamente, hayan sufrido daños, inclusive lesiones físicas o mentales, sufrimiento emocional, pérdida financiera o menoscabo sustancial de sus derechos fundamentales, como consecuencia de acciones u omisiones que no lleguen a constituir violaciones del derecho penal nacional, pero violen normas internacionalmente reconocidas relativas a los derechos humanos. 2. Los Estados considerarán la posibilidad de incorporar a la legislación nacional normas que proscriban los abusos de poder y proporcionen remedios a las víctimas de esos abusos. En particular, esos remedios incluirán el resarcimiento y la indemnización, así como la asistencia y el apoyo materiales, médicos, psicológicos y sociales necesarios. 3. Los Estados considerarán la posibilidad de negociar tratados internacionales multilaterales relativos a las víctimas, definidas en el párrafo 18. 4. Los Estados revisarán periódicamente la legislación y la práctica vigentes para asegurar su adaptación a las circunstancias cambiantes, promulgarán y aplicarán, en su caso, leyes por las cuales se prohíban los actos que constituyan graves abusos de poder político o económico y se fomenten medidas y mecanismos para prevenir esos actos, y establecerán 85 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. derechos y recursos adecuados para las víctimas de tales actos, facilitándoles su ejercicio.’ En concreto, conviene destacar que las niñas, niños y adolescentes que han sido afectados por crisis, resultado de la violencia ejercida en contra de ellos, requieren atención no sólo en el momento en que viven estos conflictos, sino que además debe ser posterior a dichos eventos, a fin de prevenir dicha violencia y sus efectos, además de promover la rehabilitación integral de las víctimas. La pederastia, como se ha mencionado, no puede ser tratada únicamente como una enfermedad, sino que al constituirse como delito, debe ser castigada en todos los aspectos, ya que no se trata de un delito artificial o técnico-jurídico, sino de una afectación lacerante y profunda de un bien jurídico que debe ser tutelado de manera integral por el Estado. Por lo tanto, estamos obligados a salvaguardar los derechos de las niñas, niños y adolescentes, por lo que se debe tipificar y regular con precisión, los alcances y efectos necesarios para brindarle a la infancia mexicana, garantías plenas para el ejercicio de sus derechos. Recordemos que el interés superior del infante indica que ‘.las sociedades y gobiernos deben de realizar el máximo esfuerzo posible para construir condiciones favorables a fin de que éstos puedan vivir y desplegar sus potencialidades. Esto lleva implícita la obligación de que, independientemente a las coyunturas políticas, sociales y económicas, deben asignarse todos los recursos posibles para garantizar este desarrollo’.18 Como sociedad debemos exigir la voluntad política de todas las expresiones partidistas, sino también la movilización y asignación de recursos suficientes, que nos permitan atender de manera inmediata, las consecuencias la problemática señalada en la presente iniciativa, dando soluciones eficaces y de calidad, priorizando en todo momento el resarcimiento de las víctimas y la aplicación de la sanción al pederasta. De lo señalado en el contenido de la presente exposición, en todas las medidas relativas y aplicables a las niñas, niños y adolescentes, se debe dar prioridad a sus intereses superiores. La inversión que 86 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. requiere darse para mejorar la calidad de vida y educación a las niñas, niños y adolescentes, implica darles una protección a sus derechos, además de garantizarles un sano desarrollo psicoemocional y físico. A lo anterior debe añadirse servicios de salud, educación e información de calidad, que sean apropiados, comprensibles y de alta calidad. Estas inversiones, tanto a corto, mediano y largo plazo son sumamente productivas, ya que también esto permitirá contar con una base social firme. No perdamos de vista el deber que tenemos de proteger a las niñas, niños y adolescentes de todo acto de violencia, maltrato, explotación y discriminación, principalmente en aquellos que se encuentran en estados más vulnerables y desfavorecidos. Al respecto, resultan relevantes los datos que reporta Irving Waller en su libro Menos represión, más seguridad, quien señala que ‘Sólo en Estados Unidos, por lo menos 900 mil niños son víctimas de maltrato, generalmente perpetrado por sus propios padres o tutores. Esta descomunal cifra dentro del país más rico y poderoso del mundo exige una gran atención.’19 En México, no contamos con datos que refieran cifras al respecto. Pero además, es indispensable crear conciencia respecto a la ilegalidad y las consecuencias nocivas que implican no proteger a la infancia de las agresiones, falta de cuidados, violencia, maltrato, discriminación, explotación, tratos inhumanos o degradantes ya sea en el hogar, en la escuela u otras instituciones, en el lugar de trabajo o en la comunidad. Esto de manera simultánea, obliga a los padres, tutores y demás personas encargadas de cuidar a los infantes, asuman tal responsabilidad en aras al respeto que merece dar cumplimiento a sus intereses superiores. Por ello, es indispensable que se adopten todas las medidas necesarias, apropiadas y eficaces que combatan actos públicos o privados de violencia en contra de niñas, niños y adolescentes, considerando además todas las medidas preventivas y punitivas que, a corto plazo, acaben con actos que lastiman a la infancia mexicana. Por lo que se deben establecer en la 87 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. norma, procedimientos eficaces de denuncia, reparación e indemnización, además de que el Estado garantice plenamente la salvaguarda y defensa de los derechos de las niñas, niños y adolescentes. Resulta indispensable, proporcionar servicios de apoyo a las víctimas de pederastia o de cualquier otro delito que atente contra el sano desarrollo físico, psíquico, emocional e integridad de las víctimas del delito que se propone en la presente iniciativa, razón por la que se debe, empezando por el sistema educativo, crear conciencia social y difusión de estás problemáticas así como incluir programas que permitan explicar a los infantes, los mecanismos de defensa y con quienes deben acudir. Dicha consideración es compartida por Irving Waller, en el sentido de que ‘Los padres pueden obtener ayuda para la crianza de los niños mediante los programas escolares. Pueden pedir a las direcciones escolares que hagan lo posible para ayudar a niños y adolescentes a terminar sus estudios en un ambiente seguro y de colaboración por parte del personal académico’. De conformidad con la presente exposición de motivos, tenemos como urgente obligación, incorporar en nuestra legislación el delito de pederastia además de reformar de manera inmediata, todas las disposiciones relacionadas. Esto nos dará la oportunidad de crear leyes, políticas y acciones eficaces en el combate a toda forma de explotación, aprovechamiento y perjuicios causados en contra de infantes. Pero también de manera paralela, se requiere instaurar mecanismos de vigilancia y evaluación que permitan calificar el profesionalismo de las personas que se relacionen con niñas, niños y adolescentes cuyo propósito conlleva que las medidas, efectivamente les garanticen, el pleno ejercicio de sus derechos. La presente iniciativa tiene como fin armonizar la legislación interna como internacional, en aras del principio del interés superior de la infancia junto con el derecho de prioridad de infantes, tal como lo ha señalado el Poder Judicial Federal en la tesis que a continuación se cita: 88 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. Registro No. 169457 Localización: Novena Época. Instancia: Pleno. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. XXVII, Junio de 2008 Página: 712 Tesis: P. XLV/2008 Tesis Aislada. Materia(s): Constitucional. Menores de dieciocho años. El análisis de una regulación respecto de ellos debe hacerse atendiendo al interés superior y a la prioridad de la infancia. De la interpretación del artículo 4o., sexto párrafo, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en relación con la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, reglamentaria de aquel precepto y con la Convención sobre los Derechos del Niño, se advierte que el principio del interés superior de la infancia junto con el derecho de prioridad, implican que las políticas, acciones y toma de decisiones del Estado relacionadas con los menores de 18 años deben buscar el beneficio directo del infante y del adolescente a quienes van dirigidas, y que las instituciones de bienestar social, públicas y privadas, los tribunales, las autoridades administrativas y los órganos legislativos, al actuar en sus respectivos ámbitos, otorguen prioridad a los temas relacionados con dichos menores. De ahí que para el análisis de la constitucionalidad de una regulación respecto de menores de 18 años, sea prioritario, en un ejercicio de ponderación, el reconocimiento de dichos principios. Acción de inconstitucionalidad 11/2005. Procurador General de la República. 