102 El maravilloso mundo de mañana "como hemos traído la imagen del terrenal [mortal, humano], traeremos también la imagen del celestial", que es espíritu (versículo 49). Jesucristo es el primogénito entre muchos hermanos (Romanos 8:29; Colosenses 1:18) quienes nacerán de Dios por una resurrección (Juan 5:25-29; 6:39, 40, 44). Jesucristo, el Rey de reyes, es perfecto en carácter, con honestidad, integridad, fidelidad y lealtad absolutas. Está lleno de un amor desbordante por sus gobernados, de interés por su bienestar y su salvación; lleno de conocimiento y sabiduría, con un entendimiento supremo; lleno de amor, misericordia, paciencia, bondad, compasión y perdón. Pero también es poseedor de un poder sin límites y no cederá con respecto a su ley perfecta, la ley del amor, ni en una millonésima de milímetro. Impondrá la ley de Dios, el gobierno divino, en la Tierra. Obligará a la humanidad altiva, carnal y rebelde a someterse totalmente al gobierno divino. Nadie será engañado, como lo está actualmente la gran mayoría de la humanidad. Tedos sabrán la verdad. No habrá confusión religiosa. Los ojos de todos se abrirán para entender la verdad. Los hombres aceptarán la enseñanza y empezarán a vivir según el camino de Dios, el camino de un interés auténtico por los demás, el camino de los verdaderos valores, el camino de la paz, la felicidad, el bienestar y el gozo. El crimen, la enfermedad, el dolor y el sufrimiento desaparecerán. La pobreza y la ignorancia serán proscritas. Habrá sonrisas en los rostros radiantes de la gente. Los animales salvajes serán mansos. La contaminación del aire, del agua y del suelo desaparecerá. El agua será cristalina y pura; el aire fresco, puro y reconfortante; la tierra negra y fértil producirá gustosos alimentos. Donde antes había desiertos, montañas y mares habrá profusión de flores, árboles y arbustos de gran belleza. Será un mundo lleno de seres humanos felices y radiantes bajo la guía, la ayuda, la protección y el gobierno de seres inmortales que antes fueron mortales. Todos los mortales sabrán que ellos también pueden heredar vida eterna con gozo y felicidad supremos. ¡Qué cuadro más maravilloso!