1 1. MARCO REFERENCIAL 1.1 EL DISCURSO POLÍTICO DE FINALES DE LA DÉCADA DE LOS 80’S. El proceso eleccionario de 1989, significó para la derecha del país, representada por el partido ARENA, el ascenso vertical al poder político. Este súbito cambio en el panorama socio-político traería consigo una serie de modificaciones en los órdenes económico-social, supraestructural, jurídico e institucional; concebidas con la única finalidad de superar – o al menos intentarlo-, la grave crisis en la cual se encontraba sumergido el país, luego de cinco años de paternalismo estatal extremo promovidos por la Democracia Cristiana. El primero de Junio de 1989, Alfredo Cristiani asume la presidencia de un país cuya crisis se origina principalmente en “ un subdesarrollo profundo y de extrema pobreza generalizada… de injusticia estructural e institucional y de violencia de todo tipo” /1. Sus principales retos son la inmediata estabilización de la nación, la recuperación de la soberanía nacional y la culminación del conflicto armado latente desde principios de la década. Pero para ello Cristiani necesita el apoyo incondicional de todas las fracciones de su partido, incluso la derecha recalcitrante que se opone a la negociación con la guerrilla, pues de lo contrario cualquier esfuerzo impulsado resultaría completamente estéril. La crisis coyuntural, como la define Cristiani, requiere para su solución grandes esfuerzos colectivos orientados hacia la concertación; la guerra sólo 1 / Consejo Editor ECA. Estudios Centroamericanos UCA. Año XLIV Nº 488. Junio 1989. Pág.413 2 es superable si todos los sectores de la sociedad civil muestran voluntad política y abandonan el esquema confrontativo tan arraigado dentro de la era democristiana. Corresponde a Cristiani, plantear la urgente necesidad de renovación existente al interior de las estructuras gubernamentales, así como también, la de enfilar el país hacia un modelo económico, aunque esto genere el descontento de la mayoría del pueblo, incluido el FMLN, principal opositor del gobierno de Cristiani. En materia económica, la visión empresarial de Cristiani es su mayor aliada y le permite desarrollar una gestión moderadamente estable, donde la inversión privada juega un papel importante. En este sentido, la participación de la empresa privada en la dirección económica del país es un signo manifiesto de los compromisos adquiridos con ese sector durante la campaña política y de cuyo cumplimiento depende una gestión presidencial estable. En este punto, habría que recordar que Cristiani no es únicamente un político neoliberal comprometido con el desarrollo económico del país, sino también un próspero empresario salvadoreño ávido de mayores ganancias; de ahí que su plan de gobierno sitúe el capital privado en tan favorable posición. La actividad política es al parecer la más desatendida por Cristiani y su gobierno, pues la consolidación democrática sólo es concebible luego de finalizar el conflicto armado. ( Cfr. Infra Nº 3 ) En términos generales, el discurso político de Alfredo Cristiani se articula a partir de los siguientes ejes: 1) La libertad, la honestidad, la legalidad, la seguridad, la justicia y la solidaridad como principios rectores de su gobierno. 3 Llama significativamente la atención el concepto de libertad, que alude en este caso, a las facilidades otorgadas a la empresa privada ( libertad de empresa), lo cual termina de confirmar su voluntad por mejorar significativamente la situación de la empresa privada en el país. 2) Una inmediata solución al problema básico de El Salvador: La Extrema pobreza. Para lo cual propone “ una solución de muy dudosos resultados…(pues) pensar que la liberalización y la privatización, la nueva política de empleo, precios y salarios, una nueva política fiscal, monetaria y crediticia… van a ser capaces de resolver esa pobreza extrema… no deja de (representar) peligros enormes”/2 3) La proposición solemne de terminar con el conflicto armado, con lo cual, Cristiani abre la posibilidad de comenzar un verdadero proceso de diálogo. La propuesta de Cristiani posee aún un marcado matiz antimarxista, típico de la derecha, y la prueba más palpable es que en los primeros momentos de su gestión , Cristiani habla de un diálogo y no de negociación. En este sentido, el Gobierno no está dispuesto a ceder a las peticiones de la guerrilla, argumentando para ello el marco legal proveído por la Constitución de la República”…el diálogo con todos los sectores debe hacerse dentro del marco de la ley, y el que tengamos con el FMLN no tiene por qué ser la excepción “ /3 . 2 3 / Ibídem. Pág. 418. / Ibídem. Pág. 487. 4 En síntesis, son tres los rasgos existentes en la propuesta de Cristiani: Existe en ella un deliberado intento por reunir a todos los sectores antirrevolucionarios, de manera que los actuantes del proceso sean el sector democrático y el FMLN. Pero esta dicotomía ideológica plantea un grave problema, pues condena de antemano a todos los sectores afines a la guerrilla por considerarlos antidemocráticos. Se advierte el poco deseo negociador de la derecha pues “ en último término quien debe ceder a sus pretensiones es el movimiento revolucionario y no el Gobierno “ /4 El diálogo debe ser un proceso reservado, lejano a los actos propagandísticos impulsados por la Democracia Cristiana en La Palma, Ayagualo y la Nunciatura Apostólica. Pero ese carácter “ reservado” del diálogo deja fuera del proceso a la oposición política, las fuerzas vivas del país y a la iglesia. 