Tecktonik: La Nueva Euforia de Collages y Yuxtaposiciones de

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Tecktonik: La Nueva Euforia de Collages y Yuxtaposiciones de Estilo.
Por: Edwin Alonso Montes Marín.
Educador.
emontes191@gmail.com 3146225371
Considero equivocado que cada vez que surge un nuevo tipo de expresión juvenil que
implica elementos estéticos desde el vestir, entre otras manifestaciones, la sociedad
corra a estereotipar, tipificar, ó como se volvió costumbre en nuestra ciudad “pueblo
grande” de Medellín, considerar a priori, esta, como una nueva “tribu urbana”. Es
prudente ir superando este concepto sociológico que tan oportunamente aportó en su
momento el sociólogo francés Michel Maffesoli al realizar una interpretación
socioantropológica sobre la conformación de grupos juveniles urbanos en lo que él
denominó, el retorno a lo tribal.(El tiempo de las tribus 2004)
Actualmente, la mayoría de expresiones y colectivos juveniles que vienen emergiendo
y mutando constantemente, no se les debe denominar como movimiento puesto que
no lo son, ni como cultura, ni mucho menos tribu. Tal vez en Bogotá existan algunos
visos de tribus, o en las ciudades europeas, más no en esta provincia paisa. Lo que
sucede es que manejamos muchos mitos, nos acostumbramos a los imaginarios
personales y colectivos, y a los expertos en jóvenes desde las bibliotecas y los
escritorios, teóricos que los abordan desde los textos y no desde los contextos.
Realidad que en consecuencia, genera desinformación, angustia y fortalecimiento de
la subjetividad.
Como educador e investigador encuentro más prudente, respetuoso y menos
pretencioso, hablar de escenarios y estéticas juveniles urbanas con sus respectivas
dinámicas de consumo.
1. La Tecktonika como Escenario Cultural de Masa.
Es importante recordar que como efecto de los mass media, en especial: la internet y
la televisión internacional, se logró consolidar una cultura de mundialidad en la cual,
las circunstancias infantiles y juveniles, pasaron de ser realidades de carácter regional
y/o nacional, a circunstancias de carácter mundial, manifestadas en coincidencias de
consumo en todos los rincones del planeta. Es así, como una expresión estética desde
el vestido y el baile, se constituye en oleada de carácter mundial que agrupa
virtualmente a los jóvenes del planeta, euforizados por lo novedoso, el presente, el
consumo y el impacto de lo inmediato.
“Todos están, en efecto, invitados a modelar su propia imagen, a adaptarse, a
mantenerse, y a reciclarse. El culto de la juventud y del cuerpo avanzan al unísono,
reclaman la misma atención constante hacia uno mismo, la misma vigilancia narcisista
y la misma obligación de información y adaptación a las novedades”1.
1
LIPOVETSKY, Gilles. El imperio de lo efímero. 2004
Para los jóvenes, la sociedad de consumo se entiende como un nuevo sistema de
sociedad, de socialización, de sujeto, de forma de ser y de estar en el mundo, incluso
como un valor que no se puede reducir a la estimulación de necesidades y al
hedonismo.
En estos consumos de masa, adquiere una gran importancia la expresión estética,
entendida como cierto tipo de fenómenos particularmente resbaladizos, mutantes y
difíciles de definir. Tal es el caso de la última novedad del momento a nivel mundial, la
tecktonika.
Apoyados en la difusión de canales como M6 y france 3, Canal +, y TF1, entre otros.
El subir videos en línea a sitios como Dailymotion.com, You Tube y en nuestro medio a
través de Facebook, My Space, se ha logrado conocer, difundir y consolidar a nivel
mundial con estrellas como Yelle (Julie Budet), artista francesa que utilizó el baile
teckto en su video “A cause des garços”.
Este tipo de baile tiene sus inicios desde finales de los años ochenta en Melbourne
Australia con el “Shuffle Dance” (Melbourne Shuffle Dance), el cual mezcla elementos
del tecno, el trance, el hardstyle y el jumpstyle, los dos últimos, originarios de Bélgica y
Holanda.
El baile consiste en realizar movimientos robóticos con el cuerpo, mientras los pies se
deslizan sobre el piso, finalizando con fuertes y marcados pasos.
A partir del 2000 con los conocidos “Tecktonik Killer”, (competencias de baile) que
retoman los duelos propios de la escena hip-hop y cara a cara, se organizaron en
parís, desafíos en los cuales los jóvenes confrontaban su habilidad y creatividad en las
variables del baile, introduciendo el “movimiento de brazos en forma de olas” y en
todas las direcciones como característica fundamental de la teckto.
