¿REALMENTE SE APARECIO LA VIRGEN DE GUADALUPE? EL ENGAÑO GUADALUPANO Por Israel González Zúñiga Hace algún tiempo salió un slogan publicitario que decía: “los mexicanos somos guadalupanos”. Solo que hay un grave error en ese dicho. La constitución mexicana dice: “Todo hombre es libre para profesar la creencia religiosa que más le agrade y para practicar las ceremonias, devocionales o actos de culto respectivo. (Articulo 24) De manera que no todos somos guadalupanos. Algunos hemos decidido en pleno uso de nuestras facultades mentales ser solamente creyentes en Cristo. Un servidor es cristiano, no guadalupano. dalupano. El guadalupano es esclavo de u n engaño demoniaco que lo ha estado llevando a una condenación segura. El Apóstol Juan escribió lo siguiente: hijitos, guardaos de los ídolos. (1Juan 5:21). Biblia Nácar-Colunga) Nácar versión Católica ¿PERO REALMENTE SE APARECIO LA VIRGRN DE GUADALUPE? Mire usted lo que dice, el Monseñor Emiliano Cisneros. Obispo de Chota (Jacamarca) Perú. En su libro. APARICIONES Y MENSAJES DE MARÍA Nuestra Madre Santísima se ha aparecido, muchas veces, en diversos lugares a lo largo y ancho del mundo durante los dos mil años de historia cristiana. Estas apariciones de María se circunscriben casi exclusivamente al marco de la Iglesia Católica. En la Iglesia ortodoxa se han dado muy pocas. Ahora bien, con respecto a las apariciones, la Iglesia siempre ha adoptado un comportamiento prudente. Algunas pocas apariciones han sido oficialmente aceptadas por la Iglesia. Pero, aun en este caso, nunca aplica un juicio de infalibilidad, no se consideran dogmas de fe y, por tanto, los fieles no están obligados a creer en ellas. Sin embargo, sería muy poco razonable de nuestra parte, olvidarnos de ellas y de sus mensajes o no creer en ellas. A este respecto, decía el P. René Laurentin, famoso teólogo y mariólogo francés: “Si sabemos que una persona ha tomado el avión para venir a encontrarnos, normalmente vamos al aeropuerto en vez de decir: No creo que sea cierto, puede ser una noticia falsa o el vuelo pudo ser cancelado y no quiero arriesgarme a recibir una desilusión. Estas palabras no tienen sentido para el que ama... Por eso, las opiniones negativas, cuando se habla hoy de apariciones, parecen extrañas al verdadero amor a María y, además, cultivan la indiferencia con respecto a Dios, a Cristo y a la Virgen”.(1) Las apariciones bien documentadas son más de mil. Solamente en el siglo XX son cerca de cuatrocientas. Esto sin contar las muchas apariciones privadas y personales a muchas almas santas. Hablando más en concreto, diremos que, hasta el año 1400, las apariciones documentadas son relativamente pocas: ciento sesenta y ocho aproximadamente. Esto se debe, no a que no hayan existido en mayor cantidad, como en los siglos posteriores, sino a la falta de documentos que las acrediten. Desde 1400 a 1600 hay 209 apariciones bien documentadas en veintiséis países, especialmente en Europa. Entre 1600 y 1800 hay 131 apariciones en veinticuatro países. Entre 1800 y 1900 las apariciones bien conocidas son 118 en diecinueve países. Sólo en el siglo XX hay información de 395 y, seguramente, hay muchas más. Lo cual significa que, aun considerando que algunas puedan no ser verdaderas, de hecho, María se ha aparecido más de mil veces en la historia de la Iglesia. ¿Para qué? Los motivos han sido diversos según las circunstancias. Muchas veces, se ha aparecido para sostener a los cristianos durante las persecuciones y a los mártires para darles fortaleza ante el martirio. También se ha aparecido para defender a los fieles contra las herejías, incluso para defenderlos en las batallas. A veces, lo ha hecho para asegurarlos en la fe católica. En Lourdes, por ejemplo, ha querido confirmar el dogma de la Inmaculada Concepción, proclamado cuatro años antes por el Papa. En estos últimos tiempos, sus apariciones son más frecuentes, porque la humanidad, según dice Ella, está al borde de un cataclismo y urge un cambio de vida; ya que, de