Lar, Persia y los imperios de la pólvora Autor: Marc Morató-Aragonés Ibáñez Contacto: morato-aragones_marc@hotmail.com Resumen Situada entre el Golfo Pérsico y el corazón milenario del imperio persa, Laristán se ha visto beneficiada (o todo lo contrario) por la cercanía al centro de poder y su situación de intermediaria entre los exóticos productos de Oriente y también de Occidente. No resignándose a ser un peón de la dinastía safávida, las autoridades de Lar mantuvieron frecuentes contactos con los portugueses, jugadores recientes en los conflictos geopolíticos de Oriente Medio. El presente trabajo tiene como objetivo seguir el desarrollo de Lar durante los siglos XVI y XVII, a la sombra de los grandes imperios de la pólvora. Palabras clave: Lar, valiato, safávida, Ormuz, otomano, mogol, Portugal, Shiraz. Abstract Located between the Persian Gulf and the ancient heart of the Persian empire, Laristan has benefited (or the opposite) for proximity to the center of power and status of intermediary between exotic products from East and West. Not resigned to be a pawn of the Safavid dynasty, Lar authorities had frequent contacts with the Portuguese, recent geopolitical players in the Middle East. This paper aims to further the development of Lar during the sixteenth and seventeenth centuries, in the shadow of the great empires of gunpowder. Key words: Lar, valiate, safavid, Hormuz, ottoman, Mughal, Portugal, Shiraz. 2 Persia y Lar antes del siglo XVI Dadas las difíciles condiciones climáticas de Lar, desde antiguo la población local estuvo compuesta mayoritariamente por grupos nómadas y/o por núcleos poblacionales situados en los diferentes oasis (Lar, Gerash y otros). Tal y como atestiguan las variadas piezas de bronce halladas en Lar, las gentes de la zona sabían cómo trabajar los metales y mantenían el contacto, ya antes del advenimiento de la dinastía aqueménida, entre las poblaciones costeras del Golfo Pérsico y los pueblos del interior. Puesto que era inviable su aislamiento debido a razones geográficas, los nativos de Lar ya debieron desde antiguo mantener continuos intercambios humanos y culturales, tanto con los grupos de la península arábiga como con los del interior de Persia, teniendo siempre un papel en los grandes acontecimientos políticos de la región. La primera gran dinastía persa en establecerse en la meseta iraní, al norte de Lar, fue la aqueménida, compuesta originariamente por criadores de ganado. Tal y como sucedería tantas otras veces a lo largo de la historia, estos persas aqueménidas, caracterizados por la rudeza y “pureza” de los nómadas, ocuparían un puesto de dominio sobre una población sedentarizada y urbana (recordemos que se trataba de la civilización de Elam, muy próxima a la antigua Mesopotamia). Cuando Ciro I el Grande (555-529 a.C.) derrotó al rey meda y estableció su dinastía, también empezó a construir los cimientos burocráticos de un imperio que se verían reflejados años después con la construcción de una gran capital imperial, Persépolis (518-516 a.C.) junto a otras menores: Susa, Ecbatana y Pasargada (donde se construirá el mausoleo de Ciro). Buena parte del éxito de la administración imperial aqueménida se debió a la aceptación del soberano de las dinastías locales, por lo que, dado que no se han documentado conflictos entre el Antiguo Lar y Persépolis, se puede suponer que la organización tradicional nativa fue respetada. Es más, el historiador griego Heródoto señala que, debido a la cercanía de Persépolis y a los sólidos lazos que se establecieron entre persas y locales, fueron posiblemente incluidos en la provincia de Persia, por lo que no tenían obligaciones tributarias1. Darío I (521-485 a.C.), llegado al poder en unas circunstancias especialmente conflictivas, dará un nuevo impulso a la expansión del imperio, dirigiendo campañas militares sobre los territorios del Norte de la India y la famosa campaña de Maratón 1 Heródoto, Los nueve libros de la historia (Vol I). (Barcelona: Ed. Obras Maestras, 1976), p.238 3 (490 a.C.). Invirtió asimismo importantes recursos en la construcción de Persépolis y en la organización de un Camino Real por tierra que facilitara las comunicaciones internas. Además, es en su periodo cuando se inician las incursiones persas sobre los territorios orientales de la península arábiga, con lo que, los antiguos larís, debieron ser los primeros en beneficiarse2. De esta complicidad entre el centro del imperio y Lar debieron surgir las bases del Ajami, el actual dialecto de Lar, que tiene una importante base de lengua pahlavi (nombre con el que se conocen los antiguos dialectos de la región de Fars y que son la base del persa moderno). El saqueo y destrucción de Persépolis (330 a.C.) por el ejército del rey Alejandro Magno debió suponer un duro golpe para la economía de Lar, al haberse quedado sin su mayor comprador. A los pocos años la desintegración del imperio macedonio de Alejandro y la repartición del mismo entre los generales del fallecido monarca (323 a.C.) conllevaran un periodo de graves tumultos entre las distintas potencias e inestabilidad hasta la consolidación en el corazón de Persia de la dinastía seleucida. El hecho que los seleucidas trasladaran la capitalidad del imperio a Seleucia (cerca de Babilonia, en Iraq) y a Antioquia, alejó a los larís de la privilegiada posición que habían ostentado con los aqueménidas. La posterior dinastía parta (247 a.C. – 224 d.C.) no cambió en demasía el papel de Lar en el imperio. El posterior ascenso de la dinastía autóctona sasánida supuso, además de la consolidación de un imperio persa a la altura del antiguo aqueménida, la regeneración de las redes comerciales a través del Golfo Pérsico de la que se benefició enormemente la población de Lar (no es coincidencia que la lengua Ajami sea lo más parecido a la lengua Pahlavi, hablada en la Corte sasánida de Ctesifonte, y que la religión mayoritaria en Lar fuera el zoroastrismo, también muy vinculada a la Corte persa). La conquista árabe de Persia (634-651) llegó en un momento de grave fragilidad política interna en un imperio sasánida que, por otro lado, se había enfrentado en las últimas décadas al imperio bizantino en devastadoras guerras de conquista que habían llevado prácticamente a ambas al colapso económico. Tras la derrota de Najaban (641), Yazdigird III, el último sha sasánida escapó al interior de su imperio dejando las provincias centrales y sureñas a merced de los invasores árabes. En el 644, desde la 2 Cómo parte del sequito persa, formaron parte de la vanguardia de 10.000 persas del ejército de Jerjes que cruzaron el primer día el puente de barcas en dirección a la península griega en el 480 a.C. (Heródoto, Los nueve libros de la historia (Vol II). (Barcelona: Ed. Obras Maestras, 1976), p. 158. 4 refundada ciudad portuaria de Basora y la provincia del Juzestán (en la que actualmente el árabe es lengua hablada), las fuerzas árabes se lanzaron a la conquista del corazón de la cultura persa, conquistando la ciudad de Shiraz, no muy lejos de donde se había hallado Persépolis. Cabe señalar que, el hecho de que la lengua Ajami tenga menos influencias árabes que el persa moderno es indicativo que, bien fuera mediante las armas o mediante el acuerdo político, los árabes no entraron en Lar con tanta fuerza como en otros sitios3. Aunque el Islam fue reconocido como religión oficial por las dinastías políticas de Oriente Medio, eso no trajo unidad política a Persia, dividida en muchos Estados entre los que destacaron: el emirato samánida (819-999) en el este, y el emirato buyí (934-1055) en el oeste, con capital en Shiraz y Lar bajo su zona de influencia. Mientras los primeros eran de confesión islámica sunita, los segundos se declararon chiitas (y paradójicamente actuaron como “protectores” del califa sunita, la máxima autoridad político-religiosa de Bagdad). El régimen buyí se vino abajo con la llegada de los turcos selyúcidas, llegados de Asia Central en contingentes tribales, su superioridad militar y confesionalidad sunita les permitió expulsar a los buyís de Bagdad y ocupar su lugar como “protectores” del califato. Desde ese momento, los turcos, presentes desde Asia Central a la península de Anatolia, empezaron a jugar un papel clave en las relaciones políticas de la región, fuera como jefes militares o como soberanos. Algo que caracterizará la región en los siguientes siglos será la crónica inestabilidad política, fruto de las continuas incursiones de pueblos nómadas orientales. El imperio corasmio, a pesar de su enorme extensión (Irán, Afganistán y Asia Central) no fue rival ante las hordas del mongol Gengis Khan que en un par de años (1218-20) entregó los restos del otrora poderoso reino en herencia a su hijo Hulagu. A la muerte sin hijos de su descendiente Abu Said (1305-1335) el iljanato (nombre con el que eran conocidas las cuatro grandes subdivisiones del primer imperio de Gengis Khan) quedó dividido en numerosos reinos locales, quedando Lar bajo control de la dinastía 3 Aunque técnicamente los zoroastrianos no pertenecían al colectivo que el Corán denominaba “gentes del libro” (cristianos y judíos), su religión será respetada por los nuevos amos a cambio de una serie de tributos. 