4) El Respeto a los Derechos Humanos Planteamiento, que al igual que otros, parte de un falso supuesto, pues atribuye al FMLN la mayor cantidad de violaciones a los Derechos Humanos y el fomento del terrorismo. Por completo olvida Cristiani, la gran cantidad de violaciones atribuidas a la Fuerza Armada y a la extrema derecha, a través de los Escuadrones de la Muerte. 5) La consolidación de la democracia, que no es otra cosa más que la creación de un Estado de Derecho, “ un Estado de leyes más que de Justicia “/5. Esa creación de leyes busca ampliar mayormente el campo estatal, de manera que 4 / Ibídem. Pág.488 5 el Estado cuente con medios e instrumentos legales que garanticen su permanente intervención en los asuntos socio-económicos; dicho de otra manera, ARENA está dispuesta a gobernar “conforme a la ley, pero conforme a leyes hechas a la medida de los intereses que representa”/6 6) El respeto a la Soberanía Nacional, que en la práctica resulta casi imposible, pues la desmesurada deuda externa vincula fuertemente a El Salvador con los intereses norteamericanos. En este sentido, el Gobierno de Cristiani tiene todo para perfilarse como una continuación del Gobierno Demócrata Cristiano. El aberrante nacionalismo que había mostrado ARENA como partido opositor, se resquebraja con su llegada al poder y sufre una profunda reconversión, cuyo principal signo lo representa el traspaso de una ideología antimarxista a un concepto colectivista de superación social ( Economía Social de Mercado ). 7) La efectividad en el manejo de la Res Pública, que sólo puede lograrse con laboriosidad, honestidad y probidad. Cristiani rechaza de entrada la generalizada corrupción de la administración democristiana y propone una gestión transparente y sobre todo encabezada por gente capaz. Como puede observarse, el discurso político salvadoreño de finales de los 80’s se encuentra alimentado principalmente por la necesidad de democratizar la sociedad – lo cual implica la finalización del conflicto armado - y la necesaria transformación de la estructura económica salvadoreña, de manera que el país pueda autogestar su desarrollo a partir de una distribución equitativa de la riqueza y un decidido apoyo de la iniciativa privada. 5 / Ibídem. Pág.422 6 1.2. ANÁLISIS SOCIO-HISTÓRICO Y ECONÓMICO DE LA GESTIÓN PRESIDENCIAL DE ALFREDO CRISTIANI. Un balance general de la gestión presidencial de Alfredo Cristiani devela los principales logros y dificultades afrontadas durante su quinquenio al frente de la gestión pública. Innegable resulta la grave crisis en que se encuentra inmersa la sociedad salvadoreña a finales de los 80’s, en donde destacan dos factores que acaparan la atención del gobierno entrante: la fragilidad de la economía y el grave conflicto armado. Con ese marco de referencia, Alfredo Cristiani inicia una gestión presidencial de alta significación para la vida política de El Salvador, y como retos se plantea estabilizar la economía y finalizar el conflicto bélico, pretensiones que habrían de ocupar la mayor parte de su tiempo al frente de la República. Aunque la firma de los Acuerdo de Paz en Chapultepec, México, supuso un logro significativo a nivel nacional e internacional para la gestión de Cristiani, la economía significó su talón de Aquiles; pues todos los ajuste hechos en 6 / Ídem. 7 este campo no lograron erradicar la extrema pobreza, derivada de la mala distribución de los recursos. En materia estrictamente económica, dos etapas caracterizan a la administración Cristiani : la estabilización económica y la reorientación económica. La primera abarca el período comprendido entre Julio y Diciembre de 1989 y busca “limitar en el corto plazo la profundización de los crecientes desequilibrios y restablecer las relaciones de los precios relativos, creando las condiciones para iniciar un proceso de reactivación económica...”/7 La estabilización económica exige al Gobierno la implementación de políticas y medidas que en la mayoría de casos afectan directamente a la población. Para estabilizar los indicadores macro-económicos, el Gobierno decide implementar al menos cinco políticas. 1. POLÍTICA DE PRECIOS Desde la toma de posesión, Cristiani destacó la urgente necesidad de implementar un sistema liberal que beneficie la inversión privada. Transcurridos los primeros meses de gestión, el Gobierno comienza una reforma radical en la política de precios, la liberalización, la eliminación de los elementos monopólicos ( principalmente los generados por el Estado ), la desaparición de los subsidios y el fin de las restricciones comerciales son algunas de las acciones encaminadas a dar transparencia al mercado. Pero la teoría difiere mucho de la práctica en este caso, y la liberalización de precios, basada en el sistema de la libre competencia, generó alzas 7 / Documento BCR. “ La Gestión presidencial de Alfredo Cristiani” . San Salvador.1994. Pág. 19 8 desmesuradas en los precios de productos y servicios de la canasta básica. La supuesta estabilización de los indicadores macroeconómicos, simplemente fue un paliativo a la crisis, en realidad, el poder adquisitivo de la población de menores ingresos mermó significativamente como resultado de la liberalización “ de precios a 230 productos antes del 31 de Julio de 1989”/8. El más duro golpe dado por la Administración Cristiani a la economía popular, es el cierre definitivo del Instituto Regulador de Abastecimientos ( IRA ), el cual deriva de las exigencias mismas de un mercado libre de monopolios y sin precios fijos. 