otro modo, vendrán graves desgracias para todo el mundo. Y Ella como Madre, nos avisa y nos pide conversión, oración y penitencia. Normalmente, en las apariciones se presenta como una Madre, Madre de todos sin excepción. Viene con vestidos de distinto color. El manto que viste, símbolo de su protección maternal, es también de diferentes colores. El color de su rostro también es distinto según los lugares. Juan Diego, en México, la vio con rostro mestizo. En otros lugares, aparece con rasgos árabes, chinos, indios o africanos. ¿Por qué? Porque quiere asemejarse a todos sus hijos, ya que quien se aparece, no es tanto la María histórica, sino la “persona” celeste de María, que es Madre de todos. A los videntes les habla en su propio idioma o dialecto, les da confianza hasta para jugar con Ella y les hace sentir su amor de Madre, sobre todo, a los niños. A menudo se presenta sola, pero también, muchas veces, viene con el niño Jesús. En ocasiones, aparece con San José o ángeles que la acompañan. Su presencia suele venir acompañada de fenómenos luminosos: luces, rayos, truenos, perfumes, fenómenos prodigiosos en el sol... En muchísimos casos, deja un manantial de agua para la curación de los enfermos y consuelo de los afligidos. Siempre se presenta muy joven, unos quince años, pero no más de treinta. A veces, llora, cuando habla de la gravedad de los pecados y de los castigos que amenazan al mundo, pero también sonríe con amor de madre. Las apariciones no son siempre a niños, también se aparece a adultos de todas las edades y condiciones sociales. A veces, se presenta a unas pocas personas; pero, otras veces, se presenta a miles de personas, incluso ateos y de otras religiones. Tampoco faltan manifestaciones calladas y mensajes claros a través de sus imágenes, que lloran hasta lágrimas de sangre o transpiran aceite perfumado. Muchos grandes santuarios han tenido su origen en alguna aparición mariana, pero en todos los lugares se ha erigido, al menos, una capilla para no olvidar su visita y recordar los milagros y conversiones, que han sucedido. Para apreciar mejor la validez o importancia de las apariciones y sus mensajes, vamos a dividir el tema en cuatro partes: Apariciones explícita o implícitamente aprobadas por la Iglesia. Apariciones aprobadas por el obispo local. Apariciones que están aún en proceso de investigación. Mensajes de la Madre del cielo. AHORA MIRE USTED LO QUE DICE ESTE SEÑOR CON RESPECTO A LA VIRGEN DE GUADALUPE. VIRGEN DE GUADALUPE Se aparece en México al indio Juan Diego. El escritor indígena Antonio Valeriano en su obra “Nicán Nopohua”, escribió a los doce años de las apariciones en náhuatl, la lengua de los aztecas, el relato de estas maravillosas apariciones de la Virgen. He aquí un extracto del relato: “Un sábado de 1531 a pocos días del mes de diciembre, un indio de nombre Juan Diego iba muy de madrugada del pueblo en que residía a Tlatelolco, a tomar parte en el culto divino. Al llegar junto al cerrillo llamado Tepeyac, amanecía y escuchó que le llamaban de arriba del cerrillo: Juanito, Juan Dieguito. Él subió a la cumbre y vio a una Señora de sobrehumana grandeza, cuyo vestido era radiante como el sol, la cual con palabra muy cortés le dijo: Juanito, el más pequeño de mis hijos, sabe y ten entendido que yo soy la SIEMPRE VIRGEN MARIA, MADRE DEL VERDADERO DIOS POR QUIEN SE VIVE. Deseo vivamente que se me erija aquí un templo, para en él mostrar y prodigar todo mi amor, compasión, auxilio y defensa a todos los moradores de esta tierra y a los demás amadores míos que me invoquen y en mí confíen. Ve al obispo de México a manifestarle lo que mucho deseo. Anda y pon en ello todo tu esfuerzo. Cuando llegó Juan Diego a la presencia del obispo Don fray Juan de Zumárraga, religioso de San Francisco, éste pareció no darle crédito y le respondió: Otra vez vendrás y te oiré más despacio. Juan Diego volvió a la cumbre del cerrillo, donde la Señora del Cielo le estaba esperando y le dijo: Señora, expuse tu mensaje al