5 muzzafarida4. No dura mucho esta situación, pues en las últimas décadas del siglo XIV despunta un nuevo conquistador oriental llamado Timur Lang, turco pero con algún vínculo sanguíneo que lo relacionaba con el conquistador mongol Gengis Khan. En 1392, en una de sus campañas más ambiciosas, Timur Lang conquista las ancestrales tierras de Fars y aniquila a la familia gobernante muzzafarida, luego se dirige a Bagdad que conquista sin grandes contratiempos para luego someter a las tribus turcas Aq Quyunlu y Qara Quyunlu. Al morir Timur Lang en 1405 y estallar las peleas entre los parientes del conquistador, las tribus antes mencionadas se apoderan del flanco occidental del imperio timúrida e inician sus propias disputas territoriales. Lejos de las estepas de Asia Central, origen de todos estos guerreros, Lar asistía expectante a una inestabilidad generalizada que no parecía fuera a tener fin. Breve historia de los imperios de la pólvora El término de “imperios de la pólvora” fue acuñado por primera vez en 1974 por Marshall Hodgson y William McNeill de la Universidad de Chicago a la hora de referirse a los imperios: otomano, safávida y mogol; ya distinguidos anteriormente por el estudioso ruso Bartold por su capacidad de tomar exitosamente con artillería fortalezas de piedra5. A pesar de las enormes diferencias geográficas, sociales y económicas, los tres imperios emplearon parecidos mecanismos políticos e institucionales a la hora de cimentar el poder de su dinastía y expandirla frente a otros poderes regionales. De origen turco, las tres dinastías (safávidas en Persia, otomanos en lo que hoy es Turquía, y mogoles en el Norte de la India) emergieron como potencias regionales a principios del siglo XVI6 bajo la larga sombra de lo que había sido el gran (y efímero) 4 A pesar de la inestabilidad política, no fue un periodo duro para la economía de Lar. El mismo Ibn Battuta hablaba a principios del siglo XIV de los ricos bazares de Lar, cada vez más importantes (VVAA, The Cambridge history of Iran (Vol.6) (Cambridge: Cambridge University Press, 1968-1986), p. 421). 5 Douglas E. Streusand. Islamic Gunpowder Empires: Ottomans, Safavids, and Mughals. (Boulder, Colorado: Westview Press, 2011), p.2-3 6 Si bien los turcos otomanos ya se habían consolidado en la parte occidental de la península de Anatolia durante el siglo XV y en 1453 habían obtenido un sonado renombre al apoderarse de Constantinopla. 6 imperio de Timur Lang. Y es que el conquistador centroasiático fue un gran promotor de escuelas ideológicas de gran trascendencia como la de Herat, permitiendo además por primera vez en mucho tiempo que las cofradías religiosas islámicas pudieran moverse libremente por su imperio7. El bagaje ideológico de las escuelas de pensamiento y la existencia de cofradías internacionales pueden ser señaladas como explicaciones al establecimiento de imperios estables en la región, pero dicha argumentación cojea sino tenemos presente la introducción de las armas de fuego a lo largo del siglo XV, y que se generalizará en la siguiente centuria. Estas nuevas circunstancias servirán a estos imperios como tapón frente a la llegada de nuevas oleadas de guerreros centroasiáticos. Para comprender la importancia que tuvo la nueva organización imperial en los tres imperios (safávida, otomano y mogol) me referiré antes a un caso coetáneo, muestra de la crónica inestabilidad de los regímenes turcos de siglos anteriores: los uzbekos shibanidas. Procedente de Transoxania (Asia Central), Shibani khan (1451-1510), un caudillo turco que además era descendiente lejano de Gengis Khan, hubo de negociar con muchos clanes tribales y sobretodo hacer méritos en el campo de batalla para reunir un digno ejército bajo su mando. En 1500 era suficientemente poderoso como para apoderarse de Samarcanda, la ciudad más prospera de Asia Central y antigua capital del conquistador Timur Lang, su descendiente Babur hubo de abandonarla ante el guerrero uzbeko. Aunque Shibani trató de legitimarse mediante matrimonios con la casa real timúrida e hizo grandes donativos a la cofradía Naqshbandi, cuya influencia política era considerable, Shibani tuvo dificultades para mantener cohesionado su ejército incluso en los momentos de triunfo8. Todo el proyecto imperial shibanida se desvanecería al morir el caudillo, puesto que todos sus hijos y jefes tribales empezaron a disputarse el liderazgo, favoreciendo así la expansión de sus enemigos safávida y mogol. Años más tarde reaparecía un candidato uzbeko capaz de sostener el mando supremo, Abdalah Khan II (1533-1595), sin embargo su muerte volvió a traer la anarquía sobre Asia 7 Estas cofradías religiosas islámicas se caracterizaban por una menor jerarquización que sus equivalentes cristianas, creciendo en su interior interpretaciones heterodoxas de la religión, encabezadas habitualmente por sufís. Tendrán algunas de estas cofradías una importancia crucial en el devenir de los “imperios de la pólvora”. 8 Nurten Kiliç, “Change in Political Culture: The Rise of Sheybani Khan” en L’heritage timouride. Iran- Asie centrale-Inde XV-XVIII siècles , ed. Maria Szuppe (Tachkent: Ed. Edisud, 1997), p.63 7 Central y años después quedaron los shibanidas apartados del poder mientras sus rivales sureños (safávidas y mogoles) disfrutaban de un periodo de máximo esplendor. Puesto que Lar formó parte siempre (de una forma u otra) del imperio safávida, la explicación que daré a continuación será la más escueta de este apartado. Nacida de una cofradía religiosa chiita con un fuerte componente sufí, la dinastía safávida persiguió unos objetivos político-religiosos que, si bien fueron aplicados también por los otomanos, le dieron un carácter agresivo y la aislaron ideológicamente de sus vecinos9. Tras el turbulento reinado de Ismail (1487-1524), caracterizado por los continuos enfrentamientos con otomanos y uzbekos, llegó el largo gobierno de su hijo Tahmasp (1524-1576) quien dedicó buena parte de su reinado a contener las aspiraciones de turcos y tayikos (nombre con el que es conocida la población nativa persa). El nieto de Tahmasp, Abbas (1571-1629) conseguirá reforzar la autoridad de la monarquía gracias a la inclusión de elementos procedentes del Cáucaso, conocidos popularmente como ghulams, logrando estabilizar su imperio y ser respetado por su poderoso vecino otomano. Las profundas reformas de tiempos de Abbas consolidaron el poder del sha durante muchos años, sin embargo con el tiempo debilitaron la capacidad militar del reino que hubo de asistir impotente a la conquista de su capital Isfahán (1722) a manos de un pequeño ejército afgano. Tras este episodio, el prestigio de la dinastía safávida se vino abajo y no tardaron algunas de las tribus turcas en tratar de recomponer el imperio bajo nuevas dinastías (Afshar, Zand y Qayar). El imperio otomano es quizás el caso de imperio de la pólvora más exitoso, debido a su longevidad y a la enorme capacidad de adaptación a las crisis. Osmán I (1258-1326) fue el primer miembro reconocido del linaje real, que llegó a Anatolia junto a otras muchas tribus vasallas de los turcos selyúcidas huyendo de la presión de los mongoles. Fue el nieto de Osmán, Murad I (1326-83) quien además tenía sangre bizantina, el primero en intitularse sultán y en extender su imperio al interior de Europa, hasta regiones como Serbia. También se empezó a generalizar durante su reinado la formación de unidades militares compuestas de antiguos esclavos de origen cristiano, los jenízaros. Así como sucedió con las unidades de mamelucos en Egipto, y luego 9 Una