8 de noviembre de 2007. Mayoría de seis votos. Ausentes: Genaro David Góngora Pimentel y José Ramón Cossío Díaz. Disidentes: Margarita Beatriz Luna Ramos, José Fernando Franco González Salas y José de Jesús Gudiño Pelayo. Ponente: Sergio A. Valls Hernández. Secretaria: Laura García Velasco. El Tribunal Pleno, el doce de mayo en curso, aprobó, con el número XLV/2008, la tesis aislada que antecede. México, Distrito Federal, a doce de mayo de dos mil ocho. 89 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. Registro No. 169457. Novena Época, Pleno. Gaceta XXVII, Junio de 2008, página: 712. Asimismo, el maestro Érick Gómez Tagle, especialista en temas de infancia, particularmente en su explotación sexual, señala que: ‘.instancias públicas y privadas, han señalado que, como sociedad y gobierno, tenemos la irrenunciable obligación de cuidar la integridad física, la salud mental, la libertad sexual y el adecuado desarrollo de todas las niñas, niños y adolescentes. Sus garantías individuales y derechos humanos, según han argumentado los expertos en Ciencias Penales, tienen que estar por encima de cualquier interés económico o político’.21 Por lo que dada la naturaleza de lo aquí expuesto, estas tareas no sólo debe ser realizadas por el sector público, sino que debe ser cumplido también por el sector privado, en virtud de que se requiere fundamentalmente de la cooperación de los gobiernos, en todos sus niveles, las organizaciones no gubernamentales para combatir la utilización ilícita de todas las formas de explotación y abuso en contra de infantes. Por lo que se debe evitar que exista omisión, colusión o contubernio entre autoridades y pederastas, razón por la que resulta fundamental, considera Católicas por el Derecho a Decidir que la sociedad en su conjunto, deberá exigir sus derechos y denunciar cualquier tipo de delitos que violen derechos humanos, con especial énfasis en aquellos que con cometidos en los sectores más vulnerables como son: niñas, niños, adolescentes y mujeres. Todas las medidas que se puedan adoptar y aplicar, en todos los niveles y ámbitos, para brindar protección a las niñas, niños y adolescentes mexicanos, nunca serán suficientes, ya que se requiere sancionar con efectividad la comisión de los delitos que se cometen en su perjuicio. Por lo tanto, no sólo basta con la reforma integral de leyes, sino que además se requiere asegurar la creación de los mecanismos que sean necesarios para su cumplimiento, por lo que esta iniciativa representa un primer paso, pero se debe crear una conciencia social amplia, para que la sociedad civil exija, ante las dependencias 90 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. correspondientes, el cumplimiento de la ley en forma plena. Una reforma al Código Penal Federal, nos permitirá dar una protección a todas las niñas, niños y adolescentes de nuestro país, para que se les brinde una supremacía efectiva al interés superior que poseen, por encima de cualquier otro. Particularmente en aquellos casos en que se afecta su normal desarrollo físico, psicoemocional y psicosexual, con motivo de la conducto u omisión tanto de personas físicas como morales que los tienen a su cuidado y que evidentemente implica una responsabilidad, motivo por el que se debe adicionar éstas responsabilidades en la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, así como la protección a su sano desarrollo psicofísico, psicoemocional y psicosexual. Asimismo, cabe destacar que las repercusiones que provoca el delito de pederastia, tardan en manifestarse o son difíciles de atender debido a la afectación que provocan. Por lo que es imprescindible garantizar su atención, tanto para la víctima como para el victimario. Lo anterior, necesariamente debe tener su reflejo en el código adjetivo correspondiente y en la Ley Orgánica de la Procuraduría General de la Republica, por ser