Escenarios diversos de ciudad, parques, antros, puntos tecktonik y discotecas como
Metrópolis en París, son reconocidos como los núcleos del surgimiento de la
tecktonika. En la actualidad, su aparición en toda Europa, Estados Unidos y
Latinoamérica, es evidente.
En la escena mundial, muchos jóvenes encuentran en estas manifestaciones un
agente de personalización, en una sociedad en donde han desaparecido las grandes
identidades sociales, los modelos, variando la forma tradicional de construir identidad
personal, en muchos casos desde la confusión, sintiéndose así, obligados, a escoger y
cambiar constantemente los elementos que fundan su modo de ver, entender y vivir la
vida, posibilitando una cultura de masas que estimula la homogeneidad de los seres,
reivindicando el individualismo y los valores hedonistas.
Todo lo anterior desde una “cultura global de consumo” en la cual de una u otra
manera estamos todos inmersos.
“La oferta abismal del consumo desmultiplica las referencias y modelos, destruye las
formulas imperativas, exacerba el deseo de ser integralmente uno mismo y de gozar
de la vida, transforma a cada uno en un operador permanente de selección y
combinación libre, es un vector de diferenciación de los seres”2.
2
LIPOVETSKY, Gilles. La era del vacío. 2005
2. ¿Estética Teckto?
Así como “no hay historia de la estética sino de las teorías estéticas”3, tampoco es
posible hablar de una disciplina que se ocupe de solo una de las categorías estéticas,
las cuales son múltiples desde las teorías y tendencias filosóficas.
Cuando abordamos las estéticas juveniles contemporáneas, nos referimos a la
“prosaica”: la estética en la vida cotidiana, es decir, una socioestética (la estética de la
vida social), en tanto práctica social de legitimación de ciertos objetos para la
contemplación artística. Esta tiene que ver con un sinnúmero de variables y mixturas,
que se van sucediendo en un devenir constante, de acuerdo a las circunstancias
epocales caracterizadas por mutaciones vertiginosas, más en sus formas que en sus
contenidos.
Considero muy importante superar la fascinación por las apariencias ligada a los
estereotipos y pasar a preguntarnos por el mensaje que subyace en las estéticas
juveniles actuales. Solo algunas de ellas, tienen relación directa con alguna postura,
reacción, propuesta y/o filosofía frente al orden, institución y/o medio social. La
mayoría, responden a la dinámica de consumo, propia de preadolescentes y
adolescentes en proceso de formación. Si embargo, aún sin proponérselo, sin
conceptualizarlo, los jóvenes nos están comunicando muchas de las coordenadas que
nos pueden aproximar a su realidad, y en consecuencia, conocerla objetiva y
auténticamente.
En la expresión estética teckto nos encontramos camisetas muy ajustadas al cuerpo
que resaltan unos pectorales bien formados y un abdomen plano, igualmente jeans
pegados al cuerpo con materiales livianos y texturas en lo posible con cierta
elasticidad que permita los movimientos del cuerpo, esto en consecuencia nos habla
de cuerpos especialmente delgados, lo cual a su vez exalta un gusto estético por la
proporción de las formas y el ejercicio de un culto al cuerpo mismo. Aquí, el
hedonismo y narcisismo se constituyen en valores.
Tenis vans que posibilitan comodidad en el baile y en los desplazamientos por la
ciudad, peinados que retoman las crestas, la estética pok`, el visual y el elegant.
Algunos portan el diseño del águila o la abreviatura TCK marcada en la cabeza
rapada.
Se retoman colores propios de la estética metrosexual y gay, tales como el rosa, el
fucsia en contraste con el negro y el blanco. Los colores tipo neón y apastelado,
evocando el dance, trance y style.
Es así, como el reciclaje de múltiples estilos se fusiona para generar otra “nueva”
manifestación estética contemporánea, las cuales no pasan de ser oleadas efímeras
de moda emergente. Al tiempo, se vienen consolidando las que serán protagonistas: la
estética andrógina, krumping, stap-vp, jabbawockeez, entre otras, permitiendo
comprender las estéticas juveniles como la dinámica de la obsolescencia de los
signos, sentidos, significados y significantes.
3
MARCHAN FIZ, Simon. Teoría de las estéticas, Bayer, 1984.
Lo más interesante de todo esto tiene que ver con el proceso de búsqueda de
elementos para la construcción de una identidad, en donde la fragmentación del yo y
la consolidación de una personalización narcisista, son factores determinantes para
individuos que consumen sumisa y acríticamente, combinaciones, yuxtaposiciones y
lógicas múltiples que instauran una identidad compleja e indefinida.