política que en palabras de Douglas Streusand buscaría: “imponer una nueva identidad religiosa a la población general” (Douglas E Streusand. Islamic Gunpowder Empires: Ottomans, Safavids, and Mughals. (Boulder, Colorado: Westview Press, 2011), p.4) 8 ocurriría con los ghulams en Persia, los jenízaros tan solo guardaban lealtad a su sultán, sirviendo de contrapoder a los caudillos tribales turcos. El hijo de Murad, Bayaceto (1360-1403) lideró la primera gran expansión del imperio otomano, sin embargo su crecimiento ascendiente llamó la atención del conquistador Timur Lang que le atacó y derrotó en la batalla de Angora (1402), haciendo cundir el caos en el imperio otomano durante décadas. Mehmet II (1432-1481) consiguió gran renombre cuando se apoderó de Constantinopla (1453), y con esta prácticamente toda Grecia. La segunda gran expansión del imperio la protagonizaría Selim I (1465-1520), determinado a tener un reinado estable, fue especialmente expeditivo en la eliminación de sus parientes (posibles rivales al trono) y mostró una gran agresividad hacia la expansión de los safávidas chiitas, promocionando una visión del sunismo igualmente radical. Su reinado se vio coronado por el éxito, aplastó al sha Ismail en Chaldiran (1514) y conquistó el sultanato mameluco (1517), declarándose asimismo “protector de los santos lugares”10. Su hijo Solimán I (1494-1566) continuó la labor de su padre, llevando el imperio a su máxima expansión: desde Hungría hasta los Estados corsarios de Argelia. Sin embargo, tal y como sucedería posteriormente en el imperio safávida, las reformas otomanas destinadas a fortalecer la monarquía terminaron por agotar militar y políticamente el imperio que se vería sumido en un gran número de crisis palaciegas. Sin embargo, la dinastía otomana aprendió, como tantas otras veces, de sus vecinos (en este caso europeos) y fue adaptando la maquinaria imperial hasta que, derrotada en la Gran Guerra (1914-1918), la dinastía fue reemplazada por una república turca (1922). El imperio mogol fue otro caso de dinastía exitosa con una gran capacidad de adaptación a medios muy distintos. Babur (1483-1530), el primero de esta dinastía, inició su andadura en el reino de Fergana, una parte del complejo mosaico político de Asia Central pues, aunque era descendiente del conquistador Timur Lang, no faltaban parientes dispuestos a ocupar su lugar en el poder. Presionado por la cofradía Naqshbandi, Babur luchó sin descanso frente a los invasores uzbekos por el control de Samarcanda hasta que se vio empujado a Kabul. Aunque para Babur y sus descendientes era necesario recuperar Turan (nombre que daban a Asia Central), en 10 No pudo proclamarse califa debido a que la familia real otomana no descendía en modo alguno del linaje del Profeta, como si lo hacía por ejemplo el linaje safávida. 9 1521 Babur no desaprovechó la oportunidad de invadir el norte de la India, invitado por algunos nobles enfrentados a su soberano lodi. No era un fenómeno extraño, los mismos lodis también eran guerreros centroasiáticos que habían llegado a la India invitados por otros, y lo mismo había sucedido con sus predecesores; se trataba pues, de una región que importaba guerreros extranjeros. Dueño de la región en 1526, Babur murió dejando el reino a su hijo Humayun (1508-1556) quien hubo de lidiar con la competencia de soberanos locales y de sus propios hermanastros rivales al trono. Vencido por sus enemigos, Humayun se tuvo que exiliar en Persia al amparo del sha Tahmasp (1544) y a cambio de recuperar su reino en la India, hubo de entregar Kandahar al sha y convertirse temporalmente al chiismo. Consciente de la debilidad institucional del linaje timúrida, Akbar (1542-1605) el hijo de Humayun, promovió en su Corte el culto a cofradías islámicas locales como la chisti y desde la década de 1570 promovió un culto sincrético en el que era el cabeza de la religión. A fin de no depender de las tribus turcas que habían seguido a su padre y a su abuelo, Akbar promovió la emigración a su imperio de persas chiitas y ascendió a numerosos hindúes, creando una Corte de lo más heterogénea. Su biznieto Aurangzeb (1618-1707), también un gran conquistador (durante su reinado se sometió prácticamente todo el subcontinente indio), no compartía el interés por la religión sincrética de Akbar, asumiendo un sunismo más intolerante que sus predecesores. El poder de los mogoles se debilitó en las décadas siguientes, muestra de ello fue el saqueó de Nadir Sha Afshar (1739) y la victoria de la Compañía Británica de las Indias Orientales en Plassey (1757). Con el tiempo, el poder del emperador mogol fue volviéndose cada vez más nominal a medida que los británicos se afianzaban en el poder hasta que, tras la rebelión india de 1857, fueron exiliados de su imperio. Tras esta rápida pincelada al mundo de los imperios de la pólvora, podemos observar que en los tres casos, la dinastía real reforzó su autoridad mediante la vigilancia de sus herederos y el ascenso de colectivos cuyo único aliado es el mismo soberano. En este contexto, de un mundo de fronteras desdibujadas y amplios contactos interimperiales, resulta particularmente interesante observar el papel que jugó Lar. Lejos de las áreas de dominio tribal turco, los larís eran identificados como un colectivo propio, aunque con más afinidades a los denominados tayikos que a los turcos. En la ruta a un Golfo Pérsico, revalorizado por estos imperios de la pólvora, Lar tuvo a lo largo de los siglos XVI y XVII una relación privilegiada con un nuevo actor político 10 como fueron los portugueses. En mi opinión, la comprensión de la realidad de Lar será en un futuro fundamental para la comprensión del imperio safávida y de sus vecinos. Sha Ismael y Lar A comienzos del siglo XVI Lar era regida por una dinastía de hukkam (cuya traducción sería la de gobernadores)11 12 , nominalmente vasallos de la confederación tribal turca Aq Quyunlu. Esta confederación, renacida tras la muerte del conquistador Timur Lang (1405) había dejado sus asentamientos en Anatolia Oriental para convertirse en potencia hegemónica de Persia gracias a las habilidades de su líder Uzun Hasan (1425-78), sin embargo al morir éste no tardaron en surgir problemas internos hasta que en 1490 estallaba una guerra abierta entre los distintos pretendientes al trono y clanes de la confederación. Si bien los principales conflictos entre parientes acontecieron en Azerbaiyán (norte de Persia) donde estaban asentadas las principales tribus turcas y la propia capital de la confederación, Tabriz, no ha de subestimarse la importancia que tuvo Lar y la región de Fars en la política Aq Quyunlu. Uruch Beg (o Don Juan de Persia) definía así Shiraz, ciudad principal de la provincia: “La principal ciudad, metrópoli y cabeza de la Persia, es Xiras (Shiraz), ciudad puesta sobre las riberas del río Bendeamir, que antiguamente se llamó Persépolis, abrasada por Alejandro Magno… Pues dentro de lo murado tiene más de sesenta mil vecinos (Shiraz)… En esta ciudad de grande comercio, por pasar los mercaderes del Zagatay (posiblemente turcos chagatai) a la India por medio de ella, y ser como una aduana o puerto seco, y pertenecen al Farsi o Farsistán los estados de Lar”13. Si bien Uruch Beg escribía sobre la provincia de Fars y Lar en los primeros años del siglo XVII, se puede suponer que ya en la primera década la región 11 VVAA, The Cambridge history of Iran (Vol.6) (Cambridge : Cambridge University Press, 1968-1986), p.4 12 Por su parte, Chardin describe a las gentes de Lar y Ormuz en el XVIII vistiendo colores muy vivos (el negro era percibido como un color diabólico) y a las mujeres con anillos y joyas colgados en un costado de la nariz ((John Chardin, Travels in Persia. NY: Dover Publications Inc., 1988 (orig.1713), p.217) 13 Uruch Beg, Relaciones de Don Juan de Persia. (Prol. D. Narciso Alonso Cortés). (Madrid. Graficas Ultra, S.A. 1946 (Orig.1604)) p.59 11 había recuperado parte de la prosperidad que se le atribuyera en tiempos pretéritos, muestra de ello es que Majd al-Din Shirazi fuese uno de los visires del gran Uzun Hasan i que para lanzar su último intento de atacar a los otomanos reuniera a sus fuerzas en Shiraz (1475). Pedro de Texeira, coetáneo de Uruch Beg, explicaba la prosperidad de Shiraz en los siguientes términos: “De Xiraz se llevan para otras partes mantenimientos, lanas, corambres, y otras cosas en que