Parece ilógico pensar que pasados treinta años, se siga recurriendo a la potencia de los arcos como indicador de material recomendado para la caza de una u otra especie. El arco no mata - nunca lo hizo -, lo que mata es la punta empujada por la flecha que la impulsa desde detrás. Después de utilizar la potencia de arco durante décadas como un indicador cómodo, en relación con la letalidad, se ha pasado a un nuevo concepto: La Energía de la Flecha. El arco trasmite su energía acumulada “ Energía Potencial” a la flecha “ Energía Cinética”, con un mayor o menor rendimiento “ Eficiencia del Arco “ – dependiendo de la calidad del arco normalmente -, y se traduce en un proyectil de una masa dada que viaja a una velocidad resultante. La combinación de esta masa de flecha siempre constante y de la velocidad que sea capaz de imprimirle el arco, es la base real de la estimación de energía letal con la que deberíamos de trabajar. NO CON LA POTENCIA DEL ARCO. PIEZA DE CAZA ENERGIA MINIMO MOMENTO Peso de flecha ( ft/ sg ) Mínimo suficiente grs. Potencia Arco 20 - 30 0,27 300 40 40 0,36 350 45-50 50 - 55 0,38 400 50-55 55 - 60 0,4 500 55-60 En las últimas décadas se ha venido calculando la energía de la flecha contemplando- según las Leyes de Newton- como su masa multiplicada por la velocidad al cuadrado. Esta energía en movimiento ó Energía Cinética “Ec”, podemos medirla a la salida del arco o a distancia de impacto. “Ec”0 ó “Ec”1. Lo realmente importante es la energía con la que la flecha llega a la pieza, y aunque esta distancia, en términos reales, es distinta en cada lance, bien podríamos servirnos de un valor medio: digamos 20 ó 30 metros. Pero debemos de cuestionarnos si, este valor de la energía es un buen indicador de la capacidad letal de una flecha. Podríamos, además de este considerar otros valores. Pero ¿ Por qué cuestionar la Energía Cinética ?. Puesto que la masa de una flecha no desaparece, se mantiene, y puesto que lo que mata realmente es la capacidad de penetrar de una flecha, habrá que convenir que no siempre la mayor velocidad implica mayor penetración. Un proyectil a gran velocidad al entrar en un fluido genera una fuerza contraria que evita que penetre en él mayor cuanto mayor es su velocidad. Pongamos un ejemplo. Tratemos de introducir nuestro brazo en el agua a una velocidad de 200 km por hora ó hagámoslo a un metro por segundo. La resistencia del agua será mínima en el segundo caso y muy grande en el primero. Será más fácil llegar al fondo despacio que deprisa. Dos proyectiles de diferente masa lanzados contra un blanco con diferente velocidad, pero como la misma Energía Cinética. ¿Cual penetra más el más pesado o el más rápido?. La práctica es tozuda y penetra más el más pesado, el más rápido pierde su velocidad también de forma exponencial. Otro ejemplo. Dos proyectiles con igual Energía Cinética 93 Pies/libra. El primero una bala del calibre 22 de 40 grains disparada a 1025 p.p.s.. El segundo una flecha de caza de 700 grains disparada a 245 p.p.s. Ambos proyectiles tienen la misma Energía Cinética. Si los disparamos en un fluido, digamos una piscina, ¿ Cual penetra más ?. El resultado es sencillo, la bala se para rápidamente. Su velocidad disipa su energía en la fricción que se genera. La transmisión de energía es rápida y no se emplea en penetrar. La flecha seguramente habrá profundizado hasta el fondo de la piscina rompiéndola y generándonos un grave problema de filtración. Este proyectil penetra lento y su mayor masa mantiene la energía. La velocidad disminuye pero no tan rápidamente como la de la bala. Pero demos un paso más. La energía letal de una flecha, es su capacidad de penetrar en los tejidos viscosos casi fluidos de una pieza de caza, atravesando, si toca, cuantos obstáculos se encuentre y que se interpondrán en su trayectoria. Si tratásemos de encontrar un indicador que midiera el esfuerzo necesario para detener una flecha, tal vez este podría ser un nuevo indicador de su Energía Letal. No diremos que sería un mejor indicador, sino simplemente otro indicador. Para estos menesteres se puede recurrir al cálculo de la Energía de una flecha definida por su impulso, lo que llamamos Momento. Este cálculo, define más claramente el esfuerzo ó trabajo necesario para “parar” a un proyectil. Estimada la Energía según este otro criterio aplicaríamos su cálculo, que igualmente contempla el producto de la masa de la flecha por su velocidad. (Esta vez NO al cuadrado sino de forma lineal). De igual forma sería oportuno estimar los cálculos a salida de arco y a distancia de caza – como en el caso anterior -, por lo que tendríamos “M”0 y “M”1. Cada cual es libre de seguir una u otra referencia. Miles de horas de discusión y ríos de tinta se han gastado en argumentar sobre la conveniencia de utilizar uno u otro concepto de Energía. Pero si hablamos de penetración y volvemos al ejemplo de la piscina, sencillamente deberíamos preguntarnos cuál es el valor del Momento de cada proyectil y ver si, reflejan mejor la capacidad de penetración constatada. Pues bien el Momento de la bala, la que penetro poco es de 18,3 y el de la flecha de 76. Tal vez debamos de reflexionar sobre esto si hablamos de penetración Tal vez los más centrados en cazar con arcos tradicionales utilizando flechas muy pesadas, solemos recurrir con más frecuencia al concepto de Momento, como mejor indicador. Quienes utilizan modernos arcos de poleas, con velocidades sorprendentes, son más dados a seguir el concepto de Energía Cinética. ¡Valga!. Lo cierto y verdad es que hace apenas unos años era habitual encontrar arcos de 80 libras ó incluso de 70 ofrecidos de forma habitual por todos los fabricantes. Hoy en día es bastante complicado encontrar arcos de 80 libras y poco corriente hacerlo en arcos de 70 libras. Los apenas 60 pies por segundo que se han incrementado, como media, la velocidad de un arco de caza estándar en los últimos 15 ó 20 años es lo que ha causado este efecto. Pero demos un último paso. Si a un moderno y rápido arco de poleas de 50 libras, le instalamos una flecha- digamos muy rígida y muy pesada – incorporando puntas próximas a los 150 grains, entonces ¿qué pasa?...... Otros conceptos, además de los anteriores, empiezan a incorporarse a los nuevos desarrollos y estudios en los cuales – quienes estamos un poco más pirados de lo normal – gustamos de invertir nuestro tiempo en investigar, medir, pesar, cronometrar…. El contemplar y poder meter en tablas otras variables nuevas, pero reales en la práctica, que nos permitan ir afinando en la selección del material idóneo es ya un hecho y en ello ya estamos. Peso de la pieza a abatir. Probabilidad de interesar una costilla. Grueso de las costillas del animal. Estimación de rozamiento viscoso. Indicé de penetración en tejidos. Etc. Seguimos investigando. Incorporaremos en este lugar toda aquella nueva referencia y pruebas que puedan traernos la luz y, aun más aquello que nos traiga sobras, para procurar atender a lo que Platón discernía en el “Mito de la Caverna”. …..…y mientras seguiremos haciendo lo más difícil…. “agarrar el arco con una mano, la cuerda con la otra y……. soltar…” Alejandro Martín ARCODOS