BASES TEÓRICAS Las bases teóricas son importantes dentro de esta investigación, porque permiten sustentarla a través de las distintas teorías generales que ayudan a la comprensión del tema a investigar. En relación con las bases teóricas, Arias (2006: 39), señala que “comprenden un conjunto de conceptos y propósitos que constituyen un punto de vista o enfoque determinado, dirigido a explicar el fenómeno o problema plateado”. Para el desarrollo de los fundamentos teóricos de esta investigación, se estableció la correspondencia entre aspectos relevantes asociados con las variables de estudio: estrategias gerenciales y motivación al logro, con el objeto de construir un sustento teórico indispensable para una mejor comprensión y entendimiento de los mismos. Estrategias gerenciales Según David, (2006: 127), son “la formulación, ejecución y evaluación de acciones que permitirán a la empresas lograr sus objetivos”, de esta manera la empresa es proactiva en vez de reactiva. Las estrategias gerenciales según el autor mencionado se basan en: criterios y análisis objetivos de acuerdo a la información que se tiene, las experiencias pasadas nos son seguras para la toma de decisiones, la intuición sin experiencia y conocimiento es perversa para la toma de decisiones, lo mismo que los sentimientos narcisistas, se requiere de un conocimiento permanente de los cambios sociales, culturales del entorno externo de la empresa, tener la más amplia investigación e información, contar con el más sólido compromiso, disciplina además voluntad de los distintos equipos de trabajo (lo que compromete el saber trabajar en equipo). Así mismo, Strickland (2006: 73), afirma que la estrategia de una empresa se puede definir de la siguiente manera: “es el plan de acción que tiene la administración para posicionar a la compañía en la arena de su mercado, competir con éxito, satisfacer a los clientes y lograr un buen desempeño del negocio”. Tomando en cuenta esta definición, la estrategia representa una gama de acciones competitivas y una nueva misión organizacional que deben implantar los directivos, tendente a la administración exitosa de la compañía. Sin lugar a dudas que este nuevo enfoque estratégico requiere de un proceso profundo de adopción de decisiones, por cuanto se debe seleccionar el destino por medio de un rumbo seguro. Esta decisión no es fácil debido a que identificar más aún seleccionar un curso estratégico entre todas las opciones presentes es muy complejo justificar que, entre todas las trayectorias y acciones que se pudieron haber elegido, se decidió seguir la dirección escogida asimismo confiar que es el mejor camino para posicionar a la compañía, no es nada fácil. En consecuencia la selección e implantación de un proceso de estrategias gerenciales conlleva a decisiones gerenciales entre muchísimas opciones e indica el compromiso empresarial con sectores del mercado muy determinados, rumbos competitivos y estilo de actuación. Es por ello que las estrategias gerenciales, son consideradas un proceso situacional, donde convergen una serie de acciones que ocurren en el tiempo, con una intención estratégica, para incorporar a las personas de tal manera, que se sientan comprometidos con la misión y los objetivos institucionales. Acciones directivas A medida que las organizaciones planean su futuro, los gerentes de las organizaciones deben preocuparse de mezclar las acciones directivas con las estrategias gerenciales de la empresa. Las funciones de los empleados son esenciales para la productividad y la innovación. A través de las estrategias gerenciales, las organizaciones establecen objetivos importantes y desarrollan planes genéricos para alcanzar tales objetivos. Esto supone tomar decisiones primarias de asignación de recursos, incluyendo los que pertenecen a la estructura, a los procesos fundamentales y a las interrelaciones entre los talentos humanos. Dentro de este marco las acciones directivas constituye la función administrativa, que sigue a la planeación y a la organización. Definida por David (2006), “cuando está presente dentro de una organización la planeación y la organización, falta hacer que las cosas marchen y acontezcan”. Este es el papel de las acciones directivas; accionar además dinamizar la organización. Las acciones directivas están relacionadas con la acción, como puesta en marcha, también tiene mucho que ver con las personas pues están directamente relacionadas con la actuación del talento humano de la empresa. Por consiguiente, la alta dirección de la organización a través de la estrategia gerencial, elige no solo la organización interna, sino que también escoge su entorno a través de la fijación de maneras de competir en los negocios en que está presente la empresa. De allí que el proceso de las acciones directivas abarcan desde la creación de las estrategias hasta su implementación consecuente. En este proceso aunque existe un orden es necesario que se lleve a cabo una retroalimentación de información constante a lo largo del mismo, debido a la interacción que existe entre los distintos elementos incluidos en las fases. El éxito de este proceso depende en primer lugar del factor humano, en segundo lugar de los sistemas que tenga la organización para su adecuada conducción. El factor humano siempre ha sido esencial dentro de la misma, sin embargo su consideración y estudio no se ha llevado a cabo siempre desde un mismo punto de vista; se ha considerado como un factor productivo más. Dirigir para Druker (2006), “significa interpretar los planes para los demás y dar las instrucciones sobre cómo ejecutarlos en función de los objetivos a alcanzar”. Las acciones directivas puede darse en los siguientes niveles: la dirección a nivel global: es la dirección que abarca a la empresa como una totalidad; es la dirección propiamente