J. GRIPPO, ET AL NOTA CLÍNICA BIBLIOGRAFÍA 1. Afifi AK, Bell WE, Menezes AH. Etiology of lateral rectus palsy in insixth-nerve palsies in younger adults. Arch Ophthalmol 1984; 102: 1328-30. fancy and childhood. J Child Neurol 1992; 7: 295-9. 11. Schanzer B, Bordaberry M, Jeffery AR, McNeil DE, Phillips PC. The 2. Keith CG, Aust NZ. Oculomotor nerve palsy in childhood. J Ophthalmol child with divergence paresis. Surv Ophthalmol 1998; 42: 571-6. 1987; 15: 181-4. 12. Holmes JM, Mutyala S, Maus TL, Grill R, Hodge DO, Gray DT. Pediat3. Tiffin PA, MacEven CJ, Craig EA, Clayton G. Acquired palsy of the ric third, fourth, and sixth nerve palsies: a population-based study. Am J oculomotor, trochlear and abducens nerves. Eye 1996; 10: 377-84. Ophthalmol 1999; 127: 388-92. 4. Lee MS, Galetta SL, Volpe NJ, Liu GT. Sixth nerve palsies in children. 13. Gómez-Gosálvez F, Sala GA, Rubio A, Escrivá P, Clemente F, Pérez C, Pediatr Neurol 1999; 20: 49-52. et al. Imagen pseudotumoral troncoencefálica: manifestación atípica de 5. Vallee L, Guilbert F, Lemaitre JF, Nuyts JP. Benign paralysis of the 6th esclerosis múltiple en la infancia. Rev Neurol 2001; 32: 296-7. cranial nerve in children. Ann Pediatr 1990; 37: 303-5. 14. Sánchez-Calderón M, De Santos T, Martin S, et al. Esclerosis múltiple en 6. Berlit P. Isolated and combined pareses of cranial nerves III, IV and VI. la infancia: nuestra experiencia y revisión de la literatura. Rev Neurol A retrospective study of 412 patients. J Neurol Sci 1991; 103: 10-5. 1998; 27: 371-41. 7. Uitti RJ, Rajput AH. Multiple sclerosis presenting as isolated oculomotor 15. Banna M, Hoare RD, Stanley P, et al. Craniopharyngioma in children. J nerve palsy. Can J Neurol Sci 1986; 13: 270-2. Pediatr 1973; 83: 781. 8. Boger WP, Puliafito CA, Magoon EH, Sydnor CF, Knupp JA, Buckley 16. Carmel PW, Antunes JL, Chang CH. Craniopharyngiomas in children. EG. Recurrent isolated sixth nerve palsy in children. 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Se exponen los casos de tres adolescentes cuyo motivo de consulta fue una parálisis oculomotora de comienzo brusco; indicamos su tiempo de evolución hasta el diagnóstico, su examen neuroftalmológico y exploraciones complementarias, el diagnóstico, tratamiento y evolución. El diagnóstico definitivo fue de esclerosis múltiple, pineoblastoma y craneofaringioma, respectivamente. Conclusión. Es importante recordar que todo adolescente que presente de forma repentina una parálisis oculomotora sin antecedente traumático, infeccioso o acompañamiento migrañoso, puede presentar una patología orgánica intracraneal no benigna, por lo que no debe posponerse en exceso la realización de técnicas de neuroimagen que aclaren el diagnóstico de sospecha. [REV NEUROL 2001; 32: 241-4] [http://www.revneurol.com/3203/k030241.pdf] Palabras clave. Enfermedad intracraneal. Estrabismo. Parálisis aislada del VI par craneal. Parálisis oculomotora adquirida. PARALISIA OCULOMOTORA ADQUIRIDA NO ADOLESCENTE Resumo. Introdução. A etiologia mais frequente da paralisia oculomotra adquirida no adolescente costuma ser o traumatismo craneo-encefálico, a cefaleia, a anomalia vascular, a lesão ocupante espaço e a doença desmielinizante. Casos clínicos. Expõe-se os casos de três adolescentes cujo motivo de consulta foi uma paralisia oculomotora de início brusco; indicamos o seu tempo de evolução até ao diagnóstico, exame oftalmológico e estudos complementares, o diagnóstico, tratamento e evolução. O diagnóstico definitivo foi de esclerose múltipla, pineoblastoma e craneo-faringioma, respectivamente. Conclusão. É importante recordar que todo o adolescente que apresente subitamente uma paralisia oculomotora sem antecedente traumático, infeccioso ou acompanhada de cefaleia, pode apresentar uma patologia orgânica intra-craniana não benigna, pelo que não se deve adiar excessivamente a realização de técnicas de neuroimagem que esclareçam o diagnóstico de suspeita. [REV NEUROL 2001; 32: 