¿CÓMO SOBREVIVIR A LA COP 21? Notas sobre el fracaso de la Convención del Clima y los retos para el movimiento climático más allá de las negociaciones. Martin Vilela. Una vez más, por vigésima primera vez consecutiva los ojos del mundo volverán a poner su atención en las negociaciones del clima, a realizarse a fin de año en Francia, espectantes de los resultados de un proceso de negociación, que en teoría, debería “impedir la interferencia «peligrosa» del ser humano en el sistema climático”1. Sin embargo, lamentablemente los hechos superan las intenciones y, ante la ausencia de una verdadera voluntad política de todos los gobiernos, los últimos años de negociación han ido progresivamente dando pasos hacia atrás para lograr su objetivo, principalmente por; ● Los intereses corporativos de acumulación de capital protegidos por los estados. ● Ningún estado está dispuesto a afrontar con seriedad una transformación de su economía y su paradigma de desarrollo vinculado al crecimiento económico (incluso tomando en cuenta criterios de equidad y el reconocimiento de la deuda histórica) ● No existe un régimen de normas claras sujetas a la ciencia y al principio de equidad para establecer compromisos de reducción de GEIs2 ● No existen compromisos para la transferencia de financiamiento, tecnología y desarrollo de capacidades. ● Ha existido un debilitamiento constante del lenguaje de los principios de la convención3, (Con excepción al principio de la promoción de un sistema para el crecimiento económico); ● Se ha consolidado e impulsado mecanismos de mercado que promueven la mercantilización del desastre y que en la práctica han mostrado que no son una solución al problema, sino más bien un aliciente del mismo. ● No existe un mecanismo claro para el cumplimiento, monitoreo, revisión o verificación de compromisos. ● La participación de la sociedad civil es solo nominal y no tiene peso sobre las negociaciones. En resumen, cada vez existe una mayor flexibilidad para que los estados no asuman acciones reales para proteger la “Madre Tierra” sus poblaciones y el futuro. Una muestra 1 El Objetivo último de la CMNUCC es: “lograr la estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel que impida interferencias antropógenas peligrosas en el sistema climático…” En este sentido ha definido como acuerdo político que el límite de incremento de temperatura no debería superar los 2oC como promedio global, sin embargo ésta cifra no tiene asidero científico claro y puede acercar al planeta peligrosamente a un escenario de irreversibilidad del fenómeno del cambio climático. En este sentido varias organizaciones de la sociedad civil global exigen que el incremento no supere los 1.5oC. 2 Gases de Efecto Invernadero. 3 Principios de la convención: Responsabilidades comunes pero diferenciadas, Equidad en el desarrollo, Principio Precautorio, Desarrollo sostenible y crecimiento económico. clara de éste demencial fracaso nos muestra el proceso de los INDCs4 en el que cada País debe presentar cuáles serán sus contribuciones de Mitigación para “evitar un incremento de la temperatura mayor a los 2oC”. Sin embargo estos “Compromisos” están sujetos a un dibujo libre a conveniencia de cada estado. Es así que cada país puede definir tipo de acciones, metodología de media, forma de monitoreo, límites de emisiones, sin tener que estar sujeto a las necesidades determinadas por la ciencia. Hasta finales de julio del 2015 solo 21 países han presentado sus INDCS, sin embargo entre éstos están los mayores emisores e históricamente responsables de la concentración de GEIs en la atmósfera, y ya vários análisis muestran que apenas de seguir éste camino la suma total de “compromisos” está lejos lograr la meta de estabilizar la temperatura5. En resumen, los estados y el sistema de “gobernanza” global de cambio climático está, en los hechos, condenando a la Tierra a un escenario de inhabitabilidad donde los más vulnerables son los más pobres e históricamente marginados. Bolivia y el reino de la demagogia. Si bien los países desarrollados principalmente responsables de las emisiones de GEIs deben hacer mayores esfuerzos para resolver el problema, países en desarrollo como Bolivia, deben