dicha, que concierne al presidente de la empresa así como a cada director en su respectiva área; corresponde al nivel estratégico de la empresa. La dirección a nivel de departamento: es la dirección que abarca cada departamento o unidad de la empresa; es la llamada gerencia. Cobija al personal del medio campo; es decir, el plano intermedio en el organigrama. Corresponde al nivel táctico de la empresa. En este orden las acciones directivas implican, mandar, influir también motivar a los trabajadores para que realicen tareas esenciales. Las relaciones así como el tiempo son fundamentales para las actividades de la dirección. De hecho, la dirección llega al fondo de las relaciones de los gerentes con cada una de las personas que trabajan con ellos. Los gerentes dirigen tratando de convencer a los demás de que se les unan para lograr el futuro que surge de los pasos de la planificación y la organización. Formulación de la estrategia El análisis y la elección de la estrategia implica, en gran medida, tomar decisiones subjetivas con base en información objetiva. Los estrategas gerenciales, nunca consideran todas las alternativas viables que podrían beneficiar a la empresa porque existe una gran cantidad infinita de acciones posibles y una cantidad infinita de caminos para ponerlas en práctica. Por consiguiente, se debe desarrollar una serie manejable con las estrategias alternativas más atractivas. Se deben determinar ventajas, desventajas, intercambios, costos y beneficios de estas estrategias. Al tomar en cuenta estas consideraciones, la formulación de estrategias gerenciales según David (2006): incluye la identificación de las debilidades y fortalezas internas de una organización, la determinación de las amenazas y oportunidades externas de una institución, establecimiento de misiones, fijación de los objetivos, desarrollo de las estrategias alternativas, análisis de dichas alternativas y la decisión de cuáles escoger. Para la formulación de las estrategias se requiere investigar las debilidades y fortalezas internas en áreas claves como la gerencia, el mercadeo, las finanzas y la producción. Indagar las oportunidades y amenazas externas por medio de literatura de todo tipo, como también con información obtenida de proveedores, distribuidores, clientes, acreedores, competidores, accionistas y propietarios. Ante esta situación Amaro (2007), señala que “la estrategia gerencial elegida deberá satisfacer en lo posible uno o varios criterios que se juzguen importantes en la situación en que se encuentra la empresa”. Los criterios a los que se hace referencia el autor son: la coherencia con los objetivos: este criterio es ciertamente el más importante en el proceso de formulación. En este sentido se debe evaluar cuáles son las estrategias que mejor permiten alcanzar los objetivos fijados. Un segundo criterio es el costo financiero de la aplicación igualmente decisivo en la formulación de una estrategia. La evaluación de este costo no se puede hacer sobre una base muy precisa, puesto que algunos elementos serán difíciles (hasta imposibles) de cuantificar. Lo que importa es obtener un orden de magnitud del nivel de presupuesto que hay que destinar para aplicar las estrategias elegidas. Otro criterio importante es el plazo de aplicación: este criterio delimita de hecho el grado de factibilidad real de las estrategias identificadas como posibles. En efecto, aún cuando se haya procurado no seleccionar más que las opciones estratégicas que se puede, llegar al caso, aplicar, algunas lo serán más difícilmente, esto por múltiples razones: resistencia al cambio, infraestructura de la dirección inadecuada, comunicación. Según este autor al responsable de la función es a quien compete determinar cuáles estrategias va a seleccionar y la forma de utilizarlas para la elección. A partir de ese momento, se está en condiciones para la implementación asimismo para el control de las estrategias gerenciales elegidas. Ejecución de estrategias La ejecución de estrategias; es la etapa de acción significa la movilización tanto de empleados como de gerentes, para llevar a cabo las estrategias ya formuladas. Es el paso más difícil en el proceso de la dirección o gerencia, debido al hecho de que requiere disciplina personal, sacrificio así como de concentración. Es posible que la ejecución de las estrategias gerenciales gire alrededor de la capacidad gerencial para motivar a los empleados, ya que la motivación con frecuencia se considera más un arte que una ciencia. Es la acción propiamente dicha del modelo de las estrategias gerenciales, es por ello que ejecutar las estrategias requiere de tres momentos. Fijar metas en áreas como la gerencia, el mercadeo, las finanzas, y la producción; establecer políticas que procuren alcanzar las metas fijadas en las áreas seleccionadas; ejecutar de acuerdo a los recursos humanos, técnicos y financieros, según prioridades establecidas y metas trazadas David (2006). Según este autor, la ejecución de estrategias requiere que la organización establezca metas, diseñe políticas, motive a sus empleados y asigne recursos de tal manera que las estrategias formuladas puedan ser llevadas a cabo en forma exitosa. La ejecución de la estrategia de acuerdo con el planteamiento de Strickland (2006), “es más importante que la estrategia en sí”. Se puede tener la estrategia perfecta, pero si no se tiene la habilidad para ejecutarla, no importa lo buena que sea, fracasará. Pero esto tampoco quiere decir que no se necesite una estrategia. Claramente, la mala ejecución da lugar a múltiples fracasos, de modo que los fracasos destruyen la esperanza en una organización. La ejecución, sin embargo, es algo que no es considerada como una disciplina atractiva. La estrategia es lo que atrae a la mayoría de las personas: las grandes ideas y las visiones