Artículo especial La catástrofe de la talidomida en el cincuentenario de su comercialización Santiago Pintado Vázquez Hospital San Agustín. Avilés. Principado de Asturias. España. La historia de la medicina está salpicada de sucesos que nunca debieron ocurrir. Ningún medicamento ha alcanzado tan triste notoriedad como la talidomida, prototipo de error médico de consecuencias irreparables. Su historia debe ser contada para recordar que actos como este no deberían repetirse nunca. La historia de la medicina está salpicada de sucesos oscuros que nunca deberían haber ocurrido. Si bien es cierto que no podemos evitar el pasado, se puede aprender de lo sucedido para no repetir los mismos errores. Este es el caso de la catástrofe producida por la talidomida. Hoy se considera el prototipo de error apocalíptico de consecuencias irreparables para miles de recién nacidos y que convirtió el nombre de este medicamento en un acto farmacológico despreciable por el recuerdo de dolor y sufrimiento que dejó. Ningún fármaco ha logrado tan triste notoriedad como la talidomida. Su historia merece la pena ser contada, aunque sólo sirva para recordar que actos como este no deberían repetirse nunca. Repasar este suceso produce cierto grado de asombro ¿Cómo malformaciones tan graves pudieron pasar inadvertidas a tantos obstetras y pediatras sin que se preguntaran qué fármacos había tomado la embarazada? La primera deformidad se conoció en 1956, pero la hipótesis de que la talidomida era la causa de las malformaciones no llegó a descubrirse hasta 1961. En ese intervalo de 5 años, más de 3.000 niños con anomalías congénitas, en todo el mundo, nacieron sin que se conociera que la talidomida era la causa (fig. 1). En el año 1953, el Dr. Wilhem Kunz sintetizó la molécula de la talidomida (Thalomid) para la compañía farmacéutica Ciba y, otra compañía alemana, Chemie Grunenthal, asumió la responsabilidad de su comercialización en 1954. Tras 2 años de experimentación en monos, ratas, conejas y perras embarazadas, la compañía presentó los informes del fármaco ante las autoridades alemanas como inocuo y sin efectos secundarios, por lo que fue aprobado para el tratamiento en seres humanos. Inicialmente se ensayó como antiepiléptico sin que se demostrara su eficacia. Después se utilizó en ensayos clínicos como antihistamínico para las alergias, en las que resultó un fracaso, y posteriormente se descubrió su capacidad como sedante, siendo una buena alternativa a los barbitúricos. El 1 de octubre de 1957 se comercializó como nueva píldora para dormir con el nombre de “Contergan”. Este efecto farmacológico fue aprovechado para el tratamiento de los síntomas del embarazo como la ansiedad, el insomnio, las Figura 1. 34 JANO 20 DE FEBRERO DE 2009. N.º 1.726 12ArtEsp00189catast.indd 1 . La catástrofe producida por la talidomida fue un despropósito de consecuencias irreparables. www.jano.es 10/02/2009 11:18:06 náuseas y los vómitos. Su publicidad aseguraba su inocuidad y su uso se extendió rápidamente por Europa, África, América, Australia y Canadá, por lo que en 1957 se convirtió en el medicamento de elección para tratar las molestias iniciales de la gestación. La talidomida se distribuyó en 50 países con 80 nombres comerciales y a finales de los años cincuenta era el tercer fármaco más vendido en el mundo. La talidomida no fue aprobada nunca en Estados Unidos debido al escepticismo de la Dra. Frances Oldham Kelsey, funcionaria recién incorporada a la Food and Drug Administration (FDA), que quiso tener pruebas más convincentes de la seguridad del medicamento en los embriones humanos. La compañía Richardson-Merrel, ubicada en Cincinnati, tenía dispuestas 10 millones de tabletas listas para entrar en el mercado y solicitó la aprobación del medicamento ante la FDA en febrero de 1961. A pesar de la presión ejercida por los abogados de la compañía, la petición fue rechazada en seis ocasiones por