241-4] [http://www.revneurol.com/3203/k030241.pdf] Palavras chave. Doença extra-craniana. Estrabismo. Paralisia isolada do VI par craniano. Paralisia oculomotora adquirida. Mutismo en niños J. Grippo a, M.F. Vergel b, H. Comar b, T. Grippo c MUTISM IN CHILDREN Summary. Introduction. Mutism is absence of verbal expression with conservation of language comprehension. The origin of mutism is multifactorial and may followed from cranial trauma surgery of the posterior fossa, acquired epileptic syndromes and psychogenic origin. Objective. To refer patients who had presented mutism of diverse etiology. Clinical cases. We analysed three children who had presented mutism originated by diverse causes. Case 1. A child with family and school problems, deficits attentional and limited communicational resources. Neurological examination and other auxiliar test (EEG) were normal. He presented no alteration in language or speak. We recommended the change of the school and a psychotherapeutic orientation. Case 2. A 4 years old female child who has suffered varicella 15 days earlier and presented limitations in her verbal expression despite maintain her linguistically capacity. She showed a indifferent behavior and her movements were without finality. Neurological examination was normal. The girl understood and followed instruction properly. However her verbal communication was absent. Total recuperation occurred in 72 hours. Case 3. A 12 years old child who had suffered a cranial traumatism with loss of consciousness ten days earlier. After this traumatism, he presented behavior changes, disorientation and blurred vision. Additionally he presented stereotypies and limitations in psychosocial connections. Despite his mutism, he conserved the structure and content of language. SPECT showed hypoperfusion in orbitotemporal region. Improvement was total 20 days after his traumatism. Conclusions. The mutism has multifactorial etiology. References were made to three cases who’s mutism was related to emotional causes, post-varicella complications and posttraumatic events. [REV NEUROL 2001; 32: 244-6] [http://www.revneurol.com/3203/k030244.pdf] Key words. Children. Multifactorial etiology. Mutism. Prognosis. Recibido: 21.06.00. Recibido en versión revisada: 30.12.00. Aceptado: 30.12.00. a División de Neurología. b Departamento de Pediatría. Residencia en Clínica Pediátrica. Hospital de Niños Gutiérrez. c Universidad Austral. Pilar, Buenos Aires, Argentina. 244 Correspondencia: Prof. Dr. Jorge Grippo. L.M. Campos, 250. 1.er Piso ‘O’. Buenos Aires, Argentina. E-mail: grippo@fibertel.com.ar Ó 2001, REVISTA DE NEUROLOGÍA REV NEUROL 2001; 32 (3): 244-246 MUTISMO EN NIÑOS INTRODUCCIÓN El mutismo es la dificultad en la producción expresiva verbal en un paciente atento, sin alteraciones cognitivas. El mutismo es multifactorial y es la manifestación de variados trastornos neurológicos [1]. Las regiones encefálicas comprometidas pueden corresponder a las áreas motoras [2,3], sistema reticular mesencefálico [4], tálamo, lesiones en ambos hemisferios, sistema límbico [5] y cerebelo [6-8]. En el mutismo selectivo o volitivo pueden detectarse causas psicógenas [9]. El mutismo postraumático posee características que lo diferencian de la afasia postraumática [10-12]. También se ha descrito el mutismo secundario en algunos pacientes con patología de fosa posterior en el postoperatorio [13]. La duración del mutismo es variable, aun cuando es prolongado, y la evolución es de buen pronóstico. Presentamos tres niños que desarrollaron mutismo como consecuencia de diferentes patologías. La evolución del niño fue normal durante los primeros días, pero luego manifestó alteraciones en la conducta, agresividad e hiperactividad. Veinticuatro horas antes de ser internado en este hospital presenta un episodio de desorientación, con visión borrosa. Después de ese episodio, hay un empeoramiento en la conducta y de la personalidad, apatía y limitaciones en la conexión psicosocial, con actividades