inspiradoras, pero el trabajo del detalle, el dedicarse a diseñar analíticamente los pasos de una implementación requiere un enorme esfuerzo emocional, intelectual y creativo. La moda en el manejo gerencial está en hablar de estrategias gerenciales, no de ejecuciones. Sin embargo, es en la etapa de ejecución donde está la mayoría de los problemas. La ejecución se está convirtiendo en la disciplina más importante en el mundo organizacional. La excelencia nace de ejecutar brillantemente. Evaluación de la estrategia La evaluación de estrategias gerenciales comprueba los resultados de la ejecución asimismo de la formulación. Los estrategas deben comparar el proceso real con el proceso anteriormente planificado de la empresa, con respecto al logro de las metas así como de los objetivos previamente establecidos. Los expertos en planificación y estrategias gerenciales coinciden que este exitoso proceso está representado por cinco actividades gerenciales indispensables, según David (2006): “formular una visión estratégica de lo que será la estructura de la organización y hacia donde debe dirigirse”; con la finalidad de identificar los mejores escenarios también proporcionar un camino a largo plazo, identificar en qué clase de empresa quiere transformarse incluso estimular internamente una visión compartida, con el objetivo de reafirmar el verdadero propósito estratégico. Tratando de ayudar a la formulación de esta visión estratégica, los directivos deben responde la siguiente inquietud: ¿cuál es la visión para la organización, hacia dónde se debe dirigir, qué clase de empresa se está tratando de desarrollar así como cuál debe ser su futura arquitectura de negocio? La respuesta a esta interrogante debe reafirmar que una visión estratégica es un mapa de caminos hacia el futuro de la empresa, del destino que lleva, de la posición que pretende ocupar igualmente de las competencias que desea desplegar. Establecimiento de objetivos, esto significa, la conversión de la visión estratégica con resultados muy claros de la práctica que quiere conseguir la organización. Es decir convertir los fundamentos gerenciales de la visión estratégica junto con la misión de la empresa en indicadores de desempeño (score card), instrumentos que puedan ser utilizados para medir el progreso de la empresa, “es decir que los objetivos son criterios para dar seguimiento al ejercicio y al progreso de una organización” (David 2006). Crear una estrategia, para garantizar la consecución de los resultados deseados, es la respuesta de la gerencia a los componentes tan fundamentales como debe estar concentrada en una o varias unidades estratégicas de negocio. Son las acciones y enfoque de negocios que emplea la gerencia para garantizar un desempeño organizacional satisfactorio. Sin lugar a dudas que la formulación e implantación de una estrategia exitosa debe ser una responsabilidad gerencial prioritaria en toda empresa. Implantar asimismo ejecutar la estrategia seleccionada de una manera tanto efectiva como eficiente, esta actividad requiere de una valorización de los recursos tanto materiales como humanos para que la estrategia produzca los resultados esperados para así garantizar el momento oportuno al estilo de actuación seleccionado; sin lugar a dudas que esta actividad requiere de una competencia gerencial para innovar lo necesario para la implantación de la estrategia, ejecutarla en forma eficiente de manera que garantice los resultados esperados. Estrategias de crecimiento profesional La idea de un crecimiento profesional, ha sido ya rescatada por muchas organizaciones, con la finalidad de mejorar el proceso gerencial, en consecuencia mejorar la calidad académica de los integrantes de una sociedad vulnerable a cambios. En este orden de ideas, el crecimiento profesional, cuando se realiza de manera sistemática incluso de forma racional eleva profesionalmente la eficiencia de la persona asimismo de la administración producto del conocimiento, habilidades y actitudes reforzadas, lo cual hace situacional el ejercicio del profesional. Así mismo Siliceo & Casares (2005), señalan que “las organizaciones que se preocupan por fomentar y utilizar su capital intelectual lo hacen para satisfacer las necesidades del cliente y de esa manera mantenerse en el mercado, ser más competitivos, crecer y desarrollarse estratégica e integralmente”. Para estos autores, las estrategias de crecimiento profesional es una respuesta que se ha generado para resolver en forma eficiente una necesidad organizacional. Evaluación de las necesidades de capacitación Al hacer énfasis en las necesidades de capacitación en el personal dentro de una organización, Amaro (2007), expresa que “en todas las organizaciones existen necesidades de capacitación”. El por qué de esta aseveración es muy sencillo: siempre hay alguien que no hace algo porque no sabe cómo hacerlo. Partiendo de este punto podría considerarse muy simple la tarea de detectar cuáles son las necesidades de capacitación, pero la compleja realidad de las personas insertas en un ámbito organizacional, hace que este proceso requiera un análisis de gran profundidad. Para este autor, el comienzo del análisis sobre las necesidades de capacitación, debe orientarse, no solo por la descripción de cuáles son las necesidades existentes, que puedan brindar quienes solicitan la evaluación, sino que es necesario un meticuloso a su vez un pormenorizado trabajo de campo con quienes están involucrados en el proceso. Este análisis mostrará a quienes presentan necesidades de capacitación por falta de conocimientos, habilidades o actitudes para determinada labor. Pero también surgirán, quienes, estando en condiciones de hacerlo (contando con los conocimientos, habilidades y actitudes) no lo hacen. Esta será la primera gran división del diagnostico, donde se deberá