abunda…”14 15 y de Lar señalaba que: “la ciudad Lar, o Lara como la decimos los Portugueses, de donde toman nombre los Laris moneda de plata finísima muy conocida y corriente por todo Oriente, ésta es cabeza de un Reino, hácense en ella los mejores arcos de tirar de toda la Persia”16. Existió a lo largo de todo el siglo contactos entre Shiraz, cabeza de la provincia de Fars, y el territorio de Lar, más allá del comercio o de la guerra, era habitual que los estudiantes larís completaran su formación en Shiraz como es el caso del prolífico Muslih al-Din al-Lari quien en 1494 se trasladaba a la capital de Fars17. Originada en la ciudad norteña de Ardebil, la antigua cofradía safávida, fundada a principios del siglo XIV por el miembro de un linaje turco azerí, gozaba de una gran capacidad de adaptación en la Persia de los siglo XIV y XV debido a que no se adhería a ninguna de las 4 principales escuelas sunitas y a que practicaba una serie de ritos sufís muy populares en Persia18. Haydar, cabeza de la cofradía por derecho de sangre (146088) y sobrino del caudillo Aq Quyunlu Uzun Hasan, a fin de conseguir un poder temporal que complementase su autoridad religiosa, se convirtió al chiismo duodecimano19 proclamándose cabeza de un nuevo movimiento con el que pudiese 14 Pedro Texeira, Relaciones de Pedro Teixeira… (Introducción de Eduardo Barajas Sala). (Madrid: Miraguano ediciones; Ediciones Polifemo. 1994 (orig.1610)), p.27 15 Chardin señaló en la segunda mitad del siglo XVIII que Shiraz seguía produciendo las mejores manufacturas de cerámica esmaltada, es decir, vajilla de porcelana. También producían el vidrio más refinado, mientras que industrias como la de la cercana Isfahán hacían la peor debido a la reutilización del material (John Chardin, Travels in Persia. NY: Dover Publications Inc., 1988 (orig.1713), p.267, 275) 16 Pedro Texeira, Relaciones de Pedro Teixeira… (Introducción de Eduardo Barajas Sala). (Madrid: Miraguano ediciones; Ediciones Polifemo. 1994 (orig.1610)), p.349 17 Reza Pourjavady, Muslih al-Din al-Lari and His Samples of the Science. (Berlin: Oriens núm. 42, 2014), p.294 18 Colin Turner, Islam without Allah? (New York: ed.Routledge, 2014), p.59 19 En un momento en el que en Persia solo existían comunidades duodecimanas en Rayy, Lahijan y Qom. 12 atraer bajo su manto legitimador a tribus turcas de la Anatolia Oriental, incomodas ante la influencia de otomanos y Aq Quyunlu. Estos seguidores de la cofradía, reconocidos por su ardor guerrero y turbantes rojos (por los que serán llamados “quizilbash” por sus detractores). Las ambiciones de Haydar pronto tropezaron con los intereses de sus parientes Aq Quyunlu, quienes apoyaron a los enemigos de Haydar, llevando al cofrade a una muerte prematura y tomando bajo custodia a sus hijos, herederos legítimos del linaje safávida. Los siete ahl-i ikhtisas, principales caudillos tribales de la cofradía, aprovecharon el vacío de poder ocasionado por la guerra civil y se llevaron a dominios amigos en 1494 a Ismail, uno de los hijos del difunto Haydar. En 1499 juzgaron los ahl-i ikhtisas que Ismail, con apenas 12 años, ya estaba preparado para abanderar la causa safávida frente a unos Aq Quyunlu que habían acabado dividiendo el imperio en dos mitades. Antes de atacar la capital enemiga, Tabriz, se lanzaron los quizilbash sobre el rey de Shirvan (el que se había enfrentado a Haydar en 1488) y lo mataron, completando así la deuda de sangre safávida 20. A continuación los quizilbash golpearon al ejército de Alvand, el Aq Quyunlu que dominaba Tabriz, y al tomar posesión de la ciudad, Ismail proclamó el chiismo duodecimano como religión oficial del nuevo Estado (1501). En 1503 derrotaría en Hamedan a Murad, el otro gran caudillo Aq Quyunlu, con lo que ya podía cerrar su puño sobre el sur de Persia. A pesar del integrismo demostrado por Ismail en sus proclamaciones, la realidad es que el nuevo chiismo duodecimano que encabezaba se presentó doctrinalmente muy semejante al sunismo tradicional de las comunidades tayikas21. Se formalizó entonces un pacto no escrito entre el sha y los líderes turcos y tayikos, mientras que el primer colectivo mandaría sobre los ejércitos, el segundo conservaría sus latifundios y ostentaría los puestos elevados de la burocracia (de ahí la consideración de los turcos como “hombres de espada” y los tayikos como “hombres de pluma”). Este pragmatismo del primer safávida no siempre se cumplió, dándose episodios de gran violencia en la 20 Roger Savory, Iran under the safavids (Cambridge: Cambridge University Press, 1980), p.25 21 Colin Turner, Islam without Allah? (New York: ed.Routledge, 2014), p.74 13 conquista de Fars (1503) donde los miembros de una rama de la cofradía Naqshbandi fueron asesinados junto a 4.000 personas22 23. Aunque conquistó Shiraz en 150324, aun pasarían 5 años para que los hukkam de Lar reconocieran al sha Ismail como soberano. Esta dilación bien puede explicarse por la capacidad combativa de los larís frente a unos quizilbash, alejados de las tierras que conocían, bien por la determinación de Ismail de eliminar antes a sus rivales políticos del mar Caspio. No se hizo esperar mucho Ismail que, antes de dirigirse a la conquista de Diyarbakr (1508-9), recibió el acta de sumisión del hukkam de Lar25. Confirmado el dominio del hukkam larí sobre Lar y Garmsirat (en la costa del Golfo Pérsico), pasará a ser denominado desde entonces valí por la cancillería oficial26. Esta autonomía mantuvo lejos de los centros de poder larís a los victoriosos quizilbash, mientras en sitios próximos como Fars, sha Ismail concedió a perpetuidad la provincia a la tribu turca Dhulqadr. Necesitado de continuas victorias militares con las que sustentar su poder frente a los belicosos quizilbash, Ismail proseguirá sus campañas bélicas en todos los frentes contra enemigos más poderosos. Con el fin de asegurar la región oriental de Jorasán, Ismail llegó a un acuerdo con Babur por el que, una vez vencido el uzbeko Shibani Khan, Babur recuperaría Samarcanda y legitimaria las conquistas safávidas del 22 Hamid Algar, “Naqshandis and Safavids. A Contribution to the Religious History of Iran and her Neighbors” en Safavid Iran and her neighbors, ed. Michel Mazzaoui (Salt lake city: Ed. The University of Utah Press, 2014), p.22 23 La animadversión de la dinastía safávida a la cofradía sunita Naqshbandi se explicaría por la profunda difusión que tuvo esta tras la muerte de Timur Lang (1405), con miembros influyentes en las cortes otomana, uzbeka y mogol. 24 La venganza safávida, antes manifestada contra el rey de Shirvan, también tubo cabida en el sur donde: “pasó esto en los 911 de la Hixara, fuése de allí a Xiraz, a donde (Ismael) promulgó un edicto que todo el que se había hallado en la guerra contra su padre Aydar (Haydar) fuese muerto, y por este bando perecieron de treinta a cuarenta mil hombre” (Pedro Texeira, Relaciones de Pedro Teixeira… (Introducción de Eduardo Barajas Sala). (Madrid: Miraguano ediciones; Ediciones Polifemo. 1994 (orig.1610)), p.303). 25 Willem Floor, Safavid Government Institutions. (Costa Mesa (California): Mazda Publishers Inc., 2001), 90. 26 El valí no dejaba de ser el gobernante de una dinastía local, autónoma dentro del imperio. Según Sanson (finales del siglo XVII) en el imperio safávida hubo 10 valís: Georgia, Lar, Hoveizeh, Marv, Lorestan, Mazandaran, Daghestan, Herat, Kandahar y Kerman. (Ídem, p.84). 