estereotipadas y somnolencia. Durante la internación, su estado general es bueno, pero manifiesta períodos de desconexión, se acentúa su apatía y las conductas agresivas, con automatismos motores. Conserva el lenguaje en la estructura y el contenido, pero manifiesta mutismo que sólo interrumpe con algunos interlocutores (mutismo selectivo). Ante estas manifestaciones neuropsíquicas y lingüísticas se realizan TAC de cerebro y abdomen, sin encontrarse cambios estructurales. En la evolución el paciente no muestra síntomas de padecer un cuadro de neurosis postraumática. Su estado emocional no parece estar perturbado. Por la evolución, características y por los antecedentes, se diagnostica mutismo postraumático. Los potenciales evocados, auditivos y visuales fueron normales. En la tomografía computadorizada con emisión de fotón único (SPECT) se observaba hipoperfusión en áreas orbitotemporales bilaterales, de predominio derecho. La evolución neurológica y lingüística se normalizó a los 20 días del traumatismo craneal, sin secuelas detectables en su actitud conductual. CASOS CLÍNICOS Caso 1. Niño de 11 años y 11 meses de edad, que nace mediante cesárea programada. En el embarazo la madre presentó prolongada hiperemesis y conflictos emocionales. Un hijo previo del matrimonio falleció al nacer por cardiopatía grave. La evaluación genética de los padres no presentó alteraciones. El paciente evolucionó normalmente, con adquisición del lenguaje acorde a su edad. Siempre demostró ser un niño emotivo y nervioso. A los 4 años de edad recibió tratamiento psicológico. Posteriormente tuvo dificultades en el rendimiento escolar y deficiencia atencional. De niño se integraba escasamente con sus padres y con limitados recursos comunicativos. Los docentes referían despreocupación e indiferencia frente a la escolaridad y su medio ambiente. Tiene dificultades en planificar sus actividades y en el área de aritmética. No posee alteraciones prosódicas ni en la sintaxis gramatical. Al ser evaluado por nosotros, los exámenes neurológico y electroencefalográfico (EEG) fueron normales. A través de algunas entrevistas, se pudo abordar al niño en la comunicación verbal, sin detectarse alteraciones en el habla ni el lenguaje. Se propone un enfoque psicoterapéutico con orientación familiar y cambio de la escuela. Esta estrategia mejoró notablemente la comunicación verbal del niño. Caso 2. Niña de 4 años y 1 mes de edad, que inicia un cuadro de varicela 15 días antes de la sintomatología neurológica motivo de consulta. Nació de parto natural después de un embarazo sin complicaciones. Las pautas neuroevolutivas fueron normales, y cumplió el desarrollo neurolingüístico en su edad normal. No había antecedentes familiares ni personales destacables. Quince días antes de la consulta neurológica padeció varicela, que cursó sin complicaciones, excepto una angina pultácea a germen estreptococo, que respondió favorablemente en el curso del tratamiento antibiótico. Dos días antes de la consulta comienza a limitar su expresión verbal, a pesar de responder con frases breves y adecuadamente a las preguntas que se le formulaban. Tenía tendencia a retraerse y deambulaba en forma normal, pero sin manifestar finalidad. Respondía a la madre limitadamente, pero comprendiendo el contenido de las preguntas y sus sentidos. Alrededor de las 48 horas de evolución del cuadro, uno de nosotros la evalúa. En el examen neurológico no existían alteraciones. La marcha era coordinada, no presentaba dismetrías y los movimientos eran armónicos. Los reflejos osteotendinosos estaban presentes. Los pares craneales eran normales y en el fondo de ojo no se apreciaban alteraciones. La niña comprendía y cumplía las consignas, su comunicación verbal estaba ausente, sin trastornos asociados orientadores de afasia. Después de 72 horas de evolución la paciente se recupera, sin secuelas neurológicas ni del lenguaje. Caso 3. Niño de 12 de edad que sufre un politraumatismo, con pérdida de