La mayoría de los elementos identitarios provienen de otros contextos, y se consolidan
a través de los grupos de iguales de manera local, con características propias desde
las cuales se determinan consumos y comportamientos.
La mutación no es individual, es grupal. Lo fundamental no es solo el estilo, este se
cambia por cambiar, por marcar la diferencia y la vanguardia, para darse importancia a
uno mismo, para hacerse visible socialmente, para causar impacto, reprobación,
aprobación, confusión, pero ante todo, para fortalecer la hegemonía de lo joven como
principio de imitación social.
A través de las estéticas juveniles contemporáneas debemos descubrir cómo están los
jóvenes percibiendo el mundo, de qué manera lo resignifican y se convierten en
constructores de sentido, cómo realizan el “homo ludens” obteniendo el “fruit” de la
vida, cuál es su valoración de la belleza, su nueva escala de valores, sus diversas
expresiones, así como su sensibilidad y su sensualidad. Frente a esto no podemos
permanecer estáticos.
“La identidad se inicia justamente en lo que Lacan denominó como “fase espejo”,
momento en que el sujeto se percibe ya no desde el interior en su individualidad
biológica y sus apetencias, sino desde el exterior en el modo en que es visto por el
otro”4.
4
LIPOVETSKY, Gilles. La era del vacío. Op. Cit. 2005.
3. El Baile Teckto. Entre el Neonarcisismo, el Exhibicionismo, el Espectáculo y la
Socialización Juvenil.
“La danza es como muchos nuevos lenguajes, todos los cuales expanden la
flexibilidad y el alcance de uno. Igual que el erudito de los lenguajes, el bailarín
necesita el mayor número de lenguajes posible; jamás hay suficientes”5.
En el baile teckto, la clave fundamental consiste en lograr hacer coincidir cada
movimiento de piernas con el beat (golpe) de la canción y acompañar con un
excelente flow (movimiento) en las manos, el cual se encarga de imprimir energía y
electrizar todo el cuerpo. La habilidad y creatividad en cada movimiento, permiten al
joven, posicionarse frente al grupo de iguales, lo cual, en iguales proporciones, inyecta
importantes dosis de autoestima y reafirmación personal.
El reto del baile, retomado de la escena hip hop, compromete a los jóvenes con una
disciplina de entrenamiento que les permite superarse a sí mismos de manera
constante, elemento sin el cual, irán ocupando posiciones menos relevantes ante el
grupo. Interesante aspecto que contrasta con una sociedad en donde existen tantos
profesionales instalados en las diversas áreas del conocimiento. A su vez, reto para
una educación estática que debería lograr iguales y/o superiores niveles de motivación
e identificación en los procesos de aprendizaje y de formación.
5
BARISHNIKOV, Mijail. Barishnikov at work, New York, 1976
Ese gusto por ver y ser visto, denominado por los expertos como el “Pam Opticom”, no
lo podemos entender como un simple exhibicionismo propio de inmaduros narcisistas,
más si, como expresiones de jóvenes en búsqueda, que no solo se están haciendo
visibles ante un colectivo social para el cual en la mayoría de los casos, no importan ni
existen, sino además, como una de las más autenticas manifestaciones de su
potencial comúnmente desconocido, inutilizado y no tenido en cuenta.
Cuando observamos a nuestros niños y adolescentes en las calles, es más fácil y
común, hacer desde la distancia, lecturas apocalípticas que de entrada descalifican,
descartan y estereotipan sus múltiples expresiones. ¿Pero que tal si en ellos
descubrimos la oportunidad educativa?
Es tiempo de que nuestra sociedad y nuestra educación sea más incluyente con el
niño y el adolescente, que acompañemos sus búsquedas valorando su potencial y los
diversos aportes que ellos pueden brindar. Que los abordemos desde su circunstancia
histórica real, no solo desde la espectacularidad de sus estéticas, apariencias y/o
prácticas, sino, de lo importante que ellas nos hablan, de su dimensión interior, de lo
que pasa por sus mentes y se consolida en su acción, de sus espíritus frescos, libres y
rebeldes que piden a gritos, líderes, referentes, seres significativos que transmitan
razones y sentidos importantes para vivir.
No se trata de una invitación a la apología ni a la contemporización, se trata de ver un
poco más allá de nuestras narices, de comprometernos más y no seguir brindándoles
las migajas con las que hasta hoy se les ha pretendido acompañar.