el órgano central persecutor de delitos, además de la responsabilidad principal que posee para garantizar el respeto pleno a los derechos de la sociedad. Como se ha señalado en diversos medios, la pornografía, la prostitución y el turismo sexual infantil, devienen de la comisión del delito de pederastia, motivo por el cual la delincuencia organizada se encuentra vinculada. Por lo que en tal sentido, es necesario incorporar el delito de pederastia en la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada. No menos importante resulta la reforma correspondiente a la Ley General de Salud, la cual debe considerar, de manera expresa que todo aquel delito que se comete en perjuicio de niñas, niños y adolescentes son atentados graves a la salud de las y los infantes, por lo que también deberá sancionarse a las y los responsables de tales daños. 91 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. Partiendo del principio de que la difusión y aplicación de temas preventivos, es necesario que todo el sistema educativo, realice acciones positivas que permitan erradicar este delito, tanto a nivel educativo como administrativo. Siendo necesario brindar a las y los educandos, un alto nivel profesional e idóneo que les permita desarrollar plenamente sus capacidades, en un ambiente de seguridad y de confianza, cuya tarea no sólo deberá ser responsabilidad de las autoridades educativas, sino de los padres o tutores y de la sociedad en general. En este mismo tenor, la idoneidad de las y los profesionistas que se relacionen con niñas, niños y adolescentes deberá ser considerada por la autoridad educativa correspondiente, a fin de que en franco respeto al interés superior del infante se coadyuve en la protección a las niñas, niños y adolescentes; por tal virtud a fin de armonizar lo aquí expuesto, se deberá reformar algunas disposiciones de la Ley Reglamentaria del Artículo 5o. Constitucional, relativo al Ejercicio de las Profesiones en el Distrito Federal. Adicionalmente, se debe reformar la Ley Federal de Protección al Consumidor con el propósito de que dicha autoridad administrativa, supervise a las instancias educativas privadas, las cuales deberán coadyuvar para la prevención y sanción del delito de pederastia. Como se ha señalado, existen altos índices de la comisión del presente delito en las iglesias, por lo que es necesario reformar y adicionar disposiciones esenciales en la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, con el fin de que los agentes involucrados, coadyuven en la protección integral y respeto a los derechos de las niñas, niños y adolescentes y personas con características especiales, particularmente cuando se cometan delitos en su agravio.” 128. De la exposición de motivos anterior, se advierte que la intención legislativa tuvo como finalidad principal generar una tipificación legal que desalentara la comisión de la clase de 92 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. delitos, dentro de la cual está previsto el que tipifica el numeral 209 bis del Código Penal Federal, atentatorios contra el sano desarrollo psicofísico, psicoemocional y psicosexual de niñas, niños y adolescentes. 129. El creador de la norma dentro de sus atribuciones constitucionales en función de la libertad de configuración legislativa, puede establecer las sanciones que estime pertinentes guardando desde luego una proporcionalidad racional, como al inicio se hizo referencia, sobre todo impregnada del test derivado de una política criminal, lo que de suyo justifica la obra legislativa en el caso concreto. 130. En la especie, el bien jurídico tutelado es de magnitud considerable; dar una protección a todas las niñas, niños y adolescentes de nuestro país, para que se les brinde una supremacía efectiva al interés superior que poseen, por encima de cualquier otro. Particularmente en aquellos casos en que se afecta su normal desarrollo físico, psicoemocional y psicosexual, con motivo de la conducta u omisión tanto de personas físicas como morales que los tienen a su cuidado y que evidentemente implica una responsabilidad. Así lo reconoció en la exposición de motivos, donde dio a entender que todo aquél que atente contra dicho bien debe recibir una sanción ejemplar, precisamente con el especial propósito de salvaguardar a la sociedad de la proliferación de un delito que la impacta de manera importante. 