2. POLÍTICA COMERCIAL Y DE ESTABILIZACIÓN Encaminada a disminuir los desequilibrios comercial y de servicios, y fomentar las exportaciones. En este sentido la inclusión de El Salvador a mercados más amplios sólo es posible si la adhesión al GATT se vuelve realidad. Pero no basta con aumentar significativamente las exportaciones, sino perfilar una política de reactivación interna, la cual comprende básicamente el desarrollo y fomento de las zonas francas. Pero aunque las exportaciones crecieron significativamente a lo largo de la gestión presidencial de Cristiani ( Cfr. Anexo N° 5 ), las divisas obtenidas por éstas difícilmente se tradujeron en obras encaminadas a solventar la grave crisis económica de “ los más pobres de los pobres “. La eliminación progresiva de los impuestos de importación, el libre uso de las cuentas en dólares y la revisión de la Ley de Exportaciones, fueron algunas 8 / Ibídem. Pág. 21. 9 medidas impulsadas por el gobierno durante el segundo semestre de 1989 a fin de generar mayor cantidad de divisas. 3. POLÍTICA FISCAL Uno de los problemas más graves del Estado salvadoreños es el enorme déficit fiscal acumulado a lo largo de la década de los 80’s. El incumplimiento en el pago de grandes instituciones gubernamentales como el INCAFE, INAZÚCAR y la Lotería Nacional, constituye la principal causa de déficit; en este sentido el Gobierno de Cristiani pretende impulsar una reforma a la política fiscal que asegure una mayor y mejor recaudación. Aunque en un inicio únicamente se habla de modificar las Leyes de Papel Sellado y Timbres, la del Impuesto sobre la Renta y el Patrimonio; la inoperancia fiscal forzó la derogación de la primera ley y su sustitución por la del tan discutido impuesto al valor agregado ( IVA ). La implementación del IVA dejó al descubierto dos graves problemas de la Administración Cristiani: La falta de voluntad de las instancias fiscales para implementar una política más organizada que evite la gran evasión de la empresa privada, y La reiterada conducta estatal de trasladar a las grandes mayorías ( consumidor final ) los costos de los aparentes implementados por las instituciones gubernamentales. 4. POLÍTICA MONETARIA Y CREDITICIA beneficios sociales 10 Busca la inmediata estabilización y saneamiento del sistema financiero. Estos ajustes sólo son posibles privatizando la banca y proporcionando créditos para subsanar los agudos problemas de liquidez afrontados por la mayoría de bancos del sistema. El aumento en las tasas de interés para las cuentas de ahorro y a plazo constituye una política orientada a incentivar el ahorro doméstico; pero en la práctica resulta inoperante, pues la mayoría de salvadoreños no logran gozar de los beneficios de esta medida. Una vez más queda manifestada la deliberada intención del Gobierno Cristiani de beneficiar al gran capital nacional e internacional. 5. POLÍTICA DEL SISTEMA FINANCIERO Partiendo de la visión empresarial del Gobierno Cristiani, donde la banca ocupa el más privilegiado de los sitios dentro de la estructura organizacional, se crea a partir de Julio de 1989 la Superintendencia del Sistema Financiero; ente rector de la actividad bancaria, encargado principalmente de hacer cumplir el principio básico de la libre competencia en esa área. En lo concerniente a la ejecución de políticas de reorientación económica (segunda etapa del Gobierno Cristiani ), las cuales habrían de impulsarse entre 1990 y 1994, destaca la necesidad de establecer un sistema de Economía Social de Mercado que garantice una actividad económica eficiente y diversificada. El plan de desarrollo económico planteado por Cristiani se resume en tres grandes áreas de acción política: Política de reducción de la dependencia de la ayuda externa 11 ( Donaciones ). Políticas financieras de estabilización y reorientación económica Reformas institucionales y legales Al igual que las políticas de estabilización, éstas únicamente proyectan el crecimiento de los indicadores macroeconómicos y enfatizan el papel preponderante de la inversión. “ Se estima que la inversión privada tendrá un fuerte estímulo asociado con un programa de reorientación de la inversión pública a través del cual se espera que el Estado, a fin de mejorar su capacidad de ejecución, recurra en gran medida a la exportación privada para la materialización de sus proyectos “ / 9 La creación de leyes ( de Reactivación de las exportaciones, del Régimen de Zonas Francas y Recintos Fiscales, de Fomento y Garantía de la inversión extranjera ), se convierte en la primera acción concreta encaminada a subsanar la alta dependencia económica del país, pero al igual que la mayoría de acciones del Gobierno Cristiani, éstas marginan a los sectores populares y benefician directamente al gran capital. La reorientación económica desarrollada a lo largo del quinquenio tiene como eje fundamental la modernización del Estado y el incremento en la eficiencia del aparato fiscal. La adecuación en