LA MARCHA DEL HAMBRE: UN HITO HISTORICO EN LAS LUCHAS DEL MAGISTERIO Por: Rafael Cuello Ramírez 1 Tal vez, el fenómeno a manera de lucha social de mayor contenido colectivo y solidario en las acciones del magisterio colombiano y al cual no le hemos dado la dimensión que le corresponde y amerita, sea el que se enmarca en lo que fue y significa LA GLORIOSA MARCHA DEL HAMBRE. La Marcha del Hambre tuvo su detonante contra la corrupción imperante en el Departamento del Magdalena para esa época -¡será que ahora no!que no había hecho posible que se le pagaran los salarios a los educadores durante varios meses. La MARCHA DEL HAMBRE, se configura hasta hoy como una de las tareas -a pesar de la épocamás valerosa y osada llevada a cabo por un grupo de maestros en aras de llamar la atención y provocar el reconocimiento y cumplimiento de unos compromisos con los educadores en la vía del logro de soluciones a unas peticiones. Unos 400 maestros iniciaron la heroica marcha el día 24 de septiembre de 1966, trasegando los 1.600 kilómetros que separan a la capital del Magdalena de la capital de Colombia, Bogotá; es decir, hoy conmemoramos 47 años de esta proeza incomparable del magisterio. Al paso por los pueblos y caminos recibieron vítores y apoyos de la ciudadanía, así como también la vinculación de varios maestros a la marcha, pero de igual forma, la compañía del perro pequinés que llegó a Bogotá y al que por ese hecho, lo llamaron Solidario. El 21 de octubre arriban a Bogotá, exhaustos, adoloridos pero firmes en sus convicciones y propósitos, siendo recibidos por el presidente de ese cuatrienio, Carlos Lleras Restrepo en el Palacio de San Carlos. Sería esta epopeya magisterial, la señal y el impulso para que a partir de esa época se implementaran una serie de políticas en favor de la educación pública; valga decir, los fondos educativos regionales, el plan de emergencia educativa, la creación de los INEM, pero sobre 1 Secretario General de FECODE y Coordinador Nacional del Movimiento de Integración Democrática, M.I.D todo, se convirtió en la base que posibilitaría algunos años después la conquista del ESTATUTO DOCENTE O DECRETO 2277 DE 1979 que nos daría a la postre, movilidad social y la estabilidad laboral, cuestionada y en parte quebrada desde el 2002 en el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, con la expedición del nefasto Decreto 1278. Hoy, después de 47 años podemos decir que ese puñado de valientes y homéricos maestros marchantes, sembraron la semilla del despertar, la lucha y la movilización por la defensa de la educación pública y nuestras reivindicaciones sentidas. Nosotros los docentes tenemos prohibido olvidar, han pasado desde el inicio de LA MARCHA DEL HAMBRE a la fecha, casi cinco décadas, el pasado 13 de junio se despidió de nosotros el ilustre compañero y líder de los marchista del 66, RAFAEL HERNÁNDEZ; precisamente autor del Libro La Marcha del Hambre, publicada en el 2002. Siempre deberemos tener presente que en estos 47 años de ofensiva neoliberal, los gobiernos y la burguesía han buscado por todos los medios, dividir al magisterio, hecho que se patentizó en la tristemente célebre expresión de Alesina, funcionario del BID, quien manifestó que para el triunfo de las políticas educativas de corte neoliberal en Colombia, era necesario “romperle el espinazo a FECODE”. Luego entonces no nos debe extrañar las acciones en contra de los docentes; por eso, además de pretender arrebatarnos conquistas ya logradas, en el gobierno Uribista se expidió el decreto 1278 encaminado principalmente a dividir el magisterio y debilitar y fragmentar la lucha sindical. Los compañeros de la MARCHA DEL HAMBRE, hoy más que nunca nos deben servir de acicate y ejemplo de lucha para todos los maestros, independientemente que estemos regidos por los Decretos 1278/02 o el 2277/79; ellos abrieron la senda de la movilización y la lucha por dignificar la profesión docente, a nosotros todos nos corresponde no arriar esas banderas y, por el contrario trabajar por hacer grande y fuerte a FECODE y los SINDICATOS filiales, máxime cuando aún hay tareas pendientes como la dignificación del salario acorde con nuestra profesión, consensuar un nuevo Estatuto Único Docente, que se discute y trabaja en la Comisión Tripartita, el derecho a la vida y que las Escuelas sean territorios de paz.