la Dra. Kesley, por parecerle insuficiente la documentación presentada. Mientras se desarrollaba este enfrentamiento entre los intereses de la compañía Merrel y la FDA empezó a demostrarse la capacidad teratogénica de la talidomida. Mientras tenía lugar el litigio, la compañía Merrel distribuyó entre miles de doctores americanos un total de 2,5 millones de pastillas, para que fueran repartidas como muestra a sus pacientes, entre los que había varios cientos de gestantes. El daño en Estados Unidos fue muy pequeño en comparación con el de Europa. La intransigencia heroica de la Dra. Kelsey evitó innumerables tragedias, pues en Estados Unidos sólo se demostraron 17 casos de malformaciones por talidomida. A la Dra. Kelsey se le reconocieron sus desvelos públicamente y fue galardonada con la medalla de servicios distinguidos, el galardón civil más importante que concede el Gobierno americano (fig. 2). A partir de la tragedia mundial de la talidomida, la FDA fue confirmada como la primera autoridad mundial en seguridad de medicamentos. El día de Navidad de 1956 nació el primer niño malformado por la talidomida en la ciudad alemana de Stolberg (Colonia), sin sospecha alguna que recayera sobre el medicamento. Se trataba de la hija de un trabajador de la propia compañía Gruenenthal, cuya esposa embarazada tomó las pastillas de las muestras repartidas a los empleados. El 18 de noviembre de 1961, el Dr. Figura 2. La Dra. Kesley condecorada por el presidente Kennedy. Widukind Lenz (fig. 3), pediatra del Hospital de la Universidad de Hamburgo, comunicó en una reunión en Dusseldorf 14 casos de dismelia perfectamente documentados cuyo posible origen era la talidomida. El Dr. Lenz determinó que las madres de los niños con esta malformación habían tomado talidomida en el primer trimestre de embarazo1. La compañía Gruenenthal negó los efectos teratogénicos que se le imputaban e insistió en proclamar la inocuidad del fármaco. En 1960, el obstetra australiano William McBride detectó, entre sus pacientes, 3 casos de focomielias, lo que le hizo sospechar de algún agente externo, ya que tales malformaciones no se dan de manera espontánea con esa frecuencia2. El Dr. McBride tardó casi un año en publicar sus observaciones en la revista Lancet en diciembre de 1961, confirmando la posible relación entre las malformaciones y la talidomida. A los 10 días de la denuncia realizada por el Dr. Lenz, el 26 de noviembre de 1961 la compañía retiró oficialmente el fármaco del mercado alemán; en Inglaterra se hizo en diciembre del mismo año; en Canadá en marzo de 1962, y en España en enero de 1963. Al mismo tiempo, los obstetras de 46 países en donde se había comercializado la talidomida observaron cómo las focomielias, malformaciones poco conocidas, se incrementaban de manera alarmante. El proceso legal contra la compañía Gruenenthal duró más de 10 años y finalizó en 1974. Los tribunales alemanes desestimaron la causa penal y la empresa sólo tuvo que responder civilmente ante los perjudicados. La compañía Gruenenthal se declaró insolvente y pagó únicamente 100 millones de marcos, a los que se añadieron 150 millones aportados por el Estado alemán que indemnizaron a un total de 2.866 víctimas. Los afectados de Suecia, Japón, Canadá y Reino Unido fueron indemnizados por sus propios Estados. Hoy, las víctimas que lograron ser compensadas cobran una indemnización equivalente a 540 euros al mes. Durante el juicio se descubrió que las pruebas de laboratorio realizadas previamente a su comercialización fueron falseadas y se hicieron de forma incorrecta ya que el fármaco se administró en dosis inadecuadas y en el momento equivocado de la gestación en los animales de experimentación3,4. Se estima que más de 20.000 recién nacidos de todo el mundo sufrieron las consecuencias del medicamento en los 7 años Figura 3. El Dr. Lenz (1919-1995), descubridor de las anomalías dependientes de la talidomida. JANO 20 DE FEBRERO DE 2009. N.