obispo, pero pareció que no lo tuvo por cierto. Por lo cual, te ruego que encargues a uno de los principales que lleve tu mensaje para que le crean, porque yo soy un hombrecillo. Ella le respondió: Mucho te ruego, hijo mío, a que otra vez vayas mañana a ver al obispo y le digas que yo en persona, la SIEMPRE VIRGEN SANTA MARIA, MADRE DE DIOS, soy quien te envío. Pero al día siguiente, domingo, el obispo tampoco le dio crédito. El lunes Juan Diego ya no volvió. Su tío Juan Bernardino se puso muy grave y le rogó que fuera a Tlatelolco a llamar a un sacerdote para que fuera a confesarle. Salió Juan Diego el martes, pero dio vuelta al cerrillo para llegar pronto a México y no lo detuviera la Señora del cielo. Pero Ella le salió al encuentro y le dijo: Hijo mío, el más pequeño, no se turbe tu corazón ni te inquiete cosa alguna. ¿No estoy yo aquí que soy tu madre? ¿No estás bajo mi sombra?¿No soy yo tu salud? ¿No estás por ventura en mi regazo? ¿Qué más necesitas? No te aflija la enfermedad de tu tío, está seguro que ya sanó. Sube ahora, hijo mío, a la cumbre del cerrillo, donde hallarás diferentes flores, córtalas y tráelas a mi presencia. Cuando lo hubo hecho, le dijo: Hijo mío, ésta es la prueba y señal que llevarás al obispo. Tú eres mi embajador muy digno de confianza. Juan Diego se puso en camino ya contento y seguro de salir bien. Al llegar a la presencia del obispo, le dijo: Señor, hice lo que me ordenaste. La Señora del cielo condescendió con tu recado y lo cumplió. Desenvolvió luego su blanca manta y así que se esparcieron por el suelo las diferentes rosas de Castilla, se dibujó en ella y apareció de repente la preciosa imagen de la SIEMPRE VIRGEN SANTA MARIA, MADRE DE DIOS, de la manera que está y se guarda hoy en su templo de Tepeyac. La ciudad entera se conmovió y venía a ver y admirar su devota imagen y a hacerle oración y se le nombró como bien había de nombrársele: la SIEMPRE VIRGEN SANTA MARIA DE GUADALUPE”. Hasta aquí las palabras textuales del escritor Antonio Valeriano. Pero el milagro va más allá del relato antedicho. Algunos enemigos de la Iglesia han querido destruir la imagen, que tuvo que estar oculta por cierto tiempo. El 14 de noviembre de 1921 consiguieron colocar una carga de dinamita junto al altar, sobre el que estaba colocado el cuadro de la Virgen... Se destruyó el altar, algunas gradas de mármol, imágenes y hasta un crucifijo de latón, pero el cuadro de la Virgen quedó intacto y ni siquiera se rompió el vidrio que lo protegía. Hablando de la imagen en sí, llama la atención de los expertos textiles la milagrosa conservación del tejido de la túnica de Juan Diego, en la que se imprimió la imagen de la Virgen. La túnica está tejida de fibra de ayate (de la especie mejicana llamada “agave potula zac”) que se desmorona a los 20 años, como se ha comprobado en repetidas reproducciones hechas a propósito. Sin embargo, la túnica de Juan Diego, después de tantos años, sigue sin desgarrarse ni descomponerse, a pesar de haber estado expuesta por más de un siglo sobre una pared húmeda, entre el humo de miles de velas y tocada por manos de muchedumbres de indios. ¿A qué se debe esta cualidad maravillosa como si fuera una tela inmortal, refractaria al polvo y a la humedad? Algunos pensaron que podía deberse a la clase de pintura que cubre la tela. A este respecto, se envió una muestra para que la analizase el sabio alemán, premio nóbel de Química, Dr. Richard Kuhn. Su respuesta dejó atónitos a los científicos. Dijo que los colorantes de la imagen no pertenecían al reino vegetal, mineral ni animal. Como si dijera: es algo tan extraordinario que parece sobrehumano. Otros científicos estudiaron la imagen (el Dr. Callagan del equipo científico de la NASA y el profesor Jody Smith) y sus conclusiones fueron que la imagen había sido pintada directamente sin tanteos ni rectificaciones. No había pinceladas. La técnica empleada era desconocida en la historia de la pintura. Pero hay algo más inexplicable todavía. El peruano