131. En este caso, para sancionar la conducta prevista en el numeral tildado de inconstitucional, consideró ser más riguroso 93 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. con la sanción, tanto económica como privativa de libertad (de nueve a dieciocho años de prisión y de setecientos cincuenta a dos mil doscientos cincuenta días multa), lo que resulta justificable porque dentro de sus facultades el creador de la norma optó porque la privación de la libertad fuera alta para castigar un delito sumamente grave, puesto que el desarrollo de la sexualidad debe ser un proceso informado y acorde a la edad del infante o adolescente, por lo que al ser ésta despertada de manera alevosa y ventajosamente, se generan sentimientos de culpa, ansiedad y probables trastornos sexuales que se presentaran de forma permanente e inmutable durante su vida adulta, ocasionando daños psicoemocionales severos, de salud mental, física y emocional de la víctima. 132. Es por ello que resulta adecuado y necesario considerar los daños causados por los pederastas, los cuales son equiparables a los crímenes contra la humanidad, toda vez que causan graves sufrimientos o atentan contra la salud mental o física e integridad de quien los sufre; o bien, al igual que los crímenes de lesa humanidad, se ofende, agravia y lastima a la humanidad en su conjunto. 133. Trato riguroso sobre el libre desarrollo de la personalidad generado en función de la justificación razonablemente determinada, por política criminal, según la exposición de motivos antes referida, de tratar de poner a salvo a la sociedad en general, y al interés superior del menor, que se ve amenazada por la creciente inclinación a ejecutar el tipo de conductas que se 94 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. previeron al tipificar y sancionar de manera drástica como las de la norma cuestionada. 134. En efecto, de acuerdo con los precedentes que ha emitido esta Primera Sala, el interés superior del niño es un principio de rango constitucional implícito en la regulación de los derechos de los menores, previstos en el artículo 4o. de la Constitución Federal. 135. Esta interpretación encuentra respaldo en un argumento teleológico: en el dictamen de la reforma constitucional que dio lugar al actual texto del artículo 4o., donde se reconoce expresamente que uno de los objetivos del Órgano Reformador de la Constitución era adecuar el marco normativo interno a los compromisos internacionales contraídos por nuestro país en materia de protección de los derechos de los menores de edad. 136. Asimismo, se ha establecido que, en el ámbito jurisdiccional, el interés superior del menor de edad es un principio orientador de la actividad interpretativa relacionada con cualquier norma jurídica que tenga que aplicarse a un niño en un caso concreto o que pueda afectar los intereses de algún menor. 137. Este principio ordena la realización de una interpretación sistemática que, para darle sentido a la norma en cuestión, tome en cuenta los deberes de protección de los menores y los derechos especiales de éstos, previstos en la Constitución, tratados internacionales y leyes de protección de la niñez. Cuando se trata de medidas legislativas o administrativas que afecten 95 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. derechos de los menores de edad, el interés superior del niño demanda de los órganos jurisdiccionales la realización de un escrutinio mucho más estricto en relación con la necesidad y proporcionalidad de la medida en cuestión. 138. Resulta ya un lugar común señalar que la configuración del interés superior del menor, como concepto jurídico indeterminado, dificulta notablemente su aplicación. Así, resulta necesario encontrar criterios para averiguar, racionalmente, en qué consiste el interés del menor y, paralelamente, determinarlo en concreto en los casos correspondientes. 