Planta y Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de Compostela Entre los siglos V y X, occidente se encontraba fragmentado en muchos reinos independientes, que tenían características culturales muy distintas debido a las invasiones de los húngaros, musulmanes y otomanos. Para englobarlo, a este período se le llamó Prerrománico. A partir del siglo XI las invasiones cesaron, lo que permitió que los reinos comenzaran a recuperarse económica y socialmente, y esto propició la fiebre constructiva que caracterizó al Románico. La riqueza que la Iglesia había acumulado le otorgó un mayor control y poder, pudiendo así difundir la mentalidad cristiana. Esta mentalidad propició dos factores que determinaron al Románico: la vida monástica y las peregrinaciones, d de construyéndose así multitud de monasterios e Iglesias. Las peregrinaciones tienen su punto culminante con el Camino de Santiago en España. Según la leyenda, el Apóstol Santiago evangeliza en España mediante una serie de milagros, y por ello se construye encima del sepulcro del Apóstol la Catedral de Santiago de Compostela. El camino de Santiago, Ruta Jacobea, se convirtió así en el camino de peregrinación más importante, por delante incluso de Roma y Jerusalén. Por ello un sacerdote francés creó el Codex Calixtinus, un conjunto de sermones y homilías, relatos de la vida del Apóstol Santiago, y también guía de peregrinos, en la que se describe la cuidad y la catedral. Dentro del Arte Románico podemos distinguir tres etapas: el Primer Románico, el Románico Pleno y el Tardorrománico. El Arte Románico se configura, de esta manera, como un arte simbólico y religioso, con una función didáctica fundamental. Tanto el arte pictórico como el escultórico se subordina al espacio que la arquitectura les otorga. Aunque no todas las Iglesias del Románico van a ser iguales, todas las Iglesias guardan elementos comunes. Entre ellos, la planta basilical quedará relegada a un segundo plano, por la planta de cruz latina, ya que se buscaba simultanear las visitas con la liturgia, y el transepto y la posterior girola lo hacían posible. La actual Catedral de Santiago de Compostela sustituyó a una construcción del Siglo IX destruida por el califa Almanzor y reconstruida a principios del siglo XI. Su finalidad esencial era albergar la tumba del Apóstol Santiago y dar cabida a la masiva afluencia de peregrinos. La iniciativa de levantar una nueva Iglesia fue del obispo Diego Peláez. Como toda gran obra y debido a su especial importancia dentro de la cristiandad, la Catedral de Santiago ha experimentado numerosas modificaciones, pero su estructura no ha variado esencialmente, salvo su fachada principal. La Catedral presenta las siguientes características: Tiene una planta de cruz latina, con un transepto muy destacado. Tanto éste como el principal constan de 3 naves. Las naves laterales se prolongan por al ábside de la cabecera en la girola. En el muro oriental del transepto se abren cuatro capiteles, dos a cada lado, y en la girola otros 5 radiales o absidiolos, de los cuales el central es el más antiguo y complejo de los 5. Sobre las naves laterales circulan las tribunas que se continúan sobre el transepto y la girola. La tribuna recibe la luz del exterior e ilumina a la nave central a través de vanos geminados. La tribuna, además de esa función, cumple también una función estructural, ya que contribuye a sustentar el peso de la cubierta y permite una mayor altura de la nave central. Los soportes son pilares cruciformes, con semicolumnas adosadas. De ellas arrancan arcos formeros de medio punto peraltado. Los sistemas de cubierta son los característicos del Románico. La nave central posee una bóveda de cañón reforzada por arcos fajones, y las naves laterales, con bóveda de crucería. La tribuna se cubre con bóveda de cuarto cañón, los ábsides con bóveda de horno y la cúpula con una bóveda octogonal sobre trompas. Uno de los rasgos que destaca en la Catedral de Santiago es su gran tamaño en longitud y en altura. También son admiradas sus proporciones, la anchura de la nave central es el doble que el de las laterales, y la longitud del transepto es la misma que la del cuerpo principal. La única portada románica que se conserva es la de Las Platerías, aunque con la decoración muy alterada. A los pies de la Iglesia, se encuentra El Pórtico de la Gloria, obra maestra de la escultura románica. El Pórtico de la Gloria fue realizado por el Taller del Maestro Mateo a finales del S.XII y por sus características se puede considerar como una obra maestra de la transición del románico al gótico. La escultura invade todo el pórtico que consta de tres vanos con arcos de medio punto que se corresponden con las naves de la Iglesia. En el central, que es más ancho y más alto, y el único con tímpano, se concentran los mejores relieves. En el tímpano se representa la visión apocalíptica de Cristo, con los cuatro evangelistas, el tetramorfo, (al símbolo con la persona también se le llama así). Aparecen también ángeles con los atributos de la Pasión y una multitud de figuras que muestran los justos que participan de la gloria de Dios(los que llegan al cielo). En la gran arquivolta están representados los 24 ancianos del Apocalipsis que portan instrumentos musicales y parecen hablar entre ellos, mientras que están representados de forma radial. En las jambas se representan a un lado apóstoles y al otro, profetas. En el parteluz se representa a Santiago sedente y en el interior se ve a una figura arrodillada, la tradición dice que el Maestro Mateo. El arco de la izquierda trata temas de tiempos anteriores a Jesucristo, y el de la derecha representa el Juicio Final. El conjunto permite la lectura cronológica de izquierda a derecha. Desde un punto de vista formal, el Pórtico presenta una serie de características: las figuras se representaban de una forma más naturalista, con rasgos individualizados con detalles, gestos y aptitudes más humanas. Esas estatuas columnas de las jambas son más propias del gótico que del románico, ya que prácticamente se han liberado del marco arquitectónico. La manifestación más importante de la pintura, fueron las pinturas murales. Se pintaron los muros gruesos, los ábsides y las bóvedas. Una iglesia no se consideraba terminada hasta que no estuviera cubierta de escultura y pintura, aunque con el tiempo la mayoría se ha perdido. Muchos temas coinciden con los de la escultura, uno de ellos es el Maiestas Domini, sentado en un trono rodeado por la almendra mística o mandorla. También aparece la Maiestas Mariae. La pintura tiene la misma característica q la escultura: función didáctica de adapta a la escultura carencia de profundidad. En definitiva, la Catedral de Santiago es la culminación de un camino de peregrinación, pero también de un arte, el románico, que en esta obra integra y supera todas las influencias previas.