dejar sentadas qué problemas aparecieron cuya solución no depende de la implementación de programas de capacitación y sí, deberán ser motivo de estudio del análisis organizacional. Igualmente para este autor es tan importante, analizar cómo definir la cultura de la organización que solicita el proceso junto con su comportamiento tanto histórico como actual, en relación a hábitos vinculados a la capacitación. También los jefes, gerentes o directivos de los involucrados tienen que comprender ese “algo” que la organización necesita pero no se puede llevar a cabo, tiene un por qué relacionado con la falta de alguna actitud para realizarlos: Ellos deberán comunicar con claridad qué necesita la organización de la personas involucradas, motivar para solucionar esa situación por medio del aprendizaje asimismo estimular, durante el proceso de implementación de lo aprendido. De la misma manera, es fundamental que la propia persona perciba la necesidad de modificar o incorporar conocimientos, habilidades o actitudes que permitan llevar a la práctica lo que la organización le requiere pero no puede hacer por desconocimiento. Proyecto de vida profesional La planificación del proyecto de vida profesional comienza mucho antes de terminar los estudios, sin embargo muchas veces los profesionales se centran en la tares de planificar el proyecto profesional una vez finalizado el itinerario académico para posteriormente tomar la decisión de iniciar la búsqueda de empleo. El proyecto profesional es una construcción activa, no lineal, que implica cuestionarse constantemente la propia identidad personal junto con la profesional en interacción con el medio. En este proyecto se considera las dimensiones cognitivas, afectivas y relacional de la persona. El proyecto de vida profesional se define según Benedito (2007), de manera más precisa, “como un subsistema psicológico principal de la persona en sus dimensiones esenciales de la vida profesional”; es un modelo ideal sobre lo que el individuo espera o quiere ser y hacer, que toma forma concreta en la disposición real de sus posibilidades tanto internas como externas de lograrlo, definiendo su relación hacia el mundo así como consigo mismo, su razón de ser como individuo profesional en un contexto o tipo de sociedad determinada. El desarrollo profesional creador, desde su propia elaboración, puede entenderse como la dirección que asume el proyecto de vida en la actividad profesional, a partir de la conformación de una dimensión general de la vida profesional, que expresa el marco referencial más amplio de ubicación de la profesión en el contexto social y personal de los proyectos de vida. A su vez, el desempeño profesional en la actividad específica; constituye la otra dimensión importante de expresión del proyecto de vida profesional, referida a las modalidades concretas en que se desenvuelve la actividad profesional del individuo en un medio determinado, con un conjunto de condiciones incluso de limitaciones dadas que están referidas al campo de la actividad científica. Por su parte, Grados (2006), expone que “los dos elementos básicos de los cuales consta un proyecto profesional son: Perfil Profesional y Reelección consciente de la profesión escogida”. Las profesiones, en su estructura, se dividen en tres fases que son determinantes para el buen desarrollo de un proyecto profesional estas fases son; la fase operativa; es la fase que toma las actividades que desempeñan habitualmente, el ejercicio profesional. Esta etapa es la más promovida tanto por las universidades como por la sociedad. La fase científica; que es la parte intelectual de una carrera. La fase humana, se basa en una serie de valores personales de la profesión que son: estudiosidad, consagración, ética, generosidad, entrega, disciplina afectiva, vocación, espíritu de servicio, satisfacción permanente, amor al oficio desempeñado en beneficio de la humanidad. Para poder realizar un verdadero proyecto profesional, es de vital importancia enfatizar en la fase humana así como científica, que sin ellas, se estaría definiendo al profesional como un trabajador de oficio, que realiza adecuadamente unas funciones en el mundo laboral. Motivación al logro Para Grados (2006), “la motivación por logro es un impulso por vencer desafíos, avanzar y crecer”. Su relación con el desempeño individual, la satisfacción, la productividad organizacional, la ha convertido en tópico esencial del Comportamiento Organizacional. Los aspectos internos de la organización conducirán a despertar diferentes clases de motivación pero en términos más prácticos el clima organizacional depende del estilo gerencial utilizado además de las políticas organizacionales. Es por esto que, para que la organización produzca los resultados esperados, se debe desempeñar funciones activadoras asimismo emplear los incentivos adecuados, de real interés de los subordinados; poniendo en práctica lo que para este autor son elementos motivadores y factores determinantes de la misma, así como algunos de los indicadores presentes en el ámbito laboral como lo son reconocimiento, evaluación del rendimiento, promoción o ascenso, reto al trabajo, sistema de recompensa justa por ultimo remuneración. La motivación al logro, según Bonache & Cabrera (2006), “representa la orientación motivacional que asumen las personas hacia la consecución del éxito o la evitación del fracaso en lo que realizan”, la misma está determinada por el comportamiento de estas dos tendencias pues resulta decisiva en la elección de la ruta psicológica que se sigue para lograr los objetivos propuestos. La motivación de logro surge de la existencia de una necesidad ó varias necesidades que los seres humanos manifiestan a lo largo de su vida de esta manera lo llevan a buscar el logro en cada una de las metas que se proponen