PÁGINA 4 | AHORA ERES... MARGINAL AHORA ERES... MARGINAL S upongo que el arte marginal tiene que ver con la decisión de ciertos seres humanos de volver a sus propios orígenes, a la faceta más natural que tiene el hombre de ser, que es CREAR. A lo largo de la historia, el hombre ha sido capaz de hacer, y hacer con sus propias manos, ya fuera para cobijarse en algún sitio, para alimentarse, o para disfrutar de la contemplación de algo. Sin embargo, esto lo hemos ido perdiendo; perdemos día tras día nuestras cualidades más básicas y preciadas y nos vamos desnaturalizando. Ahora etiquetamos, colocamos, y convertimos todo en algo artificial. Somos animales que han perdido su norte. Animales que han creado su propio cepo: una sociedad que nos oprime y que no nos deja actuar de acuerdo a no importa qué pretextos, atendiendo a un criterio propio. Así, cuando algo no está etiquetado y envasado, cuando sale de la manada domesticada que somos, se lo intenta incluir en algún orden, se intenta buscar una etiqueta nueva para que haya un control, como en cualquier fábrica que se precie: y ahora eres… ¡marginal! El caso es que los seres marginales, curiosamente y, por lo general, son muy creativos. Da igual cuál sea el objetivo de ese ser creador: manifestarse en desacuerdo con algo, realizar sus sueños más ansiados, utilizar la vía de la producción de objetos o ideas para saciar un yo o, simplemente, distraerse; el caso es que no responde a caminos ya estipulados, y el creador vuelve a sentirse útil. Lo más importante, y ya lo andaba diciendo Beuyce, es que TODOS SOMOS CREADORES; la vida es creación. Todos somos marginales y no somos conscientes de ello, porque... ¿acaso alguien es exactamente igual a alguien? Hoy día, viéndose inmersos en esta maraña social, muchos seres marginales han decidido que sus esfuerzos creativos han de ir dirigidos a gritar, a protestar, a no callar ante ese gran monstruo creado por nosotros mismos. ¿Es que nadie es consciente de que, como un buen escultor haría con una pieza que no le convence del todo, algo que nosotros mismos hemos inventado podemos desinventarlo o remodelarlo? Claro que esta es la vertiente más incendiaria de los seres creativos, porque muchos artistas marginales crean, pero por gusto propio, algo perfectamente aceptable y necesario también. Lo que Un creador en plena faena en su lugar de trabajo. no saben es que, inocentemente, colaboran con el mismo movimiento, con ese liberarse de lo que está establecido y abrir brechas en los muros de esta prisión invisible creada por nosotros mismos, que es nuestra sociedad. Así que, ya sea redecorando tu ciudad (¿quién ha dicho que un gris ayuntamiento sea más válido y lícito que una pintada?), imaginando mundos nuevos, creando espacios a tu gusto, participando en el activismo urbano o rural de cualquier tipo, realizando objetos... ¡unámonos a la marginalidad y adoptemos nuestra propia actitud creadora y observadora para sentir, sobre todo y lo más importante, que… ¡aún estamos vivos! En este sentido, son ilustrativas unas frases de nuestros amigos los terroristas artísticos que, probablemente, están haciendo más por el bienestar mental de mucha gente que el valium: “Porque nuestra revolución nace del orígen, es inherente al ser humano, nuestra revolución es el arte que es la vida”. Julia Díaz Redondo