14 territorio. Las fuerzas de Ismail aniquilaron a Shibani Khan y su ejército en Marv (1510), sin embargo la oposición de una población sunita a la presencia safávida conllevaron a la muerte del vakil (una suerte de primer ministro del sha) en 1512 y al retroceso de los coaligados. Enfrentado al sultán otomano Selim por las convulsas tierras de la Anatolia Oriental, Ismail planteará una batalla campal contra un enemigo superior en número y mejor armado. Derrotado en Chaldiran (1514), el prestigio de Ismail decaerá entre los suyos, no tardando en salir voces contestatarias de entre los caudillos quizilbash. La muerte de Ismail, 10 años después de la batalla, abrirá un periodo muy convulso en el que los grandes líderes tribales lucharán entre sí por el control de Tahmasp, el heredero al trono. Los portugueses en el Golfo Pérsico El espacio geopolítico de Oriente Medio se vio asaltado a principios del siglo XVI por los portugueses quienes, aprovechando la forma tradicional de navegación desarmada (en Europa las flotas estaban muy militarizadas) impusieron sobre los Estados costeros una serie de tributos a cambio de su “protección”. Si bien este era un negocio rentable, el objetivo de los portugueses fue en todo momento el de acceder a especias orientales como la pimienta a fin de venderla monopolísticamente en Europa. El almirante Alfonso de Albuquerque (1453-1515) comprendió que debido a la inferioridad numérica de los portugueses, la única forma de conservar el dominio sobre el mar era la de establecer una serie de fuertes estratégicos a lo largo del Golfo Pérsico y de la India con lo que, no solo harían dependientes a los comerciantes nativos de su voluntad, sino que mantendrían alejados a futuros expedicionarios europeos. Uno de los más afectados por la irrupción portuguesa en el Golfo fue el sultán de Ormuz. Trasladado su reino de tierra firme a la isla de Ormuz en el 130027, poco antes de llegar la flota del Almirante luso, el sultán ormuzí Ayaz se había trasladado a la isleta próxima de Gerun donde en 1507 fueron a buscarle los portugueses, exigiéndole un tributo y el permiso para construir un fuerte en la isla de Ormuz (enclave desde el que 27 VVAA, The Cambridge history of Iran (Vol.6) (Cambridge: Cambridge University Press, 1968-1986), p. 421 15 extenderían este nuevo imperio marítimo)28 29 . Potencia hegemónica en el mar, los portugueses se apoderaron también de Muscat (costa de Omán), instalando en el enclave una factoría comercial y obligando a los líderes beduinos de Muscat a reducir las hostilidades con Ormuz30, cerrando los lusos con esta conquista y la de Bahréin prácticamente todo el Golfo. Aunque el sultán de Ormuz era un vasallo nominal del sha persa, la carencia de una flota safávida impidió al sha Ismail tomar represalias contra los portugueses (en un momento en el que por otro lado libraba batallas en tierras frente a otros enemigos). Al igual que la Persia continental, las relaciones políticas entre los locales pasaban por un periodo conflictivo. Ante la protección que brindaban los portugueses a Turan Sha IV, sultán de Ormuz, el gobernador vasallo de Qalhat se alzó contra estos en 151931. En 1521 estallaría una nueva insurrección de las tribus de Omán contra los intereses portugueses32, insurrección que bien pudo estar motivada por la ocupación del Egipto Mameluco por los otomanos y el deseo de estos de competir a los portugueses el control de los mares. En 1529 Nuño de Cuña asestaba un duro golpe al sultanato otomano al apoderarse de Basora (con lo que completaban la estrategia de Albuquerque), sin embargo terminaran abandonándola a los otomanos en el 1547. Entonces las guerras de los otomanos con los safávidas y la falta de madera en Basora con la que construir nuevas flotas llevó a que los contendientes tuvieran una postura más conciliadora (aunque cada cierto tiempo hubo tentativas de quitarse enclaves) y priorizara el elemento comercial hasta el punto que los turcos acudían a Ormuz y que había portugueses instalados en la Basora otomana33. 28 Luis Gil Fernández, El imperio luso-español y la Persia safávida. Tomo I (1582-1605). (Madrid: Fundación Universitaria española, 2006), p.26 29 Y cuya lealtad se ganaron entre otros motivos, por entregarle en señorío las islas de Bahréin (Ídem, p.36). 30 Dejanirah Couto, “New insights into the History of Oman in the Sixteenth Century: a Contribution to the Study of the Evolution of the Muscat Fortifications”, en Anotaçoes e Estudos sobre Don García de Silva y Figueroa e os “Comentários” da embaixada à Pérsia (1614-1624) Vol. III, VVAA. (Lisboa: Ed. Centro de História de Além-Mar, 2011), p.136 31 Ídem, p.139 32 Ídem, p.137 33 Luis Gil Fernández, El imperio luso-español y la Persia safávida. Tomo I (1582-1605). (Madrid: Fundación Universitaria española, 2006), p.27 16 La presencia de los portugueses en la región no solo sirvió para monopolizar la piratería y arbitrar entre las autoridades isleñas34, también se interesaron por los asuntos de la Persia continental implicando directamente a Lar. Tras establecer con los larís unos tratos que garantizarían a los locales recibir armas de fuego y a los otros probablemente suministros para su fuerte de Ormuz, Portugal fue autorizado por estos a establecer una factoría comercial en Gamru, en la costa. El gobierno de Lar bajo el sha Tahmasp Nacido en el año 1514, Tahmasp vivió toda su infancia bajo la sombra de los quizilbash, primero como mirza (príncipe) y a partir de 1524 como sha. Lejos de formar un gobierno común como hicieran los ahl-i ikhtisas a la muerte de Haydar, los principales caudillos quizilbash combatieron entre sí por el control del joven Tahmasp, dominando en los primeros años la facción Takkalu. Sin embargo tras la desastrosa actuación de la caballería Takkalu frente a los uzbekos en la batalla de Jam (1528), ganada gracias a las armas de fuego del centro del ejército safávida, el sha Tahmasp promocionó a un miembro del grupo Shamlu por encima de los Takkalu. No tardó el Shamlu en coalición con otras tribus en atacar a los Takkalu que, finalmente perseguidos por orden del sha, muchos de estos se pasaron a los otomanos en 1530. Consciente de las ambiciones del líder Shamlu, en cuanto pudo Tahmasp acusó a Shamlu de colaborar con los otomanos e hizo ejecutarlo (1533), pasando a reinar en solitario35. Estuviera o no relacionado, el caso es que a la muerte de Shamlu el sultán otomano Solimán declaró la guerra al sha safávida; una guerra legitimada por el hecho que los dinastas safávidas promovían prácticas como la maldición a los primeros califas sunitas y cuyo objetivo final era el de convertir Persia en un Estado vasallo de los 34 En tiempos de Felipe II se daba el caso que Mirturuxá, hijo del sultán de Ormuz y de una hija de Raix Nordim acudió a la Goa ocupada por los portugueses a pleitear con su hermanastro mayor por la sucesión, aludiendo a que el otro era un bastardo y por tanto ilegitimo para reinar (ídem, p.30). 35 Según fuentes venecianas de la época, Tahmasp tenía entre 50 y 70 khans (o sultanes) bajo su control, de los que 12 gobernaban Isfahán, 3 su capital Qazvín, mientras que Lar tenía un beg (termino turco para noble) y un khan (Willem Floor, Safavid Government Institutions. (Costa Mesa (California): Mazda Publishers Inc., 2001, p. 99), p.101) 17 otomanos (Solimán llegó a servirse de familiares de Tahmasp para ese fin). Tahmasp respondió a las sucesivas invasiones otomanas (1533, 1548, 1553) con tácticas de tierra quemada, dificultando las líneas de abastecimiento del sultán, e incluso llegó a promover expediciones en los reinos georgianos bajo influencia otomana con las que se hacía con cuantiosos botines y numerosos esclavos que en un futuro serían la base de apoyo al sha, los ghulam. Agotados los recursos de ambos contendientes, finalmente accedieron Solimán y Tahmasp a firmar un acuerdo de paz en Amasya (1555) por el que se reconocían mutuamente, cortaban las redes clientelares con los enemigos del otro (los safávidas dejaban de apoyarse en las tribus turcas de Anatolia Oriental) y se repartían los reinos de Georgia. Es conocida la actitud que tuvo Tahmasp hacia Humayun, el emperador exiliado mogol, cuando llegó en busca de apoyos a la capital safávida, Qazvín (1544): no le prestó apoyo y ni siquiera le garantizó su seguridad hasta que no se convirtió al chiismo. A pesar de esto, la relación de Tahmasp con la religión presenta numerosos matices puesto que, además de renunciar oficialmente a algunas costumbres de su padre en el tratado de Amasya (1555), en 1533 designaba a al-Karaki como máxima autoridad interpretativa de la sharia, con lo que renunciaba a la pretensión de Ismail de ser “ el vicario de Dios”36. Esta designación tendría consecuencias en la vida pública: se cerraron tabernas, se prohibió la prostitución y muchos cofrades sunitas fueron perseguidos37. El Lar de mediados de siglo había cambiado mucho en relación a lo que había sido cuando se integró en el imperio safávida en 1508, convirtiéndose en un espacio plurireligioso en el que, junto a la tradicional comunidad sunita empezaba a ganar peso el chiismo ante la perseverancia de los ulemas, y a parte empezaba a instalarse una comunidad judía que en el siglo XVII tendrá una gran relevancia. En 1540 Membré señalaba que en Lar: “su rey es el rey Soprassi, pero él es un vasallo del Sofí (sha)”, sin embargo sabemos