º 1.726 12ArtEsp00189catast.indd 2 . www.jano.es 35 10/02/2009 11:18:06 Artículo especial La catástrofe de la talidomida en el cincuentenario de su comercialización S. Pintado Vázquez que estuvo a disposición de las embarazadas, de los que actualmente sobreviven algo más de 5.000. El 40% de las víctimas no superaron el primer año de vida. La capacidad teratógenica de la talidomida es originada por su potente actividad antiangiogénica. Las investigaciones de la Dra. Gilla Kaplan en 1991 revelaron que la talidomida, además, es un potente inhibidor del factor de necrosis tumoral alfa (TNFa). Al mismo tiempo que las características focomelias se han descrito numerosas malformaciones producidas por la talidomida: alteraciones musculoesqueléticas en la cara, en los miembros superiores e inferiores, manos, pies y dedos; ausencia de aurículas cardíacas y otras cardiopatías congénitas; malformaciones oftálmicas, desde la pérdida de visión hasta la ceguera; variedad de anomalías auditivas hasta la sordera, y alteraciones multiorgánicas, especialmente renales y digestivas, etc. (fig. 4). Las repercusiones sociales en todo el mundo fueron enormes, el miedo y la psicosis se extendió entre las embarazadas. Las clínicas ginecológicas de Suecia rebosaban de gestantes de toda Europa que, tras tomar el medicamento, deseaban abortar. Cada familia era un drama único, como el caso particular de la familia belga formada por Suzanne Coipel y Jean Vandeput que con la ayuda del Dr. Jacques Castres envenenaron a su recién nacida, Corinne, gravemente afectada por monstruosas deformidades en sus miembros superiores e inferiores. Fueron juzgados por un tribunal de Lieja, que los absolvió tras un proceso histórico que conmocionó a toda Europa, en el que el matrimonio admitió haberlo hecho por amor a su hija4,5. La talidomida en España España es el único de los 50 países afectados que no ha reconocido nunca a ninguna víctima de la talidomida. Los gobiernos sucesivos de la época de la Dictadura negaron la comercialización del medicamento en nuestra geografía. Pero la realidad es que, tal y como puso de manifiesto la Agencia Nacional del Medicamento en 1980, la talidomida estuvo en el mercado farmacéutico español de 1957 a 1963 y su venta fue excluida oficialmente el 21 de enero de 1963. Fue retirado un año después de haberlo hecho la compañía fabricante y más de 2 años después de hacerlo la mayoría de los países. Fue distribuido por toda la geografía peninsular por 3 empresas farmacéuticas: Pevya, S.A., Medinsa y Farmacológicos Nessa. Se podía comprar en las farmacias españolas sin receta médica hasta 6 preparados diferentes que contenían talidomida: Varial, Imidan, Glutonaftil, Softenon, Noctosediv y Enterosediv. España fue donde más preparados se comercializaron y se supone que es uno de los países donde, en la actualidad, hay más afectados vivos. El primer Gobierno democrático de UCD reconoció oficialmente a 4 españoles afectados que fueron indemnizados por la compañía y el Estado alemán. La mayoría de los médicos españoles se negaron a certificar que habían recetado la talidomida, por temor a indemnizaciones millonarias. No obstante, aunque no hay registro o censo alguno que cuantifique a los afectados, ni tampoco publicaciones científicas de la época que nos den una idea aproximada de la cantidad de gestantes que ingirieron el medicamento ni del número de malformaciones dependientes de la talidomida, se estima que pudieran haberse afectado en torno a 1.000 recién nacidos. En el año 2003 se fundó la Asociación Española de Víctimas de la Talidomida (AVITE) con la aspiración de reclamar del gobierno español la atención que se les negó durante más de 50 36 JANO 20 DE FEBRERO DE 2009. N.