139. Sirve de apoyo a lo anterior, la jurisprudencia 1a. /J 18/2014 de esta Primera Sala, consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro 4, marzo de dos mil catorce, Tomo I, página cuatrocientos seis, del rubro y texto siguientes: “INTERÉS SUPERIOR DEL NIÑO. FUNCIÓN EN EL ÁMBITO JURISDICCIONAL. En el ámbito jurisdiccional, el interés superior del niño es un principio orientador de la actividad interpretativa relacionada con cualquier norma jurídica que tenga que aplicarse a un niño en un caso concreto o que pueda afectar los intereses de algún menor. Este principio ordena la realización de una interpretación sistemática que, para darle sentido a la norma en cuestión, tome en cuenta los deberes de protección de los menores y los derechos especiales de éstos previstos en la Constitución, tratados internacionales y leyes de protección de la niñez. Cuando se trata de medidas legislativas o administrativas que afecten derechos de los menores, el interés superior del niño demanda de los órganos jurisdiccionales la realización de un escrutinio mucho más estricto en relación con la necesidad y proporcionalidad de la medida en cuestión.” 96 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. 140. Ahora bien, el hecho de que el límite inferior que contempla el delito impugnado, de nueve años de prisión y de setecientos cincuenta días multa, pudiera parecer alto, sin embargo, ello es relativo, pues depende de la óptica con la que se quiera ver, sin que por tanto pueda dar pauta para entender, o que signifique que sea desproporcional y por ende constitucionalmente incorrecto, pues la gravedad de la conducta ilícita que se pretende regular, es de por sí importante según se explicó en la aludida exposición de motivos, dado que a pesar de los esfuerzos realizados, nuestro marco normativo ha resultado desigual e insuficiente, en virtud de que sigue sin respetarse la dignidad e integridad de las niñas, niños y adolescentes mexicanos. Esto es, el Estado mexicano no ha podido otorgar una protección y bienestar a nuestros infantes. Lamentablemente, hemos visto como han aumentado considerablemente los casos de niñas, niños y adolescentes que han sido abusados o violados sexualmente por adultos, extendiéndose preocupantemente en zonas de alta marginación de los estados del interior de la República. 141. De manera paralela, la corrupción, pornografía, prostitución y turismo sexual cometidos en contra de menores de edad en todo el mundo. En México han aumentado considerablemente, además de los ilícitos antes señalados, los casos de abusos en los cuales el adulto abusa de su condición o de su profesión: padres con sus hijos o hijas, educadores con sus alumnos, entrenadores deportivos con sus jóvenes pupilos. 97 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. 142. Es por ello, que la pederastia, como se mencionó, si bien es considerada como un trastorno (en términos de lo expuesto por el legislador en la exposición de motivos), al constituirse como delito la conducta desplegada, debe ser castigada en todos los aspectos, ya que no se trata de un delito artificial o técnicojurídico, sino de una afectación lacerante y profunda de un bien jurídico que debe ser tutelado de manera integral por el Estado. Por lo tanto, estamos obligados a salvaguardar los derechos de las niñas, niños y adolescentes, por lo que se debe tipificar y regular con precisión, los alcances y efectos necesarios para brindarle a la infancia mexicana, garantías plenas para el ejercicio de sus derechos. 143. Es decir, para el legislador federal la forma de comisión del antijurídico fue considerada como el parámetro necesario a fin de que se aplicara la penalidad correspondiente, desde la perspectiva que las manifestaciones de cada conducta actualizan la norma y agreden en igual intensidad el bien jurídicamente protegido, seguridad de las personas cuya afectación incide en el libre desarrollo de la personalidad, así como el interés superior del menor. 144. Consecuentemente, si con relación al rango del mínimo de la pena privativa de la libertad y pecuniaria, se estableció el máximo en dieciocho años y dos mil doscientos cincuenta días multa, para el tipo básico de pederastia, claramente revela el margen razonado que imprimió el legislador a la norma, a fin de que el juzgador, al aplicarla, pueda mover el criterio en función de los elementos objetivos y parámetros legales necesarios para 98 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. individualizarla en cada caso concreto, por ello es que el numeral 209 Bis del Código Penal Federal no transgrede el principio de proporcionalidad previsto en el numeral 22 constitucional, ni contiene una pena excesiva. 