que el valí de Lar, llamado Ibrahim, fue llamado a la Corte por 36 37 Douglas E. Streusand, Islamic Gunpowder Empires... (Boulder, Col : Westview Press, 2011), p.164 Se sospecha que lejos de limitarse a lugares políticamente claves como Qazvín, la persecución a estudiosos sunitas habría llegado a Lar, siendo esta la razón que llevó a Muslih al-Din al-Lari a emigrar a la India, donde terminaría sirviendo a un Humayun sunita como sadr (administrador de las cofradías) (Reza Pourjavady, Muslih al-Din al-Lari and His Samples of the Science. (Berlin: Oriens núm. 42, 2014), p.295) 18 Tahmasp a servir como diván-begi38 39, cosa que indica la enorme confianza que le tenía el sha al acercarlo tanto al tesoro. No se limitaba la influencia de Lar en la Corte al ejercicio de funciones políticas, es sabido que Qazi Ahmad Ibrahimi Husayni al- Qummi (1546-1606) en su “historia general” se basó entre otros, en los escritos de Muslih al-Din al-Lari40. Estas concesiones a los notables de Lar por parte de la Corte podrían explicarse debido a la necesidad del sha de contar con la lealtad de los larís frente a unos turcos tornadizos, y por la proximidad de la región al imperio otomano (si bien Lar nunca llegó a ser invadida). Lar antes de las reformas del sha Abbas A pesar de la longevidad de su reinado, el sha Tahmasp no consiguió a lo largo del mismo neutralizar las ambiciones de los quizilbash que, al morir el sha de forma natural en 1576, empezaron a competir entre ellos, apoyando a uno u otro de los hijos del sha difunto. Pari Khan Khanum, hija de Tahmasp y clave en las luchas de la Corte, decidió a dar su apoyo al segundo hijo mayor de su padre, Ismail, frente a las aspiraciones de la incipiente facción georgiana. Pero este sha Ismail II pronto perdió la confianza de su hermana y de buena parte de los quizilbash, en parte debido a sus tendencias sunitas, por lo que esta hizo envenenarlo (1577) y llamó a gobernar a Muhammad Khodabanda, primogénito de Tahmasp y desechado originalmente por su parcial ceguera (que en la cultura política persa le impedía reinar). Junto al nuevo sha Muhammad vino su esposa Mahd-i Ulya, perteneciente a la familia real de Mazandaran (un valiato como Lar), la verdadera dirigente en la sombra no tardó en deshacerse de su cuñada Pari Khan (1578) y, dada su enemistad con los círculos quizilbash, empezar a promover tayikos en la Corte, política que terminaría generándole graves problemas. Al margen de las luchas cortesanas en Qazvín, la primera medida que hubo de tomar el sha Muhammad fue la de vaciar el tesoro real para pagar los sueldos atrasados 38 Willem Floor, Safavid Government Institutions. (Costa Mesa (California): Mazda Publishers Inc., 2001), p.90 39 Según las cuentas de Minadoi, Ibrahim de Lar podía reclutar 18.000 hombres soldados (Ídem, p.136) 40 Sholeh A. Quinn, Historical Writing During The Reign of Shah’Abbas… (Salt Lake City: The University of Utah Press, 2000), p.19 19 de su ejército41 con lo que su gobierno no fue cuestionado directamente durante algunos años, sin embargo la inestabilidad política en la periferia pronto se hizo sentir. Asid Mubarak del reino árabe de Ahwaz quien se había aprovechado ya de las rivalidades otomano-safávidas para expandir su reino por Basora, tomó durante el reinado de Muhammad Shustar y Dezful, con lo que hacía frontera con el mismo Lar 42. La inexistencia del Estado safávida también tuvo su reflejo en Lar, donde el valí de Lar quiso reforzar su presencia casando a su hermana con el sultán de Ormuz43. Al fallecer sin hijos el sultán de Ormuz (1582), quedó su esposa al mando del reino y, aprovechando la coyuntura, el valí de Lar reclamó el territorio en base a su parentesco, dirigiéndose al Bandel (en el Golfo) donde conquistó enclaves como la fortaleza de Shamil. Esta acción desagradó a los portugueses que, por órdenes de Don Gonzalo de Meneses, el capitán de Ormuz, dirigieron una expedición en 1583 al Bandel y expulsaron a los hombres del valí. Un frustrado valí renunció a su expansión en tierras ormuzís e informó entonces de los incidentes al sha Muhammad. Apenas 10 años más tarde, se cerniría sobre Lar una nueva catástrofe, así explicada por Pedro Teixeira: “hubo en el año de la redención humana 1593 en el mes de Setiembre en esta ciudad, un terremoto que derribando más de 1.200 casas, y arruinando la mayor parte de los muros, y muchas cisternas, que no tiene aquella tierra otra agua que las que en ellas se coge de la lluvia, mató tres mil personas”44. Mientras Lar, Ormuz y Ahwaz viven sus propios conflictos, en la Corte la situación se complicaba todavía más con el asesinato de Mahd-i Ulya, esposa del sha, por unos quizilbash descontentos con sus políticas pro-tayikas. Incapaz de responder de forma enérgica a los levantamientos de sus subordinados, el sha Muhammad irá cediendo terreno hasta que en 1587 el caudillo de la tribu Ustalju, por entonces guardián del príncipe Abbas, dio un golpe de Estado en Qazvín. Vencido definitivamente, 41 La política que se había seguido durante años de alimentar a la tropa sobre el terreno aún se mantendría hasta 1587, cuando solo los 30.000 hombres de Shiraz y Jorasán cobraban en efectivo (Willem Floor, Safavid Government Institutions. (Costa Mesa (California): Mazda Publishers Inc., 2001), p.136) 42 Luis Gil Fernández, El imperio luso-español y la Persia safávida. Tomo I (1582-1605). (Madrid: Fundación Universitaria española, 2006), p.38, 43 43 44 Ídem, p.77 Pedro Texeira, Relaciones de Pedro Teixeira… (Introducción de Eduardo Barajas Sala). (Madrid: Miraguano ediciones; Ediciones Polifemo. 1994 (orig.1610), p.350 20 renunció Muhammad a la corona, entregándosela a un joven Abbas y a su “protector” Ustalju. Ante la precaria situación interna y externa de la monarquía, el nuevo sha hubo de ceder en 1590 buena parte de sus provincias occidentales al imperio otomano (entre estas se hallaba Tabriz, la antigua capital) viéndose obligado a trasladar la Corte a Isfahán, en el centro de su cada vez más reducido imperio45. Pero Abbas se asemejaba más a su abuelo Tahmasp que a su padre Muhammad, puesto que en cuanto pudo y sirviéndose de un joven ghulam georgiano a su servicio, que con el tiempo será conocido como Allahverdi Khan, hizo asesinar a su “protector” Ustalju (1589) y tomó directamente las riendas de poder, apoyado en todo momento por esa facción ghulam. El carácter bélico de Abbas no tardaría en fijarse en la isla de Ormuz, llave del comercio en el Golfo, por lo que proyectando en 1591 la invasión de la misma, preguntó a sus consejeros que había en ella y le contestaron así: “… que el terreno era estéril, y los moradores míseros y mezquinos, pero que con la contratación de los mercaderes era de grandísima importancia, hizo burla (Abbas), y diciendo que él había perdonado a sus pueblos noventa mil tomanes de aquella rentas, desistió de la empresa”46. En ese momento los uzbekos de Abdalá eran el problema más acuciante del joven sha, sin embargo no tardaría en llegar el día que los ojos del sha volvieran a detenerse en el Golfo Pérsico. El periodo georgiano Si algo caracterizó el gobierno de Lar fueron las profundas reformas que introdujo, tanto en la Corte como en la administración del reino. Una de estas, posiblemente la más ambiciosa, pretendía monopolizar desde la Corona la exportación de la producción sedera en vistas a reforzar su posición diplomática con los Estados occidentales (prácticamente toda la seda que consumían procedía de las provincias del 45 Una vez traslada la capital a Isfahán, la ruta comercial a través de Lar sumó un nuevo producto destinado a la Corte: los dátiles de las regiones de Juzestán y Sistán; conocidos como los mejores del imperio, desembarcaban en el puerto de Jarún y luego hacían el camino a Isfahán pasando por Lar y Shiraz (John Chardin, Travels in Persia. NY: Dover Publications Inc., 1988 (orig.1713), p.157) 46 Luis Gil Fernández, El imperio luso-español y la Persia safávida. Tomo I (1582-1605). (Madrid: Fundación Universitaria española, 2006), p.36 21 mar Caspio) y al mismo tiempo debilitar uno de los mayores ingresos económicos de las tribus turcas establecidas en la tradicional Ruta de las Caravanas 47. Con el fin de alcanzar sus objetivos monopolistas, Abbas realizó a lo largo de su reinado numerosas tentativas comerciales y diplomáticas con las naciones europeas instaladas en el Golfo Pérsico, que mediante