Tema 6: LOS REYES CATÓLICOS 6.1 Los Reyes Católicos y la unión dinástica: integración de las coronas de Castilla y Aragón. El reinado de los Reyes Católicos (1474-1516) supone el inicio de la Edad Moderna y "la unión de todas las Españas", aunque la unión fuera tan sólo dinástica al mantenerse las peculiaridades de cada de reino. En 1469 (Capitulaciones de Cervera, 1469), contraen matrimonio Fernando de Aragón, hijo de Juan II, rey de Aragón, e Isabel de Castilla, hermana del Rey Enrique IV de Castilla (1425-1474). El matrimonio se enmarca en los conflictos políticos que se producen en la Corona Castilla durante el reinado de Enrique IV. En la Farsa de Ávila (1465) Enrique IV nombra heredero a su hermanastro Alfonso en lugar de su hija Juana, presionado por la nobleza y el clero. Tras la muerte de Alfonso, la nobleza apoyó a Isabel. que es nombrada heredera por el Tratado de los Toros de Guisando (1468), condicionado a su matrimonio con Alfonso V de Portugal. Tras la boda, Isabel fue desposeída de su herencia, aunque a la muerte de Enrique IV (1474) se proclamó reina de Castilla, estallando una guerra de sucesión (1475-79). En 1475 Alfonso V de Portugal invade Castilla reclamando el trono en nombre de su prometida la princesa Juana, que contaba con el apoyo del arzobispo de Toledo, un sector de la nobleza, Portugal y Francia. Isabel cuenta con el apoyo mayoritario de las ciudades (Ávila, Toledo, Valladolid), el clero, la nobleza y Aragón. Tras las victorias de Toro y Albuera se impuso Isabel que por el Tratado de Alcaçovas (1479) por el que se reconoce a Isabel reina de Castilla y a cambio Castilla renunciaba a las exploraciones por la costa atlántica de África, aunque se le reconocía el derecho a finalizar la conquista de Canarias. Ese mismo año (1479) Fernando (II) sucede a su padre, Juan II, como rey de Aragón, y se produce la unión dinástica de las Coronas de Castilla y Aragón. Ya en 1475 se habían establecido sus términos mediante la Concordia de Segovia, tratado que establecía una “doble monarquía”, esto es una unión personal, pero no política, de ambas coronas, por lo que cada corona apenas podía inmiscuirse en la política de la otra y cada reino mantenía sus leyes, instituciones y fronteras. El único vínculo jurídico entre los distintos territorios eran los monarcas, es decir, una mera unión dinástica. Tampoco se reconocía el derecho sucesorio. A la muerte de Isabel (1504) Castilla quedó bajo el gobierno de su hija Juana y Fernando pasó a ser exclusivamente rey de Aragón, pero la muerte de Felipe de Austria marido de Juana y la pérdida de la razón de ésta convirtió a Fernando en regente de Castilla. Finalmente ambas coronas recayeron en un mismo heredero: Carlos, nieto de los reyes católicos e hijo mayor de Juana. No obstante, la política exterior fue la misma y la Inquisición la única institución presente en ambas Coronas. La unión personal planteaba 3 objetivos comunes para las dos coronas; el dominio peninsular (incorporación de Granada y Navarra a Castilla en 1492 y 1515 respectivamente), la unidad religiosa (expulsión de los judíos en 1492, represión de los moriscos) y la centralización y fortalecimiento del poder. Las diferencias entre la Corona de Aragón y la de Castilla eran notables. Castilla superaba a Aragón en extensión, riqueza económica y población, además Castilla tenía unas Cortes, una moneda y unas instituciones comunes y no tenía aduanas interiores, mientras que Aragón estaba formado por tres reinos con instituciones propias. Como consecuencia Castilla, por su mayor tamaño, población y poder económico, será hegemónica dentro de la Monarquía hispánica. Castilla lideró las fuerzas militares y la política colonial en América, asumiendo el mayor esfuerzo fiscal. Este desequilibrio de poder a favor de Castilla llevará a una progresiva castellanización de ambas coronas. En definitiva, los Reyes Católicos sentarán las bases del Estado moderno que desarrollará su nieto, Carlos I, cuando una sola cabeza dirija ambas coronas y sus territorios.