"Anudo mi palabra a la suya"

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"Anudo mi palabra a la suya"
Por Roberto Daniel Malatesta
Provocación de la palabra, pienso que también así podría titularse este pequeño trabajo sobre el último
libro de María Teresa Andruetto, aunque quizás la palabra provocación suena un poco dura en el contexto
de la poesía de Andruetto, una poesía que si bien ceñida a lo preciso, a la imagen visual más que a todo
artilugio de la palabra, guarda una razón de luz y serenidad. Aún así, provocación, sigo pensando, parece
ser exacto para designar lo que una persona amada y respetada, una vida y una obra, ha desatado en el
verbo, en la necesidad de poesía, ese motivo, motor que despliega el curso del poemario. Dejarse llevar
por esa vida, esa obra, ese verbo de la admirada Beatriz, guiar, para jugar con ese nombre que, como
Andruetto no deja de apuntar, tanto significa en la literatura occidental.
¿Es válido que la experiencia poética pueda dar como resultado un nuevo poema? ¿No ocurre siempre
así? ¿Hasta qué límite? ¿Es válido un poema totalmente tributario e impregnado de una poética, por otra
parte nunca desmentido, ya, desde el mismísimo título? Supongo que las respuestas pueden dar lugares
a conclusiones contrapuestas, pero lo que sí es cierto es que la autora no se ha cuestionado el porqué
escribir, sino que fue obediente al impulso de la escritura soslayando al crítico, y me atrevería decir al
afecto más que al yo, al trabajo más que a la duda.>
"Decidí por una necesidad que me fue manifestando el texto en el mismo proceso del hacer, tomar las
palabras de Beatriz Vallejos (muchas veces palabras, algunas veces frases), barajarlas y dar de nuevo,
borrando a veces incluso su condición de cita", dice la autora al final del libro. Y agrega: "Aparecieron
frases mías" y "vinieron también otros, textos".>
El poema entonces conjuga precisamente un diálogo donde la poeta-autora se convierte en poetamédium, la que deja pasar el lenguaje, la que deja que el poema se conforme abriendo la puerta a las
palabras que llegan de otro sitio a un nuevo sitio, a un nuevo poema.>
El poema consta de tres secciones, Ayer, Hoy y Coda. Andruetto, y esto nos cuenta en sus "apuntes
sobre Beatriz" al final del libro, visitó, luego de diez años de contacto con su poesía, personalmente a
Vallejos. Estos encuentros se realizaron en 2001 en San José del Rincón, y en 2004 en un departamento
de Rosario. Indudablemente la primera visita ha sido relevante para el poema, pues allí, en el pequeño
pueblo costero, el ambiente lúcido de los poemas de la autora santafesina fue recepcionado con claridad
por Andruetto. Colores, sonidos y aromas que conforman la poesía de Vallejos fueron palpados; allí
estaba la paleta del pintor con la frescura desbordante, estaba la palabra no escindida de la naturaleza.>
El hilo que persigue, esa pureza verbal construye el poema, pese a esto, entre la realidad y el poema no
hay fisuras. Decíamos diálogo, decimos confirmación o constatación tal vez, que una garza sola es todas
las garzas, que la unidad del todo puede representar esa clave de la brevedad de la poesía de Beatriz
Vallejos, esa representación de la vastedad desde lo uno, esa lágrima que hace al río.>
Coda es la última y breve sección, en ella se lee "un corderito / que vino a comer / de mi mano". Quizás
esto defina a "Beatriz": la mano que deja venir y da.>
De "Beatriz"
Por María Teresa Andruetto
Ayer
I
detrás del cerco de flores,
la mariposa en la pared de cal>
y el grito de los teros>
(hila la lumbre, Amor,>
y amanece)>
Celia>
me guió por el jardín>
entre las cañas>
(¿hasta cuándo este ayer?)había retablos en la mesay ese poema que habla de la luzy las naranjas.En la
puerta, ella abrió el Ubajay.sentémonos aquí,dijo, de orilla a orilla,que está buena la luz para ver(alguien
levanta un vasoy resplandece)
Hoy
III
Con esa edad de Jacinto,
ay, y ese aire vendrán>
a verme. en un collar de arena>
anudo mis palabras a las tuyas.>
Escribo:>
tenías, Beatriz, un corderitoy su pelo era blanco como la nieve.Era, en griego, como la nieve.Las lacas del
Imaginerocon espinas de peces de tu ríoy con nácar son ahora souveniressobre la mesita.un corderito
tenías en el idioma de las gárgaras del rocío.y en el idioma del pan ¿hay un idioma del pan? tu pelo es
blancocomo la nieve.
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