conciencia 10 días antes de su internación en este hospital. Previamente se realizaron dos tomografías computadorizadas (TAC) de cerebro, que fueron normales. Los EEG realizados no presentaban alteraciones. REV NEUROL 2001; 32 (3): 244-246 DISCUSIÓN Los trastornos en el desarrollo y adquisición del lenguaje ocupan un lugar significativo en las afecciones del sistema nervioso. Esas alteraciones son respuestas a lesiones estructurales y, en otros casos, corresponden a trastornos funcionales que se compensan evolutivamente. El mutismo es un fenómeno complejo que ocurre en algunos trastornos neurológicos, como consecuencia de lesiones en diversas regiones del encéfalo y del aparato fonatorio. En la anartria y en el mutismo de base disártrica hay alteraciones neurológicas en áreas motoras, como sucede en la disartria. Las afecciones en las regiones operculares bilaterales o del hemisferio dominante producen mutismo o detención del habla. Esto último ocurre como un fenómeno transitorio en numerosas formas de crisis epilépticas, específicamente en aquellas focalizadas bioeléctricamente en las regiones rolándicas u operculares. En el síndrome de Landau-Kleffner [14] las crisis epilépticas se relacionan con afasia. En estos pacientes existe agnosia auditiva verbal, asociada a la expresión lingüística en forma de mutismo secundario. Las lesiones se localizan en las áreas frontorrolándicas o subcorticales [15]. El síndrome adquirido opercular se ha comparado al síndrome de Landau-Kleffner [2]. Las lesiones bioperculares pueden provocar mutismo [3]. En la afasia con agnosia auditiva se pierde el significado verbal, como consecuencia de lesiones corticales. El mutismo acinético es una condición neurológica que expresa deficiencia en la activación o iniciación de la conducta volitiva o actividad cognitiva. El paciente responde a las órdenes simples, posee expresión y seguimiento visual, con signos de comunicación. Estas características lo distinguen del estado vegetativo, que aparece en pacientes con lesiones cerebrales graves e irreversibles. Las lesiones ubicadas en el tronco cerebral producen el síndrome de encierro (en inglés, locked-in syndrome), en el cual el paciente permanece atento y conectado con el ambiente, pero no logra realizar movimientos o expresarse verbalmente. En el síndrome acinético-rígido [16] con parkinsonismo adquirido existe asociación de mutismo junto a trastornos deglutorios y sialorrea profusa. En operaciones de la fosa posterior [7,8,13] los pacientes, a pesar de la recuperación posquirúrgica, son incapaces de hablar, aunque permanezcan atentos y puedan realizar actividades expresivas no verbales. La etapa de mutismo es de duración variable. La recuperación transcurre en una etapa de disartria [6]. Este fenóme- 245 J. GRIPPO, ET AL no de mutismo cerebeloso no está dilucidado pero puede vincularse a la dificultad en la iniciación de movimientos orofaciales [1,17]. Hay formas de mutismo que tienen base en la expresión fonatoria de la emoción, por compromiso del sistema límbico [5]. En pacientes con lesiones traumáticas [18,11] la fase de mutismo continúa con un período de vocalización emocional no verbal. Un paciente evaluado por nosotros con mutismo postraumático presentaba alteraciones en la expresión verbal, con preservación de la comunicación no verbal. El mutismo volitivo o electivo es consecuencia de trastornos de la esfera emocional [9,19]. En el primer paciente referido, la causa del mutismo volitivo era de origen psicogénico. En el segundo paciente, afecto de encefalitis vírica (varicelosa), se pueden inferir alteraciones bilaterales en el sistema límbico. El tercero padeció un mutismo postraumático, probablemente causado por disfunción del sistema límbico orbitario. Las TAC fueron normales, pero mediante SPECT se observaron alteraciones del flujo en áreas de ese sistema. BIBLIOGRAFÍA 1. Van Mourik M, Van Dongen HR, Catsman-Berrevoets CE. The many 11. Dayer A, Roulet E, Maeder P, Deonna T. Post-traumatic mutism in faces of acquired neurologic mutism in childhood. Pediatr Neurol 1996; children clinical characteristics, pattern of recovery and clinical patho15: 352-7. logical correlations. Eur J Pediatr Neurol 1998; 2: 109-16. 