Pre sen ta ción

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Presentación
Este número de Estudios del Hombre fue ideado con el objeto de recapitular sobre el desempeño de las disciplinas antropológicas en Jalisco al cierre del siglo XX, sin tener en mente pretensiones heurísticas ni
proyecciones al siglo iniciado. Los autores fueron convocados para
hacer un recuento de las actividades académicas, las de sus colegas y
las propias, en la centuria que precede, y no a pronosticar sobre lo que
habrá de suceder en el siglo actual.
En algunos casos se trata de contribuciones puntuales y directas;
en otros, los textos no se han ceñido a la recapitulación de manera específica, pero dejan claramente implícito el avance logrado. Asimismo, en uno de los trabajos, el de arqueología, la reflexión se extendió
a todo el occidente de México, rebasando los límites territoriales de
un Jalisco que de todos modos no existía en el periodo. Pero la mayoría de los trabajos refleja una amplia gama de estudiosos, de varios niveles de experiencia y registros sociales: desde algunos tonsurados
por la sacralidad académica, en el ámbito nacional e internacional,
hasta estudiantes de licenciatura.
Engarzando las temáticas tratadas por el hilo temporal, el trabajo
de Lorenza López y Carlos López, “La arqueología del occidente de
México en el siglo XX: breve repaso historiográfico”, trata aspectos
de la antigüedad remota y ágrafa del periodo prehispánico, realizando
una presentación temporal de la arqueología del occidente de Mesoamérica, desde los trabajos pioneros realizados por exploradores extranjeros. Describe luego el tiempo en que la arqueología se
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ESTUDIOS DEL HOMBRE
formalizó, aunque sus resultados se mantuvieron en el ámbito de lo
descriptivo. Luego se ocupa de una etapa en que dominaron las técnicas y enfoques de la nueva arqueología norteamericana, para concluir
con las actuales investigaciones de área. Se destacan avances, problemas y disyuntivas que la disciplina presenta.
Con alcances semejantes al anterior pero situado en un periodo
histórico menos amplio, Daniel Barragán y Rosa Yáñez aportan un
texto titulado “Informes e investigaciones sobre las lenguas indígenas
en Jalisco en el siglo XX”, en el que ofrecen una exhaustiva revisión
de las investigaciones sobre las lenguas indígenas de Jalisco en ese
período. Señalan que los investigadores han seguido dos direcciones.
Una que reconstruye el pasado lingüístico de los grupos étnicos que
habitaron Jalisco; y otra enfocada en la descripción lingüística en sentido estricto, cuyas manifestaciones más consistentes se han hecho a
partir de 1970.
Mediante su trabajo “Apuntes sobre los indigenismos en Jalisco”,
Guillermo de la Peña analiza la presencia del Estado mexicano en el
mundo indígena de Jalisco. Su propósito es explorar las características del indigenismo en la entidad a partir de 1961, cuando el Instituto
Nacional Indigenista fundó ahí su primer Centro Coordinador CoraHuichol. El autor apunta que la acción del Estado se llevó a cabo siguiendo tres modelos que corresponden a etapas históricas sucesivas,
a saber: el modelo del centro coordinador, el modelo sectorial y el modelo autogestivo. En la primera etapa, un nacionalismo unificador y
optimista se conjuntaba con el llamado desarrollo estabilizador y el
INI actuaba como fuerza autónoma a través de sus centros coordinadores. En la segunda, el agotamiento de las políticas económicas y el
descontento social llevaron al gobierno federal a centralizar el control
de las acciones estatales. Entonces, el INI quedó sectorizado y perdió
autonomía, creatividad y especificidad de acción. En la tercera, la crisis de las finanzas públicas redujo la posibilidad de gasto social y propició el apoyo a proyectos gestados en las comunidades indígenas,
justificados por el multiculturalismo y la autonomía étnica.
En “Miradas antropológicas al campo jalisciense”, Patricia Arias
y Rodolfo Fernández, hacen un recuento de la antropología rural. Es
PRESENTACIÓN
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una síntesis de la antropología rural en Jalisco de 1931 a 2000, con
ciertos acentos en su desarrollo. Entre 1973 y 1974, consignan el inicio de los grandes proyectos colectivos, que continuaron hasta 1978.
Los trabajos sobre migración de mexicanos a los Estados Unidos marcan un hito importante en el texto. A partir de 1988 registran el inicio
de estudios regionales sobre la transformación organizativa de las regiones, en función del desplazamiento de la agricultura como actividad productiva predominante, y su sustitución por la agroindustria, la
manufactura y las ganaderías industriales. Finalmente, revisan las
concepciones tempranas de lo espacial y lo regional, como nuevos
enfoques de las mismas ocurridos a partir de 1990.
Sobre un ámbito más bien urbano, Renée de la Torre hace una revisión de las aportaciones antropológicas al estudio del fenómeno religioso por medio de su ensayo “La antropología en los estudios del
fenómeno religioso en Jalisco”. Presenta visiones contrastantes y
ri cas del cam bio y la conti nui dad en la cul tu ra re gio nal de corte
re li gioso. Registra permanencias y cambios, entre los que resalta
la emergencia de nuevas iglesias y movimientos religiosos. Destaca la
permanencia de la tradición cultural católica, pero también la emergencia de nuevas iglesias y movimientos religiosos.
El tema desarrollado por Gerardo Bernache, “Jalisco: sociedad y
medio ambiente”, es de una actualidad y pertinencia apabullantes.
Presenta un panorama de los estudios ambientales en Jalisco. Manifiesta que los problemas relacionados con el lago de Chapala fueron el
factor detonante de esta línea de investigación. A éstos les siguieron
los estudios referentes a los impactos de los procesos y desechos industriales, al manejo precario de los residuos sólidos municipales y la
degradación resultante de las actividades agroindustriales.
El artículo de Mercedes González de la Rocha, “Los límites de las
estrategias de sobrevivencia: viejos y nuevos enfoques para el análisis
de las respuestas familiares y domésticas”, aborda las transformaciones más importantes que las familias mexicanas, organizadas en grupos domésticos, experimentaron durante los años noventa del siglo
XX, como respuesta al cambio económico. La autora discute el impacto
de la erosión del trabajo y el aumento de la precariedad en las econo-
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ESTUDIOS DEL HOMBRE
mías domésticas y familiares, a través de una reflexión crítica sobre el
enfoque de las estrategias de supervivencia. Propone que dicho enfoque debe ser contrastado con otro que tome en cuenta los límites de
dichas estrategias.
El trabajo de Ricardo Avila, María Teresa Ruiz y Bogar Escobar,
“Ser historiador en Jalisco”, examina textos historiográficos sobre Jalisco y el oeste mexicano y reflexionan buscando elementos de discusión que permitan examinar de manera crítica las condiciones
actuales en que se escribe y se retransmite la enseñanza de la historia
regional. También se pone en tela de juicio el provincianismo dominante en la mayoría de los estudios historiográficos sobre la entidad.
De la sección de documentos vale la pena resaltar la traducción de
un artículo de gran valor etnográfico, de Paul Taylor, cuyo título original
es “Making cantaros at San Jose Tateposco, Jalisco, Mexico”, publicado por primera vez en 1933, en la revista American Anthropologist.
Por ultimo, conviene aclarar que este número que tiene el lector en
sus manos es doble (13-14) debido a la riqueza y extensión de los materiales compilados.
R.F.
R.A.
G.P.
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