Dr. Aste Tonsmann, aplicando la técnica de la digitalización a los ojos de la Virgen, es decir, fotografiando los ojos de la Virgen y aumentándolos 2,500 veces, se dio con la sorpresa de que en el iris de la imagen aparecía: un indio en el momento de desplegar su túnica ante un franciscano; el propio franciscano en cuyo rostro se ve una lágrima; un paisano joven con la mano puesta sobre la barba en ademán de sorpresa; un indio con el torso desnudo en actitud casi orante; una mujer de pelo crespo (probablemente una mujer negra de la servidumbre); un varón, una mujer y unos niños con la cabeza medio rapada y otros religiosos franciscanos. Es decir, el mismo episodio relatado por Antonio Valeriano en el momento del milagro y que queda como un milagro permanente a los ojos de la ciencia, que sólo puede decir que es inexplicable que en un espacio tan pequeño como la córnea del ojo de la imagen, de siete milímetros, se haya podido pintar en miniatura unas 15 personas. Incluso, según las últimas investigaciones del oculista mexicano Dr. Escalante, hasta aparece pintada en el párpado superior del ojo derecho una red venosa. Algo sorprendente que ningún pintor de la época hubiera podido hacer microscópicamente y, además, para que nadie pudiera verlo en aquel tiempo. La Virgen de Guadalupe es mestiza (la morenita) y su rostro mestizo, ni indio ni blanco, es un rostro que invita a la paz entre vencedores y vencidos, entre blancos e indígenas, porque Ella es la Madre de todos. El color de su manto es verde-azul. Entre los aztecas sólo el emperador podía vestir ese color. Al presentarse con este color es como si dijera que es la Emperadora, la Reina del Universo. Ella está embarazada y los rayos de sol rodean su persona, como si procedieran de ese hijo divino que es un sol (el sol era un dios para los indígenas). Ella es, por tanto, llena de sol, llena de gracia. Por otra parte, se ha descubierto que las estrellas del manto de la Virgen corresponden a las estrellas del cielo tal y como estaban aquel día de la aparición, vistas desde México. Como si nuestra Madre hubiera querido dejarnos su firma, fecha y hora exacta de su aparición: 16,40 horas del día 12 de diciembre de 1531. Otro dato importante. En los ojos de la Virgen aparece el obispo con algunos sacerdotes y laicos de distintas razas: indios, negros y españoles, formando una sola Iglesia. Y a todos nos dice, como al beato Juan Diego: “Hijo mío, no se turbe tu corazón ni te inquiete cosa alguna ¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?”. Otra cosa curiosa es anotar que, en la pupila o niña del ojo, se encuentra una familia (el papá, la mamá y tres hijos), algo que sólo podría verse en el siglo XX. En este siglo en que la familia ha sido tan amenazada por el divorcio, la infidelidad y el aborto, María ha tenido un mensaje para todos los hombres. La familia está en el centro de su atención. Ella puso fin a la costumbre brutal azteca de los sacrificios humanos y hoy, como ayer, quiere poner fin también a tantos sacrificios humanos que tienen lugar por el aborto. Escuchemos este mensaje de nuestra Madre, Madre de todos, que nos lleva a Cristo (tiene al cuello una cruz) y quiere la unidad y la fidelidad de la familia, y que sea siempre defensora de la vida por nacer. EL CATÓLICO ACEPTA TODA ESTA ENSEÑANZA ANALICEMOS UN POCO LA HISTORIA Tras la derrota de los aztecas en 1521 los religiosos que venían con Cortés, llegando, levantaron muchas capillas y eremitas en diferentes lugares, con el deseo de destruir la idolatría de los naturales del lugar. Estos frailes escogieron para construirlas los lugares donde antes se tributaba mayor culto a sus dioses y de esta forma les cambiaron sus nombres por los santos y vírgenes. Entre algunos historiadores que señalan este hecho están: Torquemada. (1612). Escribió: había en la Nueva España lugares celebres por la devoción y la concurrencia de gente que desde muy lejanas tierras llegaban a adorar a los ídolos que se veneraban en ellos. Los