política de gastos del Estado como una medida derivada de la modernización, generó altos índices de desempleo al prescindirse de los servicios de gran cantidad de empleados públicos. La austeridad y probidad estatales, impulsadas durante casi toda la gestión presidencial, no 9 /Ibídem. Pág. 31 12 tuvieron los efectos deseados en parte por la poca voluntad política mostrada por algunas instituciones gubernamentales y la escasa eficiencia de la política de Recaudación Fiscal que sigue protegiendo a los grandes evasores y al contrabando. Ante el fracaso de algunas medidas, la Presidencia plantea nuevos ajustes a sus políticas, los cuales afectan directamente la frágil economía de los salvadoreños. Caso ejemplificante es la implementación del impuesto al valor agregado ( IVA ), con el cual se pretende mejorar significativamente la recaudación estatal, y en conjunto con la generación de divisas ( producto de las crecientes exportaciones ) , disminuir la excesiva dependencia económica salvadoreña. Las reformas institucionales y legales puestas en marcha por la reorientación económica, contemplan la creación de instancias legales que permitan la instauración de una Economía Social de Mercado y que garantice la propiedad privada. Desde el inicio de su gestión, Cristiani dejó manifiesta su intención de democratizar el capital, es decir, facilitar la incursión del capital privado en las obras gubernamentales, de manera que conjuntamente el Estado y la empresa privada aporten cantidades significativas de dinero que subsanen el problema de la pobreza extrema, tan arraigada en la sociedad salvadoreña. Pero aunque el Gobierno se empeñó en gestar una ilimitada serie de leyes que propiciaron la inversión privada con vocación social, la alta dirigencia empresarial difícilmente quiso involucrarse en semejante proyecto, lo cual automáticamente forzó al Gobierno a buscar un financiamiento para obras 13 sociales a través de organismos internacionales que a la larga terminaron por pasar la factura a la sociedad por entero. La última alternativa viable entonces para el Gobierno Cristiani es impulsar un proceso de privatización de las empresas en poder estatal, lo cual originó de inmediato un alto desempleo y un alza desmesurada en los precios de productos y servicios. La gestión presidencial de Alfredo Cristiani está llena de contraste; por un lado los ofrecimientos de campaña y por el otro la implementación de una serie de medidas muy nocivas para la economía de los salvadoreños. Quizá lo más destacado en dicha gestión sea la apertura democrática y su ideal de concertación que habrían de finalizar en un proceso de negociación y firma de los Acuerdos de paz. 1.3 . EL PROCESO DE NEGOCIACIÓN Y SU INCIDENCIA EN LA SOCIEDAD SALVADOREÑA. Sentadas las bases para la estabilización y reorientación de la economía salvadoreña, la Presidencia Cristiani ve como prioritaria la culminación del conflicto armado. La guerrilla – principal opositor político del Gobierno -, debe democratizar sus estructuras y convertirse en una institución legalmente establecida; para ello debe deponer las armas e iniciar a la brevedad posible un proceso de diálogo negociación. La Propuesta Cristiani, fundamentada en los intereses económicos de la derecha, resulta duramente criticada por la guerrilla, pues ve en ella una 14 continuidad de las presentadas por la Democracia Cristiana, en las cuales se le exige su rendición incondicional. Esta confrontación ideológica desencadenaría una agudización del conflicto armado, la cual se hizo patente durante los meses de noviembre y diciembre de 1989, cuando la guerrilla movilizó los escenarios de combate hacia la capital. La “ofensiva final” o “ hasta el tope “, constituyó una palpable muestra del estado real del conflicto armado salvadoreño. Las cuotas de poder militar se encuentran perfectamente equilibradas y no alcanza a vislumbrarse otra salida sino la negociación. Bajo este ambiente de alta tensión política y recrudecimiento de la “ guerra de baja intensidad “, Cristiani retoma su idea de concertación y lanza una nueva propuesta de diálogo negociación a la guerrilla; aunque antes de implementarla ha tenido que dialogar y negociar con los sectores ortodoxos de su partido y la Fuerza Armada, cuya oposición al proceso deriva de intereses estrictamente económicos. A este respecto, nadie ignora en el país que el conflicto armado enriqueció a muchos oficiales del ejército y a empresarios auspiciadores de las estructuras paramilitares ( Cfr. De la locura a la esperanza. Informe de la Comisión de la Verdad ). Una vez superadas las contradicciones al interior de la derecha, Cristiani plantea abiertamente la intención de su Gobierno de entablar un proceso de diálogo negociación con la guerrilla. Este proceso de diálogo pretende ser diferente a sus antecesores y para ello se implementan una serie de medidas. Destacan en este punto el incondicional apoyo brindado por la comunidad internacional ( sobre todo los Gobiernos de México, Colombia, Venezuela, España 15 y los países centroamericanos ) y la presencia de Naciones Unidas como ente regulador. Por primera vez, las partes involucradas en el conflicto negociarían sistemáticamente en un proceso calendarizado y continuo. La participación directa de Naciones Unidas en el diálogo salvadoreño es vista, por los