145. En efecto, el que la pena privativa de la libertad, así como la multa sean altos, significa que ese tipo de sanciones son las que prefirió el legislador para inhibir el delito, sin que por ello resulten excesivas o desproporcionales de acuerdo a la importancia del bien jurídico protegido, lo cual sin duda representa una manera de salvaguardar a la sociedad; es decir, aunque ciertamente las facultades del legislador no son ilimitadas y la legislación penal no está exenta de control constitucional; también es verdad que el creador de la norma penal debe actuar de forma medida y no excesiva al momento de regular las relaciones en el ámbito penal, porque su posición como poder constituido dentro del Estado constitucional le impide actuar de forma arbitraria y en exceso; pero sin duda, también tiene un amplio margen de libertad configuradora para apreciar, analizar y ponderar los fenómenos de la vida social y del mayor o menor daño que ciertos comportamientos puedan estar causando o causar en el conglomerado social, gozando de prerrogativas para disponer que el castigo por una conducta antisocial de extremada relevancia sea ejemplar y potencializar así la certidumbre de que los ciudadanos que respetan la ley lo sigan haciendo y aquéllos que la quieren vulnerar se desvíen de su cometido, siendo acorde con los motivos expresados para crear la norma con rango de política criminal. 99 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. 146. Por otra parte, contra la argumentación del recurrente, no se puede hacer depender la desproporcionalidad de la norma cuestionada de inconstitucional, del tipo de abuso sexual cometido en contra de la víctima, ya que ello sería tanto como considerar que se estableció en proporción al daño causado y no en relación con el bien jurídico tutelado, siendo que tal y como se ha definido con anterioridad, la proporcionalidad de una norma se fija en función y atendiendo a la gravedad de la pena, que debe ser proporcional a la del hecho antijurídico y del grado de afectación al bien jurídico protegido. 147. Por tanto si el bien jurídico tutelado es en la especie, el libre desarrollo de la personalidad de los adolescentes y menores de edad, que de manera directa incide en la seguridad y protección del interés superior del menor, es claro que el hecho de que el legislador establezca como sanción una pena privativa de la libertad así como multa elevadas, según se ha visto, por ese motivo no es desproporcional, por lo que fue correcta la determinación del Tribunal Colegiado en el sentido de que el artículo 209 bis del Código Penal Federal, no es inconstitucional. 148. No obsta a lo anterior, lo que el recurrente alegó en cuanto a que el Órgano Colegiado omitió hacer un estudio en torno a que el multicitado artículo 209 bis del Código Penal Federal no describía o tipificaba de manera correcta el delito de pederastia, de acuerdo a una conducta que describiera un perfil psicológico del sujeto activo pederasta, conforme a factores jurídicos, psicológicos y sociales que identificaren una verdadera conducta pedófila, que la diferenciara del abuso sexual simple o agravado, 100 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. mediante pruebas y métodos de investigación especializada en patrones de conducta, exámenes médicos y psicológicos, así como, en patrones reiterados de conducta; pues dichos argumentos no fueron expuestos en la demanda inicial de amparo, en que meramente manifestó que dicho precepto preveía una pena excesiva para el delito de pederastia, en relación a las penas determinadas para diversos delitos de la misma índole sexual, con similares elementos del tipo penal, por lo que, tampoco el Órgano Colegiado estuvo en posibilidad de dar respuesta a este planteamiento y menos que hubiera omitido el estudio en torno a ello, pues era necesario que el Tribunal Colegiado se pronunciara al respecto para que esta Primera Sala calificara lo constitucional o inconstitucional del mismo. 