COMULGAR DEL PAN CONSAGRADO EN LA MISMA MISA 1 Desde hace muchos años (al menos desde la Mediator Dei de Pío XII el año 1947) se está recomendando en los libros litúrgicos algo que el Misal recoge explícitamente: que “es muy de desear que los fieles partic ipen del Cuerpo del Señor con hostias consagradas en esa misma misa” (OGMR 85). Así lo hace ya el sacerdote presidente. Y así tiene más significado el gesto: en el ofertorio se traen al altar, luego se consagran y finalmente se comulgan. Otro motivo: “De modo que aparezcan mejor, por signos exteriores, que la comunión es una participación en el Sacrificio que en ese momento se celebra” (ibid). Sólo en casos excepcionales habría que recurrir al copón donde hay hostias consagradas en el sagrario. 1 Cf. Centre de Pastoral Litúrgica, Misa Dominical, Nº 9 Año XXXIV, 2002, Barcelona.