diferentes sectores sociales, como un signo aliciente. El primer acercamiento entre el FMLN y el Gobierno se da en Ginebra, Suiza, el día 4 de abril de 1990 y supuso el establecimiento claro de los propósitos de la negociación “ el propósito del proceso será terminar el conflicto armado por la vía política al más corto plazo posible “/10. Lo importante en el inicio de este nuevo proceso es el reconocimiento hecho por ambas partes de que cualquier resultado no representa una derrota o rendición militar. Por primera vez, la negociación amplía su campo de acción y se abordan temas como : el respeto a los Derechos Humanos y la reinserción de los combatientes a la vida civil, institucional y política . La firma de este primer protocolo auguró la continuidad del proceso de negociación y facultó al Secretario General de la ONU a tomar las acciones pertinentes para evitar la ruptura del proceso. La segunda ronda de negociación ( Acuerdo de Caracas ), celebrada el 21 de mayo de 1990, fijó la agenda definitiva de la negociación, que puede sintetizarse en cuatro grandes componentes: PRIMERO. Los acuerdos políticos 10 /Documento. “ Acuerdos hacia una nueva nación. Recopilación de los Acuerdo de Paz suscritos con el Gobierno “. FMLN. San Salvador. Abril 1992. 16 SEGUNDO La concertación de un cese al fuego y de todo acto que irrespete los derechos de la población civil. TERCERO Establecimiento de las garantías y condiciones necesarias para la reincorporación de los integrantes del FMLN a la sociedad civil, dentro de un marco de plena legalidad. CUARTO Acuerdos finales para la consolidación de los objetivos del Acuerdo de Ginebra y su verificación por Naciones Unidas. Aunque los compromisos abundan en la mesa de negociación, lejos de ella, las cosas poco cambian, pues la guerra continúa cegando muchas vidas y confrontando a los dos sectores partícipes del proceso. En este punto se vuelve importante la participación de las fuerzas sociales del país ( sector sindical, obrero, campesino, iglesia , Comité Permanente del Debate Nacional y otros ) que constantemente se manifiestan a favor de la finalización del conflicto a través de la vida política. Los primeros acuerdos sustanciales de la negociación fueron los de San José, en donde ambas partes se comprometen a generar los mecanismos legales e institucionales para promover el irrestricto respeto a los Derechos Humanos en El Salvador; así como también, facilitar la verificación internacional en este campo. El acuerdo de San José, firmado el 26 de julio de 1990, sentó las bases para la apertura democrática en El Salvador, pues ambas partes reconocían públicamente su participación directa en actos violatorios de los derechos 17 individuales fundamentales, y se comprometían a cesar en un futuro inmediato dichas acciones. La más novedosa de la propuestas pactadas creación de la Procuraduría para la en dicho acuerdo es la Defensa de los Derechos Humanos, organismo nacional encargado de propiciar y velar por el cumplimiento de las garantías individuales. Satisfactoria fue la reacción del sector social del país ante la firma de este acuerdo pues vislumbra un panorama más esclarecedor, sobre todo si se tiene en cuenta que durante la década de los 80’s, El Salvador fue señalado en reiteradas ocasiones como uno de los países latinoamericanos en donde mayor cantidad de violaciones a los Derechos Humanos se cometieron. Pese a la trascendencia del acuerdo pactado en San José , y luego de cuatro meses de negociación, temas medulares como: Depuración de la Fuerza Armada y reformas constitucionales se encuentran estancados, al punto que en reiteradas ocasiones la guerrilla amenaza con abandonar la mesa de diálogo. Superadas las dificultades ( gracias a la mediación directa del Secretario General de Naciones Unidad, Dr. Javier Pérez de Cuellar ), las partes inician una nueva ronda en Oaxaca, México, donde los puntos a tratar eran Fuerza Armada y reformas constitucionales. Luego de arduas y muy confidenciales negociaciones, el FMLN y el Gobierno firman el 27 de abril de 1991, El acuerdo de México, que contempla entre otros puntos: “ El sometimiento ( a la brevedad posible ) de la Fuerza Armada al poder civil” /11 11 / Ibídem. Pág. 14 18 Reformas constitucionales destinadas a mejorar el funcionamiento del Sistema Judicial. Creación de instancias legales que permitirán el establecimiento del Tribunal Supremo Electoral, órgano encargado de ejecutar y supervisar la transparencia de todo proceso electoral La creación de la Comisión de la Verdad, integrada por tres personas designadas por el Secretario General de Naciones Unidas y cuya principal atribución será “la investigación de graves hechos de violencia ocurridos desde 1980, cuya huella sobre la sociedad reclama con mayor urgencia el conocimiento público de la verdad “/12. El acuerdo de México proporcionó a la negociación carácter irreversible, bastaba únicamente flexibilizar algunas posiciones para lograr el cese al enfrentamiento armado. Los siguientes meses aportaron logros trascendentales para la culminación satisfactoria del protocolo de Ginebra. Tanto el FMLN como el Gobierno sostuvieron pláticas al más alto nivel, con la mediación de Naciones Unidas. Los resultados no tardaron, de manera que el 25 de septiembre de 1991, en la Ciudad de Nueva York, los negociantes