149. Es aplicable a lo anterior, la jurisprudencia 1a. /J 150/2005 de esta Primera Sala, consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXII, diciembre de dos mil cinco, página cincuenta y dos, del rubro y texto siguientes: “AGRAVIOS INOPERANTES. LO SON AQUELLOS QUE SE REFIEREN A CUESTIONES NO INVOCADAS EN LA DEMANDA Y QUE, POR ENDE, CONSTITUYEN ASPECTOS NOVEDOSOS EN LA REVISIÓN. En términos del artículo 88 de la Ley de Amparo, la parte a quien perjudica una sentencia tiene la carga procesal de demostrar su ilegalidad a través de los agravios correspondientes. En ese contexto, y atento al principio de estricto derecho previsto en el artículo 91, fracción I, de la ley mencionada, resultan inoperantes los agravios referidos a cuestiones no invocadas en la demanda de garantías, toda vez que al basarse en razones distintas a las originalmente señaladas, constituyen aspectos novedosos que no tienden a combatir los fundamentos y motivos establecidos en la sentencia recurrida, sino que introducen nuevas 101 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. cuestiones que no fueron abordadas en el fallo combatido, de ahí que no exista propiamente agravio alguno que dé lugar a modificar o revocar la resolución recurrida.” 150. Finalmente, debe señalarse que la revisión adhesiva interpuesta por la tercero interesada, debe declararse sin materia al haberse desaparecido la condición a la que estaba sujeta, pues al calificarse de inoperantes e infundados los agravios, se confirmó la sentencia recurrida que negó el amparo solicitado al hoy recurrente. 151. Es aplicable al caso la jurisprudencia 1a./J. 71/2006 de esta Primera Sala, Novena Época, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXIV, octubre de dos mil seis, página doscientos sesenta y seis, del rubro y texto siguientes: “REVISIÓN ADHESIVA. DEBE DECLARARSE SIN MATERIA AL DESAPARECER LA CONDICIÓN A LA QUE SE SUJETA EL INTERÉS DEL ADHERENTE. De conformidad con el último párrafo del artículo 83 de la Ley de Amparo, quien obtenga resolución favorable a sus intereses puede adherirse a la revisión interpuesta por el recurrente, expresando los agravios respectivos dentro del término de cinco días, computado a partir de la fecha en que se le notifique la admisión del recurso. Ahora bien, si se toma en cuenta que la adhesión al recurso carece de autonomía en cuanto a su trámite y procedencia, pues sigue la suerte procesal de éste y, por tanto, el interés de la parte adherente está sujeto a la suerte del recurso principal, es evidente que cuando el sentido de la resolución dictada en éste es favorable a sus intereses, desaparece la condición a la que estaba sujeto el interés jurídico de aquélla para interponer la adhesión, esto es, la de reforzar el fallo recurrido y, por ende, debe declararse sin materia el recurso de revisión adhesiva.” 102 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. 152. Sin que esta Primera Sala advierta materia para suplir la deficiencia de la queja. 153. En ese orden de ideas, al resultar infundados los motivos de disenso esgrimidos por el recurrente, lo procedente es confirmar la sentencia recurrida, en lo que es materia de esta revisión, y negar la protección constitucional solicitada. 154. Por lo expuesto y fundado se resuelve: PRIMERO. En la materia de la revisión, competencia de esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se confirma la sentencia recurrida. SEGUNDO. La Justicia de la Unión no ampara ni protege a ********** contra el acto y autoridades precisados en el considerando primero de esta ejecutoria. TERCERO. Queda sin materia el recurso de revisión adhesivo promovido por **********. Notifíquese; con testimonio de esta resolución, vuelvan los autos a su lugar de origen y, en su oportunidad archívese el toca como asunto concluido. Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por unanimidad de cinco votos de los señores Ministros: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Olga Sánchez Cordero 103 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 776/2014. de García Villegas (Ponente) y Presidente Jorge Mario Pardo Rebolledo. Los Ministros Gutiérrez Ortiz Mena y Pardo Rebolledo se reservan el derecho de formular voto concurrente. Firman el Ministro Presidente de la Sala y la Ministra Ponente, con el Secretario de Acuerdos, quien autoriza y da fe. PRESIDENTE DE LA PRIMERA SALA MINISTRO JORGE MARIO PARDO REBOLLEDO PONENTE MINISTRA OLGA SÁNCHEZ CORDERO DE GARCÍA VILLEGAS SECRETARIO DE ACUERDOS DE LA PRIMERA SALA LIC. HERIBERTO PÉREZ REYES. En términos de lo previsto en el artículo 3º, fracción II, 13, 14 y 18 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en esta versión pública se suprime la información considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadra en esos supuestos normativos. 104