alcanzar para la satisfacción de dichas necesidades; comprende la orientación de la persona hacia el esfuerzo, buscando tener éxito en una tarea determinada, persistiendo a pesar de los fracasos pero sintiendo orgullo por las ejecuciones realizadas. Elementos motivadores Los elementos motivadores están constituidos por todos los factores capaces de provocar, mantener y dirigir la conducta hacia un objetivo. Hoy en día un elemento importante en la administración de personal por lo que se requiere conocerlo, pero más que ello, dominarlo, sólo así la empresa estará en condiciones de formar una cultura organizacional sólida y confiable. En relación los elementos motivadores según Papalia (2004), afirma que “también son considerados como el impulso que conduce a una persona a elegir y realizar una acción entre aquellas alternativas que se presentan en una determinada situación”. En efecto, los elementos motivadores están relacionados con el impulso, porque éste provee eficacia al esfuerzo colectivo orientado a conseguir los objetivos de la organización, por ejemplo, también empuja al individuo a la búsqueda continua de mejores situaciones a fin de realizarse no solo profesional si no personalmente, integrándolo así en la comunidad donde su acción cobra significado. Los elementos motivadores, se asocian muchas veces a las necesidades con los deseos, sin embargo, existen diferencias sustanciales. La necesidad se convierte en motivo cuando alcanza un nivel adecuados de intensidad. Dentro de este marco, los elementos motivadores tomando en cuenta las opiniones de Werther & Davis (2007): son factores que deben interesar a todo el gerente que deberá estar consciente de la necesidad de establecer sistemas de acuerdo a la realidad de su organización y, al hacer esto, deberá tomar en cuenta que la motivación es un factor determinante en el establecimiento de dichos elementos. Las empresas generalmente están empeñadas en producir más a su vez mejor en un mundo no solo competitivo sino globalizado, la alta gerencia de las organizaciones tiene que recurrir a todos los medios disponibles para cumplir sus objetivos. Estos medios están referidos a: planteamiento estratégico, aumento de capital, tecnología de punta, logística apropiada, políticas de personal, adecuados usos de los recursos. Obviamente, las estrategias sobre dirección incluso de desarrollo del personal se constituyen como el factor más importante que permitirá coadyuvar al logro de los objetivos empresariales asimismo al desarrollo personal de los trabajadores. En dicho contexto, los elementos motivadores según este autor, se constituye en un medio importante para apuntalar el desarrollo personal de los trabajadores y, por ende, mejorar la productividad de la organización. Evaluación del rendimiento Según Grados (2006), “es un proceso destinado a determinar la forma en que los empleados están desempeñando su trabajo, para poder establecer planes y mejorar sus acciones de manera justa con su salario”. La información obtenida por esta evaluación es utilizada para: comunicar a la gerencia los resultados tanto esperados como los obtenidos, valorar objetivamente los resultados obtenidos individualmente igualmente en grupo, pagar en consecuencia con un salario fijo y uno variable según su rendimiento, estimular a las personas para obtener mejores resultados conjuntamente mejorar equitativamente las decisiones relacionadas con el salario o ascensos. La evaluación del rendimiento se basa, en la apreciación sistemática de un subordinado según el trabajo cumplido, sus aptitudes, otras cualidades necesarias a su vez esenciales para la buena ejecución de su trabajo. Esta evaluación generalmente se lleva a cabo tras la entrevista entre el superior junto con el subordinado generalmente se basa en observaciones del rendimiento de este último en relación a los criterios establecidos por un formulario. Todo buen programa de evaluación debería, de acuerdo al autor, seguir dos grupos de objetivos específicos interdependientes e indisociables que son: 1) Los objetivos administrativos: las observaciones provenientes de un programa de evaluación sirven, en un primer momento, para fines administrativos relacionados con la administración de salarios, las promociones y los cambios, las contrataciones, los despidos. Este aspecto administrativo se relaciona entonces con el rendimiento directamente observable del empleado respecto al alcance de los objetivos organizacionales mediante su empleo, es decir, gracias al cumplimiento de las funciones asignadas. Dentro de este contexto, Druker (2006), para poder establecer dentro de una organización un programa de evaluación de rendimiento, “se hace necesario primero que exista un clima de confianza, de manera tal que los empleados sientan la necesidad de saber si su rendimiento es satisfactorio o no y sientan también la necesidad de recibir retroalimentación sobre sus resultados”. Uno de los grandes principios de la concepción científica de la administración de empresas, es que la eficacia de un individuo en el trabajo está en función de su comprensión de las esperanzas que la empresa tiene puestas en él. Una buena comunicación ascendente, descendente así como lateral es, entonces importante para sostener además crear un clima participativo. 