2. Shafrir Y, Prensky AL. Acquired epileptic opercular syndrome: a sec12. Van Cramon C. 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El examen neurológico y los estudios auxiliares (EEG) fueron normales. No poseía alteraciones del habla ni del lenguaje. Un enfoque psicoterapéutico orientador y el cambio de escuela favoreció la normalidad comunicativa. Caso 2. Niña de 4 años que padeció varicela 15 días antes; presenta un cuadro de limitación de la expresión verbal, a pesar de mantener su capacidad lingüística. Manifestó una conducta retraída, deambulaba adecuadamente, pero sin finalidad. El examen neurológico fue normal. La niña comprendía y cumplía las consignas, pero su comunicación verbal estaba ausente; la recuperación fue total en 72 horas. Caso 3. Paciente de 12 años de edad que sufrió un traumatismo craneal con pérdida de conciencia 10 días antes. Presentó posteriormente alteraciones progresivas de la conducta, episodios de desorientación y visión borrosa, estereotipias y limitación en la conexión psicosocial. El lenguaje, a pesar de su mutismo, estaba conservado en su estructura y contenido. En la SPECT se observaba hipoperfusión en áreas orbitotemporales bilaterales. La recuperación fue total 20 días después del traumatismo. Conclusiones. El mutismo selectivo es multifactorial. En el presente artículo se hace referencia a tres pacientes: uno de carácter emocional, otro como consecuencia de complicaciones posvaricela y un tercer paciente con mutismo postraumático. [REV NEUROL 2001; 32: 244-6] [http://www.revneurol.com/3203/k030244.pdf] Palabras clave. Diagnóstico diferencial. Etiología multifactorial. Mutismo. Niño. 246 MUTISMO NAS CRIANÇAS Resumo. Introdução. O mutismo constitui a ausência da expressão verbal, com conservação da compreensão da fala. A origem é multifactorial: traumatismos cranianos, cirurgia da fossa posterior, síndromas epilépticas adquiridas, psicogénicos. Objectivo. Referir doentes que apresentaram mutismo de diversas etiologias. Casos clínicos. Avaliámos três crianças que apresentaram mutismo como consequência de diversas causas. Caso 1. Doente com perturbação familiar e escolar e deficiência atencional, com escassos recursos comunicativos. O exame neurológico e os exames auxiliares (EEG) foram normais. Não possuía alterações da fala nem da linguagem. Uma abordagem psicoterapêutica orientadora e a mudança de escola favoreceram a normalidade comunicativa. Caso 2. Menina de 4 anos que sofreu de varicela 15 dias antes; apresenta um quadro de limitação da expressão verbal, apesar de manter a sua capacidade linguística. Manifestou uma conduta retraída, deambulava adequadamente, mas sem finalidade. O exame neurológico foi normal. A criança compreendia e cumpria as ordens, mas a sua comunicação verbal estava ausente; a recuperação foi total em 72 horas. Caso 3. Um doente de 12 anos de idade que 10 dias antes sofrera um traumatismo craniano com perda de consciência. Apresentou posteriormente alterações progressivas do comportamento, episódios de desorientação e visão turva, estereotipias e limitação da conexão psicossocial. A linguagem, apesar do seu mutismo, estava conservada na sua estrutura e conteúdo. Na SPECT observava-se hipoperfusão nas áreas órbito-temporais bilaterais. A recuperação foi total 20 dias após o traumatismo. Conclusões. O mutismo selectivo é multi-factorial. No presente artigo faz-se referência a três doentes: um de carácter emocional, outro como consequência de complicações após varicela e um terceiro doente com mutismo póstraumático. [REV NEUROL 2001; 32 : 244-6 ] [http://www. revneurol.com/3203/k030244.pdf] Palavras chave. Criança. Diagnostico diferencial. Etiologia multifactorial. Mutismo emocional. REV NEUROL 2001; 32 (3): 244-246