religiosos de nuestro Padre San Francisco, que fueron los primeros que entraron a poder esta viña para el Señor determinaron sustituirles imágenes análogas a su nombre o historia, para que conviniesen mejor con las fiestas y motivos, aunque no en el abuso o intención idolátrica. Y así en Tianguizmanalaco, donde era adorado el dios Telpuchtli, que quiere decir “mancebo” pusieron la imagen de San Juan Bautista; en Cheautempan, cerca de Tlaxcala, donde estaba Toci o abuela, la imagen de Santa Ana (que era la madre de la virgen); y en Tonantzin, junto a México, a la virgen santísima, que es nuestra Señora y Madre: eso quiere decir Tonantzin---donde ahora es Nuestra Señora de Guadalupe. (Memorias Fray Servando Teresa de Mier, Edit. Purrua, pag.64. Fray Bernardino de Shahagún (1500-1590); Escribió el libro “historia general de las cosas de la Nueva España” y otros libros más, , en uno de ellos se lee: “Cerca de los montes hay tres o cuatro lugares donde solían hacer muy solemnes sacrificios y que venían a ellos de muy lejanas tierras. El uno de estos es aquí en México, donde esta un montecillo, que se llama Ipeacac, y los españoles llaman Tepeaquilla, y ahora se llama Nuestra Señora de Guadalupe. En este lugar tenían un templo dedicado a la madre de los dioses, que ellos le llamaban Tonantzin, que quiere decir “Nuestra Madre”, allí hacían muchos sacrificios a honra de esta diosa, y venían a ellos de muy lejanas tierras, de más de veinte leguas de todas estas comarcas de México, y traían muchas ofrendas: Otro historiador dice: en el cerro de Guadalupe donde hoy se célebre el Santuario de la Virgen Santísima de Guadalupe tenían estos un ídolo de una diosa llamada Ylamateuctli ó Casamihauh, o por otro nombre y el más ordinario Tonan, a quien celebran fiesta el mes llamado Tititl 17 de un calendario y 16 de otro, y cuando van a la fiesta de la Virgen Santísima. Dicen que van a la fiesta de Totlazonantzin, y la intención es dirigida en los maliciosos a su diosa y no a la Virgen Santísima. (Serna, Manual de Ministro de Indios, folio 90) Como usted ve, el viejo culto idolátrico indígena, se siguió llevando adelante pero ahora con un barniz cristiano. Si veneran o adoran los católicos a la Guadalupana, siguen adorando a la diosa Tonantzin. EL CREADOR ARTISTICO DEL ENGAÑO Un indígena llamado Marcos Cipac, pinto la imagen. Un texto bíblico que describe una relación muy estrecha entre las antiguas creencias idolátricas de los griegos y romanos del tiempo antiguo hacia la reina del cielo y la virgen guadalupana es el siguiente: Y quien hay de los hombres que no sepa que la ciudad de los Efesios es honrada de la grande diosa Diana, y de la imagen venida de Júpiter? (Hechos 19:23-28 y 35) Esta diosa griega-romana era la más célebre de Asia Menor, la llamada Artemisa. Decían que era una hermosa cazadora virgen, una deidad lunar considerada como protectora de señoritas y de las mujeres en tiempo del parto. Era parecida a Astoret la diosa madre emblema de la fertilidad y dadora de los alimentos. Debido al sincretismo de la época, la Diana de los tiempos de Pablo, era una fusión de varias diosas primitivas. Se creía que su imagen descendía del cielo. Y a semejanza de estos primitivos días, la ignorancia de la Palabra de Dios el sincretismo católico y la ambición de los idolatras hicieron que también surgiera la imagen de la virgen de Guadalupe. ¿Pero quien fue el personaje que la pinto? Por los documentos de la historia vemos que fue: El indígena Marcos Cipac. También llamado Marcos de Aquino. ¿Quién era este hombre? Fray Pedro de Gante había fundado en la capital de Virreinato por 1526 el colegio de San José de los Naturales, entre otras cosas se enseñaba a pintar. Aunque los indios eran hábiles en ese arte. Lo prueban, dice el historiador Clavijero (17311787), los retratos de los reyes de los indios, que todavía alcanzo a ver. Poco después de fundada esa escuela, los indios se dieron a la tarea de pintar imágenes. Torquemeda dice que los discípulos de