acuerdan firmar un nuevo protocolo que encamine el proceso hacia la recta final. Con la voluntad de ambas partes, los acuerdos de esta ronda pueden sintetizarse en : Crear la Comisión Nacional para la Consolidación de la Paz ( COPAZ ), constituida por dos representantes del Gobierno, dos del FMLN y por un 12 / Ibídem. Pág. 18 19 representante de cada partido político representados en la Asamblea Legislativa; Iniciar un proceso de depuración de la Fuerza Armada. Reducir el número de elementos activos de la institución armada. Reorientar la doctrina de la Fuerza Armada, de manera que ésta se adapte a los tiempos de paz. Creación de una institución de Seguridad Pública que sustituya a los antiguos cuerpos de seguridad pública como la Guardia Nacional y la Policía de Hacienda. Revisar la política económica social del Gobierno y su impacto en la población. Esta última ronda, que habría de convertirse en un proceso de negociación comprimida, agotó los puntos de la Agenda de Caracas; bastaba únicamente que el Gobierno y el FMLN pactaran un acuerdo final que ratificara todos los compromisos alcanzados y fijara los mecanismos para su implementación a través de una agenda. De esta manera fue que 31 de diciembre de 1991, en la sede de la Naciones Unidas, los negociadores celebran la última ronda de negociación que declara como definitivos los acuerdos suscritos en San José, México y Nueva York , y cuya ejecución propiciará el cese definitivo del enfrentamiento armado salvadoreño. La ronda final de Nueva York hace énfasis en la voluntad bilateral de mantener una atmósfera propicia en las posteriores rondas ( 5 de enero de 1992 ), donde ha de fijarse la fecha exacta de la firma de los Acuerdos finales de Paz. 20 La culminación de un arduo proceso de negociación, iniciado en 1990, abre una perspectiva diferente para la sociedad salvadoreña que comienza, a partir del 16 de enero de 1992, una nueva etapa hacia la consolidación democrática. No hay duda que la negociación política de los Acuerdos de Paz, suscritos en Chapultepec, México, solidificó la vocación democrática de los salvadoreños y puso de manifiesto la posibilidad real de la concertación. Con la finalización del conflicto armado, la sociedad salvadoreña inicia el recorrido por los senderos de la democracia brindando a sus integrantes la posibilidad de la conciliación y convivencia armónica. 1.4. LA FIRMA DE LOS ACUERDOS DE PAZ Y LA APERTURA DEMOCRÁTICA DE LA SOCIEDAD SALVADOREÑA. La firma de los Acuerdos de Paz en Chapultepec, México, el 16 de enero de 1992, significó para la vida social salvadoreña el inicio de una nueva etapa histórico-social, donde la culminación de la guerra abre la posibilidad “ para 21 convivir fraternal y solidariamente y para crear condiciones para la transformación de esta sociedad en otra muy justa”/13. Pero como era de suponerse, la abrupta transición de una sociedad en guerra a una sociedad en paz, traería grandes ajustes a las estructuras institucionales que hasta antes de la firma de los acuerdos se mantenían. Chapultepec puso fin a la era militarista de la sociedad salvadoreña y abrió espacio para la constitución de una sociedad civil participativa “cuyos ciudadanos deben y pueden organizarse libremente sin pedir permiso al Estado”/14. La desmilitarización de la sociedad implica no sólo la drástica reducción del número de elementos, sino que una profunda transformación ideológica de la institución “la cual ya no gozará de un poder absoluto, por encima de la sociedad y el derecho “/15 . 1.4.1. EXPECTATIVAS Y RIESGOS DE LOS ACUERDOS DE PAZ. Como es normal, todo proceso de reajuste social conlleva ciertos riesgos y expectativas. En el caso particular del proceso de paz salvadoreño, éstos no dejan de generarse, sobre todo, por parte de las organizaciones sociales que han seguido el proceso de negociación con detalle. En términos generales, las expectativas más arraigadas en estos grupos son las relativas al proceso de desmilitarización y su conversión en un nuevo concepto de seguridad pública ( PNC ). La supresión de los antiguos aparatos 13 /ECA. Estudios Centroamericanos. UCA. Año XLVII N° 519-520. Enero – Febrero 1992. Pág. 5 14 /Roggenbuck, Stefan. “ Sociedad Civil y Sociedad Política” artículo en “ Sociedad Participativa en El Salvador “. Fundación Konrad Adenauer. San Salvador 1995. Pág.3. 15 /ECA. Estudios Centroamericanos. UCA. Año XLVII N° 519-520. Enero – Febrero 1992. Pág. 6. 22 represivos del Estado, es tomada a bien por todos los sectores sociales, pues les permite accesar de manera directa a los espacios políticos vedados durante el conflicto armado. Pero la desmilitarización también plantea retos al Gobierno, que en lo sucesivo, tendrá que defender sus programas con instrumentos políticos adecuados a la nueva etapa social del país. A partir de la firma de los Acuerdos de Paz de Chapultepec, México, el Estado debe cambiar su rol y adecuarse a las nuevas exigencias, tendrá que abandonar sus antiguas posturas inquisitivas y convertirse en un ente de concertación cuyas posiciones deben ser discutidas públicamente y beneficiar a las mayorías. Corresponde al Estado en su nuevo rol, propiciar una política de paz con justicia social, pues solamente de esta manera, podrán superarse las causas estructurales que generaron el conflicto armado. Se trata pues, de