el transporte marítimo esquivarían la ruta de comercio a través del imperio otomano; y por otro lado se sirvió de las compañías comerciales armenias, que empleó directamente bajo su servicio, y no dudó en trasladar por la fuerza desde sus aldeas natales en el norte a los barrios de Isfahán (la mayoría de estos procedían de un pueblo llamado Julfa, por lo que a su llegada a Isfahán se les hizo un barrio llamado Nueva Julfa)48. Por otro lado, Abbas supo aprovechar las difíciles circunstancias heredadas de su padre para llevar a cabo una serie de reformas radicales: arrebatando algunas provincias mamalek (del reino) del interior gobernadas por quizilbash, y convirtiéndolas en khasseh (del soberano) que gestionarían visires, en la mayor parte de los casos ghulams. No se limitó a eliminar la amenaza de los caudillos turcos, centralizó el imperio mediante la eliminación de las dinastías locales (curiosamente de los territorios vinculados al negocio de la seda): Gilan (1592), Lahijan (1595) Mazandaran (1596-8) y otros49. Otros como Asid Mubarak de Ahwaz, salvaron la vida devolviendo todas sus conquistas al soberano safávida y enviando a su hijo a la Corte, donde contraería matrimonio con una hija del sha, siendo desde entonces un títere más en la política de Abbas50. El encargado de llevar a cabo buena parte de estas reformas fue Allahverdi Khan (1560-1613), el georgiano cristiano que se convirtió al Islam y ascendió hasta lo más alto de los ghulams asesinando a los enemigos políticos del sha. Poco antes del año 1600 se inició en la Corte del sha en Isfahán un intenso debate, a raíz de la llegada de una embajada en nombre del rey Felipe III de Castilla, en el que se debatió si era más 47 Ina Baghdiantz-Mc Cabe, The Shah’s Silk for Europe’s Silver… (Atlanta: Ed. University of Pennsylvania Armenian texts and Studies, 1999), p.20, 33 48 Ídem, p.54. 49 VVAA, The Cambridge history of Iran (Vol.6) (Cambridge: Cambridge University Press, 1968-1986), p.269 50 Luis Gil Fernández, El imperio luso-español y la Persia safávida. Tomo I (1582-1605). (Madrid: Fundación Universitaria española, 2006), p.43 22 conveniente iniciar una guerra contra el imperio otomano (y recuperar las posesiones perdidas en 1588) o lanzarse sobre Lar y Ormuz, a fin de reafirmar los antiguos lazos de vasallaje. Allahverdi se decantó a favor de la guerra contra el otomano, y las agresivas embajadas del sultán no hicieron más que declinar la opinión del sha Abbas en favor de una guerra en el oeste (y no en el sur) por lo que designó una embajada de respuesta al rey de Castilla (en la que figuraría Uruch Beg) con la que cerrar una alianza frente al turco51. Ormuz, capitanía de los portugueses, quedó por unos años libre de la presión safávida debido a estas embajadas diplomáticas; no sucedió igual con el valiato de Lar, que se convirtió en objetivo del sha y de su general Allahverdi Khan, entonces khan de Shiraz, bajo el pretexto que los larís asaltaban las caravanas comerciales que por sus tierras pasaban52. Una argumentación que también comparte Teixeira: “… (Abbas) destruyó el Reino de Lar a que decimos Lara, en la Persia con muerte del Rey que fue preso, a causa de los latrocinios y violencias con que trataba las Caroanas de mercaderes que allí pasaban…”53. Fuera el robo (o extorsión) de las caravanas por los larís el verdadero motivo, o simplemente la necesidad del sha de controlar más eficazmente el comercio con Ormuz, el caso es que Allahverdi invadió Lar con un ejército muy superior al del valí Hanbraincan (¿Hanbrain Khan?) que se rindió al georgiano bajo la promesa de conservar la vida54. Anticipándose a una posible respuesta portuguesa, Allahverdi les conquista Bahréin con la ayuda de un traidor en el interior, y luego incumple la promesa hecha al valí, haciéndole envenenar en su celda y apropiándose de Lar en 1602. Ni el capitán de Ormuz ni el georgiano están dispuestos a desprenderse de Bahréin por lo que movilizan sus ejércitos, el primero sobre las islas del Golfo, y el segundo sobre la fortaleza de Comorán en manos lusas. Una comisión de la orden 51 52 Ídem, p.85 El robo de caravanas no era un asunto menor en el imperio persa, Chardin habla de Zael Khan, gobernador de Kandahar, quien seria llevado a Isfahán acusado de complicidad en el robo de una rica caravana ((John Chardin, Travels in Persia. NY: Dover Publications Inc., 1988 (orig.1713), p.73) 53 Pedro Texeira, Relaciones de Pedro Teixeira… (Introducción de Eduardo Barajas Sala). (Madrid: Miraguano ediciones; Ediciones Polifemo. 1994 (orig.1610), p. 305 54 Luis Gil Fernández, El imperio luso-español y la Persia safávida. Tomo I (1582-1605). (Madrid: Fundación Universitaria española, 2006), p. 37 23 religiosa agustiniana es enviada a entrevistarse con el sha a fin de resolver el conflicto y recordarle sus compromisos en la guerra contra el otomano. Estos comisionados son muy bien recibidos en Shiraz por el hijo de Allahverdi, Imam Quli Khan; pero de camino a Isfahán son interceptados por Allahverdi, a quien acaba de confirmar el mismo sha el gobierno de Bahréin a su hijo Imam Quli y a él, el señorío sobre Lar. Mientras la comisión agustiniana hace camino a Isfahán primero, y luego a Qazvín (donde el sha se ha trasladado con sus ejércitos), sin los guías y el transporte que les arrebató Allahverdi55, el capitán de Ormuz no pierde el tiempo y apoya la rebelión de 1602 de los larís contra Allahverdi y la guarnición persa, llevando incluso vituallas y municiones a las plazas turcas en contra de lo pactado con el sha56. Para cuando los comisionados alcanzaron al sha Abbas, este había obtenido una clara victoria militar sobre los otomanos (1603) y recuperado muchas de las posesiones cedidas en 1588. No queriendo retraerse de las concesiones dadas a su general Allahverdi, Abbas da una tregua a los portugueses al ordenar al georgiano que deje el asedio de Comorán y, en acto de buena voluntad, hace pregonar en Isfahán, Shiraz y la tumultuosa Lar el libre comercio con Ormuz57. Dándole una salida controlada por mar a la producción sedera, Abbas consigue finalmente su objetivo de distraer unos recursos que de otro modo beneficiarían al sultán otomano; los beneficios del monopolio sedero también llegarían a los bolsillos del nuevo dirigente georgiano de Lar que llevaría a cabo reformas en los baños públicos y el bazar con los que buscaba congraciarse con la gente. No lo consiguió del todo pues en 1605 se sublevaba Lar sin el apoyo portugués; Allahverdi se presentó de inmediato con 15.000 jinetes y en menos de 20 días destruyó las fortalezas larís y castigó a los rebeldes58. Malentendidos y fracasos en las embajadas entre el rey castellano y el turco iranio llevaron en 1608 a una situación límite en el Golfo Pérsico donde, después de 55 No se trata de un simple retraso, teniendo en cuenta que normalmente el viaje de Ormuz a Isfahán suponía un mes de camino. Chardin cuenta que en el viaje de una delegación de la Compañía francesa de las Indias Orientales a Isfahán en 1668, llegaron a Shiraz destrozados y hubo algunos muertos entre los viajeros (John Chardin, Travels in Persia. NY: Dover Publications Inc., 1988 (orig.1713), p.43) 56 Luis Gil Fernández, El imperio luso-español y la Persia safávida. Tomo I (1582-1605). (Madrid: Fundación Universitaria española, 2006), p.178 57 Idem, p.269 58 Ídem, p.273 24 años de combatir a los otomanos, se encontraba el capitán de Ormuz que el principal peligro procedía de Isfahán. Ese año los portugueses dieron apoyo a los rebeldes larís y Allahverdi, enterado de los movimientos lusos, hizo bloquear el comercio de Ormuz, tanteando por primera vez otras compañías comerciales europeas (holandesas e inglesas) a fin de compensar el desequilibrio naval59. Muerto Allahverdi de forma natural (1613), su hijo Imam Quli le sucederá en sus funciones, conquistando el pequeño puerto de Jerún (luego llamado Bandar Abbas) en 1614 a los portugueses, amenazando al propio sultán de Ormuz que, con el permiso portugués, reconocerá el dominio safávida y empezará a pagar tributo al sha. Ya sin el peligro inminente otomano en la frontera y con una buena flota inglesa como aliada, Imam Quli dirigirá un ejército que en 1622 conquistará Ormuz a los portugueses, expulsándolos al fuerte de Muscat y terminando con toda posibilidad de sublevación exitosa a los larís. Provincialización de Lar A finales del reinado de Abbas, Lar se hallaba