2. La aplicación de un sistema de evaluación del rendimiento del personal, en forma equitativa, ordenada más aún justa: permite ayudar al colaborador en su avance incluso en el desarrollo de su trabajo, proporcionar información a la gerencia, para la toma de decisiones, la aplicación de políticas, programas de la administración de recursos humanos, realizar las promociones y/o ascensos así como también las diversas acciones en materia de personal, como los traslados, colocaciones, reubicaciones. Igualmente, establecer planes de capacitación asimismo entrenamiento de acuerdo a necesidades, tener mejores relaciones de coordinación y elevar la moral de los colaboradores. Es por ello que la evaluación de rendimiento de los trabajadores tiene como objetivo conocer la manera más precisa posible cómo está desempeñando el empleado su trabajo más aún si lo está haciendo correctamente. A partir de estos supuestos individuales, de acuerdo Werther & Davis (2007), “la dirección debería poder conciliar los objetivos personales de los empleados con los objetivos de la organización”. Finalmente, este tipo de programa debería tener por objetivo mejorar la comunicación de los superiores jerárquicos con los subordinados para que de esta manera se pueda llegar a una mejor comprensión de los objetivos mutuos de trabajo. El autor destaca, que el éxito de un programa de evaluación, frente al alcance de sus objetivos, reside en el establecimiento de un clima organizacional abierto a su vez participativo. La evaluación no debe verse esencialmente como una medida de control sino más bien como un proceso que estimula al empleado para utilizar y desarrollar sus propias potencialidades. Cuando el responsable o el especialista de personal traten de implantar un programa de evaluación del rendimiento, debe, a todo precio, identificar el clima de la organización; esto le permite ver las posibilidades verdaderas de éxito del programa. La evaluación del rendimiento será vista más o menos, como una forma de control coercitivo, según perciban los empleados el clima como abierto o cerrado, autoritario o participativo. Si el clima es autoritario, los empleados no se sentirán implicados en un programa así y lo verán como una nueva forma de restricción. Reconocimiento El reconocimiento son las acciones que ejecutan los supervisores o los directivos para elogiar, corregir o reprender a un trabajador. Esto implica la inclusión, tanto de refuerzos de los aspectos positivos como negativos en el empleado y sus efectos sobre él mismo. También el reconocimiento suele definir como el acto mediante el cual se recompensa de diversas formas al comportamiento laboral. Cualquier acción relacionada con alabanza o culpa, aunque existe una tendencia a vincular reconocimiento con alabanza. Por su parte, Serna (2006), lo explica como “un acto mediante el cual se recompensa de diversas formas el comportamiento laboral; lo cual implica el reconocimiento de los logros del empleado, que pudiera redundar en alcanzar un mayor prestigio”. Por otra parte, el reconocimiento por los logros alcanzados tanto en el plano laboral, como en el profesional incluso en el personal, hacen sentir bien al trabajador de esta manera logran motivarlo a realizar mayores esfuerzos productivos. Estos reconocimientos van desde su exposición en forma verbal o escrita, hasta la forma de incentivos laborales financieros o no, los cuales siempre son recibidos con beneplácito por el trabajador. Al respecto este autor comenta, que cuando se reconoce a la gente eficazmente, se están reforzando las acciones así como el comportamiento que, la organización desea ver repetidas por lo empleados coincidiendo además alineándose perfectamente con la cultura y objetivos generales de la empresa. Grados (2006), expone que el reconocimiento, “tanto de los compañeros como de los jefes, es un factor necesario para que los trabajadores alcances el ansiado bienestar laboral”. Las organizaciones junto con los directivos también deben fomentar el valor de sus empleados más aún tratar de conciliar sus objetivos laborales con los objetivos de los trabajadores. Si la plantilla está satisfecha en su trabajo, cada minuto de su tiempo rinde beneficio a la empresa. Cada trabajador debe sentir que su trabajo forma parte de un todo que influencie a los demás, cada empleado es distinto por lo tanto esta diversidad debe escucharse a su vez fomentarse. La autoevaluación y la autonomía profesional son dos factores claves que debe desarrollar la empresa para fomentar la motivación de sus trabajadores. Existe multitud de ideas para reconocer eficazmente a los empleados, ya sea de manera informal o formal. Dentro de una buena planificación estratégica, las posibilidades estarán limitadas únicamente por la imaginación de sus líderes pues en ellos radicará la mayor responsabilidad de que esto sea un éxito que lleve a la organización alcanzar elevados niveles de competitividad o simplemente será desaprovechando para no ayudar a contribuir a la misma. Dentro de este marco, la gerencia debe entender la importancia de implementar una cultura de reconocimiento dentro de la organización. Así los grandes líderes utilizan el reconocimiento para comunicar la visión también los valores de la organización. Reconocen a sus empleados o colaboradores de manera frecuente asimismo son sinceros en sus elogios hacia ellos. Realizan presentaciones profesionales preocupándose de que se realice correctamente además sin fallos. Promociones Una promoción es el movimiento de una persona a un puesto de mayor nivel en la organización. Un individuo que recibe un ascenso suele recibir compensación financiera adicional, también la elevación de su ego asociado con el logro así como la realización. La mayor parte de las personas tienen sentimientos positivos acerca de la promoción; sin embargo, por cada empleado que obtiene un ascenso probablemente hay otros que no fueron considerados, si estas personas deseaban fuertemente este ascenso, pueden hasta aflojar el paso incluso renunciar. Si el consenso de los empleados involucrados directamente es que se ascendió a una persona indebida, puede haber bastante resentimiento. Grados (2006), expresa que “los resultados de la falta de satisfacción pueden afectar la productividad de la organización y producir un deterioro en la calidad del entorno laboral”. De acuerdo