que el Estado reasigne sus funciones y genere las garantías necesarias para dar carácter irreversible a los Acuerdos de Paz. Producto de la presión interna, el Gobierno se vio obligado a garantizar la continuidad del proceso de paz a través de la ejecución de acciones como: La instalación de la Comisión Nacional para la Consolidación de la Paz (COPAZ ), que sitúa a la oposición política como supervisor efectivo del Gobierno. Gracias a COPAZ, la confrontación izquierda derecha, comienza a superarse La supervisión de la Comunidad internacional, lo cual permitirá la construcción de los acuerdos suscritos en Chapultepec, México. En este sentido, es 23 importante la reorientación política de los Estados Unidos, pues “ya ha abandonado la obsesión ideológica y militar “/16. La presencia militar de Naciones Unidas, que vigila el cumplimiento del cese armado y la integración del FMLN a la vida política. La participación de las organizaciones populares en el cumplimiento de los acuerdos. En lo relativo a los riesgos que conlleva la implementación de los Acuerdos de Paz, destaca la poca negociación , durante el proceso, en materia económica; lo cual podría agudizar nuevamente las causas estructurales del conflicto y generar una nueva confrontación. En efecto, la negociación enfatiza el cese de las acciones bélicas, pero olvida algunos puntos medulares como la tenencia de la tierra, la erradicación de la pobreza extrema y la humanización del modelo económico impulsado por el Gobierno. Resulta importante , para el feliz término del proceso, la implementación de medidas certeras que alivien el alto peso económico acarreado por las grandes mayorías. Aunque la reconstrucción nacional es tarea de todos, debe tenerse muy en cuenta que junto al crecimiento material e infraestructural, se necesitan nuevos fundamentos éticos. En resumen, esta nueva etapa histórica de El Salvador , requiere de esfuerzos colectivos, de participación ciudadana y el surgimiento de nuevas instituciones políticas que representen verdaderamente los ideales de la nueva sociedad en construcción. 16 / Ibídem. Pág. 8 24 1.4.2. LIMITACIONES Y ALCANCES DEL PROCESO DE PAZ. Si bien es cierto que la firma de los Acuerdo de Paz en Chapultepec, México, resulta un caso insólito en las guerras civiles de todo el mundo, éste adolece de algunas limitantes que pueden entorpecer el desarrollo del mismo. Al respecto destaca la poca importancia atribuida durante la negociación a las causas estructurales del conflicto, sobre todo, aquellas que conciernen a la distribución y tenencia de la tierra. A excepción de algunos puntos relacionados a la consolidación de la reforma agraria, la negociación FMLN - Gobierno, no prevé la amplia demanda de tierra y recursos económicos que producirá la desmovilización del ejército y la guerrilla . Otra importante limitación en el proceso de paz la constituye el radicalismo de alguna parte del sector industrial salvadoreño que bajo ninguna perspectiva está dispuesto a aportar dinero para programas de reinsersión social. Esto lógicamente tiene un fuerte impacto en la economía estatal , que se endeuda más o recurre a programas de donación que le permitan financiar los Acuerdos de Paz. Ante la poca capacidad económica, el Gobierno plantea una reestructuración de la recaudación fiscal, es decir, aumentar tres puntos al Impuesto al Valor Agregado ( IVA ), para que sean los mismos salvadoreños los que paguen los “ costos de la paz “. Coyuntural o no, la medida impulsada por el gobierno arenero termina nuevamente afectando la economía de las mayorías. En relación a los alcances de la firma de los Acuerdos de Chapultepec, México, el panorama se presenta más alentador, pues los drásticos cambios en la 25 organización social del país brindan una mayor apertura y propician un verdadero pluralismo, síntoma claro de una naciente democracia. La desmilitarización de la sociedad salvadoreña y el fin de los aparatos represivos de la oligarquía, permiten la incorporación de la sociedad civil en general a las actividades de cumplimiento de los Acuerdos de Paz. Con la llegada de la paz, el control del ejército sobre el poder político desaparece. La autonomía de poderes comienza a vislumbrarse realmente durante este período, pues el Estado reencausa sus roles y deja de preocuparse exclusivamente por el conflicto armado para atender programas de bienestar social dentro de los grupos económicamente más desprotegidos. Para el Gobierno, la firma de los Acuerdos de Paz supone la transacción de espacios políticos, de manera que exista cabida para una nueva fuerza: la izquierda, que con todos su empuje está dispuesta a convertirse en una verdadera oposición para el Gobierno. Para el FMLN, los Acuerdos no sólo representan la más digna salida del conflicto armado, sino la posibilidad real de convertirse en una fuerza política legalmente establecida y representativa de las grandes mayorías. Para el Gobierno norteamericano, la finalización del conflicto supone una oportunidad que “ le permite zafarse de una situación contracorriente en su patio trasero “/17. Es decir, una buena oportunidad para evitar los gastos que ocasiona la pacificación de Centro América. 