Una sociedad que pretender forjar lo más sublime y valioso, sus baluartes, es decir,
sus hombres y mujeres, con el bagazo, con el sobrante, con los rescoldos de
humanidad, no es digna de seres capaces de afectar la historia. Es imperativo que
logremos causar efectos importantes en la vida del niño y del adolescente, y eso solo
lo podemos lograr con altas dosis de compromiso, dedicación, esfuerzo, congruencia,
carácter, comprensión y amor. Finalmente, todo depende de con qué lente y con qué
dolor miramos al otro.
Cuando asisto a las integraciones teckto, a los cosplay otaku, a los toques emo, a los
encuentros de flogers o las batallas hoppers, me resisto a juzgar aquello como simple
exhibicionismo, y es entonces cuando descubro formas jóvenes de exorcizar el
aislamiento, la soledad, el anonimato, la indiferencia y el olvido.
Estos son escenarios de socialización juvenil que permiten comunicar con el otro,
reinventar y redimensionar las realidades que se viven en la monótona cotidianidad de
la ciudad contemporánea, no para evadirlas, pero si para afrontarlas de manera
diferente a la sociedad anquilosada.
Intercambio de capitales simbólicos, de iconos, músicas, modas, objetos y saberes,
son el clima perfecto para hacer nuevos amigos con los cuales conformar nuevas
comunidades de interacción que superan las fronteras del hogar, el barrio, la escuela,
la ciudad… Seres con quienes vivir y compartir una etapa transitoria y maravillosa de
la vida, de manera colorida, llena de movimiento y en constante mutación, para no
morir de tedio, superando los paradigmas de la tradición.
Mientras tanto, quienes siguen mirando desde fuera, desde la distancia, quizá lo único
que perciben, sea, un espectáculo.
Estos bailes hablan de jóvenes que avanzan con y hacia ideas nuevas, rompen con el
estatismo de las seguridades adquiridas y se aventuran a nuevas experiencias que
generan a su vez, nuevas propuestas, nuevos caminos, nuevos lenguajes, significados
y significantes. Aquí la danza tiene un valor estético para quienes la presencian y va
más allá del vestido.
“El cuerpo es más que tan solo otra máquina, indistinguible de los objetos artificiales
del mundo. También es la vasija del sentido del yo del individuo, de sus sentimientos y
aspiraciones más personales, al igual que la entidad a la que otros responden en una
manera especial debido a sus cualidades singularmente humanas”6.
4. La Tecktonika: vida, creatividad e inteligencia cinestésicocorporal.
En los colegios, en las calles de la ciudad, observo jóvenes que “viven en blanco y
negro”, estas experiencias de vida equivalen no sólo a una opción estética, sino, en
alto porcentaje, al nivel de frustración que experimentan en una sociedad vacía y sin
sentido. Igualmente, me colma de alegría y esperanza, encontrar una inmensa
mayoría que no se resignan ni asumen el roll de victimas y/o condenados, y “a pesar
de todo”, optan por vivir y ser felices, “viven a colores”. Estos colores nos hablan de
sus potencialidades, actitudes y vivencias.
Podemos afirmar que la mayoría de los jóvenes actuales son fundamentalmente
eróticos, entendiendo la erótica como la expresión de la vida en todas sus
dimensiones.
Se trata de una generación emergente que quiere vivir intensamente, encontrarle
sentido a la vida, chupándole el tuétano hasta lo más profundo, como nos lo recuerda
el poeta Horacio en su “Carpe Diem”.
6
GARDNER, Howard. Estructuras de la mente: la teoría de Las inteligencias múltiples. 1994
Lograr que ellos asuman una actitud que supere el presentismo, la aceleridad, el sin
sentido y el vacío de la ausencia de sí mismos, constituyen entre otros, retos
fundamentales para la sociedad actual, especialmente desde la familia y la escuela.
Deslizarse en las calles sobre un skate, saltar aceras con patines y bicicletas, bailar en
una esquina o en un parque, conversar entre iguales o catar silencios, son medios que
ellos utilizan para convertir el gris monótono de la ciudad, en un escenario
apasionante, rompiendo con la introversión y el aislamiento, desarrollando así, la
erótica de la vida.
Si los observas, sus vestidos como texto visual, sus gestos y bailes como expresión
corporal, comunican siempre un mensaje implícito. Así, el conjunto de elementos que
confluyen en una reunión de “iguales”, se convierte en un producto a través del cual se
están comunicando creativamente, eligiendo lenguajes expresivos tales como el baile,
el vestido, los capitales simbólicos, entre otros.