Fray Pedro de Gante eran buscados para “hacer de cuando en cuando imágenes que mandan a hacer los conventos acerca de los misterios de nuestra redención o figuras de santos en que más devoción tienen” (Memorias, Fray Servando….Pag. 49) El testimonio de Bernal Díaz del Castillos quien escribió “La verdadera historia de la conquista de la Nueva España” Habla con elogio al artista indígena Marcos de Aquino, en su capitulo 91. Este soldado español dice en su obra: que tres indios hay agora en la ciudad de Mejico tan primisimos en su oficio de entalladores y pintores, que se dicen Marcos de Aquino, Joan de la Cruz, y el Crespillo, que si fueran en el tiempo de aquel antiguo o afamado Apeles o de Miguel Ángel o Berrugete, que son de nuestros tiempos también lo pusieran en el número de ellos. (Carta acerca del origen... Icaszbalceta, pag.22) De manera que tiene la Iglesia Católica Mexicana sobre la imagen de la Virgen de Guadalupe es de origen celestial, la cual según se apareció milagrosamente en el ayate tosco de maguey del indio Juan Diego. El origen del nombre de Guadalupe Los conquistadores españoles, aunque crueles, eran devotísimos de la Virgen (como “buenos” católicos) y la traían pintadas en sus banderas. Entre las que portaban estaba la Virgen de Extremadura, España que era una antigua región de la península Ibérica, hacia el centro de su parte occidental y que tenia 1, 200,000 habitantes. Estos soldados a las tierras donde llegaban ponían el nombre de Guadalupe a algunos lugares, en honor y devoción a su virgen. Cuando llegaron a la región del Tepeyac y vieron en la ermita de la Tonantzin la madre de los dioses, aquella imagen la cual había sido pintada por el indio Marcos , éstos creyeron advertir que la imagen de la madre de Dios venerada en el Tepeyac se parecía en algo a la del coro del santuario de Extremadura España, bastando esto para que le dieran el mismo nombre, como ya vimos el indio Marcos habiéndola visto en los estandartes de sus antecesores, la pinto con sus características propias, o sea como una india mexicana y algunos símbolos aztecas. Una prueba más del engaño es afirmar que los indios le hubieran puesto Guadalupe a su Tonantzin, pues según la historia guadalupana la Virgen que se le apareció a Bernardino, el tío de Juan Diego, le dijo que su imagen se, llamaría la Virgen María de Guadalupe. Y esto no puede ser posible, por que según algunos lingüistas, los indígenas no podían pronunciar ese nombre por carecer en el alfabeto mexicano, de la letra “d” y “g”. Pero así son los sacerdotes para introducir engaños. En la narración de la supuesta aparición guadalupana, también se dice que en 1531 se apareció la imagen en el ayate de Juan Diego y que después de algunos días, el obispo Juan de Zumárraga, lo saco de su oratorio y en procesión la llevaron a su nuevo templo. Solo que no hay ningún documento histórico que avale esa historia y tampoco la fecha en que supuestamente surgió esta creencia. EL SILENCIO DE LOS HISTORIADORES SOBRE EL ENGAÑO Fray Bernardino de Sahagún, escritor de varias obras, nunca habló de la guadalupana, fue rector de Tlatelolco desde 1529 y donde murió en 1590 Para comprobar legalmente un asunto en tiempos del legislador hebreo Moisés, se exigía que dos o tres testigos comprobaran el hecho al cual se sometía. Así lo dice la carta a los hebreos: El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos ó tres testigos muere irremisiblemente. (Hebreos 10:28) Y este a sido siempre un principio para probar cualquier asunto; aún un hecho histórico se necesita de dos o tres testigos y documentos y prueba de los que se juzga. Por tal razón, para probar la legitimidad del milagro de la aparición guadalupana en el ayate de Juan Diego, se necesitan pruebas ¿las hay? Veamos. La historia de la Virgen de Guadalupe la escribió un sacerdote llamado Miguel Sánchez en 1648; 117 años después del suceso histórico de la guadalupana ¿Y antes de ese tiempo que testigos hay de ese milagro? Ninguno. Veamos los