17 / Arriola, Joaquín. Et al. “ Alcances y límites de la Concertación Social “ ECA. Estudios Centroamericanos. UCA. Año XLVII. N° 521. Marzo 1992.Pág. 218 26 Para lo Fuerza Armada, los Acuerdos, significaron la pérdida de muy buenos privilegios ( Franquicias , IPSFA. [Instituto de Previsión Social de la Fuerza Armada] ) y la significativa reducción de su presupuesto institucional. Finalmente, para el pueblo salvadoreño, los Acuerdos de Paz, significaron ganancia en el campo político y el inicio de una cultura democrática con respeto a los Derechos Humanos. En síntesis, desmilitarización y apertura democrática son los dos principales legados de la firma de los Acuerdos de Paz, que representan para la nueva sociedad civil salvadoreña, la oportunidad de encausar sus estructuras e instituciones hacia la política participativa. 1.4.3. LA SOCIEDAD CIVIL SALVADOREÑA Y EL NUEVO ROL DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS. La Firma de los Acuerdos de Chapultepec, México, permite la participación de los ciudadanos ( que han dejado de ser simples electores ) en actividades estrictamente políticas. “ La formación libre, el funcionamiento autónomo y la relación mutua basada en la libertad de asociaciones, gremiales y partidos, constituyen el fundamento del pluralismo de la sociedad civil.”/18. El tránsito de una sociedad militarista, altamente polarizada en sus estructuras políticas, a una participativa; supuso la disolución de las viejas estructuras ideológicas del Gobierno y la renovación doctrinaria de los partidos 18 / Roggenbuck, Stefan. “ Sociedad Civil y Sociedad Política “ en “ Sociedad Participativa en El Salvador “. Fundación Konrad Adenauer. San Salvador 1995.Pág. 4. 27 políticos que en lo sucesivo deben convertirse en verdaderos representantes de las mayorías. Los retos de la sociedad participativa son variados, sobre todos si se toma en cuenta que los ciudadanos que la constituyen son entes críticos y propositivos, “ desconfiados y exigentes con respecto a la articulación y representación de sus intereses “/19 En el caso de la sociedad salvadoreña de postguerra, dichas características se acentúan, pues la irrepresentabilidad de los partidos políticos obliga a muchos salvadoreños a buscar nuevas alternativas que satisfagan su nuevo pensamiento político. Una de las principales innovaciones de esta transición democrática salvadoreña es el surgimiento de una verdadera sociedad participativa donde el liderazgo político deja de ser una actividad propia de una clase: los políticos ; para convertirse en derecho de cualquier ciudadano. La nueva política exige nuevas leyes , y por lo tanto, una nueva clase política agrupada en nuevos institutos. Los partidos políticos de los tiempos de paz no pueden seguir promoviendo doctrinas sectaristas, su rol debe modificarse de manera que logre crear instituciones representativas y que aporten significativamente al proceso de paz que juntos construimos desde 1992. Los nuevos actores del proceso político, deben recoger y representar los intereses sociales mayoritarios, pero deben estar concientes de que “ el pueblo parece estar cansado de la forma como actúan los partidos políticos “ /20. Ante 19 20 / Ibídem. Pág. 5 / Roggenbuck, Stefan. “ El Papel de los partidos políticos en la transición salvadoreña “ , en “ Partidos y actores políticos en transición: La derecha, la izquierda, y el centro en El Salvador “. Fundación Konrad Adenauer. San Salvador 1996. Pág.4 28 esta inconformidad del electorado, los nuevos políticos deben cumplir una nueva misión: movilizar y socializar a los ciudadanos. “ Iguales derechos y prerrogativas para todos los ciudadanos “ constituye el ofrecimiento inmediato de los partidos políticos que en buena parte han comprendido, luego de firmados los Acuerdos de Paz, “ que su misión es la de representar a la sociedad en su conjunto y de no favorecer la división de clases al representar a un solo sector de la misma “ /21. La pluralidad política de la nueva sociedad civil salvadoreña resulta vital para la correlación de fuerzas y la reasignación de cuotas de poder, de manera que, el partido político deje de ser una simple institución eleccionaria y se convierta en un ente dinámico, cuyos aportes a la consolidación del proceso de paz sean trascendentales. En síntesis, los nuevos tiempos exigen a los partidos políticos su modernización, sin olvidar que su poder radica en la representatividad que tienen y que por lo tanto, democratizarse es prioritario dentro de esta nueva etapa transitoria. Todos los esfuerzos de los políticos deben orientarse a la consecución del bienestar común y la concertación, pues únicamente de esta manera, los Acuerdos de Paz, suscritos en Chapultepec, México, podrán convertirse en una realidad irreversible y de amplia cobertura. Los políticos deben rehacerse de la confianza ciudadana, deben recordar que ante todo son representantes, gestores de un orden democrático compartido con sus conciudadanos, y que por lo tanto, su principal cometido es 21 / Ibídem. Pág. 7. 29 velar por el estricto cumplimiento de las leyes y la búsqueda del beneficio general. Corresponde además al político de esta época, propiciar la cultura del debate; tan requerida para el fortalecimiento de la democracia. Grandes pactos sociales deben generarse a la brevedad posible, sólo así, la grave crisis política podrá ser superada y el país podrá encaminarse por el auténtico camino de la gobernabilidad con equidad social.