“Aquí la creatividad representa una descarga del potencial afectivo que se acumula por
efectos de la represión, por no descargarse; y solo se exterioriza en manifestaciones
creativas u oníricas. Esta experiencia proporciona placer, tranquilidad, aliviamiento en
el individuo, siendo así, un componente importante de la liberación y por lo tanto de la
educación y la salud mental”7.
La extraordinaria destreza ejecutando movimientos en claves de forma y tiempo, la
combinación de cualidades de “distancia, intensidad, relaciones espaciales y fuerza
variadas, nos permiten mirar la inteligencia corporal en su forma más pura”.
Descubro en el movimiento de sus cuerpos, una actitud indagadora, propia de quien
no se detiene, lanzándose de manera positiva a la búsqueda de nuevas posibilidades,
a la superación de sí mismo, a la obtención de experiencias nuevas, ideas,
conocimientos prácticos, reales y útiles.
De múltiples maneras, los jóvenes nos están mostrando su inmenso potencial, dentro
y fuera del aula. Ese grito lo acompaña la realidad adulta que no sabe cómo
desarrollar dicho potencial.
La pésima formación pedagógica, característica de la pésima e inútil educación
colombiana, ha gestado “educadores” que carecen de criterios pedagógicos y
educativos, en consecuencia, el acto educativo carece de método, didáctica,
pedagogía, pertinencia y coherencia histórica.
Es en ese contexto en donde sigue primando una “educación” (si es que se puede
llamar así), macrocefálica, centrada en el cerebro y en la acumulación de datos sin
generar procesos de pensamiento, instaurando la hegemonía de la cabeza, no del
cuerpo, sin comprender que lo uno no elimina lo otro.
Tal como afirma Howard Gardner, “Ha pasado el momento de admirar una inteligencia
concebida de acuerdo con moldes limitados: es indispensable comprender la
complejidad de la inteligencia múltiple”8. Se trata de la emergencia de otras
7
8
BRANDA, María. Creatividad y comunicación. 2005.
GARDNER, Howard. Op. cit. Estructuras de la mente: la teoría de las inteligencias múltiples. 1994
inteligencias que nuestros jóvenes utilizan y que en nuestro medio no han sido
desarrolladas.
Tal es el caso de la emergencia de una inteligencia cinestesicocorporal. “Una
característica de este tipo de inteligencia es la habilidad para emplear el cuerpo en
formas muy diferenciadas y hábiles, para propósitos expresivos al igual que orientados
a metas”9.
A partir de ella podemos desarrollar las múltiples inteligencias, pues finalmente no se
puede obtener algo, sólo por medio del ejercicio de una sola inteligencia. En el baile
por ejemplo, están incluidos varios dominios intelectuales.
¿Es posible que haciendo esta conexión, podamos desarrollar en nuestros jóvenes,
altas competencias en matemáticas, física, química, filosofía, entre otras? De acuerdo
con la experiencia podemos afirmar que sí, y más aún, obtener excelentes efectos en
aspectos actitudinales y emocionales. Es la posibilidad de captar la frecuencia
adecuada para activar auténticos procesos de formación, aprendizajes y de
pensamiento creativo.
“El movimiento es una operación mental extremadamente importante. Es fundamental
para la creatividad. Es casi imposible ser creativo sin tener cierta destreza en el
movimiento”10.
Lo que advierto es una generación con un alto potencial que no encuentra quien
comprenda la realidad de sus lógicas de funcionamiento para poder encausarlo en el
desarrollo máximo del mismo. Creo que padres y maestros tenemos que
desinstalarnos, investigar, estudiar, acercarnos a los niños y jóvenes para aprender de
ellos y con ellos, redimensionando nuestras propuestas educativas y los aspectos más
fundamentales de la vida misma. Creo que solo así lograremos ser el referente
significativo y la respuesta que ellos necesitan y que aún no llega.
Mientras tanto, ellos seguirán bailando, seguirán vistiendo sus propios colores,
continuarán escuchando sus músicas, es decir, seguirán palpitando con sus inmensas
ansias de vivir, formulándose las preguntas fundamentales de la vida en el complejo
mundo en el cual les correspondió vivir. Nos repetirán día a día, una vez más, que a
pesar de ellos y a pesar de nosotros mismos, no se han muerto los sueños, no ha
fallecido la esperanza, que aún creen que sus padres y maestros pueden aportar
extraordinarios elementos para la construcción de sentido y el proyecto de vida
deseada.
De algo estoy convencido, con o sin nosotros: niños, adolescentes y jóvenes, no se
detendrán…
9
GARDNER, Howard. Mentes creativas: una anatomía de la creatividad. 1998
DE BONO, Edward. El pensamiento creativo. 1994.
10
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