hechos: Fray Juan Zumárraga. (1468-1548). Este hombre fue el primer obispo de México, nombrado por Carlos V en 1527. Se dice que a este obispo se le atribuye el papel principal del suceso, y quien se supone llevó la imagen a la iglesia del Tepeyac. Pero en todos sus escritos, no hay la más ligera alusión al hecho o a los ermitas; ni siquiera se encuentra una sola vez el nombre de Guadalupe. El escritor Joaquín García Icazbalceta escribió una biografía de Juan de Zumárraga de 4 Tomos y dice que: Si el Señor Zumárraga hubiera sido testigo favorecido de tan grande prodigio, no se hubiera contentado con escribirlo en un solo papel, si no que lo hubiera proclamado por todas partes, y especialmente en España donde viajo el año siguiente en 1532. Volvió de ese país a México en 1534; el milagro fue según en 1531 y el habría promovido el culto con todas sus fuerzas. Pero no fue así, lejos de creer en ese cuento, Zumárraga escribió lo siguiente: ya no quiere el redentor del mundo que se hagan milagros, por que no son menester, pues esta nuestra santa fe fundada por tantos millares de milagros, como tenemos en el Nuevo Testamento y Viejo. (Carta de Icazgalceta, pág.10). esto lo decía quien supuestamente había visto el milagro de la Guadalupana. Así que el principal testigo es descartado, pues no había nada de la guadalupana. El Arzobispo Motufar. Fue el que quedo en lugar de juan de Zumárraga y este obispo tampoco habla nada de la Guadalupana, a excepción de aquella defensa que tuvo cuando el sermón del fraile francisco de Bustamante le acusó de promover la idolatría de la Guadalupana. Fray Bartolome de las Casas. (1471-1566). Estuvo en México en (1538, y en 1546) indudablemente conoció a Juan de Zumárraga y en ninguno de sus escritos habla del milagro de la Guadalupana. Si hubiera existido este mito seguro lo hubiera aprovechado pues este hombre gasto toda su vida en protección de los indios ante los españoles. Y hay otros mas escritos que pudiera mencionar pero con estos son suficientes para probar que la Virgen de Guadalupe no se apareció si no que fue una invención por el hombre. HISTORIA GUADALUPANA BIBLIA La Virgen llamó a Juan Diego de en Dios llamó a Moisés de en medio de la medio del arco iris. Y le dijo: “Juanito, zarza ardiendo diciendo: “Moises, Juan Dieguito”. Moises”. La Virgen le dijo a Juan: “Yo soy la Dios le dijo a Moisés: “Yo soy el Dios de siempre virgen santa María Madre del tu padre, Dios de Abraham, Dios de Verdadero Dios”. Isaac”. La Virgen le dijo a Juan Diego: “Ve al Dios le dijo a Moisés: “Ven por tanto palacio del obispo de México y le dirás ahora, y enviarte a Faraón, para que como yo te envío, y me edifiquen un saques a mi pueblo de Egipto”. templo” Juan Diego la explica a la Virgen lo siguiente, pidiéndole que mande a otro: “Te ruego encarecidamente, envíes este mensaje a uno de tus principales para que lo crean. Por que yo soy un hombrecillo, soy un cordel, soy cola, soy gente menuda”. Moisés le explica también sus razones por no querer ir a dar su mensaje: “¿Quién so yo para que vaya a Faraón? ¡Ay Señor! yo no soy hombre de palabra de ayer ni de anteayer, soy torpe de lengua”. La Virgen le dijo a Juan Diego: “Una Dios le dio a Moisés también una señal señal para que el obispo le creyera que para que le creyeran que El lo enviaba y era ella quien lo enviaba y fueron las era: la vara. rosas”. Juan Diego tiene como compañero en Moisés tiene como compañero a Aarón esta historia a Juan Bernardino, que es en éste trabajo el cual era su hermano. su tío. La Virgen, finalmente revela el nombre Dios, e n este pasaje revela el nombre con que ha de ser llamada “Santa María con que será conocido: JEHOVÁ (Yo de Guadalupe”. Soy el que Soy) ¡Que claro está. De donde tomó D. Valeriano sus diálogos para su autosacramental guadalupano! ¡Que triste es ver que no tuvo temor el sacerdote Miguel Sánchez de copiar esta historia presentándola como verdadera y que ha llevado al infierno a mucha gente! Dios le bendiga. www.vrg.us/Israel