a esto puede disminuir el desempeño, incrementar el nivel de quejas, el ausentismo o el cambio de empleo. El sistema de promoción es una oportunidad para el crecimiento personal del trabajador, una responsabilidad, así mismo, incrementa el status social de la persona. Al respecto Serna (2006), afirma que “cuando la promoción se realiza de manera justa la toma de decisiones para otorgarla debe basarse en la antigüedad y en los méritos, incluyendo además las evaluaciones del desempeño formal”. Todo lo cual brinda satisfacción al trabajador; en este contexto, el desarrollo profesional supone la evaluación regular de los de información sobre diferentes progresos individuales, la recopilación ocupaciones tanto de metas inmediatas como de objetivos profesionales de largo plazo. Este procedimiento permite identificar a los empleados con potencial para las promociones, gracias a los cuales obtienen mayor responsabilidad, autoridad incluso más salarios. Sin embargo hay que considerar el hecho, que la insatisfacción laboral puede afectar la productividad de la organización a su vez producir un deterioro en la calidad del entorno laboral. Las promociones basadas en la antigüedad, es decir, en el tiempo que la persona ha estado al servicio de la empresa, presentan gran objetividad, puesto que para tomar la decisión de promover a un empleado solamente se necesita comparar las fechas de ingreso de los candidatos, para saber cuál es el indicado” (Serna 2006). Este enfoque es capaz de eliminar la subjetividad en la decisión, lo que incentiva a la capacitación personal, debido a que eventualmente serán promovidos a futuro. Algunos expertos en administración de recursos humanos; han señalado que no necesariamente el empleado más antiguo es el más idóneo para ocupar cargos de mayor nivel. Cuando se establece un sistema de este tipo, prácticamente se bloquea a los empleados jóvenes en sus posibilidades, por lo que gran parte de las empresas han optado por implementar un sistema mixto de promociones donde tanto la antigüedad como el mérito son importantes para la decisión final. Factores determinantes de la motivación Los factores determinantes de la motivación representan la acción de fuerzas activas o impulsoras, solo se comprende parcialmente, implica necesidades, deseos, tensiones, incomodidades igualmente expectativas. Estos factores determinantes en la motivación al logro son como el sentimiento de agrado o positivo que experimenta un sujeto por el hecho de realizar un trabajo que le interesa, en un ambiente que le permite estar a gusto, dentro del ámbito de una empresa u organización que le resulta atractiva además por el que percibe una serie de compensaciones psicosocio-económicas acordes con sus expectativas. Del mismo modo, según Siliceo & Casares (2003), “estos factores pueden confundirse con la desmotivación laboral”, presentándose como el sentimiento de desagrado o negativo que experimento un sujeto por el hecho de realizar un trabajo que no le interesa, en un ambiente en el que está a disgusto, dentro del ámbito de una empresa u organización que no le resulta atractiva más aún por el que percibe una serie de compensaciones psicosocio-económicas no acordes con sus expectativas. Ahora bien estos factores determinantes de la motivación al logro, son todos los elementos que se encuentran presentes en la organización directamente con el empleado, y que generan la motivación de los mismos; en tal sentido, puede decirse que es un estado emocional positivo o placentero resultante de la percepción subjetiva de las experiencias laborales de las personas. Por su parte, Grados (2006), refiere que estos factores de la motivación al logro, “se transforman en una actitud afectiva, una sensación de relativo agrado o desagrado que los empleados sienten con respecto al trabajo que desempeñan y al ambiente que se genera en la organización”. En relación a esto, las necesidades o motivos se caracterizan porque no son estáticos, por el contrario, son fuerzas dinámicas a la vez persistentes que provocan comportamientos. Con el aprendizaje además con la repetición (refuerzo), los comportamientos para la motivación al logro, se vuelven más eficaces en la satisfacción de ciertas necesidades. En este análisis se debe considerar la importancia sobre lo planteado por los autores que no se debe descuidar la motivación al logro del personal, ya que constituye un medio importante para apuntalar el desarrollo personal de los trabajadores, por ende, puede mejorar la productividad en la organización. Para mantener tal grado de compromiso incluso de esfuerzo, las organizaciones tiene que valorar adecuadamente la cooperación de sus miembros, estableciendo mecanismos que permitan disponer de una fuerza de trabajo suficientemente motivada para un desempeño tanto eficiente como eficaz, que conduzca al logro de los objetivos de la organización pero que al mismo tiempo se logre satisfacer las expectativas con las aspiraciones de sus integrantes. Reto al trabajo En la actualidad es indispensable la utilización de métodos de motivación al logro en las empresas para que estas sean productivas además sean eficientes en sus actividades; el reto al trabajo se refiere a un estado interno que activa incluso dirige los pensamientos del trabajador para hacer algo casi involuntariamente, simplemente guiados por el cerebro ya que las acciones psicomotrices están regidas por impulsos generados por este órgano el cual indica que hacer. Luego de la satisfacción, las personas dentro de un ambiente de trabajo o realización de una tarea puede llegar a un sentimiento de autorrealización; que es el resultado pleno que raras veces se alcanza del impulso dirigido internamente del ser humano por crecer, mejorar y desarrollar al máximo su potencial, expresado en el reto al trabajo. Druker (2006), identifica las siguientes dimensiones centrales, para un excelente reto al trabajo que genere motivación al logro: variedad de habilidades, el grado en el cual un puesto requiere de una variedad de diferentes actividades para ejecutar el trabajo, lo que representa el uso de diferentes habilidades y talentos por partes del empleado, identidad de la tarea, el grado en el cual el puesto requiere ejecutar una tarea o proceso desde el principio hasta el final con un resultado visible, significación de la tarea, el grado en que el puesto tiene un impacto sobre las vidas o el trabajo de otras personas en la organización inmediata o en el ambiente. En una organización, motivar al personal para sumarse a uno o más proyectos conjuntos es imprescindible para alcanzar la metas previamente establecidas así como el reto al trabajo, si cada integrante se compromete pero sobre todo se responsabiliza para llevar a cabo una tarea que le es atractiva, es porque sabe de antemano que puede ejecutarla de manera sobresaliente, con lo que indudablemente estará motivado a realizar de manera brillante su porción de trabajo, como factor decisivo de superación asimismo de realización personal. Sistema de recompensas justas Este punto se refiere al sistema de salarios junto con las políticas de ascensos que se tiene en la organización. Este sistema debe ser percibido como justo por parte de los empleados para que se sientan satisfechos con el mismo, no debe permitir ambigüedades igualmente debe estar acorde con sus expectativas; de lo contrario según Grados (2006), “se podría generar ausentismo, rotación y falta de satisfacción en los empleados”. Según el autor antes mencionado los sistemas de recompensas mejoran cuatro aspectos de la eficacia organizacional: motivan al personal a unirse a la organización, influyen sobre los trabajadores para que acudan a su trabajo, los motivan para actuar de manera eficaz así como refuerzan la estructura de la organización para especificar la posición de sus diferentes miembros. Las recompensas organizacionales, tales como pagos, promociones entre otros beneficios, son poderosos incentivos para mejorar la satisfacción del empleado junto con su desempeño. En el caso de los sueldos o salarios, incentivos así como de las gratificaciones según Serna (2006), éstas se traducen en “la compensación que los empleados reciben a cambio de su labor”. La administración del departamento de personal a través de esta actividad vital garantiza la motivación al logro de los empleados, lo que a su vez ayuda a la organización a obtener, mantener y retener una fuerza de trabajo productiva. Varios estudios han demostrado que la compensación es la característica que probablemente sea la mayor causa de insatisfacción de los empleados. En relación con esta afirmaciones, si bien los sistemas de recompensas justas, pueden estar basados en distinciones honorificas u otros beneficios, como viajes, premios, lo más generalizados es el dinero. Se ha discutido bastante si éste es o no un factor motivador eficaz, pero, más allá de los distintos puntos de vista, el reconocimiento económico parece ser un tipo de recompensa ineludible, dado que es universal, todos lo necesitan, pero su administración es relativamente sencilla respecto de otros incentivos. Este sistema de recompensas justa, debe ser percibido como justo por parte de los empleados para que se sientan satisfechos con el mismo, no se debe permitir ambigüedades este debe estar acorde con sus expectativas. El sistema de recompensas justas, también tiene que ver con la calidad de vida en el trabajo, la cual está determinada no sólo por las características individuales (necesidades, valores, expectativas) o de situación (estructura organizacional, tecnología, sistemas de remuneración, política interna) sino también por la actuación sistémica de estas características individuales y organizacionales. Remuneración Grados (2006), la define como “la cancelación periódica asignada por el desempeño de un cargo o servicio profesional asignado por la empresa”. Constituye el integro de lo que el trabajador recibe por sus servicios, en dinero, en especie; cualesquiera sean la forma denominación que se le dé, siempre que sea de su libre disposición. La remuneración puede ser directa e indirecta, la compensación directa es el pago que recibe el colaborador en forma de sueldos, salarios, primas inclusive comisiones. La compensación indirecta, llamada también beneficios, son las que se otorgan por derechos además prestaciones que se adquieren, como lo son las vacaciones, gratificaciones, asignación familiar, seguros, entre otros. La remuneración según Serna (2006), “ha estado ligada tradicionalmente a un trabajo particular o a la descripción de un puesto”. La idea general es que “ella va ligada al grado de responsabilidad del trabajador; de esta manera, a mayor responsabilidad la remuneración debe ser mayor “. Al respecto destaca, que en ocasiones, los trabajos son calificados mediante un sistema de evaluación del trabajo que se mide variables como la cantidad de subalternos, el nivel de jerarquía dentro de la organización igualmente la complejidad e importancia de la función laboral, los cuales determinan las remuneraciones recibidas. Dentro de esta nueva perspectiva, la retribución es un enfoque estratégico para una remuneración total, lo que implica un salario base, un salario variable (llamado “prestaciones”). Las organizaciones tratan que el salario bases sea igual al que dictan las condiciones del mercado de trabajo, con el propósito de tener trabajadores a precios competitivos a su disposición. El salario variable, o los incentivos, se usa para recompensar las mejoras en los resultados; además recuerda a los trabajadores y a los administradores que son socios en el éxito competitivo de sus organizaciones.