en una situación irregular bajo el control de la dinastía georgiana de Allahverdi Khan. De las 11 provincias con un begler-begi (comandante en jefe), dos todavía conservaban el valiato (Luristan y Shahrezur), cuatro se mantenían bajo control quizilbash y las restantes cinco por los ghulams, de las que una gran provincia de Fars (en la que Lar se hallaba incluida) era regida por Imam Quli Khan60, dueño de prácticamente toda la frontera meridional del imperio. A la muerte de Abbas (1529) y ascenso al trono de su nieto Safí I (1611-1642), el primer sha safávida criado en el harén, la enorme influencia de Imam Quli Khan fue entendida como una amenaza a la misma altura que los caudillos quizilbash por lo que, instigado por su visir Saru Taqi (1579-1645) hizo asesinar en 1633 a Imam Quli y a toda su familia (exceptuando un hermano del mismo que pudo huir a Georgia). Por lo demás, sha Safí y Saru Taqi compartían la estrategia del difunto Abbas al considerar que las provincias mamalek debían convertirse en khasseh bajo control de un 59 Ídem, p.38 60 Willem Floor, Safavid Government Institutions. (Costa Mesa (California): Mazda Publishers Inc., 2001), p.97 25 visir dependiente de la Corte y solo leal al sha. Dada la situación irregular durante los años de gobierno georgiano y al hecho que las sucesivas rebeliones larís (1602, 1605 y 1608) habían diezmado las filas del antiguo valiato, no tuvo problemas el visir Saru Taqi en convertir Lar en una provincia khasseh en 163661. Un visir con funciones administrativas y fiscales, y un darugheh encargado de justicia y milicia (aunque esta última función podía asumirla el visir) dirigirían la provincia desde entonces, teniendo el enclave de Lar un kotval (castellano) bajo la autoridad del khan encargado de controlar la guardia nocturna y mantener la paz en el bazar62. No era Lar un enclave cualquiera pues según visitantes como Le Bruyin, el castillo tenía los mejores cañones de toda Persia63. Otro visitante extranjero, Herbert, describía así el castillo de Lar: “…que tiene almenas y plataformas, sobre el cual se montan 12 cañones de bronce y dos basiliscos (del saqueo de Ormuz en 1622). Dentro del fuerte hay muchas casas pequeñas y cabañas que alojan a los soldados, que a veces tienen armamento suficiente para dar lanza, arco y pistola a 3.000 hombres”; unos cañones, sin embargo, que no eran utilizados de forma efectiva para el combate y que más estaban de adorno en ceremonias especiales64. Las tropas del castillo, pero, si fueron utilizadas, por ejemplo en 1639 el sha Safí autorizaba a su visir en Lar que movilizará a las tropas locales para repeler las incursiones de unos merodeadores nómadas65. Y es que al parecer, el bandidaje no llegó a desaparecer en la región tras el tumultuoso periodo georgiano. Cuando alguien robó a los miembros de la Compañía Francesa de las Indias Orientales objetos por un valor de 60 tomanes (en moneda de Qazvín), el sha emitió un edicto por el que conminaba a los gobernadores e intendentes de Lar y el puerto de Jerún a que encontraran a los ladrones, de los contrario se harían cargo con sus bolsillos de las pérdidas66. Aunque el tratado de Zuhab (1639) entre otomanos y safávidas había alejado los peligros de una nueva guerra a gran escala, la sociedad larí continuó estando fuertemente armada tal y como nos indica la vida de Abdu-r-Razzaq K. Lari, registrada 61 Ídem, p.115 62 Ídem, p.122 63 Ídem, p.235 64 Ídem, p.190 65 Ídem, p.114 66 John Chardin, Travels in Persia. NY: Dover Publications Inc., 1988 (orig.1713), p.116 26 en el libro mogol Maathir al-Umara, una extensa lista con las biografías de los oficiales que sirvieron a las órdenes del emperador mogol. Este Abdu-r-Razzaq había abandonado voluntariamente la Persia de Solimán I (1647-94), nieto de Safí I, para servir con un sequito de larís al gobernador de Haidarabad. Su coraje en la batalla llevó a que fuera reconocido como mansabdar (funcionario imperial)67 por el emperador Aurangzeb (1618-1707). En 1697 recibía un rango que le proporcionaba 4.000 soldados a su servicio, de los que 3.000 eran jinetes, un puesto nada desdeñable; sin embargo Abdu se marchó apresuradamente a realizar el hajj (peregrinaje a La Meca), tras el que prefirió retirarse a Lar. Aurangzeb no lo aceptó y envió a uno de los hijos de Abdu, Abdul-Karim, con un decreto imperial ordenando a Abdu que regresara a la India y se trajera consigo 1.000 jóvenes larís. Abdu accedió, pero murió de camino a la India68. Lar no desaparecería del mapa con el siglo XVII, siguió jugando un papel importante en los difíciles acontecimientos que siguieron a la caída de la dinastía safávida. En 1708 y a raíz de la situación crítica de la Corte, Lar dejó de ser una provincia khasseh69 por la presión de grupos rebeldes en el interior del imperio. En 1722 la capital Isfahán era saqueada por un reducido ejército afgano y la dinastía safávida perdía toda la credibilidad por lo que uno de los caudillos quizilbash, Nadir Sha Afshar, se coronaba en 1736 e iniciaba la purga de sus enemigos políticos en un clima de guerra civil. La muerte llegó a Nadir Sha en 1747, siendo su reino disputado por su parentela, aunque sería uno de sus vasallos, Karim Khan Zand, mucho más dialogante, quien se haría con la práctica totalidad del imperio. Desde su capital en Shiraz, Karim Khan re fortificó el castillo de Lar y lo hizo operativo para las guerras con los Afshar y demás potencias internacionales. A pesar de sus precauciones, Karim Khan será asesinado en 1759 y su puesto ocupado por un tercer contendiente, también de un clan quizilbash, Muhammad Qajar, que inaugurará una dinastía que traerá al fin la estabilidad al antiguo territorio safávida. 67 68 John F. Richards, The Mughal Empire (Melbourne: Cambridge University Press, 1993), p.301 Nawwab Samsam-ud-dawla Shah Nawaz Khan; Abdul Hayy (trad. H.Beveridge). The maathir-ul- umara (Vol I-II), (http://www.panjabdigilib.org, consultada junio 2015), p.70-71 69 Willem Floor, Safavid Government Institutions (Costa Mesa, California: Mazda Publishers Inc., 2001), p.115 27 Conclusiones Tras observar los dos siglos de coexistencia de Lar y los conocidos como “imperios de la pólvora” considero que puede apreciarse el papel activo de la región en un mundo que, si bien era mucho más estable políticamente que el que le precedió, experimento numerosos cambios a lo largo de esos 200 años. Si bien las autoridades de Lar se sometieron nominalmente a la dinastía safávida en 1508, no fue hasta casi un siglo después que, fruto de un proceso de centralización proyectado por la Corte en Isfahán, hubo Lar de soportar un gobierno foráneo. Hasta entonces había tenido una política autónoma que le había llevado a buscar sucesivas alianzas con portugueses y ormuzís, y al mismo tiempo a enfrentarse con estos por unos espacios de influencia regionales. Dada su posición privilegiada entre el interior de Persia y los puertos del Golfo, Lar siempre recibió una atención especial de la Corte tal y como atestiguan las continuas reformas del castillo y la acumulación de armamento de guerra en el mismo. Lejos de tener una historia limitada al ámbito safávida, personajes notables de Lar mantuvieron contactos con los otros imperios de la pólvora (véase Muslih al-Din al-Lari en los imperios otomano y mogol, o Abdu-r-Razzaq K. Lari en el mogol). Con todo, confío que el presente trabajo, con todas sus faltas y defectos, pueda servir en un futuro de aliciente a estudios más especializados sobre la interacción de los imperios de la pólvora con su periferia y, sobretodo, al estudio de la región de Lar. 28 Imagenes Castillo de Lar (Del autor) 29 Castillo portugués de Ormuz (https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/e/e4/Portuguese_Castle_%28H ormuz%29.jpg) 30 Bibliografía Baghdiantz-Mc Cabe, Ina. The Shah’s Silk for Europe’s Silver. The Eurasian Trade of the Julfa Armenians in Safavid Iran and India (1530-1750). Atlanta: Ed. University of Pennsylvania Armenian texts and Studies, 1999. Chardin, John. Travels in Persia. 1673-1677. New York: Dover Publications, Inc., 1988 (Orig.1713) Fernández Gil, Luis. El imperio luso-español y la Persia safávida. Tomo I (1582-1605). Madrid: Fundación Universitaria española, 2006. Floor, Willem. Safavid Government Institutions. Costa Mesa, California.: Mazda Publishers Inc., 2001. Heródoto. 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