º 1.726 12ArtEsp00189catast.indd 3 . años. Dicha asociación considera que los afectados en España pueden sobrepasar los 1.500. En Aragón, en los últimos 2 años se han identificado 10 nuevos casos de afectados vivos. En la Comunidad Valenciana 300 posibles casos han iniciado las reclamaciones correspondientes. Situación harto difícil de comprobar, dada la complejidad en el patrón de presentación de las malformaciones, la dispersión geográfica de los supuestos casos, la ausencia de documentación y la casi totalidad de los partos domiciliarios de la época. La AVITE denuncia que todos los casos españoles han tenido que soportar los gastos médicos, ortopédicos, rehabilitadores y de apoyo psicológico sin la ayuda de ninguna institución estatal y sin contabilizar los daños morales ocasionados por el abandono sufrido. Los responsables de dicha asociación exigen un censo de afectados y una equiparación equivalente a la de las víctimas de otros países europeos. Dado que el período de reclamaciones económicas finalizó en 1984, la reivindicación de este colectivo pasa por solicitar al Ministerio de Sanidad el reconocimiento social y económico para todas las víctimas y sus familias4. Desde hace 3 años, miembros de la Asociación han mantenido contactos políticos con el ministro de Sanidad que han surtido el efecto deseado. El Defensor del Pueblo ha instado a los ministerios de Sanidad y de Trabajo a dar una respuesta sanitaria, social y económica a los afectados españoles por la talidomida. El actual presidente del Gobierno socialista ha mantenido contactos con miembros de AVITE y declarado su compromiso con las víctimas. De momento el ministro de Sanidad ha ordenado al Instituto de Salud Carlos III la elaboración de un protocolo para que los afectados puedan demostrar que fueron víctimas del medicamento. La talidomida en la actualidad Actualmente resurge el interés por la talidomida debido a sus propiedades inmunológicas y antiinflamatorias. En 1964, un dermatólogo de Israel descubrió casualmente, al dar talidomida como sedante a sus pacientes, sus propiedades curativas en Figura 4. Estatua de Trafalgar Square de Allison Lapper, una de las víctimas más famosas de la talidomida. www.jano.es 10/02/2009 11:18:06 la lepra. A pesar de las prohibiciones, se utiliza sin licencia en el tratamiento de esta enfermedad desde 1964 y la FDA aprobó su uso para el tratamiento del eritema nudoso leproso en 1998. Su actividad antiangiogénica y su comportamiento como inhibidor del TNFa la hacen muy útil en el tratamiento del mieloma, melanoma y algunas otras formas de cáncer, como el sarcoma de Kaposi, los tumores cerebrales y el cáncer renal. Actualmente se está investigando sus efectos en ciertas enfermedades inflamatorias crónicas como la artritis reumatoide, el lupus eritematoso, el síndrome de Sjögren, las enfermedades inflamatorias intestinales (Crohn) y ciertas complicaciones del sida. En el año 2002, la Agencia Europea del Medicamento (EMEA) recibió 4 solicitudes de autorización de mercado por parte de Laboratorios Pharmion, sin que hasta ahora se tengan noticias de su concesión7. Las asociaciones de la defensa de pacientes que podrían beneficiarse del medicamento y las asociaciones de víctimas de la talidomida, en junio de 2006, acordaron un documento de posicionamiento en el que se exige un programa de gestión de riesgos controlado por profesionales independientes del laboratorio patrocinador y una previsión de fondos para casos de accidentes por parte del titular de la autorización. J Bibliografía 1. Lenz W. Thalidomide and congenital abnormalities. Lancet. 1961;4:1358. 2. WG McBride. Thalidomide and congenital abnormalities. Lancet 1962;1:45. 3. The History of Thalidomide: Suffer the children. Londres; Sunday Times: 1979. 4. Revista LIFE. 1962;20(16):19. 5. Trent S, Rock B. The impact of thalidomide. Cambridge: Perseus; 2001. 6. José Riquelme. Hijos de la talidomida. COMPLETAR. 7. Franks ME. The thalidomide. Lancet. 2004;363:1802-11. JANO 20 DE FEBRERO DE 2009. N.º 1.726 12ArtEsp00189catast.indd 4 . www.jano.es 37 10/02/2009 11:18:06