empezar comenzar inevitablemente una transformación radical con “justicia” que no sólo permita hacer un cambio radical de su modelo económico, energético y productivo”, sino que además, solucione las enormes desigualdades a las que históricamente ha estado sometida su población. Sin embargo a pesar de los efusivos discursos anticapitalistas ­ ambientalistas e incluso de la aprobación de leyes de la “Madre Tierra”, El gobierno Boliviano está impulsando agresivamente un capitalismo salvaje basado en el extractivismo que no solamente está contribuyendo cada vez más a las emisiones de GEIs, si no que los impactos de estas actividades están afectado en doble medida a la población y así aumentando su vulnerabilidad. Muestras claras de estas políticas se pueden ver en: el Índice de Inversión Extranjera (IED)6 , Las políticas agropecuarias de expansión de la frontera agrícola para la producción de monocultivos transgénicos, la construcción de Mega­represas, la incursión en la energía Nuclear, la nueva Ley de Minería7, o el recientemente aprobado Decreto Supremo 23668 que permite la exploración y explotación de hidrocarburos en las Áreas Protegidas. Solo para nombrar algunos de los ya innumerables ejemplos que muestran con claridad las 4 INDC: Intended Nationally Determined Commitments, por su denominación en inglés, o Compromisos Determinados Nacionalmente 5 http://cait.wri.org/indc/ http://energiasur.com/wp­content/uploads/2015/01/HontyINDCsObservatorioDesarrollo2015.pdf http://www.theguardian.com/environment/2015/may/04/current­carbon­pledges­wont­stop­dangerous­glo bal­warming­says­lord­stern 6 http://www.economiayfinanzas.gob.bo/index.php?opcion=com_prensa&ver=prensa&id=3428&categoria =5&seccion=306 7 http://www.senarecom.gob.bo/normativas/ley_minera_2014.pdf 8 http://www.cedib.org/wp­content/uploads/2015/05/DECRETO­SUPREMO­N%C2%BA­2366.pdf limitaciones de las “voluntades y los discursos” de los estados, que justificados en el “derecho al desarrollo”, consolidan el modelo que mandará al basurero al planeta y su gente. Sin embargo nos brindan importantes lecciones para el movimiento climático nacional y global. Sobreviviendo a la COP21 La COP21 representa una irremplazable oportunidad para lograr una articulación de los movimientos y actores de la sociedad civil para pensar en cómo dar continuidad a las luchas locales y globales más allá de las COPs y más allá de diciembre. Entonces si ni las negociaciones ni los estados nos salvarán del problema ¿Qué hacer como actores de la sociedad civil y movimientos sociales para fortalecer y continuar la lucha contra el sistema? Uno de los problemas más complejos será que tanto la secretaría como la presidencia de la CMNUCC, y todos los estados, a pesar de su desastroso resultado y la postergación acciones, justificarán y promocionarán mediante una colosal campaña mediática el “éxito de las conversaciones climáticas”, o que “a pesar de las dificultades, se ha salvado el proceso multilateral”, o que “ se ha dado importantes pasos hacia un acuerdo global”, o desde los países en desarrollo que “se ha defendido un lenguaje que reconoce el PRCD” o que “ se ha incorporado en los textos propuestas y lenguaje de la Madre Tierra”. Estos mensajes confunden a la población que debe indignarse, articularse y movilizarse para exigir y lograr cambios estructurales. Este escenario plantea desde mi punto de vista 2 retos y tareas importantes: 1. Lograr una narrativa que permita desenmascarar la farsa de las negociaciones y los estados que a su vez permita que los movimientos se movilicen bajo demandas claras de cambio sistémico apuntando a los responsables y las causas estructurales del Cambio Climático. 2. Establecer una discusión estratégica más allá de las negociaciones, que permita articular mejor a los distintos movimientos, sus vínculos y fortalezca las luchas y resistencias locales y su enlace global. incluso afrontando un supuesto futuro escenario de colapso climático global. Estamos viviendo un momento excepcional, una oportunidad histórica irremplazable que no podemos dejar pasar. No debemos cometer la irresponsabilidad de ser cómplices y dejar a nuestras futuras generaciones un planeta en desolación.